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Recordemos que después de la Colonia Residencia, que fue un éxito, entre 1934 y 1936 Rafael Bergamín proyectó la Colonia El Viso, que hoy da nombre a uno de los barrios del distrito de Chamartín.

La promotora fue también la Propiedad Cooperativa, acogida a la Ley de Casas Baratas y Económicas de 1925 que eximía a los propietarios de pagar impuestos durante quince años. La Cooperativa de Casas Económicas El Viso proyectada para obreros y funcionarios terminó por convertirse en una colonia ocupada por la clase media-alta; aprovechándose de una ley para vivienda obrera se construyeron hoteles de lujo. Nuevamente fue Gregorio Iturbe quien compró los terrenos.

La colonia ocupa una de las zonas más elevadas de la ciudad, el viso, sobre los 700 metros de altitud, al final de la calle Serrano, eje alrededor del que se sitúan las calles Arga, Daniel Urrabieta, Francisco Alcántara, Madre Carmen del Niño Jesús, Nervión, Sil, Tormes, y Turia, junto a la Colonia Iturbe 4, que el empresario había promovido anteriormente, entre 1928 y 1930.

Plano de la Colonia El Viso. Revista Arquitectura, 1967.

Bajo la concepción de colonia-jardín, las manzanas se ordenaron en una trama ortogonal, en bloques, con viviendas unifamiliares dotadas de jardín en la fachada principal y patio trasero. En el proyecto había varios tipos, según superficie, pero todas tenían tres plantas, semisótano, baja y primera, como las de Parque Residencia. Aunque finalmente cada una se construyó según los gustos del cliente. El proyecto constaba en su inicio de 130 hoteles pero debido a la enorme demanda se llegó a 242, aprovechando la edificabilidad al máximo.

Foto: Santos Yubero (Archivo Regional Comunidad de Madrid)

Se proyectaron cuatro tipos:

Fachadas anterior y posterior de uno de los bloques. Revista Arquitectura, 1967.

Los dos primeros, A y B, correspondían a las zonas centrales de las hileras con 200 metros cuadrados construidos; el tipo C, en los extremos, casi todas especiales, con su característica rotonda de la sala de estar en los extremos; y D, de menor superficie, 150 metros cuadrados, normalmente en el centro de la hilera.

Las casas, con fachadas muy simples que seguían las normas racionalistas, fueron pintadas de diferentes colores, para compensar la excesiva sencillez, según el propio Bergamín, de la arquitectura «muy simple, muy cúbica, … un poco seca» que esperaba compensar «con los distintos colores con que se pintaron las fachadas de los diferentes bloques y, sobre todo, pensando en la vegetación que pronto habría de crecer y romper la monotonía de aquella arquitectura repetida».

El maestro albañil fue Benito Platas, que contó con los mejores colaboradores en todas las áreas (estuco y revoco, pintura, solado, carpintería, cerrajería artística, cantería y mármoles, etc.). Algunos jardines fueron diseñados por Javier de Winthuysen.

Por otra parte, las viviendas disfrutaron de todos los adelantos para la época, agua corriente, teléfono… y la novedad de una gran mejora en la red eléctrica que permitió la instalación de nevera, cocina y calentador de agua en todas ellas.

En los años 50 la colonia se amplió, hacia la calle del Dr. Arce, levantándose casas de otra tipología. Aunque una parte se conserva, en general a lo largo de los últimos años la colonia ha sufrido una gran transformación, con edificios que no tienen nada que ver con la idea original.

Por: Mercedes Gómez

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Bibliografía:

GARCÍA PÉREZ, J. «Cooperativa de casas económicas El Viso», El eco patronal, Madrid, sept. 1935.
Revista Arquitectura, nº 90 (1966); nº 101 (1967); nº 204 (1977).
SAN ANTONIO GÓMEZ, Carlos de. El Madrid del 27. Arquitectura y vanguardia 1918-1936. Comunidad de Madrid, 2000.
SAN ANTONIO GÓMEZ, Carlos de, “La Colonia El Viso”, en Un siglo de vivienda social: 1903-2003. Tomo I. Exposición Ministerio de Fomento, Madrid, 2003.
COAM. Guía de Arquitectura. Madrid, 2003.

 

Hace ya casi cuatro años que escribí aquí sobre las lagunas del Madrid medieval. Explicaba entonces que la palabra laguna en el siglo XV parece que no significaba lo mismo que en la actualidad. Eran descampados situados normalmente frente a las cavas y las puertas de la muralla, donde los vecinos echaban las basuras, pues así lo mandaba el Concejo.

Como vimos, la basura solo se podía llevar a los muladares señalados por la Villa. El Concejo elegía para ello lagunas o descampados que se convertían en estercoleros. Muladar y laguna eran prácticamente lo mismo. También es verdad que el agua de lluvia y en algún caso las aguas procedentes de la cava de la muralla iban a parar allí y se estancaban, con lo cual el lugar se debía convertir en un paraje poco transitable, seguramente nada idílico.

Desde entonces he podido leer en varias ocasiones que la Plaza Mayor antes de ser una plaza fue una laguna, en general contado como algo bueno, incluso romántico. Sin duda la idea puede resultar sugerente. Lo he visto en breves tuits, entradas de blogs y en libros. Pero se cuenta como algo sabido, de pasada, sin muchas aclaraciones… no es fácil encontrar fuentes o bibliografía sobre el tema.

Hace pocos días incluso lo hemos podido ver en la televisión, en una sin duda bonita e imaginativa recreación, pero que creo puede llevar a error y dar una falsa idea de lo que el arrabal medieval pudo ser realmente.

Antes que nada, debo aclarar que no es una crítica al programa, del que se han emitido dos capítulos, Desmontando Madrid en Telemadrid, que me parece muy positivo, además de original en su idea de reconstruir el Madrid antiguo y divulgar nuestra historia; pero hay que ser cuidadoso con lo que se muestra, y creo que esa imagen tan idealizada de la Plaza Mayor que vimos no es nada probable que responda a la realidad.

En el programa se afirma que la laguna, situada extramuros en el siglo XI, desapareció en el XIII. No se si existen documentos que apoyen esta afirmación; ojalá sea así.

¿Dónde nace la idea de que la plaza Mayor era una laguna, tal como entendemos la palabra hoy día…? ¿cuál es el origen de esa interpretación? Es difícil saberlo.

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En el Fuero de Madrid, impagable documento de 1202, –reinando Alfonso VIII de Castilla, comienzos del siglo XIII– no se nombran las lagunas, pero sí hay referencia a los muladares o basureros, y a la Puerta de Guadalajara. Ya en aquellos momentos estaba prohibido tirar la basura en cualquier parte.

La rúbrica LXXXIV, que trata Sobre el estiércol, advierte:

Todo hombre que arrojase estiércol dentro de la villa, por las calles o en otro lugar, a la puerta de Guadalajara o en otras puertas donde colocaron los hitos, pague una ochava a los fiadores siempre que medien testigos y si no preste juramento; a causa de ello los andadores tomen prendas y el que se resistiere al prendamiento pague una cuarta.

El estiércol debía echarse en los lugares señalados por el Concejo, generalmente mediante hitos de piedra, junto a las puertas de la muralla como dijimos; en el Fuero se menciona la puerta de Guadalajara junto a la cual se crearía la plaza del arrabal. Si no se cumplía la norma, llegaban las multas.

Como ya vimos, en los Libros de Acuerdos del Concejo, en varias sesiones a lo largo del siglo XV sí se citan las lagunas. De la laguna de Puerta Cerrada, ubicada en las afueras de la puerta hacia el sur, entre la muralla y la calle de Toledo hablamos también aquí.

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En el siglo XVII, Jerónimo de la Quintana, en su obra A la muy antigua, noble y coronada Villa de Madrid. Historia de su antigüedad, nobleza y grandeza (1629), al hablar del Apellido de Luxan, del que en Madrid existieron varias ramas, se refiere a uno de ellos, a Juan de Luxan, que «vivía en la plaza del arrabal de Madrid cerca de la iglesia de Santa Cruz junto a una laguna, que en aquel tiempo había en aquel lugar». El influyente cronista se refiere a la laguna, sin dar más explicaciones.

El único trabajo específico que conozco sobre Las lagunas y muladares medievales es el de Fernando Urgorri (1954). Este autor cita al decimonónico Carlos Cambronero quien –en su libro Las calles de Madrid (1889), junto a Hilario Peñasco–, al hablar de la plaza Mayor narra que, según la tradición, «en este sitio estaban las lagunas llamadas de Luján, hasta que don Juan II mandó formar la plaza».

Luego, seguro que tiene mucho que ver en la difusión de la tradición, el periodista y escritor Pedro de Répide. Escribió en su famoso libro que recopila sus artículos periodísticos publicados en La Libertad en la década de los años 20 del pasado siglo –por cierto de igual título que el de Cambronero, Las calles de Madrid–, que «aún después de algunos siglos de cegadas aquellas lagunas quedan subterráneamente abundantes manantiales…»

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Fernando Urgorri, dejando aparte la tradición, estudia los Libros de Acuerdos y los documentos de la época.

El investigador dibuja y sitúa en un plano, que representa el Madrid de 1440, en tiempos de Juan II, las diferentes lagunas y muladares, descampados y basureros. La laguna de Santa Cruz debe de ser la misma que llamamos de Luján, en una época en la que ya existía mercado junto a la Puerta de Guadalajara.

F. Urgorri. Lagunas y muladares en el arrabal de Madrid (h. 1440)

Las lagunas además de basura solían recoger el agua de la lluvia, aunque la de Santa Cruz debido a su altura no podía servir para recoger el agua, según Urgorri.

F. Urgorri. La ocupación del arrabal de Madrid en tiempos de Enrique IV (lagunas marcadas en rojo)

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Ya en época más próxima, Manuel Montero Vallejo (1985-86), respecto a la plaza del arrabal, admite que durante toda la edad media «fue un descampado, una de esas lagunas…».

El profesor, que por supuesto estudió a Urgorri, estaba de acuerdo en general, pero discrepaba en lo que se refiere a la laguna de la plaza del arrabal, un descampado, pero no un simple descampado o muladar, como los de Puerta Cerrada o Puerta de Moros, en su opinión, sino que «el desnivel permitía un embolsamiento de las aguas llovedizas», a lo que se sumaba la procedente de cuatro corrientes que brotaban del subsuelo.

Por otra parte, Montero admite también que «no hay mención de la laguna hasta el siglo XV, cuando empieza a configurarse como espacio urbano».

Juan de Luján, afirma, fue uno de los pioneros en ocupar la zona más despoblada de la plaza. En 1464 este Luján, el Bastardo, vivía junto a la plaza «donde se vende la leña y la paja».

M. Montero Vallejo. «El Madrid Medieval»

Desgraciadamente ya no podemos preguntarle, pero tampoco creo que don Manuel, a pesar de su discrepancia con Urgorri en este caso, pensara que esa supuesta laguna era un lugar de recreo tal como sugiere la fantasiosa recreación televisiva. Es muy posible que, como él aprecia, las aguas de la lluvia se estancaran en una parte del terreno; y puede que incluso ocasionaran más problemas que la laguna de Puerta Cerrada, de los que hay constancia.

Cuesta trabajo imaginar que aquel descampado extramuros, a la salida de la Puerta de Guadalajara, ubicado junto a un mercado y construcciones, que él mismo detalla, que iban emergiendo en el arrabal de Santa Cruz, fuera un lugar casi idílico donde refrescarse. De hecho, las lluvias solían ser un problema porque atascaban el foso de la muralla que bajaba hacia Puerta Cerrada, al mezclarse con las basuras.

Aprox. ubicación de las antiguas «lagunas» de Puerta Cerrada y del Arrabal. Plano de Espinosa (1769)

Cualquier dato o fuente que aporte luz a este asunto y a los orígenes de la Plaza Mayor, la hermosa plaza del barroco madrileño, serán muy bienvenidos.

Por: Mercedes Gómez

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Bibliografía:

Fuero de Madrid.
Libros de Acuerdos. Ayuntamiento de Madrid.
URGORRI, Fernando. “El ensanche de Madrid en tiempos de Enrique IV y Juan II”, Revista de la biblioteca, archivo y museo, Ayuntamiento de Madrid, 1954.
MONTERO VALLEJO, Manuel. El Madrid Medieval. La Librería, 2003.

 

Además de la Colonia Iturbe 1 , la Colonia Iturbe 2 y la Colonia Iturbe 3, el arquitecto Enrique Pfitz finalmente proyectó la Colonia Iturbe 4, para la «Propiedad Cooperativa» dirigida por Gregorio Iturbe, que recordemos impulsó la construcción de suburbios-jardín al amparo de la Ley de Casas Baratas.

Siguiendo el camino hacia el norte iniciado con las promociones anteriores, entre 1928 y 1930 la Cooperativa construyó otro conjunto de cien viviendas, en terrenos situados a continuación de lo que entonces era el final de la calle de Serrano; como las otras colonias, la Iturbe 4 se situó al otro lado del Paseo de Ronda, límite del Ensanche de Madrid.

Calle Serrano en la actualidad, barrio de El Viso.

Los hoteles se edificaron con las mismas sencillas características que las promociones anteriores del distrito de Salamanca, las de Fuente del Berro y La Guindalera.

La Colonia Iturbe 4 se encuentra entre las calles de Arga, Genil, Leizarán y Sil, junto a la Colonia de El Viso que espero visitemos en otra ocasión, en el barrio del mismo nombre, distrito de Chamartín.

Por: Mercedes Gómez

Después de la Colonia Iturbe 1 y la Colonia Iturbe 2, en 1927, una nueva Colonia Cooperativa de Casas Baratas y Económicas, la Iturbe 3, fue proyectada por el mismo arquitecto, Enrique Pfitz, para la «Propiedad Cooperativa» dirigida por Gregorio Iturbe.

En esta ocasión abandonamos el barrio de la Fuente del Berro para trasladarnos al de la Guindalera, dentro del mismo distrito de Salamanca.

(Plano Colonia Iturbe 3, COAM)

Los nuevos hoteles se construyeron entre la avenida de los Toreros y la calle Rafaela Bonilla; las obras se desarrollaron entre 1929 y 1931.

Entrada Colonia Iturbe 3. Av. de los Toreros

En esta promoción se construyeron menos viviendas unifamiliares que en las dos anteriores, pero tenían más metros cuadrados, más de cien, lo cual no ocurría en las colonias I y II, aunque las características eran muy similares.

Hoy día, igual que en la Fuente del Berro, la revalorizada colonia de la Guindalera ha sido muy alterada en cuanto a fachadas, revocos, huecos, decoraciones, etc.

Pero también igualmente conserva todo su encanto.

Por: Mercedes Gómez

 

En los terrenos situados al norte de la Colonia Iturbe I, junto al Barrio del Porvenir del Artesano, el mismo arquitecto Enrique Pfitz en 1926 proyectó la Colonia Iturbe 2, nuevamente con la colaboración del ingeniero José Urroz. Las obras tuvieron lugar a lo largo de los tres años siguientes. Fue una nueva promoción de la “Propiedad Cooperativa” dirigida por Gregorio Iturbe, ubicada entre las calles Diego Bahamonde, Dolores Romero, Paseo Marqués de Zafra, Gabriel Abreu y Doctor Oloriz.

(Plano Colonia Iturbe 2. COAM)

El límite al norte, adonde se asoman las espaldas de los primeros hoteles que se construyeron, es la calle Diego Bahamonde, que en un tramo aún parece la callejuela de una población antigua.

Como en el primer caso, estaba formada por 184 viviendas.

Esta segunda colonia tenía una tipología urbanística y características arquitectónicas similares a la primera; la única diferencia fue que se añadió a las viviendas un tercer nivel, un sótano.

Caminando por sus calles vemos que los hoteles de esta segunda fase han sufrido más modificaciones que la anterior, en cuanto a fachadas, y algunos sobre todo en altura.

Las Colonias Iturbe 1 y 2 forman lo que actualmente conocemos como Colonia de la Fuente del Berro, unidas de sur a norte por la calle Ambros, junto al histórico parque.

Por: Mercedes Gómez

 

 

Ayer el Ayuntamiento de Madrid notificó que se cerraba al tráfico el puente de Francisco Silvela a Joaquín Costa “tras constatarse importantes daños en su estructura”. La noticia del propio Consistorio, que se puede leer aquí, afirma que el estudio de la infraestructura ha indicado que el puente ha llegado al final de su vida útil. Las conclusiones del análisis realizado son claras, “se recomienda su demolición y, con carácter inmediato, el cierre total al tráfico, tanto sobre el tablero como por debajo del mismo”.

La noticia es importante.

Este puente se ubica en lo que fue el antiguo Paseo de Ronda, límite del Proyecto de Ensanche de Madrid elaborado por Carlos María de Castro, aprobado en 1860.

Plano del Ensanche de Madrid (1861)

Antes de que existiera la M30, utilizando términos actuales –siempre enfocados desde el punto de vista del tráfico rodado, no del peatón–, se habla de que existían la M10 y la M20.

El considerado primer cinturón de circunvalación de la ciudad (M10) estaba formado por los paseos que rodeaban aproximadamente el Madrid que hasta 1868 había estado rodeado por la Cerca de Felipe IV. Ese primer cinturón discurría por las Rondas (de Atocha, Valencia, Toledo y Segovia) y los añorados Bulevares (Marqués de Urquijo, Alberto Aguilera, Carranza, Sagasta y Génova). En el plano que vemos arriba es la zona coloreada en gris, la llamada Almendra Central de Madrid.

El segundo cinturón (M20) rodeaba el Ensanche, planificado y construido entre finales del siglo XIX y principios del XX. Son las zonas anaranjadas.

Entonces se construyó el Paseo de Ronda o Foso de circunvalación, que en la zona noreste hoy día está formado por una serie de pasos subterráneos y elevados, por las calles Reina Victoria, Raimundo Fernández Villaverde, Joaquín Costa, Francisco Silvela y Doctor Esquerdo.

Uno de estos puentes es el de Francisco Silvela-Joaquín Costa.

Plano del Ensanche de Madrid (1861) (detalle)

En las primeras décadas del siglo XX el perímetro del Ensanche fue explanado.

Terraplenado de la calle Joaquín Costa (1926) (Foto: memoriademadrid)

A mediados del siglo, el Paseo de Ronda, como los antiguos Bulevares, eran zonas amables.

Bulevar de Francisco Silvela, donde ahora emerge el Scalextric que atraviesa en túnel la avenida de América (1955) (Foto cedida por Ángel Alda @angeldeolavide)

Hasta los años 60-70, en que casi todos los bulevares fueron ocupados por los automóviles.

Calle Francisco Silvela. Salida del túnel bajo Avenida de América, hacia Joaquín Costa (12 julio 2020)

El puente de Francisco Silvela hasta Joaquín Costa al norte, de 360 metros, fue construido en 1969. Formó parte de un urbanismo planificado alrededor del coche, en el que las grandes estructuras de hormigón destinadas al tráfico ocuparon la ciudad.

Algunos de estos pasos elevados, muy agresivos para el entorno, ya han desaparecido, como los scalextric, de Atocha (el más famoso, en 1985), el de Santa María de la Cabeza (en 2001) y el de Cuatro Caminos (en 2004). Otros siguen existiendo, como es el caso de este puente de Joaquín Costa.

Aunque este paso elevado, ahora, acabada su vida útil y convertido en un peligro, también va a ser derribado. Aún no se sabe qué ocupará su lugar, acaso ¿el proyecto será otro puente?, nos esperan muchos días de obras…

Sin duda estamos ante una buena ocasión para reflexionar, pensar en qué es lo mejor para Madrid y los madrileños. Con visión de futuro, debemos pensar, las autoridades competentes deben pensar, que el coche particular debe dejar de ser el protagonista de la ciudad. Por el bien de todos.

Por: Mercedes Gómez

 

 

 

Como vimos hace tiempo en un primer trabajo sobre las Colonias históricas madrileñas, el origen de la promoción de casas baratas para las clases más modestas y de las cooperativas se remonta a finales del siglo XIX, aunque cobraron más importancia en las primeras décadas del siglo XX.

Recordemos la Sociedad cooperativa El Porvenir del Artesano que en 1879 había adquirido terrenos cerca de la Fuente del Berro para la construcción de casas para obreros. En 1907 fue creado el Instituto de Reformas Sociales que cuatro años después promulgó la 1ª Ley de Casas Baratas, con varios objetivos, asegurar unas mínimas condiciones de higiene en las viviendas, fomentar el crédito a la construcción, etc.

En 1912 se formó La Propiedad Cooperativa que proyectaba la construcción de suburbios-jardín, dirigida por Gregorio Iturbe, que daría nombre a varias Colonias. La Sociedad en esos momentos estaba formada por unos 400 socios.

En años siguientes, 1921, 1922 y 1925, hubo nuevas leyes, intentando mejorar las condiciones, permitir la cesión de terrenos por parte del Estado y organismos locales, premiar la construcción… Aunque estas iniciativas no tuvieron mucho éxito por distintos motivos, entre ellos la especulación del suelo, se construyeron varias colonias, algunas desaparecidas, y otras supervivientes, hoy día sin duda revalorizadas, convertidas en viviendas de lujo, en un entorno muy agradable, como las que se conservan junto al Parque de la Fuente del Berro.

La 1ª Colonia Iturbe se situó al sur del Barrio del Porvenir del Artesano, entre la Quinta de la Fuente del Berro al este y el Antiguo Asilo en el Paseo de Ronda –hoy Residencia de Personas Mayores de las Hermanitas de los Pobres. Mi casa, en la calle de Doctor Esquerdo, construido en 1910, al oeste.

Plano de Núñez Granés (1910) (detalle)

Alrededor de la actual calle de Mercedes Fórmica –por ahí discurría el antiguo Camino de La Elipa– se construyeron dos grupos de hoteles, representados en el plano general firmado por el arquitecto Enrique Pfitz, según proyecto de 1925, con la colaboración del ingeniero José Urroz.

La Construcción Moderna , 30 mayo 1926 (Hemeroteca BNE)

Los hoteles de la Colonia Iturbe 1 estaban separados por unos terrenos propiedad de la Fundación Vedia, ocupados por el Colegio de la Sagrada Familia en la calle de Jorge Juan y otra pequeña Colonia de viviendas, de las que algunas se conservan, hoy cerrada como propiedad particular.

Colonia Vedia

En mayo de 1926 se publicó que había sido inaugurada en Madrid una barriada de viviendas higiénicas de La Propiedad Cooperativa.

Se inauguraron 21 de los 184 hoteles proyectados de la nueva colonia o suburbio-jardín.

Los hoteles, en grupos de dos, tres o cuatro, tenían la misma superficie y distribución interior, cuarto de baño, WC y servicio de agua fría y caliente, y su pequeño jardín. El presupuesto de cada uno iba de las 25.000 a las 30.000 pesetas.

La construcción representó una novedad para la época pues se utilizó el hormigón –cemento Portland– en los muros de carga en lugar de ladrillo y hormigón armado en los forjados.

Casa tipo A (dos hoteles adosados) (Hemeroteca BNE)

Dentro de la sencillez se buscó la decoración, con detalles de cerámica y aleros de madera. En la actualidad, tras numerosas obras y reformas, la uniformidad ha desaparecido. Muchos han sido modificados, en fachadas, huecos, aleros, incluso en altura.

Ladrillo visto, revocos de colores, blanco, lila, azul…

Ese mismo año 1926 Pfitz proyectó la segunda fase de la Colonia junto a la Fuente del Berro, la Colonia Iturbe 2, que se construiría a lo largo de los tres años siguientes.

Por: Mercedes Gómez

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Bibliografía:

La Construcción Moderna, nº 10, 30 mayo 1926.

COAM. Guía de Arquitectura de Madrid. Madrid, 2003.

 

A lo largo de este mes de marzo 2020 el Instituto de Estudios Madrileños impartirá un nuevo ciclo de conferencias, El Paseo del Prado y el Buen Retiro, paisaje de las Artes y las Ciencias.

Uno de sus objetivos es apoyar la candidatura de Madrid a la lista de Patrimonio Mundial de la UNESCO denominada «Paseo del Prado y el Buen Retiro, Paisaje Cultural de las Artes y las Ciencias».

Conoceremos cómo se llevó a cabo la construcción del Buen Retiro con todos sus palacios y ermitas, también veremos la transformación urbanística que supuso la construcción del Museo del Prado y llegaremos a la edificación del Banco de España en el nuevo eje financiero de Madrid.

Las conferencias tendrán lugar, como el ciclo que se está desarrollando dedicado a Galdós, en el Patio de la Casa de la Villa. Los jueves a las 19.00 h., entrada libre hasta completar aforo.

Inaugura el ciclo José Manuel Barbeito, el próximo jueves 5, con El palacio del Buen Retiro. Ideas para una arquitectura.

Se puede descargar el folleto aquí.

Como los últimos ciclos organizados por el IEM, que ya se pueden descargar en su web, estas conferencias serán publicadas en formato impreso y digital.

Mercedes Gómez

Jardines del Barrio de Salamanca (II)

Retomamos nuestro recorrido por los Jardines del Barrio de Salamanca, que iniciamos hace tiempo en la Plaza de la Independencia, con un paseo en busca de los jardines en patios de manzana o de vivienda, algunos de los cuales están considerados Jardines de Interés Histórico. La búsqueda no es fácil porque en la mayoría de los casos se trata de propiedades privadas y lógicamente no se puede acceder, pero esperamos que la caminata resulte bonita y fructífera.

Recordemos que cuando en 1860 se proyectó el nuevo barrio de Salamanca, dentro del Plan de Ensanche de Madrid realizado por Carlos Mª de Castro, uno de los elementos previstos en la construcción de los edificios de viviendas fue el del Patio de Manzana, con funciones de jardín interior, con fines higiénicos y también estéticos y de disfrute.

Dentro del Plan se contemplaba la demolición de la Cerca que rodeaba Madrid desde que en 1625 el rey Felipe IV mandó levantarla. En 1866, aún faltaban dos años para su derribo, ya se había explanado el perímetro del proyecto de Ensanche, así está representado en el plano de esa fecha. En esos momentos solo se habían construido las primeras manzanas de Serrano, y poco más. Aún existía la plaza de toros junto a la Puerta de Alcalá y los jardines de los Campos Elíseos frente al Retiro.

Plano de Madrid, 1866 (detalle)

Plano de Madrid, 1866 (detalle)

Desde la Puerta de Alcalá la Cerca discurría por la actual calle de Serrano para bajar por lo que luego sería la calle de Jorge Juan hasta la zona que hoy conocemos como plaza de Colón.

Puerta de Alcalá en la plaza de la Independencia (2014)

Puerta de Alcalá en la plaza de la Independencia (2014)

Su derribo en 1868 facilitó por fin la construcción del Ensanche, que incluía el futuro barrio de Salamanca, que comenzó precisamente por esta calle de Serrano, entonces Paseo de Ronda.

Debido a los intereses económicos y problemas diversos que alteraron los planes iniciales, la realidad fue que en la mayor parte de manzanas no llegaron a crearse los patios, y apenas se conservan algunos. Otros fueron ocupados por otro tipo de construcciones, recordemos la antigua Platería Espuñes en la calle de Castelló.

Caminando por Serrano, dejamos atrás la calle de Villanueva donde se encuentra el único palacete obra de Cristóbal Lecumberri que ha sobrevivido a la piqueta de los diez construidos por el Marqués de Salamanca a finales del siglo XIX en la zona cercana a la Puerta de Alcalá, que conserva su espléndido jardín.

Lecumberri fue también el autor del segundo proyecto de las primeras manzanas de viviendas levantadas en el naciente barrio, entre 1864 y 1872, en la calle de Serrano nº 16 a 102, Lagasca 32-42 y Claudio Coello 14-28. Las obras fueron llevadas a cabo por Elías Rogent y el maestro de obras Luis Ruiz Álvarez. Eran las manzanas 208 a la 216.

Barrio de Salamanca 1875 (Imagen: COAM)

Barrio de Salamanca, proyecto 1875 (Imagen: Guía COAM)

Solo las dos primeras, 208 y 209, entre Villanueva y Goya conservan la idea original de gran patio de manzana ajardinado.

Calle Serrano esquina Goya

Calle Serrano esquina Goya

El de la manzana 209, entre Serrano, Goya, Claudio Coello y Jorge Juan, se puede ver tras una puerta de cristal desde una de las cafeterías del centro comercial El Jardín de Serrano, de revelador nombre. Son más de dos mil metros cuadrados de vegetación exuberante y bien cuidada. Castaños, alguna palmera, laurel, el árbol del amor…

goya 6 jardin

… y, por supuesto, no podía faltar la fuentecita de piedra en el centro. Estos patios fueron públicos hasta el año 1885 en que fueron privatizados.

goya 6 fuente

Continuamos caminando por la calle Serrano hacia la de Hermosilla, contemplando magníficos edificios.

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Calle Hermosilla 26

En el nº 26 encontramos un jardín encantador, un pequeño patio hoy ocupado por bonitas tiendas que en el pasado perteneció al patio de la manzana.

hermosilla26 patio

Plátanos de sombra, hiedra y boj adornan el lugar.

hermosilla26 entrada

Seguimos por Hermosilla y al llegar a la calle de Castelló, casi en la esquina, en el nº 43, se encuentra el Palacete de don Luis Redonet López-Dóriga construido en 1910 por Joaquín Saldaña. En el interior de la manzana se encuentra el bello jardín trasero de esta vivienda palaciega. Pude contemplarlo, gracias a su amable propietaria, pero no hacer fotografías. Se trata de un jardín muy bello, situado hoy día entre las medianerías de las viviendas colindantes, con árboles centenarios, parterres curvos rodeados de setos, muros de cerámica y una bonita fuente con la figura de niño realizada en hierro fundido, que ya no funciona. Igual que los patios de las manzanas en la calle Serrano, goza del máximo Nivel 1 de protección.

Calle Castelló 43

Calle Castelló 43

Finalmente, aunque no forma parte del Catálogo de espacios protegidos, en la calle de Padilla, entre los números 1 y 3 descubrimos un pequeño jardín, una delicia entre dos edificios pertenecientes a una de las últimas manzanas proyectadas por Lecumberri, la 215, entre Serrano, Padilla, Claudio Coello y Juan Bravo.

Calle Padilla 1-3

Calle Padilla 1-3

padilla 1

El acogedor jardincillo hoy sirve de acceso a una galería de arte y a un restaurante.

padilla1 terraza

 

Por : Mercedes Gómez

Fuentes:

COAM. Guía de Arquitectura de Madrid. Madrid 2003.

Ayuntamiento de Madrid

 

En 1931, con la llegada de Indalecio Prieto al Ministerio de Obras Públicas, bajo la Presidencia de Manuel Azaña, se proyectaron diversas obras arquitectónicas y urbanísticas de importancia con el fin de modernizar Madrid. Una de ellas fue la Ordenación para la Prolongación de La Castellana y la construcción de los edificios hoy conocidos como Nuevos Ministerios en el lugar donde entonces se encontraba el Hipódromo.

En el plan se incluía la mejora de la red ferroviaria y la creación de nuevas líneas. Se intentaba entre todos los implicados -Ministerio, Ayuntamiento, Compañías Ferroviarias…- solucionar el problema que suponía la discontinuidad de las líneas que llegaban o partían de Madrid y hacer posible su enlace, siguiendo el eje sur-norte, desde Atocha hasta Chamartín. Era el Plan de Enlaces Ferroviarios.

El arquitecto Secundino Zuazo, junto con el alemán Hermann Jansen, propuso un trazado viario bajo el cual se construiría el enlace ferroviario subterráneo, además del proyecto del edificio ministerial. Se solicitó el derribo del Hipódromo, y se iniciaron las obras de la nueva estación que formaría parte del nuevo eje ferroviario.

Derribado el Hipódromo, el gran solar resultante fue destinado a la construcción de tres edificios que albergarían los Ministerios de Gobernación, Obras Públicas y Agricultura.

El 14 de abril de 1933 se inauguró el primer tramo de la prolongación y se puso la primera piedra de los nuevos edificios que mediante una gran arquería junto al Paseo de la Castellana se ordenarían en torno a una gran plaza pública.

Perspectiva Arquería Pº Castellana (Zuazo, dic. 1933) (BNE)

Ambos elementos, los arcos en superficie y las grandes bóvedas de los túneles, diseñadas por el ingeniero Eduardo Torroja, se fueron construyendo a la par.

Plano general del conjunto y del trazado ferroviario del enlace y la estación (Zuazo, nov.1933) (BNE)

Bajo la gran plaza del edificio ministerial se ubicó la estación central del enlace subterráneo que, aprobado finalmente según las directrices de Zuazo y Jansen, enlazaba la estación a construir en terrenos de Chamartín con la de Mediodía en Atocha.

En septiembre de 1933, con el cese de Azaña como Presidente del Gobierno, terminó la etapa de Indalecio Prieto. En los años siguientes el proyecto sufrió numerosos cambios.

Y llegó la guerra. Zuazo se refugió en París y siguió trabajando en el proyecto con la idea de continuar cuando pudiera volver a España… pero finalizada la guerra, a su vuelta fue marginado y apartado de este proyecto y de casi todos. Había trabajado para la República.

Las obras se retomaron bajo el mando de otros arquitectos, y aunque el proyecto sufrió bastantes modificaciones, más acordes con el nuevo régimen, en los años 40 se terminó el edificio. Las estaciones de Nuevos Ministerios y de Chamartín no serían inauguradas hasta 1967.

Junto a los túneles del tren que discurrían bajo la plaza en el interior del complejo ministerial, justo bajo la arquería, había otro túnel menor con una vía de servicio, que se aprecia dibujado en los planos de Zuazo.

Sección de la estación de los Ministerios. Enlace ferroviario sección transversal. (Zuazo, julio 1934) (BNE)

Por algún motivo la vía fue clausurada, y un tramo quedó allí debajo, encerrado y sin uso.  No es fácil encontrar datos sobre la historia de esta construcción, un poco misteriosa, hay que recurrir a los recuerdos de las personas mayores. Al parecer, en alguna época, entre la República y el nuevo Régimen, fue utilizada como búnker.

Arquería Nuevos Ministerios. 12 febrero 2012

En 1982 una parte de la Arquería, la situada más al norte, fue acristalada y convertida en Sala de Exposiciones dedicada a temas de Arquitectura y Urbanismo.

Debajo permanecía el tramo del antiguo túnel sin uso hasta que en 2003 fue integrado en la Sala de Exposiciones conservando su espectacular bóveda de hormigón.

Una abertura en el muro hacia la mitad del tramo permite comprobar el grosor original, de más de un metro.

Al final de la larga Sala, tras unas puertas acristaladas, el antiguo túnel desaparece, para dejar paso a la nueva Estación de Cercanías de Nuevos Ministerios.

Sala La Arqueria. A continuación, entrada a la Estación de Cercanías.

Esta Estación, según la Guía del Colegio de Arquitectos de Madrid, es la estación subterránea abovedada más grande del mundo, con sus dos cañones gemelos de 320 m de longitud por 20 m de luz.

En el año 2001 estos cañones ideados por Torroja fueron seccionados para la instalación de la nueva Estación de Nuevos Ministerios, pero en su inicio, junto a los restos del antiguo túnel de servicio, se conservan dos magníficos arcos de la construcción original.

Estación de Cercanías Nuevos Ministerios

Por Mercedes Gómez

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Actualmente en la Sala La Arquería, Paseo de la Castellana 67,  hay una exposición muy interesante:

Arquitectura española (1975-2010) + 35 años construyendo democracia.

Un recorrido por la arquitectura realizada en España desde 1975 hasta 2010. La muestra recoge más de 200 proyectos, de los que se exponen sesenta maquetas.

Hasta el próximo 7 de mayo.

NOTA: muchas gracias a la persona que atiende en la recepción de la Sala de Exposiciones, interesada como yo en la historia de este túnel, que me contó cosas muy interesantes y me ayudó a desentrañar el «misterio».

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Bibliografía:

Catálogo exposición «Zuazo, arquitecto del Madrid de la Segunda República«. BNE, Madrid 2006.

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