El General José Miaja, Jefe de las Fuerzas de Defensa de Madrid, el día 6 de enero de 1937 decidió ocupar la Alameda de Osuna e instalar en ella la brigada de carros de combate. Era un lugar perfecto por varios motivos, entre ellos su espeso arbolado, que servía de camuflaje natural, y su situación estratégica, fuera del frente pero cercana a Madrid y bien comunicada con la base de Alcalá de Henares.
Sin embargo los carros de combate solo estuvieron unos meses en la Alameda de Osuna. En la primavera de 1937 el Jefe del Estado Mayor del Ejército de Centro Vicente Rojo comunicó a Benito Crippa, Capitán Jefe de la Compañía Obrera, la orden de Miaja de realizar las obras necesarias para instalar en ella el Cuartel General del Ejército de Centro. El Jardín de El Capricho fue denominado desde entonces Posición Jaca.
El puesto de mando se ubicó en el Palacio de la Duquesa de Osuna, edificio principal de la Alameda. Existe una conocida imagen en la que el General Miaja aparece en la portada del diario ABC del día 7 de noviembre de ese año 37, en aquellos momentos diario republicano de izquierdas, junto a las columnas y verjas de entrada al Palacio.
Para la instalación del Cuartel General se llevaron a cabo una serie de obras que modificaron el jardín y su entorno. Se construyeron varios pabellones además de otras edificaciones varias. Benito Crippa proyectó y dirigió las obras, excepto las del Refugio antiaéreo subterráneo. Las obras del refugio fueron dirigidas por el Comandante Valero aunque el proyecto fue firmado por Gustavo Agudo.
Hoy, felizmente recuperado el Jardín, de todas las construcciones realizadas para el Cuartel las únicas que se conservan son las subterráneas: el Refugio antiaéreo, una Galería de escape que se creó bajo el Comedor del Palacio y el llamado Polvorín. Este último, aunque debió ser un refugio en origen, probablemente al no ser utilizado como tal se convirtió en un almacén y por eso se le conoce con ese nombre.
El Refugio antiaéreo
El Refugio antiaéreo, conocido como Búnker de El Capricho, fue realizado para que en el caso de que se produjera un bombardeo sobre el Cuartel –que nunca llegó a producirse–, pudiera servir de protección al personal que estaba acuartelado, aunque como hemos visto en realidad tenía su sede en el Palacio. De forma que el refugio como tal se cree que nunca llegó a ser utilizado. Estaba previsto que pudiera alojar unas doscientas personas.
Los planos conservados en el Archivo Militar de Ávila proporcionan muchos datos sobre este refugio, proyecto firmado el 5 de septiembre de 1937, tal como nos informa Mª Isabel Pérez Hernández. Era uno de los cincuenta y seis que entonces se estaban construyendo o proyectando en Madrid a cargo de la Sección de Refugios, de la Comandancia de Fortificaciones.
Dentro de la compleja organización del Ejército, existía una Unidad de vaciado de tierras, en el Estado de mediciones, por la que se sabe que fueron 442,324 metros cúbicos las tierras extraídas del subsuelo para la construcción del refugio, que se extendieron por el jardín, entre otras cosas por la dificultad de trasladarlas a otro lugar pero también porque se pensó servirían como mayor protección ante posibles bombardeos.
El Refugio o Búnker de El Capricho, tras varios años de demanda y lucha por parte de los vecinos del barrio y de los madrileños en general, y varios intentos por parte del municipio, por fin acaba de abrir sus puertas al público. Se puede visitar, previa inscripción, los fines de semana.
Su superficie, sin contar las escaleras, es de aproximadamente 330 metros cuadrados. Entramos por el acceso principal –uno de los cuatro existentes–, situado frente a la fachada norte del Palacio. Traspasada la puerta, bajamos dos tramos de escaleras de ladrillo, unos 15 metros.
Para llegar a un descansillo al que también va a parar la escalera de otra entrada paralela.
Una puerta de hierro separa esta zona del pasillo central, abovedado, de unos 34 metros de longitud, con espacios separados por otras puertas metálicas estancas.
El pasillo tiene una altura de 2,50 m. y una anchura de unos 2 m. Las once estancias se dispusieron a ambos lados del pasillo en zigzag con el fin de evitar las consecuencias de las posibles explosiones.
La primera que encontramos a la izquierda es un cuarto en el que estaba el depósito y una bomba que regulaba el agua, que ya no existe.
La segunda es en la que estaban los aseos, con duchas y otros elementos sanitarios de los que se aprecian las huellas.
Una segunda puerta de hierro separa esta zona del centro del refugio donde estaban la mayor parte de las dependencias.
La mayoría estaban separadas por puertas con marcos de madera, muchos de los cuales se conservan. El suelo es de hormigón, cubierto por baldosas de varios tipos, algunas de gran calidad, formando dibujos, diferentes según las zonas.
Y los muros están alicatados. Los azulejos son blancos, con unas molduras rojizas en una parte de los pasillos y estancias.
Algunas de ellas a su vez se comunican por un pasillo trasero de 1 m. de anchura, al que solo podemos asomarnos.
Todos los cuartos tenían sus salidas de ventilación.
En el cuarto de maquinaria se supone había un motor que facilitaba la ventilación de todo el refugio.
Sin duda, debido a sus importantes destinatarios, los militares del Cuartel General, la construcción fue muy cuidada, incluso en la medida de lo posible se tuvo en cuenta la estética, perceptible en los suelos y muros, algo totalmente impensable en los refugios construidos para la población civil, obviamente funcionales.
Tras la breve visita, de unos quince minutos, salimos nuevamente al exterior.
Junto a la entrada principal del Refugio hay una fuente, fin de uno de los cuatro viajes de agua que abastecían a la antigua posesión.
Curiosamente, una las galerías de este viaje discurre sobre el refugio, a unos 7 metros de profundidad. Por debajo, el refugio fue construido a unos 14 metros. Este hecho es el que según sus estudiosos prueba el hecho de que el refugio fue construido en mina, no desde el exterior.
Galería de escape
Se construyó también una galería de escape desde el Palacio, una salida rápida de seguridad al jardín para caso de necesidad, que igualmente sigue existiendo.
Tras la visita al Refugio continuamos paseando por el bellísimo jardín, que nos depara alguna sorpresa.
El Polvorín
Frente a la Casa de la Vieja llama nuestra atención una pequeña edificación cubierta por la vegetación que desde fuera parece una casa encantada.
Lo que vemos a través de la mirilla, similar a las de las puertas del refugio, nos parece la galería de un viaje de agua… pero tampoco es eso…
Resulta ser el llamado Polvorín, edificación posterior pues fue realizada en los comienzos de 1938, en origen otro refugio subterráneo.
Seguramente fue construido debido a la gran extensión del jardín, entonces Cuartel. Algunas de las instalaciones estaban demasiado alejadas del refugio principal, así, ante un posible bombardeo se creó este más sencillo, más próximo a la entrada. Su construcción es similar aunque a menor escala, y en este caso sin ningún tipo de ornamentación.
Los pasillos son galerías con bóvedas de ladrillo, sin estancias secundarias, y sin revocos ni enfoscados.
Los muros, igualmente de ladrillo, sin alicatar.
Según leemos en la bibliografía citada al final, únicamente existen bancos corridos en algunos de los tramos.
Estas imágenes del inicio de la bajada, aunque apenas nos permiten imaginar cómo serán los siete tramos de galería de este refugio, cada uno de entre tres-siete metros, nos recuerdan el Refugio de Cuatro Caminos excavado frente al antiguo Hospital de Jornaleros cuando este fue ocupado por las Milicias Populares y utilizado como hospital de sangre con el nombre de Sanatorio de Milicias Populares. Acaso otro de esos cincuenta y seis proyectados por la Sección de Refugios.
Por : Mercedes Gómez
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Bibliografía:
CASTELLLANO, Ricardo. “El Parque de El Capricho en la Alameda de Osuna: de jardín romántico a Cuartel General.” Revista Madrid Histórico, nº 6, Madrid 2006, pp. 30-36
PÉREZ HERNÁNDEZ, Mª Isabel. “El jardín histórico El Capricho de la Alameda de Osuna en la Guerra Civil española”. Revista Frente de Madrid, nº 27. Gefrema, Madrid, julio 2015, pp. 5-30.
MORCILLO LÓPEZ, Antonio. Artículos en el número monográfico “La Guerra Civil en la Alameda de Osuna. Los Refugios Subterráneos”. Revista Frente de Madrid, nº 27. Gefrema, Madrid, julio 2015, pp. 31-41
18 comentarios
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5 junio 2016 a 23:43
Ligia
Gracias , Mercedes. Interesantísimo tu artículo del refugio del Capricho. Además cuando visité este parque me pregunté una y mil veces qué hacían esas construcciones de guerra en el Capricho. Te agradezco muchísimo que lo hayas compartido y como todo lo que envías de gran ayuda para cualquier guía . Saludos y hasta pronto.
6 junio 2016 a 19:44
Mercedes
Gracias a ti por tu comentario, Ligia, me alegro de que el artículo pueda ser útil. ¡Saludos!
6 junio 2016 a 13:41
Jose Luis Díaz
Hola Mercedes. Hace tiempo que deseo visitar este refugio que, por cierto, queda muy cerca de donde trabaja mi mujer. Con este prólogo que nos has hecho llevo mucho avanzado ya que, como siempre, es meticuloso y detallado, cosa que no sé si las indicaciones de los «cicerones» que acompañan las visitas serán igual de completas. Como siempre, te lo he «fusilado» (perdón por la analogía del tema) y guardo con mucho cariño. Un besote, Mercedes.
6 junio 2016 a 19:46
Mercedes
Gracias, Jose 🙂 Lo acaban de abrir, no dejéis de ir, es interesante. Como digo, la visita es corta, pero creo que merece la pena.
Besos
6 junio 2016 a 16:56
pedro
Hola Mercedes muy chulo el refugio,intentare ir a verlo.besos
6 junio 2016 a 19:47
Mercedes
Hola, Pedro, ¡ya me contarás qué te parece! Besos
6 junio 2016 a 18:10
RICARDO GAGO FERNANDEZ
Puedo introducir una curiosidad….
He vivido gran parte de mi vida en La Alameda. Desde el año 1968. Le tengo un cariño especial al Barrio.
Pero lo que quería deciros es que a la altura del año 70, se rodó en El Capricho una película titulada «Desdémona» cuyos protagonistas eran Nuria Espert y un portugués cuyo nombre no soy capaz de recordar. El Parque estaba prácticamente embebido por la maleza. y ya se comentaba el tema de las galerías subterráneas en el subsuelo del recinto. por cierto que comentaban que una de ellas llegaba al interior del pequeño cementerio que hay antes de llagar al pueblo de Barajas. Hoy desde mi Galicia recuerdo con añoranza aquella época, Las huertas de la Alameda, el Bunker , el tren pasando hacia el Aeropuerto, el nacimiento de mi hijo, al que bautizamos en Santa Catalina….
Contarme mas cosas de como es hoy La Alameda… El Capricho, …. estaba el Camping Osuna que no se si existe… en fin.
6 junio 2016 a 19:49
Mercedes
Hola, Ricardo, te agradecemos mucho las curiosidades y que nos cuentes tus recuerdos.
Saludos desde Madrid
7 junio 2016 a 12:20
Maríarosa
Otra buena noticia de este sorprendente Madrid que tú nos vas contando y mostrando con tanto detalle.
Yo no vivía cerca del Parque, pero sí muchas amigas y pronto empecé a ir a él, pues era un lugar encantador para ir con los niños y recuerdo muy buenos ratos por allí. Es un autnéntico Capricho…y esta nueva perspectiva le aña aún más interés.
7 junio 2016 a 20:43
Mercedes
Sí que es una buena noticia, María Rosa, después de tantos años reivindicando la apertura. Y el Capricho uno de los bellos jardines históricos, un privilegio para Madrid. ¡Gracias por tu comentario!
7 junio 2016 a 16:34
Salvador Quero Castro
Muy interesante tu aportación sobre las construcciones militares del Capricho. Yo, como Ricardo, tengo recuerdos entrañables de la Alameda, vivía allí cuando nacieron mis dos hijos y tuve la suerte de visitar el parque en 1977 cuando estaba cubierto totalmente de hojarasca y aún no estaba abierto al público; también tuve la fortuna de visitar estas instalaciones con la Jefa del Dep. de Jardines Históricos del Ayuntamiento cuando me encomendaron la gestión del Castillo de la Alameda donde se conserva una casamata de la Guerra Civil y restos de huecos fusileros abiertos entonces.
Las excavaciones arqueológicas han determinado claramente en qué lado estaban los combatientes anarquistas y comunistas en el único combate que se celebró allí al final de la guerra, unos usaban munición soviética y los otros española.
Te doy de nuevo las gracias por tus múltiples aportaciones Mercedes.
Un abrazo
7 junio 2016 a 20:50
Mercedes
Hola, Salvador, siempre consigues darme envidia… sí que es interesante lo que tú nos cuentas. La arqueología es una ciencia importantísima, que nos da ¡tanta información!
Yo solo he conocido este Jardín después de su restauración, pero me hubiera encantado verlo antes, solo vi alguna foto que publicó la prensa… aunque por supuesto es una suerte que fuera restaurado y rehabilitado. A ver qué ocurre ahora con el palacio.
Mil gracias por tus siempre interesantes comentarios.
Abrazos
8 junio 2016 a 01:22
Ana María
Hola, Mercedes.
Y menos mal que no hubo necesidad de utilizar el refugio, porque en ese caso no hubiéramos podido disfrutar del palacio y su entorno, tal como podemos hacerlo ahora, en la plenitud de su belleza.
Yo disfruté la visita al refugio doblemente, porque tuve la fortuna de conocer personalmente, y acompañar a Mercedes Gómez (adorable ella) durante el recorrido, aunque lo suyo es meterse por los rincones y no perder detalle para que luego podamos disfrutarlo todos los que la seguimos y admiramos.
He dicho. ;-))
Un beso.
Ana
8 junio 2016 a 18:23
Mercedes
Gracias, Ana 🙂 🙂 fue una mañana estupenda, ¡gracias por reservarme la plaza! yo seguro que hubiera tardado tiempo en conseguirla. Encantada de conocerte y disfrutar del Capricho en tu compañía, ¡estaba escrito! desde aquel día que nos reímos tanto con tus comentarios en el «Castillo de la Alameda». Vives en un barrio lleno de maravillas. Y eres tan cariñosa y divertida como parecías jaja 😉
Un besazo
Mercedes
7 agosto 2016 a 21:25
Adrián
Tengo pendiente visitarlo, espero reservar dentro de poco. Gran artículo y que suerte que no tuvo que usarse el bunker porque sino hubiera peligrado el parque y sus construcciones.
7 agosto 2016 a 22:51
Mercedes
Gracias, Adrián. No dejes de ir, es muy interesante, se conserva muy bien y merece la pena conocerlo. Desde luego es una suerte!
8 agosto 2016 a 01:43
Consuelo Espinosa
Hola Mercedes, por favor me puedes informar el horario de visitas, los días de acceso y el costo, vamos a Madrid los primeros días de septiembre y nos gustaría conocer. Gracias.
Consuelo
8 agosto 2016 a 10:46
Mercedes
Hola Consuelo, es gratuito, creo que solo se visita los fines de semana, y hay que inscribirse, por teléfono o correo-e. Aquí tienes los datos:
http://bunker-capricho.blogspot.com.es/2016/05/visitas-guiadas-al-bunker-de-el-capricho.html