El emir de Córdoba Muhammad I fundó Mayrit, una pequeña ciudad amurallada origen de Madrid, hacia el año 865. Probablemente por entonces ya vivían en la zona algunos grupos de población musulmana pero fue en la segunda mitad del siglo IX cuando los árabes se establecieron de forma organizada en nuestras tierras, primero con un objetivo meramente militar.
La recia muralla del primer recinto mayrití, además de algunos portillos, tenía tres puertas, la de la Sagra al norte, la de la Vega al oeste y la de la Almudena al este.
La Puerta de la Vega es la mejor conocida, gracias a los documentos y sobre todo gracias a las excavaciones arqueológicas. Se cree que estaba formada por una entrada recta, típica del modelo de época emiral y califal, como apuntó el profesor Manuel Montero Vallejo.
Desde esta Puerta de la Vega una vía principal atravesaba la medina de Mayrit hasta la puerta oriental, la puerta o Arco de la Almudena conocida también como de la Mezquita por su proximidad al templo, situado en el lugar donde luego se levantaría la iglesia cristiana que conservó el nombre antiguo, Santa María de la Almudena.
El Arco de la Almudena debía ser muy sencillo –según modelos de la arquitectura islámica de los siglos IX al XI, como decíamos–, la construcción justa para cumplir su función, permitir la entrada y la salida de la fortaleza por el camino que llevaba a Guadalajara.
En este caso sí hay constancia documental pero no arqueológica; a falta de una excavación, no hay que descartar que existan restos bajo la calle Mayor, entre el Palacio de Uceda y el comienzo de la calle del Factor.
Del Arco de la Almudena partían dos caminos que con el tiempo se convertirían en las dos vías más importantes del Madrid medieval, futuras calle del Arco de la Almudena y de la Puerta de Guadalajara, actuales calles Sacramento y Mayor.
Los especialistas coinciden en que el Arco de la Almudena debía ser similar a la Puerta de la Vega, con salida recta, según Montero Vallejo muy parecida a la de la Bisagra vieja o la de Valmardón en Toledo.
Lo confirma su única representación conocida, la del croquis de Villarreal del año 1549 que ya vimos cuando visitamos el Palacio de Abrantes en la manzana 440.
La Puerta, que pasó a denominarse de Santa María, sobrevivió varios siglos pues era fortísima de pedernal, tal como escribió López de Hoyos y recogió Jerónimo de la Quintana en 1629 en su “A la muy antigua, noble y coronada villa de Madrid…”
Aunque en los comienzos del siglo XVI ya estaba muy deteriorada. Tenemos constancia de ello porque a lo largo del mes de junio de 1515 el Concejo madrileño reunido habló en varias ocasiones de su derribo y así lo reflejó en sus actas o Libros de Acuerdos. El 1 de junio se acordó que se acabe de derribar lo del arco de la Almudena...
Quince días después las actas recogen el acuerdo de que se saque… la piedra de lo que se cayó del arco de la Almudena e lo haga llegar a la puente de Valnadú. Estamos ante un ejemplo más de las eternas reparaciones y reutilizaciones de piedra de las murallas que se llevaron a cabo en el Madrid medieval.
Casi un mes después, el sábado 14 de julio, ante una situación que parecía suponer un verdadero peligro para los vecinos, el Concejo acordó que:
… porque la torre y arco de la Almudena se empezó a caer y se cayó, de suyo, un pedazo de ella, y lo que queda está en mucho peligro y en perjuicio de los que por allí pasan, que se quejan porque no la derriban, y de los vecinos que tienen junto a ella casas, y por ver en ello y tener el dicho arco, como está, no viene provecho a la villa, antes daño, que mandaran e mandaron derribar el dicho arco y la torre que está peligrosa.
El asunto parece que se demoraba, aunque por fin el 20 de julio mandaron que para derrocar la Puerta de la Almudena se asignaran ocho peones para que la derriben nuevamente.
Pero la puerta debió ser reparada o reformada pues siguió existiendo hasta al menos 1569 en que finalmente fue demolida.
Como ya contamos, en el interior del Palacio de Abrantes admiramos un muro de piedra caliza y pedernal de unos cinco metros que discurre paralelo a la calle Mayor, perpendicular a la del Factor.
Debe corresponder al comienzo del lienzo y el cubo de la muralla árabe que Villarreal dibujó en el siglo XVI.
Una placa en la fachada de la calle Mayor 84, manzana 435, recuerda que junto a este lugar se situó hasta 1569 la Puerta o Arco de Santa María perteneciente a la muralla de la Almudena, fortaleza del Madrid musulmán.
Los restos de la Puerta, si es que existen, no deben estar muy lejos.
Por : Mercedes Gómez
8 comentarios
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10 septiembre 2017 a 13:02
Rafael
Mercedes, es la primera alusión que he leído sobre la Puente de Valnadú ¿Sabes dónde estaba? ¿Sobre el arroyo del Arenal?
Gracias por tu trabajo
10 septiembre 2017 a 20:13
Mercedes
Hola, Rafael. El puente de Valnadú aparece en bastantes documentos también con el nombre de puente de Santo Domingo. Sí, debía estar sobre el arroyo del Arenal, frente a la Puerta de Valnadú, en la zona de la actual plaza de Isabel II, sobre el ramal de la hoy calle de Arrieta (ya sabes que el arroyo ahí se dividía en dos). Desde la Puerta partía el Camino de Santo Domingo que subía hacia las huertas de este nombre, el arroyo lo cruzaba y la puentecilla debía permitir el paso… Espero haberme explicado, ¡gracias por tu visita!
10 septiembre 2017 a 21:55
Marcos
Bravo, Mercedes! Qué buen artículo, seguro que existen restos de la puerta o sus cubos. La calle Mayor y todos los sótanos de sus edificios deben ser una enorme caja de sorpresas, no nos imaginamos lo que pueden esconder. Me resultan apasionantes todos los aspectos relacionados con los orígenes musulmanes de la villa de Madrid. Me encanta el término «mayrití». Creo que deben patrocinarse siempre nuevos estudios, investigaciones y excavaciones, no es algo menor desentrañar los pormenores de la etapa que corresponde con los orígenes oficiales, de la que hoy es una de las grandes ciudades del mundo. Besos!
11 septiembre 2017 a 00:32
Mercedes
¡Gracias, Marcos! me hace mucha ilusión que te haya gustado y compartas mi interés por los orígenes de Madrid, un tema apasionante para mí. Y porque no creo que exista mucha información sobre esta puerta, al menos a mí me ha costado encontrarla, y era una puerta ¡muy importante! en esa primera medina, junto al templo, y seguramente junto a unos baños (no sería raro).
Seguro que sí, que hay restos, esperemos algún día conocerlos.
Los mayritíes fueron los primeros madrileños, algunos muy importantes 😉
Besos
12 septiembre 2017 a 10:33
LAZARO-CHURRI
Buenos días Merche siempre que tocas el tema de las murallas me encanta porque lo explicas muy bien y es de lo que mas me apasiona o sea los orígenes de nuestro Madrid .
gracias y como siempre impresionante.
aprovecho para saludar al amigo Marcos y esperamos verle pronto por aquí.
saludos y bsss
12 septiembre 2017 a 20:32
Mercedes
Me alegro mucho, Lázaro, ya se que compartimos pasión por nuestros orígenes, ¡nos queda mucho por aprender! 😉
Y claro que sí, ojalá nos visite pronto Marcos!
Gracias y besos
9 noviembre 2020 a 00:06
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