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El 15 de julio de 1894 La Ilustración Española y Americana publicó un artículo dedicado al escultor Alfonso Bergaz titulado Don Alfonso Bergaz. Reparación de un injusto agravio. Lo firmaba Pedro de Madrazo. Como se desprende del título el objetivo del autor era rescatar del olvido al que él consideraba un gran artista, fallecido hacía más de ochenta años.
Opinaba Madrazo que su obra tenía tanta calidad como la de otros autores que en aquellos momentos finales del siglo XIX gozaban de gran notoriedad, Felipe de Castro, Francisco Gutiérrez, Juan Pascual de Mena o Roberto Michel, y sin embargo el nombre de Bergaz había sido eclipsado totalmente. Una primera explicación que nos da es el hecho de que el historiador Ceán Bermúdez no le había incluido en su célebre Diccionario Histórico de los más Ilustres Profesores de las Bellas Artes en España.
Alfonso Giraldo Bergaz nació en Murcia el 23 de enero de 1744 (fecha que publicó la Gaceta de Madrid a su muerte, aceptada hoy por la mayoría de autores, aunque Madrazo dijo que fue en 1745).
Su padre, también escultor, natural de Cuenca, estaba trabajando en la fachada de la Catedral de Murcia, por lo que el niño debió nacer allí de una forma accidental. Finalizada la obra la familia se trasladó a Madrid. Con solo 14 años el joven comenzó a aprender el oficio y el arte de la escultura bajo la dirección de Felipe de Castro, entonces escultor de Cámara de Carlos III y director de la Real Academia de Bellas Artes.
El rey Carlos III acababa de llegar a Madrid y se encontraba dedicado entre otras cosas a la creación de la Real Fábrica de Porcelana en el Buen Retiro. Se pidió a la Real Academia la presencia de algunos de los estudiantes más jóvenes para seleccionar a quien pudiera ocuparse de ese nuevo arte bajo la dirección de Juan Tomás Bonicelli y de varios escultores traídos de Nápoles. Mediante concurso, uno de los elegidos para trabajar en la Fábrica de la China fue Alfonso Bergaz. Estuvo allí trabajando diez años, mientras continuaba sus estudios en la Academia. Al cabo de este tiempo cayó enfermo, sugiere Madrazo que pudo deberse a la humedad que se respiraba en el Buen Retiro, dejó la Fábrica y se dedicó únicamente a perfeccionarse junto a su maestro Felipe de Castro.
En aquellos tiempos los alumnos de Bellas Artes se podían presentar a los Premios generales que se convocaban. El joven Alfonso con apenas 18 años obtuvo el primero, en 1763, y otro en 1766. Por esto y por las importantes obras que luego se le encomendaron, a pesar del olvido de Ceán, sabemos que en su época alcanzó gran prestigio.
En 1774 solicitó y obtuvo el título de Académico de Mérito. Nueve años después fue propuesto para el cargo de teniente director de la Real Academia y el rey se lo concedió, siendo esta la última concesión de Carlos III. En 1795, al filo de los 50 años, fue nombrado Escultor de Cámara de Carlos IV.
Alfonso Bergaz también fue Escultor oficial de la Villa y Corte debido a lo cual participó en la creación de las fuentes instaladas en el Salón del Prado, construidas a partir de los proyectos del arquitecto Ventura Rodríguez cuyos dibujos se encuentran en el Museo de Historia de Madrid.
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La Fuente de la Alcachofa, una de las más bonitas de la ciudad, en un primer momento estuvo ubicada frente a la Puerta de Atocha cerca del lugar donde hoy se encuentra el monumento a Claudio Moyano; se construyó entre 1781 y 1786.
De granito y piedra caliza, está formada por una columna en cuya parte inferior hay una nereida y un tritón de piedra que sostienen el escudo de Madrid. Sobre la columna en una taza hay varios niños y sobre ellos una alcachofa. Los niños y la alcachofa fueron realizados por el escultor Antonio Primo y los motivos mitológicos en la parte inferior por Alfonso Bergaz.
En 1880 fue trasladada al Retiro y situada en la plaza de Honduras junto al Estanque, donde felizmente continúa.
En la parte posterior de la columna una inscripción indica en números romanos el año 1782.
Desde 1986 hay una réplica en bronce cerca de su primitivo emplazamiento, en la glorieta de Atocha.
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Por la misma época se proyectaron las Cuatro Fuentes ubicadas en el Paseo del Prado a la altura de la plaza de Murillo. De las cuatro figuras que las remataban, tritones y nereidas con delfines, dos fueron obra de Roberto Michel y las otras dos de Bergaz.
Fueron construidas con piedra caliza de Colmenar, excepto los tritones y las nereidas que se hicieron con piedra de Redueña, muy poco resistente, de forma que el tiempo y el agua los deterioró hasta casi desaparecer; hace pocos años fueron sustituidos por réplicas. Los originales casi desfigurados se encuentran en el Patio del Museo de San Isidro.
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Otro de nuestros valiosos tesoros, aunque menos famosa que sus vecinas de Neptuno y Cibeles, y la única que podemos admirar de cerca, es la Fuente de Apolo o de las Cuatro Estaciones, proyectada por el mismo arquitecto en 1777. Fue encargada a Manuel Álvarez que realizó las figuras de las estaciones pero murió antes de terminar la estatua del dios Apolo que la corona. Lo hizo Alfonso Bergaz entre 1799 y abril de 1803.
Realizada en piedra de Redueña, aunque fue restaurada en los años 90 del pasado siglo, está muy erosionada, sobre todo las figuras de las Cuatro Estaciones que necesitan una nueva reparación. La estatua de Apolo está en mejor estado.
También son de Bergaz los dos mascarones, los surtidores con las imágenes de Circe y Medusa.
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La más emblemática, la Fuente de Cibeles, realizada en mármol de Montesclaros, fue proyectada también en 1777, aunque se terminó antes que la de Apolo. Como sabemos la diosa Cibeles fue realizada por Francisco Gutiérrez y los leones fueron obra de Roberto Michel.
En 1791 fue Juan de Villanueva quien proyectó la instalación de dos grifos, un Oso y un Dragón, emblemas de la Villa, que surtieran de agua potable a los madrileños, uno de ellos, el dragón, de uso público; el oso estaba reservado a los aguadores. Siguiendo el modelo del arquitecto, los ejecutó Bergaz, igualmente en mármol. Los conocemos gracias a los grabados y alguna fotografía de la época.
Fueron retirados en 1862 cuando se decidió que la fuente dejara de dar agua potable. Tras una azarosa historia, que ya contamos aquí, reposan en el patio del Museo de San Isidro, junto a los pequeños tritones de las Cuatro Fuentes del Prado.
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Bergaz también trabajó para casas de la nobleza y personajes notables. Para el conde de Altamira, Duque de Alba, etc. En la escalera del llamado Palacio de Godoy, que visitamos hace tiempo, recordemos se hallaba un valioso friso en altorelieve. Contamos entonces que cuando el Ministerio de Marina y el Museo Naval (que estuvieron un tiempo en dicho palacio) se trasladaron al Paseo del Prado esquina calle Montalbán fue uno de los elementos trasladados a la nueva sede. Cuando escribí ese artículo desconocía que esta obra que en la actualidad adorna la espectacular escalera del Cuartel de la Armada (que por otra parte aún no había podido contemplar) era de Bergaz.
Es un Triunfo romano, hermoso relieve inspirado en motivos clásicos.
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Bergaz trabajó también para varias iglesias madrileñas, San Francisco, Santa Cruz, Monasterio de San Martín…. Se conservan algunas de sus obras aunque lamentablemente la mayoría al parecer se han perdido.
Dos de ellas son las estatuas de mármol blanco, San Francisco de Sales y Santa Juana de Chantal, en la espléndida fachada de la iglesia de las Salesas Reales. La hoy parroquia de Santa Bárbara fue construida entre 1750 y 1758, cuando el artista era aún muy pequeño. Sin duda sus esculturas fueron colocadas posteriormente.
Santa Juana y San Francisco de Sales fueron los fundadores de la orden de la Visitación, la orden del Monasterio de las Salesas, por lo que ocupan un lugar preferente tanto en el exterior como interior de esta iglesia.
En los detalles de las formas esculpidas por Bergaz se aprecia una delicadeza y perfección extraordinarias.
En la actual Biblioteca de la UNED sobre el arco de medio punto de la rotonda de la que fue antigua iglesia pervive el Escudo de las Escuelas Pías de San Fernando sostenido por dos ángeles, obra de nuestro protagonista, como símbolo y recuerdo de la historia de esta institución en el barrio de Lavapiés.
Finalmente en la iglesia de San Ginés encontramos una imagen de madera policromada realizada en 1807, el Cristo Crucificado ubicado en una Capilla aneja, flanqueado por cuatro ángeles atribuidos a Pompei Leoni. La escultura es magnífica, producto de la madurez alcanzada por el artista.
Como hemos visto, el escultor a lo largo de su vida obtuvo casi todos los cargos importantes, llegando ese año a ser nombrado Director General de las Bellas Artes de San Fernando.
Alfonso Giraldo Bergaz murió en Madrid el 19 de noviembre de 1812. Tenía 67 años.
Por : Mercedes Gómez
Con todo mi agradecimiento a Jesús C.V. por su ayuda y la cesión de sus magníficas fotos de la iglesia de las Salesas.
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Bibliografía :
Gaceta de Madrid, nº 39 (1 dic 1812)
MADRAZO, Pedro. “Don Alfonso Bergaz. Reparación de un injusto agravio”. La Ilustración Española y Americana. Madrid, 1894.
MELENDRERAS, José Luis. “Dos escultores murcianos en la Corte: Alfonso Giraldo Bergaz y Ramón Barba Garrido”. Anales de la Universidad de Murcia. Filosofía y Letras. Murcia, 1985.
El País. «Las fuentes de Pontejos y de las Cuatro Estaciones, restauradas» El País, 17 mayo, 1994.
ALBARRÁN, Virginia. “Escultores académicos del siglo XVIII en el Diccionario de Ceán Bermúdez. Nuevas adiciones (I)”. AEA, 2005.
MARTÍNEZ CARBAJO y GARCÍA GUTIÉRREZ. Fuentes de Madrid, La Librería, 2009.
En los comienzos del mes de diciembre de 2015 con motivo de la presentación del proyecto La Estación. Gran Teatro Príncipe Pío tuvimos la oportunidad de visitar la antigua y enigmática Cabecera de la Estación del Norte o de Príncipe Pío, cerrada hacía tanto tiempo.
Fue el antiguo Vestíbulo de Salidas, construido como ampliación de la Estación cuyo origen se remonta a finales del siglo XIX. Ya contamos su historia aquí.
Y conocimos el origen del proyecto actual, después de que la propietaria Adif, dependiente del Ministerio de Fomento, pusiera el edificio en alquiler.
Después de aquella visita emocionante, justo un año después hemos vuelto.
Los promotores, igual que el año pasado el entusiasta Luis Álvarez y el ingenioso Santiago Segura, presentaban la nueva empresa en que se han embarcado, OnBank, el banco del teatro que nace con la intención de financiar exclusivamente propuestas del mundo del espectáculo. Sin ánimo de lucro, los posibles beneficios, nos cuentan, serán reinvertidos. Su sede estará en uno de los torreones. Animan a presentar ideas que serán estudiadas y las seleccionadas serán financiadas.
Por otra parte, la noticia más importante sin duda fue que por fin han obtenido la licencia de obras para la rehabilitación de la antigua Cabecera, que pronto comenzarán.
Igual que entonces, tras la presentación, pudimos acceder al antiguo vestíbulo. Probablemente sea la última vez que lo veamos con este sugerente pero deteriorado aspecto. Su restauración es necesaria.
Nos recuerdan que la idea no es convertir la estación en un teatro sino instalar un teatro en una estación.
Por supuesto se conservarán los elementos protegidos, entre ellos la magnífica escalera de acceso a los andenes.
Como hace un año, acabamos la visita subiendo a la Torre de Poniente.
En ella se instalará un restaurante y un mirador desde el que se podrá contemplar la línea del cielo de Madrid.
Esperamos poder volver una vez más, quizá dentro de un año. Para entonces tal vez el gran teatro instalado dentro de la estación ya sea una realidad.
Mientras, sigue la actividad en la gran carpa, con aires de cabaret, La Estación Gran Teatro Príncipe Pío, aquí toda la programación.
Por : Mercedes Gómez
Con motivo de la celebración del III Centenario del nacimiento de Carlos III en los próximos días se van a inaugurar en Madrid varias exposiciones, además de ciclos de conferencias y otras actividades como visitas guiadas.
Celebramos la vuelta del que dicen fue el mejor Alcalde de Madrid.
Lo cierto es que bajo su reinado se desarrollaron en la Villa grandes proyectos urbanísticos y de embellecimiento de la ciudad. Todo ello podremos conocerlo gracias a este merecido homenaje conjunto de algunos de nuestros museos e instituciones al rey ilustrado, que en cierto modo es también un homenaje a Madrid.
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La semana que viene, el martes 6 de diciembre, Día de la Constitución, se inaugura la primera exposición, Carlos III. Majestad y Ornato en los Escenarios del Rey Ilustrado, en el mejor escenario posible, el Palacio Real. Se podrá visitar hasta el 31 de marzo de 2017.
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El Museo de Historia de Madrid se suma al recuerdo del rey con la muestra Carlos III y el Madrid de las Luces que podremos visitar desde el día 13 de diciembre hasta el 29 de abril. Casi doscientas piezas procedentes de varios museos nos ayudaran a conocer el Madrid de la época y el progreso conseguido durante su reinado.
El museo además ha inaugurado un ciclo de conferencias III Centenario del nacimiento de Carlos III, que se prolongará hasta el próximo mes de mayo. Organizado por el Instituto de Estudios Madrileños y el Ayuntamiento de Madrid se trata de resaltar y explicar el gran papel del monarca. Una oportunidad única para conocer en profundidad todos los aspectos que explican el reinado de Carlos III y su influencia en nuestra ciudad.
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Desde el día 15 y hasta el 16 de marzo podremos visitar en el Museo de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando la muestra Carlos III y la difusión de la antigüedad. Nápoles, Madrid, México.
Programada por la Real Academia junto con el Museo Arqueológico Nacional de Nápoles y la Escuela de Bellas de Artes de la Universidad Nacional Autónoma de México, se celebrará simultáneamente en las tres ciudades relacionadas con la actividad arqueológica del monarca: Nápoles, Madrid y México DF.
Su objetivo principal es resaltar el papel del rey en la difusión de los descubrimientos arqueológicos que tuvieron lugar en Herculano y el impulso que dio al conocimiento de las antigüedades a través de las Academias de Madrid y de Nueva España.
En la misma sede de la Real Academia desde el día 21 veremos la exposición Una corte para el rey. Carlos III y los Sitios Reales organizada por la Dirección General de Patrimonio Cultural de la Comunidad de Madrid, en colaboración con la Academia y Patrimonio Nacional. Su objetivo es dar a conocer la influencia del monarca en la innovación y adecuación arquitectónica y urbanística de la Villa y de los Sitios Reales.
Se complementará con un programa de visitas guiadas que requerirán inscripción previa y que de momento no conocemos fechas. También con un ciclo de conferencias.
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Desde el viernes 16 de diciembre, el Museo Arqueológico Nacional nos ofrecerá la exposición Carlos III, proyección exterior y científica de un reinado ilustrado.
En este caso su objetivo es valorar dos aspectos muy importantes del reinado de Carlos III: la política exterior y la aportación científico-cultural española, así como el papel desempeñado por la Corona en la promoción del conocimiento. Se expondrán unas cien piezas procedentes de diversas instituciones.
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Preparemos las agendas porque el programa es amplio, interesante y muy bonito. Muchas actividades para disfrutar este otoño-invierno en Madrid, con Carlos III.
Por : Mercedes Gómez
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