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Para completar mi terna de recomendaciones entre las exposiciones inauguradas este mes de febrero, hoy os animo a visitar los Bosques de luz de José Manuel Ballester.
Nacido en Madrid en 1960, licenciado en Bellas Artes en 1984, pintor, fotógrafo… después de algunos otros premios de importancia, en 2010 obtuvo el Premio Nacional de Fotografía, “por su trayectoria personal, por su singular interpretación del espacio arquitectónico y la luz y una renovación destacada en las técnicas fotográficas”.
Poco después, en 2011 pudimos ver una exposición dedicada a su obra fotográfica en la Sala de la Comunidad de Madrid en Alcalá 31, La abstracción en la realidad. Y ese mismo año su serie de fotografías del Museo Arqueológico Nacional en obras.
Hasta el 3 de marzo, aún podemos contemplar algunos de sus cuadros en la muestra El artista en la ciudad, que ya visitamos hace unos meses en el Palacio de Cibeles.
Ahora, en la a veces inquietante antigua Fábrica de Tabacos se han instalado sus Bosques de luz, una completa y magnífica retrospectiva de su obra fotográfica. Un resumen de sus últimos ocho años de trabajo que explican su relación con la Pintura y con la Fotografía, y su forma de utilizarlas, entremezclando ambos lenguajes.
El recorrido por los pasillos y salas del viejo edificio es sorprendente, las fotografías se relacionan entre sí como si de una historia se tratara, enlazando paisajes o espacios naturales con maquinarias, tuberías (las fotografiadas y las reales)… también lo hacen con el lugar que las acoge.
Las fotografías del propio espacio en que nos encontramos a primera vista producen un efecto extraño… nos recuerdan un gran recurso del Barroco… parecen un espejo.
La mirada de José Manuel Ballester nos traslada a lugares insospechados, irreales.
No podían faltar sus atrevidos Espacios ocultos, de los que él mismo dice que han supuesto un reencuentro con la Pintura. El fotógrafo manipula las imágenes en su ordenador eliminando las figuras humanas de famosos cuadros renacentistas.
La gran fotografía sobre lienzo, una espectacular Última Cena de Leonardo, nos recibe en el patio de la antigua fábrica. Al final del recorrido hallamos su visión de La Anunciación de Fra Angelico, y La historia de Nastagio degli Onesti de Botticelli y su taller -los originales de estas dos últimas obras se encuentran en el Museo del Prado, en la Sala 56b-.
Nos recuerda Ballester que en aquellos tiempos medievales, y después en el Barroco, era habitual que los ayudantes en sus talleres pintaran los paisajes y después el maestro creaba la historia y dibujaba los personajes. Dice que él, eliminando las figuras y dejando solo el escenario, nos invita a crear una historia propia. Probemos.
Por Mercedes Gómez
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Tabacalera
Calle Embajadores, 51
J.M. Ballester. Bosques de luz.
Hasta 28 de abril 2013
Otra de las excelentes exposiciones inauguradas la semana pasada en Madrid es la dedicada a Cristina Iglesias en el Museo Reina Sofía.
Hace mucho tiempo que hablamos aquí de esta artista, así que parece un buen momento para recuperar los artículos publicados: en abril de 2009 conocimos La escultura de Cristina Iglesias en Madrid. Recordábamos su exposición en 1998 en el Palacio de Velázquez donde por primera vez algunos pudimos admirar sus espléndidas esculturas, su Premio Nacional de Artes Plásticas al año siguiente. Y sus obras, sobre todo la majestuosa Puerta de la Ampliación del Museo del Prado. Poco después mostrábamos su presencia en la Colección Permanente del Museo Reina Sofía, tratando de ver a Cristina Iglesias, más cerca.
Estos días se están publicando muchas noticias, reportajes y entrevistas a la artista, muy interesantes, poco podemos añadir aquí. Solo recomendar la visita a su primera gran retrospectiva: es sencillamente espectacular.
Desde el inicio, tras pasar bajo el enorme Techo suspendido inclinado (1997), se percibe que nos adentramos en un territorio personal, fascinante, en el que cada uno de nosotros se podrá mover guiado por sus propias sensaciones. Son espacios, habitaciones, laberintos… que la escultora nos ofrece para que nos impliquemos libremente.
El edificio Sabatini actúa como el mejor aliado de la artista. Las ventanas de la primera planta que se asoman al Jardín dejan pasar la luz que se convierte en uno de los elementos fundamentales del magnífico montaje.
Es curioso observar las reacciones de los visitantes. Algunas personas miran los resquicios, se asoman por los rincones…
Otras no se deciden a entrar en sus habitaciones vegetales y descubrir dónde y cómo terminan, dudan y se dan la vuelta. A la mayoría sin embargo nos puede la curiosidad y el deseo de experimentar.
Como ya comentamos, las creaciones de Cristina Iglesias tienen mucho que ver con la arquitectura, con el espacio, más que con la forma o el volumen. Ella misma ha dicho que no da mensajes, crea lugares. Quizá por eso sus esculturas, como sus Celosías, tienen algo que invita a involucrarse, sugieren, animan a imaginar, también son algo misteriosas.
Hay que deambular, perderse bajo sus Corredores suspendidos de hierro dulce.
Otro elemento, que ha introducido últimamente, es el agua y su sonido. Asombra contemplar y escuchar sus Pozos, como ese inquietante Hacia el fondo en el que un mecanismo hidráulico mueve el agua sobre las hojas de madera, hierro, resina y polvo de bronce.
Cristina Iglesias. Metonimia. Una exposición para recorrer sin prisa y disfrutar.
Por Mercedes Gómez
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Edificio Sabatini, Planta 1
Hasta 13 de mayo de 2013
El pintor Elmyr de Hory llegó a ser conocido en todo el mundo como el gran falsificador. Aunque él decía que no copiaba, que no intentaba reproducir fielmente una obra, sino que trataba de introducirse en el espíritu de los artistas que admiraba y expresarse según su estilo, pintaba a la manera de otros pintores. Insistía en que siempre firmaba con su propio nombre, eran los otros los que, según él, cambiaban la firma y vendían sus pinturas auténticas convertidas en obras falsas.
La realidad es que muchos cuadros pintados por él fueron considerados obras de Monet, Degas, Modigliani, Matisse, Picasso, etc., vendidos por grandes sumas de dinero, y no se sabe, seguramente nunca se sabrá, si alguno continúa expuesto en algún museo.
Su biografía, como su obra, está llena de falsedades y trampas. Nació en Hungría en 1906 en el seno de una familia de clase media, su padre fue un sencillo comerciante, pero él mismo se encargó de inventarse un pasado aristocrático. Además, a lo largo de su vida utilizó muchos nombres distintos para evitar ser identificado ante los numerosos conflictos que tuvo con la justicia.
En la década de los años 70 del pasado siglo se convirtió en un personaje famoso sobre todo a raíz del estreno en 1973 de la película de Orson Wells Question Mark (Fake), Fraude, en la que el gran cineasta le convirtió en protagonista junto a otro falsificador, Clifford Irving, de su extraordinario documental sobre el fraude y la autenticidad del arte.
En su azarosa vida hubo de todo un poco, fiestas, lujo, y épocas de ruina, incluso cárcel. Elmyr protagonizó varios escándalos, juicios y peticiones de extradición que acabaron de forma trágica.
A Madrid viajó varias veces. En diciembre de 1973 asistió al estreno de la película de Wells.
Coincidiendo con su presencia en Madrid, se inauguró su primera exposición en nuestra ciudad, en la Galería Orfila. Nuevamente en diciembre, tres años después, expuso en la Galería Bruagut, que ya no existe.
Elmyr de Hory pasó los dieciséis últimos años de su vida en Ibiza donde en 1976 se suicidó. No era la primera vez que lo intentaba, siempre temiendo la extradición a Francia, estaba seguro de que allí lo matarían. Pero en esta ocasión sus amigos no llegaron a tiempo.
Aquellos días aún se podía visitar su última exposición en Madrid, en la que los cuadros firmados con su nombre alcanzaban el millón de pesetas. Había conseguido ser reconocido como pintor. Otra prueba de su éxito es que se ha comprobado que existen falsos Elmyr de Hory, él mismo quizá nunca imaginó que se convertiría en el falsificador falsificado.
Treinta y siete años después Elmyr de Hory ha vuelto a Madrid. Esta semana se ha presentado en el Círculo de Bellas Artes la exposición Elmyr de Hory. Proyecto Fake, una de las más sugerentes y originales de la temporada.
Hasta el próximo 12 de mayo en la Sala Goya se exponen óleos, acuarelas y dibujos, veintiocho piezas a la manera de… y seis retratos en su propio estilo, a la manera de Elmyr de Hory.
Como complemento se muestran fotografías y publicaciones en prensa que explican su historia y su figura, y se emite un documental, Historias como cuerpos, cristales como cielos, un curioso montaje dirigido por Ana Useros que habla de la identidad, el disfraz y la apariencia.
La exposición en su conjunto nos propone una reflexión sobre el arte, la autoría, el plagio… la verdad y la mentira, lo auténtico, lo falso, lo fingido, lo original o la copia…
Las pinturas firmadas por Elmyr a la manera de los maestros del siglo XX son bonitas. A estas alturas deben ser también muy caras.
La exposición incluye auténticos Elmyr de Hory, bellas obras pintadas a su manera.
Además de contar la historia de un hombre singular y mostrar su pintura, esta muestra nos obliga a pensar.
Hoy día quien lo desee puede encargar a un copista su cuadro favorito de algún pintor de éxito por una cantidad razonable de dinero. El único requisito es que exista al menos un detalle diferente a la pintura original, para que no sea considerado un plagio. Elmyr le dijo un día a una amiga, seguramente sonriendo: ¿Te hago un Picasso?.
Elmyr de Hory antes de tomar la última dosis de barbitúricos mezclada con alcohol escribió varias cartas a sus amigos, que hablaban y aún hoy hablan bien de aquel caballero simpático, culto y elegante.
La que finalmente no escribió (o no se ha encontrado) como había avisado en alguna ocasión, es la lista de cuadros suyos expuestos con la firma de otros pintores en los grandes museos. A finales de 1976 la temida extradición iba a llegar por fin. Como dijeron los periódicos por entonces, prefirió la muerte a la cárcel.
Por Mercedes Gómez
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Bibliografía:
Dolores Durán. Yo es otro (Catálogo exposición Elmyr de Hory. Proyecto Fake. CBA Madrid 2013).
Círculo de Bellas Artes
Calle Alcalá, 42.
Sala Goya
Hasta el 12 de mayo de 2013
Hoy tengo el placer de recomendaros una revista muy interesante, una completa guía del ocio en Madrid, revista de actualidad, moda, etc. Se llama hsm Madrid.
Se puede leer online en su web, y también se encuentra en papel en numerosos lugares (hoteles, restaurantes, museos, tiendas) que podéis localizar en su mapa de distribución.
Este mes de febrero, artístico por excelencia, en el que se celebran varias Ferias y eventos en nuestra ciudad, la revista ha optado por realizar un número con mucho arte.
Además de las secciones y temas habituales, nos ofrece un recorrido por las galerías madrileñas más notables, las mejores exposiciones que se podrán contemplar en un Madrid de arte, las películas más famosas sobre pintores en vidas de cine… Nos descubre lugares ocultos de Madrid, tiendas o restaurantes especiales que merece la pena conocer. En fin, nos invita a saborear una gastronomía con arte.
Y finalmente nos habla de los que consideran sus Top blogs y webs de arte, entre los que he tenido la satisfacción de ver incluido mi Arte en Madrid y formar parte de la magnífica selección de sitios que han realizado. Gracias a Rebeca Martín, autora del reportaje, y a sus compañeros.
Y a todos, espero que os guste la revista.
Mercedes Gómez
La zona conocida como los Altos del Rebeque es uno de los rincones más bonitos de Madrid y que más misterios esconde. Por allí discurría y alcanzaba su punto más elevado la muralla árabe que rodeaba el primer recinto mayrití en el siglo IX. Tal vez de allí partía la hipotética segunda muralla que pudo proteger los arrabales islámicos, y también quizá la muralla cristiana levantada en el siglo XII, quién sabe si aprovechando construcciones musulmanas.
Al final de nuestro último paseo en busca de la muralla decíamos que confiábamos en que poco a poco los enigmas se vayan aclarando, que los restos escondidos salgan a la luz, y que todos sean restaurados y cuidados como merecen. Hoy, gracias a la información de un lector del blog, Jose, que nos avisó de su existencia, queremos mostraros un nuevo y bello lienzo que podría pertenecer a alguno de los recintos amurallados de Madrid.
Pero antes hagamos un poquito de historia.
Jerónimo de Quintana en 1629 en su obra A la muy antigua, noble y coronada villa de Madrid : historia de su antiguedad, nobleza y grandeza, Libro I, capítulo III, describía el recorrido de la muralla.
Decía Quintana que subía por junto a una calle que se llama de la Parra (actual calle del Factor), llegaba a las casas que entonces pertenecían al Príncipe de Esquilache y de allí bajaban por otra que está enfrente de San Gil, donde debía haber otra puerta para salir a los lugares circunvecinos, cerrando con el Alcázar. Más adelante contaba que los restos de muralla se habían derribado, y allanado para ornato y comodidad de la vivienda de estos tiempos.
A pesar de todo quedaban vestigios que el propio cronista parece que pudo contemplar. Escribió: han quedado memorias de esto, porque a dos casas de la esquina de la calle de la Parra que hemos dicho subía a las del Príncipe de Esquilache, por las que hoy (recordemos que estamos en el siglo XVII) son de don Gregorio de Salazar vecino y Regidor de Madrid, entra un lienzo del muro que tiene más de sesenta pies de largo, indicio grande de que se continuaba por allí delante por la parte que dijimos; además de que siempre se ha tenido por cierto haber tenido esta villa dos cercas.
Pedro Texeira dibujó las casas de Esquilache y de Gregorio de Salazar tal como debían ser en la época en que Quintana pudo contemplarlas.
Una vez más la Planimetría General de Madrid nos proporciona la información más fiable y útil. El cerro estaba ocupado por las manzanas 437, 438 y 439.
La historia de la nº 439 es muy antigua. Su primer propietario fue Fernán López de Ocampo, factor de Felipe II, luego el mencionado Príncipe de Esquilache. Ya en el siglo XVIII allí se alojó el embajador de Holanda Príncipe de Robech, de donde cuentan los cronistas proviene el nombre de Rebeque.
La manzana nº 437 estaba formada en su mayor parte por un gran inmueble propiedad del Conde de Noblejas (sitio nº 1). Las Casas de Gregorio de Salazar habían ocupado el sitio nº 2, pequeño solar situado en el extremo suroeste. En la Planimetría su planta está surcada por una doble línea muy misteriosa.
Según el profesor Montero Vallejo estas líneas representaban una calle que llegaba a un portillo auxiliar de la cercana Puerta de la Sagra, una de las tres puertas del primer recinto musulmán. Antonio Malalana opina sin dudar que esa línea marcaba el antiguo recorrido de la muralla cristiana.
Como hemos comentado en otros artículos, hoy día la opinión aceptada por la mayoría de expertos es que la primera muralla árabe subía por la acera de los números impares de la calle del Factor (manzana 440) hasta los Altos donde giraba hacia el oeste.
Hace un siglo aún quedaban restos. En 1913 se derribaron unos paredones y unos desmontes dentro de obras de mejora de la calle Bailén y ajardinamiento de los alrededores de Palacio. En el diario ABC el cronista Antonio Velasco Zazo lamentaba el derribo de un resto de antigüedad, de ese trozo que perteneció a la muralla primitiva, por la parte que se llamó calle del Viento.
La calle del Viento y las manzanas 438 y 439 ya no existen, su terreno está ocupado por los jardines al final de la calle del Factor y por la calle Bailén. Toda la zona está muy transformada, sin embargo, si observamos con atencion, la forma de los muros de contención y los edificios de pronto nos parece que evocan la muralla medieval, la misma que en el siglo XVII describió Jerónimo de Quintana.
En parte de lo que fue la manzana 437 se encuentra el inmueble de la calle Requena 3 y 5, con vuelta a Rebeque y Noblejas. Así llegamos al lugar donde se encuentra el emocionante hallazgo.
En el nº 5 de la calle de Requena, en el interior de las oficinas de la conocida empresa pública Paradores de Turismo, existe un muro sorprendente, un lienzo realizado en mampostería de piedra caliza y pedernal con refuerzos de ladrillo.
Apareció durante unas obras de reforma del edificio. Es precioso y está en muy buen estado, bien cuidado. El tramo que aparece en la fotografía está a la vista del público, pero es solo una parte del lienzo conservado, que ocupa casi toda la fachada de la calle de Rebeque, paralelo a las escaleras que suben hasta la calle del Factor.
Algunos autores creen que la muralla cristiana en un primer momento discurría en pronunciada curva por la calle del Espejo (que se aprecia en los planos antiguos) y continuaba por la calle de Requena hasta unirse al primer recinto. Si hubiera sido así, nuestro muro podría pertenecer a este recorrido.
Según esta teoría la cerca fue reconstruida posteriormente un poco más al norte (algunos de cuyos tramos subsisten como sabemos), llegando hasta la plaza de Isabel II y cerrando por la plaza de Oriente.
Después de Jerónimo de Quintana los más importantes cronistas y estudiosos de la historia de Madrid han investigado y expuesto sus hipótesis a lo largo de los siglos. Oliver Asín, Gómez Iglesias, Pavón Maldonado… por supuesto Montero Vallejo, y los investigadores actuales que han estudiado a todos sus predecesores y manejan los datos de los últimos hallazgos arqueológicos cada uno según sus opiniones y criterios.
La realidad es que seguimos sin saber si la muralla árabe continuaba su camino desde los Altos de Rebeque hacia el norte, ni en qué punto exacto pudo nacer la probable segunda cerca islámica. Ni si la muralla cristiana pudo en principio tener aquí su origen y giraba hacia la calle del Espejo, como hemos contado, o si, como algún autor sostiene, en la plaza de Oriente, en lugar de llegar a unirse al Alcázar, giraba y bajaba hacia el sur hasta los Altos de Rebeque a unirse con el primer recinto.
Las murallas de Madrid no fueron un elemento estático en la vida de la ciudad sino que estaban vivas, fueron construidas, recontruidas y reparadas a lo largo de los siglos.
Estamos ante un tema complejo y delicado, pero considerando todos los datos de que disponemos podemos atrevernos a pensar que este maravilloso muro de piedra y sílex en cualquiera de los casos podría pertenecer originalmente al recinto cristiano, quién sabe si aprovechando las huellas de un antiguo recinto árabe. No olvidemos que aquí existió un importante arrabal islámico.
Vuestra información, ideas y opiniones serán muy bienvenidas.
Por : Mercedes Gómez
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Bibliografía:
Planimetría General de Madrid.
Velasco Zazo, A. Los Altos de Rebeque. Diario ABC 29 sept. 1913
Montero Vallejo, M. El Madrid Medieval. Ed. La Librería. Madrid 2003.
VVAA. Las murallas de Madrid. Ed. Doce Calles. Comunidad de Madrid 2003.
Marín Perellón, F.J. y Ortega, J. La forma de la Villa de Madrid. Comunidad de Madrid 2006
Malalana, Antonio. Madrid. Génesis y evolución de la muralla del siglo XII. La Librería 2011.
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