La Iglesia del antiguo Monasterio de San Jerónimo el Real, hoy Parroquia de Los Jerónimos, es importante por muchos motivos. Su historia, su arquitectura… Aunque muy reformada, es uno de los escasos ejemplos de arte gótico de nuestra ciudad, además de uno de los pocos elementos que perviven del antiguo Palacio del Buen Retiro, junto con el Salón de Reinos y el Casón del Buen Retiro. También por la cantidad de obras de arte que atesora, de todo tipo y de diversas épocas.
El pasado mes de junio reabrió sus puertas, tras cerca de un año cerrada por obras de restauración. En el interior, que ha sido objeto de una gran reforma, el cambio más llamativo es el que ha tenido lugar en el altar mayor, donde se ha situado el cuadro La última Comunión de San Jerónimo, obra de Rafael Tegeo, hasta entonces en el crucero, a la izquierda de la nave, donde a su vez se ha situado el retablo de José Méndez, antes en el altar, ambas obras del siglo XIX. Pero no el único.
Merece la pena visitar las diez capillas laterales que han sido igualmente restauradas y reformadas y ofrecen un nuevo aliciente, ocho magníficas pinturas cedidas por el Museo del Prado, obras religiosas realizadas por algunos de los mejores artistas del Barroco madrileño.
El término Barroco generalmente se refiere a un estilo artístico, pero también representó un estilo de vida, muy marcado en Madrid debido a su condición de sede de la Corte, de la Monarquía Católica. Una de sus características era la gran exaltación de lo religioso, apreciable en todas las artes, sobre todo la escultura, pero también en la pintura.
Iniciamos nuestra visita por el lado de la Epístola, a la derecha de la nave central. En la segunda capilla se inaugura esta pequeña pero valiosa exposición con un cuadro de Antonio de Pereda, firmado y fechado en 1664, San Francisco de Asís en la Porciúncula, que representa una escena en la que la Virgen y el Niño se aparecen al santo.
Antes de continuar admirando los cuadros cedidos por el Prado, la tercera capilla nos depara una sorpresa. Durante los trabajos de restauración de los muros han aparecido una serie de pinturas al fresco, tras varios siglos ocultas, igualmente de temática religiosa y datadas en el siglo XVII.
En la siguiente, San Jerónimo penitente, de Alonso Cano, que fue Pintor de Cámara, nombrado por el valido de Felipe IV, el Conde Duque de Olivares. Esta obra es posterior, pintada hacia 1660, la última época del singular artista.
La última capilla en este lado derecho acoge La Virgen con el Niño en un trono con ángeles (1661), de Jerónimo Jacinto Espinosa, único artista del grupo que no trabajó en la Corte de los Austrias, sino en Valencia.
Cruzamos al lado del Evangelio, y encontramos otra pintura de Pereda, La Inmaculada Concepción, de 1636.
Después, La Huida a Egipto, pintada hacia 1670 por José Moreno.
En la octava capilla, se ha instalado una pintura de Juan Carreño de Miranda, gran representante del espíritu barroco madrileño, pintor en la Corte de Felipe IV. Ya en época de Carlos II, en 1669 obtuvo el cargo de Pintor del rey, y como tal firma la obra que podemos admirar aquí, Santa Ana enseñando a leer a la Virgen, de 1674.
Finalmente, en la última capilla a la izquierda de la nave central, la Adoración de los pastores, de Francisco Ricci, el otro gran autor de la Escuela Barroca madrileña de la 2ª mitad del siglo XVII, Pintor del rey con anterioridad a Carreño.
Es un placer y un lujo poder contemplar estos cuadros instalados en este bellísimo templo, bajo la impresionante bóveda gótica, complemento perfecto a la visita al vecino Museo del Prado, donde estos y otros pintores de la Corte barroca exhiben sus obras en varias salas de la primera planta del incomparable edificio Villanueva, alrededor de las dedicadas al gran maestro de nuestro Siglo de Oro, Diego Velázquez.
Por Mercedes Gómez
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Fuentes:
17 comentarios
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1 de noviembre de 2011 a 22:57
mariarosa1
Una maravilla por lo que cuentas como ha quedado San Jerónimo…ya me falta el tiempo para ir a verlo…COmo siempre un montón de gracias por tu valiosísima información.
2 de noviembre de 2011 a 00:37
Jesus Olivan
Precioso Mercedes. Es una belleza y una guía para visitarlo. Muchas gracias.
2 de noviembre de 2011 a 04:59
carosyr
Excelente artículo y buenísimas fotos…¡Gracias!
2 de noviembre de 2011 a 10:21
fotopaco
Hola Mercedes,
Tengo algunas fotos del interior de la iglesia, pero nunca le he prestado mucha atencion a los cuadros.
Esta Semana Santa que viene, espero que vuelva a salir de alli la procesion de los Gitanos, asi que me fijare mejor 🙂
Un beso
2 de noviembre de 2011 a 11:21
J. J. Guerra Esetena
Hola Mercedes:
Creo que la restauración de los Jerónimos ha sido bastante buena, por no hablar de esta iniciativa de vestir la iglesia con cuadros tan valiosos del Museo del Prado, que no ha podido ser más acertada. De vez en cuando, en medio de tanto destrozo, puede hablarse de una auténtica recuperación de un edificio histórico…
Por cierto, ¿el cuadro de Rafael Tegeo del altar mayor no está un poco torcido? ¿o me lo parece a mí?
Muchas gracias y un abrazo, Jesús
2 de noviembre de 2011 a 15:28
JOSE CASADO
Hola Mercedes. Bonito post, gracias por servirnos de guia de esta iglesia-museo, ya que parece que El prado ha puesto una sucursal cercana o una ampliacion.
Gracias y un saludo.
José Casado
2 de noviembre de 2011 a 18:42
Mercedes
Hola María Rosa, ¡gracias a ti!
Gracias, Jesús, sí que es una belleza, si vas espero que lo disfrutes.
Hola carosyr, me alegro de que te guste, ¡gracias!
Hola Paco,
Estos cuadros llevan poco tiempo, quizá tengas fotos de los anteriores, que no desmerecían en absoluto (Lucas Jordan, Carducho, etc.), estos ahora no se si estarán en restauración… así que si tus fotos son de antes del cierre tienen su valor documental…
Un beso
Hola Jesús,
La verdad es que han hecho un trabajo inmenso restaurando todo el interior, incluidos bancos, lámparas, suelos…
¿el cuadro torcido?, no se, a lo mejor está torcida mi foto…
gracias a ti, saludos
Me alegro de que te guste, José, gracias.
El Prado ha dado mucho a los Jerónimos (a cambio del Claustro para su ampliación).
Un saludo
2 de noviembre de 2011 a 20:33
elena asins
querida mercedes, ¡qué interesante! no he visto los jerónimos después de su restauración. impresionantes pinturas !
el barroco y su estilo de vida, no es precisamente lo mío, lo cual no quiere decir que no lo respete. algo parecido me ocurre con el gótico, prefiero el románico : tosco pero esencial !
no obstante, me parece muy importante que destaques las cosas importantes que los madrileños pueden disfrutar en su propia ciudad. es decir, aquellos madrileños residentes en madrid. los «exiliados» como yo, sólo te tenemos a ti para que nos cuentes, nos hables, sobre ese madrid practicamente ignorado, de grandes y magníficas construcciones, de historias moriscas y de tesoros velados y ocultos por los siglos.
de sus grandes obras de arte.
pues bien, los que puedan, que lo sepan disfrutar de tu mano !
abrazos de tu amiga
elena
2 de noviembre de 2011 a 20:42
joseluisgarrot
Mercedes permíteme que añada un dato anecdótico sobre los Jerónimos. No se si sigue igual en la actualidad, pero hace unos cuantos años, bastantes, existían dos pilas bautismales, una para pudientes – que daban una sustanciosa contribución a la iglesia, y otra para no pudientes. Lo sé porque yo fui bautizado en la segunda.
De nuevo, y como no podía ser menos, precioso reportaje.
Un saludo
2 de noviembre de 2011 a 23:57
Mercedes
Hola Elena, qué bueno que te guste esta historia.
Con sus luces y sus sombras, el siglo XVII me parece fascinante. Y el arte que se desarrolló en ese tiempo (incluida la literatura), de una creatividad enorme, difícil de igualar.
Y recuerda que aunque vivas lejos, Madrid está aquí, dispuesta a dejar que lo disfrutes cuando te apetezca.
¡Muchas gracias por tu comentario!
besos
3 de noviembre de 2011 a 00:05
Mercedes
Hola José Luis,
¡gracias por tu anécdota!, no tienes que pedir permiso, ya sabes que estás en tu casa y que me encantan tus aportaciones.
Me has dejado intrigada… para escribir este post pasé un buen rato en la iglesia, recorriéndola con mucha calma, fotos, apuntes… y solo vi una pila bautismal, muy bonita, a la que hice una foto, en la última capilla (o primera a la izquierda), en la que está ahora el cuadro de Ricci. A ver si descubro algo nuevo sobre las pilas bautismales.
En cualquier caso, muy buena la historia, me ha recordado lo que contaban de los colegios religiosos en que hubo un tiempo en que había dos tipos de alumnos (los de pago, y los menos pudientes, que ¿entraban por otra puerta?).
Un abrazo
3 de noviembre de 2011 a 00:33
Bélok
Esta vez te me has adelantado querida Mercedes, tenía casi preparado mi nuevo post sobre los Jerónimos. Ahora nos va a pasar como com Manuel, jajajaja. Magnífico artículo sobre una de las joyas que tenemos en Madrid. Todo un acierto el poner el cuadro de la Comunión de San Jerónimo en el altar mayor, creo que el cuadro más grande que haya en una iglesia en toda la ciudad. Los cuadros cedidos por el Museo del Prado otro acierto.
3 de noviembre de 2011 a 20:24
Mercedes
Hola Bélok, muchas gracias!
Pues si lo tienes casi preparado no entiendo porqué no lo vas a publicar, seguro que tu trabajo es diferente al mío, y estupendo, a tu estilo, y a todos nos encantará leerlo 🙂
4 de noviembre de 2011 a 00:24
ROMO XIII
¡Jo, Mercedes!, no das opción, no se te escapa una. Le has chafado la primicia al amigo Bélok. Como cantaba la desaparecida Cecilia, eres la novia en la boda y el niño en el bautizo. Es broma, ya me conoces, haces bien, eso es estar informada y rápida de reflejos.
¿Un año han durado las obras?, ¡cómo pasa el tiempo!
La última vez que entré en los Jerónimos fue para escuchar «La Creación» de Beethoven, ¡¡¡impresionante!!!
Habrá que volver a visitarllo para valorar los cambios realizados.
Gracias por el artístico y sacro paseo.
Un beso.
4 de noviembre de 2011 a 18:37
Mercedes
¡Jooo Manuel!, yo intento ser discreta pero …
🙂 queridos, sois terribles, la iglesia lleva abierta más de cuatro meses 😉
Sí, debió ser impresionante ese concierto en los Jerónimos, ya nos contarás qué te parecen los cambios,
¡gracias a tí!
un beso
23 de enero de 2012 a 19:37
faustorm@hotmail.es
Una maravilla, y de una vez dejad de decir, que es lo único, que tenemos, sino decir que es algo marvilloso, junto a lo demás,¿ sino que és la Capilla del Obispo, sino una maravilla más de Madrid?.
23 de enero de 2012 a 20:42
Mercedes
Hola faustorm, no decimos que sea «lo único», sino «uno de los escasos ejemplos» de arte gótico.
Por supuesto que la Capilla del Obispo es una maravilla, fíjate que en este blog hemos hablado muchísimo de ella, hasta tres artículos dedicados a esta gran obra.
saludos