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La historia del Concejo de Madrid y sus lugares de reunión es larga y compleja. Desde sus inicios estuvo ligada a la plazuela de San Salvador, actual plaza de la Villa. Así ha sido durante siglos. Hasta hace pocos años.
El Concejo de Madrid en la Edad Media y la iglesia de San Salvador
En el camino que iba de la Puerta de la Vega a la Puerta de Guadalajara, hoy calle Mayor, se encontraba la iglesia de San Salvador, una de las más antiguas de la Villa que ya figura en el Fuero de 1202. Frente a ella había una pequeña plazuela que pronto se convertiría en protagonista de la vida madrileña.
En la primera época en que el Concejo era abierto, la asamblea general de vecinos tenía lugar en la plaza, en la que por supuesto aún no existía ninguno de los edificios que hoy conocemos; el Concejo reducido –alcaldes y otros cargos– debían ya de reunirse en la iglesia.
Una vez establecido el Regimiento regulado en 1346 por Alfonso XI las reuniones municipales continuaron celebrándose en el templo.
Ya hemos comentado en alguna ocasión que Enrique IV, rey de Castilla entre 1454 y 1474, fue un benefactor de Madrid, así lo recuerda hoy una placa en la fachada de la Casa de Álvaro de Luján en la Plaza de la Villa.
A Enrique IV le gustaba mucho la Villa de Madrid, a juzgar por sus actuaciones y las largas temporadas que aquí residió –igual que por otra parte ocurrió con otros monarcas en aquellos tiempos en que la Corte era itinerante, como el mencionado Alfonso XI; Felipe II no fue el primero–.
En 1460 el rey, mediante una Real Cédula dirigida al Corregidor, instaba a empedrar las calles y a ensanchar la plaza. En años posteriores otras cartas fueron enviadas al Concejo solicitando que fuera allanada y otras obras de mejora; en 1469 concedió que en ella cada jueves se celebrase mercado, en lugar de hacerlo extramuros, junto a la Puerta de Guadalajara, como venía haciéndose hasta entonces.
La plaza de San Salvador se convirtió en el centro del Madrid medieval, centro económico, político y social. Allí se celebraba el mercado, se reunía el Concejo, se instalaron instituciones y se establecieron poderosas familias.
En el solar donde hoy se encuentra la Casa de la Villa había un conjunto de construcciones variopintas. La Cárcel de Villa, la Casa del Corregidor, la Alhóndiga del Trigo, la Carnicería, alguna vivienda…Las obras volvían de vez en cuando, en enero de 1487 el Concejo decide que la delantera del portal de San Salvador se debe empedrar.
En 1494 se construyó allí un nuevo Auditorio o Sala abierta de Justicia donde los corregidores tenían sus audiencias para escuchar y juzgar. Para entonces, frente a estas casas, ya existía la Casa y Torre de los Lujanes y es la época en que se construyó la Casa de Álvaro de Luján.
El Concejo madrileño tardó mucho tiempo en tener una sede fija.
Conocemos los lugares de reunión en el siglo XV por los Libros de Acuerdos. Generalmente era la iglesia de San Salvador, siempre a campana repicada. Las Actas suelen comenzar indicando el lugar de reunión, a menudo la Claustra de la iglesia o galería porticada, o el interior del templo. A veces se menciona el portal. Y otras la Cámara de la Claustra, que era una estancia pequeña que debió ser construida sobre la galería. Más raramente se menciona que los regidores estaban ayuntados en la plaza de San Salvador.
Con menor frecuencia aparece mencionado también el Mirador del Campo del Rey, seguramente situado frente al Alcázar. En ocasiones el Concejo se reunía en la Casa del Corregidor.
Hasta que en 1480 las Leyes de las Cortes de Toledo convocadas por los Reyes Católicos regularon las reuniones concejiles y surgió la necesidad de construir una casa dedicada exclusivamente a ellas. La vieja Cámara debía estar en muy mal estado así que se decidió la construcción de una nueva. Por fin, después de muchas dificultades, cerca de diez años después, la nueva Cámara del Concejo estuvo terminada y fue lugar de reunión habitual.
«El Concejo de la noble Villa de Madrid, estando ayuntados en la sala, ques encima del portal de la iglesia de San Salvador de la dicha villa, a campana repicada, segund que lo avemos de uso e de costumbre» (25 octubre 1512)
Pasó más de un siglo aún; fue en 1599 cuando los miembros del Concejo tuvieron que abandonar la iglesia. La calle Mayor fue ensanchada y la Cámara desapareció. Los munícipes se trasladaron a unas casas en la misma plaza, cuya ubicación creo que se desconoce.
La Iglesia de San Salvador se encontraba en la esquina de la calle Mayor y la calle de los Señores de Luzón –antes de San Salvador-, frente a la Plaza de la Villa. La primera representación conocida es la de Antonio Mancelli.
Pedro Texeira también la dibujó. La plaza en el siglo XVII ya recibía el nombre de Plazuela de la Villa y en este plano está representada, con el nº 25, la Cárcel de Villa, la cárcel vieja, sobre cuyos terrenos, y los de las casas colindantes –futura manzana 182–, se construiría la Casa de la Villa, que incluiría la Cárcel nueva, que no fue terminada hasta finales del XVII. (*)
Una de las pocas representaciones de la iglesia es la de la pintura atribuida a Lorenzo de Quirós Ornato de la calle de las Platerías realizada hacia 1760 con motivo de la entrada de Carlos III en Madrid.

Atribuido a L. de QUIRÓS, «Ornato de la calle de las Platerías» (calle Mayor) h. 1760 (detalle), Museo de Historia.
Por supuesto la iglesia aparece representada frente a la plaza de la Villa en la Maqueta, el Modelo de Madrid de León Gil de Palacio de 1830.
La parroquia fue demolida pocos años después, en 1842. Sus terrenos fueron ocupados por un edificio de viviendas.
En el lugar donde estuvo la iglesia hoy una placa nos recuerda que en ella celebraron durante más de tres siglos sus sesiones públicas los Regidores del Concejo de Madrid creado por Real Cédula de Alfonso XI el 6 de enero de 1346.
Por: Mercedes Gómez
(*) Actualizado 23 febrero 2019
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Bibliografía:
Libros de Acuerdos del Concejo madrileño (1464-1515, cinco vol.). Ayuntamiento de Madrid, 1932-1987.
VIZCAINO, María A. «La iglesia de San Salvador en el antiguo Madrid (I)», en Anales de Historia del Arte, UCM, Madrid 1991-92.
Queridos amigos:
Cuando el día 16 de enero de 2010 celebramos el primer cumpleaños de Arte en Madrid escribí que me parecía mentira… Hoy, 16 de enero de 2019 –¡qué barbaridad!–, cumplimos diez años. Esto sí que parece mentira. Hemos recorrido un largo camino 🙂
Tantos paseos, buscando los orígenes, el arte y la historia de la Villa, visitas a museos, palacios, iglesias, jardines. Búsqueda de información en bibliotecas, en las calles…, infinidad de lecturas, fotografías y hojas escritas. Lo mejor, la posibilidad que me ha brindado este blog de conocer personas estupendas, en este mundo virtual que también nos da alegrías a veces, pero sobre todo en el mundo real, algo que siempre agradeceré.
Solo puedo daros las gracias a todos, posibles lectores, desconocidos o conocidos, silenciosos o participativos, especialmente a los que, a pesar de los pesares y del paso del tiempo, os seguís asomando a esta tertulia, alguno desde los comienzos, ¡mil gracias!
Y por supuesto a los que a lo largo del último año habéis participado con vuestros comentarios ayudando a dar vida a tantos temas, muchísimas gracias:
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A todos, gracias por vuestra compañía, saludos y besos
Mercedes
Convento de los Clérigos Menores del Espíritu Santo
El Convento de los Clérigos Menores del Espíritu Santo se fundó el año 1594, así consta en el plano dibujado por Pedro Texeira unas décadas después.
Fue edificado en la Carrera de San Jerónimo, frente a otros dos conventos construidos por el poderoso duque de Lerma Francisco Gómez de Sandoval, ambos comunicados con su casa de recreo en el Prado de San Jerónimo por un pasadizo volado. La marquesa del Valle construyó otro pasadizo que comunicaba su Palacio con el Convento del Espíritu Santo sobre la actual calle de Fernanflor.
El convento está representado en el cuadro atribuido a Jan van Kessel III pintado hacia 1680, Vista de la Carrera de San Jerónimo y el Paseo del Prado con cortejo de carrozas, que podemos ver en el Museo Thyssen. Aún no figuran las torres, que veremos después.
La iglesia era el edificio más valioso del conjunto, proyecto del arquitecto Pedro de Mazuecos el mozo.
En su interior había bellas obras de arte, la mayoría perdidas, como la Venida del Espíritu Santo de Vicente Carducho, que menciona Ceán Bermúdez en su Diccionario Histórico de los más ilustres profesores de las Bellas Artes en España (1800) que sitúa “en el coro, a espaldas del altar mayor”.
Pero algunas se conservan. Una obra propiedad del Museo del Prado procedente del Convento del Espíritu Santo es el Cristo yacente (1663) de Juan Antonio de Frías y Escalante.
También se conservan tres pinturas de 1738 de Pedro Rodríguez de Miranda que se encontraban en la Sacristía. De allí pasaron al Museo de la Trinidad y de ahí al Museo del Prado. Son:
Encuentro de Agustín Adorno con San Luis Beltrán en Valencia que se encuentra en depósito en el Palacio Episcopal de Lérida; la Profesión de votos de los padres Francisco Caracciolo y Agustín Adorno ante el vicario general de la diócesis de Nápoles; y la Aprobación de la regla de la Orden de los Clérigos Menores.

Rodríguez de Miranda, Aprobación de la regla de la Orden de los Clérigos Menores (1738), Foto: Museo del Prado.
El templo era de cruz latina con cuatro capillas en cada lado, una de ellas dedicada a San José con una escultura de Juan Pascual de Mena, que conocemos gracias a la estampa de Manuel Salvador Carmona, también del Museo del Prado.
En los comienzos del siglo XIX la fachada se encontraba en muy mal estado. Fue reformada en 1816, según proyecto de Manuel de la Peña y Padura.
Se añadió una portada de orden jónico y se construyeron dos chapiteles típicamente madrileños. Una imagen incluida por Pedro Navascués en su obra El Congreso de los Diputados nos muestra el conjunto antes de 1834, cuando fue ocupado por el Estamento de Procuradores de las Cortes.
Otra bonita estampa es la de Eusebio de Lettre.
En 1823 la iglesia sufrió un grave incendio y los frailes se trasladaron a otro convento, el de Portacoeli, en la calle del Desengaño. La fachada nuevamente hubo de ser reedificada, derribadas ambas torres, y entre 1826 y 1828 fueron necesarias otras obras de reparación. En resumen, la construcción estaba muy deteriorada así que se proyectaron una serie de reformas con el fin de que pudiera ser utilizado como Salón de Sesiones tras decidir que allí se instalarían los Procuradores. El arquitecto fue Tiburcio Pérez Cuervo.
La nueva fachada también se conoce por los grabados de la época. Se observa que en la entrada ya se situaron dos leones sobre pedestales, como luego se haría en el nuevo edificio, sede actual del Congreso.
Congreso de los Diputados
El Congreso de los Diputados en sus comienzos –Cortes Constituyentes de 1810– no tuvo sede propia, recorrió varios lugares, entre ellos este Convento del Espíritu Santo que ocupó tras las obras de acondicionamiento que tuvieron lugar durante el verano de 1834.
La imagen de la Jura de la Constitución de 1837 por la Reina Gobernadora María Cristina de Borbón permite conocer el interior de la iglesia del entonces abandonado Convento habilitado como Salón de Sesiones de las Cortes.
Pero el estado de la iglesia empeoraba; debido al deterioro de los cimientos y el efecto de las aguas subterráneas se llegó a temer por la seguridad del edificio y se tuvo que pensar en un nuevo traslado. En 1841 fue declarado en ruina, y al año siguiente derribada.
El Convento fue derribado y convocado un concurso cuyo ganador fue el arquitecto Narciso Pascual y Colomer. La reina Isabel II puso la primera piedra el día 10 de octubre de 1843.
El nuevo edificio del Congreso de los Diputados fue inaugurado el 31 de octubre de 1850.
Construido sobre el solar del antiguo convento, “la planta sótano contaba con depósitos de agua, pozos y enganches a la red de saneamiento, así como con un sofisticado sistema de caloríferos con tomas de aire que aseguraban el calor, a través de rejillas y bocas de calor a varios lugares del edificio y, muy especialmente, a los escaños de los diputados, montados escalonadamente sobre unas bóvedas anulares por las que circulaba el aire caliente, a modo de hipocausto romano. Otro sistema de chimeneas y conductos aseguraba la ventilación del gran salón en la época calurosa”, describe Pedro Navascués.
Las bóvedas anulares ya no cumplen esa función, hoy día el edificio goza de modernos sistemas de calefacción y aire acondicionado sin duda. Pero, además de ser muy bellas, las bóvedas del sótano depararían sorpresas.
Durante las obras de rehabilitación realizadas en 2009 en el sótano aparecieron restos humanos, tres cráneos y restos de huesos pertenecientes a tres adultos. Se pensó podrían proceder del osario de la antigua iglesia.
Una nueva rehabilitación iniciada el pasado verano 2018 ha convertido el sótano en una preciosa Sala de exposiciones.
El poder del arte
Ahora, hasta el 2 de marzo, con motivo de la celebración del 40 aniversario de la aprobación de la Constitución española se puede visitar la exposición El poder del arte. Obras de la Colección del Museo Reina Sofía, en dos sedes, el Congreso de los Diputados y el Palacio del Senado.
En el Congreso se exponen obras de la fotógrafa Colita, una escultura de Cristina Iglesias, Esther Ferrer… solo contemplar las Cinco figuras sentadas (1996) de Juan Muñoz en el Vestíbulo de la reina ya merece la pena la visita.
La sorpresa, un aliciente más, en la exposición del Congreso es que se han habilitado las salas en las hermosas bóvedas del sótano que veíamos en la primera parte del artículo.
Según nos comenta el guía de la visita probablemente se dediquen a Sala de exposiciones de forma permanente en el futuro. Una gran noticia.
En el Palacio del Senado se exponen obras de Juan Genovés, Miguel Ángel Campano, Luis Gordillo, Soledad Sevilla, etc. Me gustó mucho ver ocho dibujos de Elena Asins, artista que legó su obra al Museo Reina Sofía, en la espectacular Biblioteca construida en hierro por su bisabuelo Bernardo Asins. Desgraciadamente ella no ha podido verlo pues murió en 2015, creo que el montaje le habría emocionado.
Por : Mercedes Gómez
Nota: Actualización 6 feb. 2019, eliminadas dos fotos no propias.
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El poder del arte. Obras de la Colección del Museo Reina Sofía
Visitas guiadas hasta el 2 de marzo. Es necesaria inscripción previa:
Todos los detalles e instrucciones para la inscripción en las páginas del Congreso
y del Senado.
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Bibliografía:
CHICO, Manuel (Tutor: URREA, Jesús). Los clérigos menores en Madrid. Trabajo Universidad Valladolid 2015-16.
NAVASCUÉS, Pedro. “El Palacio” en El Congreso de los Diputados. Dic. 1998 (Archivo Digital UPM)
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