Ya hemos visitado la iglesia de San Nicolás en varias ocasiones. La hemos conocido durante nuestro paseo por las Iglesias del Fuero, hemos intentado descifrar la misteriosa inscripción en su ábside, hemos contemplado su pasadizo, admirado algunas de las obras de arte que guarda en su interior… la iglesia parroquial de San Nicolás de los Servitas es uno de los tesoros madrileños. Ocupa la manzana 426, rodeada por la plazuela de las Monjas de Constantinopla –hoy del Biombo–, calle de San Nicolás y plazuela de este nombre.
No por repetido es menos emocionante recordarlo, aparte los restos de las murallas medievales, su torre es la construcción más antigua que existe en Madrid, una auténtica joya considerada Monumento Nacional desde la llegada de la República en 1931, y calificada de Bien de Interés Cultural en 1978. Pero no siempre fue así, su historia está llena de dificultades, incluso estuvo a punto de ser derribada.
Actualmente en general se acepta como fecha de su edificación el siglo XII, realizada por los alarifes mudéjares madrileños; aunque durante mucho tiempo algunos autores opinaron que su origen es anterior, que fue un alminar árabe. En cualquier caso parece probable que en el mismo emplazamiento antes se levantó una mezquita.
En estos terrenos ubicados fuera del primer recinto musulmán, pero en el interior de la medinilla, posible segundo recinto islámico, entre la calle del Factor y la calle de Señores de Luzón, se desarrolló un intrincado tejido urbano de callejones que por su forma en el siglo XVIII recibieron el nombre del Biombo. Las callejuelas desaparecieron en el siglo XIX al derribar el Convento de Constantinopla; en su lugar se abrieron las calles de Juan de Herrera y de Calderón de la Barca, pero la zona conserva recuerdos de lo que fue un arrabal islámico en los siglos X-XI como han demostrado los hallazgos arqueológicos, de los que ya hemos hablado aquí repetidamente. Recordemos que en las cercanías de la plaza de Ramales (Calle San Nicolás y Calle Noblejas) se encontraron restos islámicos, materiales que fueron fechados entre el siglo IX al XI.
Aunque no hay documentos ni restos que demuestren una u otra teoría, lo único cierto es que San Nicolás es una de las diez parroquias mencionadas en el Fuero de Madrid de 1202, las iglesias cristianas más antiguas, las que dividían el Madrid del siglo XII en diez barrios o colaciones. Se trate de una edificación del siglo XII o anterior, en cualquier caso seguro que queda alguna huella de los siglos en que allí habitaron los musulmanes, aunque sea bajo tierra, como comentaremos.
La plaza de San Nicolás estaba en un lugar estratégico, entre la calle de Santa María, actual calle Mayor, y el Alcázar pero su mención en los Libros de Acuerdos del Concejo medieval es escasa; el 3 de noviembre de 1503 se acordó que la calle desde San Nicolás hasta la casa de Gonçalo de Monçon fuera empedrada porque es la principal calle que va a palacio.
Hoy día, desde la calle Mayor hay que recorrer despacio la calle de San Nicolás, observar su forma curva y empinada que seguro se adapta a antiguos caminos, hasta llegar a la altura de la iglesia, contemplar sus muros, detenernos y mirar hacia la plaza de Oriente, para intentar comprender cómo debía ser el paisaje hace siglos.
La fábrica de la torre es de ladrillo, excepto la base que está formada por un zócalo de sillares de piedra. Su planta es cuadrada, con 3,70 metros de lado. Desde dicho zócalo hasta el campanario mide más de 15 metros de altura. El campanario y el chapitel que la coronan fueron añadidos en los comienzos del siglo XVII, ¿quizá reforma o sustitución de otro anterior del siglo XVI?: en el plano de Antonio Mancelli el templo está representado con el nº 67; en el campanario están representadas dos ventanas.
Unos años después Pedro Texeira lo dibujó con bastante detalle, con una ventana, y debajo dos filas de arcos.
En los comienzos del siglo XIX se pensó en su demolición, pero en 1825 se hizo cargo de la iglesia la Orden Tercera de los Servitas que desde entonces la ha cuidado. Se construyeron las dependencias parroquiales que rodearon y casi taparon la torre. Por una parte el convento ocultaba la joya mudéjar, por otra tal vez este hecho sirvió para protegerla.
Ramón de Mesonero Romanos se refirió a ella como la antiquísima y mezquina parroquia de San Nicolás; edificio mezquino, escribió Pascual Madoz… este adjetivo era muy del gusto de los autores del XIX. Por suerte, el tiempo pasó y la torre sobrevivió discreta. A lo largo de su historia llena de azares y problemas, ha tenido varias reformas. En una de ellas, hacia 1912 tras sufrir un incendio, los muros fueron revocados. Desde la calle apenas se contemplaba solo el campanario con su chapitel de pizarra al estilo de la época de los Austrias.
En 1927 el historiador y profesor Elías Tormo, durante su famoso curso sobre las Iglesias de Madrid y posteriores visitas a todas ellas, pudo conocer el interior de la torre. Imaginamos que con mucha emoción, –también el fotógrafo de la revista La Esfera, Miguel Cortés, que realizó un reportaje– subió por sus escaleras, contempló de cerca sus viejos ladrillos, y accedió a las buhardillas y desvanes que entonces la rodeaban.
Tormo descubrió sus elementos mudéjares tapados hasta entonces. La prensa publicó sus conclusiones como “interesantísimo hallazgo arqueológico”:
“Al examinar el enlace del cuerpo primitivo con el de las campanas, vio que éste era completamente postizo y que debajo aparecía el pretil y rellano general de las torres de mezquita, o sea la azotea donde el muecín o almuédano anunciaba la oración a los musulmanes, en cuenta que entre ellos no se usaban las campanas”.
Bajo los tejados aparecieron los arcos que habían quedado escondidos en el interior de los desvanes pegados a la torre.
Elías Tormo estaba convencido de que era un alminar construido antes de 1085. La consideraba obra del siglo XI. El gran defensor del patrimonio histórico y artístico madrileño pidió que se quitara el revoco así como las construcciones que tapaban la torre.
Ese mismo año el arqueólogo e historiador Manuel Gómez Moreno publicó un artículo en el que, basándose en el estilo y orientación del templo, consideraba que la torre no fue nunca mezquita sino que estuvo dedicada al culto cristiano desde un primer momento.
El estado de la iglesia llegó a ser ruinoso, no siendo restaurada y consolidada hasta 1948-1953 por Francisco Íñiguez Almech; por fin se eliminó el revoco de la torre y quedó una parte visible al ser derribada la zona superior de las dependencias residencia de los padres servitas que la tapaban, extendiéndola sobre el pasadizo del Biombo que quedó cubierto.
Igual que Manuel Gómez Moreno, Basilio Pavón Maldonado la sitúa en los últimos años del siglo XII, obra de mudéjar toledano con elementos de influencia andaluza, características reconocidas por la mayoría de especialistas.
A partir de los 8 metros por encima del nivel del suelo, la torre se adorna con tres líneas de arquerías ciegas, iguales en los cuatro lados. En los dos primeros niveles, aunque el primero sigue sin ser visible desde la calle, tres arcos lobulados en cada frente; en el cuerpo más alto, cuatro arcos de herradura por lado.
La última restauración del templo fue dirigida por Jaime Lorenzo desde el comienzo de la década de los años 80 hasta 2000.
En lo que se refiere a la torre en 1983 se abrió un pequeño patio que al menos permite ver –un poco, pues hay muchas plantas– su base de sillares de piedra sobre los que se eleva la bella torre. El acceso al patio está en el interior del templo.
Desde allí podemos admirar uno de sus lados con los tres niveles de arquerías.
La zona de la ventanita fue rehecha debido a su mal estado.
Fue entonces cuando se colocaron las columnillas con su capitel al estilo corintio, de piedra artificial, que hoy adornan los arcos.
Pavón describió algunos elementos del interior de la escalera de la torre a lo almohade, similares a los de algunos alminares de Córdoba o Granada, como los techitos, aunque en este caso de madera en lugar de piedra, cuando en Toledo se suele solucionar con falsas bovedillas de ladrillo escalonadas.
Desgraciadamente hoy día el interior no es fácil conseguir verlo, lo que sí hemos podido admirar es el sótano del edificio donde se encuentra el despacho parroquial, bajo terrenos que en la Edad Media pertenecían a la plazuela de San Nicolás y al pasadizo del Biombo, junto a la torre.
En este sótano se hallan los cimientos de la torre, los sólidos muros de piedra y ladrillo que durante la última reforma y rehabilitación fueron raspados de forma que lamentablemente al parecer se ha perdido su aspecto primitivo.
Aún así, el lado norte, resguardado junto a la escalera de espaldas al despacho, muestra un maravilloso muro de ladrillo y pedernal que nos traslada al Madrid más antiguo.
Escribió el profesor Montero Vallejo que durante las obras hubo hallazgos arqueológicos que hubieran merecido un estudio pero, una vez más en Madrid, fueron tapados rápidamente. En la cripta, bajo el Altar Mayor, aparecieron gruesos muros y unos arquitos de medio punto y lobulados que podrían haber pertenecido a algún tipo de fortificación quizá exenta al primer recinto. No parece descabellado pensar que la torre de la iglesia cristiana posterior a 1085 fuera levantada sobre una torre árabe, bien religiosa o defensiva.
Por : Mercedes Gómez
NOTA: Con todo mi agradecimiento al párroco de la Iglesia de San Nicolás de los Servitas, el Padre Jaime, por su gran ayuda.
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Bibliografía:
J.D.B: Reseña de GOMEZ MORENO, Manuel.- La torre de San Nicolás, en Madrid. Archivo Español de Arte y Arqueología, 1927. Nº 16, Revista de la Biblioteca Archivo y Museo. Madrid, octubre 1927.
Rodero, Lorenzo. “Un monumento árabe en Madrid”. La Esfera, 23 abril 1927, pp. 3-6.
“El templo más antiguo de Madrid, restaurado”. Hoja del Lunes, 17 nov. 1952, pp. 1-2.
Montero Vallejo, Manuel. Madrid musulmán, cristiano y bajo medieval. Ed. Avapiés. Madrid 1990.
Testimonios del Madrid Medieval. El Madrid Musulmán. Museo de San Isidro, Madrid 2004.
Pavón Maldonado, Basilio. Tratado de Arquitectura Hispanomusulmana. Mezquitas. Vol. IV. CSIC, Madrid 2009.
36 comentarios
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27 noviembre 2013 a 22:22
Jose Luis Díaz
Como siempre, sencillamente extraordinario. Un beso Mercedes.
28 noviembre 2013 a 19:41
Mercedes
Gracias Jose, me alegro de verte por aquí.
Un beso
27 noviembre 2013 a 22:38
Pablo Jauralde Pou
Estupendo reportaje. Yo me interés por San Nicolás porque allí estaban enterrados varios personajes históricos (hay una lápida que recuerda a Ercilla), particularmente porque allí se enterró el padre de Quevedo, lo que probablemente quiere decir que era feligrés de esa parroquia (estaba intentando saber si el escritor fue criado en Palacio, donde trabajaba su madre, o fuera).
La iglesia por lo que he visto en el interior tuvo gran predicamento durante la época de Fernando VII, a cuya época pertenecen altares, cuadros, etc.
28 noviembre 2013 a 19:47
Mercedes
Gracias Pablo. Ercilla creo que fue bautizado en esta iglesia, allí enterraron a Juan de Herrera… es verdad, muchos personajes históricos fueron allí enterrados. Como todas en la Edad Media, tenía su cementerio, que debía estar hacia el sur (hoy plaza, o lo que queda de ella), de hecho en alguna ocasión durante las obras se han encontrado restos humanos, y lápidas.
Aunque tienen grandes obras de arte, algunas bastante antiguas, fue Fernando VII quien dio San Nicolás a los Servitas, así que en cierto modo fue quien la salvó. Los nuevos inquilinos además de retaurarla, la acondicionaron y la adornaron, quizá por eso haya muchas cosas de esa época.
28 noviembre 2013 a 07:52
pedro jareño
Mercedes muy bueno,siempre he pensado que la torre de San Nicolas tiene un encanto especial.aunque una vez intente sacar fotos de su interior y no veas como se puso el párroco.muchos besos Mercedes.
28 noviembre 2013 a 19:52
Mercedes
Hola Pedro, muchas gracias. Esa torre tiene encanto quizá también por su misterio, es una preciosidad.
Besos
28 noviembre 2013 a 10:42
Antonio Iraizoz
Enhorabuena Mercedes. Esas fotos del 27 son extraordinarias y no digamos las tomadas desde el patio ¡No sabía que hubiera un primer nivel de arcos polilobulados por debajo del visible desde el exterior! El final del artículo abre una hipótesis sobre la medinilla que también comparto.
Gracias por contarnos todo esto como sabes hacerlo.
Un abrazo
28 noviembre 2013 a 19:57
Mercedes
Hola Antonio, sí, esas fotos son fantásticas ¿verdad?, me puse muy contenta cuando encontré ese reportaje tan revelador.
La posibilidad del segundo recinto parece a veces ¡tan clara! es una pena que no se estudie, pero tal como están las cosas… gracias por dar tu opinión y tus palabras.
Un abrazo
28 noviembre 2013 a 11:33
JuanZevi
Muchas gracias, Mercedes, por tu espléndido viaje virtual. Me ha hecho revivir mis antiguas estancias en Madrid, cuando disfrutaba perdiéndome por las callejas entre el Palacio real, la Plaza de la Villa, el Teatro Real, … como un gato cualquiera, tomando un chocolate con churros en San Ginés o rezándole al Santo Niño del Remedio por cualquier imposible.
28 noviembre 2013 a 20:01
Mercedes
Hola Juan, muchas gracias a ti por tu compañía. Me encanta que recuerdes tus paseos por el viejo Madrid con cariño, y los revivas aquí.
Un abrazo
28 noviembre 2013 a 13:39
J. Casado
Hola Mercedes. Excelente post. Das una vez mas, imagen de tu maestría, no solo para explicarnos la historia de un lugar, sino para conseguir permisos para explorar y fotografiar en esos lugares de los que hablas.
A mi personalmente, no me dieron permiso, ni aun pidiéndolo, para hacer fotos en el interior….en fin.
Un saludo.
28 noviembre 2013 a 20:03
Mercedes
Gracias José, me alegra que te haya gustado el post… y las fotos.
¡Saludos!
28 noviembre 2013 a 21:15
Pintores Madrid
Precioso artículo.
29 noviembre 2013 a 16:08
Mercedes
Gracias!
28 noviembre 2013 a 23:17
Guerra Esetena
Un reportaje magistral, enhorabuena. Como bien apuntas, esta zona debería ser objeto de un estudio en profundidad. El segundo recinto musulman se insinúa, casi se materializa, no es nada descabellado. Ojalá algún día salgamos de dudas.
Un abrazo, Jesús
29 noviembre 2013 a 16:09
Mercedes
Gracias, Jesús. ¡Ojalá!
Un abrazo
29 noviembre 2013 a 23:34
ARMANDO
Como siempre te sigo y como siempre procuro aprender, gracias.
Armando
30 noviembre 2013 a 22:45
Mercedes
Hola Armando, como siempre, un placer verte por aquí.
¡Gracias!
30 noviembre 2013 a 17:53
CHURRI
Magnifico Merche como siempre.
bssssssssss Lázaro
30 noviembre 2013 a 22:45
Mercedes
Gracias, Lázaro.
Besitos
30 noviembre 2013 a 22:08
vicentecamarasa
Excelente, como siempre.
Por fin he podido ver su parte subterránea de la que tanto había oído hablar
30 noviembre 2013 a 22:47
Mercedes
Hola Vicente, muchas gracias.
Es una maravilla ¿verdad?
1 diciembre 2013 a 09:00
vicentecamarasa
¿Qué te voy a contar yo? Desde hace años pertenece a mi biografía más personal a través de mi novela El Señor del Biombo y, posiblemnet de otra futura, del propio Mayrit islámico
1 diciembre 2013 a 22:25
Mercedes
No lo sabía, Vicente, qué interesante, te felicito.
Espero llegues a escribir esa nueva novela sobre el Mayrit islámico.
1 diciembre 2013 a 21:13
Maríarosa
Mercedes acabo de leer todo el artículo con detenimiento y sus enlaces (cosa que no he podido hacer hasta hoy) y me quedo admirada del estudio tan profundo y completo que has hecho de esta querida iglesia…¡es fantástico!…Desde ahora siempre que pase o entre en ella la miraré con otros ojos…¡gracias a los tuyos!.
1 diciembre 2013 a 22:30
Mercedes
Hola María Rosa, me alegro mucho de que te haya gustado, ¡muchas gracias a ti!
4 diciembre 2013 a 07:58
m.c
es una de mis iglesias favoritas, me gusta ir en semana santa
4 diciembre 2013 a 19:56
Mercedes
Gracias por tu comentario m.c.
Saludos
5 diciembre 2013 a 21:30
Teresa S.Lázaro m
Hola Mercedes,
¡ Este artículo es para nota ! ( que se decía en mis tiempos ).
Felicidades.
5 diciembre 2013 a 22:51
Mercedes
¡Gracias Teresa!
Abrazos
6 diciembre 2013 a 10:01
Leonardo
Mercedes. Había leído algunos artículos sueltos, pero desde hace tres semanas me suscribí, y semana a semana sorprendes grata y extensamente ¡Muchas gracias!
¿Hay alguna posibilidad de colaborar contigo desinteresadamente?
Saludos
6 diciembre 2013 a 22:01
Mercedes
Hola Leonardo, te agradezco mucho tus palabras y tu interés, pero esto es solo un blog personal, una afición.
Saludos y bienvenido
20 enero 2014 a 00:02
El artesonado de la Ermita de Santa María de la Antigua y otros tesoros | Arte en Madrid
[…] torre de la iglesia de San Nicolás del siglo XII, Santa María la Antigua del XIII, la torre de la iglesia de San Pedro del siglo XIV […]
7 febrero 2017 a 13:20
Sergio
Extraordinarias fotos e interesante reportaje.
7 febrero 2017 a 22:39
Mercedes
Gracias.
17 mayo 2017 a 10:54
Monopostes
Un gran reportaje, muy buenas fotos, me ha gustado mucho