Mañana es 15 de mayo, día de San Isidro Labrador, patrón de Madrid. El año pasado conocimos la preciosa ermita de San Isidro de Alcalá de Henares, este año para celebrarlo viajamos a un pueblecito singular, el Real Cortijo de San Isidro. Lo he podido conocer gracias a una de las visitas a las fábricas históricas que hemos disfrutado el mes pasado, como os conté a propósito de la Real Fábrica de Tapices, y resultó ser un lugar lleno de sorpresas.
El Real Cortijo de San Isidro cuyo origen se remonta al siglo XVIII es una pedanía de Aranjuez. Se fundó el 24 de diciembre de 1766 por Real Decreto de Carlos III.
El rey demostró su interés por la actividad agropecuaria, implantando un nuevo modelo de producción, a la vez que, instalado en el Palacio Real de Aranjuez, creaba otra posibilidad de estancia cómoda para los momentos en que él mismo visitara los campos. Un gobernador y su personal de guardia custodiaban la propiedad en aquellos momentos rodeada por una tapia. Era una pequeña ciudad, junto a Palacio, al servicio del rey.
Entre 1783 y 1795, bajo los reinados de Carlos III y Carlos IV, el Cortijo entre otras cosas sirvió vino y aceite a la Casa Real.
En 1795 la Corona lo cedió a Manuel Godoy, valido de Carlos IV, a cambio de las Huertas de la Moncloa. Godoy intentó rentabilizarlo, montó una destilería, pero no resultó, así que se deshizo de ello, cambiándolo nuevamente. La Casa Real lo recuperó, luego lo arrendó a diferentes personas y sociedades. En 1868 la propiedad pasó a manos del General de Prim que intentó llevar el ferrocarril hasta el Cortijo. Otros propietarios se sucedieron… hasta llegar al siglo XX en que durante la guerra se convirtió en centro de operaciones de la Junta Militar Republicana.
Después, el Instituto Nacional de Colonización, dependiente del Ministerio de Agricultura, que había sido creado en 1939, compró los terrenos creando un nuevo “asentamiento agropecuario”. En 1957 el pueblo se convirtió en Entidad Local Menor, ámbito territorial inferior al municipio pero con su propio ayuntamiento. Actualmente, nos comentan, pueden llegar a vivir aquí unos 1.000 vecinos, aunque según el Instituto Nacional de Estadística, hay censados menos de 600 personas.
El INC fue creado después de la guerra “para efectuar la reforma económica y social de la tierra”, sustituyendo a la reforma agraria que había intentado la 2ª República en 1932. Luego cambió su nombre por el de Instituto de Reforma y Desarrollo Agrario (IRYDA).
Los nuevos colonos pagaban un canon por la cesión, a cambio obtenían los beneficios de las cosechas. Se construyeron viviendas para los colonos, escuelas y viviendas para maestros, conservando el estilo de las antiguas construcciones del siglo XVIII que perviven, la Casa Grande, la Bodega, el Lagar y la Ermita o Capilla de San Isidro.
La Casa Grande se construyó para albergue del monarca, su Corte y los responsables de la finca. Hace unos años se proyectó su rehabilitación y se destinó a la creación de un prometedor Centro de Estudios del Paisaje. Comenzó la intervención, pero los trabajos están paralizados desde 2009.
La Ermita de San Isidro fue construida en estilo neoclásico por el arquitecto francés Jacques o Jaime Marquet que trabajó para Carlos III en distintos proyectos, algunos de ellos en Aranjuez. El más famoso fue la construcción de la Real Casa de Correos en la Puerta del Sol de Madrid.
En el interior, los frescos del pintor Ramón Stolz Viciano son obra de 1949. Son tres pinturas murales de 4,20 x 5,00 metros relativas a la vida de San Isidro y sus milagros.
La decoración de la capilla formó parte del plan del programa de rehabilitación del poblado por el mencionado Instituto de Colonización.
El fresco frontal, en el altar, representa a San Isidro con un ramo de espigas de trigo en la mano, rodeado de tres ángeles, a los pies figuras de campesinos; no se sabe por qué no llegó a realizarse ninguno de los dos bocetos presentados por el autor al concurso convocado, entre ellos la «Aparición gloriosa al Rey Alfonso VIII en la batalla de las Navas de Tolosa del Santo Madrileño”.
En el lado izquierdo, se encuentra la pintura «Imán del cielo, su vida floreció en milagros», que representa hechos milagrosos del Santo.
Y en el derecho, el mural titulado «Puso en amar a sus hermanos escuela de caridad».
El Jardín al parecer aún guarda algunos de los árboles y viñas que trajo Carlos III desde Nápoles a modo de “granja-estudio” de plantas. En él se encuentra la entrada a la Bodega. La puerta monumental neoclásica, edificada en piedra caliza de Colmenar, fue también diseñada por Marquet.
La entrada serliana, que consiste en un arco de medio punto central y dos arcos menores laterales adintelados, está situada en el centro de un muro de piedra y ladrillo de planta curva frente al cual hay un pequeño jardín de estilo francés.
La Bodega, junto con el Lagar, fue construida en 1782 por Manuel Serrano.
Está formada por una espectacular galería subterránea abovedada en ladrillo visto, de 385 metros de longitud y 4,50 metros de anchura. En su interior durante todo el año la temperatura es de 12 º C y la humedad del 85 %.
Los ladrillos adoptan formas realmente artísticas, en forma de espiga en algunas zonas.
Sigue existiendo un pozo que surtía el agua necesaria. La gran red de acequias en Aranjuez tuvo una gran importancia pues permitían el funcionamiento del Cortijo (Canal de la Cola Alta, Canal Cola Baja, Caz Chico, Caz de la Azuda…)
Un segundo ramal, de 115 metros, se utilizaba para almacenar el aceite.
A lo largo de la galería principal, la del vino, hay dos “plazas”, la primera es la llamada Bóveda del Rey donde se alojaba una gran tinaja propiedad del monarca, y otra llamada Bóveda de la Reina. Las tinajas que guardaban el vino y el aceite también eran de piedra de Colmenar. Una serie de óculos y tragaluces sirven de respiraderos.
Durante la guerra civil la zona cercana a la entrada se convirtió en un bunker que alojó un centro de transmisiones republicano.
En el extremo contrario, el Lagar es una gran construcción que comunicaba con la bodega, de 70 metros de largo por 12 de ancho con 14 pórticos transversales; y dos filas de columnas de fábrica de ladrillo de sección cuadrada donde descansan catorce grandes bóvedas tabicadas que cubren la nave central.
Desde al año 2000 la Bodega pertenece a una empresa privada que le ha devuelto su función original, la “elaboración y crianza de vinos”. Además se celebran eventos, degustación y visitas guiadas. Detalles, horarios y precio, en su web.
Y por supuesto en el Real Cortijo se celebran las Fiestas Patronales de San Isidro, hasta el domingo 17.
Sin olvidar lo que nos ofrece nuestra Villa de Madrid en las Fiestas de San Isidro 2015, merece la pena acercarse a este precioso e interesante pueblo.
Por : Mercedes Gómez
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Bibliografía:
Quindós, J.A. Descripción histórica del Real Bosque y Casa de Aranjuez. Madrid 1804.
Instituto Nacional de Colonización.
Enjuto, Esther. El pintor Stolz Viciano. Universidad de Valencia, 2003.
Segovia, Alfonso. “Real Cortijo de San Isidro, en Aranjuez. Del soberano del pueblo al pueblo soberano”, en XXXIII Reunión para la defensa del Patrimonio cultural y su entorno. Hispania Nostra, Granada, junio 2014.
7 comentarios
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18 mayo 2015 a 13:34
Antonio Iraizoz
Hola Mercedes, me ha gustado mucho este paseo por el Cortijo de San Isidro. Imagino la diferencia de temperatura del exterior al interior de esas bodegas a 12º ¡Para quedarse ahí todo el día!
Un abrazo
18 mayo 2015 a 18:38
Mercedes
Hola Antonio, ¡sobre todo un día de calor como hoy! La verdad es que hubo que ponerse la chaquetita que nos habíamos quitado para pasear por el pueblo… pero se estaba bien.
Me alegro de que te haya gustado, muchas gracias por tu comentario y un abrazo.
19 mayo 2015 a 22:28
eldiariodesensi.wordpress.com
Es estupendo poder visitar todos estos sitios sin moverse del sofá. Mucho mejor es visitarlo en persona, pero hasta que ese día llegue, no está nada mal poder verlo a través de tus imágenes y tus letras. Me ha encantado la galería del vino. Visitar la bodega me parece un buen plan, desde luego el sitio lo merece y si encima el vino está bueno, para qué queremos más.
19 mayo 2015 a 22:54
Mercedes
Un paseo por el pueblo, y luego una visita a la bodega….sí que es un plan estupendo, además está muy cerquita. Yo tenía muchísimas ganas de conocerlo, no tenía ni idea de cómo era este Cortijo de Carlos III, y me encantó. Gracias por tu comentario, Sensi.
15 junio 2015 a 00:04
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