Además de los Reales Sitios históricos, como la Casa de Campo y el Buen Retiro, existieron otros de creación posterior, como el Real Sitio de la Florida y la Moncloa, Vista Alegre, y el Casino de la Reina, intramuros.
El Real Casino de la Reina estaba situado entre las actuales calles de Embajadores, Ronda de Toledo, Ribera de Curtidores y Casino. La entrada principal, en la actual Ronda de Toledo, coincidía con el lugar donde se encontraba la Cerca que aún rodeaba la villa, en el tramo procedente de la Puerta de Toledo hasta el Portillo de Embajadores, en la glorieta del mismo nombre.
Cerca del Portillo de Embajadores hubo una Huerta, conocida como Huerta de Bayo, que desde el siglo XVII fue propiedad de los monjes de San Cayetano.
En 1808, con la llegada de los franceses, la antigua Huerta fue arrebatada a los monjes y acabó en manos de un ministro de José Bonaparte, Manuel Romero, por lo que pasó a llamarse la Huerta de Romero. El nuevo propietario construyó una casa-palacio y realizó mejoras en la finca, unió los distintos niveles mediante escaleritas, ya que el terreno presenta una apreciable pendiente y construyó un jardín geométrico con sus emparrados, fuentes, etc.
Finalizada la Guerra de la Independencia, a la vuelta de Fernando VII, fue adquirida por el Ayuntamiento junto a otros terrenos cercanos, y en 1817 donada a la reina doña Isabel de Braganza, segunda esposa de Fernando VII. La finca fue denominada Casino de la Reina.
Isabel de Braganza también realizó mejoras, aunque poco pudo disfrutar de su “casino” pues murió poco después. Fernando VII continuó la obra, y también su hija Isabel II. En la creación del Real Sitio participaron los mejores artistas de la época, como los arquitectos Antonio López Aguado y Narciso Pascual y Colomer, escultores como José Tomás y pintores como Vicente López. Los en otro tiempo jardines geométricos fueron transformándose en jardines paisajistas, con sus paseos curvos y «caprichos», maravillosos a juzgar por las descripciones que hoy día podemos leer sobre ellos y por lo que observamos en el minucioso plano del General Ibáñez de Ibero.
El palacete fue reformado y ampliado. Era un edificio muy sencillo, de dos alturas, rematado con un chapitel hoy desaparecido.
Se accedía a él por una escalera de tres ramas que estaba adornada con diez bustos de mármol, y en el interior destacaba el techo del salón principal adornado con una pintura al temple realizada por Vicente López, la “Alegoría de la donación del Casino a la reina Isabel de Braganza por el Ayuntamiento de Madrid”, en cuyo centro el pintor representó la casita-palacio.
Además del palacete había otras construcciones, como un dique o embarcadero dentro de un templete con columnas y cúpula, que se aprecia en otro de los grabados de la época, del cual partía la ría con cauce de ladrillo, al final de la cual existía una gruta artificial. Varios puentecillos de madera permitían cruzarla y admirar el hermoso paisaje.
En el Jardín se hallaban todos los elementos que eran característicos de los jardines románticos, fuentes, estanques, estufas, una noria, esculturas valiosas… dicen que allí estuvo la estatua de Felipe II obra de los Leoni.
Cerca del palacete existió una Casita Rústica, quizá parecida a la Casita del Pescador que por entonces también construyó Fernando VII en el Retiro, decorada en su interior con pinturas y frescos de Juan Gálvez, pintor de Cámara del rey. También había casas de servicio, como la Casa de Familia, gran construcción para los empleados, con viviendas, cuadras y otras dependencias. Constaba de dos pisos y buhardillas.
Incomprensiblemente, el Casino de la Reina fue prácticamente destruido en un largo proceso que comenzó en 1867, cuando Isabel II donó la posesión al Estado. La pintura de Vicente López fue trasladada al Museo del Prado, a una sala que entonces era el gabinete de descanso de la reina, donde aún podemos admirarlo, convertido en la sala XXXIX del museo. Otra pintura procedente del Casino de la Reina es «Cincinato abandona el arado para dictar leyes a Roma«, de Juan Antonio Ribera. También en el Prado podemos disfrutar de la escultura de Felipe II, obra de Pompeo Leoni en colaboración con su padre Leone.
Ese mismo año se creó el Museo Arqueológico, lo cual en sí mismo fue una buena noticia, pero su instalación en el palacete del Casino de la Reina, que fue nuevamente reformado, fue el comienzo de la destrucción del antiguo Sitio Real. La zona cercana a la Ribera de Curtidores se convirtió en solares, la Casa de Familia fue derribada…
A finales del siglo XIX el Museo Arqueológico abandonó el Casino, pero se trasladó aquí la Escuela de Veterinaria, para la cual se construyó una nueva sede. El nuevo edificio fue obra de Francisco Jareño, en estilo neomudéjar, desde 1960 convertido en el Instituto de Enseñanza Secundaria Cervantes.
Para ello fueron destruidos elementos de gran valor y belleza, el templete que alojaba el dique, la ría, sus puentecillos chinescos… Pero esto no fue suficiente, el bello Jardín romántico parecía ser considerado únicamente suelo donde edificar. Nuevas construcciones continuaron robando terreno a los jardines.
Se conservan escasos restos de este precioso lugar, apenas el palacete y algunos árboles.
Tras la verja también existe una caseta de ladrillo, de la que no he conseguido ninguna información, que recuerda a las casetas de entrada junto a la puerta principal que se aprecian en el antiguo grabado.
Y, aunque no en su lugar de origen, se conserva la monumental puerta de entrada al Real Sitio, obra de López Aguado, formada por una puerta de hierro flanqueada por dos pilares de granito cada uno con dos columnas dóricas rematadas por figuras de niños y un jarrón esculpidos por Salvatierra. En 1885 los pilares fueron trasladados al Retiro, donde continúan, en una de las entradas principales, la Puerta de la Independencia frente a la Puerta de Alcalá.
Por otra parte, a comienzos de siglo XX, cuando el Ayuntamiento vendió los Jardines del Buen Retiro en la plaza de Cibeles al Estado para construir allí el Palacio de Comunicaciones -hoy sede del Ayuntamiento-, la verja que los rodeaba fue trasladada al Casino de la Reina.
Los jardines se abrieron al público, aunque por poco tiempo, pues el Casino fue nuevamente ocupado por diferentes instituciones. Entre otras cosas, el palacete sirvió como guardería para los hijos de las Cigarreras de la cercana Fábrica de Tabacos.
En los años 70 del siglo XX el colegio fue ampliado con edificios prefabricados que continuaron invadiendo el antiguo y bello jardín. El deterioro fue progresivo, hasta que en 1997 pasó a formar parte del Área de Rehabilitación Preferente de Lavapiés. Los arquitectos Beatriz Matos y Alberto Martínez Castillo se encargaron de la rehabilitación del jardín, del palacete y de la construcción de un nuevo edificio destinado a Centro de Día para Mayores.
Algunas de las construcciones prefabricadas fueron derribadas, y el 12 de junio de 2001 se inauguró el nuevo Centro de Día, de diseño moderno y funcional en contraste con el clásico palacete, que fue rehabilitado una vez más, conservándose al parecer en su interior la escalera original. Hoy día es Centro de Integración Social del Ayuntamiento.
El Romántico jardín del siglo XIX se perdió para siempre, pero Lavapiés y Madrid lo han recuperado como espacio público, el nuevo Parque Casino de la Reina, quizá no demasiado conocido, algo escondido tras las verjas, es sin duda un parque bonito y agradable, una isla en pleno Barrio de Embajadores.
por Mercedes Gómez
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Bibliografía:
Carmen Ariza. Jardines de Madrid en el siglo XIX. Ed. Lavapiés 1988.
COAM. Arquitectura de Madrid. Madrid 2003.
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39 comentarios
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9 de marzo de 2010 a 19:59
buho
En el Museo del Romanticismo hay varios techos pintados traidos del Casino de la Reina. Una pena el estado actual del edificio y la pérdida de sus jardines…
9 de marzo de 2010 a 20:34
artedemadrid
Hola buho, te agradezco un montón tu información, iré a verlos!
Creo que se trata de las pinturas de Gálvez, al que me refería, y de algún otro pintor, lo que pasa que no estaba segura de qué hay allí y no he podido ir a comprobarlo, y en ese caso he preferido no ponerlo. Pero espero ir pronto 🙂
9 de marzo de 2010 a 23:06
cecilia
Lo más curioso del conjunto es que sigue conservando su nombre después de doscientos años y, si no conoces la historia del enclave, te extraña que se llame así, Casino. Y por supuesto, a nadie se le ocurre que la reina aludida sea la pobra Isabel de Braganza, que no aguantó la mala vida que le daba el berzas de Fernando VII más que dos años. Una reina a la que tengo mucha simpatía pues gracias a ella se convirtió el edificio del Prado en el fantástico Museo que es hoy.
10 de marzo de 2010 a 02:13
Bélok
Cuantas cosas por aprender en tu blog Mercedes. Desconocía esta historia a medias, solo tenía vagos datos sobre ella. El post muy interesante y completo, las fotografías que ilustran el reportaje son fantásticas y como siempre, un trabajo exquisito.
10 de marzo de 2010 a 08:13
anapedraza
¡Hola Mercedes!
Te felicito una vez más por tu blog y por tu post.
Pues fíjate, que he pasado muchas veces al lado (por estudiar al ladito, como quien dice) y siempre me llamó la atención la casita de ladrillo.
No tenía ni idea de la historia, incluso ni me imaginaba que tuvira un pasado tan esplendoroso.
Por lo menos, algo se mantiene, a ver si sabemos conservarlo.
¡Un besazo!
MIGUEL
10 de marzo de 2010 a 09:25
Paco
La verdad es qeu no es un lugar que invite mucho a «investigar» qué hay allí. Cuando yo vivía en Delicias pasaba muchas veces por la zona, y aquello siempre estaba lleno de vagabundos. Lo que no tenía ni idea es que la verja de la que cuelgan los puestos del Rastro tuviese tanta historia 🙂
Como siempre, gracias por recordarnos lo que fue Madrid.
Besos
10 de marzo de 2010 a 17:55
mcarmen
Un estupendo post, Mercedes del que, además de aprender sobre este lugar del que apenas sabía poco más que el nombre, me ha demostrado con estupor que, el cambiar las cosas de sitio y los sitios de uso, es algo que viene de lejos en Madrid.
Siento la pérdida del jardín y de muchas de sus instalaciones, pero celebro que, al menos en parte, haya sido recuperado para el uso público. Me apunto visita a este histórico lugar.
Un saludo,
10 de marzo de 2010 a 19:30
artedemadrid
Cecilia, he leído que el nombre proviene del italiano, “casino” significa casa de campo, pero como no se italiano, no estoy segura… Si alguien sabe este idioma que nos lo cuente.
Gracias Bélok, la realidad es que yo también he ido aprendiendo mientras lo preparaba, y me pareció interesante para contarlo.
¡Hola Miguel, gracias a tí! yo no había estado nunca allí, aunque había visto esa tapia muchas veces y me preguntaba qué había detrás… ahora hay un bonito parque pero fíjate cuánta historia detrás. Estudiaste en un barrio con muchas cosas interesantes.
un besazo
Hola Paco, ¿has vivido en Delicias? yo también 🙂 lo que pasa es que era muy pequeña y apenas me acuerdo, pero le tengo cariño a ese barrio.
Gracias a tí!
besos
M.Carmen, me alegro mucho de que te guste, muchas gracias.
Muy buena tu apreciación 🙂 lo de los “bailes” de monumentos y por lo que se ve de tapias y verjas, sí que viene de antiguo.
10 de marzo de 2010 a 20:26
Paco
Sí, entre otros muchos lugares, he vivido muy cerca del Pº de la Delicias. Mi madre todavía vive allí, por eso voy tanto a Matadero 🙂
Tengo que ir a Fotocasión, que está en Ribera de Curtidores, abajo. Le echaré un vistazo a la verja cuando vaya.
Besos
10 de marzo de 2010 a 23:42
artedemadrid
Ah, Paco, entonces es todavía un poco tu barrio 🙂
Ya contarás cuando vayas, es interesante el contraste entre la verja antigua y la tapia moderna, muy «escultórica», a mí me gustó.
Y si entras al parque, hay una foto que tenía que haber hecho y no hice, la de los dos edificios juntos, el moderno y el antiguo, que debe ser una buena foto 😉
besos
11 de marzo de 2010 a 11:23
Paco
Que va, lo único que considero como mi barrio es Madrid entero 🙂 Es lo que tiene haber vivido en muchos lugares.
Intentaré hacer alguna foto, depende del tiempo que lleve cuando pase.
Besos
11 de marzo de 2010 a 19:20
artedemadrid
Qué bonito, Paco, eso de que tu barrio es Madrid entero 🙂
besos
12 de marzo de 2010 a 11:58
anapedraza
JEEEE!! Casino en italino significa: CASA DE PUTAS, así de literal. La forma que tiene de denominar los casinos que nosotros entendemos es: casinó.
Cuando nosotros nos quejamos de que algo va muy mal, por ejemplo, hacer cualquier papel con algunos (cuidado, algunos, no he dicho todos) funcionarios, que en vez de hacer su trabajo o dar facilidades se dedican a dar por saco y poner trabas a todo, si estuvieran en italia le dirían:
«Porca miseria, questo é un casino!», o dependiendo de la zona: «Porca miseria, quest’é un casino!».
¡Un besazo!
MIGUEL
12 de marzo de 2010 a 16:08
artedemadrid
¡No fastidies, Miguel, ¿en serio?! menos mal que no lo puse.
Es verdad que contaste que sabías italiano!!
Pues entonces ya nos contarán de dónde viene eso de casino de la reina…
Un beso y un muy feliz fin de semana!
Mercedes
15 de octubre de 2021 a 21:30
Ricardo Ramírez Montiel
Yo también fui a ese colegio de religiosas de los cuatro a los ocho años. En la capilla hice mi primera comunión. Me acuerdo con mucha nostalgia y cariño de mi primera maestra: sor María Rosa. También me acuerdo de sor Ángeles. Así como de mis antiguos compañeros Rafael Barbosa, José Mínguez Pérez…
10 de May de 2010 a 10:28
cristina vozmediano
Yo fui al colegio de religiosas y se llamaba Colegio Nuestra Señora de la Almudena. Este es un dato que desgraciadamente no aparece en ninguna información. No pongo en duda que fuera guardería infantil de las cigarreras de la Fábrica de Tabaco de la Calle Embajadores, pero como su nombre indica también además de colegio conjuntamente, fue asilo. En mi niñez más de una vez hemos visto como venían los coches fúnebres a recoger a las viejitas cigarreras que morían en el asilo que las monjas tenían en la parte superior del Casino. Las escalinatas principales del Casino conducían en su época al gran salón que era entonces Capilla. Un elemento que también se ha derruido y es una verdadera lástima era lo que las niñas llamábamos El Palomar. Una casita preciosa.
10 de marzo de 2018 a 00:08
Angélica
Yo fui a ese colegio y recuerdo todo lo que cuentas,en la capilla el mes de mayo las niñas ofrecimos las flores a la Virgen y nos hacian aprender un verso. . Recuerdo El palomar hay también asistí a clases, que recuerdos.Hasta ma acuerdo de como era todo el colegio y el nombre de alguna monja.HE buscado fotos,alusiones, historia algo de información sobre dicho colegio y sus profesoras y todo ha sido inutil.SI HAS CONSEGUIDO TU ALGO,me gustaría saber tu fuente de información,o poner en común, cosas que allí viviste.un saludo
10 de May de 2010 a 21:20
artedemadrid
Hola Cristina, muchísimas gracias por tu aportación, son datos muy interesantes, y los mejores son los que provienen de la propia experiencia.
Saludos y bienvenida!
Mercedes
28 de agosto de 2015 a 01:30
Lola Magano Perez
Yo tambien doy testimonio de que alli habia un colegio de hijas de la caridad. Yo fui alumna del mismo y como dice Cristina, teniamos la capilla en el palacete, tambien recordara, que tenian muchas patas para darnos los huevos a las niñas que nos quedabamos en el comedor yo termine odiando esos huevos, porque me sabian a pescado, luego me enteré que las alimentabancon harinas fabricadas, con pescado, imagino que seria lo que hoy llamamos pienso. Añadir que vestiamos de uniforme azul marino con cuello blanco y lazo azul cielo, y babi blanco para reservar el azul mientras estabamos en clase.
Y como homenaje quiero recordar a un ángel que daba clases en ese colegio, y que se llamaba Sor Maria Luz, un ser excepcional. Simpre la recordare por lo mucho que nos ayudo a mi mama y a mi. Añadir que el colegio era de pago y la mensualidad de 35 pesetas, lo recuerdo muy bien pirque a mi mama la costaba mucho ahorrarlas.
Muchas gracias por toda la información, pero creo que es justo que se recuerde este Colegio de la Almudena.
29 de agosto de 2015 a 16:41
Mercedes
Gracias por tu comentario Lola!
10 de marzo de 2018 a 01:17
Angélica
Que alegría después de tanto tiempo intentando encontrar algo , por poco que fuera de mi colegio,que por desgracia no he encontrado ningún documento gráfico de su existencia, fotos, gente que como yo estudio allí.Sor María la, me suena , pero ahora mismo no le pongo cara.Sor María Rosa,Sor Carmen,Sor Lucía, Sor María Luisa,Sor Amelia, Sor María Jesús son algunas de las que me acuerdo.No recuerdo muy bien lo que se pagaba si creo recordar era un sobre como amarillento tostado el que nos daban para llevar el dinero.recuerdo muchísimas cosas.Nuestro uniforme, nuestro babi.
5 de febrero de 2011 a 00:26
Museo Arqueológico Nacional : obras en marcha. « Arte en Madrid
[…] el año 1867 durante el reinado de Isabel II. En un primer momento fue instalado en el palacete del Casino de la Reina, hasta que fue trasladado al gran edificio neoclásico proyectado por Francisco Jareño en 1865, […]
12 de noviembre de 2011 a 16:56
El Quiosco del Casino de la Reina « Arte en Madrid
[…] hace ya más de un año y medio visitamos el Casino de la Reina, antiguo Sitio Real, hoy convertido en un bonito parque, una de las cosas que llamó nuestra […]
2 de abril de 2013 a 17:23
Andrés Romeu
Hola, me llamo Andrés Romeu y yo tambíen estudié en este Colegio y la verdad es que es un pena que no haya fotografías, ni practicamente nada en Internet que refleje que alguna vez existió. Yo estudié hasta 4º de Primaria ya que nos tuvieron que cambiar de colegio (al Colegio San Alfonso) porque «La Almudena» como la gente lo llamaba, iba a ser derribado. Voy a dejaros mis recuerdos del Colegio, espero, que si alguno haya estudiado en este colegio y lea mi comentario, le traiga un poquito de nostalgia! 🙂
Me acuerdo que se entraba a través de una puerta metática que daba a la calle casino, segun entrabas, te quedaba el Casino de la Reina a mano derecha, recuerdo un gran piano y que ese edificio era usado como Capilla. Si seguías bajando por el camino en cuesta, te topabas con una verja que estaba cerrada, dentro, al aire libre, había como unos cobertizos o casetas donde guardaba sus cosas el Conserje del Colegio, «Julio», que según tengo entendido, trabajo ahí muchos años, hasta su cierre. Si dejabas la verja mencionada anteriormente a mano izquierda, te encontrabas con la entrada al patio, y qué patio! Recuerdo lo más grato, evidentemente, de ese patio, recuerdo que nada más entrar a la izquieda tenías columpios (uno de ellos amarillo), si seguías la línea de los columpios, casi al final, ya justo en la esquina del patio, encontrabas una columna tumbada en el suelo, donde los niños se sentaban. Justo al lado, había otra valla mediante la cual se accedía al Gimnasio (a la izquierda) y al jardín de las monjas (a la derecha). Si volvemos a la entrada del Patio, a mano derecha, te encontrabas las escalinatas para acceder a la capilla (Casino de la Reina), justo al lado su lado, se encontraba el asilo, recuerdo un edificio acristalado de unas 2 o 3 plantas, con unas escaleras exteriores de metal, justo a su lado ya se encontraban las Aulas, 1º,2º,3º,4º de EGB, recuerdo que los días de lluvia, nos dejaban ahí dentro, cuatro aulas en un pasillo, correteando.
Ahora nos encontramos en la esquina del colegio, si seguimos el cuadrado, nos encontrabamos unos baños con un porche y justo al lado, las aulas «de los mayores», 5º,6º,7º y 8º de EGB, que era un eficio de una planta alargado, blanco o gris.
Ya nos escontraríamos en la otra esquina. El patio tenía una cancha de baloncesto y recuerdo dos balancines y un tobogan de metal. Todo ello lleno de arboles y lo malo, el suelo, era gravilla y nos dejabamos las rodillas, era destacable el tamaño del patio (casi todo el recinto). De monjas, recuerdo a Sor Felix y Sor Margarita, no son muy bueno recuerdos los que tengo de ellas pero bueno…
Seguro que me dejo un montón de detalles, pero los recuerdos de un niño de 4º de EGB tienen un límite! Espero haberos traido un poquito de nostalgia. La verdad es que ese recinto, junto con ese patio gigantesco, arboles, columpios, encima en esa época, el barrio de Lavapiés era un barrio lleno de gente por las calles, vivo, cercano, seguro, eran un conjunto de cosas que hacía que vivir y estudiar en ese barrio fuera una gozada, en general, era un buen barrio, lo que pasa es que en años siguientes, todo fue en decadencia, la inmigración descontrolada, inseguridad, etc… la evolución del mismo barrio, hizo que nada volviera a ser lo que era…
Si alguien tiene fotos de esa epoca donde aparezca el colegio y alrededores, podría subirlas para recordar mejor esos años que alguno vivimos allí.
Un Saludo.
Andrés Romeu.
8 de marzo de 2016 a 23:10
Ana Maria
Hola mi nombre es Ana Maria y yo también estudie allí.
Que recuerdos ….me encanta volver a revivir mi niñez en ese colegio gracias por todos los detalles que creía haber olvidado, como la columna tumbada….cuantos momentos sentados contando historias
Recuerdo a una monjita creo que de tercero Sor Maria Luisa y un pequeño huertecito.
Gracias Andrés por tantos detalles que me han echo volver a aquel lugar ,por desgracia no encuentras nada, ni fotos ni comentarios, nada .
Un saludo ,me alegra a ver encontrado vuestros comentarios
10 de marzo de 2018 a 01:38
Angélica
Me acuerdo de ese portón que describes,pero a la derecha del mismo según lo miras de frente había otra puerta más pequeña,por la cual entre alguna vez cuando la grande se estropeaba .Segun se entraba a la derecha estaba lo que llamaban la portería, también siguiendo x la derecha estaba la clase de párvulos, asi se decía entonces que a la hora de la comida se convertía en un comedor de los niños que llevaba la comida, para comer allí.Habia otro edificio creo que era el único que queda,el casino de la reina,en el cual había una gran escalera(es la única foto que he encontrado en internet)por ella que se accedía a las habitaciones de las monjas,y tambien alli habia alguna clase porque yo estube alli y tambien habia otra clase en la que se impartía taquígrafos y mecanografía. Bueno de momento no quiero aburrir más.Seguire atenta a todo lo que aquí se publique me encanta recordar todas estas cosas un saludo
4 de enero de 2024 a 22:31
Maria Jesus Una Ruciero
Hola! Yo también estuve desde primero a cuarto de primaria en el colegio de la Almudena..Recuerdo las clases, una profesora llamada Marisa, el comedor y el patio de recreo…Fué una época preciosa.
23 de junio de 2013 a 22:02
Gabinete de Descanso Real en el Museo del Prado | Arte en Madrid
[…] López, primer Pintor de Cámara de Fernando VII, había pintado al temple para el Palacete del Casino de la Reina. Para instalarlo en el techo, en el Salón se construyó una escocia o moldura cóncava cuya […]
29 de julio de 2014 a 17:47
Elena
Estoy leyendo entradas «antiguas» y ésta del casino de la reina, me ha encantado. No por desconocida deja de ser interesante, mucho.
Sí, como dice una lectora, casino era antes prostíbulo. Como las prostitutas hacían mucho ruido por peleas etc., cuando había mucha confusión, jaleo, lío, se decía «·ché casino», y es de ahí de donde nace la originaria palabra «lío, jaleo» en italiano.
Me estoy empapando un poco, y aprovechando el calorcito, de los viajes del agua ¿puedo hacerte alguna consulta – breve- referente a ellos cuando termine?
Gracias y enhorabuena por estos documentos escritos y gráficos tan maravillosos.
29 de julio de 2014 a 19:19
Mercedes
Gracias, Elena, a mí me encanta que leas mis artículos «antiguos», es estupendo poder recuperarlos.
Por cierto, ya fui a ver las pinturas en el Museo del Romanticismo, son muy bonitas, y es curioso pensar que alguna vez adornaban este palacio para la reina (como el que se encuentra en el Prado, en el antiguo gabinete de Descanso Real).
Los Viajes de Agua es un tema muy interesante, claro que puedes consultar lo que quieras, espero poder responder si está en mi mano, y si no ¡lo buscamos!
29 de julio de 2014 a 22:26
Elena
Muchas gracias. de verdad. Cuando vaya al Prado a la expo del Greco, aprovecharé para visitar la sala XXXIX. Leoni me gusta mucho como escultor. Me encanta leer tus artículos porque me parece estar en Italia: en cada esquinita, cada fachada, cada suelo, cada techo………se encuentra algo nuevo gracias, por supuesto, a tu laboriosa información. Encantada de leerte y sobre todo de aprender tanto. Un abrazo
30 de julio de 2014 a 22:13
Mercedes
¡Gracias a ti, Elena! menuda comparación tan bonita!
Espero disfrutes tu visita al Prado. La sala XXXIX es muy interesante, con el techo procedente del Casino y al ladito el antiguo «retrete», con sus pinturas al fresco. Y las esculturas de los Loeni, que ya sabes están en el Claustro; yo, casi siempre que voy al Prado me voy un ratito allí, es una delicia.
Un abrazo
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