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Hace cerca de un año conocimos la noticia del hallazgo de los nuevos restos del Hospital del Buen Suceso.
Las obras de rehabilitación del antiguo Hotel París en la Puerta del Sol destinado a albergar un centro comercial de una famosa marca tecnológica, cumpliendo con las obligadas excavaciones arqueológicas, habían sacado a la luz los cimientos del antiguo hospital situado junto a la Iglesia del Buen Suceso.
Nunca se sabe, pero parece que esta vez sí estamos ante el último capítulo de esta larga, azarosa e inesperada historia. El pasado sábado por fin fue inaugurada la nueva tienda.
Respecto a los restos hallados, aunque bajamos al sótano con ciertas esperanzas, no hay sorpresas.
Se han conservado en ladrillo visto las bonitas bóvedas del sótano del antiguo hotel, convertido en parte en una pequeña sala de reuniones visible tras una puerta de cristal.
Pero, tal como hace un año anunció la Dirección General de Patrimonio Histórico de la Comunidad de Madrid, los cimientos del antiquísimo hospital han quedado enterrados bajo el suelo de las dependencias privadas de la empresa actual dueña del inmueble.
En el sótano, frente a la mencionada sala se ha colocado un panel informativo, tal como también anunció la Dirección de nuestro Patrimonio.
Un dibujo muestra la planta del edificio con los restos de los muros de la cimentación de la iglesia-hospital del Buen Suceso hallados durante las obras, diferenciados de los restos del antiguo Hotel París (siglos XIX-XX).
Un breve texto, encabezado por la enumeración de todas las leyes y decretos que apoyan la actuación de las autoridades competentes en Patrimonio Histórico –el autor o autores del texto parecen dar una importancia primordial a este aspecto–, explica la conservación de los hallazgos.
Los restos del hospital del Buen Suceso, nos indican, se han conservado «in situ” bajo el suelo del nuevo local comercial, marcado su trazado en distintos colores, al parecer. No es posible verlo pues se encuentra en la zona destinada solo a empleados, como decíamos.
A continuación leemos una pequeña historia del solar, desde la construcción del primer hospitalillo en el siglo XV hasta la actualidad. Comienzan recordando que el origen de la Iglesia-Hospital del Buen Suceso se remonta a 1438, cuando Juan I mandó construir un hospital… ¿Juan I?
Juan I, de la Casa de Trastámara, reinó mucho antes de la época a la que nos estamos refiriendo, casi un siglo antes. Juan I murió en 1390 cuando ni siquiera había nacido Juan II que fue el monarca que reinaba en Castilla en 1438, momento en que se creó el hospitalillo antecedente del Buen Suceso al que se refiere el texto de la Comunidad de Madrid.
Un “pequeño” error. Pero es que, continuamos leyendo, y con asombro comprobamos que no es el único.
El panel está ilustrado entre otras imágenes con la reproducción de un fragmento correspondiente a la Puerta del Sol del plano de Antonio Mancelli, el primer plano de Madrid, realizado en 1623.
Una vez más… incomprensiblemente el pie de la imagen indica que el plano es obra de “Frederick de Wit/Antonio Mancelli, hacia 1635”.
Como ya vimos en el artículo enlazado más arriba, gracias a la labor de los investigadores sabemos que Frederick de Witt nació en 1630, varios años después de la creación del plano, por lo cual nunca pudo participar en ello. Durante mucho tiempo se dio como fecha de impresión original la de 1635, hecho igualmente imposible pues en todo caso en esos momentos de Witt tenía solo cinco años de edad.
En fin. Bien está que se cumplan las leyes, por supuesto; comprendemos que un inmueble propiedad privada tiene sus derechos, y no siempre se pueden conservar los hallazgos de cara al público; pero sí pedimos, por favor, seriedad al contar nuestra historia e instalar un panel informativo, sobre todo si los encargados son los responsables del cuidado de nuestro Patrimonio.
Por : Mercedes Gómez
El Museo Reina Sofía, entre otras actividades, ofrece una serie de visitas comentadas a través de su Colección Permanente, muy interesantes. Nos propone, además de la visita tradicional, lineal, nuevas miradas que ellos definen como transversales. Son otras formas de contemplar la Colección, otros puntos de vista, teniendo en cuenta que la obra de arte no es solo un hecho en sí mismo, un autor, una fecha, sino que se enmarca, influye y es influida por el momento histórico, político y social.
El Teatro, la Arquitectura, el Cuerpo, el Feminismo… son algunos de los temas que nos sugieren. Un folleto ayuda a que nosotros mismos organicemos la visita. También, en algunos casos, ofrecen una visita guiada. Se pueden consultar todos los detalles en la página web del museo.
Elegimos una de estas últimas para empezar a conocer, a compartir estas miradas diferentes, el Feminismo : una mirada feminista sobre las vanguardias.
No se trata de mostrar una selección de obras realizadas por mujeres, como se ha hecho en otros casos, sino de analizar su papel en el Arte a lo largo de los últimos años del siglo XIX hasta el final de la guerra civil, y en la sociedad. La mujer es sujeto pero también objeto de la producción artística.
“Feminismo propone al visitante un recorrido por los espacios de la Colección dedicados a las vanguardias históricas y cuestiona el papel y la visibilidad de la mujer en la Historia del Arte. Se pretende despertar una nueva mirada, incitar a considerar críticamente las imágenes de dominación masculina e invitando, en definitiva, a reconocer el trabajo de la mujer en la superación de estos roles y modelos”.
Uno de los primeros cuadros comentados es la Tertulia del Café Pombo, de José Gutiérrez Solana, una de las muchas tertulias famosas de comienzos del siglo XX, en las que participaban los intelectuales de la época y en las que la presencia femenina era escasísima.
Aunque el nuevo siglo llegó con grandes promesas de modernidad, la Institución Libre de Enseñanza incorporaba a las mujeres en sus textos y actividades, éstas se incorporaban al mundo de la industria y del trabajo, etc. su visibilidad en el mundo del arte era mínima. Solo algunas artistas entraron en los círculos intelectuales dominados por los hombres.
Durante la visita la guía nos invita a reflexionar sobre la imagen de la mujer transmitida por los pintores Anglada Camarasa, Nonell o Picasso.
Y por supuesto sobre las creaciones de mujeres singulares. Dora Maar, muy conocida por su relación con Picasso, quizá no tanto por su propia actividad artística. La cineasta Germaine Dulac, desconocido su trabajo hasta hace poco tiempo, en que se intenta su recuperación. La pintora Sonia Delaunay, no tan reconocida como su marido Robert… Observamos una curiosa pintura, el retrato del dadaísta Tristán Tzara, obra de Robert Delaunay, en la que el interesante personaje luce una bufanda hecha por Sonia.
Admiramos los cuadros de grandes pintoras como Maruja Mallo, María Blanchard o Ángeles Santos. Nuestra guía comenta especialmente la vida de María, una de las pocas que sí formó parte de los círculos vanguardistas a lo largo de su vida tan dura, que ya conocimos, o la de Ángeles Santos, cuyo espectacular comienzo pictórico que provocó curiosidad y admiración de artistas como Ramón Gómez de la Serna, Jorge Guillén, García Lorca o Juan Ramón Jiménez, se vio truncado también por una vida difícil.
El itinerario, guiado por una de las personas encargadas del servicio de mediación cultural del museo, se convierte en un gratísimo paseo por las salas de la 2ª planta dedicadas a la Vanguardia. Y un estímulo para conocer mejor aquella época y a sus protagonistas.
Por : Mercedes Gómez
Queridos amigos:
Como sabéis todos los que habitualmente formáis parte de esta tertulia, aquí el protagonista absoluto es Madrid, nuestro querido Madrid. Sin embargo hoy –me vais a permitir que me aparte un poco de la línea del blog– voy a comentar una noticia que me afecta directamente, pero es que no puedo dejar de hacerlo por agradecimiento. Y como las noticias “vuelan”, ya tengo algún comentario vuestro de felicitación… ¡muchas gracias, qué suerte tengo!
La última noticia publicada esta mañana en la web del Instituto de Estudios Madrileños me afecta, y me emociona. Me parece mentira, pero desde ayer jueves día 12 de junio tengo el honor de pertenecer al IEM como miembro colaboradora.
Conozco el trabajo de este organismo desde hace años, aquí hemos hablado varias veces de sus actividades, sus maravillosas publicaciones, sus ciclos de conferencias, a los que comencé a asistir hace mucho tiempo, mucho antes de poder ni siquiera imaginar que algún día yo tendría una página en internet en la que podría hablar de todas las cosas bonitas e interesantes que iba conociendo… creo que ni siquiera sabía que existían los blogs.
Y desde luego lo que nunca pude imaginar es que algún día podría aportar mi pequeñísimo granito de arena, colaborar con un grupo tan respetado, al que pertenecen los autores más importantes, los que personalmente admiro, dedicados a investigar, a estudiar, a escribir sobre Madrid, autores fundamentales, a los que leo, releo, consulto… para poder seguir aprendiendo.
Infinitas gracias a José Miguel Muñoz de la Nava Chacón, Secretario General, por toda su ayuda, junto a sus compañeros de Junta Directiva, presidida por Alfredo Alvar Ezquerra, gracias por todo su apoyo y confianza. Y por supuesto gracias a todos los miembros del Instituto.
Mis felicitaciones también para los nuevos miembros con los que tengo el premio y la suerte de compartir este momento.
En fin, después de todo, debo dar las gracias a los amigos que formáis parte de este Arte en Madrid, que desde hace más de cinco años me habéis acompañado, y por eso hemos llegado hasta aquí. No son palabras, creedme, es la realidad, yo sola no hubiera podido recorrer el camino. Vuestros comentarios, ánimos, sugerencias… son parte del trabajo.
Es un honor impensado, por lo que solo tengo palabras de agradecimiento. Pero también un orgullo y un placer, estoy muy contenta, y espero ayudar en todo lo que modestamente pueda al Instituto que me acoge y colaborar en ese precioso objetivo común, la difusión de nuestra historia, desde el rigor pero también desde el cariño que compartimos por Madrid.
Gracias a todos
Mercedes Gómez
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