La plaza de Manuel Becerra está situada en el distrito de Salamanca; a ella se asoman cuatro de sus barrios, el de Lista, Goya, Fuente del Berro y la Guindalera. La calle de Alcalá la cruza, y en ella convergen las de Francisco Silvela, del Doctor Esquerdo (antiguos Paseo de Ronda y Foso de Circunvalación) y la calle de don Ramón de la Cruz.
Recordemos que el barrio de Salamanca fue proyectado en 1860 por Carlos María de Castro dentro del plan de Ensanche de Madrid. Hacia 1866 estaba trazado pero apenas había comenzado su construcción; ya existían las primeras manzanas junto a la Puerta de Alcalá y la calle de Serrano pero poco más. Mas allá casi todo era campo y la futura plaza de Manuel Becerra estaba en el límite este del proyectado Ensanche. Los terrenos entre el antiguo Camino de la Fuente del Berro al sur (aproximadamente en el lugar donde hoy discurre la entonces incipiente calle de Goya), y la Vereda de la Guindalera al norte, eran sobre todo huertas y campo.
En los comienzos del siglo XX la plaza recibía el nombre de Glorieta de la Alegría, dicen que debido a una venta o ventorro situado en las proximidades. Otros cronistas hablan de los comentarios más o menos ingeniosos o irónicos que provocaba el nombre debido a que por allí había que pasar para dirigirse al Cementerio del Este, hoy de la Almudena.
Lo cierto es que, según el plano del Madrid de 1900, había un merendero llamado la Alegría, pero a algo más de un kilómetro de distancia de la glorieta, al otro lado del arroyo Abroñigal (actual M-30), junto a su afluente, el arroyo Calero.
Estaba en lo que hoy es aproximadamente la calle Elfo números 13-15. Es curioso comprobar que la calle de Alcalá, al otro lado del Puente de Ventas, cerca de la cual se encontraba el merendero, entonces (según el plano) se llamaba calle de Vista Alegre.
Volviendo a la glorieta, en los terrenos al otro lado del paseo del Ensanche las construcciones eran escasas. En la esquina entre el paseo y la calle de Alcalá se encontraba la Quinta de los Leones o Quinta de Nogueras, así llamada por su primer propietario Francisco Noguera.
Junto a la extensa Quinta también había algunas villas o casas de campo, Villa Amalia, Villa Luisa… y ya se habían construido las primeras fases de la Colonia del Madrid Moderno. Frente a ella, al otro lado de la calle de Alcalá, se hallaba la Estación del Tranvía del Este (donde hoy se encuentra el Parque de Bomberos). El Tranvía unía las Ventas del Espíritu Santo con la plaza de Cibeles, y un ramal llevaba a los aficionados hasta la Plaza de Toros, entonces situada donde hoy se encuentra el Palacio de los Deportes en la calle Goya.
En el centro de la plaza estaba el Fielato de consumos, donde se cobraban las tasas municipales que se aplicaban al tráfico de mercancías en esta salida de Madrid.
En el plano de Facundo Cañada todas estas edificaciones están representadas en color rojo.
En 1905 por acuerdo municipal se cambió su denominación por la de plaza de Manuel Becerra, en honor al político que fue diputado y Ministro de Ultramar y Fomento en diferentes periodos entre los años 1868 y 1894. Becerra, nacido en 1823 en Lugo, había muerto en Madrid en 1896.
En 1914 en el centro de la plaza ajardinada fue instalado el llamado Obelisco de la Fuente Castellana, procedente del paseo de la Castellana. La fuente, que contaba con dos esfinges-surtidores de bronce, había sido construida por encargo de Fernando VII para celebrar el nacimiento de su hija, futura Isabel II. En 1869 el pilón había sido eliminado ajardinándose la zona alrededor del obelisco, y las esfinges trasladadas al parque del Retiro. Con su ubicación en la plaza de Manuel Becerra recuperó la condición de fuente y las esfinges.
Por esa misma época en la esquina con Francisco Silvela fue levantada la iglesia de Nuestra Señora de Covadonga, sobre terrenos de la antigua Quinta cedidos por algunos miembros de la aristocracia que habían pasado a ser sus propietarios (marquesas de Aldama y de Ortueta) y una parte adquirida por el prelado de la diócesis.
Conocemos cómo era la plaza en aquellos momentos gracias a una valiosa postal del Archivo Regional de la Comunidad de Madrid.
La primera piedra de la iglesia había sido colocada el 26 de marzo de 1913. El proyecto inicial, realizado en 1911, fue obra de Joaquín María Fernández y Menéndez-Valdés aunque tras su fallecimiento la obra fue llevada a cabo por Diego de Orbe. Su estilo era neorománico, diseñado dentro del historicismo que imperaba en la época. Fue inaugurada en junio de 1915.
Muy dañada durante la guerra, fue reconstruida.
En 1952 el arquitecto Manuel Muñoz Monasterio además de edificar la casa parroquial alargó la nave central y construyó una nueva fachada.
La torre del campanario con su antiguo chapitel desapareció, y fue sustituida por un nuevo campanario de ladrillo. El aspecto del templo se transformó completamente.
En 1961 el Consistorio volvió a cambiar la denominación, pasando a ser la plaza de Roma. Unos años después, en 1969 el Obelisco se desmontó nuevamente para construir el paso subterráneo bajo la plaza por el que hoy continúan circulando los automóviles; el pobre monumento, que no encontraba descanso, fue entonces situado en el parque de la Arganzuela junto al río Manzanares. Recientemente, tras las obras de soterramiento de la M-30 ha vuelto a su lugar junto al río, pero una vez más ha perdido su carácter de fuente.
La antigua Quinta de los Leones, dividida en tres fincas a mediados del siglo XX, fue convertida en el parque de Eva Perón y se abrió la calle del Doctor Gómez Ulla.
La iglesia parroquial de Nuestra Señora de Covadonga tiene tres naves, sin crucero. Las pilastras imitan mármoles.
Las pinturas del ábside fueron realizadas en 1947 por Pedro de Varzi Roa.
La mayor parte de las imágenes son modernas, posteriores a la guerra, pues todo lo anterior fue destruido o desapareció. Excepto un Cristo de la Humildad del siglo XVIII (según García Gutiérrez y Martínez Carbajo, autores del libro Iglesias de Madrid) que se encuentra a los pies de la Epístola, junto a un Cristo nazareno, en una hornacina barroca un poco escondida, difícil de contemplar.
Y la imagen de la Virgen de Covadonga situada en el Altar Mayor, en un camarín en forma de hornacina con dos columnas a cada lado. La imagen original procedía del histórico Convento de San Plácido. Desaparecida durante la guerra, la actual es una copia (*).
La actual plaza de Manuel Becerra, que recuperó su anterior nombre en 1980, es sin duda muy distinta a aquellos comienzos del siglo XX en que era el límite de un nuevo Madrid, con el jardín y el Obelisco en el centro, y la coqueta iglesia. La postal ha cambiado.
Ya no pasa el tranvía sino demasiados automóviles, hay una estación de metro y paradas de autobuses que te llevan a casi todas partes. No hay merenderos pero sí bares con numerosas terrazas, churrerías, quioscos de prensa… el Antiguo Universal Cinema construido en los años 40, hoy vaciado y convertido en gimnasio… hasta un puesto de flores, y muchos bancos, donde los vecinos se sientan a charlar o pasar el rato como antaño. Ha cambiado mucho pero sigue siendo una plaza viva, no solo un lugar de paso, sino un lugar de encuentro.
Por : Mercedes Gómez
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ACTUALIZACIÓN 23 de marzo 2018. La imagen actual de la Virgen no es la original procedente de San Plácido, como había escrito al publicar el artículo en 2014 según la información de la web de la parroquia. Hoy me han confirmado en la propia Iglesia que es una copia.
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Bibliografía y otras fuentes:
Dº ABC 25 marzo 1913
Dº ABC 15 junio 1915
La Construcción moderna. 30 jun 1915.
COAM. Arquitectura de Madrid. Madrid 2003.
P. García Gutiérrez y A.F. Martínez Carbajo. Iglesias de Madrid. Ed. La Librería, Madrid 2009.
Parroquia de Covadonga
IDE histórica de la ciudad de Madrid
25 comentarios
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14 diciembre 2014 a 21:17
Pablo Jauralde Pou
Muy curiosa la viñeta histórica. Siempre dijimos que en Manuel Becerra empezaba el barrio obrero cuando se venía del de Salamanca; y aun mantiene el hormigueo y las flores, sobre todo cuando se acerca el día de difuntos. El parque de Eva Perón ha sufrido muchos embates –el polideportivo que lo termina condiciona mucho; y las calles de enfrente (desde Ruiz Perelló a Londres, etc, hasta la avenida de los Toreros) mantienen una pequeña red de casas pequeñas (les llamaríamos hoy chalés adosados) que se ha aprovechado con frecuencia para rodar películas. Lo que no recuerdo es qué paso con la iglesia que daba campanas a todo aquel barrio, que daba fachada a Ruiz Perelló y a Alcalá, donde había monjitas (y sordomudos) y que se destruyó hacia los años sesenta, para edificar unos horrorosos edificios de pisos. Y nos quedamos sin camapanas.
15 diciembre 2014 a 15:48
Mercedes
No sabía que había existido otra iglesia en Alcalá/Ruiz Perelló, a ver si encuentro alguna noticia o alguien nos cuenta algo…
Los hotelitos del Madrid Moderno, de los que ya van quedando pocos, son muy singulares, no es de extrañar que se rueden películas, imagino intentando parecer que estamos en otro país, sin tener que viajar.
Gracias Pablo, por tus aportaciones al recuerdo de esta plaza y sus alrededores.
28 marzo 2015 a 01:24
luis
Hola: yo también recuerdo el colegio de sordomudos. Y en la calle Ruiz Perelló había una casa de patio o corrala, donde vivían unos amigos que se apellidaban Pinto (no digo nombre entero por privacidad) y otro que se llamaba Sandalio.
Y mi madre me llevaba a la plaza cuando tenía las fuentes.
Pero de eso ya ha pasado mucho, mucho tiempo.
Saludos.
28 marzo 2015 a 16:04
Mercedes
Gracias por contarnos tus recuerdos, Luis.
Saludos
14 diciembre 2014 a 21:22
Maríarosa
Mercedes han merecido la pena las búsquedas porque te ha quedado un post revelador de muchas cosas que normalmente ignoramos cuando pasamos mucho por un lugar y pensamos que siempre ha sido así como lo vemos ahora…Yo he pasado y paso mucho por esa Plaza y su entorno y me ha encantado… Lo que creo recordar que me contaron mis padres (ellos vivían por esas fechas en don Ramón de la Cruz no muy lejos de la Plaza, y mi abuela paterna durante la guerra vivía en la Plaza esquina a la calle de Alcalá y nos contaba que bajaban al Metro cuando los bombardeos) es que la inauguración del Parque y por supuesto el nombre que le dieron coincidió con la visita a Madrid de Eva Duarde de Perón en 1947
15 diciembre 2014 a 15:53
Mercedes
Hola María Rosa, qué bien que te haya gustado, ya sabes que este artículo me ha entretenido bastante. Queda pendiente saber algo más sobre esta Virgen y su origen en el Convento de San Plácido.
La verdad es que podría haber contado más cosas, pero esto ya se hacía muy largo, la estación de metro es una de las más antiguas y de las pocas en que su andén de la línea 2 aún conserva los antiguos azulejos blancos, y no ha sido “forrado” de plástico, si esas paredes nos contaran… te agradezco mucho también tus aportaciones.
14 diciembre 2014 a 21:34
Paco Gómez.
¡Felicidades! por esta entrada, Mercedes. Comentar que la Venta de la Alegría, por los años 70, era un barracón con orquesta, tipo el de los pueblos. Estaba situado en un descampado, lleno de barro, en el barrio de la Alegría, al lado del barrio de la Bomba. Esta zona está un poquito más hacia el este, creo que hoy estaría en lo que se conoce por barrio de San Pascual.
15 diciembre 2014 a 16:00
Mercedes
¡Gracias, Paco! Es curioso ver cómo estos barrios estaban llenos de “Alegrías”. Por lo que cuentas esa venta existió hasta tiempos relativamente recientes, y mucho más reciente es la calle de la Virgen de la Alegría, cerca de dónde antes estuvo el merendero al que yo me he referido. Y que ese tramo de la calle Alcalá se llamaba de Vista Alegre me acabo de enterar.
15 diciembre 2014 a 10:13
jaimepuxxle
Un año antes de venir a vivir a Madrid, conocí la plaza de Manuel Becerra y la iglesia en una boda a la que asistí. Es uno de mis primeros recuerdos de esta nueva etapa de mi vida, y le tengo un especial cariño por ello. Cada vez que paso por aquí, me vuelve esa sensación nostálgica de las ilusiones por una nueva etapa. Conocer todos estos detalles acerca de su historia me ha encantado. Cómo dice Maríarosa en su comentario, «ignoramos cosas de un lugar y damos por hecho que simplemente ha sido así siempre». Gracias por esta mirada a la historia de una plaza que tiene una parte de historia en mi vida.
15 diciembre 2014 a 16:06
Mercedes
¡Hola, Jaime! me alegra mucho que esta plaza te traiga buenos recuerdos y que nos lo hayas contado.¡Gracias! un placer conocer tus primeros pasos en Madrid.
15 diciembre 2014 a 11:14
J. Esetena
Hola Mercedes:
Una entrada espectacular, muy documentada. ¡La historia de la Plaza de Manuel Becerra estaba sin escribir y tú nos la has contado! Aunque se trata de un sitio con mucha vida, como bien apuntas, me da pena ver cómo se ha pasado de una concepción urbanística pensada para el peatón (con jardines, monumentos, fuentes…) a otra en la que prima preferentemente el automóvil. Pero, es verdad, que, pese a ello, el lugar transmite mucho dinamismo.
Abrazos, Jesús
15 diciembre 2014 a 11:34
J. Esetena
Hola Mercedes nuevamente. Se me había olvidado agradecerte el enlace (perdón por el despiste). Mil gracias!!!
15 diciembre 2014 a 16:11
Mercedes
Hola, Jesús, ¡mil gracias a ti!
Tienes razón, es una más de tantas plazas que cambiaron el verde por los coches, pero es algo especial, no se porqué. Mantiene ese ambiente de barrio, a pesar de ser un cruce de caminos, un límite entre el Madrid “rico” y otro Madrid más pobre… y en cierto modo es una pequeña ciudad en sí misma. Es curioso lo que dices, es verdad que no se ha escrito mucho que digamos sobre ella, y lo cierto es que esconde bastante relatos.
Abrazos
16 diciembre 2014 a 10:22
Antonio Iraizoz
Hola Mercedes, enhorabuena por tan sugerente y documentado artículo. A mi también me ha llevado a otros tiempos, de usuario del autobús circular y su parada larga en la plaza, de patear por la colonia del Madrid Moderno con la boca abierta y sobre todo de descubrir un Madrid más «industrial» y menos «señorial» al otro lado de la plaza, al otro lado del límite Este del ensanche.
Un abrazo.
16 diciembre 2014 a 19:59
Mercedes
Gracias, Antonio. Está claro que nos llama la atención su condición de «límite» de la ciudad, a mí lo que me resulta curioso es que en la propia plaza, que es tan grande, cada lado tiene un ambiente distinto. Un abrazo.
16 diciembre 2014 a 11:16
J. Casado
Hola Mercedes. Fantástica entrada, para contarnos toda la historia, y vaya que la tiene! de esta plaza.
La ubicación física, al estar justo en lo alto, y tener toda la bajada hasta el arroyo Abroñigal, la convertía en una entrada-salida de Madrid, y mezclaba vida urbana, con el campo, con sus fincas.
Enhorabuena y un saludo.
16 diciembre 2014 a 20:02
Mercedes
Hola José, muchas gracias por tu visita.
Tienes razón, antes de que se construyeran todos los edificios que hoy existen en la calle de Alcalá hacia Ventas, la vista debía ser amplia, hacia esa zona de fincas y también de pobreza.
Un saludo
14 diciembre 2015 a 23:24
Noemí
Hola Mercedes,
Creo que te resultará curioso lo que voy a contarte.
Llevo toda la vida escuchando una historia en mi familia y hoy me puesto a investigar.
Resulta que mi abuela era la hija de los guardeses de la Quinta de los Leones, siempre nos contaba como tiraba huevos a la gente que pasaba, subida a los muros.
Parece ser que el dueño de la Quinta murió sin descendencia y en el testamento dejó todo a sus guardeses, es decir, mis bisabuelos por parte de padre.
A partir de aquí he oído dos historias, una contada por mi padre, que decía que mi bisabuelo se jugó la Quinta a las cartas y la perdió.
Por otra parte mi tía, que cuenta que mi bisabuelo era muy orgulloso y dijo que no la quería. Pasando a ser propiedad del Ayuntamiento de Madrid y que yo sepa, no la compró, simplemente se la quedó al no tener propietario.
Sea como sea, mi tía y mi padre siempre han sentido mucho que mi bisabuelo no se la quedara. Normal, nuestra vida podía haber sido completamente diferente y creo que esa zona de Madrid en concreto, también.
Un saludo!
16 diciembre 2015 a 00:55
Mercedes
Hola Noemí, sí que es curioso todo lo que cuentas… ¡muchas gracias por compartirlo! cuánta historia por conocer!
23 octubre 2016 a 17:44
cris
Los dueños de la Quinta si tuvieron descendencia, mi padre les conoció mucho; después de la Guerra se la expropiaron para parque, lo malo es que se merendaron parte de la Quinta para construir o sea especular…y es lo que decían ellos para especular especulo yo
2 enero 2017 a 20:16
Jose Luis
Hola nací muy cerca de la Plaza de Manuel Becerra, y jugue en sus dos fuentes, en un tiempo se despedian lo duelos hacia el Cementerio del Este, y tambien era el limite que tenian los ¨costaleros» que sacaban en hombros a los triufadores de las corridas de toros del coso de la Ventas, junto a las puertas del Parque de Eva Perón y muy cerca de la puerta de la parroquia de Nª. Señora de Covadonga habia instalados unos provisionales y otros fijos floristerias, que aun recuerdo el uso que haciamos los crios de sus caja de caña, en las cuales venian envueltas las flores. Bellos recuerdos.
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Hola a todos, aunque no soy propiamente vecino de la plaza de Manuel Becerra, sino del Barrio de la Concepcion mis abuelos y mis tios siempre han residido alrededor de las calles de la plaza y aun recuerdo aquellos tiempos que se celebraba el dia de la banderiat y de la cruz roja donde mis abuela, mi madre y tias mias montaban una mesa (pero una autentica mesa) con aquellos alfilares dorados que te ponian cuando dabas tu aportacion. Se colocaban junto al escaparate de un banco, banco que se situaba en la propia plaza esquina calle Alcala y, por cierto, los coches llegaban hasta la misma mesa y hoy en dia si siguera esa tradicion las aceras estan como el triple de lejos, con ello quiero decir que los peatones han ganado a los coches y no al reves como comentais en alguna intervencion. Me encanta leer todo tipo de aportaciones, un saludo a todos
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