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Jardines del Barrio de Salamanca (III)

Alrededor de la actual plaza del Marqués de Salamanca fue creciendo todo el distrito, uno de los que conformaron el Ensanche de Madrid en el siglo XIX, comienzos del XX, gracias al personaje que le da nombre, José de Salamanca y Mayol. En el centro una estatua le recuerda. Realizada en 1902 por Jerónimo Suñol, inicialmente fue instalada a unos metros de aquí, en la misma calle de Lista –actual José Ortega y Gasset­– en su confluencia con la de Velázquez, hasta que finalizó la urbanización de la plaza y fue trasladada.

marques de salamanca2

En los comienzos del siglo XX aún apenas había construcciones en la zona. En la plazoleta, solo la Escuela-Asilo de la Fundación Sotés que aparece representada en el plano de Facundo Cañada.

Plano de F. Cañada (h. 1900)

Plano de F. Cañada (h. 1900)

La Escuela, que había sido inaugurada en 1896 inspirada en las ideas pedagógicas de la Institución Libre de Enseñanza, tenía un carácter asistencial que daba instrucción, vestía y alimentaba a niños pobres de ambos sexos, entre 3 y 7 años, cuyos padres no podían cuidar a sus hijos en horario de trabajo. El hotel en el que se encontraba fue expropiado para completar el trazado de la plaza. La escuela se trasladó a la calle de Cristóbal Bordiú. En su lugar, actual nº 2, uno de los edificios construidos aún perdura, la Casa-palacio del vizconde Escoriaza, levantado por Enrique Pfitz pocos años después, entre 1919 y 1922.

Su primer nombre oficial fue, desde 1904, plaza de Salamanca.

Plano de Madrid L. Delage (1915)

Plano de Madrid L. Delage (1915)

También se conservan los palacetes del nº 5, obra de Joaquín Saldaña, el más antiguo, levantado entre 1911-14; y en el nº 7 el antiguo palacete del marqués de Guerra, construido por Fernando de Escondrillas en 1925. El resto de construcciones son posteriores a la guerra. Como la denominación de la plaza, que en 1944 por acuerdo municipal pasó a ser la plaza del Marqués de Salamanca. El Jardín de la glorieta entonces era circular, con la estatua del marqués en el centro.

En el actual nº 5, esquina con la calle José Ortega y Gasset 35, se conserva la mencionada casa-palacio, de más de mil metros cuadrados, construida según proyecto del arquitecto Saldaña.

salamanca 5 palacete

Joaquín Saldaña fue un arquitecto madrileño (1870-1939) especializado en la construcción y reforma de edificios para la clase aristocrática y más adinerada del Madrid de finales del XIX y principios del XX. Su participación en la creación del elegante barrio de Salamanca fue importante. Muy cerca, en la manzana siguiente, en la esquina de Ortega y Gasset con Castelló, proyectó el antiguo palacete de José Luis Gallo, luego de Juan March. En la esquina contraria construyó el palacete del marqués de Hijosa de Álava, hoy conocido precisamente como Palacio de Saldaña.

La entrada principal al edificio que hoy visitamos se encuentra en la propia plaza, con su fachada curva, forma que tomaron todas las construcciones para adaptarse al proyecto.

salamanca fachada nº 5

El portal y acceso está decorado emulando los tiempos más esplendorosos del palacio.

salamanca lampara portal

En la actualidad lo ocupa una firma de moda. El interior completamente rehabilitado, no debe conservar nada del antiguo palacete, acaso la barandilla de la escalera, pero su decoración es un tanto palaciega, buscando la elegancia y singularidad.

salamanca escalera

salamanca5 escalera

Una puerta trasera da al jardín por el que también se puede acceder al palacete.

salamanca entrada jardin

salamanca entrada jardin2

El precioso jardín, muy cuidado, guarda dos delicadas fuentes.

fuentes jardin salamanca

Como los otros jardines de palacios vecinos y la propia plaza, forma parte del listado de Elementos Singulares en el Catálogo de Elementos Protegidos del Plan General de Ordenación Urbana de 1997.

fuente2 salamanca

La plaza en la actualidad divide el distrito de Salamanca, los barrios de Lista al este y Castellana al oeste; al sur, los de Recoletos y Goya. La zona ajardinada en el pasado de forma circular hoy está partida, atravesada por la calle Príncipe de Vergara.

salamanca glorieta partida

No conserva ninguna especie del jardín original pero está adornada con pinos que dan sombra al marqués, que allí continúa presidiendo su plaza.

salamanca pinos

Por : Mercedes Gómez

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Otros artículos:

Jardines del Barrio de Salamanca (I). El Jardín de la Plaza de la Independencia.

Jardines del Barrio de Salamanca (II). Patios de manzana.

Bibliografía:

COAM. Guía de Arquitectura de Madrid. Madrid 2003.
RIVAS, P. y RAÑÉ, T. Instituto Geológico y Minero de España: historia de un edificio. IGM, Madrid 2006. (pág, 20)

 

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El Instituto de Enseñanza Secundaria Cervantes tiene mucha historia. O quizá muchas historias, que se entrecruzan.

La historia de su origen como instituto femenino cuando las mujeres aún tenían dificultades para acceder a la educación. La de las diferentes sedes ocupadas, desde la calle Zurbano hasta Embajadores. La del edificio actual, construido en el siglo XIX por el arquitecto Francisco Jareño para Escuela de Veterinaria en terrenos del antiguo Casino de la Reina. Hasta Manuel Godoy y el mismísimo Marqués de Salamanca juegan un pequeño papel. Y por supuesto la historia de los alumnos y profesores que le han dado vida a lo largo del tiempo, y continúan haciéndolo, verdaderos protagonistas.

 

Origen del Instituto Cervantes

El Cervantes es uno de los institutos de Enseñanza Media más antiguos de Madrid, ha cumplido 85 años de vida.

Los dos primeros, el Instituto de San Isidro y el Instituto del Noviciado, luego llamado del Cardenal Cisneros, fueron creados dentro del nuevo Plan de Estudios de 1845. Eran centros destinados a alumnado masculino. En teoría no estaba prohibida la asistencia de las chicas, pero en parte por la mentalidad de la época y en parte por la dificultad que ponían los centros para poder matricularlas, la asistencia era solo de chicos. En el siglo XIX la mujer sufría una gran discriminación social y de todo tipo; entre otras cuestiones, se creía que su capacidad intelectual era inferior a la del hombre. Si no podía acudir a la Universidad, ¿para qué necesitaba estudiar el bachillerato?

Felizmente, y poco a poco, en el siglo XX la situación comenzó a cambiar. En 1910 se equipararon las condiciones de matriculación para las alumnas, las demandas crecieron y ante la necesidad de plazas se fueron creando nuevos centros.

En 1929 se creó el Instituto Local Infanta Beatriz, instalado en régimen de alquiler en un palacete entonces propiedad de Ana de Osma, viuda de Alcalá Galiano, en la calle Zurbano nº 14, edificio levantado hacia 1880 que sigue en pie.

Calle Zurbano, esquina Fernando el Santo.

Calle Zurbano, esquina Fernando el Santo.

Dentro de la política de la época de separación de sexos, era un instituto exclusivamente femenino. Al año siguiente fue transformado en Instituto de Bachillerato Nacional, siendo ministro de Instrucción Pública Elías Tormo.

Su vida fue corta ya que la República, a favor de la coeducación, en 1931 clausuró este tipo de centros, convirtiendo el Infanta Beatriz en el Instituto Nacional de Enseñanza Media Cervantes, mixto; aplicando el principio de la coeducación, igual que otros institutos pasaron a admitir alumnos sin distinción de sexo. Además de una cuestión ideológica a favor de la coeducación se argumentó la falta de plazas y la necesidad de dar acceso a todos a la enseñanza.

En 1934 fue trasladado a la calle Prim nº 3, a otro palacete que ya no existe; fue derribado en 1962, actualmente el solar lo ocupa la ONCE.

Calle Prim, 3

Calle Prim, 3

En ese palacete, frente al Palacio de Buenavista, impartió sus clases Antonio Machado que consiguió la Cátedra de Francés en 1935. Este fue su último trabajo antes del viaje a Francia y su muerte.

De 1936 a 1939 el centro no tuvo actividad docente. Después de la guerra, dentro de la recuperada política educativa de separación de sexos, desaparecieron los centros mixtos, quedando el Cervantes destinado al alumnado masculino.

Uno de los sucesos más tristes entonces fue que Machado, cuando ya hacía dos años que había muerto, en 1941 fue expulsado del Cuerpo de Catedráticos por la Comisión de Expedientes de Depuración.

En 1950 el colegio se trasladó a un edificio mayor, propiedad del Estado, que había sido la sede del Colegio Alemán, como ya vimos cuando visitamos la Embajada de Alemania, en la calle Zurbarán, muy cerca por cierto de su primera sede en Zurbano. Hoy es el Instituto Goethe.

Calle Zurbarán, 21

Calle Zurbarán, 21

De esa estancia el actual Instituto conserva interesantes materiales científicos como veremos, y la maqueta de un barco acorazado alemán que se expone en el vestíbulo.

En 1960, después de una gran reforma del espacio interior, el Instituto Cervantes se instaló en un edificio de la glorieta de Embajadores, antigua Escuela de Veterinaria.

 

Antigua Escuela de Veterinaria

Una de las caras quizá menos conocidas del poderoso valido del rey Carlos IV Manuel Godoy es su contribución al mundo cultural y científico. Entre otras instituciones en 1793 creó la primera Escuela de Veterinaria. Escribió Godoy:

Cuando el rey comenzó a dispensarme su estimación y confianza, le hablé yo muchas veces de este ramo importantísimo. Cuanto iba al bien de sus súbditos lo acogía siempre Carlos IV. Mi proyecto de una Escuela fundamental y normal de Veterinaria, en toda la extensión de esta ciencia y este arte, mereció el real aprecio, y decretada que hubo sido la fundación de esta enseñanza…”

Se situó en el Paseo de Recoletos, en unas casas junto a la Puerta de Recoletos, lo cuenta el propio Godoy en sus Memorias. En el solar en que posteriormente se construiría el Museo Arqueológico y la Biblioteca Nacional según proyecto del arquitecto del Ministerio de Fomento Francisco Jareño y Alarcón. Fundado en 1867, el Museo Arqueológico en un primer momento fue instalado en el Casino de la Reina.

Diez años después el mismo Jareño construyó el edificio de la Escuela de Veterinaria en los Jardines del Casino. En estilo neomudéjar, ocupó los terrenos donde se encontraba la ría artificial y el dique, construcción circular con arquerías donde se guardaban las falúas que circulaban por la ría.

Grabado2

Casino de la Reina

La nueva sede de la Escuela fue inaugurada en 1881.

(Foto Museo Veterinario Complutense)

Escuela de Veterinaria (Foto Museo Veterinario Complutense)

El gran edificio de ladrillo visto tiene una planta rectangular construida en torno a un patio cuadrado ajardinado.

El arquitecto creó dos pabellones a modo de anfiteatros de forma octogonal en sus lados norte y sur, y una pequeña construcción en el lado oeste que albergó la Capilla. En el centro del patio había otro pequeño pabellón, antigua forja y herradero.

Plano (COAM)

Plano Escuela de Veterinaria (COAM)

El plano firmado por el arquitecto nos muestra donde estaban situadas las estancias de la Escuela, la Sala de reconocimientos y curaciones de animales, Gabinete quirúrgico, Farmacia, Sala de profesores, etc.

 

Instituto Cervantes

La Escuela de Veterinaria se trasladó, según sus propios deseos, a la Ciudad Universitaria y el edificio de Embajadores fue cedido y remodelado para el Instituto (entre 1958-60) siendo inaugurado en 1960.

No recuperó su condición de centro mixto hasta el curso 1981-82, a petición del Claustro de profesores. En 1981 se conmemoraba su Cincuentenario como «Instituto Cervantes». A finales de ese año tuvo lugar otra importante solicitud del Claustro, la rehabilitación de Antonio Machado como Catedrático, que fue concedida.

Entre 1989 y 1990 el edificio fue nuevamente rehabilitado según proyecto de Ignacio Prieto Revenga, arquitecto del Equipo Técnico de la Delegación Provincial del Ministerio de Educación, recuperándose la arquitectura original que había sido alterada en el interior en algunas zonas.

Glorieta de Embajadores

Glorieta de Embajadores

 

El IES Cervantes hoy día

La entrada al hoy Instituto Bilingüe Cervantes tiene lugar por la calle de Embajadores nº 70, frente a otro de los edificios emblemáticos del barrio, la Fábrica de Tabacos.

Calle Embajadores, 70.

Calle Embajadores, 70.

Un espacioso vestíbulo abovedado da acceso a la Galería de la planta baja, al patio y a la escalera que dirige a la planta superior.

vestibulo

Lo primero que se puede observar es la luminosidad del lugar, tras el sobrio ladrillo de las fachadas, gracias al patio y los grandes ventanales.

pasillo

En el patio fue reconstruido el pequeño pabellón, antigua forja.

patio

En la escalera principal una emotiva lápida recuerda a Antonio Machado y su paso por el instituto, instalada tras su rehabilitación como catedrático y anulación del expediente de depuración.

Machado lapida

Una vitrina guarda documentos y libros del poeta, así como otros objetos valiosos testigos de la historia del Centro.

Otra de las grandes y gratas sorpresas de la visita es que parte del mobiliario del Palacio del Marqués de Salamanca en la Quinta de Vista Alegre, tras el traslado del Centro de Educación Especial María Soriano y cierre del palacio, se encuentra aquí, en el despacho de la Directora, a salvo y bien cuidado. La mesa, sillas y un bello armario del siglo XIX.

mueble Salamanca

Pero este despacho aún nos depara otra sorpresa, y un misterio en cierto modo:

Otro pequeño mueble, que llama nuestra atención, más antiguo, al parecer perteneció a Manuel Godoy.

mueble de godoy

Procede de otro pequeño despacho situado en la primera planta, desde siempre aquí conocido como el despacho de Godoy, no hemos podido saber porqué.

Godoy había muerto en 1851, treinta años antes de que se inaugurara la nueva sede de la Escuela de Veterinaria en la que parece que tanto se implicó, pero ¿es posible que estos muebles fueran trasladados desde la primera sede en Recoletos cuando el ministro la fundó?

Los pabellones octogonales laterales hoy están ocupados por el Aula Magna y el Salón de Actos en la planta baja, y sobre ellos en la primera planta los Laboratorios de Ciencias Naturales y de Física, con sus espléndidos techos de madera.

pabellon laboratorio

El patrimonio, los equipos y materiales de ambos Gabinetes son muy importantes. Láminas de arquitectura, botánica… colecciones de zoología, modelos de anatomía… instrumentos de física y química, etc. procedentes del Colegio Alemán, la antigua Escuela de Veterinaria, del Museo de Ciencias Naturales y del Jardín Botánico entre otros lugares.

laboratorio minerales

La antigua Capilla hoy es la Biblioteca que acoge notables fondos, algunos del siglo XIX.

Biblioteca en la antigua Capilla

Biblioteca en la antigua Capilla

capilla 2

Paseando por las instalaciones se descubren las huellas de algunos profesores ilustres que han pasado por aquí además de Machado, Rafael de Penagos, María Zambrano…

La completa remodelación que incluyó trabajos de consolidación llevada a cabo hace unos veinticinco años recuperó la arquitectura original. Entre otros elementos, bajo la cubierta se reconstruyó en madera la estructura de la techumbre.

cubierta3

Bajo ella queda un espacio espectacular, de igual tamaño que la superficie total de la planta del edificio que permite apreciar la extraordinaria estructura arquitectónica del edificio de Francisco Jareño.

cubierta2

De vuelta a la calle Embajadores decidimos dar un paseo rodeando el edificio, caminando por el parque del Casino de la Reina hasta volver a la glorieta, y recordar su historia y la del lugar en el que se encuentra. Larga y rica historia.

entrada fachada

Por : Mercedes Gómez

Con todo mi agradecimiento a Julia Pérez, Directora del IES Cervantes, por su hospitalidad y ayuda.

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Bibliografía:

Natividad Araque. «El Instituto Femenino Infanta Beatriz y la inserción de las mujeres en los institutos de Enseñanza Secundaria de Madrid (1900-1930)». Revista Complutense de Educación. Vol. 12 nº 2 (2001).

Varios autores. Instituto de Bachillerato Cervantes. Miscelánea en su Cincuentenario 1931-1981. Ministerio de Educación y Ciencia, Madrid 1982.

Manuel Godoy – Carlos Seco Serrano. Memorias del Príncipe de la Paz. Madrid Atlas, 1956. (BDH de la Biblioteca Nacional)

COAM. Guía de arquitectura. Madrid 2003.

Museo Veterinario Complutense
Programa CEIMES

 

 

Manuel Godoy, valido del rey Carlos IV desde 1792, fue un hombre muy poderoso política y económicamente. Además de la colección de arte que llegó a reunir, otras casas y posesiones, en Madrid al menos fue dueño de tres palacios.

Palacio de Godoy

El llamado Palacio de Godoy está situado en la plaza de la Marina Española, un lugar privilegiado. Fue proyectado por el arquitecto real Francesco Sabatini en 1775 por encargo de Carlos III como Palacio de los Secretarios de Estado pues estaba destinado a albergar al Primer Secretario de Estado o primer ministro. Tan elevado cargo requería un emplazamiento cercano al Palacio Real. El lugar elegido fue el solar situado junto al Colegio Convento de doña María de Aragón, hoy Palacio del Senado, frente al Real Monasterio de la Encarnación.

En aquellos momentos el Secretario era el marqués de Grimaldi, que no llegó a instalarse en él. Finalizado el edificio, sí lo habitó su sucesor, el conde de Floridablanca, y luego Manuel Godoy, duque de Alcudia.

Godoy se instaló en el bello palacio, lo amplió (según proyecto del arquitecto Juan Antonio Cuervo) y reformó a su gusto, y llegó a convertirse en su propietario por lo que es conocido como Palacio de Godoy.

palacio godoy fachada

A lo largo de este mes de agosto ha abierto sus puertas al público, con motivo de las visitas guiadas organizadas por la Comunidad de Madrid, Bienvenidos a palacio. En cualquier caso este edificio hoy acoge un organismo público, el Centro de Estudios Políticos y Constitucionales abierto a los ciudadanos, con actividades, biblioteca y una tienda.

De la visita al Palacio de Godoy podéis encontrar una bonita e interesante crónica en el blog de María Rosa.

Hoy vamos a centrarnos en la búsqueda de las escasas huellas que existen de la época en que Godoy y su familia lo habitaron.

Tras el paso de los franceses por sus estancias, la guerra de la Independencia y los sucesivos cambios de uso a lo largo de los siglos XIX y XX, se conservan pocos elementos originales, ningún mobiliario, y las numerosas obras de arte que lo adornaron, o se perdieron o se encuentran en otros lugares. Manuel Godoy fue un gran coleccionista, en su palacio estuvieron obras maestras como las majas de Goya, hoy en el Museo del Prado.

Al fondo del primer tramo de la escalera imperial, obra de Jean Démosthène Dugourc, se hallaba un valioso friso en altorelieve.

palacio godoy escalera

Cuando el Ministerio de Marina y el Museo Naval (que estuvieron aquí un tiempo) se trasladaron al Paseo del Prado esquina calle Montalbán fue uno de los elementos trasladados a la nueva sede. Allí, en el actual Cuartel General de la Armada, se encuentra el despacho de Godoy, también procedente de su antiguo palacio.

Nos cuenta la guía que las estancias del político, de las que no queda nada, estaban situadas a un lado de la majestuosa escalera, el que se asomaba al palacio Real, y al otro las de su esposa María Teresa de Borbón, condesa de Chinchón, y su hija.

palacio godoy escalera izq

En alguno de los salones únicamente subsisten las decoraciones pictóricas originales. Del siglo XVIII es el esplendoroso techo, aunque oscurecido, del llamado Salón de Tapices. Su autor pudo ser Juan Gálvez, pero no se sabe con certeza. Algunos estudiosos citan a José del Castillo y a Zacarías González Velázquez, que también pudieron trabajar aquí.

palacio godoy salon tapices

En el hoy llamado Salón de los Escudos se ubicaron otras obras de Goya, cuatro tondos, medallones circulares óleo sobre lienzo, obras alegóricas dedicadas a los ideales de la Ilustración; tres de ellas, La Industria, La Agricultura y El Comercio se encuentran en el Museo del Prado. La dedicada a La Ciencia se perdió, pero se conoce gracias a las fotografías del Archivo Moreno conservadas en la Fototeca del Ministerio de Cultura.

F. de Goya, “La Ciencia” (Mº de Cultura)

F. de Goya, “La Ciencia” (Mº de Cultura)

Las pinturas de Goya fueron sustituidas por escudos modernos, aunque las esfinges a los lados sí son las originales de comienzos del siglo XIX.

palacio godoy escudos1

Las habitaciones, hoy despachos, guardan algunos techos pintados en los que no faltan los trampantojos (cortinajes, barandillas fingidas…)

palacio de godoy trampantojo

De la carpinteria original solo se conserva la puerta de la que fue Capilla del palacio, hoy transformada en salón de actos.

palacio godoy puerta

Era un hermoso palacio en el que vivía Manuel Godoy con su esposa la condesa de Chinchón y su hija Carlota Luisa cuando en los comienzos del año 1803 la reina María Luisa de Parma quiso hacer un regalo al valido, concretamente a su hija nacida tres años antes, y que además era su propia ahijada. Para ello adquirió una quinta de recreo en Carabanchel, siempre con el beneplácito de su marido el rey, propiedad que Godoy debía administrar hasta la mayoría de edad de la niña. En el breve espacio de tiempo que transcurrió entre la adquisición y la cesión de las escrituras a Godoy, esta quinta fue Sitio Real.

Quinta de recreo del Conde del Campo Alange

Era la Casa de recreo del II Conde del Campo Alange, don Manuel José de Negrete, situada en el barrio de Buenavista, distrito de Carabanchel; en la calle Joaquín Turina 37, con vuelta a las calles de Polvoranca, Gómez de Arteche, Marianistas y Camino de las Cruces.

La casa-palacio fue construida en 1786 según proyecto de Ramón Durán, discípulo de Ventura Rodríguez, a la salida del pueblo del Alto Carabanchel o Carabanchel de Arriba. Siguiendo las enseñanzas de su maestro, Durán construyó el palacete al estilo barroco tardío clasicista.

carabanchel fachada

Fue rodeada de jardines, árboles frutales, parras, faisanera, estanques, bellas fuentes… construcciones auxiliares, un palomar y un huerto, a la manera de las ricas quintas construidas en Carabanchel por los nobles y financieros de la época. La posesión tenía casi 12 hectáreas de extensión.

Se sabe que la familia, sobre todo la Condesa de Chinchón y su hija habitaron la finca; a pesar de disponer de casas de campo más lujosas, a doña María Teresa de Borbón le gustaba la posesión de Carabanchel, no se sabe muy bien porqué. Godoy debía ir a visitarlas de vez en cuando.

carabanchel fuente entrada

Vendida en 1826, a partir de ese momento tuvo varios propietarios, entre ellos el marqués de Salamanca que la compró antes de adquirir la cercana Quinta de Vista Alegre, la mejoró y la convirtió en escenario de sus esplendorosas fiestas.

 mmm Restitución de la planta de la posesión hacia 1850. M. Lasso de la Vega, 2004. (Guía COAM)

Restitución de la planta de la posesión hacia 1850. M. Lasso de la Vega, 2004. (Guía COAM)

carabanchel portico

La hija del último propietario Mariano de Larrinaga, la condesa viuda de Casa Puente, en 1941 vendió la quinta entonces conocida como Villa Larrinaga a la Compañía de María. El arquitecto Luis Moya la transformó en Escolasticado de los Marianistas, ampliando la posesión y construyendo un Panteón para los religiosos. Poco después fue convertido en sede del Colegio Hermanos Amorós, que aquí continúa.

A pesar del paso del tiempo y el cambio de propietarios y usos, la extensa quinta conserva gran parte de su estilo y esplendor. El jardín, que en el colegio llaman “la pradera”, aunque existan nuevas construcciones y espacios dedicados a instalaciones escolares y deportivas, sigue ocupando unos 94.000 metros cuadrados.

Bing maps (2014)

Bing maps (2014)

Palacio de Buenavista

Pocos años después de haber recibido esta quinta de recreo Manuel Godoy recibió un nuevo regalo, el magnífico Palacio de Buenavista.

Recordemos que en 1769 don Fernando de Silva Álvarez de Toledo, Duque de Alba, adquirió las casas llamadas de Buenavista a la salida del Camino de Alcalá, y fue su nieta, la duquesa de Alba, María Teresa Cayetana, quien inició la construcción de un gran palacio. La obra fue proyectada por Juan Pedro Arnal en 1777.

buenavista fachada

Tras la muerte de la duquesa en 1807 lo adquirió el Ayuntamiento que lo donó a Godoy. Éste entonces vendió su palacio de la plaza de la Marina Española, pues el de Buenavista se acercaba más a sus preferencias, así que comenzó las obras para decorarlo a su gusto rápidamente ya que deseaba ocuparlo cuanto antes.

buenavista techo4

Es difícil saber qué se conserva de esta época, la mayor parte de la decoración de los salones es posterior a 1940. Aunque, igual que sucede en el Palacio de la plaza de la Marina Española, los techos del Palacio de Buenavista parece que datan de la época en que Godoy se encargó de su decoración, encargando realizarlos al estilo francés e italiano, de moda entonces.

buenavista techo3

Tampoco se conocen sus autores, aunque nuevamente se cree que pudo participar Juan Gálvez. Son pinturas al temple de gran belleza.

buenavista techo2

Manuel Godoy nunca llegó a instalarse en este palacio. En 1808 se produjo su caída, exilio y confiscación de todos sus bienes.

Por : Mercedes Gómez

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Bibliografía:

Ramón Guerra de la Vega. Palacios de Madrid (tomo I). Madrid, 2010.
Monte-Cristo. “El Palacio de los condes de Casa Puente, en Carabanchel”, Blanco y Negro, Madrid 13 agosto 1922, pp. 34-36.
Miguel Lasso de la Vega. Quintas de recreo y casas de campo aristocráticas alrededor de Madrid. Tomo II Los Carabancheles. Madrid, 2004.
Pablo González-Pola. «El Palacio de Buenavista, ejemplo de conservación del patrimonio histórico-artístico militar». Militaria, Madrid 1995.

El pasado viernes día 29 de abril varios medios digitales publicaron la noticia, algunos de ellos incluyendo la foto de los protagonistas a las puertas del Palacio. Ambas partes también lo publicaron en sus respectivas páginas web:

La Comunidad de Madrid ha suscrito un acuerdo con la New York University, importante universidad privada estadounidense, para que esta se instale en el Palacio del Marqués de Salamanca en la Quinta de Vista Alegre. El acuerdo supone que, si se rubrica, la Comunidad cederá el palacio durante 40 años por un alquiler aún indeterminado, y a cambio se compromete a rehabilitarlo.

Ojalá esto acabe siendo una buena noticia para Madrid, pero tras el fracaso -al menos por ahora- de nuestra solicitud de protección como bien de interés cultural para la Quinta de Vista Alegre, podemos preguntarnos qué pasará con el antiguo Real Sitio, el único sin la catalogación de BIC, al ser considerado únicamente un patrimonio desde el punto de vista económico, no histórico ni artístico, o eso parece.

Dice la nota de prensa de la Comunidad que “en este Palacio del Marqués de Salamanca, un edificio del siglo XIX y patrimonio regional, se instalaría la universidad, junto con una residencia universitaria.”

¿Hay vía libre para construir?.

La Universidad afirma en su web refiriéndose a los terrenos de Vista Alegre que “the Madrid government has said is available for construction”. ¿Que el Gobierno de Madrid ha dicho que están disponibles para la construcción?.

¿Qué supondrá para este palacio su rehabilitación para acoger una universidad privada?. ¿Qué efecto tendrá sobre el Jardín Histórico, podrá ser recuperado o desaparecerá definitivamente?.

Lo siento, hoy solo se me ocurren preguntas.

Porque sobre Vista Alegre y este Palacio creo que en este blog ya lo hemos contado y mostrado todo. Bueno, casi todo.

por Mercedes Gómez

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Artículos anteriores:

La Quinta de Vista Alegre ¿Bien de Interés Cultural?.
Huellas del Marqués de Salamanca en Vista Alegre.
Saber más sobre Vista Alegre.
Finca Vista Alegre, patrimonio desaparecido.
Reportaje sobre Vista Alegre en el diario Qué!.
La Quinta de Vista Alegre, Carabanchel Bajo, Madrid.
¿Por qué la Quinta de Vista Alegre debería ser BIC?.
La Quinta de Vista Alegre ¿Bien de Interés Cultural? (II).
El Salón Árabe.


1910 fue un año lleno de acontecimientos. Se fundó la Residencia de Estudiantes, nació el poeta Miguel Hernández, comenzaron las obras para la creación de la Gran Vía, Antonio Palacios empezó a construir la sede del Banco Río de la Plata, conocida como Las Cariátides, se inauguraron el Hotel Ritz y el Casino de Madrid…

El Casino celebra este año el centenario de la inauguración de su sede, en la calle de Alcalá nº 15, aunque esta no fue su primera casa.

Sus fundadores, en 1836, como toda buena tertulia, comenzaron a reunirse en un café, el Café de Sólito, situado en la calle del Príncipe, en la esquina con la calle de la Visitación -hoy Manuel Fernández González- ahora ocupada por el Teatro Español. Los tertulianos alquilaron el primer piso del edificio, que ya no existe.

Como cada día eran más socios, se mudaron a otro local más amplio, en la misma calle del Príncipe, junto a otro teatro, el de la Comedia, por lo que durante un tiempo fue conocido como Casino del Príncipe. En un principio se pretendió que fuera un lugar modesto, pero un buen grupo de socios, con José de Salamanca a la cabeza, se opusieron y cambiaron todo el mobiliario. Aquí comenzó la primera época de esplendor y lujo del Casino. Los socios aumentaban, y llegaban los miembros más destacados de la política, del arte y de la sociedad madrileña en general.

Pocos años después, se establecieron en el Palacio del Marqués de Santiago, hoy desaparecido, en la Carrera de San Jerónimo. Allí, cómo no, también existía un café famoso por sus tertulias, el Café de la Iberia.

Posteriormente los casinistas se trasladaron a la calle de Sevilla esquina Alcalá, al edificio que actualmente alberga el BBVA, y en el cual entonces se encontraba el Café Suizo.

Después cruzaron la calle, instalándose en La Equitativa.


Poco a poco, fueron recorriendo el camino que les llevó desde la Plaza de Santa Ana hasta la calle de Alcalá donde en 1903 decidieron construir su propia sede.

Tras un concurso en el que participaron los mejores arquitectos de la época y que fue declarado desierto, la dirección de las obras fue adjudicada a José López Sallaberry, socio del Casino, aunque no pudo firmarlas debido a su condición de arquitecto municipal, cosa que hizo su cuñado el arquitecto Luis Esteve.

Sallaberry integró lo mejor de algunos de los proyectos presentados, que habían sido comprados, y la construcción se llevó a cabo utilizando los mejores materiales, igual que en su decoración interior, de forma que el resultado fue inmejorable, todo ello costeado por las aportaciones de los propios socios. El Patrimonio artístico del Casino es inmenso, tanto en lo que se refiere a su arquitectura, como a pintura, escultura o artes decorativas. El edificio fue declarado Monumento Bien de Interés Cultural en 1993.

La fachada de estilo ecléctico afrancesado, muy valorado en aquellos primeros años del siglo, llama la atención por su asimetría, con la puerta situada en un lateral en lugar de en el centro, con un torreón.

Cruzamos la puerta de hierro obra de Pascual González y la lujosa entrada que aparece ante nuestros ojos nos avisa de todas las maravillas que vamos a encontrar.

Subimos la escalera de mármol, y cuatro vaciados de esculturas clásicas, prestados por la vecina Academia de Bellas Artes, dan la bienvenida.

En la Planta Baja se encuentra el patio central, o Patio de Honor, cuya cúpula muestra las preciosas vidrieras de la Casa Maumejéan.

La espectacular Escalera de Honor, que ya conocemos, diseñada por Sallaberry y decorada con esculturas de Ángel García Díaz, que representan el mito de Eros y Psique.

En el centro del patio se encuentra una Ruleta de Caballos, única en España.

En esta planta se encuentran también el Salón Principal, hoy dedicado a sala de conferencias, en cuya entrada está situada el boceto que Benlliure realizó de la escultura de Emilio Castelar, situada en el Paseo de la Castellana. También están en esta planta los billares.

Subimos a la Planta Principal por la bella escalera y encontramos esculturas de Mateo Inurria, Miguel Blay y Mariano Benlliure. Aquí se sitúan el Salón de Baile, actual Salón Real, y el Salón Alcalá.

El Salón Real es un de los más bonitos, decorado con pinturas de grandes autores, como Manuel Benedito, Cecilio Pla, Julio Romero de Torres…

Conjuro (Alegoría de la Noche), Julio Romero de Torres.

En la Planta Conde de Malladas –presidente impulsor de la construcción del edificio-, entre otras estancias, se encuentra la Biblioteca gótica que también hemos tenido ocasión de visitar, realizada en hierro en los talleres de Casa Asins, procedente al menos una parte de la anterior sede del Casino en el piso principal de La Equitativa, cuyo espléndido edificio podemos contemplar desde la terraza del Casino de Madrid.

Y en esta mágica terraza finaliza nuestra visita.

Texto y fotografías : Mercedes Gómez

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Fuente:

Casino de Madrid
Alcalá, 15

A lo largo del siglo XIX entre la nobleza y las familias adineradas se puso de moda decorar los salones de sus palacios con estilos exóticos, como el chino, turco o sobre todo el árabe. El estilo árabe fue muy utilizado durante el reinado de Isabel II, de modo que a finales del siglo raro era el palacio o palacete que por entonces no contaba con su Salón decorado a imitación de la Alhambra de Granada. En la Europa romántica del siglo XIX surgió el término «Alhambrismo”, aplicado a la literatura, la música, y por supuesto a la arquitectura y a las artes decorativas.

En Madrid la recreación del ambiente y los detalles del monumento granadino fue habitual, y no únicamente en la decoración de interiores sino que incluso se construyó algún palacio bajo su influencia, como el Palacio de Xifré, que estaba situado frente al Museo del Prado, construido por José Contreras en 1865 imitando en todos sus detalles la arquitectura árabe. Desgraciadamente fue derribado en los comienzos de la década de los 50 del siglo XX.

Recordemos el Palacio de Anglada, que reproducía el Patio de los Leones de la Alhambra. El Palacio de la Condesa de Montijo en la plaza del Ángel también tuvo su gabinete al estilo árabe, el Palacio de los Marqueses de Alcañices -donde hoy se ubica el Banco de España-, … todos desaparecidos. O casi.

He leído en algún lugar que en Madrid no se conserva ningún Salón de este estilo, y esto no es exacto. En nuestra Comunidad existe el Salón de Fumar del Palacio de Aranjuez. De estilo árabe es el Palacio de Laredo en Alcalá de Henares, hoy sede del Museo Cisneriano.

Y, aunque lamentablemente muy deteriorado, en la ciudad de Madrid pervive el Salón Árabe del Palacio del Marqués de Salamanca en la Quinta de Vista Alegre.

Quizá alguno de vosotros recuerde nuestra visita a la Quinta el verano pasado, durante la cual pudimos conocer y admirar las Huellas del Marqués de Salamanca en su palacio, el conocido como Palacio Nuevo o Palacio del Marqués de Salamanca. Durante la visita una de las estancias que más nos llamó la atención a todos fue el Salón Árabe y su estado de abandono, apuntalado para no venirse abajo.

Como vimos, además de las estancias privadas, el Palacio tenía amplios y lujosos salones dedicados a recepciones o fiestas, siendo este quizá uno de los más esplendorosos del edificio.

El Palacio Nuevo fue obra de Narciso Pascual y Colomer, aunque según algunos autores, como Pedro Navascués, el Salón pudo ser construido por el arquitecto Rafael Contreras, por entonces restaurador de la Alhambra de Granada. Según otros, por el tallista y pintor Alejandro Mattey, aunque seguramente siempre bajo la dirección de Pascual y Colomer.

Tras la muerte del Marqués y su venta al Estado, la primera reforma del Palacio para convertirlo en Asilo de Inválidos tuvo lugar en 1888. Luego, en el siglo XX albergó el Instituto de Reeducación Profesional de Inválidos del Trabajo (1922), Instituto de Reeducación Profesional (1928) e Instituto Nacional de Reeducación de Inválidos (1933).

Hasta hace pocos meses ha sido la sede del Centro de Educación Especial María Soriano, colegio que ha sido trasladado al nuevo PAU de Carabanchel, en la Avenida de la Peseta, 30.

El Salón Árabe, como el resto de dependencias del Palacio, durante un tiempo, fue utilizado como aula, como muestran estas curiosas fotografías que deben coresponder a los años 60 del pasado siglo XX.

El Salón está ubicado en la planta baja, su planta es rectangular y está dividido en dos naves por un arco decorado con yeserías al estilo mudéjar.

El artesonado es solo de apariencia mudéjar, pues al contrario que los artesonados árabes realizados completamente en madera, éste presenta una técnica especial. La decoración no consta de maderas talladas y pintadas sino de otros materiales superpuestos que imitan la decoración en dicho material. Lino, pintura y papeles pintados sobre un armazón de piezas de madera.

Las yeserías completan la decoración de los muros.

Actualmente el Palacio se encuentra cerrado y sin noticias acerca de un proyecto claro de uso.

Esperemos que el Salón Árabe del Marqués de Salamanca sea restaurado y pronto podamos contemplar uno de los escasos recuerdos de una arquitectura prácticamente desaparecida, el único en la ciudad de Madrid.

por Mercedes Gómez

JARDINES DEL PASEO DEL PRADO-RECOLETOS (I)

Retomamos nuestro recorrido a través de los vestigios de antiguos jardines madrileños con la visita al Jardín del Palacio del Marqués de Linares, actualmente sede de la Casa de América, en el Paseo de Recoletos nº 2, un jardín realmente bonito y de interés histórico.

En 1870 José Murga, Marqués de Linares, adquirió algunos terrenos del antiguo Pósito, -que recordemos ocupaba toda la manzana desde la plaza de la Independencia hasta Cibeles, y que había sido derribado el año anterior-, con el fin de construir su residencia.

Aparte leyendas y supuestos fantasmas, asunto del que ya se ha hablado y escrito mucho, la realidad es que se trata de uno de los palacios más bellos y lujosos del Madrid del siglo XIX, que aún podemos admirar pues conserva en su interior gran parte de las obras de arte que el marqués mandó crear para su disfrute y el de su esposa.

Cuando hacia el año 1878 comenzó la construcción del palacete, la plaza de la Cibeles era muy distinta a la actual, ni siquiera tenía nombre aún, aunque la fuente de la diosa llevaba allí instalada casi un siglo.

El único edificio, junto con sus jardines, que ya existía por entonces, era el Palacio de Buenavista, en la esquina contraria. Los terrenos donde hoy se alza el antiguo Palacio de Comunicaciones aún estaban ocupados por los Jardines del Buen Retiro, y en la esquina donde luego se levantaría el Banco de España se encontraba el Palacio del Marqués de Alcañices. Era el Salón del Prado, lugar de encuentro y de paseo.

Pero en el último cuarto del siglo XIX la plaza de la Cibeles se convirtió en el centro financiero de la ciudad.

Entre 1884 y 1891 se construyó el Banco de España. Muy cerca, poco después, se terminó de levantar el edificio de la Bolsa, y en los terrenos antaño ocupados por el Real Pósito y el Convento de los Agustinos Recoletos, se abrieron calles nuevas y se construyeron varios palacetes alrededor del que Narciso Pascual y Colomer había construido para el Marqués de Salamanca, que fue el primer financiero de la época en prever el valor que adquirirían estos terrenos, continuación del Paseo del Prado.

La zona fue conocida como “barrio de los banqueros”.

La Plaza de Madrid (Foto: Hauser y Menet)

Además del citado Palacio del Marqués de Salamanca, hoy sede de un importante banco en el nº 10 del Paseo de Recoletos, se conservan algunos otros, como el de Arenzana –hoy Embajada de Francia, en la calle de Salustiano Olózaga-, el de Zabálburu – en Marqués del Duero- y el Palacio de Linares.

Junio 2010

A partir de un proyecto de Carlos Colubí, la obra fue realizada por otros dos arquitectos. Manuel Aníbal Álvarez-Amorós, entre 1878-79, construyó el jardín y todos sus elementos, ubicados tras el palacio. Y Adolf Ombrecht (1879-1884) se encargó de toda la decoración interior.

Unos años después, en 1892, el pleno municipal acordó darle a la plaza el nombre de Plaza de Madrid, que conservaría hasta 1900 en que pasó a denominarse Plaza de Castelar. Es la Plaza de Cibeles desde el año 1941.

Debió ser sin duda un hermoso jardín, de forma irregular, con un bonito estanque, que ya no existe.

Se construyeron dos pabellones, uno de estilo clásico y otro más pequeño de estilo romántico. El primero era el pabellón de Caballerizas, hoy transformado en Sala de Exposiciones.

Y el segundo, un “capricho” o casita rústica, que fue conocido como la Casa de Muñecas, construido para tapar la medianería contigua, y que era utilizado como almacén para guardar las herramientas de labor.

También se construyó una escalera de acceso al jardín con una preciosa fuente de piedra, a espaldas del palacio, modificando el proyecto original de Colubí, más sencillo.

Del histórico jardín tan solo perviven la verja, los pabellones y la escalera con su fuente.

En 1992, cuando el Palacio fue transformado en sede de la Casa de América, fue casi totalmente vaciado para la construcción de un auditorio subterráneo, por lo que la vegetación actual es reciente. El arquitecto de la reforma fue Carlos Puente.

El Palacio hoy acoge las oficinas y otras estancias de la Casa de América en Madrid, que ofrece la posibilidad de visitarlo los fines de semana, además de exposiciones, conferencias, restaurante, etc.

En el Jardín durante los meses de primavera y verano se instala una agradable terraza que nos permite disfrutar de este espacio singular.

Texto y fotografías : Mercedes Gómez

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Bibliografía:

Ramón Guerra de la Vega. Palacios de Madrid. Tomo II. Madrid 2001.


“Vista Alegre fué su lujo; compró la quinta a una reina, la pagó con millones; la embelleció con joyas artísticas; dejó a todos sus amigos que disfrutasen de ella, y ha muerto allí repentinamente antes de que las riquezas desapareciesen. El viento de la desgracia, que venía hace tiempo arrancando girones de su fortuna, le ha hecho sucumbir por fin…”

(Escenas Contemporáneas, Año I Tomo I. Madrid 1882)
(Hemeroteca BNE)

La antigua Cerca que marca los límites de la Quinta de Vista Alegre, de la cual se conservan algunos tramos, constituye uno de los elementos arquitectónicos más relevantes; son los correspondientes a la calle Clara de Campoamor y a la calle del Blasón, originales de los años 40 del siglo XIX.

tapia calle del blason

Por la calle del Blasón nos dirigimos a una de las puertas de entrada a la Quinta la cual nos conduce al Palacio Nuevo o Palacio del Marqués de Salamanca.

La reina regente María Cristina, cuarta esposa de Fernando VII y madre de Isabel II, después de su boda con el guardia de Corps Fernando Muñoz, Duque de Riansares, fue quien lo mandó construir con el fin de convertirlo en su residencia y refugio. Pero los avatares de la historia quisieron que el palacio pasara a manos del Marqués de Salamanca, quien lo terminó, adornó y disfrutó hasta su muerte.

El arquitecto Martín López Aguado comenzó su construcción en 1834, pero el destierro de la reina en 1840 ocasionó su paralización. A su vuelta encargó la reanudación de las obras al entonces Arquitecto Mayor de Palacio, Narciso Pascual y Colomer, quien lo terminaría para el Marqués de Salamanca que lo había comprado en 1858.

Para entonces Colomer ya había construido para don José su gran palacio en el paseo de Recoletos, inaugurado ese mismo año. El Marqués era un hombre poderoso que se podía permitir el lujo de contratar al arquitecto de moda y arquitecto de la mismísima Isabel II.

A López Aguado corresponden la disposición del edificio, de planta rectangular simétrica, organizado alrededor de tres patios, y la fachada. En ésta, destacan las seis columnas de granito que proceden de la galería diseñada por Isidro González Velázquez -Arquitecto Mayor de Palacio en la época de Fernando VII- que rodeaba la Plaza de Oriente, obra monumental que nunca llegó a terminarse debido a los problemas económicos y que finalmente fue derribada.

fachada

Su espléndido exterior nos muestra que fue uno de los grandes palacios del siglo XIX, testigo de una época y una forma de vida, pero lo que no todo el mundo sabe es que en su interior se conservan una serie de maravillosas estancias de aquellos años de esplendor: el Vestíbulo, la Capilla, y el Salón Árabe, todo ello obra de Pascual y Colomer.

Tras las columnas de la entrada, se halla el magnífico vestíbulo central, cubierto con una cúpula de media esfera.

Vestíbulo

Uno de los cristales tallados de la puerta de acceso a las dependencias antaño palaciegas aún conserva la “S” de Salamanca.

S de Salamanca

La Capilla consta de una nave de doble altura, pilastras corintias y ábside semicircular.

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En la Sacristía se conservan perfectamente ordenadas vestiduras de los antiguos capellanes.

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Uno de los lujosos salones que fueron disfrutados por el Marqués y sus invitados en famosas fiestas fue el Salón Árabe, decorado a la moda de la época, actualmente apuntalado y necesitado de una gran restauración que esperemos sea acometida algún día.

(Imagen de la Fundación COAM, "Arquitectura de Madrid. Periferia")

(Imagen de la Fundación COAM, "Arquitectura de Madrid. Periferia")

arcos y vigas

Salón Arabe (julio 2009)

techo vista

Vista del techo (julio 2009)

suelo

Detalle suelo (julio 2009)

Fallecido don José de Salamanca en 1883, la antigua Posesión Real fue vendida al Estado por sus hijos y a partir de 1887 los distintos edificios se fueron convirtiendo en sedes de diversas instituciones benéficas. El Palacio Nuevo fue convertido en Asilo de Inválidos del Trabajo.

La primera reforma para transformarlo en asilo tuvo lugar en 1888. Como indica una lápida en el impresionante vestíbulo, “Para conmemorar la sensible pérdida del Rey Don Alfonso XII muerto en la flor de la juventud, se ha fundado este Asilo de Inválidos del Trabajo, cumpliendo así el piadoso deseo de S.M. la reina regente Dª Mª Cristina. Año 1889.

Ese mismo año José Grases Riera remodeló la terraza y la marquesina. Las ventanas que actualmente dan a la terraza originalmente eran puertas que conducían directamente a los Salones. Quizá las parejas que bailaban en el salón durante las celebraciones organizadas por el anfitrión, cruzando esas antiguas puertas salían un rato al jardín entre pieza y pieza.

ventanas

En el siglo XX el edificio pasó a albergar el Instituto Nacional de Rehabilitación Especial de Inválidos, INRI, de cuya época se conservan un quirófano, instrumental quirúrgico, elementos de farmacia y mobiliario, así como una importante colección de grabados y fotografías. En los años 30 sufrió otra reforma a cargo de Eugenio Sánchez Lozano y en los años 40 después de la guerra hubo de ser reconstruido por Francisco Navarro.

A pesar de tantas vicisitudes, reformas y cambios de uso, el Palacio del Marqués de Salamanca guarda alguna de sus huellas, patrimonio cultural e histórico de primer orden y merecedor de cuidados.

Actualmente es el Centro de Educación Especial María Soriano, colegio que va a ser trasladado a otro lugar de Madrid, no se sabe en qué fecha.

De momento también se desconoce el uso que tendrá el Palacio a partir de entonces.

Texto y fotografías por : Mercedes Gómez

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Bibliografía:
COAM. «Arquitectura de Madrid. Periferia«. COAM Madrid 2007.

Daniel Galán García.”Treinta hectáreas de historia contemporánea en la finca de Vista Alegre” Revista Innovación y Formación, nº 1 Primavera 2007. Pág.28-30.

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NOTA: También se conserva una parte de la antigua biblioteca, pero en esta ocasión no pudimos visitarla. Esperemos que en otro momento podamos hacerlo y conocer las obras de arte que esconde.

La primera vez que vi las esculturas de Cristina Iglesias fue por casualidad, hace mucho tiempo, en 1998, en el Palacio de Velázquez del Retiro. Fue una sorpresa, se trataba sin duda de un mundo diferente, nada que ver con la escultura tradicional, tanto figurativa como abstracta. Sus obras eran construcciones, muros, techos; arquitectura creada mediante formas escultóricas que parecían tomadas de la naturaleza. Recuerdo sobre todo las paredes formadas por infinidad de formas vegetales, espacios que podían ser visitados, habitaciones misteriosas, bosques… Para, como ella misma dice, “crear nuevas formas”, utiliza materiales muy distintos, como el hormigón, el hierro, la resina, el cristal, polvo de piedra…

Sin título (Celosía) 1997

Sin título (Celosía 1997). Madera, resina y bronce.

Habitación de bambú

Habitación de bambú (1995-97). Aluminio fundido.

(imágenes del folleto de la exposición
Palacio de Velázquez-Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía,
5 febrero a 20 de abril de 1998)

Luego supe que era su primera exposición individual en un museo español -procedente del Museo Guggenheim de Nueva York- y que no volvería a exponer en Madrid hasta muchos años después.

Pero para entonces ya era una escultora importante, reconocida internacionalmente, que había expuesto en museos y ciudades de buena parte del mundo. Al año siguiente recibiría el Premio Nacional de Artes Plásticas 99 junto al artista Pablo Palazuelo.

El gran pintor y escultor madrileño tenía 83 años, y ella 43. El siglo XX llegaba a su fin, y el jurado quiso premiar una “trayectoria reconocible” y un “valor renovador”. El pasado, el presente y el futuro del arte español.

Unos años después, el arquitecto Rafael Moneo, autor de la Ampliación del Museo del Prado, le encargó la creación de la puerta de entrada a su famoso Cubo, que acoge el antiguo Claustro de los Jerónimos.

Cristina Iglesias ideó una puerta-escultura maravillosa, en su más puro y personal estilo. Construida en bronce, consta de seis elementos, fijos los dos de los extremos, cuatro móviles, pesa 22 toneladas y mide 6 metros de altura. Como tantas obras suyas, recuerda elementos vegetales, raíces intrincadas que asombran desde su instalación en febrero de 2007.

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Pudo ser contemplada abierta, recién inaugurada la ampliación del Museo en octubre del mismo año. A partir de entonces solo se abrirá en contadas ocasiones, para acontecimientos señalados o para dar paso a personalidades. La casualidad quiso que ese mismo mes, unos días antes, muriera Pablo Palazuelo.

No muy lejos del Prado, en el Paseo de Recoletos, tras la verja del Palacio del Marqués de Salamanca, actualmente propiedad del BBVA, se encuentra, inconfundible, una obra de Cristina Iglesias. En este palacio vivió el marqués, que también fue coleccionista de arte, en su época de gloria, antes de trasladarse a la Quinta de Vista Alegre, donde murió.

Instalada en marzo del mismo año en el jardín, junto a las antiguas fuentes y otras esculturas, se encuentra la obra “Sin título” (Celosía X), realizada en gres.

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por Mercedes Gómez

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Cristina Iglesias, nacida en San Sebastián, se casó con el también escultor Juan Muñoz, madrileño, que obtuvo el Premio Nacional de Artes Plásticas en 2000, un año después que ella.
Juan Muñoz murió inesperada y prematuramente en 2001
.
Durante los últimos días la escultora ha asistido al montaje de la gran exposición dedicada al que fue su marido, en el Museo Reina Sofía, que podremos disfrutar hasta el próximo 31 de agosto.

Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía
Juan Muñoz. Retrospectiva
21 de abril – 31 de agosto de 2009

En el número 18 de la calle Villanueva se encuentra el único palacete que ha sobrevivido a la piqueta de los diez construidos por el Marqués de Salamanca a finales del siglo XIX en la zona cercana a la Puerta de Alcalá.

Por entonces Madrid aún estaba rodeada por la cerca construida por Felipe IV en el siglo XVII, y a esas alturas ya le costaba acoger a toda la población que crecía sin tregua, impidiendo la expansión de la ciudad.

La cerca, que rodeaba el Retiro, desde la calle de Alcalá se dirigía a la actual calle de Serrano para bajar por lo que luego sería la calle de Jorge Juan hasta la zona que hoy conocemos como plaza de Colón. Su derribo en 1868 facilitó por fin la construcción del Ensanche, los futuros barrios de Chamberí y de Salamanca.

José de Salamanca y Mayol, Marqués de Salamanca, que con el tiempo daría nombre al barrio y a todo un distrito, compró unos terrenos con el fin de construir viviendas, que serían de dos tipos, los pisos en manzana cerrada, para las clases medias y acomodadas, y los palacetes, que serían ocupados por las clases más altas y los aristócratas.

A falta de fotografías, la mejor manera de ver cómo era Madrid hace mucho tiempo, es observar los planos antiguos. Mediado el siglo XIX, en el solar que existía entre las actuales calle de Serrano y Alcalá, la única construcción era la antigua Plaza de Toros, frente a la Puerta de Alcalá, como hoy nos recuerda una placa en la esquina con Claudio Coello. La calle Serrano y la calle de Alcalá eran todavía el Paseo de la Ronda.

Coello y Madoz

Coello y Madoz (1849)

Poco después, aparece la calle de Villanueva. Aún no hay edificaciones en ese tramo de la actual acera de los pares, pero si se ha construido ya un edificio enfrente, en la esquina con Serrano.

Plano de J. Merlo

Plano de Juan Merlo, F. Gutiérrez y Juan de Rivera (1866)

Hacia 1875 está representado nuestro protagonista, flanqueado por los otros dos palacetes construidos en la misma calle y que ya no existen. El de la derecha, sobre el actual nº 20 de la calle, se convirtió en colegio, hasta que hará unos cuarenta años fue derribado.

General

General Ibáñez de Ibero (1875)

Este, único superviviente, fue construido por Cristóbal Lecumberri entre 1865 y 1870. El edificio de tres plantas más semisótano está rodeado por un jardín, y

“ tiene planta rectangular, con acceso principal en su frente a poniente, mediante una escalinata y pórtico, coronado por una amplia terraza cerrada con balaustrada de piedra, existiendo otra semejante, pero menor, sobre columnas de orden dórico, en su fachada Norte. Contaba con un gran vestíbulo de doble altura, recorrido por una galería perimetral en el piso superior, la cual se alcanzaba con la escalera principal de dos tramos. En este nivel se disponían , adosados unos a otros, los cuartos privados de los señores, dormitorios, tocador, gabinete o retrete, en el inferior el comedor, salón, despacho, billar, mientras que el segundo se reservaba para los criados y el sótano para la cocina, bodega, despensa, plancha, lavadero, etc. Su imagen exterior es de gran austeridad, de espíritu clasicista, como los edificios de pisos, con revoco en los paramentos, cantería en jambas, alféizares, impostas, balcones y encadenados, y madera en el alero, de notable vuelo y mayor riqueza ornamental” (Arquitectura de Madrid. COAM)

En el plano de 1896 ya no aparece representada la Plaza de Toros que había sido derribada en 1874, y se habían abierto las calles de Columela y Conde de Aranda.

Plano topográfico 1896

Plano topográfico 1896

La casa actualmente pertenece a una conocida fotógrafa, descendiente, según me cuentan vecinos de la zona, de un “empresario catalán” y de la marquesa de Villalonga.

live-search-maps

2009 (Live search maps)

El palacete, que necesita una restauración, podría parecer abandonado, pero no lo está. Dicen que acuden todos los días a encender las luces y cuidarlo.

Y su futuro está ya previsto: ser convertido en un “showroom”, o lugar de exposición, en este caso de firmas de moda de lujo. Los planos al parecer ya son realidad. El proyecto, que quizá incluya un restaurante, está en marcha.

Fachada Norte a la calle de Villanueva, abril 2009.

Fachada Norte a la calle de Villanueva, abril 2009.

por Mercedes Gómez

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