Con motivo de la celebración del último programa municipal Madrid Otra Mirada, he tenido el placer de visitar la Escuela Superior de Conservación y Restauración de Bienes Culturales de la Comunidad de Madrid, en la calle de Guillermo Rolland –antigua calle de las Rejas– esquina calle de la Bola.
Tanto la escuela como el edificio que la acoge han tenido una historia interesante y azarosa que os invito a conocer.
El edificio
Los orígenes del edificio se remontan a finales del siglo XVI o comienzos del XVII, aunque la historia del solar sobre el que se asienta es más antigua.
Recordemos que en el siglo XV existió la llamada Cerca del Arrabal. Su trazado es bastante desconocido por la falta de restos pero se cree que partía de la muralla medieval, en las proximidades del Alcázar y de la Puerta de Valnadú, y subía por la calle de la Encarnación –actualmente calle de la Bola–, para dirigirse hacia la Puerta de Santo Domingo.
Es imposible no pensar en la antigua Cerca al contemplar esos zócalos de pedernal de la antigua casona que de ser cierto el trazado habría sido levantada junto a la tapia que rodeaba los arrabales medievales, en su cara extramuros, o tal vez utilizándola.
Sabemos por la Planimetría General que la casa nº 2 de la manzana 409, en esta esquina que nos ocupa, propiedad de la Marquesa de Miraval a mediados del siglo XVIII, estaba formada por tres solares. El primero de ellos había pertenecido al Secretario Juan de Cirica, quien la privilegió en 10 de noviembre de 1612.
Recordemos que las casas privilegiadas eran las que se libraban de la carga material o regalía de aposento a cambio de un canon monetario anual y fijo, mientras durara el privilegio, que podía ser temporal o perpetuo.
Y así consta en la relación de solicitud de licencias de exención de aposento, con el interés añadido de que se recoge la descripción de la casa.
En las Consultas del mes de enero del año 1609 consta que Juan de Ciriza secretario del rey decía que “él tiene de aposento una casa en la calle de las casas del marqués de Poza y que por ser tan corta y vieja y maltratada le ha obligado a comprarla para poder vivir en ella y para ello le es fuerza labrarla, razón por la que solicitaba merced de exención perpetua o en su defecto por seis vidas”.
Los aposentadores informaban que la casa tenía de delantera 48 pies y de fondo 98 (algo más de 14 metros por cerca de 30) y que la tenía de aposento el propio Juan de Ciriza o Cirica.
Años después Pedro Texeira la dibujó en su plano. En el siglo XVII el barrio entre Santo Domingo y el Convento de la Encarnación se había convertido en un reducto de la nobleza y de altos funcionarios, entre ellos se encontraba nuestro personaje, Juan de Cirica, secretario del rey.
Hoy día se conservan los muros de ladrillo y, como decíamos, los evocadores zócalos de sílex o pedernal.
Cita Fernando Valenzuela –en el artículo incluido al final en la bibliografía– a Antonio Bonet Correa, quien afirma:
“Es una de las pocas muestras que quedan de principios del XVII. La puerta es probablemente de Francisco de Mora o de Juan Gómez de Mora…
… El revoque y la cornisa son del XVIII…”
En la Guía del Colegio de Arquitectos de Madrid aparece mencionado como antiguo palacio de la Regalía y del conde de Bornos, de 1770, año en que debieron acometerse esas obras.
Sufrió incendios, abandono, riesgo de demolición en los años 70 del siglo XX… milagrosamente se salvó. En 1980 lo compró el Estado y el arquitecto García de Paredes se encargó del proyecto de restauración y ampliación. Fue añadido un nuevo piso, que solo se aprecia desde el interior.
Fue destinado a ser la sede de la Escuela de Restauración.
Además de los muros exteriores y la estructura del viejo palacio únicamente se conserva la escalera, que fue restaurada por los propios alumnos.
Ellos igualmente se encargaron de hacer una réplica de la fuente que en el pasado había adornado el desaparecido jardín, la figura del dios Neptuno.
En el sótano existen unas fantásticas bóvedas que seguramente también son antiguas.
Como no podía ser menos en esta zona, nos cuentan que existe un pasadizo hoy cerrado, con dirección al Palacio Real.
La Escuela
El origen del centro es el antiguo Instituto de Restauración y Conservación de Obras y Objetos de Arte, Arqueología y Etnología, creado en 1961 (actual Instituto del Patrimonio Cultural de España, IPCE). Ocho años después se creó la Escuela. En 1977 ambos centros quedaron separados y la Escuela pasó a depender del Ministerio de Educación. En la actualidad depende de la Comunidad de Madrid.
Al principio la Escuela Superior de Conservación y Restauración de Bienes Culturales no tenía sede propia, durante un tiempo estuvo en el Museo de América, hasta que por fin, como vimos, pudo instalarse en esta antigua casa palaciega, donde felizmente continúa.
Hoy día basa su plan de estudios en una formación multidisciplinar que consta de cuatro cursos. Los dos primeros de formación general, común a todos los alumnos, y los dos últimos de formación específica, en distintas disciplinas: Pintura, Escultura, Documentos gráficos y Bienes arqueológicos. Pendientes de implantación están Mobiliario y Textiles.
Durante nuestra visita tuvimos ocasión de conocer el trabajo que desarrollan en varios talleres, lógicamente solo algunos de la completa lista de asignaturas que integran cada uno de los cursos.
PINTURA
Además de la historia y de la teoría del arte, los estudiantes se enfrentan a la práctica de la pintura. Estudian todas las épocas, estilos, técnicas y materiales. Cada alumno analiza la pintura, las mezclas de colores utilizados, etc. Entre las obras que vemos hay dos sargas.
En el taller de restauración contemplamos fascinados el minucioso trabajo que llevan a cabo.
Finalmente entramos en el aula de pintura mural donde vamos a encontrar piezas muy interesantes, una pintura sobre vidrio del Palacio de Fernán Núñez, una obra de la Colegiata de San Isidro, una pintura del Monasterio de Sancti Spiritus de Toro… incluso alguna sorpresa emocionante: parte de los fragmentos de las pinturas medievales procedentes de la ermita de Santa María la Antigua de Carabanchel.
ESCULTURA
Seguidamente nos explicaron cómo funciona el taller de restauración de escultura policromada. Casi todo el espacio estaba ocupado por las piezas de un extraordinario retablo de la Catedral de Cuenca. Desmontadas, una a una están siendo restauradas para devolverle su esplendor.
DOCUMENTOS GRÁFICOS
Aquí los profesores nos explicaron cómo llevan a cabo la delicada restauración de abanicos, pergaminos, material fotográfico, etc.
BIENES ARQUEOLÓGICOS
Finalmente conocemos algunos de los trabajos de restauración de piezas arqueológicas, en estos momentos ocupados con piezas de época islámica. Restos de un asta de ciervo, parte de un arco de piedra, un canecillo tallado procedente de Murcia del siglo XIII…
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Finalmente nos mostraron otras de las herramientas que utilizan para sus trabajos, una impresora 3D en pleno funcionamiento, el laboratorio fotográfico, importantísimo para los trabajos previos a la restauración de las piezas, y un laboratorio tradicional que aunque ya no se utilice está disponible para los alumnos.
Fue una visita maravillosa. Si tenéis ocasión no dejéis de conocer esta Escuela que juega un papel importantísimo en la formación de profesionales y en la conservación y restauración de nuestro arte. Más información, en su web.
Mencionar además, para todos los interesados en estos temas, que sin ánimo de lucro desde 1985 publican la revista Pátina.
Para terminar, solo dar las gracias a los profesores y todas las personas que nos atendieron, por todo lo que nos mostraron, explicaciones y su gran hospitalidad.
Por: Mercedes Gómez
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Bibliografía:
VALENZUELA, Fernando. “Notas históricas sobre el edificio de la calle de la Bola-Guillermo Rolland”, Revista Pátina, nº 2, Madrid 1987.
VVAA. Licencias de exención de aposento en el Madrid de los Austrias (1600-1625). IEM, Madrid 1982.
Planimetría General de Madrid.
14 comentarios
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6 de noviembre de 2017 a 10:20
PEPA
Ya conozco esa sede. Gracias por tu información, Mercedes
6 de noviembre de 2017 a 16:17
Mercedes
Me alegro, Pepa, merece la pena. ¡Gracias a ti por tu visita!
7 de noviembre de 2017 a 10:10
Mariarosa
Vaya artículo interesante y bien «currado» sobre un lugar y una actibvidad tan poco conocidos… Es increíble la de cosas interesantes que se hacen y que no conocemos hasta que un blog como el tuyo nos las cuenta. Enhorabuena
8 de noviembre de 2017 a 00:11
Mercedes
Desde luego fue un placer descubrir el trabajo que realizan tanto profesores como alumnos, una gozada, me alegro de que te haya gustado. Gracias, María Rosa.
7 de noviembre de 2017 a 13:49
Marcos
Más que interesante, Mercedes, como siempre! Barrio, cerca, casa, escalera, bóvedas. Es un motivo de alegría que se conserve este testimonio arquitectónico de aquellos tiempos, en los que Madrid aprendía a ser capital. Si al atractivo del continente le sumamos el de la actividad desarrollada, nos da una visita redonda y si a eso le añadimos el talento para escribir, un relato fantástico. Que, por otra parte, siempre debe dejar un motivo para la curiosidad. En mi caso, la pintura mural proveniente de la Colegiata de San Isidro. Un gran abrazo desde Argentina!
8 de noviembre de 2017 a 00:18
Mercedes
Es verdad, Marcos, hay aquí muchos temas de los que nos gustan, esta escuela lo reúne todo, y el edificio es muy sugerente, ¿serán restos de la cerca…? Por eso, me conoces bien 🙂 fue una visita completa, gracias por tus palabras.
La pintura de la Colegiata está en muy mal estado, esperando su restauración. Hice alguna foto, ahora no sabría decirte qué representa, pero buscaré y veré qué te puedo contar.
Un abrazo y besos desde Madrid!
9 de noviembre de 2017 a 19:57
Rafael Martín
Mercedes, magnífica entrada como es habitual.
Te endoso la información que me hizo llegar mi amigo Manuel Ávila, cuando leyó la entrada de mi blog sobre la Escuela.
Manolo vivió un año en ese edificio (¿1941?) cuando allí estaba instalada la fábrica y exposición de muebles de Piquero & Waring, que al menos permaneció allí hasta 1962
10 de noviembre de 2017 a 00:38
Mercedes
Hola, Rafael, gracias por la información, ¡cuánta historia tiene este edificio!. Ya he leído tu artículo, desde luego has crecido en los lugares más bonitos e históricos de Madrid, eso marca 😉
Y gracias por tus buenas palabras, como siempre.
Un abrazo
11 de noviembre de 2017 a 12:43
capa212
Mercedes encuentro las entradas de tu blog tan interesantes que solo comento las que me parecen excepcionalmente reveladoras como ésta. Desconocía tanto la Escuela como el edificio en que tiene su sede. Muchas gracias por darnos a conocer su importancia. Un abrazo. Kpa.
11 de noviembre de 2017 a 20:20
Mercedes
¡Hola Kapa! te agradezco tu comentario, de vez en cuando anima mucho saber que seguís por ahí antiguos lectores y sobre todo, cuando algún tema me interesa y me lleva tiempo, como este, hace ilusión comprobar que ese interés es compartido 😉
Y me alegra que la Escuela sea mejor conocida y valorada, lo merece.
Un abrazo
14 de junio de 2018 a 10:26
Muebles restaurados
Hola, muy buenas. Entro a comentar porque creo que ha sido una lectura muy interesante sobre los monumentos históricos de la Comunidad de Madrid y su restauración. Esta es la clase de post le hacen a uno reflexionar y pensar, por lo que merece que reconozcamos el trabajo y el esfuerzo que le habéis dedicado. un saludo!!
19 de junio de 2018 a 11:48
Mercedes
Gracias!
21 de enero de 2021 a 22:03
Francisco Javier Antón Burgos
Una aportación para que no quede en el olvido. El edificio fue sede del Ateneo Libertario de Centro (CNT-FAI) desde febrero de 1937, ubicación compartida con el edificio religioso de la calle del Pez nº 5. Precisamente en sus instalaciones se produjeron algunas de las asambleas en las que se configuró la Federación de Ateneos Libertarios de Madrid. En dicho Ateneo Libertario se creó una biblioteca, se daban conferencias sobre temas sociales, charlas y actuaciones culturales, clases nocturnas para mayores, y de él, dependía una Escuela Racionalista sita en la calle de la Bola nº 9, con 125 niños y niñas atendidos por dos profesores y varios auxiliares, que debieron aprobar la correspondiente prueba validatoria para ejercer dicha labor. Con la conclusión de la Guerra Civil se puso fin a sus actividades.
Un cordial saludo
Javier Antón
UCM
23 de enero de 2021 a 16:26
Mercedes
Muchas gracias, Javier, tu aportacion es interesantísima, completa la historia.
¡Saludos!