You are currently browsing the monthly archive for abril 2016.
El pasado mes de octubre de 2014 tuvimos ocasión de visitar por primera vez la Quinta de Torre Arias y conocer un poco su historia y la de la condesa doña Tatiana Pérez de Guzmán el Bueno. Este año, el pasado mes de marzo, con motivo de las Jornadas que celebra todos los años La Casa Encendida sobre Viejos jardines, nuevos parques hemos podido volver a visitarla y comprobar los cambios tras un gran trabajo de limpieza, inicio de recuperación. Entre las buenas noticias que nos dieron estaba la de que no se iba a derribar ninguna construcción antigua, lo cual sí estaba previsto en el proyecto del anterior Consistorio. Pocos días después esta decisión fue reforzada por la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) que anuló de forma definitiva el Plan Especial de Protección y Ordenación de la finca de Torre Arias, aprobado por el Ayuntamiento de Madrid el 30 de julio de 2014 y que contemplaba la demolición de varios inmuebles incluidos en la finca.
Otro día tal vez hablaremos de estas construcciones, de gran interés. Hoy hablaremos del Agua.
En ambas visitas hemos podido comprobar la gran importancia del agua para el mantenimiento de la Quinta, sus jardines, arbolado y campo de labor a lo largo de los siglos. Hay fuentes de todo tipo, de las que fueron ornamentales, como la que subsiste a duras penas frente al palacio, o muy rudimentarias, con la única función de proporcionar el agua necesaria.
Dos Viajes de Agua surtían fuentes de todo tipo. De adorno, como la del cenador junto al palacio…
… o rústicas, como alguna situada junto a los edificios destinados a los animales.
Grandes o pequeñas, de piedra o de hierro.
En esta segunda ocasión fue una alegría y una delicia observar y escuchar el agua que ha vuelto a fluir por algunas de las canalizaciones antes secas.
La revista de agricultura y jardinería El Campo nº 20 de 16 septiembre de 1877 hablaba de la Quinta entonces propiedad del marqués de Bedmar. El autor se refería a las norias, los pozos artesianos, cauces y acequias, un lavadero provisto de calderas alguna de ellas de vapor… y hablaba de las dos fuentes, la de la Isabela y la de la Minaya que derraman sus ricas y abundantes aguas y con ellas se riegan la huerta y los jardines.
En nuestro segundo paseo pudimos ver ambas fuentes, surtidas por los dos Viajes de Agua de la Quinta, el de la Isabela y el de la Minaya. Y otros elementos importantes en la vida de Torre Arias.
En la zona de las Caballerizas una gran alberca y el Baño de los caballos.
La espléndida noria conservada…
Recordemos que el arroyo, el Arroyo de la Quinta que la cruzaba de oeste a este, en cierto modo separaba la ciudad de la zona del palacio.
El puente de la Alcantarilla, al este. Etc.
Los dos Viajes de Agua que discurrían por su subsuelo surtían la Quinta de Torre Arias.
El Viaje de la Isabela actualmente no tiene agua.
Sí el Viaje de la Minaya.
Por sus preciosas galerías aún fluye el agua.
Por : Mercedes Gómez
——–
NOTA:
La casualidad ha querido que mientras preparaba este breve artículo llegara la grata información por parte del Instituto de Estudios Madrileños de la próxima celebración de un nuevo Ciclo de conferencias sobre las Quintas de Recreo madrileñas en la sede de la Fundación Tatiana Pérez de Guzmán el Bueno. Como os anunciaba el sábado pasado, el ciclo comienza hoy con Un recorrido por las quintas de recreo de la aristocracia en la Comunidad de Madrid, a cargo de Miguel Lasso de la Vega.
La segunda, por José Ramón Salgado, el próximo día 26 tratará sobre La evolución histórica de la Quinta de Torre Arias.
Queridos amigos:
Tengo el placer de anunciaros un nuevo Ciclo de Conferencias que tendrá lugar durante este mes de abril y el próximo mes de mayo sobre un tema muy interesante y bonito, las Quintas de Recreo madrileñas, organizado por la Fundación Tatiana Pérez de Guzmán el Bueno en colaboración con el Instituto de Estudios Madrileños.
La primera conferencia nos ofrecerá un Recorrido por las quintas de recreo de la aristocracia en la Comunidad de Madrid.
El próximo miércoles día 20 a las 19,30 de la tarde.
En la Sala de Conferencias de la Fundación Tatiana Pérez de Guzmán el Bueno, en el Paseo del General Martínez Campos nº 25.
Esta primera charla será impartida por Miguel Lasso de la Vega, autor de la extraordinaria tesis Quintas de recreo de la aristocracia alrededor de Madrid: Los Carabancheles, Canillejas y Chamartín, fuente obligada y gran referencia para todos los interesados en este tema. Será un privilegio poder escucharle.
Como también lo será escuchar a los cinco destacados especialistas que expondrán sus trabajos en las semanas siguientes, los martes 26 de abril y 3, 10, 17 y 24 de de mayo, siempre a las 19,30 h.
Conoceremos la evolución histórica de la Quinta de Torre Arias gracias a José Ramón Salgado Cobo; el jardín de la reina María Cristina de Borbón en la Quinta de Vista Alegre, en Carabanchel, de la mano de Eva Rodríguez Romero; Alicia Díez de Baledón nos hablará de las quintas desaparecidas en Chamartín de la Rosa; Mónica Luengo Añón nos llevará hasta el Capricho de la Alameda de Osuna; y finalmente María Teresa Fernández Talaya nos desvelará toda la historia de los palacios del Camino de El Pardo: La Moncloa, la Zarzuela y la Quinta del Duque del Arco.
Se realizarán visitas guiadas a algunas de las quintas que todavía perduran. Los grupos serán reducidos por lo que será necesaria inscripción previa. Los detalles los conoceremos a lo largo del ciclo.
Podéis descargar el folleto aquí, con todos los datos acerca de las conferencias y sus autores.
Gracias a todos
Mercedes Gómez
Uno de los episodios más fascinantes en relación con el patrimonio histórico y artístico madrileño, y español en general, tuvo lugar tras el estallido de la guerra en 1936. Con el fin de protegerlo el gobierno de la República creó una serie de organismos, entre ellos la Junta de Defensa y Protección del Tesoro Artístico.
Durante la preparación de algunos artículos en este blog me he encontrado con varias actuaciones de esta organización que llaman la atención. La historia más conocida se refiere al traslado de las obras del Museo del Prado, pero no fueron las únicas.

Protección del Autorretrato de Durero para su traslado a Valencia. Archivo Vaamonde (Fototeca Patrimonio Histórico)
En la iglesia de San Pedro Ad Víncula en Vallecas, la pintura de Francisco Ricci, La liberación de San Pedro, que junto a otras obras de esta iglesia fue salvada por las tropas republicanas que las entregaron a la Junta del Tesoro Artístico Nacional. Otra, en esta misma iglesia, que hasta hace poco tiempo conocíamos únicamente por las fotografías de la Junta de Incautación era la bóveda del Camarín de la Virgen del Rosario. Hemos podido contemplar la Sala Capitular del Convento de las Comendadoras de Santiago, que vimos al hablar de la Real Fábrica de Papeles Pintados, gracias también a las fotografías realizadas por la Junta. Y hace pocos días hemos visto cómo también la imagen de Jesús de Medinaceli fue rescatada.
Las oficinas de la Junta del Tesoro Artístico de Madrid en un inicio fueron ubicadas en el Palacio de Bibliotecas y Museos –actuales Biblioteca Nacional y Museo Arqueológico Nacional–. Todas las obras fueron inventariadas y fotografiadas. Las imágenes como sabemos se conservan en la Fototeca del Patrimonio Histórico del Ministerio de Cultura.
Además de la protección de archivos y bibliotecas, se procedió a la incautación de material de coleccionistas particulares y de propiedades de la Iglesia. Gracias a esto se salvaron muchas obras que quizá de otra manera se habrían perdido. Y gracias a las fotografías y a algunas publicaciones autobiográficas de algunos de los participantes en estos viajes, verdaderamente difíciles, se conoce bastante bien lo que ocurrió. Gracias a ellas conocemos también algunos de los lugares donde se guardaron los cuadros y objetos recogidos por la Junta de Defensa del Tesoro Artístico, uno de ellos fue el Museo Arqueológico Nacional. En algunas fotos aparecen alguna de sus salas con apeos y consolidación con el fin de ser utilizadas como lugar de depósito protegido de las colecciones del museo.
Espectaculares son las fotos de la nave central de San Francisco el Grande con muchos de los objetos allí depositados por la Junta.

Nave central de San Francisco el Grande con los objetos en ella guardados por la junta delegada, septiembre de 1937. Archivo Moreno.
Muchas de las obras fueron trasladadas. El largo viaje comenzó en noviembre de 1936 de Madrid hacia Valencia donde en un primer momento estaba previsto que finalizara. Allí se habían construido depósitos para albergar los bienes patrimoniales rescatados.

Preparación de vehículos para el traslado de las obras. Archivo Vaamonde (Fototeca Patrimonio Histórico)
Pero ante la situación que se iba agravando, en vista del avance del ejército sublevado, en marzo de 1938 se inició un nuevo traslado hacia poblaciones de Barcelona y Gerona. Posteriormente, ya en febrero de 1939, el gobierno de la República, con ayuda del Comité Internacional para el Salvamento trasladó el Tesoro Artístico a la Sociedad de Naciones en Ginebra con el fin de garantizar su protección hasta que acabara la guerra.
Se siguió camino hasta Francia para llegar hasta Ginebra donde en 1939 hubo una exposición memorable, poco antes de que todas las obras regresaran a España.
Durante muchos años todo este asunto quedó en el olvido, desconocido por la mayoría, entre otras cosas porque al parecer se ocultó, hasta que una serie de profesionales comenzaron a dedicar sus trabajos a este capítulo de la historia de la guerra civil.
El primer y bonito homenaje oficial tuvo lugar no hace tantos años, en 2003, con la iniciativa del Museo del Prado junto con el IPCE, Instituto del Patrimonio Cultural de España, cuando se celebró en el propio Museo una gran exposición fotográfica titulada Arte protegido. Memoria de la Junta del Tesoro Artístico durante la guerra civil.
Algunas de las imágenes mostradas realmente impactantes nos permitieron ver algunas de las consecuencias de la guerra sobre el patrimonio madrileño, los bombardeos, incendios y otras situaciones dramáticas. Aunque también, gracias a esta muestra se pudieron contemplar otras escenas hermosas gracias a las tareas de protección y al final la exposición celebrada en Ginebra y el regreso de las obras a Madrid.

Museo de Arte y de Historia, Ginebra. Exposición “Obras Maestras del Museo del Prado” (Foto Museo del Prado)
Es emocionante conocer esta actividad a cargo de una serie de personas, unas conocidas y otras anónimas, de distintas ideologías, que colaboraron en este trabajo con el único fin de proteger el patrimonio bibliográfico, documental y artístico.
Más de 27.000 obras de arte fueron salvadas y devueltas a sus propietarios gracias a la labor de las Juntas de Salvamento del Tesoro Artístico.
Es una historia larga y compleja, sirva este breve artículo como pequeño homenaje.
Por Mercedes Gómez
Es ya casi un clásico en este blog, pasear, volver una y otra vez, en busca del trazado y los restos de las murallas de Madrid. La primera muralla del siglo IX, la hipotética segunda muralla árabe del siglo X, y la cristiana del siglo XII. También la Cerca del Arrabal, la de Felipe II… los recios muros que han ido marcando la vida, el crecimiento y los límites de la ciudad desde su fundación hacia el año 865 hasta 1868 cuando fue derribada la última, la Cerca de Felipe IV.
Nuestro primer Paseo en busca de la muralla cristiana tuvo lugar casi en los comienzos del blog, allá por 2009. Tres años después pudimos actualizarlo. Poco antes, a modo de aperitivo, tuve la alegría de contaros el sorprendente y para mí emocionante hallazgo de los restos de un lienzo en su cara intramuros en la calle del Espejo nº 12, entonces sede de la Real Sociedad Económica Matritense de Amigos del País y del Centro de Estudios Jovellanos.
Dos aulas de la escuela estaban ubicadas sobre los restos aparecidos en las obras de acondicionamiento, perfectamente restaurados y conservados. Un letrero en la cabecera de una de ellas recordaba a los alumnos y visitantes ocasionales, que estos restos arqueológicos pertenecen a un lienzo del segundo recinto amurallado de Madrid (siglo XII).
Con esta y otras novedades algún tiempo después realizamos nuestro nuevo Paseo en busca de la muralla cristiana.
Han vuelto a transcurrir más de tres años desde entonces, casi cuatro. Ha llegado el momento de volver a recorrer el hermoso trazado. Como entonces, primero vamos a hacer una especie de prólogo, casualmente otra vez visitando el tramo visible en la calle del Espejo, 12.
Hace unos meses se podía ver el inmueble en obras, la Real Sociedad Económica Matritense había abandonado el local y se desconocía el nuevo uso que iba a tener y qué le depararía a nuestra valiosa muralla. Ha sido mi querido amigo El Sereno de Madrid quien me dio la buena noticia, que él descubrió en una de sus rondas y ha contado de forma espléndida en su blog, sobre la existencia de una nueva cafetería que guarda los restos de la muralla cristiana que se esconden en la calle del Espejo nº 12.
Como vimos, en este lugar, en el nº 12 de la calle del Espejo un singular edificio fue levantado adaptándose a la forma de una torre de la fortaleza defensiva, forma que conserva a pesar de las construcciones sucesivas, y que es perfectamente visible desde la calle de la Escalinata.
Ahora el local en su planta baja ha sido ocupado por la mencionada cafetería y pastelería Santa Eulalia en la que además de tomar cosas muy apetitosas podemos admirar los restos de muralla de una forma mucho más explícita de la que se mostraba en su época anterior.
La eliminación del revoco del muro antes tapado ha dejado el ladrillo visto y algunos otros elementos de la construcción original de la casa del siglo XIX levantada se supone sobre alguna edificación anterior arrimada a la muralla que aquí guarda la forma de la desaparecida torre en su cara interior –a sus espaldas en la calle de la Escalinata recordemos que se contempla su cara exterior, su cara extramuros–.
Se aprecia muy bien cómo la construcción se levantó siguiendo la forma del torreón.
Es muy interesante observar los cimientos, restos de la muralla y el inicio de la construcción posterior conservados bajo el cristal.
Unidas las dos aulas de la anterior escuela en un único espacio, al fondo del local también se ha dejado la pared libre de revocos o enfoscados, quedando a la vista la antigua construcción de ladrillo y sus vigas de madera.
La cafetería es preciosa, y la recuperación y exposición de los restos es magnífica. Únicamente se echa de menos alguna placa o cartel informativo, sería deseable y bonito que todo visitante curioso pudiera tener noticia del tesoro que se encuentra bajo sus pies, los restos de la muralla que rodeaba Madrid en el siglo XII y de una de sus torres.
Por : Mercedes Gómez
Comentarios recientes