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Hoy tengo el placer de presentaros a Juan Pedro Rodríguez Hernández.
Juan Pedro es tutor de Historia en la UNED y ha colaborado en la recientemente desaparecida Revista Más Opción-Carabanchel donde publicó, entre otros, el artículo sobre la Quinta de Vista Alegre que a continuación reproducimos, cumpliendo nuestro propósito de seguir dando a conocer esta antigua posesión real y solicitar su protección como Bien de Interés Cultural.
En esta ocasión, el autor nos propone una visión diferente, la del patrimonio desaparecido, recordando que estamos a tiempo de salvar los bienes que aún existen y en la obligación de estudiarlos y protegerlos.
Le damos la bienvenida y las gracias por su aportación.
Mercedes
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A mediados del siglo XIX, la Finca Vista Alegre fue un conjunto de palacios de la Familia Real, pasando después al marqués de Salamanca.
Formaba un conjunto unitario, que evolucionó con distintas reformas y se fueron embelleciendo sus estancias y jardines. Desde el principio, puesto que fue concebida para recreo, fue complicado costear su mantenimiento y hubo grandes dificultades para venderla por sus grandes dimensiones; por ello, a la muerte del marqués de Salamanca fue dividida y desde entonces resulta un conjunto de edificios de diferentes instituciones y usos.
Aunque se han levantado nuevos edificios, otros bienes se han perdido desde entonces:
* Edificios perdidos: Casa de Oficios (residencia del Duque de Riansares, esposo de María Cristina, viuda de Fernando VII), Casa de Administración, cuadras, casa de vacas (para cría de gusanos de seda), capilla, casetas para porteros, naranjera, faisanera.
* Jardines: ahora muy mermados. Tenían innumerables especies y adornos. Se han perdido los columpios y juegos, una miniatura de castillo, mesitas, bancos, merenderos, el propio alumbrado. Quedan pocas de sus fuentes y estatuas.
* La ría: la gran joya perdida. Su embarcadero se encontraba donde se realizó el Colegio de Santiago y recorría a modo de canal toda la finca. Queda un tramo detrás del Palacio Viejo. Su construcción fue lo más costoso y llamativo de la finca, con norias y estanques, también perdidos, para mover el agua, por el cual transitaría una barcaza de recreo.
* Colección de restos arqueológicos del Marqués de Salamanca: relieves, retratos y mosaicos.
* Pinturas: se centrarían en los palacios Viejo y Nuevo, y consistirían en una serie de frescos (quedan restos del salón árabe del Palacio Nuevo) y pinturas de artistas de renombre, algunos adquiridos por el marqués de Salamanca para su colección; Rafael, El Greco, Murillo, Zurbarán, Goya, los Madrazo, etc.
Parte de las pinturas, fuentes y estatuas del “Versalles Carabanchelero” se han perdido o se encuentran en distintos museos, colecciones y jardines. Llama la atención la pérdida de edificios, ya que con la partición de la finca y la reubicación de funciones los que no se readaptaron quedaron abandonados y bajo riesgo de deterioro, o directamente fueron demolidos para la construcción de otros edificios nuevos.
Situada en el corazón del Distrito de Carabanchel, la finca es muy desconocida, en gran parte debido a la anterior cerca que impedía ver su interior.
En la actualidad sería prioritario dotar a la finca de una protección completa que al menos salve lo que queda de su pasado. Sus bienes deben ser estudiados en profundidad y los edificios sin uso determinado o no funcional reutilizarse para prestar servicios al Distrito de Carabanchel.
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Texto y fotografías:
Juan Pedro Rodríguez Hernández
Tutor de Historia UNED.
Además de las dos obras al aire libre de la escultora Cristina Iglesias en Madrid, que ya tuvimos ocasión de conocer -la Puerta de la Ampliación del Museo del Prado, y la Celosía en los jardines del antiguo Palacio del Marqués de Salamanca en el Paseo de Recoletos, que hay que contemplar desde lejos-, hay al menos una más, que se encuentra en la Colección Permanente del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía.
La obra expuesta es otra celosía, Sin título (Celosía III), construida por la artista en 1998 con madera, resina y polvo de cobre.
La podemos contemplar en la sala 001, planta 0, junto a la Plaza Nouvel, en la entrada al nuevo edificio.
Y no solo eso, nos podemos acercar, entrar en ella, recorrerla, observar el exterior, imaginar… quizá como hizo la propia escultora, y así comprenderla mejor. Aunque también podemos abandonarnos a nuestra propia experiencia, seguro que a cada uno de nosotros nos sugiere algo distinto o nos lleva a pensar en algo que seguramente no tendrá nada que ver con la propia escultura. Probad.
La sala forma parte de la Colección “reescrita” recientemente. El museo ha reorganizado sus fondos más de acuerdo a los conceptos que a la pura cronología. Las vanguardias históricas, el triunfo y el fracaso de la modernidad, el cambio en las décadas de los 60 y 70, y la contemporaneidad son los temas en torno a los cuales se han ordenado las obras.
Cristina Iglesias pertenece a la última, la contemporaneidad y sus distintas manifestaciones, en este caso la escultura del arte español actual.
«En Cristina Iglesias, la escultura se vuelve arquitectura, definiendo un espacio interior y otro exterior, permeables visualmente por la celosía. Una arquitectura abierta al tránsito real del espectador.»
Texto y fotografías: Mercedes Gómez
La famosa Cornisa, el perfil de Madrid observado desde la ribera del Manzanares durante siglos, o lo que queda de él, corre peligro.
El Parque de la Cornisa, que forma parte de este paisaje, ha sido descatalogado para poder construir en él. Muchas veces nos esforzamos en pedir protección para elementos del Patrimonio madrileño pensando que así estarán a salvo, pero no, no siempre es así, al parecer basta con eliminarlo de la lista (otro ejemplo es el Teatro Albéniz, igualmente descatalogado para permitir su derribo. Y recordemos la Casa de Campo, que un juez anuló la protección conseguida en 1999 como Jardín Histórico, y ahora está pendiente de una nueva declaración de BIC en la categoría de Sitio Histórico).
El pasado día 27 de febrero el Ayuntamiento aprobó el plan que permitirá a la Iglesia construir cinco edificios, en lo que ya se conoce como el mini-Vaticano, en parte en terrenos de dicho Parque. Los vecinos y madrileños en general no han cesado en su protesta y muchas voces se han alzado en contra, interponiendo un recurso contencioso-administrativo, de modo que el proyecto está a la espera de su resolución.
Desde los primeros grabados y pinturas, quizá sea este el paisaje de Madrid más representado. Desde el siglo XVI hasta hoy día, numerosos artistas se han situado cerca de nuestro río para reflejar la ciudad en sus cuadros.
Dos de las primeras imágenes conocidas son las Vistas de Madrid, de Hofnaegel y la de Wingaerde, de 1563, que se encuentran en la Biblioteca de Viena, y que describen con todo detalle el Madrid medieval rodeado por la muralla cristiana.
A partir de entonces, infinidad de cartógrafos, grabadores, pintores y fotógrafos han dado su visión de Madrid desde ese lugar, el sur de la ciudad.
Como esta otra Vista que sin duda recuerda las anteriores, pero que ya muestra un mayor desarrollo de la Villa pues representa el Madrid de finales del reinado de Felipe IV o principios del de Carlos II (alrededor de 1665). Se trata de un grabado realizado por Julius Milheuseur en el siglo XVII en Amsterdam, actualmente en el Museo de Historia, antiguo Museo Municipal.
El paisajista italiano Antonio Joli nos muestra la vista del Madrid de la primera mitad del siglo XVIII:
Francisco de Goya y Lucientes, que además en sus últimos años, antes de marchar a Francia, eligió ese lugar para vivir, pintó en repetidas ocasiones escenas de la vida madrileña a orillas del Manzanares. Uno de los cuadros más famosos quizá sea el de La pradera de San Isidro, pintado en 1787, que se puede admirar en el Museo del Prado.
En febrero del año 1819 Francisco de Goya compró una casa en lo que entonces eran las afueras de Madrid, desde la cual se divisaba el Palacio Real. En estos comienzos del siglo XIX Goya podía contemplar desde allí la más bonita vista del perfil de Madrid, que el pintor tan bien plasmara en sus pinturas. La casa, desgraciadamente derribada, era conocida como Quinta de Goya o Quinta del Sordo.
El Museo de Historia posee también una valiosa colección de postales que reflejan el Madrid del siglo XX, como esta del año 1908:
Propiedad también de este museo es la pintura de Alvaro Delgado, de 1944:
El progreso, el crecimiento de Madrid hacia el Norte y la construcción de edificios cada vez más elevados, han ido transformando la imagen del perfil madrileño. A las históricas torres y cúpulas de las iglesias, en 1926 se unió el Edificio Telefónica, el primer rascacielos, hasta que en los años 50 en la Plaza de España se construyeron los emblemáticos Edificio España y la Torre de Madrid.
En los años 80 la torre de comunicaciones Torrespaña, más conocida como «El Pirulí», se convirtió en el nuevo símbolo que identificaba la línea de nuestro cielo. Después, la Torre Picasso.
Y en el siglo XXI las Cuatro Torres pretenden proyectar una nueva imagen, realmente espectacular. Creo que la Vista de estos rascacielos aún no ha llegado a los museos de Madrid, aunque llegará, seguro.
Pero nunca deberíamos olvidar nuestra historia, nuestra imagen eterna de la Villa vista desde el Manzanares. estamos obligados a proteger la Cornisa y cuidar la histórica Línea del Cielo de Madrid.
por Mercedes Gómez
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NOTA: El grabado «Vista panorámica de la cornisa de Madrid. Año 1865», de la BNE, me lo ha enviado Ricardo Márquez, de Historias Matritenses, a quien agradezco su colaboración.
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Más información:
http://www.parquedelacornisa.org/
Vicente Patón. «El frágil patrimonio madrileño». El País Propiedades, 12 jun 09
En una reconstrucción del diario El País, podemos ver los edificios previstos y su ubicación en tan histórico paraje.
Como complemento al último artículo publicado sobre las Huellas del Marqués de Salamanca en Vista Alegre, y en nuestro empeño de conseguir protección para la Quinta, estando convencidos de que conocer un lugar es el primer paso para valorarlo y quererlo, a continuación incluyo una serie de enlaces con información sobre este jardín singular, antigua posesión real.
Primero, una bonita película, basada en una idea de Daniel Galán, y realizada por Bruto TV para la web del Centro Regional de Innovación y Formación «Las Acacias» de la Comunidad de Madrid, CRIF, cuya sede es el Palacio Viejo o Palacio de María Cristina, que nos muestra todo el encanto y riqueza de este edificio y sus jardines:
La revista del mismo centro, «Innovación y Formación», ofrece algunos artículos muy interesantes y amenos. En el nº 1, editado en la Primavera de 2007, el propio Daniel nos describe las ”Treinta hectáreas de historia contemporánea en la finca de Vista Alegre” (páginas 28-30).
En el nº 2, Otoño 2007, Javier Fernández Fernández habla de “El Orfanato Nacional, una parte de la historia de Vista Alegre”. (pág. 27-31).
Y en el nº 3, Primavera 2008, (pág. 43-46) Eva J. Rodríguez Romero, gran especialista en el tema, y autora de la tesis doctoral dedicada a Vista Alegre, nos ofrece el artículo “El jardín paisajista de Vista Alegre: un lugar especial para la reina María Cristina y sus hijas”.
Si os interesa, las revistas se pueden descargar en la web del CRIF.
Y finalmente, en el blog Conocer Vista Alegre encontramos mucha información, me consta que preparada con mucho cariño, como una serie de vistas aéreas de los años 30, que merecen la pena. Pero hay más cosas, espero que os gusten.
Gracias a todos.
Mercedes
“Vista Alegre fué su lujo; compró la quinta a una reina, la pagó con millones; la embelleció con joyas artísticas; dejó a todos sus amigos que disfrutasen de ella, y ha muerto allí repentinamente antes de que las riquezas desapareciesen. El viento de la desgracia, que venía hace tiempo arrancando girones de su fortuna, le ha hecho sucumbir por fin…”
(Escenas Contemporáneas, Año I Tomo I. Madrid 1882)
(Hemeroteca BNE)
La antigua Cerca que marca los límites de la Quinta de Vista Alegre, de la cual se conservan algunos tramos, constituye uno de los elementos arquitectónicos más relevantes; son los correspondientes a la calle Clara de Campoamor y a la calle del Blasón, originales de los años 40 del siglo XIX.
Por la calle del Blasón nos dirigimos a una de las puertas de entrada a la Quinta la cual nos conduce al Palacio Nuevo o Palacio del Marqués de Salamanca.
La reina regente María Cristina, cuarta esposa de Fernando VII y madre de Isabel II, después de su boda con el guardia de Corps Fernando Muñoz, Duque de Riansares, fue quien lo mandó construir con el fin de convertirlo en su residencia y refugio. Pero los avatares de la historia quisieron que el palacio pasara a manos del Marqués de Salamanca, quien lo terminó, adornó y disfrutó hasta su muerte.
El arquitecto Martín López Aguado comenzó su construcción en 1834, pero el destierro de la reina en 1840 ocasionó su paralización. A su vuelta encargó la reanudación de las obras al entonces Arquitecto Mayor de Palacio, Narciso Pascual y Colomer, quien lo terminaría para el Marqués de Salamanca que lo había comprado en 1858.
Para entonces Colomer ya había construido para don José su gran palacio en el paseo de Recoletos, inaugurado ese mismo año. El Marqués era un hombre poderoso que se podía permitir el lujo de contratar al arquitecto de moda y arquitecto de la mismísima Isabel II.
A López Aguado corresponden la disposición del edificio, de planta rectangular simétrica, organizado alrededor de tres patios, y la fachada. En ésta, destacan las seis columnas de granito que proceden de la galería diseñada por Isidro González Velázquez -Arquitecto Mayor de Palacio en la época de Fernando VII- que rodeaba la Plaza de Oriente, obra monumental que nunca llegó a terminarse debido a los problemas económicos y que finalmente fue derribada.
Su espléndido exterior nos muestra que fue uno de los grandes palacios del siglo XIX, testigo de una época y una forma de vida, pero lo que no todo el mundo sabe es que en su interior se conservan una serie de maravillosas estancias de aquellos años de esplendor: el Vestíbulo, la Capilla, y el Salón Árabe, todo ello obra de Pascual y Colomer.
Tras las columnas de la entrada, se halla el magnífico vestíbulo central, cubierto con una cúpula de media esfera.
Uno de los cristales tallados de la puerta de acceso a las dependencias antaño palaciegas aún conserva la “S” de Salamanca.
La Capilla consta de una nave de doble altura, pilastras corintias y ábside semicircular.
En la Sacristía se conservan perfectamente ordenadas vestiduras de los antiguos capellanes.
Uno de los lujosos salones que fueron disfrutados por el Marqués y sus invitados en famosas fiestas fue el Salón Árabe, decorado a la moda de la época, actualmente apuntalado y necesitado de una gran restauración que esperemos sea acometida algún día.

(Imagen de la Fundación COAM, "Arquitectura de Madrid. Periferia")

Salón Arabe (julio 2009)

Vista del techo (julio 2009)

Detalle suelo (julio 2009)
Fallecido don José de Salamanca en 1883, la antigua Posesión Real fue vendida al Estado por sus hijos y a partir de 1887 los distintos edificios se fueron convirtiendo en sedes de diversas instituciones benéficas. El Palacio Nuevo fue convertido en Asilo de Inválidos del Trabajo.
La primera reforma para transformarlo en asilo tuvo lugar en 1888. Como indica una lápida en el impresionante vestíbulo, “Para conmemorar la sensible pérdida del Rey Don Alfonso XII muerto en la flor de la juventud, se ha fundado este Asilo de Inválidos del Trabajo, cumpliendo así el piadoso deseo de S.M. la reina regente Dª Mª Cristina. Año 1889.”
Ese mismo año José Grases Riera remodeló la terraza y la marquesina. Las ventanas que actualmente dan a la terraza originalmente eran puertas que conducían directamente a los Salones. Quizá las parejas que bailaban en el salón durante las celebraciones organizadas por el anfitrión, cruzando esas antiguas puertas salían un rato al jardín entre pieza y pieza.
En el siglo XX el edificio pasó a albergar el Instituto Nacional de Rehabilitación Especial de Inválidos, INRI, de cuya época se conservan un quirófano, instrumental quirúrgico, elementos de farmacia y mobiliario, así como una importante colección de grabados y fotografías. En los años 30 sufrió otra reforma a cargo de Eugenio Sánchez Lozano y en los años 40 después de la guerra hubo de ser reconstruido por Francisco Navarro.
A pesar de tantas vicisitudes, reformas y cambios de uso, el Palacio del Marqués de Salamanca guarda alguna de sus huellas, patrimonio cultural e histórico de primer orden y merecedor de cuidados.
Actualmente es el Centro de Educación Especial María Soriano, colegio que va a ser trasladado a otro lugar de Madrid, no se sabe en qué fecha.
De momento también se desconoce el uso que tendrá el Palacio a partir de entonces.
Texto y fotografías por : Mercedes Gómez
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Bibliografía:
COAM. «Arquitectura de Madrid. Periferia«. COAM Madrid 2007.
Daniel Galán García.”Treinta hectáreas de historia contemporánea en la finca de Vista Alegre” Revista Innovación y Formación, nº 1 Primavera 2007. Pág.28-30.
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NOTA: También se conserva una parte de la antigua biblioteca, pero en esta ocasión no pudimos visitarla. Esperemos que en otro momento podamos hacerlo y conocer las obras de arte que esconde.
Como decíamos al final del artículo dedicado a los Trampantojos en Madrid, los ejemplos son interminables, las calles y los museos están llenos de sorpresas que nos proponen este juego ilusionista, puedes encontrarlos en los lugares y momentos más insospechados.
Una de las últimas que he disfrutado ha sido perfecta, el engaño, la trampa a mis ojos, se produjo; no estuve segura de que no se trataba de unas verdaderas cortinas hasta que no me acerqué y pude comprobar que eran falsas.
En una de las salas de la exposición Juan Muñoz. Retrospectiva, en el Museo Reina Sofía, en la que se encuentra la obra “Enano con tres columnas”, dos de las paredes están adornadas por unas enormes ¿cortinas?, una de ellas se abre sugerente y pide que te acerques a mirar qué hay detrás, olvidando la escultura en principio protagonista, situada en la otra esquina. Pero tras las cortinas no hay nada, únicamente el muro, se trata de una ilusión visual, una pintura, las Cortinas de la “Naturaleza de la Ilusión Visual” (Curtains from the «Nature of Visual Illusion«).
Pintura acrílica sobre lienzo, realizada en 1994, sus dimensiones son variables según el montaje. Pertenece a una colección particular, aunque se encuentra en depósito en el Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona, el MACBA.
Juan Muñoz es conocido sobre todo por sus increíbles esculturas, por eso quizá resulta inesperado el trampantojo, pero, como muchos grandes artistas, fue un hombre polifacético, lleno de imaginación. Su arte abarca la pintura, el dibujo, incluso el sonido, utilizado en sus famosas piezas radiofónicas. Ilustró textos, y él mismo escribió. Todo ello lo podemos encontrar en la exposición.
Y como buen artista total no fue ajeno a las arquitecturas barrocas, los suelos con formas geométricas forman parte de algunas de sus obras. Y, cómo no, también las ilusiones ópticas.
por Mercedes Gómez
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