You are currently browsing the monthly archive for junio 2015.
Hoy os animo a viajar a Ávila, una de las muchas maravillosas ciudades españolas que nos ofrece un recorrido por la historia del arte, comenzando por su imponente muralla, un auténtico tesoro.
Como sabemos, a mediados del siglo XIX o poco después, las murallas de algunas ciudades –entre ellas la de Madrid– fueron demolidas con el fin de facilitar su expansión, esa fue la recomendación de Pascual Madoz, político que entre otras cosas fue Ministro de Hacienda en 1855, y famoso por su Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España. Felizmente, el Ayuntamiento de Ávila no siguió el consejo, la conservó y en 1884 fue declarada Monumento Nacional.
Conservada a lo largo de los siglos, seguirá siéndolo, ahora con más medios a nuestro alcance.
Ayer tuve el placer de asistir a la presentación realizada por Telefónica de una herramienta muy interesante, Smart Patrimonio, Patrimonio inteligente, una innovadora aplicación, solución tecnológica ofrecida por esta empresa para la conservación preventiva de los Bienes de Patrimonio Cultural.
Junto con la Fundación Santa María la Real del Patrimonio Histórico, y el Ayuntamiento de Ávila, Telefónica está trabajando en un modelo de gestión del Patrimonio Cultural basado más en la prevención que en la corrección de los problemas, utilizando la buena filosofía, que ayer contaban con entusiasmo, del “más vale prevenir que curar”.
Aunque a quienes no conocíamos esta actuación hasta ahora nos pueda parecer ciencia ficción, no lo es, es una realidad. Una red de sensores inalámbricos registran vía internet todos los parámetros de interés, y los transmiten a un servidor central, todos ellos decisivos en la conservación de nuestro Patrimonio: la temperatura, la luz, la humedad, etc. Los conservadores y especialistas los analizan y utilizan para posibles actuaciones, anticipándose a un deterioro grave.
Es el Sistema MHS (Monitoring Heritage System), monitorización de los elementos patrimoniales. Podéis encontrar buenas explicaciones en su web.
La presentación, a cargo de representantes de estas instituciones, Diana Caminero Gerente M2M Dirección Telefónica Digital España, Juan Carlos Prieto, director general de la Fundación Santa María la Real, José Luis Rivas, alcalde del Ayuntamiento de Ávila y Rosa Ruiz, arqueóloga municipal y responsable de la Unidad de Patrimonio de Ávila, tuvo lugar en un edificio perfecto para la ocasión, al que no puedo dejar de dedicar un breve espacio en esta crónica, el Episcopio, antiguo Palacio Episcopal.
Es una construcción del siglo XII, actualmente de uso cultural, adosada intramuros a la muralla. Utiliza granito caleño, muy habitual en Ávila, de la cercana población de La Colilla, llamado sangrante por sus matices rojizos, en el acceso en arco de medio punto, y en las ventanas abocinadas de la fachada principal.
Tiene dos alturas, la superior hoy dedicada a Salón de actos, en la que tiene lugar la presentación a la que asistimos, con techumbre de madera, y otra inferior abovedada, dedicada a Sala de exposiciones.
Desde el Episcopio salimos a conocer la muralla. Junto a la Puerta de San Vicente, la arqueóloga municipal Rosa Ruiz nos habló del monumento y nos explicó el proceso mientras asistimos a una muestra, una simulación, de cómo se instalaron los sensores. La muralla, que goza de la máxima protección, nos recuerda que no puede ser escalada, excepto en este tipo de casos, aplicación de medidas preventivas, o de restauración, no se conceden permisos para otro tipo de acciones.
La Muralla de Ávila, construida en el siglo XII, es uno de los monumentos más importantes y bellos de nuestro país, declarada Patrimonio de la Humanidad. En ella se han instalado 60 sensores que miden el efecto de varios parámetros, la luz, el viento, la lluvia…
Los datos que emiten los sensores son analizados de forma continua y en tiempo real, con lo que cualquier elemento que pueda poner en peligro el bien protegido es detectado y permite poner en marcha la prevención del mal.
Nos cuenta la conservadora que el gran problema de la muralla es la humedad. Se detecta, aunque a él no se puede acceder, que el núcleo está empapado. Se han monitorizado tramos en los que hay humedad, y otros considerados “sanos”. Los datos muestran humedad en todos los puntos. Aunque este no es un problema nuevo, sino histórico, proporciona información a los técnicos para posibilitar la prevención.
Ahora el estado de la Muralla de Ávila es bueno, tras una cuidadosa restauración, pero el mortero de la construcción se degrada con la humedad y hay que adelantarse a los problemas.
Esta tecnología se puede aplicar a grandes monumentos, como en este caso las Murallas, o el Real Monasterio de Santa Clara, en Tordesillas, donde también ha sido aplicada; en esculturas, pinturas, incluso en delicados documentos antiguos. Ayer descubrimos un mundo nuevo que abre posibilidades infinitas para el cuidado de nuestro patrimonio artístico.
Por : Mercedes Gómez
Cuando hace pocas semanas visitamos la antigua Real Fábrica de Tapices comprobamos cómo la técnica del tapiz tradicional sigue viva y, por otra parte, cómo sus diseños se fueron adaptando a las nuevas tendencias artísticas. Vimos tapices según modelos de artistas como Joaquín Vaquero Turcios, Alberto Corazón o Guillermo Pérez Villalta.
Hace pocos días ha sido muy interesante descubrir el arte de Josep Grau-Garriga, conocido como el renovador del tapiz contemporáneo en España, que hasta el día 18 de julio podemos contemplar en la Galería Michel Soskine.
Josep nació en 1929 en San Cugat del Vallés, Barcelona. En los años 50 destacó como muralista; en 1956 comenzó a trabajar para la antigua Casa Aymat de Sant Cugat dedicada a la producción de alfombras.
La fábrica, que había fundado Tomás Aymat en 1920, inició una nueva etapa en 1955 cuando se hizo cargo de ella el industrial Miquel Samaranch que creó una sección de tapices, para lo cual llevó a San Cugat desde la Real Fábrica de Tapices de Madrid al maestro tapicero Vicente Pascual. Y ofreció a Grau-Garriga la dirección artística de la empresa, que organizó un taller de tapiz experimental. Después de viajar a Francia y conocer a Jean Lurçat, considerado un maestro de la tapicería moderna, su trabajo originó la llamada Escuela Catalana del Tapiz.
Trabajó para artistas como Joan Miró, Antoni Tapies y Josep María Subirachs. Su primera exposición individual tuvo lugar en 1964 en la Sala Gaspar de Barcelona. Luego, viajes, talleres y exposiciones en diversos lugares han llevado su arte a algunos importantes museos de todo el mundo.
Desde 1989 vivió en Angers, Francia, ciudad en la que murió en 2011.
Estos días podemos admirar su obra en Madrid, en la mencionada y magnífica Galería Michel Soskine, que además ofrece el aliciente de encontrarse en un lugar muy literario. En el primer piso del nº 38 de la calle de Padilla, en el que vivió el poeta Juan Ramón Jiménez con su mujer Zenobia Camprubí desde junio de 1929 hasta agosto de 1936. Fue el último domicilio del matrimonio en Madrid, tras estallar la guerra. Una lápida en la fachada lo recuerda.
La casa-palacio fue construida hacia 1925, según proyecto atribuido al arquitecto Bernardo Giner de los Ríos, sobrino de Francisco Giner.
Zenobia y Juan Ramón vivieron al parecer primero en el entresuelo, y luego en el primer piso.
Traspasamos la lujosa entrada de carruajes para tomar la escalera de mármol adornada con una bella vidriera en el primer rellano, que nos lleva hasta él.
Este piso Principal que ocupó el poeta hoy está dividido en dos, separados por una pared, según me cuentan en la Galería.
Desde sus balcones a la calle Padilla Juan Ramón podía ver el jardín y el edificio el Sanatorio del Rosario, situado justo enfrente, y recordar su estancia allí, en los comienzos del siglo XX, cuando, según sus propias palabras era muy «joven y muy romántico«.
La luminosa Galería Michel Soskine hoy acoge la exposición dedicada a este artista, Josep Grau-Garriga, quien “más allá del uso tradicional de la urdimbre y la trama, exploró las posibilidades de la textura y el volumen, logrando un extraordinario efecto escultórico en sus tapices, experimentando con el espacio tridimensional y la monumentalidad.”
En lugar de solo pintarlas, tejió sus obras abstractas, siguiendo el arte que desarrollaban sus compañeros de generación, como lo fue Tapies, de manera original y brillante. La muestra se titula Formas tejidas.
Los pintores crean el dibujo (históricamente, recordemos los cartones o dibujos para tapices de Goya, Rubens…) y los maestros tapiceros realizan la obra textil.
Su singularidad fue que él, pintor, ejecutaba las obras que él mismo diseñaba para tapiz. Y además de los materiales tradicionales incorporó otros nuevos, a la lana y la seda añadió el cotón, el yute, rafia, el lino y fibras sintéticas.
También experimentó con el color. En algunas obras utilizó los colores puros, en otras se decidió por la gama que le ofrecían, por ejemplo los azules.
Merece la pena visitar esta exposición, interesante y bonita, en una galería preciosa, en un edificio y una calle con historia. Hay motivos…
Por : Mercedes Gómez
——
Más información:
Galería Michel Soskine
Calle Padilla, 38
De martes a viernes 10:30 – 14:30 / 16:30 – 20:00
Sábados 10:30 – 14:30
Fernández Berrocal, Rocío. Guía del Madrid de Juan Ramón Jiménez. Comunidad de Madrid, 2007.
Ayer una vez más volví al querido Jardín Botánico para visitar a Pantalones, el viejo olmo, preguntarle qué tal está, y comprobar que sigue bien, al menos que sigue luchando por vivir. Felizmente, como esperábamos, las flores de marzo se han transformado en hojas que presagian el verano. A estas alturas del mes de junio he tenido el placer de poder añadir dos fotografías del entrañable árbol –plantado en febrero de 1781– y sus nuevas hojas verdes -nacidas en la primavera de 2015- en la entrada publicada hace tres meses. Si os apetece, podéis ver la actualización del artículo y sus fotos aquí.
Pero hoy además quería hablar de otra faceta del Botánico, su papel como fuente de conocimiento, de información del mundo de las flores, las plantas, hierbas, los viajes de los sabios e investigadores…
El Real Jardín Botánico tiene, entre otras, una misión científica: descubrir la diversidad actual de las plantas y hongos, comprender cómo dicha diversidad se ha generado y promover su conservación. Para lograrlo realiza una labor de investigación, en la que se sirve de distintas herramientas, con la ayuda de su Archivo histórico y su hermosa Biblioteca.
La entrada al Centro de Investigación, donde está la Biblioteca, se encuentra en la Cuesta de Moyano, en su punto más alto, frente al Retiro.
El origen de la Biblioteca del Real Jardín Botánico se remonta al siglo XVIII, cuando el jardín -que había sido creado durante el reinado de Fernando VI- fue trasladado a estos terrenos del antiguo Prado de Atocha. Por entonces fue plantado Pantalones. Eran los tiempos del reinado de Carlos III.
La biblioteca conserva desde valiosísimos incunables del siglo XV al XVIII hasta las más modernas publicaciones sobre Botánica y Horticultura.
Mapas, láminas, etc. Un rico fondo documental a disposición de todas las personas interesadas.
Es muy gratificante la visita a la Biblioteca, llena de libros maravillosos, con sus ventanas que se asoman al Jardín, pero si no podemos acercarnos, el Botánico también nos ofrece una Biblioteca digital.
Y otros recursos online, como los Anales del Jardín Botánico de Madrid, los bellos dibujos de la Real Expedición Botánica dirigida por don José Celestino Mutis… Y no podía faltar, en estos tiempos, una aplicación gratuita para los teléfonos móviles, la arbolapp, para identificar árboles.
Son muchas las oportunidades para conocer el inmenso Patrimonio vegetal madrileño, su origen y su significado.
En fin, por si fuera de vuestro interés, os traslado la noticia que me ha llegado de un Curso de Verano muy tentador, organizado por la UNED, que se va a celebrar en Aranjuez, los próximos días 6, 7 y 8 de julio: El Mundo Vegetal en el Real Sitio de Aranjuez: la Botánica del poder.
Aranjuez es uno de los Reales Sitios, escenarios de esa “botánica del poder” a la que se refiere el título del curso. Hace un mes visitamos el Real Cortijo de San Isidro, un ejemplo de lo que supuso la llegada de Carlos III a esta localidad.
“La monarquía española observó los beneficios de este paisaje y lo habitó enmarcándolo en grandes y complejos proyectos cinegéticos, agrícolas y de jardinería: este Mundo Vegetal resultó en una variadísima y vasta superficie verde y acuática”. Mundo que es el objeto de este curso que incluye ponencias en aulas y paseos por los jardines históricos. Serán muchos los temas apasionantes que se abordarán, el nacimiento del propio Real Sitio, las mencionadas expediciones científicas a través de los océanos, el agua de riego, la filosofía del jardín… a cargo de importantes especialistas.
Podéis encontrar todos los datos, el programa, precios de matrícula y detalles en la web de la UNED, aquí.
Por : Mercedes Gómez
Hace unos meses conocimos la historia del Real Monasterio de Santa Teresa y pudimos contemplar algunas deslumbrantes obras de arte, sobre todo de pintura y escultura, que guardan su iglesia y su convento de la calle de Ponzano. También tuvimos noticia de una de las obras más valiosas que habían pertenecido a las carmelitas casi desde su fundación, una “tapicería bordada de realce, de oro y plata” que había sido legada a las monjas por el patrono-fundador don Nicolás Gaspar Felipe de Guzmán Príncipe de Astillano, Duque de Sanlúcar la Mayor y de Medina de las Torres, poco antes de su muerte en 1689, actualmente propiedad del Museo Arqueológico Nacional.
Desde la Edad Media las piezas textiles fueron muy valoradas. Los tapices y alfombras, las sargas o telas pintadas, las colgaduras bordadas… De origen utilitario, proteger del frío o del calor, servir de cortinas, incluso de elemento decorativo, llegaron a convertirse en objetos de gran valor artístico y en cierto modo de ostentación social y símbolo del lujo.
Las colgaduras son paños de seda bordados que solían ser utilizados, como los tapices, para cubrir las paredes de las estancias. Aunque, al contrario que los tapices que servían para abrigar en invierno, las colgaduras eran utilizadas sobre todo en verano, y eran mucho más delicadas.
Las Colgaduras del Convento de Santa Teresa habían pertenecido a la Princesa de Astillano, madre del fundador.
Según algunos autores fue considerada una obra milanesa o flamenca. Recientemente, Juan María Cruz Yabar, Conservador del Museo Arqueológico Nacional del Departamento de Edad Moderna, ha estudiado los documentos existentes y ha llegado a la conclusión de que fue realizada en Nápoles entre 1640 y 1644.
Fue adquirida por el Museo en 1877, donde se conservan nueve piezas, siete de 4,75 m. de alto por 4,70 de ancho, y dos de la misma altura por 2,31 de ancho. Son paños bordados en relieve con hilos de seda, oro y plata, en cada uno de las cuales se representa una galería con sus balaustres, cubierta por un emparrado que está sostenido por cuatro columnas salomónicas. Hojas, flores y pájaros componen el dibujo; en el centro de los balaustres se representan animales.
A los paños napolitanos se había añadido una nueva pieza con función de dosel, hoy perdida, compuesta del respaldo, cielo y cuatro frisos, que debió ser obra madrileña realizada entre 1655 y 1660.
En cada una de las piezas hay un escudo de armas. Estos escudos, según Cruz Yabar, también fueron añadidos después de su llegada a Madrid. Eran los escudos de Guzmanes y Caraffas, los del Príncipe de Astillano.
Durante un tiempo se consideró que las piezas habían pertenecido al Conde Duque de Olivares, pero ahora se sabe que pertenecieron a la Princesa de Astillano, que las heredó de su madre, así figura en los documentos.
En la actualidad las Colgaduras no están expuestas en la Colección Permanente del Museo Arqueológico pero sus bellísimos relieves sí se pueden contemplar ocasionalmente, y merece la pena.
Son nueve paños magníficos, colgados en las paredes de las Salas Nobles, en las que se organizan conferencias y conciertos, con acceso público por tanto.
El Paño del oso y el perro, el del leopardo, del león con bola, del león erguido, del lebrel, del ciervo, carnero, perrillo y del mono.
De Nápoles al Real Monasterio de Santa Teresa de Madrid, hasta llegar al Museo Arqueológico Nacional, las colgaduras han tenido una vida azarosa. Con el paso del tiempo, cambios de ubicación, revoluciones, guerras… los paños se deterioraron, recientemente han sido restaurados y sobre todo sometidos a una limpieza, y hoy lucen esplendorosos.
Por: Mercedes Gómez
—-
Bibliografía:
VIGNAU, Vicente. “La Colgadura del Convento de las Carmelitas Descalzas de Santa Teresa de Madrid”, en Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos, Madrid, tomo IV, año 1900, nº 1. pp 31-48.
CRUZ YÁBAR, Juan María. “De Nápoles a Madrid: la colgadura de los animales del Duque de Medina de las Torres”, en Espacio, Tiempo y Forma, Serie VII-Historia del Arte (nueva época), nº 2, 2014. UNED, Madrid, 2014.
Queridos amigos:
El próximo jueves día 11 de junio, en el Casino de Madrid en la calle de Alcalá nº 15, a las 7 de la tarde, tenemos una cita. Alfredo Alvar Ezquerra, Profesor de Investigación del CSIC, nos invita a conocer por dónde anduvo arrastrando Cervantes sus huesos desde su nacimiento en 1547 hasta su muerte en 1616.
Como sabemos, el próximo año se celebrarán los 400 años de su fallecimiento en Madrid y desde hace unos meses se han buscado sus restos en el Convento de las Trinitarias donde fue enterrado. Finalmente, entre otros huesos, se han encontrado algunos que, tras un largo trabajo de investigación, se cree podrían pertenecer a don Miguel. Esperemos que todo ello sirva para dar a conocer al gran literato, la ciudad en la que vivió y murió, Madrid, y sobre todo su obra.
Pero hasta ese mes de abril de 1616, hasta su muerte en la calle del León y enterramiento en el convento, la vida de Miguel de Cervantes fue muy azarosa. ¿Por dónde anduvo arrastrando Cervantes sus huesos?
Sugestivo y prometedor título de la conferencia que nos ofrecerá el Profesor Alvar.
Espero que sea de vuestro interés y la disfrutéis. Podéis descargar la invitación aquí.
Mercedes
Otra de las exposiciones recientemente inauguradas y llena de alicientes que podremos visitar a lo largo del verano, hasta el próximo día 6 de septiembre, es Construyendo mundos. Fotografía y arquitectura en la era moderna, en el Museo ICO. Formando parte del Festival PhotoEspaña 2015, llega a Madrid procedente de Estocolmo, ciudad a la que había viajado desde Londres, organizada por el Barbican Centre.
Nos propone un paseo por la arquitectura desde los años 30 del siglo XX hasta la actualidad por más de más de veinte países. Y también por la historia de la fotografía pues participan dieciocho de los más selectos fotógrafos del mundo que a lo largo de casi cien años han ido observando los paisajes y sus edificios como reflejo de los cambios sufridos a lo largo del tiempo y de su significado social. Son dieciocho visiones distintas de la arquitectura y de la fotografía, como documento y como arte.
La arquitectura, como nos recuerdan los comisarios Alona Pardo y Elías Redstone, fue el mejor colaborador de la fotografía desde su nacimiento. En aquellos inicios era necesario un largo tiempo de exposición ante la cámara, que resultaba incómodo para las personas, pero los edificios allí estaban, dispuestos a esperar lo que fuera necesario. Fue el comienzo de una estrecha relación que aún continúa. La Fotografía y la Arquitectura.
El recorrido comienza en la planta superior del museo, viajando a Estados Unidos, con la obra de una fotógrafa que había nacido a finales del siglo XIX, Berenice Abbott, que al llegar a Nueva York desde el París de los años 30, donde había aprendido el arte de la fotografía de vanguardia junto a Man Ray, se sintió fascinada por los nacientes rascacielos.
A continuación, la obra de Walker Evans que, en cambio, fotografió el mundo rural estadounidense en la época de la Gran Depresión.

Walker Evans, Atlanta, Georgia. Casas de madera y una valla publicitaria, 1936 © Walker Evans Archive, The Metropolitan Museum of Art
Ya en la década de los años 50, encontramos a Julius Shulman. Después, Lucien Hervé, fotógrafo de Le Corbusier, muestra la singular ciudad construida por este arquitecto en la India, Chandigarth. Luego viajamos a Los Ángeles, ciudad fotografiada por Ed Ruscha en los años 60.
El matrimonio formado por Bernd y Hilla Becher interesados en la arquitectura industrial y preocupados por su futuro, se dedicaron a documentarla. Entre otras construcciones fotografiaron los depósitos de agua de varias ciudades de Alemania, Francia, Bélgica…

Alona Pardo y Elías Redstone, comisarios de la exposición, junto a las fotografías de Bernd y Hilla Becher.
Luego contemplamos las Avenidas de Stephen Shore, los Lugares inconscientes de Thomas Struth…
Son muy sugerentes las imágenes tomadas por Luisa Lambri en el interior de viviendas creadas por los grandes arquitectos, pero no buscando sus más o menos famosas fachadas sino los detalles poco habituales, como ventanas, puertas o pasillos, los detalles íntimos de las obras arquitectónicas.
Hiroshi Sugimoto, Luigi Ghirri, Hélène Binet, Simon Norfolk. Los grandes cambios vividos por China a lo largo de las riberas del gran río Yangtsé los expone Nadav Kander. Guy Tillim nos muestra sus fotos realizadas en Angola, El Congo y Mozambique, que se nos aparecen cargadas de significados.
Hay algunas imágenes impactantes, como la de Mokattam, el barrio en las afueras de El Cairo, que vive de la basura, su recogida y reciclaje, tomada por Bas Princen.
Encontramos un documento excepcional en las fotos de Iwan Baan, con su serie de la Torre de David creada en 2011. Lo que iba a ser un gran Centro Financiero, un conjunto de cinco edificios, entre ellos un rascacielos de hormigón, acero y cristal en el centro de Caracas, fue abandonado, detenida su construcción a mediados de los años 90 por falta de dinero.
Ocupado por más de tres mil inquilinos las fotos de Baan muestran una cotidianeidad asombrosa en el edificio inacabado. El pasado verano de 2014 fue desocupado.
Finaliza la interesante visita frente a la gran y algo inquietante fotografía de Andreas Gursky, Sao Paulo, Sé (2002), de una estación de metro brasileña. Sé en portugués significa Catedral.
Cada fotógrafo nos muestra mundos distintos, o los construye con su mirada y su técnica, como sugiere el título. Hay que ir a la siempre interesante Sala de exposiciones del Museo ICO para descubrirlos.
Por: Mercedes Gómez
——-
Construyendo mundos. Fotografía y arquitectura en la era moderna
Calle Zorrilla, 3
De martes a domingo: 11:00 – 20:00 h.
Festivos: 10:00 – 14:00 h.
Comentarios recientes