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Hace unos años conocimos la historia de la Residencia de Señoritas, grupo femenino de la Residencia de Estudiantes que había sido creada por la Junta de Ampliación de Estudios en 1910, inspirada en las ideas de la Institución Libre de Enseñanza. La Residencia de Señoritas abrió sus puertas en octubre de 1915 bajo la dirección de María de Maeztu.

Tuvimos ocasión de visitar el exterior de la antigua Residencia, el Pabellón de Fortuny, su precioso jardín con la fuente que conocieron sus antiguas inquilinas y el Pabellón Arniches; actualmente el conjunto es la sede de la Fundación Ortega-Marañón.

Tras una extraordinaria restauración y rehabilitación, a cargo de Jerónimo Junquera –arquitecto que ya realizó la primera rehabilitación para la Fundación en 1983–, hace pocos días se ha inaugurado el Espacio Cultural Ortega-Marañón, cuya visita ofrece muchos alicientes.

La entrada tiene lugar por el jardín del palacete, en Fortuny 53, ocupado por las oficinas de la Fundación.

A sus espaldas está la entrada al Pabellón Arniches, así llamado en honor a su arquitecto, como vimos; una joya del racionalismo madrileño que ahora alberga el Espacio Cultural.

La primera grata sorpresa la encontramos en el vestíbulo, con un cartel explicativo: los restos de un viaje de agua, felizmente conservados bajo un cristal.

El Viaje de la Castellana fue uno de los creados en el siglo XVII ante la necesidad de abastecimiento de agua a la ciudad, pero según leemos «esta galería debió de construirse a partir del proyecto de reforma de la Fuente Castellana de 1833».

Accedemos al interior del Pabellón donde podremos visitar tres exposiciones. En la planta baja, la temporal dedicada a la historia de la propia Residencia de Señoritas, Motor de igualdad. La Residencia de Señoritas (1915-1936).

La muestra recorre toda la historia de la institución con textos, fotografías, documentos, muebles y objetos. Los edificios, la figura de María de Maeztu, cómo era la vida en la residencia, sus horarios, normas…

Mesa y butaca de lectura diseñadas por Carlos Arniches y Martín Domínguez, 1933. Fundación José Ortega y Gasset-Gregorio Marañón.

Conocemos cómo era la vida académica, tiempos de ocio, los deportes que practicaban…

Raquetas, discos, bola de lanzamiento de martillo, esquíes, sticks de hockey, etc. (h. 1930). INEF. Universidad Politécnica de Madrid.

Asistimos a la descripción de cómo era su vida en la residencia, hasta su triste final a causa de la guerra.

En las plantas 1 y 2 se encuentra la exposición permanente Ortega-Marañón. Ciencia y pensamiento, con un interesante recorrido a lo largo de la vida y obra de ambas figuras.

Mencionemos también que en el jardín una escultura de Pablo Serrano, artista tan admirado en este blog, recuerda a José Ortega y Gasset.

José Ortega y Gasset (Pablo Serrano, 1985)

La visita además nos permite conocer el interior del Pabellón Arniches, sede de las exposiciones.

Pabellón Arniches. Pº General Martínez Campos, esquina Miguel Ángel.

Nos admira contemplar las formas racionalistas creadas por Carlos Arniches, de quien hemos hablado aquí en varias ocasiones.

Contemplar su arquitectura singular desde el exterior, y su interior.

Fundación Ortega-Marañón
Calle Fortuny, 53
Exposición temporal: Motor de igualdad. La Residencia de Señoritas (1915-1936), hasta el 1 de julio.
Exposición permanente: Ortega-Marañón. Ciencia y pensamiento.
Entrada gratuita.

Por: Mercedes Gómez

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El antiguo Hipódromo de Madrid estaba situado en el Paseo de la Castellana frente al Palacio de las Artes y la Industria, actual sede del Museo de Ciencias Naturales y la Escuela de Ingenieros, lugar que por ello recibiría el nombre de Altos del Hipódromo. Fue derribado en 1933 dentro del Plan de Ordenación de la zona y la construcción de los edificios hoy conocidos como Nuevos Ministerios. Junto al arquitecto Secundino Zuazo en ese gran proyecto trabajó el ingeniero Eduardo Torroja.

«Concurso hípico en el antiguo Hipódromo de la Castellana», Archivo Ruiz Vernacci (IPCE).

El mismo Torroja junto a los arquitectos Carlos Arniches y Martín Domínguez construiría el nuevo Hipódromo fuera de la ciudad, en la Zarzuela, cerca de El Pardo. En 1934 su proyecto resultó ganador entre las nueve propuestas presentadas al concurso convocado. La obra quedó interrumpida por la guerra y no finalizó hasta 1941.

El Hipódromo de la Zarzuela, con su famosa marquesina volada, es una obra extraordinaria, una de las más importantes del siglo XX, por su arquitectura innovadora y su belleza.

Hace pocos días tuvimos ocasión de visitarlo gracias nuevamente a uno de los magníficos programas esPATRIMONIODescúbrelo organizados por Dolores Muñoz, en este caso dedicado a Eduardo Torroja, dentro del Ciclo Movimiento Moderno y los grandes Maestros del siglo XX.

La visita, en su primera parte, fue guiada por el arquitecto restaurador Jerónimo Junquera. Tras una breve introducción histórica nos explicó los pasos y características de la restauración que tras años de abandono y dificultades devolvieron la vida al Hipódromo de Madrid reabierto en 2005. El objetivo fue recuperar los valores, materiales y sistemas constructivos originales.

Nuestro punto de encuentro fue el vestíbulo de la tribuna sur.

En el edificio que acoge el vestíbulo se encuentran las taquillas, sala de apuestas y acceso a las tribunas.

Dominan las formas curvas, bellas y armónicas.

Sobre él se apoyan las gradas de las tribunas.

Y su cubierta de 12,80 metros de vuelo formada por bóvedas laminares de hormigón armado con solo 5 cm. de espesor en el extremo.

Las instalaciones del Hipódromo en cierto modo recuerdan a la arquitectura regionalista que los arquitectos practicaron en un primer momento, como Los albergues de carretera, considerados la arquitectura del primer desarrollo turístico español (1928-1935) que vimos en la exposición del Museo ICO, Arniches y Domínguez. La Arquitectura y la vida.

Las vigas recuerdan las tradicionales de madera, pero son de hormigón.

Por el contrario, el edificio de las tribunas fue totalmente innovador. Tras las gradas hay una galería superior, también en voladizo, que equilibra la construcción y mediante tirantes de acero sujeta la cubierta.

Sin duda se trata de una singular obra de arquitectura e ingeniería que tras los trabajos de limpieza y restauración (que nos cuenta Junquera no han terminado) luce espléndida.

 

Museo Eduardo Torroja

Después visitamos el Museo Eduardo Torroja, inaugurado en 2016 con el fin de rendir homenaje al gran ingeniero, ubicado en una sala bajo la tribuna norte, acondicionado y adecuado para museo también por el estudio Junquera Arquitectos.

Fotografías, documentos y maquetas explican la gran obra de Torroja.

Frontón Recoletos, Torroja y el arquitecto S.Zuazo (1935)

El museo se puede visitar los domingos durante las jornadas de Carreras de Caballos; la temporada se acaba de inaugurar. Toda la información en la web de la Fundación Eduardo Torroja y del Hipódromo.

Por: Mercedes Gómez

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Bibliografía:

Catálogo Museo Eduardo Torroja. Fundación Torroja, Madrid, 2016.
“Rehabilitación de las cubiertas del Hipódromo de la Zarzuela en Madrid”
Guía de Arquitectura. COAM.
“Hipódromo de la Zarzuela». Informes de la Construcción nº 137, 1962.

 

Continuamos nuestro paseo alrededor de los primeros depósitos de agua del Canal de Isabel II. Como vimos, en 1858 fue inaugurado el Primer Depósito. Solo tres años después, debido a la creciente necesidad de agua en Madrid, se proyectó la construcción del segundo.

El Segundo Depósito o Depósito Mayor se comenzó a construir en 1865 enfrente del primero, entre las calles de Bravo Murillo y Santa Engracia, con capacidad para más de 180.000 metros cúbicos de agua.

Plano de I. Ibero (h. 1875)

Esta obra tampoco fue fácil, no finalizó hasta catorce años después. Mucho más grande que el primero, con el fin de asegurar el abastecimiento, mide 208 x 138 metros. Su traza es parecida, consta de 1.040 pilares de ladrillo con basa de piedra con arcos de medio punto cubiertos por bóvedas de cañón.

El diseño fue obra del mismo ingeniero del primer depósito, Juan de Ribera. En 1867 intervino José Morer, que realizó una serie de reformas.

Interior del Depósito Mayor, tomada de: Exposición Iberoamericana de Sevilla, 1929-1930. Severino Bello Poëyusan. (En madridmasd.org)

Igual que el primero, el exterior fue cubierto por zona de verde pradera.

En la fachada a Bravo Murillo, frente a la Fuente del Lozoya –donde nos habíamos quedado–, en 1882 se construyó una doble escalera, en lugar de la fuente que había proyectado Ribera inicialmente. Su autor fue Diego Martín Montalvo.

(Foto COAM)

Actualmente el acceso está cerrado y tapiado.

Calle Bravo Murillo, 42

Recordemos que el Primer Depósito quedó fuera de servicio, así este Depósito Mayor en la actualidad es el más antiguo de Madrid.

En 1963 en la calle que lleva su nombre, en la esquina con José Abascal, fue instalado el monumento dedicado a Juan Bravo Murillo, procedente de la glorieta de Bilbao.

Calle de Bravo Murillo esquina José Abascal

La estatua y el pedestal habían sido realizados en 1902 por el escultor Miguel Ángel Trilles en homenaje a este ministro de Obras Públicas que impulsó la creación del Canal de Isabel II, que resultaría tan importante y decisivo para la vida y desarrollo de la ciudad de Madrid.

La gran parcela entre las calles de Bravo Murillo, José Abascal y Santa Engracia fue ocupada por las oficinas del Canal y por un gran Jardín, además del Primer Depósito Elevado.

En 1932 el arquitecto Carlos Arniches fue el autor de un nuevo edificio de oficinas ubicado junto al depósito.

Calle José Abascal

Hoy día la entrada a las Oficinas Centrales del Canal de Isabel II tiene lugar por la calle de Santa Engracia.

Calle de Santa Engracia, 125

Además de a las oficinas se accede a los jardines que rodean la pradera sobre el Depósito Mayor. El Jardín de la Rocalla, de los Castaños, del Estanque y el del Depósito Elevado. Cuando la visita a la Sala de Exposiciones tenía lugar por esta entrada principal, no hace demasiado tiempo, se podía contemplar una parte del hermoso jardín. Hace un tiempo se abrió una entrada directa por lo que hoy día apenas se puede ver.

Jardines del Canal (Foto 2011)

La magnífica Sala Canal Isabel II ocupa el Cuarto Depósito, construido entre 1907 y 1911 junto al Depósito Mayor. Fue el Primer Depósito Elevado.

Pero antes de recordarlo tenemos que hablar del Tercer Depósito.

Continuará….

Por : Mercedes Gómez

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Bibliografía:

VVAA. Exposición Agua y Ciudad: detrás del grifo. Fundación Canal Isabel II, Madrid, 2001.
COAM. Arquitectura de Madrid. Madrid 2003.
Canal de Isabel II. Guía de los Jardines de las Oficinas Centrales.

 

El Museo ICO ha inaugurado la exposición Arniches y Domínguez. La Arquitectura y la Vida, un paso más en la magnífica labor que lleva a cabo esta institución en la investigación y divulgación de la mejor arquitectura de los siglos XX y XXI.

Tuve la suerte y el placer de asistir a la presentación el pasado día 4 y a la visita guiada que nos regalaron los comisarios, Pablo Rabasco y Martín Domínguez Ruz, hijo de Martín Domínguez. Fue muy interesante, enriquecedora, bonita y emotiva.

En la planta baja del museo se explica la vida de ambos arquitectos Carlos Arniches y Martín Domínguez y su valor como retrato de una época y expresión de un momento social y creativo; su relación pues eran amigos además de colegas, posterior separación debido a la guerra y finalmente el exilio.

La bienvenida nos la dan dos butacas, diseño de los propios arquitectos para los albergues de carretera del Patronato Nacional de Turismo en 1931, utilizadas dos años después en el nuevo pabellón de la Residencia de Señoritas, obra que como vimos Arniches construyó para la Junta de Ampliación de Estudios.

Dos butacas vacías, diseñadas por ambos en los años 20, simbolizan el trabajo en equipo, la amistad y también la ausencia”.

Carlos Arniches nació en Madrid en 1895, Martín Domínguez dos años después en San Sebastián, aunque se trasladó muy joven a la capital y vivió en la Residencia de Estudiantes; ambos estudiaron en la Escuela Superior de Arquitectura de Madrid.

Una foto impagable, hecha por Martín Domínguez, con la Cibeles de fondo, quedó para la posteridad como testigo de una excursión que en marzo de 1921 realizó la Residencia al Museo del Prado.

Excursión Museo del Prado, Residencia de Estudiantes, 21 marzo 1921. Presentes: F. García Lorca y Luis Buñuel entre otros. Foto: Martín Domínguez Esteban.

Arniches y Domínguez formaban parte de la llamada generación del 25 que recibió esa denominación por la admiración que el grupo sintió hacia algunas de las obras expuestas en la Exposición Internacional de Artes Decorativas e Industriales ese año en París. Los dos vivieron el ambiente intelectual madrileño de los años 20 y 30 y las tertulias en los cafés. Incluso crearon alguno, o lo reformaron. Una de sus primeras obras fue el Bar del Palace, hotel en el que tuvieron su estudio, en la planta baja.

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El título, La Arquitectura y la Vida, no es nuevo, ya fue utilizado entre 1926 y 1928, era el de una sección del Diario El Sol en la que ambos arquitectos escribían sobre arquitectura para el gran público.

Lo primero que podemos admirar al entrar en la primera Sala es la extraordinaria maqueta de la Colina de los Chopos, lugar que tantas veces hemos recorrido en este blog y en la que trabajaron nuestros protagonistas.

Maqueta de la Colina de los Chopos en 1936 (R. Guldris y D. Pérez, 1981, CSIC)

Arniches y Domínguez, sus nombres aparecen casi siempre unidos al hablar de la historia de la arquitectura española. Trabajaron juntos en muchos proyectos, desde 1924 hasta 1936, cuando la guerra truncó todo.

Sin embargo su historia va mucho más allá, y ese es uno de los grandes descubrimientos que nos brinda esta muestra.

Desgraciadamente nunca sabremos hasta donde habrían llegado de haber podido continuar su vida y su obra juntos, en Madrid y en España. Sí conocemos que a partir de entonces tuvieron que separarse y vivir el exilio. Arniches, el tristemente llamado exilio interior, y Domínguez dos exilios, primero en Cuba –país que en 1960 tras la Revolución tuvo que abandonar después de haber vivido y trabajado durante 23 años allí–, luego en Estados Unidos, donde trabajó como profesor en la Universidad de Cornell hasta su muerte en 1970.

Arniches había muerto mucho antes, en 1958, en su Madrid natal.

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En la primera planta, en la siempre sorprendente Sala de las Columnas, un atractivo montaje muestra una selección de sus obras, las primeras en común y las que luego realizaron por separado.

Los primeros encargos que recibieron consistieron en la creación de ambientes en los que dieron mucha importancia al mobiliario, iluminación, etc., fueron sus Primeras obras, la definición de un camino (1924-1933). La Granja El Henar, Bar Hotel Palace, Tienda Regent, etc.

Sin duda eran dos grandes artistas, de talento individual, pero lo más importante en aquellos momentos fue el camino que abrieron, el trabajo en equipo que originó obras irrepetibles, hitos arquitectónicos, el camino a la modernidad.

En segundo lugar se expone Arquitectura y Turismo. Los albergues de carretera, considerados la arquitectura del primer desarrollo turístico español (1928-1935).

Otro apartado importantísimo es la aquí llamada Arquitectura para una nueva educación.

Recordemos que en la zona norte de la Colina de los Chopos entre 1931 y 1933 Carlos Arniches y Martín Domínguez construyeron el Instituto-Escuela –hoy Ramiro de Maeztu– y el mítico Auditórium del cual únicamente se conserva el claustro. Como sabemos en su lugar Miguel Fisac construyó la Capilla del Espíritu Santo para el CSIC.

Maqueta de la Colina de los Chopos en 1936 (R. Guldris y D. Pérez, 1981, CSIC) (detalle)

Ya habían edificado el Instituto-Escuela en 1931 cuando en 1933, aunque no se conozca este hecho lo suficiente, colaboraron con Secundino Zuazo en la construcción de los Nuevos Ministerios. Domínguez trabajaba por la mañana en el estudio de Zuazo y Arniches en la Junta de Ampliación de Estudios. Por las tardes, ambos trabajaban en su despacho en el Hotel Palace y ambos colaboraron con Zuazo en esta gran obra, y otras, por ejemplo el Café Zahara y el Bar Miami.

Bar Miami. S.Zuazo, C.Arniches y M.Domínguez. Madrid, 1930

Como remate a su trabajo conjunto, encontramos la obra cumbre, culminación de sus ideas, y última en colaboración, el Hipódromo de la Zarzuela, ambos arquitectos nuevamente con el ingeniero Eduardo Torroja.

Hipódromo de la Zarzuela. Arniches, Domínguez y Torroja. CSIC Informes de la Construcción, vol. 14, 137, 1962.

Después llegó la guerra, la depuración y los exilios.

El exilio interior de Carlos Arniches. Tras cinco duros años en que no pudo ejercer, en el Madrid de los años 40 obtuvo algún trabajo como arquitecto independiente, por ejemplo el Café de la Elipa, la reforma del Café Gijón y la construcción de la Farmacia en la calle de Goya, desaparecida.

Después consiguió trabajos para el Instituto Nacional de Colonización. Se exponen aquí sus interesantes Poblados de colonización realizados en los años 50 en Córdoba y Badajoz.

En el caso de Domínguez la prohibición de ejercer fue declarada a perpetuidad por lo que se vio obligado a abandonar España.

Así, finalmente conocemos la gran obra de Martín Domínguez en el exilio. Primero en Cuba, los edificios y viviendas sociales (1945-1959). Además allí el arquitecto continuó el trabajo que había desarrollado con Arniches en el Diario El Sol, escribiendo artículos divulgativos en el cubano Diario de la Marina.

Y luego en Estados Unidos. Como nos cuenta su hijo, el comisario y también arquitecto Martín Domínguez Ruz, uno de los objetivos de la muestra es rescatar la historia. A veces, el tiempo y el desconocimiento van sembrando dudas. Cuando uno se va los vientos del olvido y las narrativas interesadas borran las huellas del pasado.

Seguro que esta exposición y el magnífico Catálogo ayudarán a evitarlo y dar a conocer la verdad sobre el gran trabajo de estos dos arquitectos cuyo primer objetivo era el servicio a la sociedad, la arquitectura como escenario de la vida.

Cerremos el artículo volviendo a su última obra conjunta, el Hipódromo. Al término de la guerra a Arniches no se le permitió finalizar lo que había proyectado con Domínguez y Torroja. Y las tribunas de esta singular construcción fueron atribuidas al ingeniero en exclusiva cuando en realidad fueron obra de los tres.

Por: Mercedes Gómez

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Bibliografía

VVAA. Catálogo Arniches y Domínguez. RABASCO, Pablo y DOMÍNGUEZ RUZ, Martín (eds.). Museo ICO y Ed. Akal, Madrid 2017.

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Museo ICO
Calle Zorrilla, 3
Arniches y Domínguez. La arquitectura y la vida.

Del 4 de octubre al 21 de enero de 2018
Horario: de martes a sábado, de 11 a 20 h.; domingo y festivos, de 10 a 14 h.
Entrada gratuita.

 

 

La Junta de Ampliación de Estudios en 1910 creó la Residencia de Estudiantes, inspirada en las ideas de la Institución Libre de Enseñanza –que, como hemos comentado en otros artículos, había sido impulsada por Francisco Giner de los Ríos–.

Después se fundó el grupo femenino, la Residencia de Señoritas, que abrió sus puertas en octubre de 1915 bajo la dirección de María de Maeztu.

Sus antecedentes se encuentran en la Asociación para la Enseñanza de la Mujer fundada por Fernando de Castro, pero se puede considerar que la Residencia de Señoritas fue el primer centro español creado con el objetivo principal de fomentar la educación superior femenina, con el deseo de dar paso a la igualdad y a la emancipación de la mujer.

 

Calle Fortuny

La Residencia de Señoritas fue inaugurada en un pequeño hotel con capacidad para treinta estudiantes en la calle Fortuny nº 14 (luego nº 30) cuando el grupo masculino que lo ocupaba se trasladó a su nueva sede en la Colina de los Chopos.

Calle Fortuny 14 (luego nº 30) (Foto: Residencia de Estudiantes, residencia.csic.es)

Quince años después de su fundación, en 1930, la Residencia de Señoritas estaba instalada en diez hoteles con jardín en la calle Fortuny números 30 y 53. Llegó a ocupar doce edificios con una capacidad para trescientas plazas. Los hotelitos se encontraban entre las calles de Fortuny y Rafael Calvo.

Jardines Pabellones Fortuny-Rafael Calvo (Foto Fundación Ortega y Gasset)

La Residencia de Señoritas no alcanzó tanta fama como la de Estudiantes varones pero sí todo el prestigio y riqueza cultural. En 1931 allí se alojó la investigadora Marie Curie cuando visitó Madrid para impartir dos conferencias, una de ellas en la propia Residencia. Y es solo un ejemplo. Importantes figuras de la cultura la visitaron y de sus aulas salieron profesionales con una gran formación que llegaron a tener una importancia decisiva en la renovación del papel de la mujer, su incorporación al estudio y al trabajo, y para la sociedad en general. Investigadoras, escritoras, pintoras…

Varios grupos de residentes se instalaron en un palacete en el nº 53 de la calle Fortuny.

Fortuny, 53 (1930) (Revista Crónica, BNE)

El palacete, pabellón original que se conserva en el interior de la parcela, data de 1900. También la bonita fuente de hierro coronada por una piña que aparece en la foto antigua.

Fortuny, 53 (2017)

El mirador, habitación conocida en el pasado como La Rotonda, igualmente aún se asoma al bello jardín.

La Rotonda. Nuevo Mundo (1923) (BNE)

Pabellón Fortuny (2017)

El edificio fue reformado por Carlos Arniches en 1932 –que por entonces como veremos construyó un nuevo pabellón en la esquina con la calle Miguel Ángel–.

Pabellón Fortuny 53 (2017)

 

 

Instituto Internacional de Señoritas

La Residencia desde sus comienzos contó con la ayuda del Instituto Internacional de Señoritas de España, institución norteamericana dedicada a la educación femenina que había sido fundada unos años antes y cuya sede se encontraba en la misma manzana, en la calle Miguel Ángel nº 8.

Instituto Internacional de Señoritas (h. 1910) (Foto: Residencia de Estudiantes)

 

Instituto Internacional, calle Miguel Ángel, 8 (2017)

El edificio, de estilo historicista, fue proyectado en 1904-06 por Joaquín Saldaña para la filial española de la institución fundada por Alice Gordon Gulick, el International Institute for Girls in Spain.

Instituto de Señoritas, 12 marzo 1936 (Archivo Regional de la Comunidad de Madrid, Fondo M. Santos Yubero)

En ese proyecto participaron mujeres admirables como María Goyri, investigadora y filóloga –una de las primeras mujeres que estudió Filosofía y Letras­–, casada con Ramón Menendez Pidal; y la escritora Zenobia Camprubí, casada con Juan Ramón Jiménez. Todos ellos, hombres y mujeres, comprometidos con la cultura.

En su interior destacan algunos elementos arquitectónicos y decorativos, sobre todo el vestíbulo, sus columnas de hierro fundido y la escalera.

La Residencia organizó una extraordinaria biblioteca, de catorce mil volúmenes, la mitad cedidos por el Instituto Internacional; ambas bibliotecas se habían fusionado en 1928.

Biblioteca, calle Miguel Ángel 8, h. 1930 (Archivo International Institute in Spain)

La hermosa y rica biblioteca sigue existiendo.

La institución continúa su labor como Instituto Internacional, Centro Cultural norteamericano en Madrid.

Clase del Instituto Internacional al aire libre hacia 1911 (Fototeca del IPCE)

Tanto el edificio como su jardín fueron restaurados en 1990.

 

Pabellón Arniches

Como decíamos, en 1932 La Junta construyó un nuevo pabellón para la Residencia de Señoritas en la esquina del paseo General Martínez Campos con la calle Miguel Ángel, el Pabellón Arniches, así llamado por ser obra del arquitecto Carlos Arniches.

Se trata de uno de los edificios más singulares del racionalismo madrileño.

Pabellón Calle Fortuny 53 y Pabellón Arniches (Fototeca IPCE, Mº Cultura)

El arquitecto diseñó todos los elementos, incluido el mobiliario. Básicamente el nuevo edificio se dedicó a dormitorios; los salones, comedor, el laboratorio, etc. continuaron en el palacete.

Recordemos que por esa misma época Carlos Arniches y Martín Domínguez construyeron el Instituto-Escuela y el Auditórium en la Colina de los Chopos.

El conjunto del Pabellón de Fortuny 53, su jardín y el Pabellón Arniches son hoy la sede de la Fundación Ortega y Gasset inaugurada en 1983.

Una placa en la esquina del paseo General Martínez Campos y la calle Miguel Ángel recuerda a sus antiguas inquilinas, a la Residencia de Señoritas que aquí tuvo su sede desde 1917 a 1936, dirigida por María de Maeztu que trabajó por elevar la formación de la mujer en España.

Merece la pena dar una vuelta a la manzana y evocar su historia.

Por : Mercedes Gómez

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Bibliografía:

Exposición Mujeres en vanguardia. La Residencia de Señoritas en su centenario (1915-2015).

COAM. Guía de Arquitectura. Madrid 2003.

Los terrenos situados entre el paseo de la Castellana y el final de la calle de Serrano en el siglo XIX, aún sin urbanizar, eran conocidos como el Cerro del Viento.

A partir de 1878, momento en que se inauguró el Hipódromo construido a sus pies (donde actualmente se ubican los Nuevos Ministerios), la zona pasó a ser conocida como los Altos del Hipódromo y a formar parte de los planes de urbanización del Ensanche de Madrid.

En 1887 fue inaugurado el nuevo Palacio de las Artes y la Industria, construido para la celebración de la Exposición Nacional de Bellas Artes, que hoy alberga el Museo de Ciencias Naturales y la Escuela de Ingenieros.

Plano de F. Cañada, h. 1900

Plano de F. Cañada, h. 1900

En 1911 el Ministerio de Instrucción Pública donó estos terrenos a la Junta de Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas que hacía solo cuatro años había sido creada con el fin de promover la investigación científica, heredera de Francisco Giner de los Ríos y Manuel Bartolomé Cossío, impulsores de la Institución Libre de Enseñanza. El objetivo de la Junta, presidida en un primer momento por Santiago Ramón y Cajal, era desarrollar los ideales de la ILE. Allí en los llamados Altos del Hipódromo se levantaron una serie de edificaciones rodeadas de jardines diseñados por Javier de Winthuysen.

Juan Ramón Jiménez dió un nuevo nombre a los Altos, Colina de los Chopos, debido a los más de tres mil árboles de esta especie que al parecer él mismo ayudó a plantar, título que utilizó también para uno de sus poéticos textos.

Este Cerro del Viento, cuando eran solo aquí viento y cerro, esta hoy Colina de los Chopos (que paran el viento con su nutrido oasis y nos lo entretienen humanamente ya)…

colina-y-canalillo

La Residencia de Estudiantes se comenzó a construir a espaldas del Palacio de las Artes en 1913 según proyecto de Antonio Flórez, autor como sabemos de varios centros escolares en Madrid, igualmente inspirados en la ILE. Suyos son los pabellones gemelos y el llamado transatlántico. En 1916 se construyó el pabellón central, proyectado por Francisco Javier de Luque.

El recinto, que se encontraba muy deteriorado, fue restaurado a finales de los años 90 del pasado siglo. En la actualidad conserva todo su encanto y actividad cultural y da gusto visitarlo.

residencia-estudiantes2

Los dos pabellones gemelos continúan albergando habitaciones para los residentes, separados por el antiguo Jardín de las Adelfas, creado también por el poeta Juan Ramón Jiménez. En uno de ellos se ha instalado una recreación de lo que pudo ser una habitación como las que ocuparon Lorca, Dalí o cualquier otro estudiante que se puede contemplar a través de un cristal.

residencia-habitacion

En aquellos comienzos se crearon varias instituciones siempre dentro del ámbito de la investigación científica que perseguía la Junta.

Entre 1913 y 1927 se fundó el Instituto Nacional de Física y Química. El edificio fue costeado por la Fundación Rockefeller; ganaron el concurso los arquitectos Manuel Sánchez Arcas y Luis Lacasa Navarro. Es el actual Instituto de Física y Química Roca Solano.

En la zona norte de la colina entre 1931 y 1933 Carlos Arniches y Martín Domínguez construyeron el Instituto-Escuela y el Auditórium, con biblioteca, salas de conferencias, etc.

Después de la guerra, a partir de 1940 como sabemos las orientaciones pedagógicas cambiaron, también las arquitectónicas. Se construyeron nuevos edificios que se ordenaron alrededor de una gran plaza junto a los que ya existían a modo de campus. La Colina de los Chopos pasó a estar ocupada por lo que hoy es el recinto del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) que fue el organismo heredero que se hizo cargo desde entonces.

El edificio central del CSIC en 1942 fue encargado a Ricardo Fernández Vallespín; fue proyectado por Miguel Fisac. En esta obra el gran arquitecto, en su primera etapa profesional, aún utilizó elementos clasicistas. Hoy es el lado oeste del conjunto.

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Ese mismo año el en esos momentos denominado Ministerio de Educación Nacional decidió construir una Capilla para atender las necesidades espirituales, tanto de los investigadores como de los alumnos del cercano instituto de Enseñanza Media.

Se hizo sobre el Auditórium existente, y se encargó el proyecto al propio Fisac. Junto al auditórium recordemos se encontraba el Instituto-Escuela que se convirtió en el Instituto de Enseñanza Media Ramiro de Maeztu.

Las dependencias del Servicio Central del Rectorado del CSIC, proyectado asimismo por Miguel Fisac en 1944 para Instituto de Edafología y Fisiología Vegetal, son hoy la fachada principal del conjunto, en su lado este, a la altura del nº 115 de la calle Serrano.

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Como nos cuenta la placa del Colegio de Arquitectos en la fachada, son dos pabellones de ladrillo independientes que delimitan un patio interior abierto al que se accede mediante una escalinata con cuatro pilares graníticos simulando un propileo monumental.

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El 15 de enero de 2007 con motivo de la celebración del Centenario de la creación de la Junta para la Ampliación de Estudios fueron inauguradas las dos esculturas con las figuras de Santiago Ramón y Cajal y Severo Ochoa, obra del artista Víctor Ochoa, situadas tras la puerta de entrada al recinto.

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En el lado sur se halla el edificio que alberga el Archivo Histórico Nacional, obra de Manuel Martínez Chumillas (1944), arquitecto racionalista que perteneció al GATEPAC y sin embargo al parecer se vio obligado a levantar un edificio historicista.

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Enfrente, en el lado norte, el Instituto de Óptica Daza de Valdés, actual Centro de Física Miguel A. Catalán integrado por varios institutos (Estructura de la materia, Óptica y Física Fundamental). Proyecto de Fisac, fue construido hacia 1950.

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Nueve años después se levantó el antiguo Centro de Investigaciones Geológicas, actual Centro de Ciencias Medioambientales del CSIC. Nuevamente obra de Fisac, tiene algunas de las características que desarrolló el arquitecto con el tiempo, novedosa en cuanto al uso del hormigón armado. La obra de diez plantas contrasta enormemente con los sencillos pabellones de la Residencia construidos en los comienzos del siglo y de la actividad de la Junta.

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Recorrer la antigua Colina de los Chopos es muy agradable y bonito, en cierto modo es un paseo por nuestra historia. Llegar hasta la Residencia de Estudiantes, al final de la calle del Pinar, admirar sus jardines y contemplar a lo lejos, más allá de la cúpula del Museo de Ciencias Naturales, los rascacielos del nuevo Madrid, impensables entonces.

Después conocer los edificios del CSIC en la calle de Serrano, desde el nº 113 al 127, con el Instituto Ramiro de Maeztu situado en el punto más alto del antiguo cerro junto a la Capilla construida en 1942 antes mencionada, la Capilla del Espíritu Santo a cuyas puertas hoy nos detenemos.

iglesia-espiritu-santo

La visitaremos en el próximo artículo.

Por : Mercedes Gómez

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Bibliografía:

COAM. Guía de Arquitectura de Madrid. 2003.
FERNÁNDEZ, Rocío. Guía del Madrid de Juan Ramón Jiménez. Comunidad de Madrid, 2007.
Residencia de Estudiantes

 

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