Hace unos días me hicieron una pregunta curiosa sobre la Puerta de Alcalá, tal vez nuestro monumento más emblemático y uno de los más bellos.
Mi interlocutor quería saber mi opinión sobre algo que había leído: si era cierto que las dos caras de la Puerta de Alcalá eran distintas porque Francisco Sabatini había presentado dos proyectos a Carlos III y que, como al rey le gustaron los dos o que como era muy despistado, olvidó decirle cual era su preferido. O algo así. Por eso el arquitecto, para no incomodar al monarca, decidió construir ambos, uno en cada cara.
Aunque en efecto también me resultaba familiar la historia, una de tantas leyendas y cosas de esas que se dice, se cuenta… y se repiten sin contrastar, mi primera respuesta fue que no, que eso no era cierto. No podía ser así, qué absurdo.
La verdad es que Sabatini no presentó dos proyectos sino que llegó a realizar cuatro, siendo elegido por el rey el último tras un concurso por él mismo convocado, mucho más complejo que lo que esa supuesta anécdota puede hacer creer.
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Carlos III llegó a Madrid para suceder a su hermano Fernando VI procedente de Nápoles donde reinó durante veinticinco años, desde 1734 hasta 1759.
Diez años después, derribada la anterior, ordenó construir una nueva Puerta de Alcalá, una nueva entrada a la ciudad en el camino principal de Madrid, el Camino de Alcalá, relacionado con el Salón del Prado que había ideado José Hermosilla y que fue finalizado por Ventura Rodríguez, para lo cual se convocó un concurso. Todo ello formaba parte de un gran proyecto que debía modernizar Madrid y darle una nueva imagen.
Se sabe que José Hermosilla presentó una propuesta, de la que no se conocen datos, y que Ventura Rodríguez firmó cinco proyectos que sí se conocen y guarda el Museo de Historia de Madrid. Las primeras ideas de Francisco Sabatini datan de 1769.
Sabatini había llegado a Madrid en 1759-60 para trabajar al servicio del nuevo rey; entre otras cosas llegó a ser Maestro Mayor de las Obras Reales. Como es sabido fue el autor de numerosas construcciones, incluidas algunas puertas de entrada a la ciudad.
Francisco Sabatini es el autor del diseño no solo de la Puerta de Alcalá sino de otras puertas, entre ellas la de San Vicente, de gran importancia para él pues formaba parte de su propio plan de mejora en torno al Palacio Real.
En resumen, Sabatini proyectó varias puertas, con diferentes propuestas previas, cinco para la Puerta de San Vicente, una para la Puerta de Toledo, cuatro para la Puerta de San Bernardino y cuatro para la Puerta de Alcalá.
La única que queda en pie es la de Alcalá; la Puerta de San Vicente fue reconstruida. De todas ellas se conservan dibujos.
Los dibujos de Sabatini para la Puerta de Alcalá, las tres primeras propuestas, fueron propiedad de la colección particular de Mariano Marín, subastados en 2003 en la Sala Fernando Durán y finalmente adquiridos en 2006 por la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. La propuesta definitiva se conserva en París, en el llamado Álbum de París.
Fernando Chueca Goitia, Carlos Sambricio y más recientemente Aitor Goitia los han estudiado y mostrado.
El tercer diseño reunía características de los dos primeros pero tampoco fue el definitivo. Sabatini unió en un cuarto diseño, a partir del tercero, las virtudes de los anteriores, esforzándose en encontrar un equilibrio en las proporciones entre las partes y el conjunto.
Sabatini buscaba un equilibrio entre lo puramente arquitectónico y lo simbólico. Los especialistas creen que quizá la cercanía de Sabatini al monarca y por tanto su mejor conocimiento de lo que este deseaba pudieron beneficiarle, pero no cabe duda de que la propuesta final del arquitecto fue extraordinaria.
Este proyecto final, con cinco huecos, los tres centrales de medio punto y los dos extremos adintelados, comenzó a hacerse realidad en los comienzos del año 1770.
El diseño, como dice Aitor Goitia, que sabiamente conciliaba los extremos encomendados, acabó por seducir a Carlos III, quien resuelve personalmente el disputado concurso entre Hermosilla, Ventura Rodríguez y Sabatini en mayo de 1769.
Por supuesto fue Carlos III quien eligió, el día 18 mayo de 1769, el proyecto que se iba a ejecutar.
Francisco Sabatini, autor del proyecto elegido, y director de la obra, pocos días después convocó el concurso y estableció las condiciones de la obra para su adjudicación. Las bases de licitación estaban también firmadas por él. Sabatini seleccionó a Francisco de la Fuente entre las seis ofertas presentadas. Las obras fueron largas, tuvieron lugar desde principios de 1770 hasta 1778, fecha que figura en la inscripción, en ambos lados.
Como es habitual en las puertas de entrada a una ciudad, las dos caras son distintas en cuanto a su decoración, generalmente más adornada la exterior (*). La imagen de las entradas a Madrid eran la imagen de la Corte y por tanto se consideraba que era de gran importancia lo que se mostraba.
La elección de ornamentación de cada lado del proyecto elegido estuvo condicionado por esa doble mirada, la de la ciudad o la del exterior.
La decoración escultórica de la nueva Puerta de Alcalá fue obra de Roberto Michel –lado oeste, el que mira al centro de la ciudad– y de Francisco Gutiérrez –lado este, que mira hacia el exterior–.
Para la cara interior Roberto Michel creó diversas figuras ensalzando los triunfos del rey. Trofeos militares de gran tamaño, sobre la cornisa, que el propio Michel denomina torsos.
Otros detalles ornamentales son las tres cabezas de león en las claves de los tres arcos centrales, las cornucopias sobre las dos laterales y las guirnaldas de flores y frutas sobre los dinteles.
Francisco Gutiérrez colaboró con Sabatini en varias ocasiones, aquí realizó las esculturas del lado exterior.
En las claves de los arcos, tres mascarones que representan cabezas de sátiros. Junto a las decoraciones en los tableros con motivos frutales representan la fertilidad.
El resto de esculturas, mediante figuras de niños, que se recortan contra el cielo y dan a la Puerta su aspecto tan característico, representan las cuatro virtudes cardinales, Prudencia, Justicia, Templanza y Fortaleza, según Mª Luisa Tárraga aplicables a la persona de Carlos III.
Corona el conjunto el escudo real sostenido por dos figuras, una Fama y un niño.
Aunque pueda no parecerlo por la distancia, las esculturas son de gran tamaño. Por ejemplo la Fama y el escudo miden casi 4 metros y medio de alto.
La Puerta es de granito mientras que las esculturas son de piedra blanca de Colmenar. Digamos como dato final que la obra escultórica fue costeada por la Tesorería de la Villa de Madrid.
Por : Mercedes Gómez
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(*) NOTA:
En relación a este tema, recordemos que la reconstrucción de la Puerta de San Vicente está situada al revés, la cara exterior original hoy mira hacia el interior de la ciudad. Se justificó el hecho debido a que en la actualidad ha perdido su función, ser la imagen de la ciudad, y la parte más ornamentada se contempla desde el interior, en su momento se pensó que era la mejor vista para la ciudad. Aún así, es cierto que debería haber conservado su situación original, tal como fue pensada.
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Bibliografía:
CHUECA GOITIA, Fernando. “Francisco Sabatini y la Puerta de Alcalá”, Villa de Madrid, nº 60, Madrid 1978, pp. 25-31.
TÁRRAGA, Mª Luisa. “Esculturas y escultores de la Puerta de Alcalá”. IV Jornadas de Arte: El arte en tiempos de Carlos III. Madrid 1989.
GOITIA, Aitor. “Diseños de Sabatini para las Puertas de Madrid”, en Anales del Instituto de Estudios Madrileños, XLVI, Madrid 2006, pp. 195-228.
GOITIA, Aitor. “El concurso de 1769 para la Puerta de Alcalá de Madrid. Las propuestas de Francisco Sabatini y Ventura Rodríguez”. Concursos de Arquitectura. Universidad de Valladolid, 2012.
10 comentarios
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27 marzo 2017 a 20:12
Carmen Requejo Sánchez
¡Tantas veces pasando al lado de la Puerta de Alcalá sin alcanzar a percibir todos los detalles de su composición! Sí me he fijado en algunos desconchones que supongo fueron producidos por impactos durante la Guerra Civil. Equilibrada y representativa de una época, la Puerta permanecerá como símbolo de la ciudad que soñó el rey-alcalde, Carlos III. Estupenda la información histórica para deshacer leyendas y poner de relieve el trabajo realizado por los magníficos arquitectos del siglo XVIII.
28 marzo 2017 a 16:50
Mercedes
Tienes razón, Carmen, hay que destacar el gran trabajo de los arquitectos del XVIII en Madrid, que hoy disfrutamos. La Puerta de Alcalá es emblema de Madrid, pero no el único.
Salvador ya nos ha explicado muy bien la causa de los desperfectos, la Guerra de la Independencia.
Muchas gracias por tu comentario.
28 marzo 2017 a 08:55
Salvador Quero Castro
Extraordinaria aportación al centenario de Carlos III.
Los desconchones de la puerta no se deben a la Guerra Civil, pues allí no se combatió, se deben a la Guerra de la Independencia, los franceses estaban acuartelados en el Buen Retiro.
Espero conocerte personalmente el próximo día 5 de abril en inauguración ¡¡¡por fin!!! del nuevo proyecto museográfico del Museo de San Isidro.
28 marzo 2017 a 16:56
Mercedes
Muchas gracias, Salvador.
Y ¡qué buena noticia! la última vez que estuve en el museo estaban de obras, preparando la nueva instalación, y tengo apuntado ir a ver qué tal ha quedado todo cuando acabaran. Si tengo posibilidad de asistir a la inauguración por supuesto que iré, y espero saludarte.
Un abrazo
30 marzo 2017 a 12:40
Marcos
Interesantísimo y muy detallado el post, Mercedes! Muy buen aportación de los distintos proyectos que fueron evolucionando, hasta llegar a esa obra “genial” que es la Puerta de Alcalá, en palabras de Chueca Goitia. Una sola palabra y todo el significado posible. Personalmente, comparto la opinión del arquitecto. Creo que la Puerta de Alcalá tiene una gracia que excede o supera, por decirlo de algún modo, su carácter de arco de triunfo. A su lado, la Puerta de Brandenburgo se me hace tan sosa..De los detalles escultóricos siempre me fascinaron los niños de la cara exterior, sobre todo el que tiene la lanza. Me llamaba la atención antes, incluso, de conocer personalmente la Puerta de Alcalá, cuando la miraba en los posavasos de la casa de mi tía Pilar. La Puerta de Alcalá son mis recuerdos de infancia, para mí es Madrid, es España! Un gran abrazo.
31 marzo 2017 a 00:23
Mercedes
Qué bonitas historias me cuentas siempre de tu familia española y tu amor por Madrid, ¡tu tía Pilar tenía posavasos con la Puerta de Alcalá! 🙂
Fíjate, Marcos, he estado muchos años esperando el bus, el 2, todos los días una o dos veces (aún ahora, muy a menudo) frente a ella, y llegué a conocer los detalles de la Puerta de Alcalá de memoria, del lado exterior, y esa figura, que ahora sabemos es la Fortaleza (yo tampoco lo sabía) siempre me ha parecido una maravilla.
Por eso quise conocer bien la historia, y me alegra que te haya gustado, a ti y a otros lectores, ¡muchas gracias!
Besos desde Madrid!
30 marzo 2017 a 19:18
Elena
Genial tu escrito sobre la puerta de Alcalá, Mercedes.. Yo también había leído y escuchado estas leyendas, y desconocía el detalle de la elección. Me ha encantado tu explicación y me ha parecido un extraordinario homenaje para este año carolino. Abrazos.
31 marzo 2017 a 00:27
Mercedes
¡Hola, Elena!, muchas gracias, me alegra mucho que te haya gustado, vaya nuestro pequeño homenaje al rey Carlos III.
Abrazos
31 marzo 2017 a 08:47
LAZARO -CHURRI
Hola Merche después de tanto tiempo vuelvo al redila para decirte qué gracias porque yo era de los que contaba esa historia de las 2 caras tan popular que el rey eligió esas dos sin saber que era del mismo.
Ahora te queda investigar si es cierta la historia de que se acabó el dinero para concluir la obra y el rey decidió poner un impuesto al vino que se vendia en las tabernas hasta conseguir lo que faltaba.
bss y nos vemos pronto Lázaro
31 marzo 2017 a 20:25
Mercedes
Hola Lázaro, pues me alegro de tu vuelta, sobre todo a los paseos por nuestro Madrid 🙂
No he estudiado el tema, pero hay dos cosas claras, el Ayuntamiento, o sea la villa de Madrid, pagó muchas cosas que debían haber correspondido a la Corona, y el vino fue muy importante económicamente, su impuesto fue de los más sustanciosos desde siempre en nuestra ciudad.
¡Hasta pronto! besos