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Como sabéis, ayer tuvieron lugar en la Facultad de Geografía e Historia de la Universidad Complutense de Madrid, las XV Jornadas de Historia Medieval de la Asociación Cultural Almudayna, bajo el título de Cultura material en las Tierras de Madrid en la Edad Media. Merece la pena conocer su trabajo, serio, riguroso y apasionante.

Abrió las Jornadas su directora, Cristina Segura, catedrática de Historia Medieval, y conocida gran especialista, que comenzó recordando la reciente presentación del libro de Christine Mazzoli-Guintard titulado Madrid, pequeña ciudad de Al-Andalus (siglos IX al XXI), editado por Almudayna, ya que la edición de libros de temática medieval es otra de las magníficas actividades que realiza esta asociación.

Dijo Cristina Segura que este libro es lo más sólido publicado hasta ahora sobre el origen islámico de Madrid. Otro libro de reciente publicación trata sobre el Agua en el origen de Madrid, de Eduardo Jiménez, por cierto otro de los temas favoritos en este blog.

Antes de dar paso al primer ponente, añadió algo muy bonito, les dijo que no sabía si eran conscientes de que están construyendo la Historia del Madrid Medieval.

Después de un año de investigación entre legajos en los Archivos, y mucho trabajo, allí nos hablaron de todo lo relacionado con la “cultura material” en la Edad Media madrileña, objetos, elementos, construcciones… La importancia de las fuentes y las construcciones hidraúlicas y la vida a su alrededor, el primer reloj mecánico instalado en la iglesia de San Salvador, los festejos y el ocio, datos en torno a los precios y salarios, los primeros archivos y su importancia tanto material como simbólica, los caminos, los horarios de trabajo, … a lo largo del día irían explicando detalles que nos permiten conocer cómo era la vida en Madrid entonces.

Tras la primera intervención, precisamente de Christine Mazzoli, ya en el debate surgieron comentarios relativos a Mayrit, el Madrid islámico, como la existencia de un Cadí -Juez- y de un Gobernador -cargo equiparable a los futuros Corregidores o Alcaldes- encargado de cobrar los impuestos, figuras necesarias en una sociedad civil, ¿qué sentido tendrían en un asentamiento estrictamente militar?.

A continuación José Luis Garrot amplió el contenido de su ponencia que ya conocíamos, Mayrit, fundación musulmana. Evidencias materiales.

Comenzó comentando las contradictorias manifestaciones de la arqueóloga Esther Andréu, quien en 2007 pensaba que las casas halladas durante las excavaciones que ella dirige en la Plaza de la Armería eran árabes, como explicaba ella misma en su artículo El Madrid Medieval, para después opinar que databan del siglo XII, y afirmar que por tanto Madrid no nació hasta entonces. Sin embargo la arqueóloga luego en la revista La Ilustración de Madrid habló de que Madrid pudo ser un villorio visigodo debido al hallazgo de un esqueleto al parecer del siglo VIII.

Luego José L. Garrot nos recordó que en dichas excavaciones realizadas durante la construcción del Museo de Colecciones Reales, como contaba la misma arqueóloga en el famoso reportaje de El País, que se han encontrado cerámicas con inscripción y decoración árabe así como huellas judías.

Después nos mostró ejemplos de restos hallados en diferentes trabajos arqueológicos, como los materiales obtenidos previos a la reconstrucción de la Casa de San Isidro, actual Museo de los Orígenes, las excavaciones en la Cuesta de la Vega, etc. donde se hallaron cerámicas de cocina más propias de una vida civil que meramente militar.

Muralla árabe en la Cuesta de la Vega, nuestro monumento más antiguo.

Hasta ahora, la arqueología ha puesto de manifiesto la existencia de población durante los siglos IX al XI en varios barrios de Madrid (las Vistillas, zona calle Sacramento y Mayor,  la Cava Baja-Almendro, proximidades a la calle de Santiago, Espejo, etc.). También nos habló del Viaje de Agua hallado en la Plaza de los Carros, la Necrópolis de la calle de Toledo… Un vez más hizo referencia a los personajes madrileños que en esa época tuvieron actividad cultural o científica. En definitiva, testimonios de la existencia de población civil árabe.

Otro aspecto muy interesante comentado fue que los mudéjares, o musulmanes que siguieron viviendo en Madrid tras la conquista cristiana, continuaron aquí hasta el siglo XV. Parece claro que si se hubiera tratado únicamente de militares todos habrían abandonado la fortaleza.

En fin, el autor, Doctor en Estudios Árabes e Islámicos, hizo un recorrido por todas las pruebas materiales y documentales que considera avalan el origen islámico de Madrid, en el siglo IX.

Durante el debate alguien preguntó acerca del esqueleto hallado bajo una de las casas, perteneciente a un hombre visigodo (siglo VIII), “¿por qué sabemos que es visigodo?”, introduciendo otro tema importantísimo.

Según E.Andréu, se sabe por las pruebas realizadas mediante carbono 14.

José Luis Garrot nos aclaró que el carbono 14 es fiable para hallazgos mucho más antiguos, cuanto más cercana es la fecha, menos fiable es la prueba. En su opinión, en este caso no se puede afirmar algo así de forma tan categórica. El esqueleto podría ser del siglo VIII, del IX… mediante el carbono 14 no se puede saber con exactitud.

Muchas gracias a todos los que intervinieron, que tras las conclusiones y posibles temas expuestos nuevamente por Cristina Segura, ya decidieron el tema sobre el que van a investigar el próximo curso, para las XVI Jornadas.

Gracias a todos por construir la Historia del Madrid Medieval.

por Mercedes Gómez

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Recientemente hemos hablado aquí sobre el origen de Madrid, a raíz de las declaraciones de la arqueóloga que dirige las excavaciones acometidas durante las obras de construcción del Museo de Colecciones Reales, en las que afirmaba que Madrid no fue fundada por los musulmanes pues en época islámica la población fue únicamente militar, y negaba la existencia de una población civil.

Tema fascinante sin duda, el origen de Madrid. Hace unos días varios periódicos y otros medios digitales han insistido en dar como noticia el hecho de que en Madrid no existió una población civil durante los dos siglos de ocupación árabe. Si se trata de una opinión es absolutamente respetable, pero parece un tanto precipitado considerarlo una certeza. No parece serio eliminar de un plumazo todas las evidencias expuestas hasta este momento por especialistas, arqueólogos, historiadores e investigadores de la Historia de Madrid en general, que esperamos nos irán explicando sus conclusiones.

Me gustaría agradecer a José Luis Garrot que se haya puesto en contacto con nosotros, sus comentarios y aclaraciones, y que nos haya invitado a las Jornadas que se celebrarán el próximo lunes día 27 de junio. Licenciado en Historia, especialidad de Historia Medieval, y Doctor en Estudios Árabes e Islámicos, actualmente es investigador adscrito a la Universidad Complutense de Madrid, dentro del grupo de investigación Madrid Medieval -dirigido por Cristina Segura-, además colabora con el Departamento de Estudios Árabes e Islámicos de la U.C.M. Se trata sin duda de un gran especialista en la Historia Medieval de Madrid y sus orígenes.

Son las XV Jornadas de Historia Medieval de la Asociación Cultural Almudayna, bajo el título de Cultura material en las Tierras de Madrid en la Edad Media. Tendrán lugar en la Sala de Juntas de la Facultad de Geografía e Historia de la Universidad Complutense de Madrid, a partir de las 10.30 de la mañana.

José Luis Garrot en su ponencia titulada Mayrit, fundación musulmana. Evidencias materiales, hablará de las pruebas, tanto arqueológicas como documentales, que demuestran la fundación musulmana de Madrid.

Nos recordará que para que un lugar fuera homologado como madina debía reunir varios requisitos: estar amurallado, disponer de una mezquita y un zoco, que en ella hubiera actividad comercial y cultural, etc. Con respecto a esto último hay que referirse a los numerosos intelectuales que las fuentes mencionan como madrileños, dedicados a las ciencias, la teología, la literatura, etc. Esta actividad es impropia de un lugar que simplemente fuera un acuartelamiento militar.

En cuanto a este aspecto, nos cuenta el autor que el Mayrit musulmán aparece en los escritos desde muy antiguo, la primera fuente que lo menciona es La description de l’Espagne, escrita por Ahmad al Razi en el  siglo X, en la que cataloga a Mayrit de madina.

En el siglo XI -antes de la conquista cristiana- tres fuentes mencionan Mayrit: Ibn Hayyan en su Crónica del califa Abderramán III al-Nasir entre los años 912 y 942; Ibn Hazm la menciona en su Naqt al-arus tawarij al-julafa (hay una traducción parcial de M. ali Makki titulada A propósito de la revolución de Ubayd Allah b. Mahdi en Madrid), y por último aparece en la obra Una crónica anónima de Abd al rahman III al-Nasir.

Podéis descargar aquí un breve Resumen de su conferencia, y si estáis interesados en asistir a las Jornadas, este es el Programa completo.

Mercedes Gómez

Tengo el placer de contaros que el Museo Reina Sofía acaba de inaugurar la gran exposición retrospectiva dedicada a Elena Asins, importante artista de la vanguardia española del siglo XX, en la que podemos contemplar una gran selección de sus obras desde sus comienzos en los años 60 hasta la actualidad. Como ella misma afirma, se exponen fragmentos de su memoria, retazos de los signos que ha ido trazando a través de su vida. Añade que las obras de esta exposición deben ser entendidas como una “cierta apertura a la ciencia de los números”.

A Elena Asins, buena amiga de este blog, ya la conocéis. Dice que nunca ha tenido la intención de ser una artista al uso, ni escultora, ni pintora, ni escritora… pero yo creo que Elena es una artista total, todo lo vive y lo piensa desde una visión -su visión-, del Arte, que tanto ama. Construye obras, signos, producto de sus cálculos matemáticos, sus algoritmos, cálculos imposibles para la mayoría de nosotros.

Su gran formación en el área de las matemáticas y la semiótica –junto a Noam Chomsky nada más y nada menos- le ha llevado a investigar e innovar en todas las facetas del arte asistido por ordenador en diferentes formas, dibujo, escultura, video, instalaciones… Todo ello representado en esta espléndida muestra del Museo Reina Sofía, comisariada por el propio director del Museo, Manuel Borja-Villel.

Mi primera impresión es que la obra de Elena Asins no podía tener un escenario mejor, las blancas y a veces un poco misteriosas salas del Reina Sofía. La muestra se halla instalada en la sala 305 de la tercera planta del Edificio Sabatini. Tras recorrer la galería del Claustro, y contemplar una vez más el jardín del antiguo hospital, comienza la visita.

Nos recibe una obra realizada con hilo y madera, luego los papeles plegados sobre cartulinas… estamos en 1968.

Desde siempre, Elena ha investigado, conceptos, soportes, materiales… y ha buscado… Luego llegaron las estructuras ópticas y las geometrías. Y, como ya contamos hace unos meses -cuando recibió el premio Una Vida DEARTE-, trabajó junto a otros artistas en el Centro de Cálculo de la Universidad Complutense de Madrid, grupo al que llegó en 1970 gracias a su amigo Eusebio Sempere, pioneros en el arte creado mediante ordenador.

La exposición va mostrando de forma exquisita la gran obra de Elena Asins. Impresionante la sala dedicada íntegramente a su Paradigme for Scale. Otra de las obras más atrayentes es un vídeo, canons 22, donde sus figuras cobran vida, las ves moverse, crecer, y “buscar su lugar”.

Y parece que lo encuentran, alcanzando las tres dimensiones, en las bellas esculturas, como sus menhires y dólmenes, trabajo que desarrolla desde los años 90.

La visita termina en un sorprendente Agujero negro.

Como en toda la actividad artística de Elena Asins, se trata de un concepto, una idea, que la autora expresa en esta instalación. Lo que ocurre es que una vez la “idea” se encuentra en un museo, todo pasa a depender del visitante, del público.

Ves la entrada a otra sala, y tras ella solo oscuridad. ¿Qué hacer?, nada explica lo que hay detrás, solo un cartel, “Agujero negro”. Es una habitación sin luz.

Entro, pero no más de un metro, está oscuro y no veo nada, paredes negras, suelo negro apenas una superficie a la que me agarro, me quedo quieta buscando seguridad e intentando descubrir qué hay ahí.

Tres o cuatro personas han entrado antes que yo y veo que llegan “de alguna parte”, y salen. Al poco rato sale un chico y le pregunto qué tal, que me da miedo meterme en la oscuridad, y me dice “pues es muy interesante…”, y su explicación tan positiva pienso que a Elena le hubiera encantado escucharla.

Es verdad, es una experiencia interesante. Al principio solo te guía el tacto, la mano sobre la pared alfombrada y suave te lleva hasta el fondo, pero poco a poco empiezas a ver, aunque es raro, ves la habitación negra en la que te encuentras. Es como todo, depende de tu carácter, estado de ánimo, compañía… cada persona puede vivirlo distinto,… como la vida misma.

Y es que Elena es capaz de relacionar las matemáticas con la filosofía, y con la vida.

Vamos desde el delicado hilo blanco del comienzo hasta el agujero negro del final. En todo el trayecto apenas hay color, solo pequeños detalles, nos movemos en la gama de los grises, del blanco al negro, pero del agujero salimos porque hay una luz que nos devuelve al orden. Sobre todo si hay gente a nuestro alrededor, al menos así lo viví yo.

Gracias, Elena, mi más cariñosa y sincera enhorabuena. Te deseo todo el éxito del mundo, y lo tendrás, porque la exposición es extraordinaria.

Mercedes

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Elena Asins. Fragmentos de la memoria.
Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía
Edificio Sabatini, Planta 3
15 de junio – 31 de octubre de 2011

Son pocas las viejas chimeneas que perviven, como testigos de otro tiempo y de otro Madrid. Son chimeneas de antiguas fábricas, construidas en el siglo XIX o comienzos del XX, en ladrillo cocido y de forma y altura características, elementos de la arquitectura industrial prácticamente desaparecidos en nuestra ciudad.

Ayer descubrí una para mí desconocida, algo escondida entre modernos bloques de viviendas, protegida tras una reja y cámaras de video, en una arbolada calle del barrio de Pacífico, la de Juan de Urbieta.

Se trata del único resto de la Fábrica de Vidrios de Artigas y Cia., construida por los ingenieros Luis Maura y M. de Artigas en 1915, unos años antes por cierto que la cercana Nave de Motores del Metro, cuando la calle de Valderribas, antiguo Camino, y sus alrededores eran muy distintos a la actualidad.

Esta fábrica, que ocupaba parte de la manzana entre las calles de Juan de Urbieta 13 y 15, y la calle de Valderribas 18, fue derribada en los años 90 del siglo XX, pero la chimenea se conservó. Existe una placa en la base ajardinada, aunque no pude acceder para leer el texto.

Hemos visitado en este blog la de la Real Fábrica de Tapices, y la de la Antigua Fábrica de Cervezas Mahou en la calle de Amaniel, recuerdo la de la Fábrica de Cerámica de la Moncloa y la del Gasómetro en la Ronda de Toledo..  ¿conocéis alguna chimenea más en Madrid?.

por Mercedes Gómez

ACTUALIZACIÓN 21 junio de 2011

Como nos cuenta Armando Herrero en su comentario, estas son las fotos que realizó en 1998 justo antes de que derribaran un chalet que existió en la parte posterior hacia la calle Granada.

Foto : Armando Herrero (1998)

Foto : Armando Herrero (1998)

¡Muchas gracias, Armando! Resulta muy interesante y curioso ver cómo era el patio hace trece años, y poder contemplar la chimenea mucho mejor.

Mercedes

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ACTUALIZACIÓN 13 de abril de 2023

Volvemos a actualizar la historia de esta chimenea ¡gracias a Mario!, autor de Mapa de Arte en Madrid @MapaArte en Twitter, que ha conseguido una foto de la placa que yo no pude ver hace años.

Foto: @MapaArte

Hace unos días nuestro amigo Manuel Romo, en su estupendo blog Madriz hacia arriba, nos habló de uno de los conjuntos arquitectónicos más notables de Madrid, las antiguas Salesas Reales. Nos contó su historia, evolución, detalles de su reconstrucción… y nos mostró su iglesia, único elemento que se salvó del incendio en los inicios del siglo XX.

El Antiguo Monasterio de la Visitación de las Salesas Reales es actualmente la sede del Tribunal Supremo. Hoy, como complemento al artículo de Manuel, os invito a visitar su interior, que guarda algunos tesoros.

El Palacio de Justicia del Tribunal Supremo, con fachada principal a la Plaza de la Villa de París, es uno de los edificios más espectaculares que he tenido ocasión de visitar en Madrid. Su interior barroco afrancesado deslumbra al visitante. Suelos de mármol de distintas tonalidades, columnas jónicas coronadas por capiteles dorados, vidrieras delicadas que permiten el paso de la luz en los salones, pinturas al fresco en sus techos…

Tras la fachada principal, el gran vestíbulo con las figuras de Justiniano y Alfonso X, realizadas por Lorenzo Coullaut Valera, y la monumental Escalera de Honor que nos llevará directamente al Salón de Plenos, en la segunda planta. Pero antes vamos a visitar la Primera Planta.

La entrada tiene lugar por la calle del Marqués de la Ensenada, por donde accedemos al antiguo Vestíbulo de la Audiencia Provincial, decorado con vidrieras de inspiración modernista -que se repetirán por todo el edificio- y frescos de Álvaro Alcalá Galiano.

En la Galería Central de la antigua Galería de Pasos Perdidos de la Audiencia se encuentra la fuente original de mármol que en el pasado decoró el bello Patio.

La actual es una reproducción.

En la segunda planta, en el majestuoso Salón de Plenos, existe un escudo realizado por Mariano Benlliure. Aquí se realiza la presentación solemne del año judicial, presidida por S.M. el Rey. La estancia está adornada con mármoles, tapicerías lujosas, vidrieras y una pintura al fresco obra de Marcelino Santa María.

Aquí hallamos la Galería de Pasos Perdidos del Tribunal Supremo, con sus características columnas jónicas, y nuevamente con pinturas  de Alcalá Galiano que representan las virtudes de la Justicia.

Las obras son propiedad de Patrimonio Nacional, entre las cuales se encuentran algunas pinturas de gran valor, como una espléndida Inmaculada de Claudio Coello, en la Sala de Vistas de la Sala I de lo Civil.

Y el Cristo, obra de Alonso Cano, en la Sala de Vistas de la Sala II de lo Penal.

Después pasamos a la Sala de Banderas, con todas las banderas de España y de la Unión Europea bajo una vidriera cenital, acceso a la Presidencia del Tribunal Supremo.

Visitamos el Salón de Plenillos, y el Antedespacho del Presidente, conocido como La Rotonda, por su planta circular, es una de las estancias más bonitas, con su cúpula pintada al fresco por José Garnelo. Alegorías del Derecho en todas sus formas (Canónico, Romano, Civil, Penal…) entre medallones con símbolos de la Justicia.

La estancia original perteneció al palacio de doña Bárbara de Braganza, y gracias a la generosa luz que entraba por sus ventanales era utilizado por las novicias como sala de bordado. Los sillones actuales fueron encargados por la reina Isabel II.

Por la Escalera de Honor bajamos hasta el gran vestíbulo principal, bajo otra vidriera y pinturas al fresco, donde volvemos a nuestro punto de partida. Tras una foto de familia, la visita ha terminado.

Todos los años, en otoño, el Tribunal Supremo abre sus puertas al público durante una semana. Merece la pena estar atentos.

Por Mercedes Gómez

 

El Distrito de Chamberí está formado por los barrios de Gaztambide, Arapiles, Trafalgar, Almagro, Ríos Rosas y Vallehermoso.

El barrio de Almagro, situado entre la calle de Santa Engracia y el paseo de la Castellana actualmente acoge a las clases altas madrileñas, aunque también a numerosos organismos públicos o embajadas que han elegido algunos de los numerosos palacetes de la zona para instalarse. Pero a comienzos del siglo XIX, este barrio era en una gran parte propiedad de las Órdenes Religiosas.

Por entonces esta zona del Ensanche, al norte de Madrid, atrajo a la Iglesia, debido entre otras cosas a la cantidad de suelo disponible. Su presencia fue disminuyendo durante la primera mitad del siglo debido sobre todo a las leyes de desamortización de Mendizábal, aunque después de la restauración de la monarquía en el año 1874, la iglesia volvió a ser la gran propietaria del barrio, no solo en forma de conventos sino también de asilos o colegios, algunos de los cuales aún perviven.

Hoy os invito a conocer cuatro de estos edificios, de marcado carácter historicista, situados entre la calle de Almagro y Santa Engracia en su primer tramo.

Comenzamos por el antiguo Asilo de las Hermanitas de los Pobres, con entrada por la calle Almagro nº 9.

De estilo neomudéjar, fue construido por Antonio Ruiz de Salces en 1875, ampliado en una planta en 1927 y rehabilitado en 1983. Hoy convertido en Residencia privada, es un monumento BIC desde 1996. La Capilla es de influencia gótica.

Todo el conjunto se ordena alrededor de un jardín con arquerías.

Allí sigue el pozo de piedra que en otro tiempo debió proporcionar el agua tan necesaria.

El Patronato de Enfermos, asociación fundada a principios del siglo XX para socorrer a enfermos pobres, encargó la creación de este hospital a Luis Ferrero, la cual comenzó en 1921. En el número 11 de Santa Engracia, llama la atención su construcción mezcla de ladrillo y piedra, y su decoración con azulejos, firmados por José Navarro, de cerámica valenciana.


El Convento e Iglesia de San José de la Montaña, en la calle Fernández de la Hoz, esquina Españoleto, de finales del siglo XIX:


 

Para terminar, por hoy, entramos en el Monasterio de la Visitación o Salesas Reales.

La Iglesia y Convento de las Salesas de Nuestra Señora de la Visitación, conjunto proyectado en 1880 por el arquitecto Francisco de Cubas, Marqués de Cubas, se encuentra en la calle de Santa Engracia nº 18.

La bella construcción ocupa toda la manzana, entre las calles de Caracas, Fernández de la Hoz, Zurbarán y la propia Santa Engracia, y fue declarada Bien de Interés Cultural en 1977.

Este monasterio constituye una de las mayores edificaciones religiosas de Chamberí, y fue levantado en sustitución del primer edificio incautado en 1870 por el Estado para Palacio de Justicia, actual Tribunal Supremo. Finalizado en 1881, la planta del conjunto es casi cuadrada.

La iglesia, de estilo neogótico, se alza orgullosa al inicio de la calle, con su única torre.

Su planta es de cruz latina con capillas laterales, sobre las cuales se hallan las tribunas.

Antes de trasladarse aquí, tras la exclaustración, mientras se construía el nuevo convento, las religiosas se establecieron durante unos años en el Monasterio de las Salesas Nuevas en la calle San Bernardo 72, hasta que pudieron trasladarse a su nuevo edificio de Santa Engracia, en el que continúan.

por Mercedes Gómez


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Bibliografía:

COAM. “Arquitectura de Madrid”, Madrid 2003.

JIMÉNEZ BLASCO, B.C. “La ocupación del suelo por parte de las órdenes religiosas en el sector oriental de Chamberí” . Anales de Geografía de la Universidad Complutense, Madrid 2002.

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