El gran Diego Velázquez, además de llegar a ser Pintor de Cámara de Felipe IV, desempeñó varios cargos para su rey. Fue ujier, alguacil de casa y corte, aposentador…, y entre otras muchas cosas se encargó de la decoración de las dependencias del Alcázar Real. Viajó a Italia por segunda vez en su vida con el cometido de adquirir obras de arte antiguo que incrementaran la Colección del monarca.
Y así fue cómo Velázquez, entre los años 1649 y 1651 contrató la compra de numerosas esculturas clásicas. Debido a que era muy difícil la adquisición de originales, optó por la reproducción de las más importantes mediante la técnica del vaciado en yeso o en bronce.
Muchos de los vaciados que trajo Velázquez, como tantas pinturas, mapas, etc. se perdieron en el incendio del Alcázar, en la Nochebuena del año 1734. Pero algunas se conservan. Dos de ellas se pueden admirar con facilidad pues se encuentran en el vestíbulo de entrada al Museo de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Son las estatuas de Flora y Hércules Farnese.
Se trata de dos estatuas imponentes, de enorme tamaño, situadas sobre un gran pedestal de granito, sin embargo su situación quizá las hace pasar un tanto desapercibidas. Nada más acceder al museo, en el zaguán donde se encuentran las taquillas, a la derecha se halla Hércules. El original de esta magnífica estatua se encontró en el siglo XVI, en las antiquísimas Termas de Caracalla en Roma, aunque le faltaban las piernas, que fueron halladas después.
Actualmente se considera una obra de comienzos del siglo III después de Cristo, y que su autor fue Glicó, quien copió el Hércules realizado en bronce por el griego Lisipo en el siglo IV antes de Cristo.
La escultura original del Hércules Farnese se encuentra en el Museo Nacional de Nápoles. El vaciado que contemplamos, obra del siglo XVII, fue realizado cuando aún mostraba las piernas añadidas en la primera restauración, antes de localizar las originales, con el fin de exponer la estatua en el Palacio Farnese de Roma.
A la izquierda, frente a Hércules, se encuentra Flora.
No se sabe exactamente donde fue encontrada, aunque pudo ser en el mismo lugar que Hércules, en las Termas de Caracalla; en el siglo XVI se encontraba igualmente en el Palacio Farnese. En 1800 fue trasladada al Museo de Nápoles, donde continúa. En 1819, la corona que sujeta con la mano izquierda fue sustituida por un ramo de flores.
Velázquez contrató en Roma, en 1650, el vaciado en yeso de estas dos grandes obras al formador Cesare Sebastiani por la cantidad de 180 ducados.
Recientemente, el estudio de ambas esculturas, mediante gammagrafía, permitió conocer el número exacto de piezas que se realizaron para formar la obra completa, así como la forma en que se unieron utilizando pernos de hierro y piezas de madera. Las piezas, veinticuatro en el caso de Hércules, viajaron a Madrid en cajones para ser ensambladas en el Alcázar por Girolamo Ferreri, que se trasladó a Madrid en compañía de su hijo y un obrero especializado para desempeñar esta tarea.
Ambas esculturas fueron instaladas en los extremos de la Galería del Cierzo, en el viejo Alcázar de los Austrias.
En 1744 formaron parte de las primeras esculturas que se trasladaron a la Real Academia de Bellas Artes para ser utilizadas en la enseñanza a sus alumnos, cuando la institución se encontraba aún ubicada en la Casa de la Panadería, en la Plaza Mayor.
En 1774 el arquitecto Diego de Villanueva las trasladó al emplazamiento actual, cuando reformó el antiguo Palacio de Goyeneche, en la calle de Alcalá, para convertirlo en sede de la Real Academia de Bellas Artes.
Villanueva diseñó los pedestales de granito donde desde entonces se hallan colocadas las monumentales estatuas.
por Mercedes Gómez
——
Museo de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando
Calle de Alcalá, 13.
19 comentarios
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25 octubre 2010 a 21:08
elena asins
muy, pero que muy interesante lo que has escrito esta vez, siempre, pero en lo que a mi respecta, no sabía tantos detalles sobre diego velazquez de silva.
yo sabía, que a disgusto suyo, tenía que hacer muchos menesteres en palacio, que le robaban el tiempo para pintar.
quizá por eso, su obra sea tan conceptual. porque debió irla pensando lenta y concienzudamente antes de tener tiempo para hacerla material. ¡y mira por dónde, eso es lo que más me gusta de velazquez : su enorme inteligencia!
las meninas, es una de las obras más interesantes desde el punto de LA IDEA, que contiene el museo del prado.
cuando murillo (en sevilla) empezó a pintar sus especies de barbies virgenes, el pobre zurbarán, se quedó sin clientela. entonces, se vino a la corte, a madrid, pidió ayuda a velazquez, ayuda que nunca recibió.
todo hay que decirlo, lo bueno y lo malo.
que era un gran pintor? sin duda.
qué era una buena persona? lo ignoro.
felicidades otra vez mercedes
25 octubre 2010 a 21:17
paco
El sábado estuve a punto de entrar en la Academia de San Fernando, y mira por donde, gracias a ti, el día que vaya me fijaré en las esculturas de este post.
A veces da un poco de «miedo» ponerse a investigar, detrás de casi cualquier cosa hay una historia de lo más interesante 🙂 Digo lo de miedo porque cuanto más conoces, más consciente eres de cuánto desconoces 😦
Una historia muy interesante, no sólo por las esculturas, sino por todo lo que las rodea.
Besos
25 octubre 2010 a 22:12
artedemadrid
Elena, la biografía de Velázquez es interesantísima. Velázquez tuvo muchos cargos porque toda su vida persiguió la “limpieza de sangre” que no tenía por herencia, algunos de ellos debieron ser verdaderamente aburridos. Además, su importante papel como retratista de la familia real perdió importancia cuando Felipe IV no permitió seguir siendo retratado.
No se si sería buena o mala persona, pero hay que tener en cuenta el ambiente y el tiempo en que vivió. Y, para mí, es el gran pintor de todos los tiempos, me parece fascinante, lo reúne todo. ¡Y lo tenemos en el Prado, en Madrid!
Muchas gracias por tus siempre amables comentarios.
Mercedes
25 octubre 2010 a 22:14
José Casado
Hola Mercedes. LLevo 56 años en Madrid, naci aqui asi que…y ahora es cuando me estoy enterando de la historia de mi «pueblo». Digo esto, porque no he entrado nunca en la Academia de San Fernando, y cada vez que te leo a ti, a Jesús o a otros «monstruos» de la historia de Madrid y de sus pobladores, me quedo inpactado, creo que por eso abri el blog.
Gracias Mercedes, y un saludo.
25 octubre 2010 a 22:16
artedemadrid
Hola Paco, yo estuve ayer allí, me acerqué ya que no pude entrar en la expo dedicada a Santos Yubero 🙂 No me importó, al revés, es un museo maravilloso, y eso que ayer casi no pasé del vestíbulo… Ya me contarás cuando vayas, ya sabes que permiten hacer fotografías, y hay mucho donde elegir, tu puedes disfrutar allí.
¿Miedo? a mí me da tranquilidad, comprobar que allá donde mires hay una historia por descubrir 😉
me alegro te haya interesado ésta
un beso
Mercedes
25 octubre 2010 a 22:29
artedemadrid
Hola José, muchas gracias a tí, como siempre, y me alegro de que abrieras tu blog, unos aprendemos de los otros.
Lo de la Academia de San Fernando debes remediarlo enseguida, es uno de los mejores museos de Madrid, solo entrar en el edificio merece la pena, pero además allí están los mejores artistas.
saludos
Mercedes
26 octubre 2010 a 13:28
J. J. Guerra Esetena
Hola Mercedes. Fantástico reportaje!! Gracias por descubrirnos a ese Velázquez viajero, buscador de tesoros artísticos, que tanto contribuyó al enriquecimiento artístico de la Corte (y, por ende, de nuestra ciudad).
Estoy contigo, Mercedes. Qué gran suerte tenemos en Madrid de tener la mayor y mejor parte de la obra de Velázquez. Es el pintor con mayúsculas, no ha habido otro como él. Y lo tenemos aquí, tan a mano… Es todo un lujo.
Un abrazo, Jesús
26 octubre 2010 a 13:59
Jaime
Interesantísimo Mercedes. Debo reconocer que mi desconocimiento de Velázquez no va más allá de su obra pictórica. Tampoco he ido a la Academia de San Fernando (y esi que tengo ganas por ver la réplica del Ángel Caído). Así que, al igual que Paco, cuando por fin encuentre el momento de ir, ya tendré algo más interesante que descubrir gracias a ti. Un besote,
26 octubre 2010 a 14:22
ROMO XIII
Olé Mercedes…otra vez, por darnos a conocer este detalle del vestíbulo de la R.A.B.A, que realmente pasa desapercibido para la mayoría de los visitantes, entre los saludos de cortesía, las taquillas, etc, no prestas atención a la «decoración» de la entrada. Tuve la oportunidad de hablar con la arquitecta, Emmanuela Gambini, que lleva muchos años allí y me dio detalles la mar de interesantes sobre muchos de los tesoros que guardan.
Un abrazo
26 octubre 2010 a 19:40
artedemadrid
Gracias Jesús, tienes razón, a Velázquez le debemos mucho más que su propia obra, ¡que es inmensa!
Así da gusto Jaime 🙂 me alegro un montón de que te resulte interesante, y te digo lo mismo, tienes que ir a verlo, te va a gustar.
¡Anda que no tienes cosas que contar Manuel Romo XIII! me encantaría leer todos esos detalles interesantes que te contaron … y gracias por tu olé.
saludos y abrazos
Mercedes
27 octubre 2010 a 10:44
carlos osorio
Muy interesante, Mercedes!
27 octubre 2010 a 14:03
anapedraza
¡Hola Mercedes!
Hace años que no visito la Real Academia, y ahora mismo no recuerdo las estatúas ¿?
Me la igual que me repita. Es un placer leerte, y además, siempre aprendo.
¡Un abrazo!
Miguel
27 octubre 2010 a 20:36
artedemadrid
Gracias, Carlos.
Miguel, la verdad es que están un poco escondiditas, a pesar de lo grandes que son.
El placer es mío 🙂
un beso
29 octubre 2010 a 14:47
Maria Rosa
Este Museo de Bella Artes de San Fernando nunca me he explicado como no tiene más visitantes pues es muy pero que muy interesante, pero quizá se ha quedado «anticuado» ante las mejoras del resto de los Museos y es una pena…Son buenísimas las visitas guiadas que realizan… Pero como siempre descubres Arte e Historia por todos los lugares por donde pasas…estas dos magníficas reproducciones nunca nadie me las había explicado como tú…Así que una vez más muchas gracias.
Plenamente de acuerdo con la valoración de Velázquez. La mejor biografía que yo he leído de él: «Velázquez y su siglo» de Carl Justi, en editorial Istmo (22,30 euros)
30 octubre 2010 a 19:39
artedemadrid
Hola María Rosa, es verdad que tiene muy pocos visitantes, hay días incluso que creo no abren todas salas, y hubo un tiempo que peligró por falta de personal (falta de presupuesto). Son cosas incomprensibles, quizá falta de publicidad. A mi me gusta también por eso, porque nunca hay aglomeraciones, pero comprendo que necesita público, yo siempre que puedo hablo de este museo para animar a visitarlo.
Tomo nota de la biografía de Velázquez, he leído bastante sobre él, pero me interesa mucho.
gracias y besos
Mercedes
2 marzo 2012 a 21:01
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8 diciembre 2012 a 20:00
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