Enrique Guijo, espíritu del Renacimiento, inquieto de todo arte, sin abandonar la cerámica ni apartarse por completo del terrible y fascinador “nido de víboras”, que es el horno donde cuajan los esmaltes, extendió su actividad a otras manifestaciones de las artes aplicadas y suntuarias: la decoración arquitectónica, el mobiliario, la talla, la herrería artística…
(Manuel Machado, en La Esfera, 26 junio 1920)
Enrique Guijo Navarro, espíritu del Renacimiento, como bien le definió su amigo Manuel Machado, fue pintor, decorador, ceramista, restaurador… uno de tantos artistas que a pesar de haber sido importante para Madrid, y reconocido en su época, actualmente es casi un desconocido y sus huellas corren el peligro de desaparecer.
Nació en Córdoba en 1871. Su madre se llamaba Antonia, y su padre Mariano, quien desgraciadamente murió muy pronto, cuando Enrique contaba apenas catorce años de edad, hecho que quizá condicionó todo su futuro pues en lugar de estudiar tuvo que trabajar. Junto a su madre viajó a Sevilla, acaso en busca de una vida mejor. En su primer empleo, en el taller del escenógrafo Antonio Matarredoma, se inició en el arte del dibujo y la pintura. De allí pasó a una fábrica de cerámica, probablemente la de la familia Mensaque, y finalmente al taller de Manuel Rodríguez donde definitivamente se formó en el arte de la cerámica.
Hacia 1898 se trasladó a Madrid con su mujer y su recién nacida hija Enriqueta. Hay noticias de que vivieron en la calle de la Parada, debía tratarse de la Travesía de la Parada, nº 7, próxima a San Bernardo.
En esta primera estancia conoció, entre otros intelectuales, a dos personas que más adelante serían muy importantes en su vida: Francisco Alcántara, futuro director de la Escuela de Cerámica, y Manuel Machado, futuro director del Museo Municipal. Frecuentó tertulias, entre ellas la del Café Comercial, a la que acudían los hermanos Machado. Personas que le conocieron afirmaron que era una buena persona, alegre y simpático. Su carácter y desenvoltura seguramente le ayudaron a labrarse su carrera.
En esta etapa en Madrid trabajó como pintor decorador de algunos palacios, uno de ellos el de Medinaceli en la plaza de Colón, desaparecido. En 1907 viajó a Talavera a probar fortuna donde conoció a Juan Ruiz de Luna. Juntos fundaron la Fábrica de Cerámica Artística Nuestra Señora del Prado, en Talavera de la Reina. Las piezas las firmaban Ruiz de Luna, Guijo y Cia., como la que regalaron a su amigo Joaquín Sorolla, seguramente obra de Guijo, hoy expuesta en el Museo Sorolla.
Debido a los problemas económicos que surgieron, en 1910 se trasladó a Madrid con el fin de ocupar una plaza de profesor de la Escuela de Cerámica, cuyo primer director fue Francisco Alcántara, que le contrató junto a Daniel Zuloaga con el fin de poner en marcha el proyecto.
Guijo continuó representando a Ruiz de Luna en Madrid y se hizo cargo de la sucursal de la fábrica en la calle Mayor 80 (actual nº 74). En 1915 la sociedad se disolvió definitivamente. Enrique Guijo continuó con el taller de la calle Mayor de donde salieron numerosas obras, anuncios para tiendas y para el Metro de Madrid, casi todo desaparecido. Felizmente sí se conservan algunos de los anuncios que realizó para la estación de Chamberí, restaurados tras tantos años abandonados en el interior de la estación “fantasma”, que permaneció varios años cerrada, hoy convertida en maravilloso Museo del Metro de Madrid.
Por entonces la publicidad era una novedad. Como indica uno de los pequeños letreros del museo la mayor parte de los anuncios realizados para el Metropolitano los realizaron Enrique Guijo y Alfonso Romero, en algunos casos con la firma del taller, E.Guijo. Mayor 80. Madrid, en otros E.Guijo. Madrid.
Los autores que han estudiado su obra coinciden en que fue un gran rotulista. De esta faceta existe un precioso ejemplo en la Travesía del Arenal, en la antiquísima Librería de los Bibliófilos Españoles.
Desde aquí nos dirigimos a la calle del Espíritu Santo esquina Santa Lucía donde se encontraba uno de los rótulos que Guijo realizó para tiendas madrileñas. La casa, en esta histórica calle en la que una gran parte de sus edificios datan de finales del siglo XIX, ha sido pintada de vistoso color azul.
En el lugar de la antigua tienda de Comestibles, quesos y ultramarinos, que sabemos existió gracias a la foto de Antonio Perla en su imprescindible libro sobre la Cerámica aplicada en la arquitectura madrileña, hay un bar, parece que los azulejos han desaparecido, pero no, solo están tapados. Permanece el escudo, y bajo el material pegado sobre la cerámica se adivinan las letras y números del letrero centenario.
Muy cerca, en la calle de San Vicente Ferrer 27, en el nuevo establecimiento sí podemos admirar los azulejos de la Antigua Huevería.
Junto a ella, la famosa Farmacia de los Laboratorios Juanse, en la esquina con la calle de San Andrés en la que algunas escenas está firmadas por el pintor Mardomingo y en otras aparece la firma del taller, E. Guijo. Mayor 80.
Abandonamos el barrio de Malasaña y continuamos nuestro paseo buscando los vestigios de las obras realizadas por Enrique Guijo y llegamos a uno de los barrios más singulares de Madrid, aunque casi desaparecido, los hotelitos del antiguo Madrid Moderno, en la Guindalera, cerca de la plaza de las Ventas. En el nº 30 de la calle de Roma subsiste a duras penas el letrero de la que en otro tiempo debió ser espléndida Villa Sara, hoy completamente destrozada, incluso sus balcones han sido arrancados.
¿Por qué un edificio llega a alcanzar este lamentable estado?. Solo el letrerito de azulejos sobre la puerta con el nombre de la mujer que tal vez inspiró su construcción conserva sus letras azules y su orla, tristemente pintarrajeadas.
Enrique Guijo, además de trabajar como profesor en la Escuela de Cerámica participó en numerosos proyectos junto a Luis Bellido, arquitecto municipal.
En 1914 restauró los azulejos de la Casa de la Panadería y los frescos de Claudio Coello, que hace tiempo tuvimos la suerte de conocer. También realizó las pinturas de la fachada, sustituyendo a las antiguas que estaban muy deterioradas. Eran las que los madrileños pudimos contemplar hasta 1992 en que nuevamente fueron sustituidas por las actuales, obra de Carlos Franco.

Plaza Mayor, Casa de la Panadería (1893-1954) Archivo Moreno (Mº Cultura). Pinturas de Enrique Guijo.
Entre 1910 y 1925 participó en la construcción del Matadero y Mercado Municipal de Ganado, nuevamente con Luis Bellido. Además de otros elementos cerámicos, Guijo fue el autor de los rótulos pintados sobre azulejos.
En 1920 abrió un taller en Carabanchel, por entonces debía tener muchos encargos. Allí trabajaron su sobrino Joaquín Bustillo, su hija Enriqueta (que también fue profesora de la Escuela) y el pintor Alfonso Romero, antes de abrir el suyo propio.
Hay otras obras suyas adornando diversas calles de Madrid (o al menos lo hacían hace pocos años): los bonitos paneles de la antigua Vaquería La Tierruca, en la calle Monte Igueldo 103, La Andaluza Fábrica de aguardientes, en Muñoz Grandes esquina General Ricardos, la Mina de Oro en la Avenida Ciudad de Barcelona 58, los azulejos en la parte del superior del edificio de Altamirano nº 10, y alguno más.
Otra de sus más notables obras cerámicas fueron algunos de los murales de azulejos que durante muchos años decoraron la taberna Los Gabrieles, en la calle Echegaray 17.
Pero como ya hemos visto, la Cerámica no fue la única actividad de Enrique Guijo. En 1925, tras presentarse a un concurso, obtuvo el cargo de Conservador de Edificios Municipales de Madrid.
En 1926, recordemos nuestra visita al antiguo Hospicio, tuvo lugar un acontecimiento que resultaría decisivo para el futuro del edificio, la celebración de la exposición El Antiguo Madrid, precedente del Museo Municipal. Luis Bellido comenzó su restauración para museo. En 1929 fue inaugurado el Museo Municipal, con Manuel Machado como primer director y Guijo fue nombrado Conservador del museo, a la par que se le asignaba una zona como vivienda en el propio edificio.
Durante la guerra civil el Museo permaneció cerrado pero él continuó viviendo allí.
Enrique Guijo fue perdiendo la vista. Murió ciego, en Madrid. Respecto a la fecha de su muerte no hay unanimidad, ¿1945, 1954, 1955?, en lo que sí parecen coincidir los autores es en que murió solo, casi olvidado.
Que no ocurra lo mismo con su obra, deberíamos cuidarla con cariño, con el fin de que no desaparezca y darle todo el valor que merece.
Por : Mercedes Gómez
—-
Bibliografía:
Antonio Perla. Cerámica aplicada en la arquitectura madrileña. Comunidad de Madrid 1988.
Ángel Sánchez-Cabezudo. Enrique Guijo, artista esencial en el historicismo cerámico de Talavera. En Renacimientos: la cerámica española en tiempos de Ruiz de Luna. Universidad Castilla-La Mancha. Cuenca 2010.
Catálogo ”El arte redivivo. Exposición del I Centenario de la Fábrica de Cerámica Ruiz de Luna Nuestra Señora del Prado”. Talavera 2008.
29 comentarios
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18 octubre 2012 a 00:27
Mariarosa
Preciosa evocación y precioso recorrido por la azulejería de Madrid…y me ha entrado la nostalgia y llevo un rato, tras la lectura detenida de tu post, mirando todas las ilustraciones de un encantador libro que editó la Cámara de Comercio e Industria de Madrid en 1989, con el título de “El azulejo en el comercio de Madrid” y donde lógicamente se nombra mucho a Enrique Guijo,…y veo los precioso murales de azulejos de Los Gabrieles que, según mis últimas noticias, no han sido debidamente protegidos y ya no podemos disfrutar de aquel lugar que algunos llamaban “La Capilla Sixtina del azulejo madrileño”…¡que dejación tan grande!
18 octubre 2012 a 11:35
J. J. Guerra Esetena
Hola Mercedes:
Es verdad, da un poco de pena que toda nuestra azulejería haya quedado en el olvido, que no sepamos valorar lo que aún perdura y que no se proteja como es debido todo este patrimonio. Da un poco de envidia comprobar cómo otras ciudades (Lisboa o, sin ir más lejos, Sevilla) han convertido sus azulejos en toda una seña de identidad.
Gracias por este post tan documentado y, como dice María Rosa, tan evocador. Un abrazo, Jesús
18 octubre 2012 a 13:59
antonioiraizoz
Hola Mercedes,
Este artista se merecía un monumento. Su obra hace parte del adn de lo madrileño y su conservación debía ser una prioridad. Enhorabuena por el completísimo post que, junto a los precedentes, es un merecido homenaje a la poco reconocida azulejería madrileña.
Un abrazo
18 octubre 2012 a 20:03
Mercedes
Gracias, Mariarosa, No tengo ese libro pero lo conozco y es precioso, una demostración de lo importante que fue y debería seguir siendo el arte de la cerámica madrileña.
De los Gabrieles de vez en cuando hay noticias, pero es un misterio… no se si alguna vez podremos ver los murales. Al parecer los anuncios de Guijo procedían de la estación de metro de la red de San Luis.
18 octubre 2012 a 20:08
Mercedes
Tienes razón Jesús, no se porqué en Madrid a veces no se valoran este tipo de cosas. Por suerte cada vez más a menudo se conservan las antiguas decoraciones aunque los nuevos establecimientos no tengan nada que ver.
Gracias a ti y un abrazo.
18 octubre 2012 a 20:12
romo13
Hola Mercedes,
¡Qué pena! Así nos luce el pelo. Hay gente que mira estas obras de arte de la azulejería como si fueran unos simples alicatados y, por supuesto, a sus creadores se les ignora. No me cabe la menor duda de quiénes son los más ciegos.
Bonito homenaje, aunque la causa esté “casi” perdida.
Un beso.
18 octubre 2012 a 20:13
Mercedes
Hola Antonio, totalmente de acuerdo, es el más madrileño de los ceramistas, su obra es muy característica de una época y un modo de vida. Le debía este pequeño homenaje. Le había nombrado aquí muchas veces pero se merecía su propia historia, además de gran artista debió ser todo un personaje. Su papel en Talavera fue importante, pero también su trabajo en Madrid.
Me alegro de que te haya gustado, muchas gracias.
Un abrazo
18 octubre 2012 a 20:26
Mercedes
Hola romo, sí, hay personas que solo verán en estos preciosos azulejos una cosa vieja y pasada de moda, pero el arte (para mí no es menor) de la cerámica es muy bello. La parte buena es que sí se conservan muchos ejemplos en edificios, como decoración de fachadas, porque aunque también se nos da bien tirar edificios, es más difícil que eliminar “alicatados”.
Muchas gracias
Un beso
22 octubre 2012 a 18:30
davidguty77
Muy buenas Mercedes, pues viendo este maravilloso post (como todos) he visto que ha salido a colación el nombre de Juan Ruiz de Luna, ceramista talaverano por excelencia, y que además le tienes dedicado un precioso post. Yo me siento muy cercano a este magnífico ceramista porque su “Capilla Sixtina” se encuentra en mi pueblo Castillo de Bayuela (Toledo), al que desde aquí invito a toda la gente a que se vengan a hacer una visita. Os dejo un enlace para que veáis esta maravillosa joya: http://www.retabloceramico.net/articulo0321.htm
Un beso
22 octubre 2012 a 22:01
Mercedes
Hola David, ¡muchas gracias!.
Es impresionante, no conocía (o no recordaba) esa obra de tu pueblo, realmente es una joya, lo que sí recuerdo es tu cariño por la obra de Ruiz de Luna. Por cierto, que ese portal en San Bernardo de una de las fotos que puse, nos lo descubriste tú un día hace tiempo, durante un paseíto.
Un besazo.
24 octubre 2012 a 12:03
Carlos osorio
Hermoso homenaje a un buen artista, muy necesario en tiempos en que la cerámica no está muy considerada por quienes construyen casas.
24 octubre 2012 a 19:48
Mercedes
¡Gracias Carlos!
Es una pena, pero así es.
18 febrero 2013 a 23:42
Calle de San Andrés « Arte en Madrid
[…] En la esquina con San Vicente Ferrer sí continúa la famosa Farmacia con sus bellas cerámicas obra del taller de Enrique Guijo. […]
25 marzo 2013 a 11:26
angeles
Yo tengo una fuente de la cabeza de un guerrero, hecho por Guijo en 1907 en perfecto estado de conservación, es preciosa.
16 junio 2013 a 20:55
juan manuel sanchez
Casualmemte andaba buscando el nombre de la bodega que hacia esquina en carabanchel, ya que tengo una foto de dichos azulejos. Mira, está aquí: http://www.flickr.com/photos/36447014@N05/8946422942/in/set-72157633313785157
16 junio 2013 a 22:06
Mercedes
¿Así que ya no existe..? qué pena.
Muchas gracias Juan Manuel, la foto es estupenda, debían ser muy bonitos los azulejos.
19 noviembre 2013 a 00:08
Escuela de Cerámica de La Moncloa y Escuela de Arte Francisco Alcántara. | Arte en Madrid
[…] sabemos, fueron profesores de la Escuela los ceramistas Enrique Guijo y Daniel Zuloaga, que llegaron solicitados por Alcántara, artista y crítico de arte, vinculado a […]
16 marzo 2015 a 00:31
Elena
Hola Mercedes: ¡qué precioso recorrido por un arte tan decorativo y tan laborioso!. Un poco de pena produce el que, después de que nos hayas mostrado muchas de las obras de Guijo, no se valoren suficientemente y se pierdan. Lamento que artistas de esta talla queden en el quasi olvido. Enhorabuena por tu escrito y muchas gracias por recordar a estos magníficos artistas del azulejo y mostrarnos los lugares que podemos contemplar aún. Un abrazo
16 marzo 2015 a 16:05
Mercedes
Sí que es una pena, Elena, hoy día no se valoran mucho estas cosas, aunque por suerte aún se conservan algunas. Aún no he ido a conocerlo pero la farmacia de la calle San Andrés (mi antigua calle) se ha convertido en un bar, al menos ahora seguro que los azulejos tan bonitos estarán más protegidos.
Muchas gracias a ti por tu comentario
Un abrazo
8 febrero 2016 a 02:32
ROTULACION A MANO | Murales publicitarios de Azulejo pintado en España, Portugal y Europa: Mensajes hechos para durar.
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28 octubre 2016 a 08:26
alberto de la peña garoz
Los gabrieles sigue cerrado y la mejor obra de Guijo quizá, abandonada, si alguien esta interesado me gustaría volver a mover esto en el Ayto, de Madrid por si a los nuevos regidores les interesa, en 2012 después de 2 años de investigar la situación y plantear 2 preguntas en el Ayto. a través del grupo municipal de I.U. me canse y abandone.
Soy Alberto de la peña de la Asociación de ceramistas de Madrid y miembro de M.C.y P.
28 octubre 2016 a 22:10
Mercedes
Hola Alberto, gracias por tu comentario, es una pena que siga cerrado, a estas alturas desconozco los motivos. Las cerámicas fueron restauradas… creo. Cuentas con mi apoyo.
31 octubre 2016 a 12:55
alberto de la peña garoz
Las cerámicas fueron arrancadas de la pared con las consecuencias lógicas del 20 al 30 % rotas y posteriormente repintadas en frío con acrílicos ,resinas o lo que sea, no cerámica y estaban puestas a medias en la finca y como no la consiguieron vender están en un local cerrado no sabemos en qué condiciones, por eso digo de darle publicidad a ver si en vez de “PODEMOS”, hacemos, por que de momento yo no he visto ningún cambio por los nuevos regidores en lo que se refiere al patrimonio cerámico. Lo que allí se hizo fue una operación especulativa para poder vender aptos. de lujo ninguna restauración, porque cuando yo vi los azulejos, estaban mucho peor que antes de la obra en el edificio.
8 enero 2018 a 22:31
Las pinturas de la fachada de la Casa de la Panadería en la Plaza Mayor de Madrid | Arte en Madrid
[…] desde antiguo– los nuevos frescos en sustitución de los de Luis González Velázquez los pintó Enrique Guijo en 1914 –en enero de ese año había muerto Martínez […]
17 noviembre 2019 a 22:55
Mural de cerámica en la estación de metro de Sevilla | Arte en Madrid
[…] que Alfonso Romero se trasladó a Madrid en 1906. Primero trabajó en la fábrica de Carabanchel de Enrique Guijo, a quien ya había conocido en Sevilla, y en 1915 entró en su famoso taller de la calle Mayor. […]
27 agosto 2020 a 16:19
Julio Fernández-Sanguino Fernández
Buenas tardes, indico el enlace de un artículo sobre Enrique Guijo por si fuera de interés para añadir a excelente texto que habéis publicado:
https://www.lavozdeltajo.com/noticia/50600/nuestra-gente/cultura–joselito-en-la-ceramicatalaverana.
html
27 agosto 2020 a 18:40
Mercedes
Perfecto, muchas gracias.