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La calle de Blanca de Navarra recuerda a la que fue esposa de Enrique IV, rey de Castilla entre 1454 y 1474. Su matrimonio y su vida fueron muy desgraciados; escribió Pedro de Répide que la calle «lleva el nombre de aquella reina infortunada que fue casada con Enrique IV de Castilla y separada de él, sufriendo luego, dentro de su propia familia, la persecución y la muerte».

La breve vía discurre desde la calle de Zurbano a la de Monte Esquinza. Pertenece al barrio de Almagro, distrito de Chamberí, nacida en el Ensanche de Madrid proyectado por Carlos María de Castro tras el derribo en 1868 de la Cerca que rodeaba la Villa desde el siglo XVII.

Cuatro años antes Castro había edificado su propia residencia, un palacete, en la calle de Fernando el Santo, próxima a la que hoy recorremos. En la entonces llamada calle Doña Blanca de Navarra únicamente había alguna construcción y pequeños jardines, como vemos en los planos, cercanos a la Quinta de la Chilena. La zona urbanizada correspondía a la acera de los actuales números impares.

Plano Ibáñez de Ibero, h. 1875.

Pocos años después comenzó la urbanización del otro lado de la calle; en 1882 se levantaron las viviendas para don Juan Fernández Nieto, actual nº 12, esquina con Monte Esquinza 25. El arquitecto fue Gerardo de la Puente Meliá.

Calle Blanca de Navarra, 12.

En 1897 Julio de Saracíbar proyectó la casa-palacio de don José A. de Igartúa.

Calle Blanca de Navarra, 10.

En el plano de 1900 ya se aprecia cómo los edificios de la acera de los actuales pares ya estaban construidos.

Plano de Facundo Cañada, h. 1900.

En el nº 4 –ahora en obras– vivió el político Segismundo Moret que entre 1905-1906 fue presidente del Consejo de Ministros de España.

En 1919 en el nº 6 se encontraba una de las Escuelas Asilos públicos existentes en esa época. En la Memoria de Madrid de 1929 consta que allí existía una escuela pública para niñas y niños.

En la planta baja del edificio en la actualidad hay locales comerciales, entre ellos una floristería.

Blanca de Navarra, 6.

En el nº 8 se conserva una antigua vaquería, convertida en restaurante, y junto a ella se encuentra una de las tres galerías de arte que podemos visitar en esta calle.

Calle Blanca de Navarra, 8.

La vaquería ya existía al menos en 1905. Lo sabemos porque su dueño, don Félix Reyero Noriega, dueño de la Gran Vaquería Suiza situada en esta calle, participó en los donativos a las familias y víctimas de la gran catástrofe ocurrida durante la construcción del Tercer Depósito del Canal.

También por la prensa de la época sabemos que en los años 30 en el nº 2 hubo una carbonería, y una librería en el nº 5, la Agencia Internacional de Librería.

Calle Blanca de Navarra, 7.

En el nº 9 se ubicaba la Congregación Celadoras del Culto Eucarístico, actualmente de las Misioneras del Santísimo Sacramento y María Inmaculada, que acogen la obra social Cachito de Cielo.

Calle Blanca de Navarra, 9.

La calle Blanca de Navarra, a pesar de su corto trayecto –doce números–, tiene mucho encanto. Han cambiado los ocupantes de los edificios y locales, como los tiempos, pero como vemos, ofrece cosas interesantes, en ella encontramos además de tiendas y bares modernos, historia y mucho arte.

Por: Mercedes Gómez

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Bibliografía:

COAM. Arquitectura de Madrid. Madrid, 2003.

El Liberal, 11 abr. 1905; El Globo, 4 dic. 1919; El Heraldo, 13 nov. 1930.

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La historia de la Puerta del Sol, recordemos, es muy antigua. Se remonta a la Edad Media, cuando en el siglo XV allí se situó una de las Puertas de la nueva Cerca del Arrabal. Desde entonces, a lo largo de los siglos, ha sido reformada en varias ocasiones. Desde que en 1768 se construyó la Real Casa de Correos, proyecto de Jaime Marquet, hasta hoy día en que va a comenzar la enésima obra. Ese edificio, actual sede de la Presidencia de la Comunidad de Madrid, es el más antiguo que subsiste, todos los demás fueron desapareciendo.

Desde muy pronto allí debió de existir una fuente. Al menos ya en los inicios del siglo XVII había una, surtida por el Viaje de Agua del Alto Abroñigal.

Plano de Mancelli (1623)

Sobre la fuente existente se construyó otra monumental conocida como Fuente de la Mariblanca.

Ya conocemos la historia de la Mariblanca, la estatua de la bella diosa que llegó a Madrid en 1625, junto a otras esculturas que Ludovico Turqui trajo de Italia., que fue colocada coronando la fuente –diseño de Rutilio Gaci– frente a la iglesia y hospital del Buen Suceso que habían sido construidos tras el establecimiento de la Corte en Madrid en el siglo XVI.

Plano de Texeira, 1656

La estatua fue retirada en 1838; en 1853 se convocó un concurso para reformar el conjunto. Se barajaron varios proyectos completamente diferentes, al final en 1859 la estructura de la plaza fue configurada por Lucio del Valle, Juan Rivera y José Morer,

Después fue instalada la famosa Fuente de la Puerta del Sol, hasta finales del siglo XIX en que fue trasladada.

Puerta del Sol. J. Laurent (h. 1870) BNE.

El siglo XX comenzó en la Puerta del Sol sin fuentes y con un habitual atasco de carros, tranvías y peatones reflejado en numerosas imágenes.

A principios de los años 50 tuvo lugar otra gran remodelación de la plaza, proyectada por Manuel Herrero Palacios, entonces Jefe de Ordenación Urbana del Ayuntamiento de Madrid, gran amante de las fuentes y estanques, como vimos.

1950, maqueta. A.R.C.M., Fondo M. Santos Yubero.

Herrero Palacios fue quien diseñó las fuentes neobarrocas que adornaron la plaza de la Puerta del Sol desde entonces.

Godoy (Revista Gran Madrid, 1951) (memoriademadrid)

Nuevamente en enero de 1985 comenzó una reforma más, a cargo de los arquitectos Antonio Riviere Gómez, Javier Ortega Vidal y, como asesor, Antonio González-Capitel.

Tres meses después, las dos fuentes de Herrero Palacios fueron sustituidas por otras dos modernas fuentes gemelas, instaladas en la nueva zona peatonal creada en Sol, donde continúan. Constan de un pilón de granito con una taza central de acero desde donde brota el agua que cae a modo de cortina.

En 2003 con motivo de la construcción de la macro estación de trenes de Cercanías de Renfe, se produjo una nueva transformación, incluyendo el acceso acristalado, bautizado popularmente como la ballena. La Estación fue inaugurada, después de casi seis años de trabajos, conflictos y hallazgos arqueológicos, en junio de 2009. No se si milagrosamente, las fuentes permanecieron en su lugar.

Ahora, marzo 2022, se anuncia que el Ayuntamiento va a emprender una reforma más en la Puerta del Sol.

Además de otros elementos, como la boca de entrada a la estación –después de solo trece años, el ayuntamiento actual decide cambiarla–, las fuentes desaparecen de la plaza. Lo que se anuncia como una nueva fuente, más parece un estanque alrededor del monumento a Carlos III; habrá que ver en qué queda ese proyecto y cómo será ese estanque en realidad. Y ¿a dónde irán a parar las actuales fuentes de la Puerta del Sol?

Mientras, viajemos en busca de las antiguas fuentes de la Puerta del Sol, recorriendo un camino en cierto modo inverso.

Las fuentes del siglo XX, de Herrero Palacios, se encuentran en Vallecas, en el paseo de Federico García Lorca, adonde fueron trasladadas en 1985, felizmente a salvo, bien cuidadas.

Paseo de Federico García Lorca

Están formadas cada una por un vaso circular con un conjunto escultórico en el centro formado por cuatro hojas de acanto diseñadas en piedra caliza sobre un pedestal de granito, coronado por una flor metálica.

En el borde del vaso hay unos adornos en forma de volutas de piedra de los que cuatro chorros de agua parten hacia el centro.

También podemos acercarnos a la Casa de Campo y contemplar, frente a la Casa de los Vargas, la fuente que estuvo en la Puerta del Sol en el siglo XIX. Antes de llegar aquí estuvo en la glorieta de Cuatro Caminos.

Casa de Campo

Consta de un gran vaso central y dos laterales, mucho más pequeños, todos de piedra caliza, que reciben el agua del central a través de dos bonitas conchas.

En cuanto a la fuente más antigua, desaparecida, en la actualidad una réplica de la estatua de la Mariblanca adorna la plaza, como sabemos, y parece que allí va a continuar –cambiándola de sitio, eso sí–.

El proyecto aprobado por el Ayuntamiento se puede ver aquí: El Ayuntamiento da luz verde a la nueva Puerta del Sol

Por: Mercedes Gómez

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Bibliografía:

COAM. Arquitectura de Madrid. 2003.

MARTÍNEZ CARBAJO, A.F. – GARCÍA GUTIERREZ, P.F. “Fuentes de Madrid”. La Librería, Madrid 2009.

monumentamadrid.es

La plazuela de San Luis es muy antigua,  en el siglo XVII ya debía de ser importante pues aparece indicada en el plano de Antonio Mancelli, el primer plano conocido de Madrid.

Plano de Mancelli, 1623

Unos años después es mencionada en el Plano de Pedro Texeira, vía que subía desde la Puerta del Sol hasta la calle de Fuencarral.

Plano de Texeira, 1656

La plaza se considera que desde muy pronto estuvo ocupada por un mercado. A mediados del XIX la Red de San Luis era así llamada «por hallarse en ella los cajones para la venta de comestibles y la red del pan».

La denominación fue suprimida por acuerdo municipal en el año 1835. De todas formas, aunque el nombre ya no es oficial, muchos madrileños hoy día continuamos refiriéndonos a la plazoleta que existe entre el final de la calle de la Montera frente a las calles de Fuencarral y Hortaleza como Red de San Luis.

En 1717, durante el reinado de Felipe V, allí se instaló una fuente, obra de Pedro de Ribera. El primer plano en que se representa es el de Chalmandrier.

Plano de Chalmandrier (1761)

No se sabe mucho sobre ella, aunque sí constan los repetidos comentarios de los cronistas del XIX al hablar de la obra del gran arquitecto barroco madrileño calificándola como churrigueresca y mezquina.

En 1832, reinando Fernando VII, se instaló la nueva Fuente de los Galápagos o de Isabel II, con motivo del primer aniversario de la princesa, futura Isabel II.

Fuente de los Galápagos en la Red de San Luis (h. 1870) (Foto: memoriademadrid)

La nueva fuente fue diseñada por Francisco Javier Mariátegui, entonces arquitecto mayor de Madrid, con esculturas en bronce y piedra de Colmenar de José Tomás. Recordemos que la Gran Vía aún no existía.

Plano General I. de Ibero (1875)

En 1878 la hermosa fuente fue trasladada al Parque del Retiro, donde felizmente continúa.

Llegamos al siglo XX. En 1919 se inauguró la primera línea del Metro de Madrid, una de cuyas estaciones era la de Red de San Luis, actual Gran Vía, con su famoso templete de granito con marquesina de hierro y cristal, obra del arquitecto Antonio Palacios.

En 1970 fue desmontado y trasladado a Porriño, pueblo donde había nacido Antonio Palacios, cedido por el Ayuntamiento de Madrid. Allí, en un parque del pueblo gallego, continúan los restos que se conservan del templete.

Poco después se construyó una nueva Fuente de la Red de San Luis, obra del arquitecto municipal Manuel Herrero Palacios.

Fue inaugurada por el mismo alcalde que había desmontado el templete, Carlos Arias Navarro, momento que quedó para la posteridad en un gran reportaje realizado por el fotógrafo Martín Santos Yubero.

M. Santos Yubero, “La Fuente de la Red de San Luis e inauguración”. Archivo Regional Comunidad de Madrid.

Esta fuente estaba adornada por unas figuras, unas aves de metal en movimiento, obra del escultor Gerardo Martín Gallego, por lo que  también era conocida como Fuente de los Cisnes.

Fuente de la Red de San Luis, probablemente h. 1972 (memoriademadrid)

En una enésima reforma de la calle, las esculturas desaparecieron.

Fuente de la Red de San Luis, 2005.

En octubre de 1999, durante la alcaldía de José María Álvarez del Manzano, se anunció que, en breve, el templete iba a ser reconstruido. El proyecto municipal consistía en convertirlo en caseta de información de la Empresa Municipal de Transportes (EMT) y en taquilla para espectáculos. La idea en ese momento fue construir un pabellón más ligero que el original pero con una marquesina similar. Nunca se llevó a cabo.

El siguiente alcalde, Alberto Ruiz Gallardón, recuperó la idea. En septiembre de 2008 anunció la construcción de una réplica del templete. El tramo de la calle Fuencarral más próximo a la Gran Vía iba a peatonalizarse. Además, debido a ello, se notificó que la fuente sería desmontada. Fuencarral se peatonalizó y la fuente desapareció. Pero el templete no se construyó.

Calle Montera (2012)

En su lugar se colocó un olivo.

Red de San Luis, 2010

El proyecto actual, no municipal en esta ocasión, sino que ha formado parte de las obras de reforma de la estación de metro de Gran Vía, que comenzaron en agosto de 2018, acaba de cumplirse; se ha hecho realidad la antigua promesa de realizar una réplica del antiguo templete de Antonio Palacios.

Calle de la Montera, antigua Red de San Luis. Al fondo, las calles de Fuencarral y Hortaleza (2021)

Hoy 15 de julio de 2021 las autoridades han inaugurado la nueva estación.

El templete es de granito, como el original. La marquesina, de vidrio y acero.

Por: Mercedes Gómez

Hace ya más de diez años que hablamos aquí de las Vías pecuarias madrileñas, la red de caminos por las que transcurría el paso del ganado, escenario de la trashumancia castellana a lo largo de la Edad Media. Como vimos entonces, aún existen muchos de esos caminos en nuestra Comunidad, es la Red de vias pecuarias de la Comunidad de Madrid. Además, todos los años se celebra en la ciudad la bonita Fiesta de la Trashumancia, a la que acuden los pastores con sus ovejas rememorando por unas horas la ruta que en otro tiempo atravesaran de forma natural; el paso por las cañadas, los cordeles, las veredas…

En la calle de Alcalá subsisten algunos de los antiguos mojones de piedra que marcaban el camino, testigos de aquellos pasos de ganado que atravesaban Madrid, el ganado de la Mesta.

Plaza de la Independencia

«El Honrado Concejo de la Mesta de Pastores fue creado en 1273 por Alfonso X el Sabio, reuniendo a todos los pastores de León y de Castilla en la Real sociedad de ganaderos de la Mesta y otorgándoles importantes privilegios como la exención del servicio militar, de testificar en los juicios, derechos de paso y pastoreo, etc.».

En el siglo XVIII la Casa de la Mesta tuvo su sede en Madrid en la calle de las Huertas, esquina calle del León, en un edificio construido hacia 1775.

En la actualidad únicamente se conserva la fachada.

El edificio fue completamente transformado en 1986 por el arquitecto Raimundo González del Amo; actualmente es sede del Instituto de Contabilidad y Auditoría de Cuentas, organismo adscrito al Ministerio de Economía.

Una placa, hoy un poco escondida, recuerda que el edificio «fue la sede del Honrado Concejo de la Mesta, y en él presidió Fernando VII la Junta General de 1815». La mesta fue abolida en 1836.

La grata sorpresa, descubierta por mi amigo Lázaro Jurado, autor de las fotos, es que, además de la fachada y la bonita portada de piedra, en su interior las actuales oficinas conservan, protegidos en una vitrina, algunos mojones de las antiguas vías pecuarias, valioso recuerdo de aquella histórica Casa de la Mesta que aquí se alojó.

Por : Mercedes Gómez

 

Como vimos hace unos días hablando de la fuente de Puerta Cerrada, en la segunda mitad del siglo XIX se construyeron algunos caños de vecindad, fuentes destinadas al uso público, de los cuales se conservan muy pocos.

La más antigua, la mencionada de Puerta Cerrada; otra es la fuente de los Delfines de la plaza de San Ildefonso, una obra de arte en hierro fundido, de finales del XIX o comienzos del XX. La actual fuente de Santa Isabel, datada hacia 1900. Más modernas, de los años 30 del siglo XX, se conservan las de la Cuesta de los Ciegos y de Cabestreros. Y casi tan antigua como la de Puerta Cerrada, la fuente de la plaza de las Peñuelas.

Esta plaza era el centro del barrio de las Peñuelas. Situado en las afueras del Portillo de Embajadores, al principio estaba poco poblado. Hoy la plaza, rodeada de edificios modernos, junto al Pasillo Verde Ferroviario, está ocupada por un pequeño parque.

Plaza de Peñuelas, plano 1866, y actualmente, agosto 2019.

 

El 13 de agosto de 1860 el diario La Correspondencia de España publicó que “Por una real orden reciente, ha sido autorizado el ayuntamiento de esta capital, para ejecutar las obras necesarias, a fin de establecer en el barrio de las Peñuelas, afueras del portillo de Embajadores, la fuente de la Dorotea que estuvo situada en el paseo de Recoletos, de donde se quitó al propio tiempo que la puerta de dicho nombre”.

Es posible que la fuente de la Dorotea, muy sencilla, de un caño, fuera trasladada a este barrio, pero no parece que se trate de la fuente que actualmente se encuentra en la plaza de las Peñuelas; tal vez estuvo en otro lugar del barrio, o pronto fue sustituida por esta, con dos caños.

Cuenta José del Corral que la fuente de la Dorotea consistía en un pilón semicircular adosado a un muro de donde salía el caño de agua –este tipo de fuentes fue muy habitual por entonces–.

A mediados de siglo sabemos que siendo alcalde don José de Osorio y Silva, duque de Sexto, se instalaron varias nuevas fuentes que fueron fotografiadas por Alfonso Begué que quedaron reflejadas en el “Álbum fotográfico de varias fuentes vecinales y de ornato existentes en la Villa de Madrid” que se conserva en el Museo de Historia.

Una de ellas, como la de Puerta Cerrada, fue la fuente de las Peñuelas, construida hacia 1860.

Fuente de Peñuelas. Foto: Begué, 1864 (foto: memoriademadrid)

En algún momento del siglo XX fue retirada y guardada en un almacén municipal. Hasta que en los años 80, durante la alcaldía de Enrique Tierno Galván, fue restaurada y reinstalada en su lugar. La pieza que la remataba casi se perdió, solo queda una parte de lo que debieron ser flores o formas vegetales.

Plaza de las Peñuelas, años 80 (foto: monumentamadrid)

El vaso o pilón circular, hoy día prácticamente oculto por los setos y la verja que la rodean, es de granito.

Agosto 2019

El pilar central, de planta cuadrada, es de piedra caliza. De dos de sus lados parten los caños de los que cae el agua.

Está formado por tres cuerpos distintos y con decoración tallada. En uno de los lados, bajo el remate, hay una inscripción con la fecha.

Por: Mercedes Gómez

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Bibliografía:

MARTÍNEZ CARBAJO, A.F. – GARCÍA GUTIERREZ, P.F. “Fuentes de Madrid”. La Librería, Madrid 2009.
DEL CORRAL, José. Sucedió en Madrid. La Librería, 2007.
La Correspondecia de España,13 agosto 1860 (Hemeroteca BNE).
monumentamadrid

 

 

 

Desde su origen en la Villa de Madrid hubo pozos y fuentes que proporcionaban agua a los habitantes. Estas comenzarían siendo simples pilones, para ir tomando importancia como elementos de adorno, sobre todo a partir del siglo XVI.

Dentro del plan para solucionar las necesidades de agua en Madrid tras el aumento de población que provocó la llegada de la Corte en 1561, en los comienzos del siglo siguiente se construyeron viajes de agua y se instalaron numerosas fuentes públicas. La mayor parte eran muy sencillas, pero también se crearon algunas fuentes ornamentales con el fin de decorar el paseo del Prado primero, y las plazas más notables de la ciudad después. Una de ellas fue la Fuente de Diana en Puerta Cerrada que existió desde comienzos del siglo XVII hasta mediados del XIX.

En esos tiempos, en el siglo XIX, las fuentes estaban asignadas a los aguadores, que tenían licencia para recoger y vender el agua. También se construyeron algunas destinadas únicamente a los vecinos; fueron los llamados caños de vecindad.

Se conservan muy pocos; de todos ellos, el más antiguo es el de Puerta Cerrada, que data de 1850, instalado en el mismo lugar donde estuvo la mencionada fuente de Diana.

Ese año el arquitecto fontanero de la Villa era Martín López Aguado que realizó varios traslados y reformas de las fuentes madrileñas con el fin de mejorar la mala situación, ruinosa y poco higiénica de algunas de ellas. El objetivo, leemos en la revista La Ilustración, era “retirar de los puntos más frecuentados el obstáculo material que oponían a la circulación, y el repugnante espectáculo de los aguadores, con su innumerable escuadrón de cubetas, sus voces, riñas y cantinelas”. No todo debía ser tan idílico como a veces puede parecer según las crónicas castizas en ese Madrid de mediados del siglo XIX.

La antigua fuente de Puerta Cerrada fue demolida (la escultura de Diana que la coronaba fue trasladada a la nueva fuente de la calle de Segovia, donde continúa). En su lugar, entre las calles de Segovia y del Sacramento, se creó el sencillo caño de vecindad.

La fuente vecinal fue rematada con un farol, lo cual en ese momento era una novedad. También lo era el sistema de grifos, que permitían la interrupción del flujo del agua.

La nueva fuente de Puerta Cerrada consistía “… en un basamento de piedra berroqueña y de poca altura, con dos piloncillos de buen perfil: encima hay un pedestal de buen dibujo y proporciones, con su zócalo y corona de formas sencillas, que sostiene una elegante columna de hierro fundido, coronada por una hermosa farola para alumbrar aquel espacio…” .

La Ilustración, 1850 (Prensa Histórica Mº Cultura)

Unos años después fue fotografiada por Alfonso Begué, imagen que forma parte del “Álbum fotográfico de varias fuentes vecinales y de ornato existentes en la Villa de Madrid” que se conserva en el Museo de Historia.

Begué, 1864 (memoriademadrid)

A lo largo de los años la fuentecilla ha sufrido muchas modificaciones, lo cual es comprensible, dada su antigüedad, función y características.

En algún momento, posterior a 1864 como indica la foto de Begué, la modesta farola original fue cambiada por otra de cuatro brazos, con cinco luminarias, una en cada brazo y otra en el centro. Así aparecía en 1930.

La Esfera, 1930 (Prensa Histórica Mº Cultura)

Entre otros cambios, los pilones primitivos fueron sustituidos por otros semicirculares.

Nuevamente en muy mal estado, en 1995 el Ayuntamiento se encargó de su limpieza y algunas piezas fueron sustituidas.

Puerta Cerrada, 2004

Los pilones y el cuerpo central son de granito, y el pedestal de piedra caliza y granito.

Está adornada por rosetas de hierro forjado y placas de caliza blanca. De hierro es también la tapa de acceso al interior de la fuente.

No se exactamente desde cuando, pero hace muchos meses que la farola desapareció. ¿Dónde se encuentra?, ¿es recuperable? No he conseguido datos “oficiales” sobre su suerte.

Puerta Cerrada, julio 2019

Es seguro que la luz de la farola que era necesaria en 1850 ya no lo es, las calles madrileñas están muy bien iluminadas. Y probablemente el hierro forjado estaría deteriorado.

Pero se trata (¿o trataba?) de una de las pocas farolas de estilo fernandino auténticas que se conservan, aunque no de la época del reinado de Fernando VII. La farola de cinco brazos es posterior a 1864 al menos, como vimos, a no ser que fuera instalada procedente de otro lugar…

En cualquier caso, su valor histórico y artístico es indudable.

Lo cierto es que figura en el último Inventario municipal de Bienes muebles de carácter histórico o artístico de 2018 como «Fuente de Puerta Cerrada , fuente con remate de farol de cinco brazos”, catalogada como fuente ornamental con el número de archivo 90101.

Mientras, sigue cumpliendo su función, la de un caño de vecindad, el más antiguo de la villa.

Por: Mercedes Gómez

 

ACTUALIZACIÓN: 27 AGOSTO 2019

Decíamos que no se sabía exactamente desde cuando ni el motivo por el que había desaparecido la farola decimonónica que había adornado la fuente de Puerta Cerrada.

Hace unas semanas, ante la pregunta en Twitter de Eduardo de Madrid @demadrideduardo preguntando ¿alguien sabe qué fue de la farola de la fuente de Puerta Cerrada?, nos respondió Mar Espinar, concejal portavoz de Cultura del PSOE en el Ayuntamiento de Madrid, con la promesa de indagar sobre el tema.

Hoy nos ha enviado el informe que explica todo lo ocurrido. El mal estado de la farola, anclaje y falta de estabilidad, junto a una antigua y peligrosa instalación eléctrica, llevaron al desmontaje.

 

Muchas gracias a Mar Espinar por ayudarnos a conocer el penúltimo capítulo de esta histórica fuente.

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Bibliografía:

MARTÍNEZ CARBAJO, A.F. – GARCÍA GUTIERREZ, P.F. “Fuentes de Madrid”. La Librería, Madrid 2009.

monumentamadrid

La calle del Nuncio es una de esas calles madrileñas breves, algo sinuosas, que conservan toda la historia de la villa en su trazado, la misma forma desde hace siglos. Primero, en los siglos X y XI fue un arrabal de la medina islámica, después las casas se fueron construyendo al abrigo de la muralla cristiana, entre la Cava Baja y la calle Segovia.

Nace en Puerta Cerrada, donde se encontraba una de las puertas de la muralla del siglo XII, y llega hasta la iglesia de San Pedro, una de las más antiguas de la villa. Pudo ser por tanto una vía medieval importante, que discurriría próxima a la muralla, adaptándose a sus quiebros, intramuros.

Puerta Cerrada, calle del Nuncio.

Sus edificios y el terreno sobre el que se asientan son un reflejo de la historia de Madrid. Igual que la Cava Baja, la calle del Almendro o la propia Puerta Cerrada, que ya hemos recorrido.

Calle del Nuncio

En el nº 8 de la calle se levanta el edificio que alberga la Federación Española de Municipios y Provincias, antigua casa palacio del siglo XVI rehabilitada en los años 80 del pasado siglo XX.

Enfrente, en el nº 13, el Palacio de la Nunciatura Apostólica, que da nombre a la calle.

Llegando al nº 17 esquina calle del Pretil de Santisteban vemos la antigua Casa de Postas del duque de Santisteban, del siglo XVIII, hoy convertida en un edificio de viviendas.

Al final de la calle, la Iglesia de San Pedro, que conserva su espléndida torre construida en el siglo XIV.

Encontramos huellas pertenecientes a todas las épocas, desde la edad media hasta la actualidad, incluso las casas más modestas de la calle del Nuncio narran la historia de Madrid.

Cada uno de estos edificios merecería un artículo. Pero hoy vamos a detenernos en los orígenes de estos solares, en el Madrid más antiguo. El solar del actual nº 13, sede de la Nunciatura, nos cuenta la historia de estos terrenos ubicados junto a la muralla del siglo XII, un barrio construido sobre un arrabal de época islámica, como vimos.

Con motivo del “Proyecto de ejecución de ampliación del Colegio Sacerdotal y adecuación de dependencias en la calle Nuncio Nº 13”, promovido por el Ministerio de Defensa, en una zona de su patio interior, tuvo lugar una importante excavación arqueológica, entre noviembre de 2008 y febrero de 2009.

Excavación calle del Nuncio 13 (detalle) (Foto: GEA Arqueólogos)

Las diferentes fases de la intervención proporcionaron información de diversas épocas, constatando que la ocupación más antigua corresponde a los siglos X-XII, como ya ocurrió en otros solares próximos. El hecho tiene gran importancia, no solo por los materiales hallados, sobre todo cerámicos, sino también por la información que aportan en cuanto a la población andalusí en esta zona de Madrid, a la vida en el Mayrit islámico.

Se trata, una vez más, de útiles domésticos (preparación, conservación y consumo de alimentos) típicos de la cerámica islámica de los siglos X al XII.

(Foto: GEA Arqueólogos)

En relación al agua, también se encontraron fragmentos de arcaduz, elementos utilizados para extraer el agua con las norias.

El yacimiento fue descrito como “ocupación de tipo familiar o comunal asociada a la expansión del Madrid andalusí durante el siglo XI hacia el arrabal de Puerta Cerrada”. Los hallazgos fueron calificados como pertenecientes a épocas medieval islámica, medieval cristiana, moderna y contemporánea.

Posteriormente en este solar estuvo el Palacio de don Francisco de Vargas, el consejero de los RRCC y de Carlos V. El edificio también es conocido como antiguo Palacio de don Rodrigo Calderón, pues aquí estaban las casas que la marquesa del Valle donó a don Rodrigo, marqués de Siete Iglesias. En el siglo XVII fue ocupado por la Nunciatura.

Casa y calle del Nuncio en el Plano de Texeira, 1656.

El edificio actual, obra de Manuel Moradillo en 1735, fue restaurado y reformado en el siglo XIX.

Por : Mercedes Gómez

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Bibliografía:

Comunidad de Madrid. Anuario de Actuaciones Arqueológicas y Paleontológicas. Ficha de la actuación en Nuncio, 13. Madrid, 2009.

PÉREZ VICENTE, Daniel. “Excavaciones arqueológicas en el Madrid islámico”, Testimonios del Madrid medieval. Museo de San isidro, Madrid, 2004.

 

La calle de Peñascales, en el actual barrio de la Fuente del Berro, distrito de Salamanca, es un ejemplo de calle nacida siguiendo los accidentes del terreno, en este caso un antiguo camino, el Camino de la Fuente del Berro.

A finales del siglo XIX el camino bajaba desde la plaza de toros –actualmente en su lugar se encuentra el Palacio de los Deportes–, cruzaba la ronda o foso del Ensanche –hoy calle del Doctor Esquerdo– y llegaba hasta la Quinta de la Fuente del Berro.

Plano de F. Cañada (h. 1900)

Junto al Camino, antes de llegar a la Quinta, se encontraba la Fábrica de Relojes de J. G. Girod que había sido fundada en 1860.

Nuevo Mundo, 1910 (Ayuntamiento de Madrid)

La Casa Girod era una de las industrias más importantes de Madrid. Sin embargo la barriada en la que se hallaba la fábrica no disfrutaba de buenas condiciones pues aún se encontraba sin urbanizar como se aprecia en la fotografía.

La empresa de Jorge Guillermo Girod construía relojes elegantísimos de alta precisión que ya se anunciaban en la prensa de comienzos de siglo, relojes de pared para viviendas o despachos, en los que trabajaban además de técnicos relojeros los mejores artistas ebanistas, y relojes de torre.

Uno de los relojes más famosos de la prestigiosa fábrica Girod que se conservan es el de la Casa Encendida, que fue la segunda sucursal de la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Madrid. El reloj de la torre fue sustituido por uno moderno pero la maquinaria original restaurada se guarda en una vitrina y se puede admirar en uno de los descansillos de la escalera que lleva a la azotea.

La sede central estaba en la calle Postas y tenían sucursal en Barcelona y en Suiza, desde donde se importaban relojes.

Nuevo Mundo, 1910 (Ayuntamiento de Madrid)

Allí donde estaba la fábrica, al norte del Camino, tal como vemos en los planos de la época, se creó el barrio del Porvenir del Artesano.

El Porvenir del Artesano era una Sociedad cooperativa que a finales de 1879 había adquirido terrenos cerca de la Fuente del Berro para la construcción de casas para obreros. Se construirían aproximadamente cincuenta viviendas para los miembros de la asociación que pagaban una pequeña cuota semanal. La asociación ya tenía por entonces una primera sección en la Moncloa; esta era la segunda, fundada en 1873, posteriormente se fundaría alguna otra. Cada sección estaba formada por cincuenta socios.

Aunque con muchas dificultades la cooperativa salió adelante y la primera casa se comenzó a construir en septiembre de 1881.

Plano Núñez Granés, 1910 (idehistoricamadrid.org)

La fábrica en 1910 tenía unos doscientos empleados muchos de los cuales eran vecinos del barrio.

Nuevo Mundo, 1910 (Ayuntamiento de Madrid)

En 1912 la fábrica Girod sufrió un grave incendio que la dejó prácticamente destruida. Para los trabajadores fue un drama pues perdían el empleo.

Foto: Alfonso (El Liberal, 1912) (BNE)

Pero fue reconstruida y aún tendría una larga vida en este barrio.

El antiguo Camino de la Fuente del Berro recibe el nombre oficial de calle de los Peñascales desde el 28 de diciembre de 1944. Para entonces la Casa Girod había abierto otra sucursal, una tienda con artículos de regalo, en el inicio de la calle Goya, en pleno barrio de Salamanca.

En la actualidad la calle Peñascales nace en la calle del Doctor Esquerdo. El gran desnivel del terreno sigue existiendo, hoy salvado por unas escaleras. Tras llegar a la Iglesia Parroquial de la Sagrada Familia, levantada en 1946, la rodea y continúa, adaptándose a las curvas del camino como antaño, hasta llegar a la Quinta, donde finaliza.

En el solar donde se encontraba la fábrica se levantó un gran edificio de viviendas.

Aún hoy algunos vecinos del barrio recuerdan la fábrica y a personas que en ella trabajaron, incluso los más jóvenes saben que ahí donde viven antes existió una fábrica de relojes. Según me cuentan algunos inquilinos del edificio actual, comenzó a ser derribada a finales de los años 60, comienzos de los 70 del pasado siglo XX.

Aunque al menos en 1972 seguía existiendo pues leemos en un anuncio de prensa que ese año la empresa buscaba un “cronometrador” y se indicaba que las solicitudes debían ser enviadas a J.G. Girod, S.A., calle Porvenir número 13.

Derribada la fábrica, durante un tiempo la manzana solo fue una gran descampado. En la década de los años 70 tuvo lugar la construcción del edificio actual que ocupa toda la manzana, entre las calles de Porvenir, Peñascales, Lanuza y Fundadores. En 1979-1980 ya vivían en él algunos de los primeros ocupantes.

Del Porvenir del Artesano únicamente subsiste como recuerdo la pequeña calle, la calle del Porvenir.

El nombre fue asignado por acuerdo municipal en 1887 aunque anteriormente ya se utilizaba de forma extra-oficial pues desde que nació esta calle fue el centro del antiguo barrio del Artesano y de la vida alrededor de la fábrica de relojes.

Por : Mercedes Gómez

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Bibliografía:

La Unión, 6 nov 1879; El Globo 27 oct. 1879; La Iberia, 29 oct. 1879; Nuevo Mundo 21 abr. 1910; El Liberal, 16 agosto 1912.

 

Queridos amigos:

Tengo el placer de anunciar el comienzo de un nuevo ciclo de conferencias organizado por el Instituto de Estudios Madrileños en colaboración con el Ayuntamiento de Madrid, con motivo de los 400 años que cumple la construcción de nuestra Plaza Mayor.

Las charlas serán impartidas por algunos de los mejores especialistas en la materia, que tratarán todos los aspectos relacionados con la histórica plaza, su arquitectura, transformaciones, las diferentes celebraciones que en ella tuvieron lugar, etc.

El sugerente y prometedor ciclo se desarrollará a lo largo de los próximos meses, de octubre a diciembre 2017.

Los expertos utilizarán “las fuentes documentales, cartográficas y bibliográficas
 que se encuentran en diferentes archivos, museos y bibliotecas madrileños” .

La gran noticia se complementa con el hecho de que todas las conferencias serán publicadas tanto en formato impreso como digital.

La conferencia inaugural, «La Plaza Mayor», por Antonio Bonet Correa, tendrá lugar el próximo martes 3 de octubre.

Como todo el ciclo, tendrá lugar en el Salón Real de la Casa de la Panadería, en la propia Plaza Mayor, a las 19,00 h.

La entrada es libre hasta completar aforo.

Espero que sea de vuestro interés.

Mercedes Gómez

Cuando leemos sobre el Madrid medieval hay una palabra que encontramos de vez en cuando que se refiere generalmente a algunas de nuestras plazas, a menudo a la Plaza Mayor. Es la palabra laguna.

En el caso mencionado incluso algún autor le da nombre, dicen que en el lugar donde hoy se sitúa la plaza Mayor estaba la laguna de Luján, tal vez debido a que allí cerca vivió una de las ramas de la familia de los Lujanes.

Preparando un artículo que publicaré en breve me he vuelto a topar con ella. Como sencilla nota preliminar al próximo post hoy me gustaría comentar dicha palabra pues su significado puede provocar confusión. No parece que laguna significara lo mismo en el siglo XV que en el XXI.

En los documentos de época medieval, por ejemplo en los Libros de Acuerdos municipales, nada hace pensar que tuviera el significado que le damos hoy día, no debían ser depósitos de agua, o lagos pequeños, con más o menos profundidad. Nada de eso.

Eran simplemente descampados situados normalmente cerca de las puertas de la muralla o cerca donde los vecinos echaban las basuras.

Como ya vimos durante nuestro paseo por la Cerca del Arrabal del siglo XV, una alusión importante a las puertas y a cuál era el límite de Madrid a finales del siglo XV la tenemos en los datos que nos aporta la sesión de reunión municipal dedicada el 2 de marzo de 1496 a la limpieza y salud de la Villa en la que los presentes tomaron varios acuerdos. Que no hubiese puercos en ella, ni en los arrabales, ni en las casas… que no se echara basura en las calles, ni agua sucia, ni gallinas muertas. La basura solo se podía llevar a los muladares o basureros señalados por la dicha Villa.

El Concejo elegía para ello lagunas o descampados que se convertían en muladares o estercoleros. Muladar y laguna eran prácticamente lo mismo.

También es verdad que el agua de lluvia y en algún caso las aguas procedentes de la cava de la muralla iban a parar allí y se estancaban, con lo cual el lugar se debía convertir en un paraje poco transitable, seguramente poco idílico.

La Plaza Mayor y Valnadú no eran las únicas lagunas, en algunos documentos aparecen mencionadas como laguna la Puerta Cerrada, la plaza de Santa Cruz…

Solían ser lugares despoblados extramuros, como en el siglo XV los terrenos de la futura plaza del Arrabal, nacida en las afueras del Madrid medieval, que en el siglo XVI se convertiría en la plaza más importante en sustitución de la plaza de San Salvador o de la Villa. Y posterioremente, hasta nuestros días, en la bella Plaza Mayor.

Por : Mercedes Gómez

 

 

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