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Para Lázaro
Hace unos años, cada 15 de mayo día de San Isidro Labrador, patrón de Madrid, un grupo de amigos comenzamos a recorrer la Ruta del Santo. El Museo de San Isidro, la iglesia de San Andrés, el solar de la Casa de Iván de Vargas en la calle del doctor Letamendi, la Cuadra de San Isidro en la calle del Pretil de Santisteban, que únicamente abría ese día, y la Colegiata por supuesto. Después, la Ermita y la Pradera.
En el exterior de la Cuadra en la calle del Pretil de Santisteban solían repartir una hoja fotocopiada con la ruta propuesta, que aún guardo.
Nuestro paseo comenzaba en la calle del Águila nº 1 donde, según la tradición, nació Isidro hacia el año 1083 y donde pasó sus primeros años. Pero ese lugar siempre estaba cerrado… era un misterio qué habría tras esa puerta; lo intentábamos, pero nunca conseguimos información. Felizmente, desde hace pocos años, restaurada, la capilla de San Isidro en la calle del Águila cada día 4 abre sus puertas.
Visitábamos la Parroquia de San Andrés, tesoro madrileño, donde estuvo enterrado el santo, en la que su figura es protagonista. El cuerpo de Isidro estuvo también en la Capilla del Obispo, pero volvió a San Andrés, hasta que fue trasladado a la Colegiata en la calle Toledo, donde continúa, como veremos.
Otro relieve escultórico que representa el milagro de la fuente es una copia del cuadro hoy desaparecido que pintó Carreño de Miranda para la capilla del Santo en esta misma iglesia de San Andrés. Se encuentra en la Fuente de San Isidro, en la Ermita del Santo junto al Cementerio de San Isidro.
Parada obligada era y es la Casa-Museo del santo, el Museo de San Isidro. A pesar de que no existe certeza documental, tradicionalmente se cree que en el siglo XII, en este lugar estuvo enclavada la casa de los Vargas en la que vivió y murió San Isidro. El palacio fue construido en la primera mitad del siglo XVI por los Señores de Luján, antes de que el rey Felipe II trajera la Corte a Madrid en el año 1561; posteriormente pasaría a manos de los Condes de Paredes. Del edificio original únicamente se conservan el pozo, conocido como Pozo del Milagro, la Capilla dedicada al Santo y el Patio plateresco, sin duda alguna una de las joyas más valiosas que alberga el palacio, hoy museo.
También forma parte de la ruta el solar de la antigua Casa de Iván de Vargas, en la calle Doctor Letamendi, donde hoy se levanta una biblioteca.
Y por supuesto la Capilla de la Cuadra de San Isidro en la calle del Pretil de Santisteban 3, donde según la tradición se encontraba la cuadra en la que el Santo guardaba y cuidaba los bueyes con los que trabajaba en el campo y con los que se produjo el milagro de los ángeles.
A lo largo del recorrido, y en otros lugares de la ciudad, encontramos diversas esculturas de San Isidro. La más antigua probablemente sea la que está situada junto a la de su esposa Santa María de la Cabeza en el Puente de Toledo. Ambas son obra de Juan Alonso Villabrille que las proyectó en 1722 por encargo del arquitecto Pedro de Ribera para adornar el puente.
San Isidro fue enterrado en el cementerio de la iglesia de San Andrés, como vimos. Posteriormente, exhumado para su traslado al interior del templo, se halló el cuerpo incorrupto. Fue canonizado en 1622. Tras una larga historia, como sabemos, desde el siglo XVIII el patrón de Madrid reposa en la Colegiata de San Isidro, en un arca de nogal con filigrana de plata que, por primera vez desde 1985, el pasado mes de mayo 2022 se abrió. Durante unos días, el cuerpo expuesto del santo fue venerado por numerosos fieles y visitantes.
Se cree que Alfonso VIII, rey de Castilla entre 1158 y 1214, donó una primera arca sepulcral para guardar el cuerpo de san Isidro, que a finales del siglo XIII fue trasladado a una nueva, la que hoy se conserva en la Catedral, que custodió los restos del patrón hasta 1620.
Asociamos la figura de San Isidro –que nació a finales del siglo XI y vivió en el XII–, a la imagen difundida en el siglo XVII.
Imagen que en realidad no tiene nada que ver con el aspecto que pudo tener el labrador en el Madrid medieval, tal como lo representa la pintura en el arca de San Isidro en la Catedral de la Almudena.
Alejándonos un poco del centro de la Villa podemos acercarnos a Carabanchel, a visitar la hermosa ermita Santa María de la Antigua, que según se cuenta tradicionalmente fue visitada por San Isidro, y así lo recuerda una placa municipal en el exterior.
Podemos visitar la bella villa de Torrelaguna, donde se casó con María Toribia, luego Santa María de la Cabeza, la ermita de San Isidro en Alcalá de Henares, el Real Cortijo de San Isidro en Aranjuez, incluso podemos viajar a conocer la fiesta de San Isidro en un pequeño pueblo de los Andes argentinos y celebrar el Día de nuestro santo patrón muy lejos de Madrid pero con la misma alegría.
San Isidro. Esculturas, pinturas en los museos… mucho arte y mucha historia para disfrutar.
¡Felices fiestas y feliz día de San Isidro Labrador!
Por: Mercedes Gómez
San Isidro Labrador nació en Madrid hacia el año 1083 y murió en 1172. Fue enterrado en el cementerio de la iglesia de San Andrés. Posteriormente, exhumado para su traslado al interior del templo, se halló el cuerpo incorrupto. Fue canonizado en 1622. Tras una larga historia, como sabemos, desde el siglo XVIII el patrón de Madrid reposa en la Colegiata de San Isidro, en un arca de nogal con filigrana de plata que, por primera vez desde 1985, el pasado mes de mayo se abrió. Durante unos días, el cuerpo expuesto del santo fue venerado por numerosos fieles y visitantes.
Se cree que Alfonso VIII, rey de Castilla entre 1158 y 1214, donó una primera arca sepulcral para guardar el cuerpo de san Isidro, que a finales del siglo XIII fue trasladado a una nueva, la que hoy se conserva en la Catedral, que custodió los restos del patrón hasta 1620.
Este año 2022, con motivo del IV centenario de la canonización de san Isidro Labrador, en la Catedral se ha abierto al público la capilla en la que se conserva el arca; el Museo de la Catedral de la Almudena se ha encargado de su musealización.
En el centro del muro al fondo de la capilla, sobre el arca, se ha ubicado el cuadro El milagro del pozo, copia del original de Alonso Cano que se encuentra en el Museo del Prado.
Además, se han bajado de sus ménsulas habituales las esculturas de san Isidro y santa María de la Cabeza, con el fin de que podamos admirar mejor su belleza. Son dos tallas barrocas de madera policromada atribuidas a Juan Alonso de Villabrille y Ron, el mismo autor de las esculturas proyectadas en 1722 por encargo del arquitecto Pedro de Ribera para adornar el puente de Toledo.
Y la joya que por fin podemos contemplar de cerca es el arca medieval a la que nos hemos referido, que guardó los restos del santo desde finales del siglo XIII hasta 1620. En 1993, año de la consagración de la Catedral, fue aquí trasladada procedente del palacio episcopal.
Es una obra importante desde todos los puntos de vista, religioso, histórico y artístico.
Es de madera de pino cubierta de pergamino con pinturas de estilo gótico lineal, con influencias del arte mudéjar.
A pesar de su carácter funerario se considera «uno de los muebles más antiguos que existen hoy en la ciudad de Madrid». Como tal fue expuesto en 1926 en la muestra en el Antiguo Hospicio de San Fernando –hoy Museo de Historia– El Antiguo Madrid, por su madera, «preparada para la pintura de manera similar a los decorados de los códices del siglo XIV». El conde de Polentinos, que formó parte de la comisión organizadora, la fotografió.
Se representaron los milagros atribuidos al santo. En el frontal se conservan tres, el milagro de los bueyes guiados por ángeles, la multiplicación del trigo en el molino y el milagro de la olla.
Las pinturas son magníficas, entre otras cosas ejemplo de la época que representan. San Isidro y santa María de la Cabeza, que generalmente se identifican con la imagen que adquirieron en el siglo XVII, aquí aparecen vestidos a la manera medieval, san Isidro como labrador castellano.
Se cree que otros dos milagros estarían representados en la parte posterior, que no se conservan, aunque se aprecia que hubo pinturas igual que en los otros lados del arca.
Los laterales recrean otras escenas, la Anunciación a un lado y Cristo varón de dolores flanqueado por santa María Magdalena y la Virgen María al otro.
El mueble fue decorado en su totalidad, pero en muchas zonas, como la tapa superior, la pintura está muy deteriorada y aparece la madera.
En algunos fragmentos se aprecian aún figuras, como el oso rampante, símbolo de Madrid, en una cenefa de la parte frontal superior.
El arca de san Isidro estuvo apoyada sobre seis leones de alabastro; se conocen estampas que los representan.

Teófilo Rufflé. «Arca sepulcral de San Isidro Labrador, patrón de Madrid, que se conserva en la iglesia parroquial de San Andrés». Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.
La buena noticia es que dos de estos valiosos leones, pertenecientes a una colección particular, se exponen en la capilla de la Catedral.
Merece la pena ir a contemplar el arca, los leones y otras obras de arte en este año santo de san Isidro Labrador, y de paso animarse a visitar el Museo de la Catedral de la Almudena, imprescindible en el relato de la historia de Madrid, que, entre muchos tesoros, conserva la otra obra importantísima relacionada con nuestro patrón, el Códice de Juan Diácono, igualmente de finales del siglo XIII.
Por : Mercedes Gómez
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Bibliografía:
José Amador de los Ríos. “El arca sepulcral de San Isidro Labrador, patrono de Madrid, que se conserva en la iglesia parroquial de San Andrés”, Museo Español de Antigüedades, tomo IV, año 1875.
Francisco María Tubino. Monumentos arquitectónicos de España. Arca sepulcral de San Isidro Labrador que se conserva en la iglesia de San Andrés. Madrid, 1880.
Conferencia Las huellas de San isidro en la Catedral de la Almudena, por Cristina Tarrero. dentro del Ciclo de conferencias: IV Centenario de la Canonización de San Isidro Labrador. IEM. 2022.
El Instituto de Estudios Madrileños, fiel a la cita, el próximo día 7 de abril inaugura un nuevo Ciclo de Conferencias para conmemorar el IV Centenario de la canonización de San Isidro Labrador, patrón de Madrid.

“San Isidro Labrador y el milagro de la fuente”. Anónimo (1665-1675). Museo de San Isidro. Museo de los Orígenes.
En colaboración con el Museo de San Isidro –no podríamos disfrutarlas en un escenario mejor–, las charlas serán impartidas en su salón de conferencias, los jueves de los meses de abril, mayo y junio, a las 19.00 h., según detalla el programa:
Aquí se puede descargar el cartel completo del ciclo.
Las conferencias también serán emitidas en directo vía telemática a través del canal de YouTube del Instituto, aquí, donde quedarán archivadas para posibles visiones futuras.
Además, como es habitual, todas las conferencias serán publicadas en formato impreso y digital y formarán parte del tomo LVIII de la colección Biblioteca de Estudios Madrileños.
La primera conferencia tendrá lugar el día 7 de abril, Iglesia y mundo en los entornos de las fechas significativas de San Isidro Labrador: 1079, 1172, 1622, a cargo de Francisco González de Posada.
Museo de San Isidro
Plaza de San Andrés, 2
7 de abril, 19.00 h.
Espero que sea de vuestro interés, gracias a todos.
Mercedes Gómez
Queridos amigos:
Hoy 15 de mayo es el Día de San Isidro Labrador, Patrón de Madrid.
Este año debemos celebrarlo En Casa, así que os propongo un viaje virtual, lejos de la Villa, y contemplar un bello paisaje, visitar el sencillo templo de un pueblo histórico, y vivir una fiesta singular.
Tengo el placer de invitaros a conocer la Capilla de San Isidro en Colangüil, provincia de San Juan, Argentina, de la mano de mi querido amigo Marcos Quiroga. Su texto y sus fotos merecen la pena, espero que os guste su trabajo.
Gracias a Marcos y ¡feliz San Isidro a todos!
Mercedes
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Entre las celebraciones religiosas más populares de la Provincia de San Juan, en Argentina, se encuentra la de San Isidro Labrador, en la localidad de Colangüil, Municipio de Iglesia. Una advocación, la del santo madrileño, que se prodiga considerablemente por el territorio sanjuanino, donde hasta siete templos, entre iglesias y capillas, llevan su nombre. Sin embargo, y no siendo la de la Colangüil la única festividad en su honor, sí es la más popular.
La localidad de Colangüil es una pequeña y humilde población del noroeste sanjuanino, en las faldas de la Cordillera Frontal de los Andes, uno de cuyos cordones recibe, precisamente, el nombre de Colangüil. Es un caserío de modestas viviendas centenarias de adobe, que gracias al aprovechamiento del agua de las pequeñas vertientes y vegas de la zona, constituye un verdadero oasis en la inmensidad del paisaje cordillerano, por demás agreste en aquellas latitudes. Los pobladores del lugar, “vivientes” como se autodenominan, se dedican al cultivo de la tierra y a la cría de animales de corral, mayoritariamente ganado caprino.
El origen del pueblo se encuentra en la estancia de la familia Montaño, de 1753, que permanece todavía en propiedad de sus descendientes y en la que vivió, al regreso de su exilio en Chile, quien fuera presidente de la Primera Junta de gobierno patrio, Don Cornelio Saavedra y Rodríguez.
Junto a la estancia de los Montaño se encuentra la capilla dedicada a San Isidro Labrador.
No está documentalmente registrado el inicio de la devoción por el santo madrileño, aunque los testimonios de los pobladores lo sitúan en la década del cuarenta del pasado siglo. De esos años dataría el pequeño templo, edificado siguiendo los cánones de las viejas capillas del oeste cuyano, algunas de las cuales hunden sus raíces en el siglo XVII, cuando fueron fundadas por los jesuitas.
La iglesia de Colangüil es un templo modesto, encalado, con gruesos muros de adobe, nave única y techos de caña, en la que San Isidro comparte patronazgo con la Virgen de Andacollo, advocación de origen chileno, muy popular en esa zona de San Juan.
Según testimonio de sus pobladores, la gran puerta de algarrobo procede del templo de la Concepción, uno de los principales de la ciudad de San Juan, que sucumbió a causa del terremoto de 1944, si bien fue reedificado de nueva planta con posterioridad.
Cada mes de mayo, ya sea el propio día 15 o el fin de semana posterior, la fiesta de San Isidro trae de nuevo a Colangüil, a quienes en busca de mejores oportunidades se fueron un día a la capital u a otras poblaciones mayores de la provincia.
La colorida procesión, acompañada de una variopinta celebración popular en la que no faltan ni la música ni las comidas regionales (locro, chivo a la llama, chocolate, etc.), despiertan al pueblo de ese letargo en el que permanece todo el resto del año, sólo interrumpido, tal vez, por las voces de los niños que aún habitan en él.
Colangüil fue declarado por Ley N° 1459-F/16 “Pueblo Histórico” de la Provincia de San Juan y existe, en la actualidad, un Proyecto de Ley en el Congreso de la Nación, para declarar Monumento Histórico Nacional al antiguo casco de estancia de la familia Montaño, junto al que se encuentra la capilla de San Isidro Labrador, cuyos antecedentes remotos se encuentran en la que fuera capilla de aquella estancia, en la que vivió el presidente de la Primera Junta de gobierno argentino y cuyos viejos muros perduran aún, resistiéndose a desaparecer.
Por: Marcos Quiroga
@marcos_qz
Nota: Damos las gracias también a Lucas Poblete por compartir con nosotros sus fotos de la fiesta de San Isidro que tiene lugar cada 15 de mayo en Colangüil, San Juan, Argentina.
La historia de la Parroquia de San Andrés de Madrid es muy antigua, su origen se remonta a la Edad Media. En el siglo XVI se adosó la Capilla del Obispo y en el XVII la Capilla de San Isidro.
Un primer proyecto de la Capilla dedicada al Santo tras su canonización en 1622 fue encargado a Juan Gómez de Mora, que no se realizó. El Archivo municipal conserva el Pliego de condiciones para construir la Capilla de San Isidro en la Iglesia de San Andrés de 1629, rubricado en 1630. En 1642 se convocó un concurso que ganó Pedro de la Torre. Este proyecto inicial fue modificado por José de Villarreal que llevó a cabo las obras de 1657 a 1669, las cuales fueron largas y estuvieron llenas de dificultades.
Por fin, el 15 de mayo de dicho año 1669 fue colocado el cuerpo de San Isidro en su nueva sepultura. Estuvo también en la Capilla del Obispo, pero volvió a San Andrés hasta que fue trasladado a la iglesia del Colegio Imperial, hoy Colegiata de San Isidro en la calle Toledo, donde continúa.
La Capilla tenía cuatro puertas, dos a cada lado, una más sencilla y otra monumental; y la iglesia tenía su propia portada haciendo esquina con la fachada este de la capilla. Sobre ella se encontraba la estatua de San Andrés, titular de la parroquia.
La estatua, de la que hablaremos más adelante, la conocemos gracias a las fotografías antiguas, como la que vemos más arriba. Y ha inspirado hermosos dibujos, como este de Vicente Benítez.
En cuanto a la Capilla, sobre la puerta oeste, en la Costanilla de San Andrés, se situó la imagen de la Virgen y el Niño, y sobre la puerta este, la imagen de San Isidro.
Las tres esculturas tradicionalmente se han atribuido al escultor Manuel Pereira (1588-1683).
Como escribió Enrique Serrano Fatigati, Pereira había nacido en Portugal, pero de tal modo llenó de santos de piedra las portadas de las iglesias y de imágenes de madera los altares de Madrid, que bien puede considerársele como un escultor de esta región artística.
Antonio Palomino, que había nacido en 1655 conoció a los artistas barrocos madrileños, ciudad a la que llegó en 1678, con apenas 23 años. Pereira entonces ya era un hombre muy mayor, pero –y aunque en sus últimos años trabajó poco debido a su problemas de visión y su edad– sin duda Palomino pudo conocerlo. En su Parnaso español pintoresco laureado, publicado en Madrid en 1724, en el capítulo sobre Manuel Pereyra, insigne escultor, enumerando las muchas estatuas que tiene en esta Corte, Palomino menciona el San Isidro de piedra que está sobre la puerta de su Capilla, y el San Andrés que está en la parroquia de dicho santo. Y una imagen de Nuestra Señora, en la otra puerta de dicha Capilla.
A partir de aquí fueron muchos los autores que recogieron la información. Ponz en 1776 menciona la estatua de San Andrés, obra de Manuel Pereyra, que estaba sobre la puerta de la Parroquia. En 1800 Ceán Bermúdez recoge ambas, la del santo apóstol encima de la puerta de la iglesia; y otra de la Virgen sobre una de las puertas de la capilla de San Isidro.
En la actualidad, según Rubén Sánchez Guzmán, en su investigación sobre Manuel Pereira citada aquí al final en la bibliografía, la autoría de Pereira no ofrecería ninguna duda en las dos esculturas realizadas para la Capilla, la de la Virgen y la de San Isidro. El autor cita un documento por el cual el 8 de mayo de 1666 don Antonio de Contreras otorgó libranza de 2.000 reales a favor del escultor a cuenta de las siete estatuas del retablo y otras dos de piedra que estaba haciendo para la capilla, a “quenta de lo que montaren nueve estatuas las siete de madera y las dos de piedra que ha de hacer para la dha capilla”.
En 1936 –excepto la Capilla del Obispo, felizmente– el conjunto quedó prácticamente destruido por un incendio, solo se salvó la estructura exterior. Una foto de Vicente Moreno muestra el estado de la portada de la capilla de San Isidro y de la iglesia de San Andrés después del incendio sufrido por ambos edificios el día 19 de julio de 1936.

Portada de la capilla de San Isidro (a la izq.) y de la iglesia de San Andrés (dcha.). Foto V.Moreno 7 agosto 1937 (IPCE)
Después de la guerra, la Capilla fue reconstruida, la iglesia derribada y el conjunto transformado completamente. En el solar de la iglesia se construyó la casa parroquial.
Al desaparecer la antigua iglesia de San Andrés desapareció la portada en cuya hornacina se encontraba la estatua de San Andrés. La escultura fue colocada en una de las portadas principales de la Capilla, donde antes estuvo San Isidro.
Las cuatro puertas se conservan. Situadas a ambos lados, las dos más pequeñas, adinteladas, dan acceso a la antecapilla. Están rematadas por unas sirenas que sujetan unos cesto y unos jarrones con frutas.
La que da al jardín es la entrada que se utiliza actualmente para entrar en la iglesia, y necesita ser restaurada, como lo ha sido la situada en la Costanilla.
Las dos portadas monumentales son las otras dos, la de la Costanilla de San Andrés y la que corresponde a terrenos del antiguo cementerio, hoy zona ajardinada a la que se accede por una verja, desde donde se accede al templo.
Son dos puertas formadas por un vano de forma pentagonal, en cuyo lado superior hay un relieve escultórico, flanqueado por dos columnas a cada lado que sustentan una cornisa volada. Sobre la cornisa una hornacina aloja sendas estatuas.
Los dos relieves representan escenas de los Milagros de San Isidro. El Milagro de la Fuente en la portada oeste y el Milagro del Pozo en la portada este.
En cuanto a las estatuas, se conserva en su lugar, en la Costanilla de San Andrés, la Virgen y el Niño, una de las obras realizadas por Pereira hacia 1666, según el documento mencionado.
En la puerta este, en el Jardín, la escultura de San Andrés. Esta última es la que se encontraba en la puerta de la iglesia, como vimos. Sustituyó a la figura de San Isidro, desaparecida, también datada hacia 1666.
La imagen de San Andrés con el tiempo sufrió un gran deterioro, perdió la cabeza, la mano izquierda y el brazo derecho. Durante un tiempo estuvo en el Jardín. Fue restaurada en 2004 y, reintegradas las partes que le faltaban, volvió a la hornacina de la Capilla, donde hoy se encuentra.
Por: Mercedes Gómez
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Bibliografía
SÁNCHEZ GUZMÁN, Rubén. El escultor Manuel Pereira (1588-1683). Cuadernos de arte e iconografía, nº 33, Madrid, 2008.
GARCÍA GUTIÉRREZ, P.F – MARTÍNEZ CARBAJO, A.F. Iglesias de Madrid. La Librería, Madrid, 2006.
COAM. Arquitectura de Madrid. 2003.
Tradicionalmente, hace unos años, cada 15 de mayo día de San Isidro, patrón de Madrid, comenzamos a recorrer la Ruta del Santo. El Museo de San Isidro, la iglesia de San Andrés, el solar de la Casa de Iván de Vargas en la calle del doctor Letamendi, la Cuadra de San Isidro en la calle del Pretil de Santisteban, que únicamente abre ese día, y la Colegiata por supuesto. Después, la Ermita y la Pradera.
Nuestro paseo comenzaba en la calle del Águila nº 1 donde, según la tradición, nació Isidro y pasó sus primeros años. Pero ese lugar siempre estaba cerrado… era un misterio qué habría tras esa puerta; lo intentábamos, pero nunca conseguimos información.
Lo cierto es que la capilla ha estado cerrada durante más de treinta años. Felizmente, desde hace unos meses, cuidadosamente restaurada, cada día 4 abre sus puertas.
Se desconoce la fecha exacta en que nació San Isidro, pero se cree que pudo ser el 4 de abril del año 1082. Ese es el motivo por el que se ha elegido ese día para la apertura mensual de la capilla.
El edificio actual es de 1896 y la propia capilla ha sido reformada en varias ocasiones, la última el pasado año 2018, pero, según nos cuenta en su web la propia Real y Pontificia Archicofradía de San Pedro, San Andrés y San Isidro, en 1673 ya era propietaria del edificio que se encontraba en este mismo lugar, donde tenía su sede. Entonces ya existía un Oratorio dedicado al santo.
Se conserva una fotografía, al parecer la única, que muestra cómo era la capilla antes de la guerra, que, como en tantos otros lugares, ocasionó la triste pérdida de numerosos elementos. Entonces, en el desaparecido retablo del altar mayor, que se adivina en la foto, se encontraba una imagen del Santo.
Imagen que sí se salvó. Se trata de una valiosa talla de madera policromada, del siglo XVIII, de la que se desconoce su autor. Recientemente ha sido restaurada por la Archicofradía y su limpieza ha permitido recuperar los colores originales perdidos.
Actualmente un cuadro preside el altar, el Cristo crucificado, de Rafael Tegeo (1798-1856).
La pintura está firmada por el artista con fecha 1854, solo dos años antes de su muerte en Madrid.
El pintor está de actualidad gracias a la magnífica y merecida exposición que le dedica el Museo del Romanticismo, “Rafael Tegeo (1798-1856)” , que se puede visitar hasta el próximo domingo 17 de marzo.
Dos tapices adornan las paredes laterales de la pequeña capilla.
Son obra de la Real Fábrica de Tapices.
El día del cumpleaños de San Isidro, el próximo 4 de abril, a las 6 de la tarde, tendrá lugar un acto de presentación de los niños al Santo.
Toda la información y confirmación de fecha y hora de apertura se podrá consultar en la web de la Sacramental de San Isidro.
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Actualización 24 marzo 19:
El próximo día 4 de abril la capilla permanecerá abierta, al igual que todos los días 4 de cada mes desde las 10:00 h. hasta las 14:00 h.
Además a las 17:00 h. se abrirá de nuevo el oratorio para continuar con la tradición iniciada en 2018 de presentación de los niños al Santo Patrón.
Por: Mercedes Gómez
Mañana es 15 de mayo, día de San Isidro Labrador, patrón de Madrid. El año pasado conocimos la preciosa ermita de San Isidro de Alcalá de Henares, este año para celebrarlo viajamos a un pueblecito singular, el Real Cortijo de San Isidro. Lo he podido conocer gracias a una de las visitas a las fábricas históricas que hemos disfrutado el mes pasado, como os conté a propósito de la Real Fábrica de Tapices, y resultó ser un lugar lleno de sorpresas.
El Real Cortijo de San Isidro cuyo origen se remonta al siglo XVIII es una pedanía de Aranjuez. Se fundó el 24 de diciembre de 1766 por Real Decreto de Carlos III.
El rey demostró su interés por la actividad agropecuaria, implantando un nuevo modelo de producción, a la vez que, instalado en el Palacio Real de Aranjuez, creaba otra posibilidad de estancia cómoda para los momentos en que él mismo visitara los campos. Un gobernador y su personal de guardia custodiaban la propiedad en aquellos momentos rodeada por una tapia. Era una pequeña ciudad, junto a Palacio, al servicio del rey.
Entre 1783 y 1795, bajo los reinados de Carlos III y Carlos IV, el Cortijo entre otras cosas sirvió vino y aceite a la Casa Real.
En 1795 la Corona lo cedió a Manuel Godoy, valido de Carlos IV, a cambio de las Huertas de la Moncloa. Godoy intentó rentabilizarlo, montó una destilería, pero no resultó, así que se deshizo de ello, cambiándolo nuevamente. La Casa Real lo recuperó, luego lo arrendó a diferentes personas y sociedades. En 1868 la propiedad pasó a manos del General de Prim que intentó llevar el ferrocarril hasta el Cortijo. Otros propietarios se sucedieron… hasta llegar al siglo XX en que durante la guerra se convirtió en centro de operaciones de la Junta Militar Republicana.
Después, el Instituto Nacional de Colonización, dependiente del Ministerio de Agricultura, que había sido creado en 1939, compró los terrenos creando un nuevo “asentamiento agropecuario”. En 1957 el pueblo se convirtió en Entidad Local Menor, ámbito territorial inferior al municipio pero con su propio ayuntamiento. Actualmente, nos comentan, pueden llegar a vivir aquí unos 1.000 vecinos, aunque según el Instituto Nacional de Estadística, hay censados menos de 600 personas.
El INC fue creado después de la guerra “para efectuar la reforma económica y social de la tierra”, sustituyendo a la reforma agraria que había intentado la 2ª República en 1932. Luego cambió su nombre por el de Instituto de Reforma y Desarrollo Agrario (IRYDA).
Los nuevos colonos pagaban un canon por la cesión, a cambio obtenían los beneficios de las cosechas. Se construyeron viviendas para los colonos, escuelas y viviendas para maestros, conservando el estilo de las antiguas construcciones del siglo XVIII que perviven, la Casa Grande, la Bodega, el Lagar y la Ermita o Capilla de San Isidro.
La Casa Grande se construyó para albergue del monarca, su Corte y los responsables de la finca. Hace unos años se proyectó su rehabilitación y se destinó a la creación de un prometedor Centro de Estudios del Paisaje. Comenzó la intervención, pero los trabajos están paralizados desde 2009.
La Ermita de San Isidro fue construida en estilo neoclásico por el arquitecto francés Jacques o Jaime Marquet que trabajó para Carlos III en distintos proyectos, algunos de ellos en Aranjuez. El más famoso fue la construcción de la Real Casa de Correos en la Puerta del Sol de Madrid.
En el interior, los frescos del pintor Ramón Stolz Viciano son obra de 1949. Son tres pinturas murales de 4,20 x 5,00 metros relativas a la vida de San Isidro y sus milagros.
La decoración de la capilla formó parte del plan del programa de rehabilitación del poblado por el mencionado Instituto de Colonización.
El fresco frontal, en el altar, representa a San Isidro con un ramo de espigas de trigo en la mano, rodeado de tres ángeles, a los pies figuras de campesinos; no se sabe por qué no llegó a realizarse ninguno de los dos bocetos presentados por el autor al concurso convocado, entre ellos la «Aparición gloriosa al Rey Alfonso VIII en la batalla de las Navas de Tolosa del Santo Madrileño”.
En el lado izquierdo, se encuentra la pintura «Imán del cielo, su vida floreció en milagros», que representa hechos milagrosos del Santo.
Y en el derecho, el mural titulado «Puso en amar a sus hermanos escuela de caridad».
El Jardín al parecer aún guarda algunos de los árboles y viñas que trajo Carlos III desde Nápoles a modo de “granja-estudio” de plantas. En él se encuentra la entrada a la Bodega. La puerta monumental neoclásica, edificada en piedra caliza de Colmenar, fue también diseñada por Marquet.
La entrada serliana, que consiste en un arco de medio punto central y dos arcos menores laterales adintelados, está situada en el centro de un muro de piedra y ladrillo de planta curva frente al cual hay un pequeño jardín de estilo francés.
La Bodega, junto con el Lagar, fue construida en 1782 por Manuel Serrano.
Está formada por una espectacular galería subterránea abovedada en ladrillo visto, de 385 metros de longitud y 4,50 metros de anchura. En su interior durante todo el año la temperatura es de 12 º C y la humedad del 85 %.
Los ladrillos adoptan formas realmente artísticas, en forma de espiga en algunas zonas.
Sigue existiendo un pozo que surtía el agua necesaria. La gran red de acequias en Aranjuez tuvo una gran importancia pues permitían el funcionamiento del Cortijo (Canal de la Cola Alta, Canal Cola Baja, Caz Chico, Caz de la Azuda…)
Un segundo ramal, de 115 metros, se utilizaba para almacenar el aceite.
A lo largo de la galería principal, la del vino, hay dos “plazas”, la primera es la llamada Bóveda del Rey donde se alojaba una gran tinaja propiedad del monarca, y otra llamada Bóveda de la Reina. Las tinajas que guardaban el vino y el aceite también eran de piedra de Colmenar. Una serie de óculos y tragaluces sirven de respiraderos.
Durante la guerra civil la zona cercana a la entrada se convirtió en un bunker que alojó un centro de transmisiones republicano.
En el extremo contrario, el Lagar es una gran construcción que comunicaba con la bodega, de 70 metros de largo por 12 de ancho con 14 pórticos transversales; y dos filas de columnas de fábrica de ladrillo de sección cuadrada donde descansan catorce grandes bóvedas tabicadas que cubren la nave central.
Desde al año 2000 la Bodega pertenece a una empresa privada que le ha devuelto su función original, la “elaboración y crianza de vinos”. Además se celebran eventos, degustación y visitas guiadas. Detalles, horarios y precio, en su web.
Y por supuesto en el Real Cortijo se celebran las Fiestas Patronales de San Isidro, hasta el domingo 17.
Sin olvidar lo que nos ofrece nuestra Villa de Madrid en las Fiestas de San Isidro 2015, merece la pena acercarse a este precioso e interesante pueblo.
Por : Mercedes Gómez
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Bibliografía:
Quindós, J.A. Descripción histórica del Real Bosque y Casa de Aranjuez. Madrid 1804.
Instituto Nacional de Colonización.
Enjuto, Esther. El pintor Stolz Viciano. Universidad de Valencia, 2003.
Segovia, Alfonso. “Real Cortijo de San Isidro, en Aranjuez. Del soberano del pueblo al pueblo soberano”, en XXXIII Reunión para la defensa del Patrimonio cultural y su entorno. Hispania Nostra, Granada, junio 2014.
Hace unos días, visitando la nueva Sala Várez Fisa del Museo del Prado que contiene las doce espléndidas obras de arte español del Románico al Renacimiento donadas por esta familia, pensaba que era una suerte que el museo reciba este tipo de legados que nos brindan la oportunidad de admirar el arte medieval del cual desgraciadamente subsisten escasos ejemplos en Madrid. Una de ellas es un espectacular artesonado de madera tallada y policromada procedente del sotacoro de la iglesia de Santa Marina de Valencia de Don Juan (León). Es una obra anónima realizada hacia 1400 en un taller leonés. Mide 11,4 metros de largo por 6,05 de ancho; representa numerosas figuras profanas y religiosas además de escudos familiares y el escudo de Castilla y León.
Contemplando esta impresionante techumbre plana que cubre toda la sala y las demás obras de pintura románica que se exponen en el Prado recordé una de nuestras joyas, la ermita de Santa María de la Antigua en Carabanchel, en cuyo interior se conserva un sencillo pero igualmente bello techo mudéjar.
La ermita, antigua iglesia parroquial de la Magdalena, está en la calle de Monseñor Oscar Romero junto al Cementerio de Carabanchel al que desde el siglo XVII sirve como Capilla.
La torre de la iglesia de San Nicolás del siglo XII, Santa María la Antigua del XIII, la torre de la iglesia de San Pedro del siglo XIV y la Torre y la Casa de los Lujanes del XV, –en este caso un edificio civil–, son los recuerdos del pasado árabe madrileño y ejemplos del arte que los alarifes mudéjares realizaron en nuestra ciudad y sus aledaños tras la conquista de los cristianos a finales del siglo XI.
Santa María de la Antigua es la única iglesia mudéjar enteramente conservada en Madrid, además de la más antigua. No se conoce a ciencia cierta el momento de su construcción; según el Colegio de Arquitectos, la restauración y las recientes excavaciones han constatado que el ábside, los pilares y la portada sur datan de la primera mitad del siglo XIII. En cualquier caso, la historia de sus orígenes y la de los terrenos donde se asienta es antiquísima.
Los hallazgos arqueológicos a lo largo de los últimos siglos han revelado que en este cerro del histórico pueblo de Carabanchel, que a pesar de la cercanía de las zonas urbanas continúa ofreciendo un aspecto rural, existió población desde tiempos remotos, incluso anteriores a la llegada de los romanos.
El pasado romano de estos parajes se conoce desde el siglo XVIII, según Florit; en sus proximidades fue descubierto el famoso Mosaico de Carabanchel, que hoy podemos contemplar en el Museo de San Isidro.
En los comienzos del siglo XX, cuando los Carabancheles aún no pertenecían a Madrid –fueron anexionados en 1948–, en los alrededores de la ermita se encontraron nuevos restos arqueológicos de población romana.
Más de noventa años después, en el verano de 1999 durante las obras de ampliación de la línea 5 del metro, actual estación Eugenia de Montijo, apareció un yacimiento de extraordinaria importancia. Restos pre-romanos y numerosas estructuras y materiales que demuestran la existencia de una gran Villa romana en los siglos I-II.
Sobre parte de este antiguo poblado, en el siglo XI-XII los mudéjares construyeron una iglesia, nombrada en el Códice de Juan Diácono (sg. XIII), que según dicen fue visitada por San Isidro, y así lo recuerda una placa municipal en el exterior.
La modesta ermita actual es un valioso ejemplo de arquitectura mudéjar. Sus muros son de mampostería con verdugadas de ladrillo.
Destacan la preciosa portada de ladrillo con tres arcos rehundidos enmarcados en un alfiz y la singular torre maciza excepto en la zona del campanario; ésta mide 20 metros y es de planta rectangular. Junto al templo se encuentra la Sacristía, construida en el siglo XVII. Un elemento moderno es la escalera de metal adosada a la torre.
Su interior guarda algunos tesoros. En 1995 aparecieron fragmentos de pinturas medievales y un pozo.
El pozo, probablemente del siglo XII, perteneció a la iglesia anterior, aunque quizá su origen se remonte a la época romana; unos años después fue hallado muy cerca un horno romano.
Ante los hallazgos en su entorno se sospechó la existencia de importantes restos bajo la ermita. Prácticamente todo el interior de la iglesia fue excavado.
Según publicó la prensa por entonces, uno de los descubrimientos más importantes fue un muro de grandes dimensiones perteneciente al templo primitivo, el que se supone acogió al Santo Patrón madrileño. También se hallaron cerámicas, entre ellas objetos domésticos carpetanos, de época pre-romana, pavimentos romanos y el citado horno –indica que quizá en este lugar estaban las casas de los trabajadores de la villa romana–, elementos mudéjares y sepulturas del siglo XVII; toda la historia de Madrid bajo el suelo de esta ermita.
Entre los años 2000 y 2002 se llevó a cabo su restauración y rehabilitación a cargo del arquitecto Pedro Iglesias.
Detrás del retablo barroco que adorna el altar con algunas pinturas de la Escuela madrileña y una imagen moderna de Nuestra Señora de la Antigua, en el ábside semicircular aparecieron restos de pinturas románicas.
Lamentablemente no se pueden apreciar los temas representados pues la mayor parte ha desaparecido, pero ayudan a imaginar cómo debió ser este pequeño templo en el siglo XIII.
En la Epístola, junto al Altar, tras el retablo que la cubrió durante mucho tiempo apareció una hornacina con más restos de pinturas.
A los pies se encuentra el sencillo Coro.
Ubicado sobre vigas de madera decoradas con pinturas.
Como en el caso de los frescos de los muros, la mayor parte se ha perdido pero se conservan algunas escenas dedicadas a San Isidro y castillos y leones del Escudo de Castilla, como en el bellísimo artesonado de la iglesia leonesa que ahora podemos admirar en el Museo del Prado.
Por: Mercedes Gómez
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Museo del Prado
Sala Várez-Fisa: Edificio Villanueva, Sala 52 A, planta baja.
Ermita de Santa María la Antigua
Calle Monseñor Oscar Romero 92.
Metro: Eugenia de Montijo.
Según nos informa María Rosa en su post dedicado a San Isidro en la Ermita de Santa María de la Antigua, la iglesia se puede visitar los sábados a las 11 h. de la mañana.
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Bibliografía:
Florit, José Mª. “Restos de población romana en los Carabancheles (Madrid)”. Boletín de la Real Academia de la Historia. Madrid 1907.
Navascués, Pedro J. La ermita de Santa María la Antigua en Carabanchel (Madrid). revista Al-Andalus (CSIC) nº 26. 1961.
Diario El País 25 agosto1999, 2 sept. 1999, 27 dic. 2005.
Diario El Mundo 21 sept. 1999.
C. Caballero, F.J. Faucha, I. M. Fernández, J.Mª Sánchez Molledo. Materiales Arqueológicos Inéditos Procedentes del cementerio parroquial de Carabanchel Bajo (Madrid). Estudios de Prehistoria y Arqueología Madrileñas, nº 12, 2002.
COAM. Guía de Arquitectura. Tomo II. Madrid 2003.
Blogs:
Guerra Esetena. Pasión por Madrid. Santa María la Antigua.
La Ermita, la Fuente de San Isidro y sus alrededores, y por supuesto la Colegiata en la calle de Toledo, son sin duda los lugares donde la presencia del Patrón de Madrid es más importante, pero no los únicos.
La escultura quizá más antigua del Santo está situada junto a la de su esposa Santa María de la Cabeza en el Puente de Toledo. Ambas son obra de Juan Alonso Villabrille quien las proyectó en 1722 por encargo del arquitecto Pedro de Ribera para adornar el puente. Las figuras son de piedra caliza, miden 1,60 m. y están instaladas en dos bellos templetes barrocos. La figura de San Isidro representa la tradicional escena del milagro del pozo cuando el santo salvó a su hijo Illán de morir ahogado.
Las estatuas, al aire libre desde hace casi tres siglos, han sufrido el efecto del paso del tiempo y la erosión. Han sido objeto de varias restauraciones, en 1998 se realizaron moldes así como algunas reproducciones.
En el Museo de los Orígenes, Casa de San Isidro, hay una de ellas. Como vimos, en un principio estuvo situada en el Patio porticado renacentista, bajo el ala oeste.
Tras las reformas en las que el ala oeste en su segundo piso fue cerrada, y el patio cubierto, las estatuas de los santos fueron situadas en el ala norte del segundo piso, más alejadas de la vista de los visitantes.
Había otra réplica en el Museo de la Ciudad, hasta el pasado verano en que éste fue cerrado.
Fuera del recinto urbano, en la Venta del Batán en la Casa de Campo, inaugurada en 1950, hay una copia al parecer bastante aproximada, algo más pequeña que la original del Puente de Toledo.
Existe otra bonita figura del Santo, obra de Santiago Costa i Vaqué. Se trata de uno de los cuatro grupos escultóricos que adornaban la Fuente dedicada a Juan de Villanueva, proyectada en 1943 por el arquitecto Víctor D’Ors, e instalada en la glorieta de San Vicente en 1952.
Cuando en 1994 se construyó la réplica de la Puerta de San Vicente, la monumental fuente fue trasladada al Paseo de Camoens, en el Parque del Oeste, donde continúa, aunque sin las esculturas, que se encontraban en muy mal estado. La que representaba a San Isidro fue restaurada y emplazada en el Jardín de la Dalieda, inaugurado en 2007 sobre los terrenos del antiguo Convento de San Francisco, junto a la Real Basílica, desde donde podemos contemplar unas espléndidas vistas de Madrid.
Realizado en piedra caliza el conjunto está formado por un ángel alado con forma femenina, y la figura sedente de San Isidro dormido. Representa otra de las famosas escenas atribuidas a la vida del Patrón, según la cual mientras él dormía los ángeles araban la tierra en su lugar.
En el patio del edificio construido en 1956 para Ministerio de la Vivienda en el Paseo de la Castellana 112, se instaló otra imagen de San Isidro. Realizada en granito, es obra del escultor Antonio Cano Correa.
Recientemente el Ayuntamiento ha presentado el Plan Monumenta Madrid 2013, Plan de Monumentos, Arte Público y Colaboración ciudadana, que incluye entre otras actuaciones el históricamente tradicional baile de estatuas al que tan acostumbrados estamos los madrileños, también proyectos positivos, como es la restauración y recuperación de obras en mal estado o por diversos motivos escondidas en los almacenes municipales.
En el marco de este Plan ha sido colocada una de las reproducciones de la escultura de San Isidro en el propio Ayuntamiento, en la entrada a la Galería de Cristales del Palacio de Cibeles de la calle de Alcalá.
Es probable que se trate del ejemplar que se encontraba en el Museo de la Ciudad.
Por Mercedes Gómez
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Bibliografía:
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