El antiguo Hipódromo de Madrid estaba situado en el Paseo de la Castellana frente al Palacio de las Artes y la Industria, actual sede del Museo de Ciencias Naturales y la Escuela de Ingenieros, lugar que por ello recibiría el nombre de Altos del Hipódromo. Fue derribado en 1933 dentro del Plan de Ordenación de la zona y la construcción de los edificios hoy conocidos como Nuevos Ministerios. Junto al arquitecto Secundino Zuazo en ese gran proyecto trabajó el ingeniero Eduardo Torroja.

«Concurso hípico en el antiguo Hipódromo de la Castellana», Archivo Ruiz Vernacci (IPCE).

El mismo Torroja junto a los arquitectos Carlos Arniches y Martín Domínguez construiría el nuevo Hipódromo fuera de la ciudad, en la Zarzuela, cerca de El Pardo. En 1934 su proyecto resultó ganador entre las nueve propuestas presentadas al concurso convocado. La obra quedó interrumpida por la guerra y no finalizó hasta 1941.

El Hipódromo de la Zarzuela, con su famosa marquesina volada, es una obra extraordinaria, una de las más importantes del siglo XX, por su arquitectura innovadora y su belleza.

Hace pocos días tuvimos ocasión de visitarlo gracias nuevamente a uno de los magníficos programas esPATRIMONIODescúbrelo organizados por Dolores Muñoz, en este caso dedicado a Eduardo Torroja, dentro del Ciclo Movimiento Moderno y los grandes Maestros del siglo XX.

La visita, en su primera parte, fue guiada por el arquitecto restaurador Jerónimo Junquera. Tras una breve introducción histórica nos explicó los pasos y características de la restauración que tras años de abandono y dificultades devolvieron la vida al Hipódromo de Madrid reabierto en 2005. El objetivo fue recuperar los valores, materiales y sistemas constructivos originales.

Nuestro punto de encuentro fue el vestíbulo de la tribuna sur.

En el edificio que acoge el vestíbulo se encuentran las taquillas, sala de apuestas y acceso a las tribunas.

Dominan las formas curvas, bellas y armónicas.

Sobre él se apoyan las gradas de las tribunas.

Y su cubierta de 12,80 metros de vuelo formada por bóvedas laminares de hormigón armado con solo 5 cm. de espesor en el extremo.

Las instalaciones del Hipódromo en cierto modo recuerdan a la arquitectura regionalista que los arquitectos practicaron en un primer momento, como Los albergues de carretera, considerados la arquitectura del primer desarrollo turístico español (1928-1935) que vimos en la exposición del Museo ICO, Arniches y Domínguez. La Arquitectura y la vida.

Las vigas recuerdan las tradicionales de madera, pero son de hormigón.

Por el contrario, el edificio de las tribunas fue totalmente innovador. Tras las gradas hay una galería superior, también en voladizo, que equilibra la construcción y mediante tirantes de acero sujeta la cubierta.

Sin duda se trata de una singular obra de arquitectura e ingeniería que tras los trabajos de limpieza y restauración (que nos cuenta Junquera no han terminado) luce espléndida.

 

Museo Eduardo Torroja

Después visitamos el Museo Eduardo Torroja, inaugurado en 2016 con el fin de rendir homenaje al gran ingeniero, ubicado en una sala bajo la tribuna norte, acondicionado y adecuado para museo también por el estudio Junquera Arquitectos.

Fotografías, documentos y maquetas explican la gran obra de Torroja.

Frontón Recoletos, Torroja y el arquitecto S.Zuazo (1935)

El museo se puede visitar los domingos durante las jornadas de Carreras de Caballos; la temporada se acaba de inaugurar. Toda la información en la web de la Fundación Eduardo Torroja y del Hipódromo.

Por: Mercedes Gómez

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Bibliografía:

Catálogo Museo Eduardo Torroja. Fundación Torroja, Madrid, 2016.
“Rehabilitación de las cubiertas del Hipódromo de la Zarzuela en Madrid”
Guía de Arquitectura. COAM.
“Hipódromo de la Zarzuela». Informes de la Construcción nº 137, 1962.