El Palacio de Fomento, hoy sede del Ministerio de Medio Ambiente, que se asoma a la plaza del Emperador Carlos V, más conocida como glorieta de Atocha, es uno de los edificios más monumentales y emblemáticos de Madrid.
El Ministerio de Fomento, creado en 1856, fue instalado en el antiguo Convento de la Trinidad, en la calle de Atocha, hasta que en 1879 se decidió construir una sede propia ya que el viejo convento no reunía las condiciones necesarias para un organismo de este tipo. El terreno finalmente elegido pertenecía al Real Jardín Botánico. Con el fin de separar el nuevo edificio del Jardín se abrió una nueva calle, la de Claudio Moyano.
Tras unos inicios llenos de avatares y cambios –de arquitectos, ministros del ramo, usos…- se hizo cargo del proyecto Ricardo Velázquez Bosco, quien para entonces ya había construido el Palacio de Velázquez, así llamado hoy en su honor, y el maravilloso Palacio de Cristal en el Retiro.
Dieciocho años después, las obras finalizaron; en 1897 comenzaron a trasladarse las oficinas ministeriales, aunque gran parte de la decoración fue realizada posteriormente.
El gran conjunto escultórico obra de Agustín Querol, sobre el ático, no quedó instalado hasta 1905, a la par que finalizaba el cerramiento del solar con la verja de hierro fundido con columnas corintias y fustes rematados por bustos de la diosa Minerva. Como ya sabemos, gracias a nuestro paseo hace ya más de dos años en busca de La Gloria y los Caballos Alados originales, estas gigantescas esculturas de mármol han vivido una historia muy azarosa desde que fueron sustituidas por una copia en bronce que es la que actualmente corona el edificio.
La situación de los caballos alados o Pegasos no ha cambiado en este tiempo, el que se encuentra en el almacén de la calle del Áncora continúa al descubierto y muestra sus heridas, aunque me ha gustado comprobar que sigue ahí, mirando el cielo, cerca de nosotros.
El de Legazpi, más amenazado por el tráfico a su alrededor, ha sido envuelto con empeño protector y muestra un extraño aspecto.
Volviendo a nuestro edificio protagonista, su planta es rectangular, con cuatro cuerpos de esquinas levemente salientes rematadas por cúpulas de pizarra, larga fachada y gran pórtico, características del gusto del arquitecto, ya utilizadas en el Pabellón de Velázquez.
Al igual que en todas sus obras, Velázquez Bosco cuidó hasta el último detalle, contando con los mejores artistas. La cerámica de Daniel Zuloaga, las esculturas de Querol, Ricardo Bellver, Ángel García Díaz, … Las estrellas de la decoración del edificio son sin duda la escultura, y el color proporcionado por el ladrillo de diferentes tonalidades, y sobre todo por la cerámica.
A ambos lados de la puerta se instalaron dos majestuosas Cariátides, obra de José Alcoverro, que representan a la Industria y al Comercio, y que sustentan el balcón. Sobre ella, ocho columnas y un escudo de mármol esculpido por Bellver.
A principios del siglo XX las obras continuaban… Hubo que construir una chimenea para la salida de humos de la calefacción, y el arquitecto la diseñó y realizó en ladrillo con gran diversidad de bellos elementos decorativos.
Las cornisas, repisas, impostas y pilastras de la fachada se construyeron en piedra de Novelda, muy poco resistente a algunas agresiones. Entonces aún circulaban los carros por las calles madrileñas, y nadie pudo imaginar hasta qué punto la contaminación que se avecinaba podría destruir esta delicada piedra blanca con el paso de los años. Las columnas tuvieron que ser sustituidas, y las primitivas se encuentran en otros lugares de la ciudad, por ejemplo en el Jardín del Palacio de Buenavista hay dos de ellas.
El pasado doce de octubre, en una festiva Jornada de Puertas Abiertas en muchos edificios y museos de Madrid, por fin traspasamos la espléndida puerta de entrada, que conserva el sello de su constructor, Gabriel Asins, y pudimos acceder al lujoso zaguán, antesala de la bellísima escalera construida en mármol italiano, excepto el zócalo que procede de las canteras del pueblo madrileño de Robledo de Chavela.
Llega únicamente hasta la planta principal y desgraciadamente hoy día no recibe la luz suficiente para apreciar toda su belleza, ya que sus ventanales fueron cegados al construirse nuevos despachos por necesidades de espacio, aún así su contemplación, deslumbra.
Fue diseñada por el propio arquitecto y decorada con pinturas de los artistas madrileños Alejandro Ferrant y Manuel Domínguez, igualmente terminadas en 1905. Ferrant pintó la bóveda y Domínguez las lunetas. Las enjutas de los arcos están formadas por esculturas de García Díaz.
Frente al acceso a la planta principal se encuentra el que fuera el Gran Salón de Recepciones, decorado en origen de forma muy suntuosa. En los años 50 del pasado siglo XX fue muy transformado, hoy día únicamente conserva algunos restos de las columnas primitivas, recibe el nombre de Sala de Micrófonos y se utiliza como Sala de Juntas. Sus balcones se asoman a la glorieta de Atocha.
La escalera imperial está situada entre los dos patios o lucernarios con cubiertas de hierro y cristal en torno a los cuales se ordena el edificio.
Como casi todos los elementos de hierro, las cubiertas fueron realizadas en los Altos Hornos de Bilbao y montadas en los talleres madrileños de Industrias González.
Sus fachadas, al igual que las galerías, presentan la misma decoración que la fachada exterior. Todo en este edificio es armónico, tanto en su exterior como interior.
Existen otras dos escaleras de servicio general, construidas en hierro y madera, muy bonitas. Las piezas de fundición fueron realizadas en Industrias González.
Finalizado el edificio, se construyó un bello Jardín a su alrededor, que aún se conserva, siendo de interés histórico-artístico.
por Mercedes Gómez
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Bibliografía:
Juan Carlos Arbex. El Palacio de Fomento. Mº de Agricultura, Pesca y Alimentación. Madrid 1988.
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29 comentarios
Comments feed for this article
14 de noviembre de 2011 a 23:58
isabel alguacil
Siempre me han gustado esas esculturas.. ¿por qué seguirá tapada la de Legazpi..?
Gracias por el post Mercedes!!
15 de noviembre de 2011 a 00:09
mcarmen
Estupendo recorrido, Mercedes, por un edificio por el que siempre he tenido curiosidad. Preciosas las cubiertas y las escaleras.
Saludos,
15 de noviembre de 2011 a 00:44
ROMO XIII
Fantástico artículo, Mercedes, como era de prever, con esa facultad tuya para fijarte en todos los detalles y desgranarlos de forma tan minuciosa y amena.
¡Menos mal que lo has publicado! Eso sí, dime cual va a ser el próximo artículo que vas a meter en rotativa para no fusilárnoslo…por aquello de las casualidades.
Te ha quedado «bordao». Felicidades.
Un beso.
15 de noviembre de 2011 a 08:04
Mariarosa
Es que ya me quedo sin palabras…Nunca he podido entrar en este magnífico edificio cuyo exterior si que contemplo con admiración siempre que paso por él…y no tenía ni idea del destino de sus caballos de mármol ni de tantas cosas como nos cuentas…¿ves? Con lo nublado que ha amanecido el dia a mi ya me lo has alegrado…ahora sólo me queda enterarme cuando habrá otra ocasión para entrar en él,..Muchas gracias
15 de noviembre de 2011 a 20:08
Mercedes
Hola Isabel,
La situación de esa pobre escultura es extrañísima, no se qué idea tienen (aunque de momento parece que ninguna).
¡Gracias a ti por tu visita!
Hola M.Carmen, es un edificio espectacular, si tienes ocasión no dejes de entrar a conocerlo.
Saludos!
Gracias, Manuel,
No es de extrañar que los dos hayamos pensado en este edificio, es uno de los más bonitos de Madrid, pero no creo que nos hayamos “fusilado” nada…
Un beso
Hola María Rosa, ¡muchas gracias!,
A veces hacen exposiciones, de hecho el día que yo estuve había una sobre la Dieta Mediterránea, en uno de los patios. Espero que lo puedas visitar pronto.
besos
15 de noviembre de 2011 a 20:37
ROMO XIII
Perdóname Mercedes, creo que he empleado la palabra inadecuada. Espero que no te haya molestado, si es así, mil perdones. Nada más lejos de mi intención.
Un beso.
15 de noviembre de 2011 a 21:00
Mercedes
Manuel, ¡no hay nada que perdonar!, no me ha molestado,
yo creo que es algo bueno pensar en las mismas cosas bonitas y contarlas cada uno de forma diferente. Lo que me hizo gracia es que era obvio que habíamos trabajado a la vez en un mismo tema 🙂 sin saberlo.
un beso!
15 de noviembre de 2011 a 21:39
Doña Umé
Todo el edificio es preciosísimo, Mercedes, lo que se aprecia desde fuera, y todo lo que nos enseñas de dentro .
Es majestuoso…..
Me encanta el detalle de la escalera interior, que monaaa!!!…
«Peazo» de post, Mercedes. (como todos los tuyos)
Un abrazo
15 de noviembre de 2011 a 22:42
paco
Hola Mercedes,
Es un edifico que me encanta, de hecho, el fotografiarlo junto con la estación de Atocha es algo que tengo pendiente y que no sé si podré hacer algún día 🙂 Cuando no es uno, es el otro el que está cubierto por andamios; ahora lo están los dos.
La escultura de Legazpi sigue cubierta porque la plaza sigue en obras; paradas, pero en obras.
Un beso
15 de noviembre de 2011 a 22:59
Mercedes
¡Gracias Doña Umé! sí que es preciosísimo.
A la escalera interior, tan mona 🙂 le hice unas cuantas fotos, y la gente que subía y bajaba me miraba como si estuviera loca, claro, después de ver la otra tan monumental…
un beso
15 de noviembre de 2011 a 23:04
Mercedes
Hola Paco, es verdad, las esculturas han estado tapadas y andamiadas hasta hace dos días, ahora ya no, pero quedan las lonas de la empresa constructora, muy poco fotogénico todo, y ahora parece que van a restaurar la fachada de la estación… espero que algun día puedas hacer tus fotos (y las del Museo Municipal) 🙂
un beso
15 de noviembre de 2011 a 23:17
Mercedes
Hola otra vez a todos, es que me acabo de dar cuenta de algo…
a la escultura de la calle Áncora (la foto es del domingo pasado) le falta un brazo, pero en la foto del artículo anterior (marzo de 2009) aún lo tenía, ¿qué ha pasado en este tiempo en ese almacén?.
Pobrecito.
17 de noviembre de 2011 a 12:59
fotopaco
Hola, Mercedes,
Fotos de las esculturas tengo, lo que pasa que por las tardes la luz de la plaza en muy bonita, con un gran angular se coge toda, estación incluida, y como a esas horas la luz es rojiza, los ladrillos resaltan más. Por lo que se ve todavía hay que esperar algún año más para poder hacerla 🙂
¿Sabes? ¡Por fin me ha tocado un Viaje al Interior de la Cultura! los de Telefónica 🙂 El problema es que no puedo ir y no se pueden ceder a terceros 😦 Un lástima, a esperar otros años más aquí también 🙂
17 de noviembre de 2011 a 22:09
Mercedes
Pero, Paco, ¡¿te ha tocado la visita y no puedes ir?! no me lo puedo creer,
qué pena ¿qué habías elegido este año, otra vez el Prado?
bueno, esperaremos la visita, y las fotos… 🙂
besos
18 de noviembre de 2011 a 02:55
Bélok
Bellísimo edificio y siempre siendo foco de todas las miradas en Atocha. Esa fachada impresionante y las grandes esculturas coronando su ático. Siempre perdura el Ministerio de Agricultura como nombre en nuestras memorias. Yo no lo conozco por dentro y espero entrar alguna vez. Mi enhorabuena Mercedes por haber sido la privilegiada esta vez y desde luego que como siempre… magnífico post.
18 de noviembre de 2011 a 08:43
JOSE CASADO
Hola mercedes. Fantantisco articulo! Es un edificio precioso, se mire por donde se mire, cuidado en todos los detalles y con unos colores espectaculares. Esperemos que acaben pronto con la obras en las esculturas del techo.
Nunca he podido entrar, ya que lo de las puertas abiertas, siempre me pilla trabajando.
Gracias por enseñarñoslo.
Un saludo.
18 de noviembre de 2011 a 10:36
antonioiraizoz
Hola Mercedes!
Este magnífico edificio bien se merecía uno de tus completos artículos asi como el de Manuel.
Siempre he soñado que este edificio (y su jardín), poco funcional para un uso administrativo moderno, era muy apto para el museístico, en concreto para escultura y así en lugar de un eje con tres grandes museos, serían cuatro y ¿por qué no cinco con Buenavista?, superando al Ringstrasse vienés.
Ya sé que no es un planteamiento para los tiempos que corren pero soñar no cuesta nada.
Saludos
18 de noviembre de 2011 a 13:04
fotopaco
También solicité para el Prado, pero me tocó el Reina Sofía. De todas formas, no creo que vuelva a solicitarlo, porque en la nota de confirmación de asistencia te recuerdan que no están permitidas las fotografías. Aparte, les tienes que ceder tus derechos de imagen, es decir, que ellos sí las van a hacer, y que si sales en una foto y después ellos la quieren usar para publicidad, te haces famoso quieras o no 🙂
18 de noviembre de 2011 a 23:54
Mercedes
Gracias Bélok,
Es verdad lo del nombre, de hecho es la inscripción que perdura en la entrada, y todos le seguimos llamando así.
Hola José, ¿trabajas los días festivos?… bueno, espero que algún día puedas coincidir con alguna buena visita.
Gracias a ti y saludos
¡Hola Antonio!
Bonito sueño el tuyo, nunca se sabe, a lo mejor algún día se convierte en realidad!
Me gusta tu referencia al jardín, en esta ocasión no entraba en la visita, pero pude verlo en una Semana de la Arquitectura hace tiempo (entonces no dejaron hacer fotos, fíjate, ni al jardín) y es muy bonito.
Saludos
Paco, solicitaste el Prado ¿y te tocó el Reina Sofía?, pues qué curioso. ¿Y no se puede hacer fotos?, ¿Y…?
Te diré que yo este año al final no solicité nada, ya no me apeteció, y por lo que cuentas creo que no me voy a arrepentir 🙂
Buen finde
20 de noviembre de 2011 a 13:38
fotopaco
Hola Mercedes,
Solicit´e el Prado, RAE y MNCARS 🙂
Se que la visita de por si ya es suficiente motivo para acudir a estas cosas, pero a mi me gusta llevarme de recuerdo alguna fotografia, y mas aun si es un sitio al que seguramente no tendras otra oportunidad para verlo.
Cuando tienes la fotografia como aficion, porque te gusta, al final acabas mirandolo todo desde ese punto de vista, se hace inconscientemente. Si sales de casa sin la camara te falta algo; afortunadamente el movil mata el gusanillo 🙂
Pasa un buen dia, yo voy a ver si voto.
20 de noviembre de 2011 a 14:36
Mercedes
Hola Paco, no sabía que se podía solicitar más de una, bueno, el año que viene igual repito. El año pasado solicité la RAE, y nada.
Yo no soy fotógrafa, pero me pasa como a tí, si no hago fotos me parece que me falta algo, son un recuerdo y un documento muy importante. Mi sensación es que últimamente lo permiten más.
Bueno, ya voté esta mañana, y luego me fui a ver la expo de Deineka, en la Fundación Juan March. Tenías razón, me ha gustado mucho, y el montaje es magnífico. Absolutamente recomendable a todos.
Está muy negro el día, pero pasa una buena tarde 🙂
20 de noviembre de 2011 a 19:20
churri
Hola Merche como siempre un 10 porque los post que mas me
gustan es cuando me descubren algo que no sabia y en este por ejemplo ha sido que los terrenos que acupa pertenecian al Botánico asi como la calle de C.Moyano y tampoco me acordaba de las columnas que están en el jardin del Palacio de Buenvista que
pudimos ver juntos en aquella visita.
Ayer llevé al Pepe a ver El Sorolla asi es que otro que repito y van 4
besos y hasta mañana.
20 de noviembre de 2011 a 22:43
J. J. Guerra Esetena
Aunque llego tarde (he estado fuera y hasta hoy no he podido leer tu artículo), quiero felicitarte por el reportaje, con todas esas pistas que nos das sobre el destino final que han tenido algunos de los elementos que tuvieron que ser sustituidos.
Enhorabuena, Jesús
21 de noviembre de 2011 a 20:05
Mercedes
¡Hola Churri! qué bien que descubras alguna cosita nueva aquí 🙂
El Museo Sorolla es precioso, seguro que lo pasasteis bien, y tu ya eres un experto en museos madrileños.
besitos
21 de noviembre de 2011 a 20:07
Mercedes
Hola Jesús, llegas en un momento estupendo,
¡muchas gracias!
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18 de enero de 2016 a 09:19
carlovino
El gran escudo central y superior de la fachada del ministerio es obra de Ricardo Bellver.
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