Hace pocos días se han cumplido cien años del nacimiento de dos de los arquitectos más importantes del siglo XX español, Miguel Fisac y Alejandro de la Sota. Ambos nacieron en 1913, el primero en septiembre en Daimiel, Ciudad Real; y el segundo en octubre en Pontevedra. Ambos llegaron jóvenes a Madrid, aquí estudiaron y coincidieron en la Escuela de Arquitectura. Después de la guerra en los años 40 ambos se instalaron en nuestra ciudad, aquí vivieron y trabajaron.
Aunque su arquitectura siguió caminos distintos, se puede considerar que fueron paralelos. Bajo esta idea y con motivo del centenario, el Museo ICO ha inaugurado la exposición Miguel Fisac y Alejandro de la Sota: miradas en paralelo. La muestra es magnífica, a través de dos trayectorias diferentes nos ofrece un panorama de la arquitectura de la época. Más de 500 dibujos, maquetas, fotografías y objetos recorren la vida y la obra de estos dos grandes arquitectos.
Hoy nosotros vamos a centrarnos en la figura de Fisac y sobre todo en una de sus obras, la singular iglesia de Santa Ana, actual Parroquia de Santa Ana y Nuestra Señora de la Esperanza, en el barrio de Moratalaz.
Partiendo del clasicismo oficial imperante después de la guerra, desde el principio este arquitecto, siempre en busca de la modernidad, creó un estilo propio, innovador. Los materiales fueron protagonistas de su arquitectura y de su búsqueda. En un comienzo fue el ladrillo, luego el hormigón. Ya en sus primeros años como arquitecto comenzó a recibir encargos para el CSIC, Centro Superior de Investigaciones Científicas. En 1942 construyó su sede central en la calle Serrano. En los años siguientes, el Instituto de Edafología y Fisiología Vegetal, el Centro de Investigaciones Biológicas del Instituto Cajal en Joaquín Costa, etc.
Como ya vimos, en 1948 creó la Librería destinada a vender las publicaciones del propio CSIC. Para el Centro del Instituto Cajal construido en 1951 utilizó un nuevo ladrillo, el ladrillo Fisac, que patentó, con “una inclinación en la cara vista y una pestaña” que al unirse y solaparse protegen la fachada del agua.
Un aspecto que siempre se recuerda en su biografía, pues marcó su vida, es su pertenencia al Opus Dei, desde febrero de 1936 hasta 1955 en que abandonó esta organización. Miguel Fisac estaba convencido de que su salida del Opus provocó la falta de trabajo que sufrió en años posteriores y que ocasionó el incomprensible derribo de la famosa Pagoda, sede de los Laboratorios Jorba, en 1999. No es fácil saberlo, aunque la realidad más probable es que simplemente, como tantas veces en Madrid, primó el interés económico y la desidia municipal.
Sin duda este fue uno de los episodios más lamentables de nuestra reciente historia urbanística. Ante la polémica suscitada el Ayuntamiento ofreció su reconstrucción en otro lugar, pero el arquitecto no quiso. Tres años después, en 2002 fue galardonado con el Premio Nacional de Arquitectura.
A lo largo de su vida y de su obra Miguel Fisac persiguió la consecución de un estilo personal. La investigación sobre los materiales, especialmente el hormigón, le llevó a encontrar nuevas soluciones. A partir de los años 60 este será el protagonista en todas sus edificaciones. En 1960 en el Centro de Estudios Hidrográficos encargado por el Ministerio de Obras Públicas utilizó las llamadas vigas hueso, su gran innovación, elemento prefabricado que consistía en unas piezas huecas moldeadas en hormigón que usó en las cubiertas de sus edificios. Estos huesos que patentó en 1970 se convirtieron en una de sus señas de identidad.
En su obra destaca la arquitectura religiosa. Una de sus iglesias, construida en 1965 –el mismo año de la Pagoda–, inaugurada al año siguiente, es la mencionada parroquia de Santa Ana. Fue el primer templo proyectado según las directrices del Concilio Vaticano II, que pedían la celebración de actos comunitarios, con participación activa de los fieles. Las misas ya no eran en latín ni de espaldas a los asistentes.
Para ello Fisac diseñó una planta en forma de óvalo, ligeramente inclinada, en la que todo converge en el presbiterio. Los bancos están dispuestos en forma de abanico. Siempre buscando la funcionalidad, tuvo todo en cuenta, la luz, el sonido, el mobiliario… Construida en hormigón visto, tanto en su exterior como interior, y cubierta con las vigas hueso, este material constructivo se convierte en un protagonista absoluto del templo, sin embargo a la vez es un ejemplo extraordinario de que la arquitectura no consiste solo en una fachada o formas exteriores, sino en volúmenes, espacio.
La cubierta que no llega hasta el muro de la cabecera del templo, deja una zona descubierta, donde se instaló un lucernario.
A la espectacularidad de la obra se añade la emoción de saber que fue construida en recuerdo de su hija Anaick, que murió siendo una niña de seis años. Por ello siempre tuvo un significado especial para el arquitecto, habérsela dedicado a su hija y haber sido construida teniendo muy claro “para qué sirve un edificio”. Es una realidad que todo tiene su porqué, y esta iglesia de Fisac cumple el principio a la perfección, la búsqueda de unas buenas condiciones acústicas que permitieran esa participación de los fieles, esa reunión de la comunidad, juega un papel primordial y originaron esas paredes curvas a los pies, “formas que fueran dispersivas, que no creasen ningún eco”.
En la cabecera, tres espacios de muros cóncavos destinados a cada momento de la liturgia: el altar en el centro, a su derecha el ambón y a su izquierda el sagrario. En el interior trabajó estrechamente con el escultor José Luis Sánchez quien realizó el conjunto que se encuentra en dichas tres concavidades, en cemento metalizado. En el centro, el Cristo Crucificado. A un lado, el grupo de Santa Ana, la Virgen y el Niño, al otro el sagrario. Otra de las singularidades es que Fisac no se limitó a construir la iglesia sino que creó un conjunto parroquial, con todos sus edificios anexos. En la entrada a la iglesia y rodeando el templo ubicó un jardín del cual parte la torre con el campanario.
Además diseñó un patio alrededor del cual se encuentran las distintas dependencias, todo ello bajo un criterio común.
Igual que en otro tipo de edificios, proyectó hasta el más mínimo detalle, incluidos los bancos de la iglesia y del jardín, que también se muestran en la exposición del ICO.
Edificios públicos, viviendas, oficinas y construcciones religiosas constituyen el legado de este gran arquitecto a la capital madrileña. Trabajó con fuerza y lucidez hasta el final. Murió en mayo de 2006 en Madrid, a la edad de 92 años.
Por Mercedes Gómez
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Iglesia parroquial de Santa Ana y Nuestra Señora de la Esperanza.
Calle Cañada 35
Museo ICO
Miguel Fisac y Alejandro de la Sota: miradas en paralelo
Calle Zorrilla 3 Hasta el 23 febrero 2014
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Bibliografía:
COAM. Guía de Arquitectura.
Ramón Vicente Díaz del Campo. Hormigón y Fe: Las iglesias de Fisac. Actas 4º Congreso Nacional. Hª de la Construcción. Cádiz 2005.
Eduardo Delgado. Las iglesias de Miguel Fisac. Congreso Internacional Arquitectura Religiosa Contemporánea. 2007.
16 comentarios
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5 noviembre 2013 a 22:33
Guerra Esetena
Hola Mercedes:
Precioso homenaje a uno de los grandes de la arquitectura del siglo XX. La Iglesia de Santa Ana es, sencillamente, una obra maestra, todo un hito que espero nos dure para siempre. No conocía el detalle de su salida del Opus y la vinculación que Fisac hacía con su falta de trabajo y el derribo de la Pagoda.
Felicidades por el reportaje. Un abrazo, Jesús
6 noviembre 2013 a 19:53
Mercedes
Gracias Jesús.
Fisac debió comenzar a tener encargos gracias a su pertenencia al Opus (CSIC sobre todo), pero al final tras su salida (que según contó le costó mucho conseguirlo) ya no le fue tan bien y él lo relacionó. Hay una carta que escribió “a un miembro de la obra” en la que habla sobre esto, muy interesante, y en algunos párrafos cuenta cosas que impresionan un poco. Por si quieres leerla: http://www.opuslibros.org/nuevaweb/modules.php?name=News&file=article&sid=13698
Un abrazo
6 noviembre 2013 a 10:10
Antonio Iraizoz
Hola Mercedes,
Era un Maestro, con mayúsculas, adelantado y comprometido con la época que le tocó vivir. Sus iglesias, como la que nos enseñas, son una maravilla donde conviven la modernidad y el rigor litúrgico. Analizando toda su obra – catalogada en el COAM- se observa un parón alucinante desde 1975. Solo tiene dos obras posteriores: en 1976 y 1983. Creo que fue víctima, como Javier Carvajal y tantos otros, del compadreo y de una visión sectaria del arte en una época aún no superada.
Enhorabuena por el artículo y un abrazo.
6 noviembre 2013 a 19:59
Mercedes
Hola Antonio:
este hombre tuvo una vida intensa, con altibajos, tuvo éxito, estuvo arruinado, tuvo que ver cómo derribaban una de sus obras… de todo. Me gusta mucho leer sus entrevistas o escritos ya últimos, cuando era muy mayor pero tenía las cosas clarísimas. Un Maestro, como tú dices.
Muchas gracias y un abrazo
6 noviembre 2013 a 10:58
MaríaRosa
Mercedes es fantástico este homenaje a Fisac (y a De la Sota) porque es muy pero que muy merecido…La iglesia de Santa Ana, en mi barrio de Moratalaz, es una joya que debería ser más conocida y valorada…Lo del derribo de la “Pagoda” no tiene nombre..En cuanto a su vinculación con el Opus era muy conocida “antes y después”…En el libro ¿Por qué no es ustede del Opues Dei?” escrito por Eva Jardiel Poncela en 1974, en la pág. 83 aparece el testimonio de Miguel Fisac. Es breve, se encabeza diciendo “Desde 1955 en que por propia voluntad y no sin trabajo, conseguí salir del Opus Dei, no tengo ningún tipo de vinculación con él”
6 noviembre 2013 a 20:02
Mercedes
Hola María Rosa, por suerte el ICO ha organizado esta exposición-homenaje, muy merecida, como bien dices. El otro día daba gusto ver bastantes estudiantes (eran muy jóvenes) tomando notas y copiando dibujos. Como dice Antonio, son Maestros.
Gracias por tu comentario!
6 noviembre 2013 a 12:08
CHURRI
Hola Merche magnifico como siempre y además debo decirte que el sr.Fisac era mi paisano yo naci a 30km de su pueblo.
bsssssssssss y otro beso para Mª Rosa que está siempre ahí al pie del cañón.
6 noviembre 2013 a 20:03
Mercedes
¡Gracias Churri!
un beso
6 noviembre 2013 a 23:52
Doña Umé
Hola Mercedes.
No conozco la iglesia de Santa Ana, aunque con lo que nos cuentas tendré que ir a visitarla por el afecto que le tengo yo a Miguel Fisac.
Durante años he pasado diariamente delante de la Pagoda, y aun ahora que ya no está, la sigo viendo según llego a su altura por la autopista. Era un edificio tan especial, que el hueco que dejó no soy capaz de imaginarlo de otra manera.
Como bien dice Mª Rosa, este disparate no tiene nombre….
Un abrazo.
7 noviembre 2013 a 19:27
Mercedes
Hola doña Umé:
Tu comentario es muy bonito, describe muy bien el “disparate”. Fíjate lo que debió ser para su autor…
Ojalá te guste la iglesia. Cuando vayas, además de ver su interior, intenta ver el patio, y no dejes de rodear todo el conjunto, es un pequeño paseo realmente interesante.
Un abrazo
4 diciembre 2013 a 05:54
Marcelino Harmon
Estoy a cierto punto en desacuerdo contigo. La arquitectura va mas allá de instalaciones eléctricas y materiales modernos. Para hacer arquitectura se necesita un estudio profundo sobre lo que se va a diseñar, No importa si es una iglesia de hace 200 años o una iglesia recién construida, tuvo un proceso de diseño basado en el contexto histórico y social en el que se estaba desarrollando. La arquitectura de una iglesia esta íntimamente relacionado con lo que se hace dentro de ella: ósea la religion. Al hacer arquitectura los arquitectos tienen ciertas intenciones: Es decir buscan que las personas que van a usar ese espacio (Una iglesia en este caso) perciban ciertas sensaciones. Por ejemplo haz notado la acústica de una iglesia? haz notado la iluminación natural? el edificio te impone algo? CLARO! la acústica esta diseñada, la iluminación también, las alturas te hacen sentir en un lugar importante! La iglesia (como edificio) es el lugar para los servicios religiosos publicos es decir es parte importante de la religión! así que debe estar bien pensada! Cualquier iglesia de cualquier corriente: ya se barroca, gótica o neoclásica buscaba a través de sus formas, ornamentación, geometría que las personas sintieran algo! y usaron materiales modernos para su época, diseños modernos para su época… Lo que esta pasando es que la arquitectura busca nuevas formas de expresarse. Te recomiendo que te informes mas. Puedes investigar sobre el Luis Barragán. El fue un arquitecto contemporáneo sumamente religioso.
4 diciembre 2013 a 19:59
Mercedes
Gracias por dar tu opinión Marcelino.
Saludos
6 octubre 2014 a 09:52
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13 marzo 2017 a 20:01
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4 febrero 2018 a 20:29
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