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San Isidro Labrador nació en Madrid hacia el año 1083 y murió en 1172. Fue enterrado en el cementerio de la iglesia de San Andrés. Posteriormente, exhumado para su traslado al interior del templo, se halló el cuerpo incorrupto. Fue canonizado en 1622. Tras una larga historia, como sabemos, desde el siglo XVIII el patrón de Madrid reposa en la Colegiata de San Isidro, en un arca de nogal con filigrana de plata que, por primera vez desde 1985, el pasado mes de mayo se abrió. Durante unos días, el cuerpo expuesto del santo fue venerado por numerosos fieles y visitantes.

Se cree que Alfonso VIII, rey de Castilla entre 1158 y 1214, donó una primera arca sepulcral para guardar el cuerpo de san Isidro, que a finales del siglo XIII fue trasladado a una nueva, la que hoy se conserva en la Catedral, que custodió los restos del patrón hasta 1620.

Este año 2022, con motivo del IV centenario de la canonización de san Isidro Labrador, en la Catedral se ha abierto al público la capilla en la que se conserva el arca; el Museo de la Catedral de la Almudena se ha encargado de su musealización.

Capilla de San Isidro. Catedral de la Almudena.

En el centro del muro al fondo de la capilla, sobre el arca, se ha ubicado el cuadro El milagro del pozo, copia del original de Alonso Cano que se encuentra en el Museo del Prado.

Además, se han bajado de sus ménsulas habituales las esculturas de san Isidro y santa María de la Cabeza, con el fin de que podamos admirar mejor su belleza. Son dos tallas barrocas de madera policromada atribuidas a Juan Alonso de Villabrille y Ron, el mismo autor de las esculturas proyectadas en 1722 por encargo del arquitecto Pedro de Ribera para adornar el puente de Toledo.

Y la joya que por fin podemos contemplar de cerca es el arca medieval a la que nos hemos referido, que guardó los restos del santo desde finales del siglo XIII hasta 1620. En 1993, año de la consagración de la Catedral, fue aquí trasladada procedente del palacio episcopal.

Es una obra importante desde todos los puntos de vista, religioso, histórico y artístico.

Es de madera de pino cubierta de pergamino con pinturas de estilo gótico lineal, con influencias del arte mudéjar.

A pesar de su carácter funerario se considera «uno de los muebles más antiguos que existen hoy en la ciudad de Madrid». Como tal fue expuesto en 1926 en la muestra en el Antiguo Hospicio de San Fernando –hoy Museo de Historia– El Antiguo Madrid, por su madera, «preparada para la pintura de manera similar a los decorados de los códices del siglo XIV». El conde de Polentinos, que formó parte de la comisión organizadora, la fotografió.

Exposición El Antiguo Madrid, 1926. Archivo Conde de Polentinos (IPCE).

Se representaron los milagros atribuidos al santo. En el frontal se conservan tres, el milagro de los bueyes guiados por ángeles, la multiplicación del trigo en el molino y el milagro de la olla.

Arca de San Isidro. Catedral de la Almudena.

Las pinturas son magníficas, entre otras cosas ejemplo de la época que representan. San Isidro y santa María de la Cabeza, que generalmente se identifican con la imagen que adquirieron en el siglo XVII, aquí aparecen vestidos a la manera medieval, san Isidro como labrador castellano.

Arca de San isidro (detalle)

Se cree que otros dos milagros estarían representados en la parte posterior, que no se conservan, aunque se aprecia que hubo pinturas igual que en los otros lados del arca.

Los laterales recrean otras escenas, la Anunciación a un lado y Cristo varón de dolores flanqueado por santa María Magdalena y la Virgen María al otro.

El mueble fue decorado en su totalidad, pero en muchas zonas, como la tapa superior, la pintura está muy deteriorada y aparece la madera.

En algunos fragmentos se aprecian aún figuras, como el oso rampante, símbolo de Madrid, en una cenefa de la parte frontal superior.

El arca de san Isidro estuvo apoyada sobre seis leones de alabastro; se conocen estampas que los representan.

Teófilo Rufflé. «Arca sepulcral de San Isidro Labrador, patrón de Madrid, que se conserva en la iglesia parroquial de San Andrés». Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.

La buena noticia es que dos de estos valiosos leones, pertenecientes a una colección particular, se exponen en la capilla de la Catedral.

Pareja de leones (alabastro, sg. XIV). Col. particular.

Merece la pena ir a contemplar el arca, los leones y otras obras de arte en este año santo de san Isidro Labrador, y de paso animarse a visitar el Museo de la Catedral de la Almudena, imprescindible en el relato de la historia de Madrid, que, entre muchos tesoros, conserva la otra obra importantísima relacionada con nuestro patrón, el Códice de Juan Diácono, igualmente de finales del siglo XIII.

Por : Mercedes Gómez

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Bibliografía:

José Amador de los Ríos. “El arca sepulcral de San Isidro Labrador, patrono de Madrid, que se conserva en la iglesia parroquial de San Andrés”, Museo Español de Antigüedades, tomo IV, año 1875.

Francisco María Tubino. Monumentos arquitectónicos de España. Arca sepulcral de San Isidro Labrador que se conserva en la iglesia de San Andrés. Madrid, 1880.

Conferencia Las huellas de San isidro en la Catedral de la Almudena, por Cristina Tarrero. dentro del Ciclo de conferencias: IV Centenario de la Canonización de San Isidro Labrador. IEM. 2022.

Alfa y Omega

Hace pocos días ha tenido lugar una procesión singular en Madrid, con motivo del 125 aniversario de las Cuarenta Horas en el monasterio del Corpus Christi.

Tengo el placer de invitaros a conocerla, gracias a Vicente Benítez Blanco que nos regala un texto y unas espléndidas fotografías. Vicente es un gran especialista en la historia y el arte de este convento, autor de varios artículos y del libro «Monasterio del Corpus Christi “Las Carboneras” IV Centenario (1605-2005)».

Espero que lo disfrutéis, gracias a todos

Mercedes

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En 1896, al monasterio del Corpus Christi de monjas jerónimas, con la ayuda de la reina regente doña María Cristina de Habsburgo, les fue concedido por el Papa León XIII el privilegio de las Cuarenta Horas, es decir, tener expuesto el Santísimo en su iglesia durante todo el día. Comenzando el 15 de noviembre de aquel año hasta nuestros días.

Desde su fundación en 1605 por doña Beatriz Ramírez de Mendoza, este monasterio tuvo una especial veneración eucarística.

Ya en 1946 en plena postguerra, se conmemoraron los cincuenta años de esta efeméride con misas votivas los días 13, 14 y 15 de noviembre, y para realzar los actos intervienen distintos predicadores, la escolanía Sagrada Familia y se adorna la iglesia con esmero con plantas que regala el ayuntamiento.

Y, en una fecha más cercana, en 1996, justo a los cien años, se celebró los días 22, 23 y 24 de noviembre, en esta ocasión las monjas invitan al Sr. arzobispo y obispos auxiliares, interviniendo uno cada día. Para realzar las ceremonias intervino una coral y la Hermandad de la Macarena, muy vinculada con las Carboneras, aportó un portacruz y ciriales de gran belleza.

Como vemos en estos antecedentes, la celebración fue en fechas próximas al 15 de noviembre, pero en esta ocasión se ha demorado unos meses para hacerlo dentro de la octava del Corpus, por tal razón y como epílogo se ha realizado una procesión especial con el Santísimo por las calles próximas al monasterio, recorriendo lugares tan emblemáticos como la plaza de la Villa, plaza del Cordón, pasando por la iglesia de San Pedro el Viejo en la calle del Nuncio.

Salida de la custodia, al fondo retablo de la Virgen Carbonera.

Es esta su primera salida, si nos atenemos a las crónicas escritas, y para darle una mayor vistosidad, después de la cruz de guía y ciriales, seguían los miembros del coro Schola Antiqua, que habían intervenido durante la misa. Cofrades de la Macarena portaban la Inmaculada de la sala de labor, una preciosa talla barroca del siglo XVII, que en los últimos años se venera en la iglesia en la novena del mes de diciembre. Esta obra sigue los modelos de Pedro de Mena, aunque es de fecha posterior, la talla lucía espléndida como puede verse en esta foto tomada a su paso por la plaza de la Villa.

Inmaculada de la sala de labor.

El Santísimo se expuso y procesionó en la custodia llamada Fundacional, por ser la más antigua y de los años que se erigió el convento, es una joya de la orfebrería madrileña, en plata sobredorada, del siglo XVII. Pertenece a las llamadas custodias de sol, tiene base circular, con un elegante astil que sostiene el viril donde va la Sagrada Forma. Posee rica ornamentación en formas y colores, debido a la abundancia de piedras preciosas que la decoran. El círculo del viril presenta 32 rayos flameados, la mitad de los cuales se rematan en estrellas con pedrería en color, algunos son de coral rojo. Cabe destacar el bello camafeo renacentista que representa el perfil de Cristo y la Virgen, situado debajo del viril.

El Santísimo bajo palio a su paso por la plaza del Cordón.

Y como colofón, en la plaza del monasterio, la del conde de Miranda, se levantó un altar, con la imagen de san Miguel, de muy bella factura, perteneciente al siglo XVIII, y que se expone habitualmente en el antecoro. El arcángel se presenta pisando a un par de demonios a la vez que blande su amenazante espada contra el mal, como podéis ver en la fotografía.

Altar de san Miguel en la plaza Conde de Miranda (detalle).

Siempre es un buen momento para acercarse a este monasterio, sentir su espiritualidad y admirar todo el arte que contienen su iglesia y retablos.

Texto y fotografías: Vicente Benítez Blanco

La iglesia franciscana de San Antonio fue proyectada por el arquitecto Bernardo Giner de los Ríos en 1927, en la esquina de la calle Duque de Sesto con Lope de Rueda.

Revista Arquitectura, 1927 (BNE)

Bernardo Giner de los Ríos nació en Madrid en 1888 y murió en el exilio, en México, en 1970. Era sobrino de Francisco Giner, fundador de la Institución Libre de Enseñanza; allí cursó Bernardo sus estudios de primaria. Luego estudió ingeniería y arquitectura. Además fue político; durante la 2ª República fue diputado y ministro en varias ocasiones.

Como arquitecto municipal desde 1916 a 1936 trabajó en la Sección de Construcciones y Propiedades del Ayuntamiento de Madrid; en 1928 fue nombrado Jefe de Construcciones Escolares. Como responsable de este área, entre 1931 y 1934 edificó varias escuelas, en esos momentos muy necesarias. Trabajó junto a Antonio Flórez Urdapilleta, que había creado los Pabellones de la Residencia de Estudiantes y algunos centros escolares inspirados en la ILE.

Por todo esto, Bernardo Giner es más conocido por los colegios que construyó, algunos se conservan, pero no fue lo único que creó, su huella es notable en Madrid. Participó en algunas reformas como la de las Antiguas Escuelas Aguirre. En arquitectura residencial se le atribuye la construcción de la casa palacio en Padilla 38 (1925) en la que vivió Juan Ramón Jiménez; en 1926 levantó un edificio de oficinas y comercios en la calle Almirante 1. Además de otros edificios que no se conservan, como la iglesia de San Antonio.

La nueva iglesia de San Antonio de Padua –y residencia de los Padres Franciscanos– fue inaugurada en agosto de 1927.

El templo era de una sola nave, con cinco tramos; el ábside, circular en su interior, tenía cinco ventanales con vidrieras policromadas que narraban las vidas de San Francisco y San Antonio.

La torre, adosada a la nave, llevaba a la escalera general de la Residencia y daba paso al coro y a la azotea.

El conjunto, que podría considerarse de estilo neomudéjar, dentro de una gran sencillez, era de ladrillo, menos el zócalo, que era de piedra.

La residencia tenía tres plantas (habitaciones, biblioteca, etc.)

Como parroquia fue erigida canónicamente en 1966.

El conjunto fue derribado en 1975 y en el mismo lugar se construyó el actual templo y nuevo convento, de seis plantas, obra del arquitecto José Manuel Marañón Richi, inaugurado en 1977.

Calle Duque de Sesto 9, esquina Lope de Rueda.

Hoy día es la Parroquia San Antonio del Retiro. Lo cierto es que se encuentra muy cerca del Parque del Retiro, pero pertenece al barrio de Goya, distrito de Salamanca.

La iglesia es también de una sola nave, en ligera pendiente, ocupada por varias filas de bancos convergentes en el ábside circular. Fue construida, como otras en esos años, siguiendo las directrices del Concilio Vaticano II, que pedían la celebración de actos comunitarios, con participación activa de los fieles. Las misas ya no eran en latín ni de espaldas a los asistentes.

Destaca la vidriera de Carlos Muñoz de Pablos.

De la primera iglesia únicamente se conserva una pequeña imagen de la Virgen del Pilar, ubicada en una capilla lateral a los pies del templo.

Por: Mercedes Gómez

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Bibliografía:

“Iglesia de San Antonio”, Arquitectura, nº 101, Madrid, 1927.
COAM. Guía de Arquitectura, Madrid, 2003.
Fiesta patronal y bodas de oro de la parroquia San Antonio del Retiro, Archidiócesis de Madrid, 2016.

 

 

 

La iglesia de Nuestra Señora de la Paz, en la calle de Doctor Esquerdo 44, esquina O’Donnell, fue proyectada en 1905 por Joaquín Kramer Arnaiz; creada para dar culto al antiguo Asilo de San José y Colegio de la Paz, edificio que había sido diseñado a su vez dos años antes por Luis María Argentí.

Fachada principal. Joaquín Kramer, 1905. AVM (publicado en Guía COAM)

Dicho conjunto formaba parte de una serie de edificaciones benéficas y asistenciales que a finales del siglo XIX ocuparon dos manzanas, entre las actuales O’Donnell, Doctor Esquerdo, Doctor Castelo y Máiquez.

El asilo se comunicaba con el templo, y así continúa. Por la planta sótano se llega a la cripta, desde la planta baja se accede al interior de la iglesia y desde el piso principal al coro. Pero es una construcción independiente, tanto arquitectónica como funcionalmente ya que ofrece culto tanto a la institución, actual residencia para mayores, como a los fieles en general. Nunca ha sido parroquia.

M. Santos Yubero, Colegio de la Paz, 1950 (ARCM)

El Paseo de Ronda, actual calle de Doctor Esquerdo, en aquellos momentos era el límite urbano del Ensanche de Madrid. Enfrente, al otro lado de la calle O’Donnell, ya había sido construido el Real Colegio de Nuestra Señora de Loreto.

Muy transformadas, tras la demolición de algunos edificios construidos como ampliación del asilo original, entre 2002 y 2004, y con cambios de uso de algún otro, las manzanas se mantienen.

Se conserva el edificio de asilo y colegio que entre 1990-95 fue adaptado, como decíamos, para residencia de personas mayores, y la iglesia.

La iglesia de Nuestra Señora de la Paz en origen fue construida bajo la advocación del Sagrado Corazón de Jesús, costeada por Adolfo Bayo y Bayo, senador por Madrid, banquero y hombre de negocios diversos, y su mujer Elisa Tapia y Parrella. Ambos fundadores reposan en la cripta del templo. Adolfo Bayo, tras la muerte de sus padres adoptivos, descubrió que había estado en la Inclusa; la financiación de la iglesia fue una forma de dar las gracias.

Sección longitudinal. María Luisa Meyer, 1986. Cedida por el Autor (publicada en Guía COAM)

A ambos lados de la puerta de entrada, sobre las pilas de agua bendita una inscripción pide una oración por sus almas.

La iglesia fue construida en estilo neogótico, enmarcado en el historicismo que dominaba en esos comienzos del siglo XX madrileño.

Las fachadas fueron restauradas en 1986 por María Luisa Meyer. En 1995 la torre de la iglesia fue consolidada, trabajos a cargo de Raquel Flórez.

Iglesia de La Paz, 1987 (Biblioteca digital memoriademadrid)

Desde hace varios años algunas lonas cubren las cornisas y cresterías para evitar que posibles desprendimientos desde zonas deterioradas caigan a la calle y provoquen daños.

Según explican en un folleto de la propia iglesia son necesarios varios trabajos de restauración; la primera etapa, la más urgente, es la impermeabilización de cubiertas, reparación de cornisas, cresterías y fachadas.

En el exterior destaca la torre octogonal coronada por una cruz que define la imagen característica de la iglesia, también los detalles decorativos neogóticos, el rosetón, arcos, etc.

El interior tiene planta de cruz latina con tres naves y crucero, naves rematadas con tres ábsides poligonales adornados con tres retablos. La decoración de sus bóvedas, pilastras, etc. son muestra del mencionado estilo neogótico.

La nave central presenta bóvedas de crucería nervadas y arcos apuntados. El coro, a modo de tribuna, recorre todo el perímetro de la planta superior del templo.

El retablo mayor está presidido por la imagen de Nuestra Señora de la Paz.

La decoración interior fue obra de Casa Jaume y Compañía, que realizó los altares, púlpitos, confesionarios y el órgano.

Las vidrieras son de varios tipos, con figuras pintadas, alguna de ellas firmada por el taller de La Vidriería Artística de Madrid, y otros motivos meramente geométricos.

A los pies de la iglesia se encuentra el Cristo de la Paz.

En el exterior otra imagen del Cristo, realizada en cerámica de Talavera.

En 2019 fue incoado el expediente de declaración como Bien de Interés Patrimonial del antiguo Asilo de San José y Colegio e Iglesia de Nuestra Señora de la Paz. En octubre de 2020 fue declarado BIP, desde entonces figura en la lista de bienes protegidos, bienes inmuebles de la Comunidad de Madrid, en la categoría de Conjunto, como muestra de la arquitectura dotacional benéfica y asistencial de finales del siglo XIX y principios del siglo XX.

Por: Mercedes Gómez

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Bibliografía:

COAM. Arquitectura de Madrid, 2003.
BOCM, núm. 161, 9 de julio de 2019, pp. 47-55.
Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Comisión de monumentos y patrimonio histórico, oct. 2019, Acta nº 7.

El primer recinto del Mayrit islámico tenía tres puertas. Desde la Puerta de la Vega, la más importante, en el suroeste, una vía principal atravesaba la medina hasta la puerta oriental, la puerta o Arco de la Almudena conocida también como Puerta de la Mezquita por su proximidad al templo. Sobre esta mezquita se levantó la iglesia cristiana que conservó el nombre antiguo, Santa María de la Almudena.

La primitiva iglesia de Santa María, una de las que figura en el Fuero de Madrid de 1202, otorgado por Alfonso VIII, se considera la más antigua de la Villa. Uno de los documentos en los que aparece, el más antiguo a su vez, una joya conservada en el Museo de la Catedral de la Almudena, es un privilegio del rey de Castilla, Enrique IV, confirmado por la reina Juana I, firmado el 2 de mayo de 1508.

Privilegio de Enrique IV (Museo de la Almudena)

El sencillo templo, que se fue ampliando mediante capillas en siglos posteriores, estaba situado en la actual calle de la Almudena frente a la calle Mayor.

Iglesia de Santa María (plano de Texeira, 1656)

Como ya vimos en la entrada dedicada al origen de la Virgen de la Almudena, después de muchos intentos y avatares, con motivo de las obras de ampliación de las calles Mayor y Bailén, se tomó la decisión del derribo que comenzó el 27 de octubre de 1868 y finalizó el 4 de mayo de 1869.

Foto J.Laurent, archivo Ruiz Vernacci (Fototeca IPCE)

Esta remodelación urbanística hacía tiempo que se estaba intentando llevar a cabo por, entre otros, Ramón de Mesonero Romanos, quien –famoso por su defensa del patrimonio madrileño– lo había solicitado años antes desde su cargo de concejal del Ayuntamiento y su Proyecto de mejoras generales. Aunque admitía que era la más antigua de Madrid, la consideraba «pequeña y de ningún valor artístico»; había que «sacrificarla» para llevar a cabo su «grandioso proyecto».

Santa María fue una víctima más de las numerosas demoliciones de iglesias que se realizaron –por varios motivos– a lo largo del siglo XIX.

Ciento treinta años después, en 1998 nuevas obras de reforma de la calle Mayor y su correspondiente excavación arqueológica sacaron a la luz vestigios de varias épocas, de los siglos XII, XVII y XVIII. Hoy día se conservan bajo un cristal, entre ellos los restos de la cabecera del templo medieval.

Algunos elementos arquitectónicos de la primitiva iglesia del siglo XII, hallados durante esta excavación de la calle de la Almudena, se conservan en el Museo Arqueológico Regional en Alcalá de Henares. Medio capitel con motivos vegetales, un canecillo y un capitel esquinero.

Museo Arqueológico Regional

Según Jerónimo de la Quintana, uno de los cronistas del siglo XVII, el templo incluso antes que mezquita árabe fue iglesia cristiana. Es muy posible que existiera algún poblado visigodo antes de la llegada de los árabes, aunque la realidad es que sobre esto no hay pruebas arqueológicas ni documentales. Los autores del siglo de Oro –deseosos de encontrar orígenes remotos de la Villa– hablaron de una lápida encontrada en la iglesia que por la inscripción podría corresponder a una sepultura de la época de dominio visigodo aunque la investigadora Áurea de la Morena cree que seguramente lo que ocurrió es que, por su afán de antigüedad, hubo un error de transcripción en las fechas. La lápida no se conservó; pero es uno de los argumentos utilizados para hablar de la posible existencia de una ermita visigoda en este lugar.

En la iglesia de Santa María se veneraba a la Virgen de la Almudena. Nada se sabe sobre la que pudo ser la imagen primitiva; la tradición cuenta que desapareció en un incendio en el siglo XV. Sí se conoce y felizmente se conserva otra imagen que estuvo en la iglesia medieval, en este caso pintada, la de Nuestra Señora de la Flor de Lis, así llamada por la flor que tiene en su mano derecha.

Es considerada la primera imagen mariana venerada en la iglesia y probable precedente de la Virgen de la Almudena.

La pintura se encontró detrás del retablo en 1623, durante unas obras para colocar la imagen de la Almudena en el altar mayor. La reina doña Isabel de Borbón, esposa de Felipe IV, estando embarazada –nacería la princesa doña Margarita– quiso en los últimos días antes del parto ofrecer una novena a Nuestra Señora de la Almudena. Explica Quintana que la imagen se encontraba en una capilla muy pequeña por lo que se determinó trasladarla al altar mayor. Para su traslado fue necesario quitar algunos tableros de dicho altar y en ese momento se descubrió la imagen de la Virgen María con el Niño en sus brazos pintada sobre la pared, entre dos columnas.

Después Quintana describe la imagen, hoy conocida como de La Flor de Lis, y añade que es de tiempo del rey Alfonso VI, como indica la diadema. En realidad se trata de una pintura mural datada en el siglo XIII.  

En 1638 se arrancó el bloque de yeso de 10 cm. de espesor sobre el que estaba la pintura y se trasladó a otro lugar de la iglesia. En 1868, tras el derribo, pasó a la iglesia del Convento del Santísimo Sacramento, junto a la talla de la Virgen de la Almudena, y desde allí definitivamente a la Cripta de la Catedral, situada en uno de los brazos del crucero, donde hoy se encuentra.

Recientemente ha sido restaurada y estudiada. Su aspecto es muy distinto al que tenía antes de la intervención debido a que han sido eliminados numerosos repintes de diferentes épocas.

Procedente de la primitiva parroquia, en la Cripta se halla también un Cristo crucificado, el Santísimo Cristo del Buen Camino, una talla datada en 1540; muy dañada durante la guerra ha sido restaurada, las partes perdidas fueron repuestas con estuco y la policromía fue realizada de nuevo.

En la iglesia de Santa María había otras pinturas, dos de ellas anónimas, probablemente de autor distinto, pintadas hacia 1640, de interés más histórico que artístico, que describen los milagros de la virgen y la procesión celebrada en 1638. Se trata de la Intervención y milagros de Santa María de la Almudena y la Procesión de Santa María de la Almudena en 1638 (ambos, óleo sobre lienzo, 184 x 248 cm.). Actualmente se encuentran en el lado izquierdo del crucero de la Catedral, sobre las puertas de entrada y salida en la calle Bailén, frente al retablo de la Almudena. Estas pinturas representan a la perfección el espíritu y significado de la virgen de la Almudena en el siglo XVII.

La inscripción del primer cuadro cuenta cómo el rey Alfonso VI devolvió a Madrid la prodigiosa imagen de la Almudena que fue hallada, milagrosamente, en un cubo de sus murallas y colocada en la iglesia. Además narra los méritos del rey, que murió en Toledo en el año de 1109.

Anónimo. “Intervención y milagros de Santa María de la Almudena” (h. 1640). Catedral de la Almudena.

La del segundo cuadro describe la historia de cómo en el año 1636 estuvo lloviendo día y noche durante tres meses y el Ayuntamiento de esta nobilísima villa acordó se sacara la Milagrosísima y Antiquísima imagen de Nuestra Señora de la Almudena patrona de esta villa

Anónimo. “Procesión de Santa María de la Almudena en 1638” (h. 1640). Catedral de la Almudena.

El Museo de la Catedral de la Almudena también conserva otras piezas únicas, igualmente procedentes de la iglesia de Santa María.

Muy importante es una lámina de bronce realizada en 1616 que se encontraba en el pórtico del templo. Se trata de una placa con versos inscritos bajo cuatro arcos de medio punto separados por columnas con capiteles corintios que cuentan la historia y milagros de la virgen. En su parte inferior muestra la representación de la imagen vestida de la Almudena más antigua que se conoce y la inscripción: «Origen de la antigua y milagrosa imagen de Nuestra Señora de la Almudena hecha componer a instancia de Diego de Peñaranda, platero natural de Burgos, particularmente devoto de la Virgen Santísima. Año 1616».

Lámina de bronce (89 x 53 cm), Diego de Peñaranda, 1616. Museo de la Almudena.

El museo guarda también una valiosa lápida de granito con la inscripción que recuerda que en 1616 doña Isabel Alvarez, vecina de Madrid, dona 800 ducados… Estuvo en el pórtico de la iglesia desde 1616 hasta su derribo.

Lápida 1616. Museo de la Almudena.

En el Museo del Prado, desde 1941, se encuentra la pintura el Milagro de San Isidro de Alonso Cano, realizada para el altar mayor entre 1646-48.

Alonso Cano, «Milagro de San Isidro». Museo del Prado.

Gracias a la foto de Jean Laurent, y a la maqueta realizada en madera por José Monasterio hacia 1950, actualmente expuesta en el Museo de San Isidro, conocemos cómo era la iglesia antes de su derribo.

Santa Mª de la Almudena, maqueta J. Monasterio. Museo de San Isidro.

La parroquia de Santa María tenía un ajimez o ventana volada en la cabecera donde se encontraba el camarín de la Virgen de la Almudena, construido con el fin de darle luz. La maqueta de Monasterio lo reproduce perfectamente.

Ajimez tras el camarín de la Virgen. Santa Mª de la Almudena, maqueta J. Monasterio. Museo de San Isidro.

Finalmente, volviendo al lugar en el que comenzamos, mencionemos otra bonita maqueta de bronce, instalada junto a las ruinas de la propia iglesia, en la calle Mayor.

Calle Mayor

¡Feliz Día de la Almudena a todos!

Por: Mercedes Gómez

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Bibliografía:

QUINTANA, Jerónimo de. A la muy antigua, noble y coronada villa de Madrid: historia de su antigüedad, nobleza y grandeza. Madrid, 1629.
MONASTERIO, José. «La antigua iglesia de Santa María la Real de la Almudena», en Boletín de la Sociedad Española de Excursiones, Año LV, 1951, 2º trimestre, pág. 121-130.
MORENA, Áurea de la. La antigua iglesia parroquial de Santa María de la Almudena. Madrid, 1980.
TARRERO, María Cristina. La iglesia de Santa María de la Almudena y la Real Esclavitud. Cabildo Catedral de Madrid, 2015.
GÓMEZ, Mercedes, «La Virgen de la Almudena. Historia, leyendas y representaciones de la imagen venerada en la Catedral de Madrid» , El Mundo de las Catedrales, Colección del Instituto Escurialense de Investigaciones Históricas y Artísticas, nº 62, San Lorenzo del Escorial, 2019.

 

 

La historia de la Parroquia de San Andrés de Madrid es muy antigua, su origen se remonta a la Edad Media. En el siglo XVI se adosó la Capilla del Obispo y en el XVII la Capilla de San Isidro.

Un primer proyecto de la Capilla dedicada al Santo tras su canonización en 1622 fue encargado a Juan Gómez de Mora, que no se realizó. El Archivo municipal conserva el Pliego de condiciones para construir la Capilla de San Isidro en la Iglesia de San Andrés de 1629, rubricado en 1630. En 1642 se convocó un concurso que ganó Pedro de la Torre. Este proyecto inicial fue modificado por José de Villarreal que llevó a cabo las obras de 1657 a 1669, las cuales fueron largas y estuvieron llenas de dificultades.

Por fin, el 15 de mayo de dicho año 1669 fue colocado el cuerpo de San Isidro en su nueva sepultura. Estuvo también en la Capilla del Obispo, pero volvió a San Andrés hasta que fue trasladado a la iglesia del Colegio Imperial, hoy Colegiata de San Isidro en la calle Toledo, donde continúa.

Iglesia de San Andrés. Casa Moreno. Archivo de Arte Español (1893-1953) (IPCE)

La Capilla tenía cuatro puertas, dos a cada lado, una más sencilla y otra monumental; y la iglesia tenía su propia portada haciendo esquina con la fachada este de la capilla. Sobre ella se encontraba la estatua de San Andrés, titular de la parroquia.

A.Passaporte, “Portadas de la iglesia de San Andrés” (1927-1936). Archivo Loty (IPCE)

La estatua, de la que hablaremos más adelante, la conocemos gracias a las fotografías antiguas, como la que vemos más arriba. Y ha inspirado hermosos dibujos, como este de Vicente Benítez.

Vicente Benítez Blanco, “San Andrés”, (carboncillo, 2019).

En cuanto a la Capilla, sobre la puerta oeste, en la Costanilla de San Andrés, se situó la imagen de la Virgen y el Niño, y sobre la puerta este, la imagen de San Isidro.

Las tres esculturas tradicionalmente se han atribuido al escultor Manuel Pereira (1588-1683).

Como escribió Enrique Serrano Fatigati, Pereira había nacido en Portugal, pero de tal modo llenó de santos de piedra las portadas de las iglesias y de imágenes de madera los altares de Madrid, que bien puede considerársele como un escultor de esta región artística.

Antonio Palomino, que había nacido en 1655 conoció a los artistas barrocos madrileños, ciudad a la que llegó en 1678, con apenas 23 años. Pereira entonces ya era un hombre muy mayor, pero –y aunque en sus últimos años trabajó poco debido a su problemas de visión y su edad– sin duda Palomino pudo conocerlo. En su Parnaso español pintoresco laureado, publicado en Madrid en 1724, en el capítulo sobre Manuel Pereyra, insigne escultor, enumerando las muchas estatuas que tiene en esta Corte, Palomino menciona el San Isidro de piedra que está sobre la puerta de su Capilla, y el San Andrés que está en la parroquia de dicho santo. Y una imagen de Nuestra Señora, en la otra puerta de dicha Capilla.

A partir de aquí fueron muchos los autores que recogieron la información. Ponz en 1776 menciona la estatua de San Andrés, obra de Manuel Pereyra, que estaba sobre la puerta de la Parroquia. En 1800 Ceán Bermúdez recoge ambas, la del santo apóstol encima de la puerta de la iglesia; y otra de la Virgen sobre una de las puertas de la capilla de San Isidro.

En la actualidad, según Rubén Sánchez Guzmán, en su investigación sobre Manuel Pereira citada aquí al final en la bibliografía, la autoría de Pereira no ofrecería ninguna duda en las dos esculturas realizadas para la Capilla, la de la Virgen y la de San Isidro. El autor cita un documento por el cual el 8 de mayo de 1666 don Antonio de Contreras otorgó libranza de 2.000 reales a favor del escultor a cuenta de las siete estatuas del retablo y otras dos de piedra que estaba haciendo para la capilla, a “quenta de lo que montaren nueve estatuas las siete de madera y las dos de piedra que ha de hacer para la dha capilla”.

En 1936 –excepto la Capilla del Obispo, felizmente– el conjunto quedó prácticamente destruido por un incendio, solo se salvó la estructura exterior. Una foto de Vicente Moreno muestra el estado de la portada de la capilla de San Isidro y de la iglesia de San Andrés después del incendio sufrido por ambos edificios el día 19 de julio de 1936.

Portada de la capilla de San Isidro (a la izq.) y de la iglesia de San Andrés (dcha.). Foto V.Moreno 7 agosto 1937 (IPCE)

Después de la guerra, la Capilla fue reconstruida, la iglesia derribada y el conjunto transformado completamente. En el solar de la iglesia se construyó la casa parroquial.

Al desaparecer la antigua iglesia de San Andrés desapareció la portada en cuya hornacina se encontraba la estatua de San Andrés. La escultura fue colocada en una de las portadas principales de la Capilla, donde antes estuvo San Isidro.

Las cuatro puertas se conservan. Situadas a ambos lados, las dos más pequeñas, adinteladas, dan acceso a la antecapilla. Están rematadas por unas sirenas que sujetan unos cesto y unos jarrones con frutas.

La que da al jardín es la entrada que se utiliza actualmente para entrar en la iglesia, y necesita ser restaurada, como lo ha sido la situada en la Costanilla.

Costanilla de San Andrés, 2019.

Las dos portadas monumentales son las otras dos, la de la Costanilla de San Andrés y la que corresponde a terrenos del antiguo cementerio, hoy zona ajardinada a la que se accede por una verja, desde donde se accede al templo.

Son dos puertas formadas por un vano de forma pentagonal, en cuyo lado superior hay un relieve escultórico, flanqueado por dos columnas a cada lado que sustentan una cornisa volada. Sobre la cornisa una hornacina aloja sendas estatuas.

Los dos relieves representan escenas de los Milagros de San Isidro. El Milagro de la Fuente en la portada oeste y el Milagro del Pozo en la portada este.

“Milagro de la Fuente”. Portada Costanilla de San Andrés.

En cuanto a las estatuas, se conserva en su lugar, en la Costanilla de San Andrés, la Virgen y el Niño, una de las obras realizadas por Pereira hacia 1666, según el documento mencionado.

Manuel Pereira. La Virgen y el Niño (h. 1666)

En la puerta este, en el Jardín, la escultura de San Andrés. Esta última es la que se encontraba en la puerta de la iglesia, como vimos. Sustituyó a la figura de San Isidro, desaparecida, también datada hacia 1666.

La imagen de San Andrés con el tiempo sufrió un gran deterioro, perdió la cabeza, la mano izquierda y el brazo derecho. Durante un tiempo estuvo en el Jardín. Fue restaurada en 2004 y, reintegradas las partes que le faltaban, volvió a la hornacina de la Capilla, donde hoy se encuentra.

M. Pereira. San Andrés.

 

Por: Mercedes Gómez

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Bibliografía

SÁNCHEZ GUZMÁN, Rubén. El escultor Manuel Pereira (1588-1683). Cuadernos de arte e iconografía, nº 33, Madrid, 2008.
GARCÍA GUTIÉRREZ, P.F – MARTÍNEZ CARBAJO, A.F. Iglesias de Madrid. La Librería, Madrid, 2006.
COAM. Arquitectura de Madrid. 2003.

Tradicionalmente, hace unos años, cada 15 de mayo día de San Isidro, patrón de Madrid, comenzamos a recorrer la Ruta del Santo. El Museo de San Isidro, la iglesia de San Andrés, el solar de la Casa de Iván de Vargas en la calle del doctor Letamendi, la Cuadra de San Isidro en la calle del Pretil de Santisteban, que únicamente abre ese día, y la Colegiata por supuesto. Después, la Ermita y la Pradera.

Nuestro paseo comenzaba en la calle del Águila nº 1 donde, según la tradición, nació Isidro y pasó sus primeros años. Pero ese lugar siempre estaba cerrado… era un misterio qué habría tras esa puerta; lo intentábamos, pero nunca conseguimos información.

Lo cierto es que la capilla ha estado cerrada durante más de treinta años. Felizmente, desde hace unos meses, cuidadosamente restaurada, cada día 4 abre sus puertas.

Se desconoce la fecha exacta en que nació San Isidro, pero se cree que pudo ser el 4 de abril del año 1082. Ese es el motivo por el que se ha elegido ese día para la apertura mensual de la capilla.

Calle del Águila nº 1

El edificio actual es de 1896 y la propia capilla ha sido reformada en varias ocasiones, la última el pasado año 2018, pero, según nos cuenta en su web la propia Real y Pontificia Archicofradía de San Pedro, San Andrés y San Isidro, en 1673 ya era propietaria del edificio que se encontraba en este mismo lugar, donde tenía su sede. Entonces ya existía un Oratorio dedicado al santo.

Se conserva una fotografía, al parecer la única, que muestra cómo era la capilla antes de la guerra, que, como en tantos otros lugares, ocasionó la triste pérdida de numerosos elementos. Entonces, en el desaparecido retablo del altar mayor, que se adivina en la foto, se encontraba una imagen del Santo.

Imagen que sí se salvó. Se trata de una valiosa talla de madera policromada, del siglo XVIII, de la que se desconoce su autor. Recientemente ha sido restaurada por la Archicofradía y su limpieza ha permitido recuperar los colores originales perdidos.

Actualmente un cuadro preside el altar, el Cristo crucificado, de Rafael Tegeo (1798-1856).

La pintura está firmada por el artista con fecha 1854, solo dos años antes de su muerte en Madrid.

El pintor está de actualidad gracias a la magnífica y merecida exposición que le dedica el Museo del Romanticismo, “Rafael Tegeo (1798-1856)” , que se puede visitar hasta el próximo domingo 17 de marzo.

Dos tapices adornan las paredes laterales de la pequeña capilla.

Son obra de la Real Fábrica de Tapices.

El día del cumpleaños de San Isidro, el próximo 4 de abril, a las 6 de la tarde, tendrá lugar un acto de presentación de los niños al Santo.

Toda la información y confirmación de fecha y hora de apertura se podrá consultar en la web de la Sacramental de San Isidro.

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Actualización 24 marzo 19:

El próximo día 4 de abril la capilla permanecerá abierta, al igual que todos los días 4 de cada mes desde las 10:00 h. hasta las 14:00 h.

Además a las 17:00 h. se abrirá de nuevo el oratorio para continuar con la tradición iniciada en 2018 de presentación de los niños al Santo Patrón.

Por: Mercedes Gómez

 

Leemos en las crónicas que desde antiguo ha existido en Madrid una gran tradición de veneración a la Virgen María; son numerosas las advocaciones, de las que se conservan algunas imágenes de gran valor histórico y artístico.

La antiquísima Virgen de Atocha; la Madona de Madrid, del siglo XIV, que se encuentra en la clausura del Convento de Santo Domingo en la calle de Claudio Coello, procedente del antiguo Convento en la plaza del mismo nombre; la hermosa Virgen de Loreto y Nuestra Señora del Buen Suceso, de las que hemos hablado en este blog. Por supuesto la patrona de Madrid, la Virgen de la Almudena; sin olvidar a Nuestra Señora de la Soledad. Y Nuestra Señora de Madrid.

En 1923 Antonio Velasco Zazo escribió que la imagen de Nuestra Señora de Madrid era la más bonita de las vírgenes de la ciudad, pero poco visitada y desconocida para la mayoría de los madrileños. Casi cien años después, no se si la más bonita, pero desde luego muy desconocida, y una de las más antiguas. Como en todas las imágenes marianas la historia se mezcla con la leyenda, pero parece claro que su origen se remonta a finales del siglo XVI.

La Esfera, 1923 (BNE)

Instalada en la capilla del Hospital General, desde 1582 la imagen salía en procesión todos los años el día 2 de febrero, día de la Candelaria. Entonces el llamado Hospital General y de la Pasión estaba en la carrera de San Jerónimo, en el lugar en que luego se instalaría el Convento de Santa Catalina de Siena. Después se trasladó a Atocha.

La procesión quedó representada en una interesantísima pintura, de autor anónimo, de 1643, a la que también hacía referencia Velasco Zazo en su crónica de 1923.

La Esfera, 1923 (BNE)

En 2008 se publicó la noticia del hallazgo del cuadro, “arrumbado en el castillo de Manzanares el Real” y su restauración.

El País, 5 marzo 2008 (Comunidad de Madrid)

Su gran valor es que muestra el hospital de Atocha y alrededores tal como eran en el siglo XVI-XVII. El hospital anterior al Hospital General de San Carlos que se construiría en el siglo XVIII según proyectos de José de Hermosilla y de Francisco Sabatini.

Frente a la fachada transcurre la procesión. A la izquierda, en la parte superior, vemos la ermita en el Cerrillo de San Blas –donde hoy se encuentra el Observatorio Astronómico–. A la derecha está representada la imagen de la virgen.

A los pies del cuadro en la actualidad hay una cartela que cuenta la historia, probablemente ¿colocada en el siglo XIX tras su restauración? :

La procesión… tuvo principio en 1582… estando el Hospital donde está el convento de dominicas de Santa Catalina de Sena. Desde allí iba al convento de San Felipe hasta que se pasó el hospital a este sitio, y se mudó la procesión a Nuestra Señora de Atocha. Se hizo este cuadro en el año 1643… Restauró este cuadro don Vicente Mayoral y Serrano el mes de marzo de 1865.

El Hospital General tuvo su sede en Atocha hasta 1965 en que fue clausurado. Posteriormente, como sabemos, el edificio rehabilitado se convirtió en el Museo Reina Sofía.

En 1968 fue inaugurada la nueva Ciudad Sanitaria Francisco Franco, entre las calles de Doctor Esquerdo, Ibiza, Máiquez y Doctor Castelo. Hoy es el Hospital General Universitario Gregorio Marañón.

La iglesia del hospital es la Parroquia de San Vicente Ferrer. La Capilla formaba parte del conjunto hospitalario proyecto de Martín José Marcide Odriozola, construido entre 1966-1968.

Allí fue trasladada la imagen, donde continúa, junto al altar mayor.

Ricardo Valladares la describe así :

“Mide 1,30 m. de altura, aproximadamente. Es una especie de maniquí de madera hueca, con los pliegues de las vestiduras tallados en la madera y pintados, simulando ser de paño, con dibujos pequeños…

… Los brazos son de madera maciza y están articulados por encima de las muñecas, viniendo casi a unirse en el centro del cuerpo, un poco por encima de la cintura, para sostener con las dos manos a una imagen pequeña del Niño Jesús vestido con faldón blanco.

La Virgen está cubierta desde la cabeza con una mantilla de encaje blanca, sujeta por la corona y que cae hasta cerca de la rodilla. El rostro de la Virgen está enmarcado por un adorno de tela bordada, en la cabeza tiene una peluca de cabellos negros que caen por la espalda y, como la mantilla, esta sujeta por la corona con su halo, todo ello metálico niquelado”.

La histórica imagen se puede contemplar fácilmente, en la parroquia de San Vicente Ferrer, en la calle de Ibiza.

Pero no he conseguido saber dónde se encuentra el cuadro. ¿Habrá vuelto al Castillo de Manzanares el Real…?

Actualizo la entrada, hoy 5 de febrero, gracias al comentario de Ríozujar que podéis ver más abajo, que responde a mi pregunta:

La pintura efectivamente se encuentra en el interior del Castillo de Manzanares el Real presidiendo uno de sus salones (la Sala Santillana), así lo muestra una foto cuyo enlace se puede ver en dicho comentario.

Por: Mercedes Gómez

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Bibliografía:

VELASCO ZAZO, A. “Nuestra Señora de Madrid”, La Esfera, 24 marzo 1923.
HUARTE, A. Nuestra Señora de Madrid. Ayuntamiento de Madrid, 1925.
“Iglesia Ciudad Sanitaria Francisco Franco”, Informes de la Construcción, oct. 1971.
VALLADARES, R. Hospital Provincial de Madrid. Comunidad de Madrid, 1979.
FRAGUAS, R. “La calle de Atocha en el siglo XVI”, El País, 5 marzo 2008.

La historia del Concejo de Madrid y sus lugares de reunión es larga y compleja. Desde sus inicios estuvo ligada a la plazuela de San Salvador, actual plaza de la Villa. Así ha sido durante siglos. Hasta hace pocos años.

 

El Concejo de Madrid en la Edad Media y la iglesia de San Salvador

En el camino que iba de la Puerta de la Vega a la Puerta de Guadalajara, hoy calle Mayor, se encontraba la iglesia de San Salvador, una de las más antiguas de la Villa que ya figura en el Fuero de 1202. Frente a ella había una pequeña plazuela que pronto se convertiría en protagonista de la vida madrileña.

En la primera época en que el Concejo era abierto, la asamblea general de vecinos tenía lugar en la plaza, en la que por supuesto aún no existía ninguno de los edificios que hoy conocemos; el Concejo reducido –alcaldes y otros cargos– debían ya de reunirse en la iglesia.

Una vez establecido el Regimiento regulado en 1346 por Alfonso XI las reuniones municipales continuaron celebrándose en el templo.

Ya hemos comentado en alguna ocasión que Enrique IV, rey de Castilla entre 1454 y 1474, fue un benefactor de Madrid, así lo recuerda hoy una placa en la fachada de la Casa de Álvaro de Luján en la Plaza de la Villa.

A Enrique IV le gustaba mucho la Villa de Madrid, a juzgar por sus actuaciones y las largas temporadas que aquí residió –­igual que por otra parte ocurrió con otros monarcas en aquellos tiempos en que la Corte era itinerante, como el mencionado Alfonso XI; Felipe II no fue el primero–.

En 1460 el rey, mediante una Real Cédula dirigida al Corregidor, instaba a empedrar las calles y a ensanchar la plaza. En años posteriores otras cartas fueron enviadas al Concejo solicitando que fuera allanada y otras obras de mejora; en 1469 concedió que en ella cada jueves se celebrase mercado, en lugar de hacerlo extramuros, junto a la Puerta de Guadalajara, como venía haciéndose hasta entonces.

La plaza de San Salvador se convirtió en el centro del Madrid medieval, centro económico, político y social. Allí se celebraba el mercado, se reunía el Concejo, se instalaron instituciones y se establecieron poderosas familias.

En el solar donde hoy se encuentra la Casa de la Villa había un conjunto de construcciones variopintas. La Cárcel de Villa, la Casa del Corregidor, la Alhóndiga del Trigo, la Carnicería, alguna vivienda…Las obras volvían de vez en cuando, en enero de 1487 el Concejo decide que la delantera del portal de San Salvador se debe empedrar.

En 1494 se construyó allí un nuevo Auditorio o Sala abierta de Justicia donde los corregidores tenían sus audiencias para escuchar y juzgar. Para entonces, frente a estas casas, ya existía la Casa y Torre de los Lujanes y es la época en que se construyó la Casa de Álvaro de Luján.

El Concejo madrileño tardó mucho tiempo en tener una sede fija.

Conocemos los lugares de reunión en el siglo XV por los Libros de Acuerdos. Generalmente era la iglesia de San Salvador, siempre a campana repicada. Las Actas suelen comenzar indicando el lugar de reunión, a menudo la Claustra de la iglesia o galería porticada, o el interior del templo. A veces se menciona el portal. Y otras la Cámara de la Claustra, que era una estancia pequeña que debió ser construida sobre la galería. Más raramente se menciona que los regidores estaban ayuntados en la plaza de San Salvador.

Con menor frecuencia aparece mencionado también el Mirador del Campo del Rey, seguramente situado frente al Alcázar. En ocasiones el Concejo se reunía en la Casa del Corregidor.

Hasta que en 1480 las Leyes de las Cortes de Toledo convocadas por los Reyes Católicos regularon las reuniones concejiles y surgió la necesidad de construir una casa dedicada exclusivamente a ellas. La vieja Cámara debía estar en muy mal estado así que se decidió la construcción de una nueva. Por fin, después de muchas dificultades, cerca de diez años después, la nueva Cámara del Concejo estuvo terminada y fue lugar de reunión habitual.

«El Concejo de la noble Villa de Madrid, estando ayuntados en la sala, ques encima del portal de la iglesia de San Salvador de la dicha villa, a campana repicada, segund que lo avemos de uso e de costumbre» (25 octubre 1512)

Pasó más de un siglo aún; fue en 1599 cuando los miembros del Concejo tuvieron que abandonar la iglesia. La calle Mayor fue ensanchada y la Cámara desapareció. Los munícipes se trasladaron a unas casas en la misma plaza, cuya ubicación creo que se desconoce.

La Iglesia de San Salvador se encontraba en la esquina de la calle Mayor y la calle de los Señores de Luzón –antes de San Salvador-, frente a la Plaza de la Villa. La primera representación conocida es la de Antonio Mancelli.

Plano de A. Mancelli, 1623 (detalle)

Pedro Texeira también la dibujó. La plaza en el siglo XVII ya recibía el nombre de Plazuela de la Villa y en este plano está representada, con el nº 25, la Cárcel de Villa, la cárcel vieja, sobre cuyos terrenos, y los de las casas colindantes –futura manzana 182–, se construiría la Casa de la Villa, que incluiría la Cárcel nueva, que no fue terminada hasta finales del XVII. (*)

Plano de P. Texeira, 1656 (detalle)

Una de las pocas representaciones de la iglesia es la de la pintura atribuida a Lorenzo de Quirós Ornato de la calle de las Platerías realizada hacia 1760 con motivo de la entrada de Carlos III en Madrid.

Atribuido a L. de QUIRÓS, «Ornato de la calle de las Platerías» (calle Mayor) h. 1760 (detalle), Museo de Historia.

Por supuesto la iglesia aparece representada frente a la plaza de la Villa en la Maqueta, el Modelo de Madrid de León Gil de Palacio de 1830.

Maqueta de León Gil de Palacio (1830) (detalle), Museo de Historia.

La parroquia fue demolida pocos años después, en 1842. Sus terrenos fueron ocupados por un edificio de viviendas.

En el lugar donde estuvo la iglesia hoy una placa nos recuerda que en ella celebraron durante más de tres siglos sus sesiones públicas los Regidores del Concejo de Madrid creado por Real Cédula de Alfonso XI el 6 de enero de 1346.

Calle Mayor, 70.

Por: Mercedes Gómez

(*) Actualizado 23 febrero 2019

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Bibliografía:

Libros de Acuerdos del Concejo madrileño (1464-1515, cinco vol.). Ayuntamiento de Madrid, 1932-1987.

VIZCAINO, María A. «La iglesia de San Salvador en el antiguo Madrid (I)»,  en Anales de Historia del Arte, UCM, Madrid 1991-92.

Convento de los Clérigos Menores del Espíritu Santo

El Convento de los Clérigos Menores del Espíritu Santo se fundó el año 1594, así consta en el plano dibujado por Pedro Texeira unas décadas después.

Plano de Texeira (1656) (detalle)

Fue edificado en la Carrera de San Jerónimo, frente a otros dos conventos construidos por el poderoso duque de Lerma Francisco Gómez de Sandoval, ambos comunicados con su casa de recreo en el Prado de San Jerónimo por un pasadizo volado. La marquesa del Valle construyó otro pasadizo que comunicaba su Palacio con el Convento del Espíritu Santo sobre la actual calle de Fernanflor.

El convento está representado en el cuadro atribuido a Jan van Kessel III pintado hacia 1680, Vista de la Carrera de San Jerónimo y el Paseo del Prado con cortejo de carrozas, que podemos ver en el Museo Thyssen. Aún no figuran las torres, que veremos después.

Vista de la Carrera de San Jerónimo y el Paseo del Prado (detalle).

La iglesia era el edificio más valioso del conjunto, proyecto del arquitecto Pedro de Mazuecos el mozo.

En su interior había bellas obras de arte, la mayoría perdidas, como la Venida del Espíritu Santo de Vicente Carducho, que menciona Ceán Bermúdez en su Diccionario Histórico de los más ilustres profesores de las Bellas Artes en España (1800) que sitúa “en el coro, a espaldas del altar mayor”.

Pero algunas se conservan. Una obra propiedad del Museo del Prado procedente del Convento del Espíritu Santo es el Cristo yacente (1663) de Juan Antonio de Frías y Escalante.

Foto : Museo del Prado

También se conservan tres pinturas de 1738 de Pedro Rodríguez de Miranda que se encontraban en la Sacristía. De allí pasaron al Museo de la Trinidad y de ahí al Museo del Prado. Son:

Encuentro de Agustín Adorno con San Luis Beltrán en Valencia que se encuentra en depósito en el Palacio Episcopal de Lérida; la Profesión de votos de los padres Francisco Caracciolo y Agustín Adorno ante el vicario general de la diócesis de Nápoles; y la Aprobación de la regla de la Orden de los Clérigos Menores.

Rodríguez de Miranda, Aprobación de la regla de la Orden de los Clérigos Menores (1738), Foto: Museo del Prado.

El templo era de cruz latina con cuatro capillas en cada lado, una de ellas dedicada a San José con una escultura de Juan Pascual de Mena, que conocemos gracias a la estampa de Manuel Salvador Carmona, también del Museo del Prado.

Manuel Salvador Carmona, 1781 (Museo del Prado)

En los comienzos del siglo XIX la fachada se encontraba en muy mal estado. Fue reformada en 1816, según proyecto de Manuel de la Peña y Padura.

Se añadió una portada de orden jónico y se construyeron dos chapiteles típicamente madrileños. Una imagen incluida por Pedro Navascués en su obra El Congreso de los Diputados nos muestra el conjunto antes de 1834, cuando fue ocupado por el Estamento de Procuradores de las Cortes.

Otra bonita estampa es la de Eusebio de Lettre.

de Lettre, “Iglesia y Convento del Espíritu Santo” (1860-1864) (memoriademadrid)

En 1823 la iglesia sufrió un grave incendio y los frailes se trasladaron a otro convento, el de Portacoeli, en la calle del Desengaño. La fachada nuevamente hubo de ser reedificada, derribadas ambas torres, y entre 1826 y 1828 fueron necesarias otras obras de reparación. En resumen, la construcción estaba muy deteriorada así que se proyectaron una serie de reformas con el fin de que pudiera ser utilizado como Salón de Sesiones tras decidir que allí se instalarían los Procuradores. El arquitecto fue Tiburcio Pérez Cuervo.

La nueva fachada también se conoce por los grabados de la época. Se observa que en la entrada ya se situaron dos leones sobre pedestales, como luego se haría en el nuevo edificio, sede actual del Congreso.

 

Congreso de los Diputados

El Congreso de los Diputados en sus comienzos –Cortes Constituyentes de 1810– no tuvo sede propia, recorrió varios lugares, entre ellos este Convento del Espíritu Santo que ocupó tras las obras de acondicionamiento que tuvieron lugar durante el verano de 1834.

La imagen de la Jura de la Constitución de 1837 por la Reina Gobernadora María Cristina de Borbón permite conocer el interior de la iglesia del entonces abandonado Convento habilitado como Salón de Sesiones de las Cortes.

Pero el estado de la iglesia empeoraba; debido al deterioro de los cimientos y el efecto de las aguas subterráneas se llegó a temer por la seguridad del edificio y se tuvo que pensar en un nuevo traslado. En 1841 fue declarado en ruina, y al año siguiente derribada.

La Ilustración, 1849 (BNE)

El Convento fue derribado y convocado un concurso cuyo ganador fue el arquitecto Narciso Pascual y Colomer. La reina Isabel II puso la primera piedra el día 10 de octubre de 1843.

El nuevo edificio del Congreso de los Diputados fue inaugurado el 31 de octubre de 1850.

Laurent. Salón de Sesiones (1868-1872) (Archivo Ruiz Vernacci, IPCE)

Construido sobre el solar del antiguo convento, “la planta sótano contaba con depósitos de agua, pozos y enganches a la red de saneamiento, así como con un sofisticado sistema de caloríferos con tomas de aire que aseguraban el calor, a través de rejillas y bocas de calor a varios lugares del edificio y, muy especialmente, a los escaños de los diputados, montados escalonadamente sobre unas bóvedas anulares por las que circulaba el aire caliente, a modo de hipocausto romano. Otro sistema de chimeneas y conductos aseguraba la ventilación del gran salón en la época calurosa”, describe Pedro Navascués.

Las bóvedas anulares ya no cumplen esa función, hoy día el edificio goza de modernos sistemas de calefacción y aire acondicionado sin duda. Pero, además de ser muy bellas, las bóvedas del sótano depararían sorpresas.

Durante las obras de rehabilitación realizadas en 2009 en el sótano aparecieron restos humanos, tres cráneos y restos de huesos pertenecientes a tres adultos. Se pensó podrían proceder del osario de la antigua iglesia.

Una nueva rehabilitación iniciada el pasado verano 2018 ha convertido el sótano en una preciosa Sala de exposiciones.

 

El poder del arte

Ahora, hasta el 2 de marzo, con motivo de la celebración del 40 aniversario de la aprobación de la Constitución española se puede visitar la exposición El poder del arte. Obras de la Colección del Museo Reina Sofía, en dos sedes, el Congreso de los Diputados y el Palacio del Senado.

En el Congreso se exponen obras de la fotógrafa Colita, una escultura de Cristina Iglesias, Esther Ferrer… solo contemplar las Cinco figuras sentadas (1996) de Juan Muñoz en el Vestíbulo de la reina ya merece la pena la visita.

La sorpresa, un aliciente más, en la exposición del Congreso es que se han habilitado las salas en las hermosas bóvedas del sótano que veíamos en la primera parte del artículo.

Según nos comenta el guía de la visita probablemente se dediquen a Sala de exposiciones de forma permanente en el futuro. Una gran noticia.

En el Palacio del Senado se exponen obras de Juan Genovés, Miguel Ángel Campano, Luis Gordillo, Soledad Sevilla, etc. Me gustó mucho ver ocho dibujos de Elena Asins, artista que legó su obra al Museo Reina Sofía, en la espectacular Biblioteca construida en hierro por su bisabuelo Bernardo Asins. Desgraciadamente ella no ha podido verlo pues murió en 2015, creo que el montaje le habría emocionado.

Por : Mercedes Gómez

Nota: Actualización 6 feb. 2019, eliminadas dos fotos no propias.

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El poder del arte. Obras de la Colección del Museo Reina Sofía

Visitas guiadas hasta el 2 de marzo. Es necesaria inscripción previa:

Todos los detalles e instrucciones para la inscripción en las páginas del Congreso

y del Senado.

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Bibliografía:

CHICO, Manuel (Tutor: URREA, Jesús). Los clérigos menores en Madrid. Trabajo Universidad Valladolid 2015-16.

NAVASCUÉS, Pedro. “El Palacio” en El Congreso de los Diputados. Dic. 1998 (Archivo Digital UPM)

Catálogo «El Poder del Arte».

 

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