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La Casa del Lector es un nuevo espacio cultural inaugurado el pasado mes de octubre en el recinto del antiguo Matadero, dedicado a los lectores y a la lectura en su sentido más amplio, a su estudio en todos los soportes y manifestaciones. No solo leemos libros, y por supuesto no solo en papel, sino que toda obra (escrita, filmada, pintada…) nos ofrece la posibilidad de leerla.

Es una institución privada creada gracias al editor Germán Sánchez Ruipérez, que persiguió la idea durante mucho tiempo, fue su “sueño”, cuentan quienes le conocieron. Decía que “libro, lector, lectura, se escriben con ele de laberinto, con ele de libertad”, y a investigar ese mundo dedicó su tiempo y su dinero. En 1981 creó su Fundación para la realización de programas culturales y educativos y puso en marcha el proyecto de la Casa del Lector o Centro Internacional para la Investigación, el Desarrollo y la Innovación de la Lectura. Lamentablemente murió en los comienzos de 2012 sin poder ver la obra terminada, pero sí con la satisfacción de verla hecha realidad.

El Ayuntamiento de Madrid cedió el espacio. En 2002 se firmó un convenio entre la Fundación y  el Consistorio, en el que se le cedían por 50 años las antiguas naves de degüello de ganado vacuno (naves 13 y 14), la antigua cochera (nave 17 b) y parte de los colgaderos (nave 17 c) del Matadero.

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Nave 17 b (2010)

A cambio, la Fundación se comprometía a restaurar y rehabilitar los edificios, casi en ruinas por entonces, y construir las nuevas instalaciones.

Nave 13

Nave 13 (deguello ganado vacuno, J. de Sande 2006)

Se convocó un concurso en el que resultó ganador el proyecto del arquitecto Antón García Abril. La intervención tuvo lugar en el interior de las naves ya que el exterior no se podía modificar gracias a su nivel de protección, y en el espacio existente entre ellas, que fue cubierto, convirtiéndolas así en un espacio único unido por puentes, alegre, confortable y que anima a participar.

puentes

Bajo la premisa del laberinto como símbolo, y el mito de Ariadna que nos permite liberarnos, en estos primeros meses de existencia la Casa nos ofrece la exposición El Hilo de Ariadna en la que los lectores somos navegantes que vamos desde el antiguo mito hasta las formas de comunicación actuales. Es un recorrido poético, por lugares imaginarios, y real al mismo tiempo.

hilo de ariadna

La  exposición se abre con una obra de Jaume Plensa (Premio Nacional de Artes Plásticas 2012), Overflow VI (2007), un hombre pensativo construido a base de letras de acero.

jaume plensa

A continuación una intrigante instalación interactiva sobre el laberinto de la Casa de Lucrecio en Pompeya en la que los dibujos del suelo aparecen o desaparecen con nuestros movimientos.

mosaico pompeya

Las cartas rotas en infinitos papelitos que nunca podrán ser leídas de nuevo, pues nunca podrán ser reconstruidas, que se mueven a nuestro paso y recogen el sonido de nuestra presencia, y gracias a una grabadora oculta lo repiten aleatoriamente, quizá cuando ya no estemos y podamos oírlo… Una bonita sala llena de palabras, de letras que van deshaciéndose, flotan y se reflejan en suelo y muros, y sobre nosotros. En fin, formas distintas del laberinto como metáfora y del hilo que siempre nos guía hasta encontrar la salida, la solución.

En los diferentes espacios hay otras exposiciones. En los puentes 2 y 10, una muestra explica los orígenes del Matadero como institución pública, las Carnicerías en el siglo XV, las necesidades de nuevos edificios en el siglo XVI cuando Madrid se convirtió en capital y la población creció. El propio edificio del Nuevo Matadero y Mercado de Ganados, construido en los comienzos del siglo XX por Luis Bellido en la Dehesa de la Arganzuela. Y la rehabilitación de las naves para esta Casa del Lector.

Inserción viga nave 13 (2010)

pasillo lectores

También nos encontramos con las palabras y los objetos de Germán. Su bicicleta, su vespa, su antigua máquina de escribir, su parchís. Actividades para niños, cuentacuentos, talleres… en salas llenas de colorido.

nave central

Y para adultos, clubs de lectura, lectura de libros electrónicos prestados, aprender cómo escribir una novela…

casa del lector ext

Merece la pena acercarse a visitar esta nueva Casa, perderse por el laberinto, encontrar el hilo que nos guíe, y descubrir cosas nuevas.

Por Mercedes Gómez

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Casa del Lector
Matadero Madrid
Paseo de la Chopera, 14
Últimas visitas guiadas por el espacio y la exposición El Hilo de Ariadna:
Sábado 29: 12 h, 13 h, 18 h y 19 h.
Domingo 30: 12 h y 13 h.

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Queridos amigos:

Os deseo unas ¡¡Felices Fiestas!!

Aunque este año las bombillas de colores que adornan nuestras calles son menos, nuestra ciudad luce como siempre, bonita y alegre, a pesar de los problemas que tenemos, si la miramos con «buenos ojos». Y nos invita a pasear, descubrir y disfrutar de las cosas más sencillas: sus edificios, sus jardines, sus rincones… y la buena compañía.

feliz navidad 2012

Como todos los años, también deseo y espero que nos siga apeteciendo ¡recorrer Madrid juntos!. Y que el año próximo sea al menos un poquito mejor que este 2012 que termina.

Muchas felicidades, saludos y besos.

Mercedes

Hace casi cuatro años que hablamos aquí por primera vez del edificio de las antiguas Serrerías Belgas, situado entre las calles de Cenicero y Alameda. Como decíamos entonces, se trata de uno de los pocos ejemplos de arquitectura industrial que subsisten en Madrid, una vieja fábrica maderera hoy destinada a albergar cultura contemporánea. Las noticias recientes sobre el fin de las obras y su posible apertura animan a actualizar el artículo.

El solar sobre el que se construyó la fábrica, al final de la calle de Atocha cerca del paseo del Prado, en el siglo XVIII había estado ocupado por el Convento de Padres Agonizantes y su iglesia, tras cuyo derribo pasó a ser propiedad de particulares. Cuenta Mesonero Romanos que fue fundado en 1720 por el Marqués de Santiago bajo la advocación de Santa Rosalía. La iglesia, que aparece representada en los planos de finales de siglo, estaba situada en la esquina de Atocha con Alameda. Era la manzana nº 263, ubicada frente al Hospital General, que ocupaba la manzana nº 1 (curiosamente, en el siglo XVIII Madrid comenzaba a numerarse junto a la Puerta de Atocha).

Tomas Lopez1785

Manzana 263. Tomás López (1785)

El año 1840 se fundó la Sociedad Belga de Fincas Españolas instalándose en dicho solar. En 1863 se ampliaron las construcciones iniciales, que sufrieron numerosas reformas y cambios durante los primeros años del siglo XX, hasta llegar al edificio actual.

Esta Sociedad fue el antecedente de la actual propietaria del “Pinar de los Belgas” en Rascafría: la Sociedad Anónima Belga de los Pinares del Paular, que en su web conserva recuerdos de aquellos tiempos lejanos en que la industria maderera se encontraba en la madrileña calle de Atocha.

stand2

En Rascafría la Sociedad continúa su actividad.

Pinares de El Paular

Rascafría, 2009 (Foto: Fernando Gómez)

Después de la guerra se fueron ampliando las instalaciones con la compra de nuevos terrenos. La idea fue rentabilizar la propiedad con la construcción de algunos comercios y viviendas, al final lo que se construyó fue un hotel, el Hotel Mercator, finalizado en 1954.

Esta fue la sede de la fábrica hasta los años 70 del siglo XX, la actividad se fue reduciendo poco a poco hasta quedar las naves casi abandonadas y, en el año 2000, se vendió el hotel. En su lugar se construyó el moderno Hotel Paseo del Arte, que fue inaugurado en 2002 en el actualmente nº 123 de la calle de Atocha.

Las naves de las antiguas serrerías fueron adquiridas por el Ayuntamiento y poco después nació el proyecto de rehabilitación para convertirlas en una de las sedes de la INTERMEDIAE, centro de arte dedicado a la Creación contemporánea y a las últimas técnicas de expresión artística. La otra sede, ya en funcionamiento, es el antiguo Matadero de Legazpi.

Tras el grave incendio de una Subestación Eléctrica de Unión Fenosa en el mes de julio de 2004, que estaba situada entre las serrerías y la antigua Central Eléctrica de Mediodía -hoy convertida en el Caixa-Forum- , lo único que quedó fue un gran solar.

Poco después del incendio, la medianería que se asomaba a dicho solar fue cubierta con un enorme mural de lona que invitaba a leer el capítulo XXXIX del Quijote como antesala protectora de las naves de las antiguas serrerías.

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A continuación, caminando por la calle Alameda, se leía perfectamente el rótulo que informaba que ahí estuvieron los viejos ALMACENES Y TALLERES MECÁNICOS. Una verja y un pequeño patio-jardincillo donde desde siempre hubo un árbol, separaban las naves del hotel. Al fondo, la calle Atocha.

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Por la calle Atocha se llega a la de Cenicero donde se encuentra la fachada que anuncia MADERAS DEL PAÍS Y EXÓTICAS. La antigua entrada a la fábrica por la Calle Cenicero nº 8 anuncia TALLERES Y PINARES PROPIOS.

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Unión Fenosa cedió el solar al Ayuntamiento, para zona verde. La subestación fue trasladada y reconstruida bajo la Cuesta de Moyano; el solar se convirtió en la nueva Plaza de las Letras, inaugurada en abril de 2007; la medianería, que ha ido cambiando su decoración, entonces lucía unos paneles ondulados de metal, quizá acordes con el pasado industrial de la zona.

El mismo año 2007 se falló el concurso de ideas para la “adecuación de la antigua serrería belga” y convertirlo en el centro Intermediae-Prado, resultando ganador el proyecto “Street Fighter”, de los arquitectos María Langarita Sánchez y Víctor Navarro Ríos, quienes afirmaban querer buscar un equilibrio entre lo que el edificio ha sido y lo que será: el viejo edificio conservará su estructura y “la memoria del pasado se mantendrá como un punto y seguido…

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El carácter que el uso de la serrería dio al edificio, su maquinaria específica, todo será recubierto con una pátina de resinas que congelará en el tiempo lo que la serrería fue hasta esa fecha para poder reescribir encima lo que el edificio puede llegar a ser”.

maquinas2

Hace dos años el edificio mostraba este aspecto:

serrerias2010

Por fin, en este final del año 2012, las obras de rehabilitación han terminado.

serrerias2012

El pasado fin de semana abrieron sus puertas con motivo de la celebración de un mercadillo.

Únicamente falta rematar algunos detalles, anteayer los empleados colocaban unos ladrillos del suelo en la entrada. Desde fuera, a través de las grandes cristaleras se ven grandes espacios diáfanos destinados a albergar talleres y salas de conferencias.

entrada

Las lonas han desaparecido dejando a la vista los muros con sus antiguos rótulos restaurados.

rotulos cenicero

Y allí continúa, en el patio entre el hotel y la antigua serrería, el viejo árbol, observándolo todo y, como nosotros, esperando la apertura definitiva del centro.

serrerias arbol

Al parecer no hay fecha oficial, pero podría ser el próximo mes de enero.

Por : Mercedes Gómez

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Más información:

El nuevo Medialab. Blog Reflexiones a la carrera.
El edificio contra «La Cosa». Diario El País 5 dic. 2012

El edificio Ampliación del Museo Reina Sofía fue inaugurado a finales del año 2005. Es obra de Jean Nouvel, quien a finales de 1999 ganó el concurso internacional al que se habían presentado los arquitectos más renombrados, ofreciendo un logrado y bello contraste entre lo antiguo, el Edificio Sabatini del siglo XVIII, antiguo Hospital General que alberga el museo desde 1990, y lo moderno, este Edificio Nouvel del siglo XXI. Son distintos, pero son lo que parecen: hechos el uno para el otro.

El nuevo, levantado a espaldas del antiguo hospital sobre el solar junto a la fachada suroeste, entre las calles de Hospital, Argumosa y Ronda de Atocha, consta de tres elementos : el Auditorio, la Biblioteca y la sala de Exposiciones Temporales, que unidos al edificio primitivo se ordenan alrededor de un patio, en cierto modo un patio de manzana concebido casi como una plaza, un lugar de encuentro y estancia.

ampliacion

Una de las singularidades de esta construcción vanguardista fue el empleo de materiales innovadores. Dos cajas de acero laminado y cristal contienen la Biblioteca y las salas de Exposiciones Temporales, y entre ambos elementos transparentes, se ubica el Auditorio revestido de fibra de vidrio y poliéster (composite) en color rojo a modo de gran bola brillante y opaca. Las lamas de protección de las fachadas son de aluminio extruído, y sin duda, el elemento más poderoso es la gran cubierta de zinc, rojiza como los tejados madrileños, que sobresale en voladizo sobre todos los volúmenes.

cubierta

La entrada tiene lugar por la Ronda de Atocha, esquina a la plaza del Emperador Carlos V (Atocha para la mayoría de los madrileños). Por ella accedemos a la Plaza con lucernarios o aberturas que según la hora o el clima producen efectos distintos sobre nosotros. En ella se instaló la obra del artista norteamericano Roy LichtensteinBrushstroke, Pincelada o brochazo, escultura monumental que hace referencia al oficio y al arte de la pintura.

plaza

Dos ascensores transparentes llevan a la Terraza, desde la cual surgen infinidad de puntos de vista nuevos y sorprendentes. Ir descubriéndolos es un juego.

Las vistas desde la Terraza del Edificio Nouvel no son desde luego las más espectaculares de Madrid, entre otras cosas porque su altura no es mucha, pero sí tienen un gran encanto. Quizá lo importante no es tanto lo que vemos sino cómo lo vemos, qué nos sugieren los edificios reales y los reflejados, la luz del día y los rayos del sol que se cuelan entre las pasarelas. En los cristales y en la gran cubierta se refleja no solo el exterior, las calles próximas, sino el interior, la plaza, la terraza, nosotros mismos…

reflejos

Con atención y cuidado, como nos ruegan los letreros en los paneles de vidrio, por motivos de seguridad, pero también por curiosidad, nuestras miradas juegan, buscando elementos reconocibles entre las estructuras de acero y cristal. Asomándonos a la Ronda de Atocha, a la izquierda contemplamos la Estación. Tras ella, el Observatorio Astronómico, el Panteón de Hombres Ilustres…

dos edificios

A la derecha, el perfil del sur de la capital. En lugar preferente se ha instalado la obra de Antoni Miralda Tri-Uni-Corn (1981), realizada en vidrio y maíz sobre una base de madera.

miralda

Al otro lado, sobre la calle del Hospital, vemos a la izquierda el lateral de un edificio neomudéjar de finales del siglo XIX, con su entrada en la calle de Argumosa, a continuación una corrala de principios del XX, con la ropa tendida. Al fondo, el perfil del Madrid más antiguo, con las cúpulas de varias iglesias, que (otra vez jugamos) tratamos de identificar.

corrala y cupulas

Tras los tejados de las casas cercanas también se vislumbran otras construcciones más modernas, como el Círculo de Bellas Artes. Poco a poco desde la terraza asistimos a la evolución de la arquitectura madrileña, vamos imaginando cómo la línea del cielo de Madrid debió ir cambiando desde el siglo XVIII hasta hoy. Todo un espectáculo.

La visita a la Plaza y a la Terraza es gratuita.

por : Mercedes Gómez

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Bibliografía:

E. Domínguez Uceta. La tercera piel del Reina Sofía. Revista Descubrir el Arte, nº 64, junio 2004.

De vez en cuando me gusta volver a visitar las salas dedicadas a la escultura clásica en el Museo del Prado, y moverme despacio entre las figuras llenas de significados y simbolismos que nos trasladan al mundo Antiguo. Sobre todo de noche, con la luz artificial (Ariadna dormida reflejándose en los cristales que dan al patio, aún más esplendorosa), parece que cobran vida.

En la planta baja, junto a la sala 73 dedicada a la escultura clásica griega se encuentran la sala 74 y la sala 72, ambas con obras realizadas en talleres romanos.

La sala 72 está dedicada a la escultura mitológica romana en la que se exhiben reproducciones de obras griegas, generalmente perdidas. No solo son en cierto modo recuperaciones de las grandes obras del arte griego y sus dioses (Zeus, Heracles, Dioniso y Afrodita) sino que además son testigos del arte y del gusto clásico romano. En ella, entre otras figuras, encontramos las de cuatro deidades adoradas en Roma:

El gran Júpiter, la máxima divinidad y protector del Imperio romano; Hércules, héroe y hombre modélico; Baco, dios del vino, del bienestar y la diversión; y Venus, diosa del amor y de las mujeres.

En una de las esquinas vemos una gran figura de mármol, mide 1,84 m. Es conocida como la Venus de Madrid.

Venus de Madrid

Venus de Madrid. Museo del Prado.

Según el letrero junto a la estatua, se trata de una  variación de una Afrodita procedente de la acrópolis griega de Corinto fechada entre los años 320-300 a. C. En el original la diosa tenía el torso desnudo, aquí, como en otras réplicas, está vestida con un chitón o túnica fina.

Fue realizada hacia el año 150, hace casi mil novecientos años. A lo largo de todo este tiempo ha debido vivir muchas aventuras, algunas buenas, seguro, otras no tanto. Ya en el siglo XVIII llegó al Palacio Real de La Granja en Segovia, luego Carlos IV la llevó a Aranjuez. Por fin, procedente de la colección real, llegó al Prado.

En algún momento perdió los brazos y la cabeza, ¡ay!, pero hoy continúa en pie, discreta, resguardada en un rinconcito en el extremo sur de la planta baja del Museo, esta monumental y bella Venus de Madrid.

Por Mercedes Gómez

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Otros artículos:

Flora y Hércules.
Mitos griegos.
La diosa Atenea en Madrid.

Han pasado ya tres años desde nuestro primer paseo en busca de la muralla cristiana. En todo este tiempo hemos podido conocer nuevos lugares y descubrir algún tesoro escondido e inesperado. Os invitamos a un nuevo y emocionante paseo en busca de nuestra muralla, la fortificación construida en el siglo XII que, junto con la muralla árabe del siglo IX, es uno de los monumentos madrileños más antiguos y valiosos.

Recordemos que los límites del llamado segundo recinto estaban marcados por el antiguo Alcázar -ubicado en el mismo lugar donde hoy admiramos el Palacio Real-, y las cuatro puertas: La Puerta de Valnadú –en la actual Plaza de Isabel II-, la Puerta de Guadalajara -en la calle Mayor, a la altura del Mercado de San Miguel-, Puerta Cerrada y la Puerta de Moros.

Plano de “Las murallas de Madrid”. Ed. Doce Calles. (La línea más oscura representa los restos visibles, la gris los constatados, y la más clara los restos hipotéticos)

Plano de “Las murallas de Madrid”. Ed. Doce Calles.

Comenzamos nuestra ruta en la Plaza de Oriente, donde, en algún sitio cercano procedente del antiguo primer recinto árabe, nacía el muro construido en mampostería de sílex o piedra caliza por los cristianos a lo largo del siglo XII acaso aprovechando construcciones defensivas musulmanas -como sabemos, tras las obras de construcción del aparcamiento bajo la plaza, los únicos restos arqueológicos que hoy se conservan son los de una atalaya del siglo XI-.

La muralla debía atravesar los terrenos donde hoy se asienta el Teatro Real y llegar a la plazuela de los Caños del Peral, actual plaza de Isabel II, donde se encontraba la Puerta de Valnadú.

En el nº 3 de la plaza, en el sótano del restaurante Foster’s Hollywood, se hallan los restos de un lienzo en su cara intramuros.

En el centro del muro existe una puerta con arco de medio punto de ladrillo, abierta en época más moderna, que comunica con el solar colindante en la calle de la Escalinata.

Regresamos a la plaza, desde donde la cerca medieval discurría entre las actuales calles de la Escalinata –ronda exterior- y del Espejo –ronda interior-.

Salimos de la antigua villa medieval para seguir nuestro itinerario extramuros por la calle de la Escalinata, antigua de los Tintes, por donde bajaba un arroyo. Hace unos meses quedaron al descubierto los restos del muro, muy deteriorados, en el solar antes mencionado, correspondiente al nº 21 de la calle, oculto durante mucho tiempo, donde se aprecia cómo la muralla fue utilizada como medianería de edificios.

La puerta que vemos es la misma que pudimos ver en el interior del restaurante, en su cara exterior.

Calle de la Escalinara, 21.

En el nº 12 de la calle del Espejo un singular edificio fue levantado adaptándose a la forma de una torre de la fortaleza defensiva, forma que conserva a pesar de las construcciones sucesivas, y que es perfectamente visible desde la calle de la Escalinata.

Calle de la Escalinata, 13

A sus pies hay un garaje con entrada por la calle de la Escalinata nº 13. Dentro además de coches se guardan los restos de la torre y un considerable tramo de la muralla.

A sus espaldas, en el solar que corresponde al nº 14 de la calle del Espejo, cerrado desde hace mucho tiempo, al parecer también existen vestigios. A continuación, en el mencionado número 12 se conservan varios metros bajo el cristal instalado en las aulas de la Real Sociedad Económica Matritense de Amigos del País, restos que aparecieron en 2009 durante las obras de acondicionamiento de la escuela allí alojada.

Calle del Espejo, 12.

La muralla sigue hacia la calle Mayor y atraviesa la Calle de Santiago, en cuyo nº 2 durante la construcción del nuevo edificio se constató la presencia de la cerca.

Siguiendo sus huellas, continuamos nuestro recorrido y cruzamos por el lugar donde se encontraba la Puerta más importante de la Villa, la Puerta de Guadalajara. Tomamos la Cava de San Miguel, cuyas casas muestran el camino que seguía el foso que rodeaba el muro hace tantos siglos.

En la plaza de Puerta Cerrada se encuentra uno de los restos más importantes de muralla cristiana pues se conserva un lienzo completo en altura, a través de los pisos de las viviendas del nº 6 de la plaza.

Puerta Cerrada nº 6, bajo. Bar La Escondida.

Continuamos por la Cava Baja, en cuyo número 10 se localiza un tramo de 7 metros de largo por entre 1 y 4 de altura, un precioso ejemplo consolidado y acondicionado, con un resultado realmente bonito, mediante acristalamiento y luces que favorecen su contemplación.

Cava Baja, 10.

Recientemente nuevos restos, unos doce metros, han salido a la luz en el nº 12, en una de las antiguas posadas de la Cava. En el nº 22, a espaldas de la calle del Almendro, otro solar cerrado por una puerta de madera guarda más vestigios de la muralla medieval.

En el nº 30 se halla un lienzo de 19 m de largo por 11,5 de alto, al parecer el único de construcción altomedieval, es decir, del siglo XI o XII, pues la mayoría presentan intervenciones de siglos posteriores. Esto significa que, después de la muralla árabe en la Cuesta de la Vega construida en el siglo IX, y la impresionante torre mudéjar de la iglesia de San Nicolás de los Servitas del siglo XII, estamos ante una de las construcciones más antiguas de Madrid.

Cava Baja, 30.

Llevamos un rato caminando extramuros, es decir, por el exterior del viejo Madrid medieval. Ahora, nuevamente intramuros, en el interior de la Villa, tras la verja de un pequeño jardín de la calle del Almendro nº 17, hallamos un lienzo de 16 m de largo en muy mal estado.

Calle del Almendro, 17.

Llegamos a la Plaza del Humilladero donde estaba situada la Puerta de Moros.

La cerca continuaba bajo las plazas de San Andrés y de los Carros. Allí, en el mágico subsuelo, existen unos vestigios sorprendentes, entre ellos un tramo escondido de dos metros por 1,70 de alto. El muro, de características similares a los restos más próximos, está situado en el lugar por donde se supone transcurría la muralla.

A continuación en el bar de la Plaza de los Carros nº 3 se puede contemplar otro espléndido lienzo.

Plaza de los Carros, 3.

Desde aquí la muralla transcurría entre las calles de Don Pedro y Mancebos.

Nuevamente intramuros, encontramos la continuación del tramo anterior el cual se puede contemplar en la calle de los Mancebos nº 3, tras una verja y en el cual se puede observar con claridad el ya comentado hecho de cómo la muralla era utilizada para servir de medianería o soporte de los edificios que se fueron construyendo adosados a ella.

Calle de los Mancebos, 3.

Para contemplar la prolongación de estos restos volvemos por un momento al exterior del recinto amurallado y en la calle de Don Pedro números 8 a 12, se conserva un lienzo larguísimo, espectacular, de unos 30 metros, en el sótano del antiguo Palacio del Marqués de Villafranca.

Calle de don Pedro. Academia de Ingenieria.

Desde aquí la muralla descendía hacia la calle de Bailén, continuaba paralela a la Cuesta de los Ciegos y después atravesaba el antiguo Arroyo de San Pedro, hoy Calle Segovia, para llegar hasta la Cuesta de la Vega donde se unía a la muralla construida por los árabes, probablemente a la altura del tercer cubo desde la Puerta de la Vega.

Bajando por la Cuesta de los Ciegos hacia la C. de la Vega.

En la Cuesta de la Vega finaliza nuestro nuevo viaje por el Madrid más antiguo en busca de la muralla construida por los cristianos en el siglo XII, continuamente reparada y reconstruida durante los siglos posteriores, hasta que comenzó su demolición en el siglo XVI.

A lo largo del recorrido hemos podido contemplar cómo las calles mantienen su trazado medieval, en algunos lugares se puede contemplar la muralla, en otros se intuye. El paseo es realmente bonito y aleccionador.

Las mayores incógnitas que permanecen sin aclararse son los puntos de unión, aquí en la Cuesta de Vega con la muralla del siglo IX, y en la plaza de Oriente, con el Alcázar. Precisamente uno de los temas más controvertidos es este último, en qué punto la muralla del segundo recinto construido por los cristianos se unía al primero, construido por los musulmanes. Confiemos en que poco a poco los misterios se vayan aclarando, que los restos escondidos salgan a la luz, y que todos sean restaurados y cuidados como merecen.

Por : Pedro Jareño y Mercedes Gómez

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Otros artículos:

La muralla árabe

La muralla intermedia, la «medinilla»

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Bibliografía:
VVAA. “Las murallas de Madrid”. Ed. Doce Calles – Comunidad de Madrid. 2003.
F.J. Marín Perellón y J. Ortega. La forma de la Villa de Madrid. Comunidad de Madrid 2006.

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