You are currently browsing the tag archive for the ‘Exposiciones’ tag.
Conocimos la pintura de Consuelo Hernández hace un tiempo gracias a su participación en una muestra colectiva, Madrid es Madrid, en la galería Jorge Alcolea. Ahora tenemos ocasión de acercarnos a su arte y al trabajo realizado a lo largo de los últimos años. Se ha inaugurado en la Sala de la Casa de Vacas del Retiro la exposición Consuelo Hernández. El mundo que habito.
Leemos en el folleto que diversos críticos de arte han enmarcado su obra dentro del denominado “realismo madrileño”, “realismo mágico y “nuevo realismo”. Lo cierto es que la artista ofrece una pintura realista muy personal, un mundo propio, como sugiere el título de la muestra.
Las sesenta obras expuestas están divididas en varios apartados, según la temática.
El primero, “Interiores y retratos” muestra su lado más íntimo, con imágenes de su entorno personal y familiar.
El principal, en la sala central, es el apartado dedicado a “Ciudades”. Varios cuadros representan la ciudad de Tánger donde Consuelo Hernández vivió varios años. Y, no podía ser de otra manera, en esta sección Madrid juega un papel importante, con algunas pinturas que ya pudimos ver anteriormente, como la Estación de Lago, Príncipe Pío, las dedicadas al Café Gijón…
Y otras más recientes, muy sugerentes.
En “Ellas” Consuelo representa figuras femeninas, mujeres de su entorno o personajes a los que admira.
Y al final, el “Paisaje”. En todos los temas llama la atención el especial clima que la artista consigue crear en su pintura, siempre con la ayuda del color.
La exposición se puede visitar hasta el próximo 30 de agosto:
Parque del Retiro
Casa de Vacas
De lunes a domingo, de 10.00 a 21,30 h.
Entrada libre hasta completar aforo.
Por Mercedes Gómez
Se ha inaugurado en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando la exposición La España de Laurent (1856-1886), un paseo fotográfico por la historia, organizada por el Instituto del Patrimonio Cultural de España (IPCE) del Ministerio de Cultura.
Jean o Juan Laurent, como él casi siempre firmaba, fue un pionero en Europa en el arte de la fotografía; su obra constituye un documento inestimable. Como recuerda el título de la magnífica, esperada muestra, su contemplación supone un paseo por la historia de España. Más de doscientas imágenes y objetos diversos ofrecen un completo panorama de la España de la segunda mitad del siglo XIX; los fondos proceden sobre todo de la Fototeca del Patrimonio Histórico, así como de la Biblioteca Nacional de España, Patrimonio Nacional, Museo del Prado, Museo de Historia de Madrid, colecciones particulares, etc.
Recordemos que Jean Laurent y Minier nació en Garchizy, región de Borgoña, Francia, el 23 de julio de 1816. Llegó a Madrid en 1844, joven, con la intención de hacer fortuna, como tantos otros. Tenía 27 años. Después de otros trabajos y actividades –comenzó como jaspeador de papel– en 1856 abrió su estudio fotográfico en la Carrera de San Jerónimo. Pronto consiguió un gran prestigio y fama como retratista. Además tuvo una gran visión comercial y empresarial; desarrolló una gran obra que hoy es un valioso legado.
En 1857 se casó con Amalia Daillencq. Ella era viuda con una hija fruto de su anterior matrimonio, Catalina Melina Dosch que por entonces tenía unos 15 años de edad. Catalina vivió con su madre y su padrastro hasta que tres años después se casó con el fotógrafo también francés Alfonso Roswag.

Laurent, probable autorretrato. Tarjeta de visita, h.1861. / J. Laurent, Carlos Bermudo, ayudante de Laurent. (Juan Naranjo, Galería de arte)
Amalia murió en 1869. Catalina y su marido, que de vez en cuando volvieron al domicilio de sus padres, se trasladaron definitivamente a vivir con Laurent, formando en 1873 la compañía “Laurent & Cía.”.
En Madrid Jean Laurent tuvo varios estudios y domicilios privados. Desde la calle del Olivo, hoy de Mesonero Romanos, en sus comienzos, hasta su famoso estudio de la Carrera de San Jerónimo.
Entre 1861 y 1868 utilizó como reclamo comercial que era Fotógrafo de SM la Reina.
En 1881, tenía 65 años y estaba enfermo, Laurent cedió el negocio a su hijastra Catalina y a su yerno Alfonso Roswag a cambio de una pensión, aunque por supuesto continuó ligado a él. Por entonces nació la idea de crear un estudio que a la vez sirviera de vivienda a la familia. El nuevo edificio sería proyectado por su amigo Ricardo Velázquez Bosco. La familia se trasladó a la calle Granada en 1886.
En esta casa murió Jean Laurent el 24 de noviembre de ese mismo año. Tenía 70 años.

Fotógrafo desconocido. Laurent y Cia. Edificio en construcción en la calle Granada de Madrid. Papel a la albúmina (Instituto Valencia de don Juan)
La exposición ofrece un emocionante recorrido por la vida y obra de Laurent. Tras un gran trabajo de investigación, se ha recreado el carruaje-laboratorio que utilizaban Laurent y Roswag.
En él preparaban y revelaban los negativos; todo el pesado equipo lo transportaban en tren hasta los diferentes destinos a fotografiar.
A lo largo de las salas conocemos a Juan Laurent, el fotógrafo, y el retrato de una época.
Son muchos los documentos que nos legó, reflejando la España artística. Laurent fotografió las obras del Museo del Prado, las colecciones reales, las pinturas negras de Francisco de Goya cuando aún se encontraban en su lugar original, en los muros de la Quinta de Goya, etc. La fotografía se convirtió en un instrumento decisivo para la documentación de la historia del arte.
Por supuesto la España monumental.

Madrid, entre calle Alcalá y Peligros. Arco triunfal levantado con motivo de la entrada de Alfonso XII, 1876. Papel a la albúmina (Museo Real Academia BBAA San Fernando)
Y la España pintoresca. Laurent no solo retrató políticos y nobles, fotografió personajes de todo tipo.
A través de la obra del fotógrafo conocemos los museos, las infraestructuras, obras públicas, ciudades… en definitiva la evolución del país. Podemos ver documentos, facturas de su puño y letra, etc. Además, dos videos completan la extraordinaria muestra.
Prorrogada : Hasta el día 31 de marzo de 2019, en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, calle de Alcalá, 13.
También podremos disfrutar de Visitas guiadas previa inscripción.
Y, durante los próximos meses de enero y febrero 2019, un Ciclo de conferencias.
Sin olvidar el espléndido, completísimo Catálogo editado para la ocasión, La España de Laurent (1856-1886), un paseo fotográfico por la historia, Ministerio de Cultura y Deporte, Madrid, 2018.
Por: Mercedes Gómez
Con motivo del 40 cumpleaños que acaba de celebrar la Constitución española, el Ministerio de Fomento ha organizado una magnífica exposición, Tierra, agua y aire, dedicada a las infraestructuras y medios de transporte en España desde 1978 hasta hoy.
Solo hasta el 14 de diciembre, en La Arquería de Nuevos Ministerios.
La propia Sala, de la que hace tiempo conté su historia, forma parte de la muestra.
La exposición comienza con un recuerdo a nuestra sociedad, cómo éramos hace cuarenta años. El año en que se firmó la Constitución, 1978, aún no había ordenadores, internet ni teléfonos inteligentes, los medios y las costumbres eran otros. En muchos hogares había teléfonos góndola y tocadiscos, y en las oficinas lo más moderno eran las máquinas de escribir electrónicas. Mientras, las infraestructuras comenzaban un desarrollo imparable en todo el país, que hoy continúa.
Se exponen algunas obras de la Colección de Arte Contemporáneo Enaire (antes Fundación Aena), entre ellas las tres maquetas de trabajo de Manolo Valdés para su Diálogo de Damas (La soñadora, la coqueta y la realista), de 2004, cuyas esculturas originales fueron encargadas para la inauguración de la T4 del Aeropuerto de Madrid-Barajas.
Los elementos naturales, tres de ellos, sirven de marco a los distintas áreas que abarca la exposición: Tierra para las carreteras, ferrocarriles y vivienda. Agua para Puertos del Estado y Salvamento marítimo, y Aire para las infraestructuras aeronáuticas.
En la sala dedicada al Aire, nos reciben cuatro de las letras del antiguo rótulo del Aeropuerto de Madrid-Barajas, de una Colección particular. Videos, maquetas, fotografías y obras de arte nos invitan a conocer las infraestructuras aéreas y su evolución.
En la zona dedicada al Agua hay piezas preciosas, maquetas de Faros, como el de la Torre de Hércules, etc. además de información sobre este área, tal vez la más desconocida.
La tercera y última parte, Tierra, se expone en la Sala bajo la espectacular bóveda de hormigón del antiguo túnel.
De acuerdo con la tradición de la Sala, normalmente dedicada a la ingeniería, la arquitectura y el urbanismo, aquí encontramos todo lo relacionado con estas áreas y el Patrimonio.
Entre otras cosas, vemos ejemplos de la gran Colección de Maquetas de Historia de Obras Públicas, de la que por cierto existe un interesante museo virtual.
De Madrid se exponen maquetas del Hipódromo de la Zarzuela, la T4, Madrid Río… y no podía faltar el Real Observatorio, obra de Juan de Villanueva de finales del siglo XVIII, que continúa su labor de investigación dentro del Instituto Geográfico Nacional.
Por: Mercedes Gómez
————
Ministerio de Fomento
Tierra, agua, aire. Cuarenta años de infraestructuras, transporte y vivienda al servicio de la sociedad española.
Arquería Nuevos Ministerios
Pº de la Castellana, 67
Hasta el 14 de diciembre 2018.
Martes a sábados: de 11:00 a 20:00 horas
Domingos y festivos: de 11:00 a 14:00 horas
Volvemos a la Casa de Joaquín Sorolla, el palacete donde vivió el pintor con su familia, proyectado por el arquitecto Enrique María Repullés y Vargas en 1910, en el actual nº 37 del Paseo del General Martínez Campos, hoy Museo Sorolla.
Estos días podemos visitar la exposición temporal Sorolla. Un jardín para pintar.
La muestra reúne varios alicientes: la vida del propio Sorolla, su casa hoy convertida en uno de los museos más singulares de Madrid, los jardines que él mismo proyectó junto a su arquitecto, todo ello explicado en algunos paneles, fotografías, esculturas, en sus bellas pinturas y por supuesto en la realidad que disfrutamos paseando por los rincones en los que vivió y pintó.
Sorolla realizó muchos dibujos preparatorios de su deseado jardín. Algunos de estos croquis se exponen ahora. Son sencillos, pueden parecer poco importantes tras el cristal de la vitrina o los marcos, pero hay mucha historia tras esos trazos, y son emocionantes sin duda. Muestran los sueños del propio artista.
La exposición se basa en la idea de que a Sorolla lo que más le gustaba era pintar, sobre todo al aire libre, y por eso soñaba con un jardín propio, un lugar donde pintar al sol.
El Jardín de Sorolla es hoy día un oasis inesperado entre altos edificios y el propio paseo del General Martínez Campos con sus castaños de indias, que no existían cuando la casa fue construida. Cuando Sorolla creó sus jardines con sumo cuidado no imaginó que en un futuro se encontrarían rodeados y cubiertos de sombra, así que ahora los árboles plantados por él mismo y las plantas existentes tienen un problema, la falta de la abundante luz de la que gozaban entonces. Por eso actualmente en estos jardines no hay tantas plantas de flor, que el artista plantó, pues mantenerlas resulta difícil.
El Jardín de Sorolla consta de tres espacios o jardines distintos, además de un Patio andaluz.
———-
El Primer Jardín y su bonita fuente están inspirados en jardines de los Reales Alcázares de Sevilla que Sorolla conoció y admiró. Fue plantado a finales de 1911; en esos momentos fue cuando la familia se trasladó allí a vivir.
———-
El Segundo Jardín, construido el último, está inspirado en los jardines que el artista vio en Granada, en la Alhambra. Plantado entre 1915 y 1916. El pintor realizó muchos dibujos para este proyecto.
———-
Entre el segundo y el tercero se situaron algunas esculturas, entre ellas un Fauno y un Sátiro con odre (1911), reproducciones en bronce de las obras del Museo Arqueológico de Nápoles (sg. II a. de C.), que Sorolla pintó en cuadros hoy aquí expuestos junto a las obras.
Actualmente las que se encuentran en el jardín son reproducciones a su vez.
———-
Y el Tercer Jardín, creado a la par que el primero en 1911, está dotado de una pérgola de origen italiano, y una alberca sevillana con dos figuras alegóricas, obra de Francisco Marco Díaz Pintado. Se llama la Fuente de las Confidencias. Fue plantado hacia 1912 o 1913 y rehecho hacia 1917, una vez concluido el segundo jardín.
———-
Joaquín Sorolla imaginó su Jardín, lo dibujó, plantó las flores y los árboles, fue jardinero además de pintor…
Lo cuidó hasta en los más pequeños detalles.
Es un placer recorrer la exposición, y después detenerse un rato en el jardín que Joaquín Sorolla soñó, creó, vivió y pintó.
Por : Mercedes Gómez
——-
Museo Sorolla.
Sorolla. Un jardín para pintar.
Pº Gral. Martínez Campos, 37
Hasta 20 enero 2019
Entre las diversas exposiciones y actividades que nos propone la Comunidad de Madrid esta primavera hay dos muestras fotográficas de visita obligada:
Gerardo Contreras. La mirada amable, en la Sala de exposiciones El Águila del Archivo Regional de Madrid, y Cualladó esencial. Gabriel Cualladó. Fotógrafo (1925-2003), en la Sala Canal Isabel II. Sus respectivos comisarios, Pablo Linés y Antonio Tabernero nos brindan un fascinante recorrido por la obra, y en cierto modo la vida, de ambos fotógrafos.
Su programación simultánea es una oportunidad maravillosa de contemplar dos miradas fotográficas diferentes que pertenecieron a generaciones distintas –Gerardo era 23 años mayor que Gabriel–, pero que en cierto modo se complementan. Contreras ofrece una mirada amable, optimista, y Cualladó una mirada poética, un tanto triste.
La mirada amable de Gerardo Contreras, fotógrafo de la prensa oficial de los años 40, 50 y 60 del siglo pasado. Y la visión personal, el mundo oscuro de Gabriel Cualladó, pero lleno de modernidad. Uno mostraba, el otro sugería.
———-
Gerardo Contreras nació en La Coruña en 1902. Llegó muy joven con su familia a Madrid, aquí pasó su vida y ejerció su profesión.
Fotógrafo de prensa, sus fotografías hoy día son una fuente documental extraordinaria.
Setenta y siete imágenes de la vida en el Madrid de la posguerra y del franquismo. Contreras nos muestra escenas cotidianas (las calles, los sucesos, las fiestas, los oficios, el ocio…) y a los famosos de la época.
También un Madrid en construcción.
Sus imágenes nos permiten ver el Madrid desaparecido y los cambios que ha experimentado la ciudad. Detrás de cada fotografía hay una historia, todas ellas documentos inestimables.
Gerardo Contreras murió en Madrid en 1971. Sus últimas fotos las realizó unos meses antes, en La Granja, el 18 de julio durante la recepción conmemorativa del alzamiento de Franco, acto que cubrió toda su vida.
———-
Gabriel Cualladó nació en Massanassa, Valencia, en 1925. Como Contreras y tantos otros artistas, llegó a Madrid joven, con apenas 16 años, para trabajar en la empresa de transportes de su tío Alfonso, igualmente para quedarse.
Al contrario que las imágenes de Contreras, las fotografías de Cualladó son más literarias que documentales. Trasmiten sentimientos y emociones. Cualquier escena cotidiana se transformaba en algo especial a través de su mirada llena de creatividad e intuición.
Como dice Gabino Diego en el documental «El camino» que se proyecta en la Sala Canal Isabel II, Gabriel Cualladó era el poeta de la fotografía.
Cualladó fue innovador, probando encuadres hasta entonces desconocidos, arriesgando con una estética nueva. Como dice Antonio Tabernero, Cualladó fue un artista de rupturas evidentes.
Siempre investigando, resulta revelador el título de uno de sus últimos trabajos en los años 90 para el Museo Thyssen, Puntos de vista. Gabriel Cualladó no solo buscaba una nueva forma de fotografiar sino una nueva forma de mirar. En 1994 se le concedió el Primer Premio Nacional de Fotografía.
Murió en Madrid en 2003.
———–
Las dos exposiciones hay que verlas, mirar las fotografías. Solo destacar el valiosísimo trabajo de ambos comisarios, Pablo Linés, en el caso de Gerardo Contreras. La mirada amble, y Antonio Tabernero, en Cualladó esencial, que han buscado, investigado, reunido, analizado y finalmente mostrado la obra de los dos singulares fotógrafos.
Y los magníficos catálogos editados por la Comunidad de Madrid, que además de la reproducción de las obras ofrecen interesantísimos artículos que ayudan a comprender la época, el arte de la Fotografía y a ambos artistas.
Toda la información y actividades:
Gerardo Contreras. La mirada amable.
Sala de exposiciones El Águila del Archivo Regional de la Comunidad de Madrid.
Calle Ramírez de Prado, 3.
Hasta el 15 de mayo.
Cualladó esencial. Gabriel Cualladó. Fotógrafo (1925-2003).
Sala Canal Isabel II.
Calle Santa Engracia, 125.
Hasta el 29 de abril.
————
Por: Mercedes Gómez
La Fundación de Cultura Islámica en colaboración con el Departamento de Educación Ambiental del Ayuntamiento de Madrid ha organizado la bonita e interesante exposición El Jardín andalusí. Almunias, vergeles y patios que se puede visitar en el Centro de Información y Educación Ambiental del Huerto del Retiro.
El Centro, ubicado en el antiguo taller de oficios del Buen Retiro del que ya hablamos hace tiempo aquí, alberga esta muestra que reúne temas tan sugestivos como la cultura del agua y el significado de los jardines hispano-musulmanes donde confluyen la ciencia, el paisaje, la botánica y la espiritualidad.
En el mundo andalusí los jardines no eran algo meramente estético, cumplían diferentes funciones que vamos conociendo a través de textos en los paneles, maquetas, facsímiles, video, agradables ingenios olfativos, etc.
¡Oh habitantes de al-Andalus, qué felicidad la vuestra al tener aguas, sombras, ríos y árboles! (Ibn Jafaya, sg. XI-XII)
Recorremos el Jardín huerto, donde se cultivaban plantas aromáticas, árboles frutales y productos hortícolas con técnicas aprendidas de sus antepasados del mundo musulmán oriental y de los romanos. El Jardín científico, donde se experimentaba la farmacopea, entre otras ciencias; el Jardín espiritual o místico, escenario de un lugar idílico, el Paraíso, el Edén o el Cielo. Y el Jardín poético; sin duda los jardines andalusíes inspiraron a los poetas no solo musulmanes sino posteriormente a los poetas de la nueva época cristiana. En uno de los paneles leemos la cita de un verso de Calderón que hace referencia a la maestría de los moriscos en el cultivo del campo:
Porque no solo a la tierra,
pero a los peñascos hacen
tributarios de la yerba;
que en agricultura tienen
del estudio, tal destreza,
que a preñeces de su azada
hacen fecundas las piedras.
(Calderón de la Barca)
Una maqueta representa los diferentes recursos hidráulicos, desde el nacimiento del manantial hasta llegar a la almunia o mansión en el campo.
El pozo artesiano, el azud que desvía la corriente, una noria de corriente y una de tracción animal, un acueducto.
Al final, el jardín botánico, la almunia con su patio y el aljibe que almacena el agua.
Otra maqueta nos muestra todos los elementos de un predio o finca andalusí.
Acequias, aljibes, albercas, azudes, norias…
Las acequias, conducciones de agua por canales, fueron un importante sistema de riego. La alberca era el depósito del agua que se distribuía por las acequias.
Las norias, también de origen oriental, igualmente utilizadas por los romanos, fueron utilizadas para la extracción de agua de ríos o corrientes. Las norias de tracción animal eran utilizadas para extraer agua de pozos. Algo habitual en el Madrid medieval y moderno, donde funcionaron los viajes de agua subterráneos hasta mediado el siglo XIX.
Es bonito recordar que el propio Retiro se surtía de aguas subterráneas desde su creación en el siglo XVII gracias a las norias, como la del Huerto del Francés que fue reconstruida, así como una alberca, y hoy, aprovechando la visita, la podemos ver cerca de la Fuente del Ángel Caído. También contamos su historia aquí en los comienzos del blog.
En los Viveros, junto al Huerto del Retiro se conserva parte de la noria original.
La exposición se complementa con talleres y charlas. También, después de Semana Santa, tendrá lugar un Itinerario en vivo en el parque Emir Mohamed I. Todo ello previa inscripción. Su correo-e es: info@funci.org Todos los detalles se pueden encontrar en la web: El Jardín andalusí
Huerto del Retiro (entrada por la Puerta del Ángel Caído).
De martes a domingo de 10,00 a 14,00 h. y de 17,00 a 19,30 h. (lunes cerrado)
Hasta el 30 de septiembre.
Por : Mercedes Gómez
Ramón Casas, uno de los grandes pintores de finales del siglo XIX, principios del XX, nació en Barcelona en 1866, ciudad en la que murió sesenta y seis años después. Con motivo de la conmemoración del 150 aniversario de su nacimiento, en 2016 se celebró el Año Ramón Casas.
La Obra Social la Caixa junto con el Museo Nacional de Arte de Cataluña y Museos de Sitges organizaron la exposición Ramón Casas. La modernidad anhelada, que ahora tenemos la suerte y el placer de poder disfrutar en Madrid, en CaixaForum. Sin duda una de las más atractivas y esperadas de la temporada, define al pintor como bohemio, hedonista e inconformista, y nos propone revivir la eclosión de la modernidad en Europa de la mano de su mejor cronista.
Nos recibe uno de esos nuevos inventos que entonces representaban el progreso y que él utilizó, la bicicleta.
Ciento cuarenta y cinco obras de Casas y de otros artistas contemporáneos reivindican la obra del pintor catalán, y su significado dentro del contexto de la época.
La exposición ofrece un recorrido por la obra de Ramón Casas, indudablemente una de las grandes figuras del Modernismo, en relación a los artistas coetáneos que pudieron tener alguna influencia sobre él, Toulouse-Lautrec, John Singer Sargent, Julio Romero de Torres, Joaquín Sorolla, Joaquín Torres García, Pablo Picasso… algunos de ellos amigos suyos, como Santiago Rusiñol.
En Retratándose contemplamos una pintura especial, la única firmada por ambos, en la que se retratan el uno al otro como símbolo de su amistad.
El recorrido se plantea como un juego de espejos, un camino de doble sentido que permite visualizar las influencias, analogías e intereses comunes que existieron entre Casas y otros autores contemporáneos.
El primer ámbito de la muestra nos cuenta cómo fueron los comienzos, como se llevó a cabo la construcción de una identidad artística.
Casas nació en Barcelona pero muy joven, con apenas 15 años, fue a estudiar a París, primer viaje a la ciudad que marcaría toda su vida.
París era entonces el centro del arte europeo, allí, como tantos otros artistas, conoció las diferentes tendencias y lenguajes pictóricos que serían un gran aprendizaje para él en los comienzos de su carrera. Volvió varias veces.
En 1890 realizó su tercer viaje a París, en esta ocasión permaneció dos años. Fue una época enriquecedora en la que su obra se transformó. Representaba personas anónimas de la vida bohemia parisina, vivió la pulsión bohemia.
En enero de 1897 en Barcelona abrió la famosa cervecería Els Quatre Gats, que se convirtió en un gran centro de la cultura alternativa a la imperante en aquellos momentos, con el objetivo de estimular la creatividad. Aunque no supuso ningún cambio radical al arte existente, durante seis años albergó al grupo bohemio encabezado por Casas, Romeu y Rusiñol. Ramón Casas creó la imagen publicitaria del local.
Siguiendo el modelo de los azulejos catalanes de oficios del siglo XVIII diseñó un conjunto de 25 azulejos que mostraban la nueva Cataluña del siglo XIX.
La exposición también reflexiona sobre la paradoja del artista moderno.
Es curioso comprobar cómo a Casas, tan cosmopolita, le interesaron los temas populares, destacando sus majas y toreros.
Hacia 1894 comenzó una serie en la que abordaba la crónica social, el pintor incorporó un elemento nuevo en su obra: la multitud anónima, representó la poética de la multitud.
Además de pintor fue un gran dibujante y creador de carteles.
En el último ámbito temático, las identidades ambivalentes, la exposición muestra su habilidad para el retrato, sobre todo femenino. Mujeres sofisticadas y elegantes, atrevidos desnudos, y también modelos de mujer emancipada.
En definitiva, es una exposición magnífica, con una propuesta interesante, y pinturas muy bellas. Para disfrutar en:
CaixaForum Madrid
Ramon Casas. La modernidad anhelada
Hasta el 11 de Junio de 2017
Toda la información, precios y actividades relacionadas: aquí
——-
Por : Mercedes Gómez
Hoy celebramos el Día de la Mujer por cuyo motivo se han producido movilizaciones, celebrado actos, instalado placas, entregado premios, programado ciclos de conferencias, etc., todo ello muy bienvenido. Lo cierto es que todavía hoy, en España, y por supuesto en el mundo entero, a estas alturas, las mujeres aún necesitamos un reconocimiento de la igualdad en general, y laboral en particular. También un mejor conocimiento de nuestra historia.
Por mi parte he visitado la exposición Mujer y trabajo en España 1875-2015. Es una pequeña pero intensa muestra fotográfica en la que podemos comprobar que el trabajo femenino no es algo reciente. Hacia 1900 no solo había lavanderas, también carboneras, trabajadoras en las fábricas de papel, textiles…
Es emocionante contemplar algunas de las imágenes y comprobar la dureza de algunos trabajos desempeñados por las mujeres a finales del siglo XIX, comienzos del XX.
Con la industrialización se incorporaron al trabajo fuera del hogar, no todas permanecían en casa desempeñando sus labores, las clases más bajas tuvieron que salir en busca de un salario.
Con la II República se produjo un avance intentando la concesión de nuevos derechos. La mujer se incorporó a casi todos los sectores laborales. Igual acudían a los tradicionales talleres de costura que preparaban la celebración de Elecciones o trabajaban en el Metro. Enseguida llegó la guerra que lo truncó todo.
Es sabido que después, a partir de 1939 el papel reservado y potenciado para la mujer fue el de ama de casa. A pesar de todo, la incorporación al trabajo fue creciendo. Y ocurrió otra cosa significativa: muchas mujeres, igual que los hombres, se vieron obligadas a emigrar y trabajar en otros países.
A partir de los años 70 volvieron los avances, la visión sin duda fue más abierta y favoreció el trabajo femenino.
Y llegamos al siglo XXI. Sin duda todo ha cambiado respecto a 1900, aunque aún queda mucho camino.
La exposición se puede visitar hasta el 31 de marzo en la Escuela Julián Besteiro, en la calle Azcona nº 53, de lunes a sábado de 9 a 19 h.
La visita merece la pena, la muestra sobre la mujer y el trabajo a lo largo de la historia española, organizada por la Fundación Largo Caballero con la colaboración de UGT y la Universidad de Alcalá, con fotografías de diversos archivos, es muy interesante.
El edificio que la alberga, construido según proyecto de Guillermo Diz Flórez en 1944 para albergar la Escuela de Capacitación Social Francisco Aguilar y Paz es hoy la Escuela de Formación Sindical Julián Besteiro. Tiene un precioso jardín a la entrada con hermosos árboles.
Y otro jardín interior, remanso de paz con su fuente en el centro, alrededor del cual se encuentra el claustro en el que se han situado los paneles con las fotografías.
Además en el mismo pasillo podemos ver una vitrina con objetos que pertenecieron a Julián Besteiro, que entre otras cosas fue presidente de las Cortes durante la etapa republicana, o relativos a la época.
Por todo ello os animo a visitar la Escuela Julián Besteiro, en el barrio de la Guindalera, distrito de Salamanca.
Por : Mercedes Gómez
Comentarios recientes