La Basílica Hispanoamericana de Nuestra Señora de la Merced se encuentra en la calle General Moscardó 23, barrio de Cuatro Caminos, distrito de Tetuán, en la zona próxima al conjunto AZCA. Fue proyectada en 1949 en lo que entonces eran las afueras al norte de Madrid, en la prolongación del Paseo de la Castellana.
Recordemos que en los años 40, después de la guerra, se proyectó la creación o reforma de varios templos en Madrid. El de San Agustín, Espíritu Santo, Nuestra Señora de la Paz, Nuestra Señora de Covadonga… Y la Basílica Hispanoamericana dedicada a Nuestra Señora de la Merced.
Para esta última se convocó un Concurso de ideas cuyo motivo era la realización de un templo de la hispanidad compuesto por la iglesia y la residencia de los frailes de la merced, los mercedarios. Convocado el concurso, la Revista Nacional de Arquitectura publicó los trabajos presentados, siete en total.
Los proyectos de Miguel Fisac –de quien ya hemos visitado algunas de sus obras, entre ellas la iglesia de Santa Ana–, Luis de Villanueva, Manuel Muñoz Monasterio, Manuel Martínez Chumillas, Casto Fernández Shaw y Rodolfo García Pablos. El jurado encargado de calificarlo concedió por unanimidad el Primer Premio al trabajo presentado por los arquitectos Luis Laorga y Francisco Javier Sáenz de Oiza.
Sáenz de Oiza y Laorga casi nada más terminar sus estudios de arquitectura comenzaron a trabajar y juntos ganaron algunos concursos, uno de ellos este de la Merced. Serían los comienzos de una larga y fructífera carrera.
Los autores proponían una solución basilical clásica, adecuada al espacio alargado del solar, con un gran arco en la fachada principal, aunque alejada del puro historicismo. En el proyecto estaba previsto que la fachada estaría adornada con estatuas, como si fuera un retablo, que representarían escenas de la vida de la virgen realizadas en bronce.
Se anunció que el 12 de diciembre de 1949 a la una de la tarde sería colocada la primera piedra en presencia de todas las autoridades de la que sería una de las grandes iglesias de la Cristiandad debido a sus enormes dimensiones. En enero de 1951 terminaron las obras de cimentación.
La ejecución fue larga y problemática. Se paralizó durante largos periodos, los arquitectos no cobraban, se cambiaron algunas de sus propuestas; y las obras no terminarían hasta 1965. Al final Oiza y Laorga, que además de trabajar juntos eran amigos, acabaron también por tener problemas entre ellos, se separaron y renunciaron a su autoría.
Construida en piedra y bloques de hormigón no cabe duda de que se trata de un edificio imponente. Tiene 66 metros de largo, 35 de ancho y 42,5 de alto.
Bajo la nave de la iglesia se halla la cripta y a espaldas del templo, tras el ábside, se edificaron la casa parroquial y el convento.
La fachada principal está formada por el mencionado gran arco central, aunque a ambos lados del arco las dos torres proyectadas quedaron reducidas a dos calles lisas; y las esculturas que compondrían el retablo no llegaron a realizarse.
La entrada consta de tres puertas de hierro realizadas en 1970 por Joaquín Rubio Camín y Roberto Laorga; otras puertas del mismo material existen en los laterales. El hierro junto a la piedra y el hormigón son los materiales dominantes.
En el impresionante interior, con 25 metros de altura, la planta es de cruz latina. En los muros laterales hay dos grandes vidrieras lisas.
Otro de los muchos cambios obligados por motivos económicos y de todo tipo fue la cubierta. Los arcos de hormigón previstos fueron sustituidos por una estructura metálica que queda a la vista desde el interior y que se convirtió en una de las singularidades de la iglesia.
A ambos lados de la nave se encuentran las capillas, dedicadas a algunos de los paises hispanoamericanos.
El retablo de la Capilla mayor fue realizado en 1968 por Joaquín Rubio Camín. La figura principal es un Cristo crucificado acompañado de una serie de planchas de hierro y cadenas que dan a la obra un carácter abstracto.
El mismo escultor realizó también el fondo tras la imagen de la virgen, junto a Roberto Laorga que participó en muchos aspectos de la decoración interior, aunque estos también fueron modificados respecto al proyecto original.
La imagen de La Merced tallada en madera policromada fue realizada en 1970.
Es una copia de la virgen del siglo XIV que se encuentra en la iglesia de La Merced en Barcelona, patrona de esa ciudad.
Por: Mercedes Gómez
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Bibliografía:
ARENAS LAORGA, Enrique. Luis Laorga, arquitecto. Tesis doctoral, ETSAM 2015.
GARCÍA GUTIÉRREZ, P.F – MARTÍNEZ CARBAJO, A.F. Iglesias de Madrid. La Librería, Madrid, 2006.
Diario ABC, 12 enero 1951
10 comentarios
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5 de febrero de 2018 a 08:12
PEPA
Interesante, no la conocía
5 de febrero de 2018 a 20:29
Mercedes
Merece una visita, Pepa, espero que te guste.
9 de febrero de 2018 a 21:28
Marcos
Esperaba este post, Mercedes. Una basílica monumental que se quedó a un paso de la mayoría de edad, entiendo por ella, el proyecto original. Desconocía los pormenores del proyecto y de ejecución. Gracias por abrirnos las puertas de otro singular edificio de Madrid. Un fuerte abrazo!
9 de febrero de 2018 a 22:13
Mercedes
Gracias, Marcos, es que se me ha resistido un poco… la visité el 24 de septiembre, día de la Merced, mi santo 🙂 pero por varias razones no lo pude terminar hasta ahora.
Es un edificio notable, su interés para mí es arquitectónico, tampoco conocía las grandes dificultades que tuvieron los arquitectos. Fue el comienzo del gran Sáenz de Oiza, que haría maravillas como Torres Blancas…
Las capillas hispanoamericanas (falta Argentina) me parece que no tienen mucho valor artístico, imagino que no es fácil. Sí me gustó el retablo del altar mayor, aunque un tanto inquietante.
¡Abrazos!
10 de febrero de 2018 a 02:56
Marcos
Totalmente de acuerdo, Mercedes. Es un edificio para que luzcan las líneas puras de la arquitectura. También me gusta el altar mayor, inquieta, como dices.
9 de febrero de 2018 a 22:52
Armando
Estudie bachiller con mercedarios en la Ciudad de los Angeles en los 60, recuerdo algún desplazamiento hasta la entonces recién inagurada iglesia en la que te sentías empequeñecido por la magnitud de la obra.
Magnífico artículo que me ha hecho volver a la adolescencia.
Un abrazo.
9 de febrero de 2018 a 23:49
Mercedes
Realmente impresiona la primera vez que entras. Debía ser muy diferente el paisaje entonces, imagino, no he encontrado fotos. ¡Ahora se encuentra frente a la Torre Picasso!
Me alegro de que te haya traído recuerdos, Armando, y te agradezco mucho que nos los hayas contado.
Un abrazo
11 de febrero de 2018 a 16:42
Mariarosa
Muy interesante conocer esta monumental iglesia y toda su historia
12 de febrero de 2018 a 11:31
Mercedes
Gracias, María Rosa, me alegra que te haya interesado.
Besos
18 de octubre de 2021 a 01:56
Inéd
No he visto en mi vida algo más feo. Atenta contra el buen gusto y la devoción.