You are currently browsing the monthly archive for enero 2017.
Hoy os invito a volver a la ciudad de Toro, en Zamora, para visitar el Monasterio de Sancti Spiritus el Real de Madres Dominicas. Fundado en los comienzos del siglo XIV, fue construido extramuros, algo alejado del centro histórico, al borde de un gran barranco junto al río Duero; una maravilla que ha sabido conservar su arquitectura y sus obras de arte en un entorno espectacular.
Merece ser visitado por su riqueza inmensa y su historia. El Coro, que guarda tres sepulcros, el de la fundadora doña Teresa Gil, un túmulo de piedra con pinturas del siglo XIV; el de la reina Beatriz de Portugal, de alabastro, del siglo XV; y en el suelo la tumba de doña Leonor de Castilla que fue priora del convento, cubierta por azulejos del siglo XVI. La iglesia con su artesonado mudéjar original del siglo XIV, el retablo churrigueresco del XVII; el claustro con el olivo milenario…
El Monasterio está lleno de tesoros. Las propias estancias, con sus techos artesonados medievales, cerámicas y pavimentos, infinidad de magníficas obras de arte, pintura, escultura, ajuares, etc.
Aunque en este artículo vamos a centrarnos en la extraordinaria colección de sargas que posee. A pesar de que no se encuentran en Madrid sino en la bella localidad de Toro creo que es obligado conocerlas y que formen parte de la serie de trabajos aquí publicados sobre las Sargas, telas pintadas, el Oficio de pintor de sargas en Madrid en el siglo XVI y Una sarga del siglo XIX en el Museo Cerralbo.
En el impresionante Refectorio, de 40 m. de largo, restaurado en 1982, con su suelo de ladrillos cocidos y restos del artesonado originales, así como las mesas de nogal y la azulejería, se expone la mayor parte de la colección de sargas del siglo XVI que a pesar de todos los avatares sufridos en el monasterio a lo largo de los siglos se han conservado con su policromía original.
Cuando comenzó la guerra en 1936, ante la situación de incertidumbre que se vivió, las sargas fueron escondidas en la bodega de la casa de una familia de Toro. Después volvieron a su lugar, siendo guardadas, bien protegidas, en un desván.
Las monjas por entonces sabían que eran obras de gran valor. Las Madres dominicas, la generación anterior a las que actualmente habitan el convento, fueron conscientes de la importancia de estas obras de arte pero quizá no sabían en realidad hasta qué punto.
Una de las cosas que demostró su importancia es que aparecían mencionadas a menudo en los libros del Archivo del monasterio, por ejemplo en los apuntes que reflejaban los gastos conventuales cuando con mucha frecuencia se colgaban para tapar algún altar.
Recordemos que en los siglos XV y XVI se realizaron muchas sargas debido a que eran más baratas que los tapices, para cubrir paredes con un fin decorativo. También eran utilizadas como puertas de los órganos en las iglesias o cortinas para cubrir los retablos de los altares en tiempos de Cuaresma. Por este motivo, igual que en Toro, se conservan otras sargas sobre todo en pequeños pueblos de toda España.
Hacia 1980 un ministro del Gobierno de la época visitó el convento. Se preparó la sarga del Prendimiento y la colgaron en el Claustro, lo cual demuestra la importancia que las monjas le daban ante un acontecimiento para ellas tan especial.
El monasterio en esos momentos había llegado a un estado de gran deterioro. Felizmente, a partir de entonces se inició una época de restauración en la que se acometieron grandes reformas y mejoras. Hoy día es un placer contemplar sus estancias cuidadas y el magnífico museo, con un montaje expositivo moderno y alegre.
Cuando el refectorio pasó a formar parte del recorrido museístico fue decorado, como decía más arriba, con cinco de las siete sargas que forman la colección que describe escenas de La Pasión.
Los personajes están representados en actitud exagerada y desmedida, llegando incluso a parecer caricaturas debido a sus facciones, como leemos en el texto de Mª Dolores Pérez, la autora del folleto editado por el propio monasterio, citado al final.
En la Sala capitular, sala gótica, se encuentran las otras dos sargas, de la serie de siete. Es la parte más antigua del conjunto, hermosísima, reformada en el siglo XVII. Dos arcos torales la dividen en tres naves, una central que termina en un altar de azulejería en el que hay restos de pintura mural del siglo XIV, y dos laterales, más pequeñas.
En estas últimas, una frente a otra, se ubican las dos sargas, de gran tamaño, 9 x 7 metros, La Caída…
… y La Crucifixión.
El estilo de todas ellas está inspirado en estampas florentinas y flamencas.
Por otra parte, en la zona habilitada como Museo de Arte Sacro se exponen tres telas, aguada sobre sarga. La Santa Cena, Oración del Huerto y Camino del Calvario, obras de Cristóbal Ruiz de la Talaya realizadas hacia 1643.
Proceden de la iglesia de San Miguel, de Villavendimio, y emplean la técnica de las arquitecturas fingidas al trampantojo, tan utilizadas en el siglo XVII.
Finalmente, aunque situada en la recepción del museo, mencionamos una última sarga, aquí situada por su gran tamaño, obra del siglo XVIII que procede del Obispado de Zamora.
La escena, enmarcada en un óvalo rodeado de flores, representa al joven San Estanislao de Kostka, de la Compañía de Jesús, que murió novicio.
Si tenéis ocasión no dejéis de visitar este Monasterio y su Museo, es una delicia, ejemplo en el cuidado de sus obras de arte y en la forma en que es posible mostrar sus tesoros, entre ellos las delicadas sargas.
Por : Mercedes Gómez
Con todo mi agradecimiento a Sor Mª Dolores Pérez Mesuro por su ayuda.
——–
Bibliografía:
PÉREZ MESURO, Sor Mª Dolores. Monasterio de Sancti Spiritus el Real. Valladolid, 1994.
El pasado mes de noviembre durante la Semana de la Ciencia 2016 tuvimos ocasión de disfrutar de un singular, magníficamente guiado Paseo geográfico por los miradores del sureste de la ciudad de Madrid. La cita fue junto a la estación de metro de Portazgo en la avenida de la Albufera, Vallecas.
Comenzamos subiendo al parque del Cerro del Tío Pío (que ya conocimos con motivo de nuestra visita a Vallecas y el Museo de Bomberos). Luego en autobús nos dirigimos al barrio de Santa Eugenia para desde allí subir al Cerro Almodóvar.
Además de ofrecer unas vistas espectaculares de Madrid y sus alrededores, este cerro de 726 metros de altura sobre una base de 670 m. tiene una gran historia y las explicaciones que nos dieron nos depararon unas enseñanzas muy interesantes, en parte sorprendentes.
Junto al Patrimonio Histórico y Artístico al que nos referimos habitualmente hay otros elementos de interés que son los que corresponden al Patrimonio Natural, y dentro de él hay uno de grandísima importancia, el Patrimonio Geológico. Está formado por espacios protegidos por sus valores geológicos. Uno de ellos es el Cerro Almodóvar.
La estructura geológica de un medio natural o de un lugar es uno de sus elementos más importantes. La superficie terrestre se asienta sobre un sustrato que proporciona los cimientos del conjunto y que además es el elemento más antiguo de dicho lugar. El sustrato está formado por diferentes tipos de rocas que a lo largo del tiempo y los procesos geológicos se han ido conformando. Así, en cierto modo las rocas son documentos que permiten reconstruir el pasado de un terreno, o sea no dejan de ser un documento histórico que nos facilita información muy valiosa.
En la Comunidad de Madrid se distinguen dos grandes conjuntos geomorfológicos o unidades de relieve, la Sierra y la Depresión.
La Sierra está formada por cimas, vertientes y depresiones, con sus canteras de granito y la hermosa piedra gneis que admiramos durante nuestra visita a Buitrago. Casiano del Prado la representó en su mapa con los tonos rosados.
La Depresión ocupa la zona central (que incluye la ciudad de Madrid), este y sureste. A su vez está formada por altas superficies, relieves intermedios, depresiones y valles. Entre los relieves intermedios se encuentran los cerros, generalmente coronados por un nivel duro, caliza o sílex; son llamados cerros testigo porque están aislados en una zona plana. Ese nivel duro es el que posibilitó su formación pues la piedra es resistente a la erosión que sufrieron estos terrenos hace miles de años.
Como sabemos, el sílex o pedernal y la piedra caliza, abundantes en minas antiguas, junto con el modesto ladrillo fueron materiales principales utilizados en la construcción de Madrid y sus monumentos. El sílex, importante desde la prehistoria para la construcción de herramientas, luego utilizado en la edificación de la primera muralla islámica, se convirtió en emblema de Madrid.
Casiano del Prado, ingeniero de minas y geólogo, fue uno de los pioneros en escribir sobre este tema; publicó su Descripción física y geológica de la provincia de Madrid en 1864. En su obra se refiere al Cerro de Vallecas que suele llamarse también de Almodóvar.
En el mapa del Instituto Geográfico Nacional de 1875 está representado con este nombre, Cerro Almodóvar, se cree que de origen árabe, que aparecerá en los mapas posteriores.
En ellos se aprecia cómo el límite entre ambos pueblos, hoy distritos de Madrid, atraviesa el Cerro. En la actualidad ambas Juntas de Distrito, Villa de Vallecas y Vicálvaro tienen competencias sobre él.
Describe Casiano del Prado, que lo recorrió al menos en dos ocasiones, que lo primero que se ve bajo las capas vegetales es la arcilla toda llena de guijos o fragmentos no rodados de sílex. Esto es lo que yo he visto en 1850… en los cortes que allí ofrecen las canteras en que se extrae esta piedra.
Nos cuenta también que el sílex o pedernal se encontraba con bastante abundancia en Vicálvaro y Vallecas, igual que en otros cerros como el cercano Cerro de los Ángeles en Getafe.
No es de extrañar que hace pocos años, en 2008, a pocos metros de la base del Cerro fue hallado un yacimiento paleolítico con restos de pedernal labrado por los habitantes de la época, los neandertales.
El Cerro Almodóvar forma parte de una serie de cerros testigo en los que tienen mucha importancia no solo el sílex, también la sepiolita. El Cerro de las Canteras de San Fernando al norte; al sur el Cerro de los Ángeles, Cantueña en Parla y el Cerro Batallones en Torrejón de Velasco, donde se encuentra otro yacimiento arqueológico importantísimo.
Como decíamos, en Madrid tradicionalmente han existido y en la actualidad existen canteras y yacimientos de rocas y minerales. Arenas y gravas, arcillas, calizas, yeso, granitos, gneises, sepiolita, etc. La sepiolita se encuentra en gran cantidad en Vallecas, Vicálvaro y Barajas. Se utiliza como absorbente, aglomerante, decolorante…
Entre Coslada y Vicálvaro continúa existiendo una mina de sepiolita, actualmente a cielo abierto, una de las más importantes del mundo, que se puede ver desde aquí.
Cerca de la mina, a los pies del cerro se encuentra la fábrica TOLSA, que procesa la sepiolita y la transforma en productos industriales y de consumo (lechos higiénicos, toallitas y alimentación para mascotas, filtros de cigarrillos…)
En la cumbre del cerro se encuentra uno de los vértices o puntos geodésicos que forma parte de la Red Geodésica Nacional que sirve al Instituto Geográfico para elaborar sus mapas, calcular distancias, etc.
Cumbre en la cual, aunque ya no existan canteras, aún se encuentran numerosos fragmentos del preciado sílex, testigo de la larga historia de este cerro y sus alrededores, desde la prehistoria hasta nuestros días.
Por : Mercedes Gómez
————-
Bibliografía:
PRADO, Casiano de. Descripción física y geológica de la provincia de Madrid. Madrid, 1864.
Atlas geo-científico del medio natural de la Comunidad de Madrid. Instituto Geológico y Minero de España. Madrid, 1988.
web Patrimonio Geológico-Minero del IGME
Diario El País 3 nov. 1983; 13 oct. 2008; 22 agosto 2014.
Queridos amigos:
Celebramos un nuevo cumpleaños. Por increíble que parezca en este inmenso y variable mundo que es internet cumplimos ocho años y aquí seguimos, juntos.
A lo largo de ocho años han pasado muchas cosas, en nuestra ciudad y fuera de ella, buenas y malas, como siempre en la vida. A nosotros mismos nos han pasado muchas cosas. Hemos cambiado, nuestra vida ha podido cambiar también, el mundo de los blogs es otro sin duda, las redes sociales ocupan casi todo el escenario… pero lo que parece continuar intacto es nuestro amor e interés por el arte y la historia de Madrid. Y eso es lo que nos mantiene. Por eso, una vez más, debo daros las gracias a todos los posibles lectores, conocidos o anónimos.
A los que me acompañáis ¡algunos casi desde el principio!, a todos los que os habéis ido incorporando, llegasteis un día quizá en busca de alguna información, y os habéis quedado, miles de gracias. Por supuesto a todos los que aunque sea de forma ocasional habéis formado parte de la tertulia en algún momento.
Y sobre todo gracias a todos los que a lo largo del año habéis participado con vuestros comentarios, ¡gracias!, ha sido un placer disfrutar de vuestra compañía,
34bm, Adrián, AJC Asesor fiscal, Alberto de la peña garoz, Alejandro Prensa Martínez, Alfonso Calle, Alfonso, Alfredo, Alfredo M., Almudena, Álvaro González, Amalia Gallego, Amparo Berlinches, Ana, Ana María, anarganda, Ángel Alda, Ángel Pérez, Ángel, Aníxiu, Asociación Cultural Memoriarte, Álvaro González, Beatriz Dutor, bescorp, Blas, Boro, capa212, Carlos Alberto, Carlos Alcañiz, Carlos Osorio, Carlos Rodríguez Borge, Carlos Sánchez Gómez del Pulgar, carlovino, Carmen Ortega, Carmen Porras, Carmen Requejo, Carmen Robles, Carmen Santiago Jaquete, Carolina, Celeste, César Brandariz, Cibeles Madrid, concha, Concha Montoya, Consuelo Espinosa, Consuelo Hernández, cris, Dan, Daniel Liebana, David Luigi, descubriendomayrit, desde Montilla (Andalucía), Dino Armas, el blog de charo ulecia, El Sereno de Madrid, Elena Casas Castells, Elena, Emilio Guerra, Emilio Sarabia, Enrique, Enrique de Aguinaga, Enrique Fernández Envid, ensondeluz, Fanny Ribes Cot, Fátima de la Fuente, Feli Moya, Félix Santiago González, Fernando, Fernando Escolano, Fernando Moreno, Francis, Francisco, Gabriel, Gabriel Rentero, Ignacio, Iñaki Abalos, Isabel Uriarte, Javier Callejo, Javier Jiménez Pilar, Javier-Julio García Miravete, Javier, Joana Isabel Coll, jordidiazcallejo, jose, Jose Antonio Perálvarez, Jose Carlos Hidalgo Romero, José Fresgut, José Luis, José Luis Díaz, José, Joselino Vaamonde Horcada, Juan, Juan Carlos García, Juan Francisco Fernández, juan luis, Juan Zevi, juanamartinramirez, julián, Julio Moreno, Kikeco, Lázaro, Leopoldo Fernández, Leticia, Ligia, Luis, M.Rosario, Mª Isabel, Madrid en ruta, madridconm, Maite, Maite Castañares, Mamen nogales, Marcos, Marga, Margarita, María José Bayón, María Luisa, María Paz Ramos, María Victoria Arribas, Mariarosa, Maribel Piqueras, Miguel, Miguel Guerra, Miguel Mercado, Nacho, Nicoletta De Matthaeis, Nuria, Olavide, Óscar Perea Rodríguez, oscar, Pablo Jauralde Pou, Paco Gómez, Paloma, Paloma Pineda, Paloma Villalobos, Papageno, Pedro, Pepa Bolgar, Pilar, Rafael Martín, Ramón Martín Pérez, Ramón Oria, Raquel rs, Ricardo Gago, Rita anoz, Robert Lukman, Rosa, Rubén, Salvador Quero, sonila, Soraya Manso, Vega Briones, Víctor, Victoria.
Saludos y besos
Mercedes
Hay calles en que su forma esconde toda su historia, son las calles que nacieron a partir de los accidentes del terreno, barrancos, antiguos caminos o arrimadas a las murallas. Dos de ellas son la Cava Baja y la calle del Almendro.
Originalmente la manzana 150 comenzaba a numerarse en Puerta Cerrada, seguía por la Cava Baja de San Francisco, hoy Cava Baja, volvía por la calle del Almendro y por la calle del Nuncio llegaba nuevamente a Puerta Cerrada. Desde el siglo XV la muralla construida en el siglo XII sirvió de apoyo a las casas que la fueron conformando, siendo la calle del Almendro la zona intramuros y la Cava Baja el antiguo foso situado extramuros. Se trata de uno de los tramos de la muralla cristiana con vestigios mejor documentados y representados en los planos.
En el primer plano conocido de la Villa de Madrid Antonio Mancelli la representó de forma esquemática pero muy clara, con sus torres, tres de ellas semicirculares.
Unos años después en 1656 Texeira la dibujó en su plano. En los de Espinosa (1769) y de Coello y Madoz (1849) se aprecia cómo la calle del Almendro iba desde la plaza de San Andrés hasta la calle del Nuncio.
Hacia la mitad del siglo XIX, pues así aparece ya reflejada en el plano topográfico de 1866, la calle del Almendro se prolongó hasta la Cava, atravesando la manzana que quedó partida en dos.
——–
Hoy volvemos al solar que visitamos a finales del pasado mes de agosto, solar con entrada por la calle del Almendro nº 3 y la Cava Baja 22. Actualmente, tal como estaba previsto, el espacio está en obras. El Ayuntamiento lo está acondicionando para que los vecinos y visitantes podamos disfrutarlo como ya contamos.
Recordemos que había sido abierto al público después de más de treinta años cerrado y tapiado.
Eliminados el tapiado y enfoscado se ha recuperado el muro original de piedra y ladrillo así como los huecos de las ventanas de la planta baja del edificio que ocupó el solar hasta su demolición ahora protegidas solo por unos barrotes que permiten ver el interior. La bonita puerta de entrada ha sido restaurada.
El lugar por el que discurría la muralla y un torreón, cuyos restos subsisten bajo el nivel del suelo, se han marcado en el pavimento que recrea la forma de su planta; se han dibujado tal como hicieran Mancelli y Texeira hace siglos. Los visitantes del parque ahora podremos ver y comprender el camino que seguía la muralla, límite de Madrid en el siglo XII.
Dichos restos fueron estudiados en 1983. Como ya vimos, durante la excavación aparecieron vestigios de su cimentación y el arranque de uno de los cubos semicirculares, ahora recreado. En altura se conservan restos en la medianería del edificio contiguo, nº 24 de la Cava Baja.
Además fueron encontrados dos silos en los que aparecieron numerosos vestigios de cultura material, ataifores o platos islámicos y otras cerámicas. Estos materiales hallados en su relleno eran todos de cronología islámica (siglos X y XI), así como cinco fondos para encajar grandes tinajas, de la misma época.
También aparecieron restos arquitectónicos superpuestos o adosados a ella, desde el siglo XIV al XIX.
El muro perpendicular a la muralla que llamó nuestra atención este verano ha sido limpiado y luce espléndido con sus cajones de mampostería entre hiladas de ladrillo, típica construcción medieval.
Es muy probable que se trate de restos de edificaciones que, como hemos visto en otros artículos, se fueron adosando a la muralla a partir del siglo XV. En esta zona, entre Puerta Cerrada y Puerta de Moros, las primeras casas extramuros fueron levantadas a partir de 1517.
El edificio contiguo al solar, actual nº 5 de la calle del Almendro, fue estudiado en 2003. Se llevó a cabo la excavación de un sondeo arqueológico y documentación del muro testero del inmueble con motivo del proyecto de su rehabilitación. En este caso no se encontró muralla pero fue hallado un pozo de época islámica.
En el nº 15 existe otro lienzo, de unos 16 metros de largo por 11 de alto, hallado tras el derribo de un edificio en 1967, que hasta ahora nunca había sido restaurado ni objeto de estudio. Su estado, muy deteriorado por antiguas perforaciones y el paso del tiempo, es de ruina.
Actualmente, de la misma forma que el solar de Almendro nº 3, el jardincito cerrado durante años está en obras para ser acondicionado como espacio público y la muralla andamiada para su restauración. Gran noticia.
Por fin, después de años de abandono y desinterés por parte de las autoridades competentes, la muralla medieval comienza a recibir la atención que merece y esperamos continúe.
Algunos de los solares que el Concejo de la Villa fue cediendo a algunos vecinos para construir viviendas desde los comienzos del siglo XVI ahora, convertidos en parques, van a poder ser disfrutados por todos los vecinos del siglo XXI.
Continuará…
Texto y fotos : Mercedes Gómez
—-
Bibliografía:
SOLER, Álvaro. “Excavación de la muralla de Madrid. El solar de la Cava Baja 22 (octubre de 1983)”, Estudios de prehistoria y arqueología madrileñas, Ayuntamiento de Madrid, 1987, nº 5.
SOLER, Álvaro y TURINA, Araceli. “Excavaciones arqueológicas en el solar de la Cava Baja 22”, Madrid del siglo IX al XI. Comunidad de Madrid, 1990.
VVAA. Las murallas de Madrid. Arqueología medieval urbana. Ed Doce Calles, Comunidad de Madrid. Madrid, 2003.
ORTEGA VIDAL, Javier y MARÍN PERELLÓN, Francisco José : La Forma de la Villa. Comunidad de Madrid. 2004.
Comentarios recientes