La calle Murcia nace en el Paseo de Santa María de la Cabeza, cruza el Paseo de las Delicias y muere en la calle de Méndez Álvaro, frente a la Estación de Atocha. Es una calle breve, situada en el vértice norte del barrio que surgió en el triángulo creado en el siglo XVIII sobre las Delicias, surcado por los paseos que iban desde la Puerta de Atocha hasta el Río.
Hacia 1900 aún eran escasas las construcciones, casi nulas en el segundo tramo. El barrio había comenzado a crecer hacía pocos años, alrededor de las estaciones de Delicias y Mediodía (actual Atocha).
De aquellas primeras edificaciones no queda recuerdo.
Hoy es una de tantas calles arboladas y acogedoras de Madrid, secundaria y discreta, que quizá solo conocen bien los vecinos del barrio (oficialmente, barrio de Palos de Moguer), pero que como todas las calles aunque no sean famosas tiene su historia. El edificio más antiguo que se conserva precisamente en ese primer tramo, entonces aún un solar, es el nº 3, de 1909.
Hace diez años fue noticia por su estado ruinoso y falto de higiene. Actualmente la fachada centenaria se encuentra cubierta por una lona y las únicas ventanas que quedan a la vista están tapiadas, como en 2004. Enfrente un edificio de solo dos plantas, debe ser también de esa época.
En el nº 10 se encontraba el edificio de Transportes Fluiters, construido por Augusto Sanz Marcos entre 1927-1928 para guardamuebles, naves y oficinas de don Pedro Fluiters. Fue demolido en 1984, pero se conservó la fachada como ejemplo de construcción industrial.
Resulta un tanto extraña pues ha quedado aislada del moderno edificio de viviendas levantado tras ella, pero conserva algunos detalles del art-déco que la adornaba y es un testigo de los tiempos pasados en que la industria crecía en la zona.
En esta misma acera de los números pares, esquina al Paseo de las Delicias 26 (antiguo 28) el 12 de septiembre de 1959, tal como publicó la prensa de la época, se inauguró el Hotel Carlton, con “aire acondicionado, radio, cuartos de baño y teléfono en todas las habitaciones”, novedades propias de un local de primera categoría.
La fachada cóncava de la esquina fue decorada por el ceramista Santiago Padrós con un mosaico dedicado a las Ciudades españolas monumentales.
En la esquina contraria, donde ahora se encuentran las oficinas de una entidad bancaria, estaban las Bodegas Villa, cervecería muy frecuentada por los vecinos del barrio en los años 50-60.
Al otro lado del paseo, en el nº 14, esquina Paseo de las Delicias 19, un edificio de viviendas con sus rejas onduladas construido hacia 1930.
En la planta baja, en la esquina, había una tienda, entonces se llamaban de ultramarinos, la tienda de Peñalver, que algunos vecinos seguro recuerdan. Ahora hay una tienda de chinos.
Seguimos en la acera de los pares. En el nº 16, hay una casa sencilla y cuidada, con preciosos balcones de forja.
Enfrente estaba el Mercado Atocha, cuyo acceso principal estaba en el Pasaje Tortosa, un callejón sin salida que parte de la calle Tortosa; sin embargo entonces había una entrada por la calle Murcia. Tras una pérdida de clientela, desaparición de puestos y un grave deterioro, cerró definitivamente en 2006, siendo convertido en Escuela Municipal de Música.
Son muy bonitas las casas que se conservan anteriores a los años 70 del pasado siglo XX, en que muchas fueron derribadas.
A continuación, en el lugar del edificio moderno que hoy ocupa el solar del nº 20, había una Fábrica de Hielo, una de las que existían en Madrid (otra, recordemos, estaba en la calle de San Andrés). No sabemos en qué año exactamente sería derribada, pero en 1973 la prensa anunciaba los nuevos pisos y animaban a comprobar la calidad de su construcción.
En el nº 22 se hallan las viviendas para don Andrés Palomeque, proyecto de José María Rodríguez Gómez de 1930. En los impares, las viviendas del nº 17 muestra una sencilla y elegante decoración clásica, con dos pequeños torreones.
Y llegamos al final de la calle. Además de un mercado y la fábrica de hielo, otro servicio fundamental para el vecindario se instaló en la calle Murcia. En el nº 21 sigue en pie el Colegio Público Menéndez y Pelayo, una de las escuelas creadas por Antonio Flórez Urdapilleta, Jefe de la Oficina Técnica para Construcciones Escolares del Ministerio de Instrucción Pública, como ya comentamos aquí.
Esta escuela, frente al racionalismo dominante en construcciones posteriores, dentro de su sencillez y búsqueda de la funcionalidad, aún muestra ciertos elementos historicistas, sobre todo en las portadas.
El Grupo Escolar inicialmente llamado de Méndez Álvaro fue uno de los seis cuyo proyecto fue aprobado y publicado en la Gaceta de Madrid en 1923, gracias a la colaboración entre el Ayuntamiento y el Estado. En un principio los planos fueron obra del arquitecto municipal Pablo Aranda Sánchez, aunque fueron modificados por Flórez. El colegio fue construido entre los años 1923-1928. El edificio con su entrada principal en Méndez Álvaro 16, se asoma a la calle Rafael de Riego 1 y Murcia 21.
Construido en ladrillo y con aleros de madera, sus fachadas son muy armónicas.
Fue reformado y ampliado por el propio Flórez y Bernardo Giner de los Ríos en 1932.
Una segunda ampliación a cargo del arquitecto Joaquín Roldán tuvo lugar en 1970. Fue en 1932 cuando se construyó la caseta para servicios médicos y para el guarda en la esquina de Méndez Álvaro con la calle Murcia, donde finaliza nuestra calle y nuestro paseo por hoy.
Por : Mercedes Gómez
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Bibliografía:
Guía-Callejero de Madrid 1970.
Dº ABC, 31 octubre 1973
Dº ABC 2 marzo 2004, pág 41
Dº ABC 6 junio 2006, pág, 40
COAM. Guía de Arquitectura. Madrid 2003
F.J. Rodríguez. Plan de construcciones escolares de 1922 para Madrid. El caso del Grupo Menéndez Pelayo”. III Foro Ibérico de Museísmo Pedagógico – V Jornadas Científicas. Murcia 2012.
Y sobre todo, los recuerdos de Fernando, antiguo vecino de la calle, a quien dedico el artículo y envío muchos besos.
19 comentarios
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18 julio 2014 a 13:23
Guerra Esetena
Hola Mercedes:
Me encantan estos recorridos tuyos, tan evocadores y que nos descubren tantas cosas, en calles que aparentemente no tienen nada, más que el encanto de ser de barrio. El edificio de Pedro Fluiters (bueno, lo que queda, apenas la fachada) me ha sorprendido y el del Colegio Público también.
Abrazos y buen fin de semana, Jesús
18 julio 2014 a 19:32
Mercedes
Hola, Jesús: muchas gracias, qué bien que te haya gustado. Ya ves que la calle, insospechadamente (al menos para mí) tiene más cosas interesantes de la que podríamos suponer. Cuando decidí hace el post por razones digamos afectivas, tampoco conocía esa fachada ni ese colegio.
Abrazos y buen fin de semana para ti!
18 julio 2014 a 13:38
Maríarosa
Cuantas cosas interesantes sobre una pequeña calle…¡¡que ya nunca nos sonará desconocida porque la hemos conocido en tu blog!! También he leído tu enlace con la de san Andrés que sin duda se me “escapó” en su momento y que me ha parecido otra joya…En este último post he leído comentarios entrañables…como el de un antiguo vecino de la calle que evoca su niñez y las tiendas que conoció a partir desde el 43…sobre todo me ha llamado la atención lo de las Fábricas de hielo y he recordado que en el barrio de Salamanca en la calle Don Ramón de la Cruz esquina a Hermanos Miralles (hoy General Díaz Porlier) había una muy grande donde se compraban cuarto o mitad de barra para colocar en la nevera junto al depósito del agua y sobre el serpentin y así, cuando se abría el pequeño grifo que estaba en la delantera salía el agua tan fresquita…
18 julio 2014 a 19:37
Mercedes
Querida María Rosa, gracias por tu comentario y el ¡nuevo dato que aportas! Me preguntaba cuántas fábricas de hielo habría en Madrid porque apenas he encontrado datos sobre ello, así que ya conocemos una nueva, en el barrio de Salamanca. Ahora nos parece increible lo de ir a comprar hielo para la nevera… pero en aquellos momentos debía ser también un lujo. Es muy bonito, aprendemos mucho gracias a los recuerdos de las personas.
18 julio 2014 a 17:18
J. Casado
Hola Mercedes. Evocador recorrido por una calle cualquiera de Madrid, pero como casi todas tienen historia, pues resulta interesante descubrirla.
Un saludo y felices vacaciones.
18 julio 2014 a 19:47
Mercedes
Gracias José, me alegra que te haya parecido interesante. ¡Saludos!
18 julio 2014 a 18:57
Antonio Iraizoz
Hola Mercedes, me ha encantado el paseo y el muestrario tan variado de estilos en las fachadas para una calle tan pequeña. Me siento muy identificado con el Hotel Carlton pues sólo tiene un día más que yo.
Un abrazo
18 julio 2014 a 19:52
Mercedes
Hola Antonio: septiembre de 1959 fue muy bueno, todo lo que nació era de ¡primera categoría! 😉
Me alegro de que te haya gustado el paseo.
Un abrazo
18 julio 2014 a 19:50
Jose Luis Díaz
Hola Mercedes
Cómo voy a dejar de leerte si siempre, repito, siempre aciertas. En este caso has hablado de una calle que posiblemente a poca gente interese pero mi hermano mayor vive allí desde hace más de 40 años y, como es lógico, tras “fusilarte” el artículo (como hago siempre) se lo he pasado y no te puedes imaginar la alegría que le he/has dado. Además detallas cosas que él desconocía y está encantado.
Un besote muy fuerte, que pases un feliz verano, y no cambies nunca.
18 julio 2014 a 20:03
Mercedes
Hola Jose. ¡Hombre! espero que no dejes de leerme… 🙂
En serio, muchas gracias, me alegro un montón de que a tu hermano y a ti os haya gustado el artículo. A lo mejor la calle Murcia solo nos interesa a unos pocos, pero, como todas las demás, forma parte de la historia de Madrid. Y además tiene edificios de mérito.
Un beso y feliz verano para ti también.
20 julio 2014 a 20:54
CHURRI
Hola Merche enhorabuena porque estas calles secundarias como dices nos gusta que nos recuerden nuestras vivencias en ese barrio de las Delicias que además de haber vivido en ,él también lo tengo recorrido por trabajar años en la estación como tú sabes pero no recuerdo la entrada al mercado de la calle Tortosa por la calle Murcia ya que en mi época de militar entraba muchas veces para hacer la compra y luego despúes compraba mi mujer en una merceria que se llamaba Anabel (como ella) hacia esquina con Rafael de Riego y ahora es una tienda de electricidad.
bssssss-Lázaro
20 julio 2014 a 23:47
Mercedes
Hola, Lázaro, esa entrada al mercado por la calle Murcia debió existir hace mucho tiempo, cuando yo viví allí, y era muy pequeña, por lo que no recuerdo nada (y tú también eras pequeño, pero te faltaban unos cuantos años para ir a vivir al barrio de Delicias) No coincidimos en el tiempo… 😉
Como habrás imaginado, Fernando, que me ha contado todos esos detalles bonitos, es mi papi, y recuerda ese mercado. Es un barrio que, aunque en realidad lo estoy conociendo ahora, le tengo cariño.
Gracias por contar tus recuerdos también
Besitos
22 julio 2014 a 12:32
Ars
Siempre me ha gustado esa calle. Como bien dices, es una calle acogedora. Por supuesto, desconocía casi todo lo que nos cuentas de su historia. Así que te agradezco mucho toda la información, porque ahora me gusta aún más.
Un abrazo.
22 julio 2014 a 22:30
Mercedes
Gracias por tu comentario, Ars. Bienvenida al grupo de amigos de la calle Murcia 🙂
Un abrazo
23 julio 2014 a 01:14
Elena
Muchas gracias, Mercedes, por darnos a conocer detalles de calles que, de otro modo, pasarían un poco más inadvertidas, al menos para mí. Visita obligada- placentera claro está- incluido el mercado, ya que me gusta mucho visitarlos. Un saludo.
23 julio 2014 a 20:18
Mercedes
Esta calle no es de paso, por eso los que no vivimos en el barrio la desconocemos, pero es bonito descubrirla, como lo es recorrer los barrios de Madrid, creo que todos tienen cosas que merecen la pena.
El mercado desgraciadamente lo cerraron hace pocos años, ya debía tener poco público. Proyectaron una escuela de música, por suerte aún no le pilló la crisis de lleno y la Escuela municipal se creó, allí está en el callejón, frente a la estación de Atocha.
Gracias a ti, Elena. Un abrazo.
24 febrero 2015 a 12:25
Fren.
Hola a todos. Me llamó Fren y nací en 1963 en un edificio de esta calle construido en 1959, donde actualmente sigo viviendo, he pasado muchos años en el barrio. Estuve escolarizado en colegido público Ménendez Pelayo, del que tengo borrosos recuerdos, así como de bodegas Villa, que recuerdo con su barra de madera y barriles y quizá un ambiente oscuro con olor a madera y vino. En cuanto al edificio del número 3, en febrero de 2015, después de muchos años han comenzado las obras de rehabilitación, parece que van a conservar la fachada y quizá parte de la estructura del mismo.
24 febrero 2015 a 15:43
Mercedes
Hola Fren, te agradecemos mucho que nos cuentes tus recuerdos, también cómo están las cosas en la actualidad, menos mal que por fin comienzan las obras en el nº 3.
24 febrero 2015 a 13:10
Angel Chamorro
Reblogueó esto en Música y Pitanzasy comentado:
Como ya viene siendo costumbre, un gran artículo a cargo de Mercedes y su blog Arte en Madrid.
Disfrutarlo.