En pleno centro de Madrid, en la calle de Fuencarral nº 44 esquina con la de Augusto Figueroa, entre edificios y modernos comercios subsiste un singular ejemplo de arquitectura religiosa del siglo XVIII. Se trata de una pequeña y modesta construcción de ladrillo que alberga una capilla con mucha historia, la Capilla de Nuestra Señora de la Soledad, más conocida como el Antiguo Humilladero de la calle Fuencarral.
Recordemos que en los comienzos del siglo XVI, antes de que Felipe II trajera la Corte a la Villa y de que la población creciera extramuros, el norte de Madrid estaba formado por bosques surcados por arroyos. Así debían ser estos terrenos al norte de la Puerta de la Red de San Luis, una de las puertas de la Cerca de Felipe II donde se originó el Camino de Fuencarral.
Posteriormente, en el XVII Madrid fue creciendo y la puerta de salida por el norte llegó hasta la actual Glorieta de Bilbao. Allí se ubicó la Puerta de la Cerca de Felipe IV llamada de los Pozos de la Nieve. Entre ambas surgió la calle de Fuencarral, alrededor de la cual se fueron levantando las edificaciones. Según la tradición desde tiempos muy antiguos en ese camino existió un humilladero donde se veneraba a la virgen, igual que en otros lugares de entrada o salida de la villa donde los caminantes se detenían a rezar.
Según cuentan los cronistas, estaba en la calle de Santa María del Arco, ya representada en el Plano de Texeira, que recibió ese nombre debido a que allí hubo un arco bajo el cual se hallaba la imagen.
En el siglo XVII, según el Diccionario de Covarrubias, un Humilladero era una capillita sobre pilares y cubierta con techo en cuyo interior solía haber una cruz con la imagen de Cristo, la virgen o algún santo. El nombre procede del hecho de que los fieles se inclinaban o arrodillaban en señal de humildad ante el devoto lugar.
Por entonces en el solar se levantaban dos casas, una propiedad de Alonso Rubio que años antes había sido de Sebastián de Cigales, que tenía dos puertas, una a la calle de Santa María y otra a la de Fuencarral. Y otra casa de Sebastián de Cigales. Pedro Texeira las representa tal como debían ser, muy sencillas.
En el siglo XVIII las casas habían pasado a un solo dueño, era el sitio nº 1 de la manzana 313, en la calle de Fuencarral esquina Santa María del Arco –actual Augusto Figueroa- que pertenecía a Don Francisco de Feloaga Ponce de León, Marqués de Navahermosa.
Cuenta Álvarez y Baena en su Compendio Histórico de las Grandezas de la Coronada Villa de Madrid, publicado en 1786, que “la Capilla de Nuestra Señora de la Soledad, calle de Fuencarral, esquina la de Santa María, la labró el Señor Don Francisco de Feloaga Ponce de León, Marqués de Navahermosa, Caballero de ejemplar virtud, y de la Orden de Santiago, por el año 1712, en su misma casa, en cuya pared, bajo un arco que formaba, había estado la Soberana Reyna, desde tiempo inmemorial. Este caballero murió en 24 de mayo de 1755 de edad de 75 años.”
Desde aquellos momentos hasta mediado el siglo XX como veremos, el solar y la capilla pertenecieron siempre a miembros de la nobleza que fueron trasmitiéndolos a sus herederos a lo largo de generaciones.
Existe un documento del año 1825 según el cual “la parte alta de las cocheras que se sitúan en la calle de Santa María del Arco en la Villa y Corte de Madrid” estaba entre los varios bienes pertenecientes al Mayorazgo del Marqués de Navahermosa, la Torrecilla y de Valdeolmos, las cuales estaban en muy mal estado y su dueño, con el permiso de su esposa María de los Dolores Salabert condesa de Ofalia, solicitaba su venta pues afirmaba no poder hacerse cargo de su reparación o reedificación.
Debe tratarse de la caballeriza que citan Peñasco y Cambronero en su libro Las calles de Madrid (1889) : «… en un arco que formaba la puerta de la caballeriza del marqués de la Torrecilla existía un cuadro de Ntra. Sra. de la Soledad, alumbrado por un farolillo; y fue tanta la devoción que los vecinos de aquellos contornos profesaban a la representación de la Virgen, y tantos los milagros que ésta hubo de obrar, que el Marqués le erigió una capilla en el sitio mismo de la caballeriza…”.
Estas menciones, de Álvarez y Baena en el siglo XVIII y de Peñasco y Cambronero en el XIX son dos de los pocas que existen sobre el origen de esta capilla.
La enajenación o venta no debió llegar a tener lugar pues unos años después la Capilla continuaba en poder de la Marquesa de la Torrecilla.
En los comienzos del siglo XX la propietaria era la Marquesa de Valdeolmos, heredera legitima de los derechos de los Sres. Marqueses de la Torrecilla. En 1904 la calle de Santa María del Arco (del Arco de Santa María desde 1835) tomó el nombre de Augusto Figueroa.
Por fin, en 1947 su propietaria era doña María Luisa Maldonado y Salabert, nacida en 1888, hija de don Mariano Maldonado, séptimo conde de Villagonzalo y de doña Fernanda Salabert y Artega, marquesa de Valdeolmos.
Ese año doña María Luisa Maldonado Marquesa viuda de Torneros (viuda de Fernando Roca de Togores y Caballero, hijo de los marqueses de Molins) decidió hacer testamento, que firmó el 27 de enero. Vecina de Madrid, con domicilio en la calle de Hortaleza 85. Este inmueble, en el que también estaba fijada la sede de su Administración, con fachada a la plaza de Santa Bárbara y calles de Mejía Lequerica y San Mateo era el llamado Palacio del Conde de Villagonzalo, su padre, notable edificio construido entre 1862 y 1866, que continúa en pie.
La marquesa murió el día 11 de mayo en Madrid a la edad de 59 años.
Quince días después, el 26 de mayo del mismo año 1947 el testamento fue abierto ante notario. Doña María Luisa expresaba su voluntad de que la Capilla-oratorio público situada en la calle de Fuencarral esquina a la de Augusto Figueroa pasase a la Parroquia de San Ildefonso, en cuya jurisdicción se hallaba enclavada, encomendándole su mantenimiento, y que las limosnas que se recaudaran en ella fuesen dedicadas a dicho mantenimiento, al culto y principalmente para los pobres.
Desde entonces la Parroquia de San Ildefonso se encarga de su cuidado.
Como se aprecia en un dibujo de la planta y alzado del conjunto firmado ese mismo año por el arquitecto Emilio Canosa el edificio de la capilla está formado por dos estancias, el propio oratorio y a la izquierda otra habitación pequeña y estrecha, un chiscón, como lo llamaban en tiempos de la marquesa.
El legado se refería exclusivamente a la capilla, no al edificio que corresponde al nº 1 de la calle Augusto Figueroa hoy ocupado por una tienda de ropa.
En 1952 tuvo lugar la entrega oficial por parte de los albaceas de la marquesa al párroco de San Ildefonso, hasta entonces la testamentaría se había encargado de su administración. En esos momentos se realizó un inventario de las imágenes, cuadros y objetos varios guardados en la Capilla. Las obras más valiosas eran un Cristo crucificado, el Cristo del Consuelo, y el cuadro de Nuestra Señora de la Soledad. Además había otros óleos, esculturas, pies de hierro para las velas, floreritos, sabanillas de encaje, bandejas para limosnas, etc.
En 1983 se acometió su restauración. Fotos anteriores a esta fecha muestran los muros del edificio enfoscados. La puerta de entrada bajo un arco de medio punto, a la izquierda una puerta pequeña, y sobre ella un balconcillo. En la fachada de Augusto Figueroa únicamente había una ventanita en la parte superior.
Durante las obras en dicho muro lateral se descubrió una puerta oculta y el arco que había sido tapiado.
Hoy día la edificación de poco más de 35 metros cuadrados conserva el ladrillo visto. El balconcillo sobre la puerta de entrada al chiscón fue sustituido por una ventana.
Un tradicional alero de madera cubre la modesta construcción bajo el tejado que está coronado por una cruz de hierro.
Actualmente en el Registro del Ayuntamiento figura con el nombre de Capilla de Santa María del Arco. Catalogada como elemento Singular por el Plan General de Urbanismo, tiene el más alto nivel de protección, el Nivel 1.
En su interior la modesta capilla aún guarda sus tesoros. En el centro del pequeño altar el cuadro de la Virgen de la Soledad, y la imagen de San Francisco de Paula en la esquina inferior izquierda, en un marco dorado de 1 x 1,40 m. Anónimo, no se sabe con certeza si es el cuadro primitivo, en cualquier caso se cree que se trata de una pintura del siglo XVII. Fue restaurada igualmente en 1983.
Junto a ella a la izquierda, allí continúa el Santísimo Cristo del Consuelo. Benito Pérez Galdós se refiere a él en La Fontana de Oro como el Cristo de las Llagas:
“Vamos al balcón de una amiga nuestra, desde donde se ve todo perfectamente. Estará muy vistoso. De San Antón salen tres imágenes, y dicen que es también muy probable que salga el Cristo de las Llagas de la capilla de Santa María del Arco…”
La imagen del Santísimo Cristo del Consuelo fue restaurada en 1986.
Es una talla en madera policromada de tamaño natural, de 1,70 metros de altura, anónimo, del siglo XVI o probablemente del XVII. El historiador Elías Tormo dijo que “parece escultura del siglo XVI” y se preguntaba «¿será el del hermano Domingo Beltrán, de los Abogados?”.
Según el informe de restauración, es una “escultura de líneas clásicas de estilo renacentista, aunque el paño presenta formas barrocas”. La cruz está formada por dos maderas lisas de color negro.
Estaba en muy mal estado, con grandes grietas y desconchones, el paño tenía un gran trozo desprendido, y a una mano le faltaba el dedo índice que fue reconstruido. Sobre la policromía había una tosca capa de pintura que fue cuidadosamente eliminada. Bajo esta policromía barroca -la que se conserva actualmente- apareció una preparación blanca bajo la cual esté probablemente la policromía primitiva. No fue eliminada porque no había garantías de obtener un buen resultado, dejando solo alguna zona al descubierto. También fueron eliminados los repintes del paño.
Tanto en la foto general como en la de detalle realizadas tras la restauración se aprecia la espectacularidad de la talla.
El año pasado al parecer la Capilla se abrió durante unos meses, aunque normalmente se encuentra cerrada. Ojalá se abra más a menudo y podamos acercarnos a conocer el antiguo Humilladero, de momento aunque con un poco de dificultad, se puede contemplar su interior a través de las rejas y los cristales de la puerta de entrada.
Merece la pena ir a ver la imagen de Nuestra Señora de la Soledad, o de la Paloma, el magnífico Cristo Crucificado, y el diminuto oratorio, una joya en el corazón de Madrid.
No es raro encontrar a vecinos o paseantes que se paran unos momentos, se asoman y se santiguan, como en el pasado hicieran las personas que pasaban junto al Arco de Santa María y se detenían un rato antes de continuar su camino.
por Mercedes Gómez
—–
NOTA:
Mi más sincero agradecimiento a la Parroquia de San Ildefonso por su gran ayuda al permitirme consultar los valiosos documentos que conserva en su archivo relativos a la Capilla de Nuestra Señora de la Soledad sin la cual no hubiera sido posible completar este artículo.
Gracias también a mi querido amigo Churri que ha conseguido hacer unas fotos estupendas de la Capilla (y era muy difícil).
45 comentarios
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15 de junio de 2013 a 20:32
Pablo Jauralde Pou
Excelente. Y muchas cosas que no se sabe o no se sabe concertar, como la noticia de Galdós.
15 de junio de 2013 a 22:03
Mercedes
Gracias Pablo. Es tan poca la infomación que es difícil saber el origen del Cristo. En el inventario entregado a la Parroquia figura como Cristo del Consuelo, pero si Galdós empleó ese nombre pudo ser porque era el nombre popular, supongo. Es un monumento encantador, lleno de misterios.
15 de junio de 2013 a 20:44
CHURRI
Mi mas sincera enhorabuena Merche como siempre lo has «bordao» tenia yo muchisimas ganas de saber algo sobre esta capillita humilladero por la que llevo fijándome cada vez que paso desde hace 33 años y siempre me pregunto cual es su antigüedad y a quien pertenece el mantenimiento.
Ahora gracias a ti tengo otro motivo para comtemplarlo.
gracias y bsss
CHURRI
15 de junio de 2013 a 22:12
Mercedes
Gracias a tí Churri 😉
15 de junio de 2013 a 21:38
Juan Carlos
Enhorabuena Mercedes por este ilustrativo artículo. Hace unos días pasaba por este sitio y había unos cuantos japoneses asomados a las verjas de las puertas para contemplar el interior. Yo también me asomé aunque ya lo conocía, siempre que paso me gusta mirar pues no es normal encontrar algo así en Madrid y menos en una calle tan comercial como la de Fuencarral. Esperemos que de una vez tenga unos horarios fijos de apertura y no tengamos que limitarnos a parecer «la viejaelvisillo».
15 de junio de 2013 a 22:16
Mercedes
Hola Juan Carlos, muchas gracias por tu comentario.
Es curioso la cantidad de personas que se asoman a mirar, de acuerdo contigo, ojalá podamos entrar a verla.
Me comentaron en la Parroquia que el año pasado la abrieron un tiempo, así que esperemos vuelvan a hacerlo.
15 de junio de 2013 a 22:37
Gonzalo
Mercedes me ha encantado especialmente tu último post. Lo de especialmente se justifica viendo el último que yo he subido. Un beso.
16 de junio de 2013 a 19:41
Mercedes
Gracias Gonzalo, ¡qué bonita casualidad! me ha gustado mucho. Pongo el enlace porque creo que nuestros posts se complementan ¿no crees?:
Un beso
15 de junio de 2013 a 22:43
davidguty77
Muy buenas Mercedes ¿sabes que esta pequeña capilla siempre había sido uno de los grandes misterios que me hubiera sabido conocer bien? Ahora me has ahorrado el trabajo ya que tu investigación es completísima y has contestado a muchas preguntas que me hacía. Enhorabuena por este post, maravilloso.
Besos, David
16 de junio de 2013 a 19:46
Mercedes
¡Hola David! encantada de que te haya gustado, no me extraña que tuvieras curiosidad, la verdad es que tiene todos los ingredientes, me lo he pasado muy bien descubriendo la historia.
Pero aún queda saber algo más sobre el Cristo… ¿qué te parece?
Muchas gracias y besos
16 de junio de 2013 a 08:58
Jorge Fernández-Alva
Genial post Mercedes!! Siempre que paso por Fuencarral me asomo entre los barrotes ;). Está en una de las calles más concurridas de Madrid y muy poca gente repara en ello o sabe realmente de qué se trata.
Gracias por la información tan minuciosa. Un saludo.
16 de junio de 2013 a 19:52
Mercedes
Hola Jorge, ¡muchas gracias a tí por tu comentario!
27 de noviembre de 2013 a 12:34
elena
Quisiera ponerme en contacto con Mercedes, es referente a su artículo sobre la capilla de la calle Fuencarral. Contacte conmigo en la dirección de correo. Gracias
16 de junio de 2013 a 13:18
Anónimo Castellano
Felicidades por tu entrada, Mercedes,
Me ha encantado la historia de esta capillita y sus obras de arte en pleno centro de Madrid.
Una pregunta ¿alguna de las imágenes del interior de la capilla procesiona en alguna de las fiestas religiosas madrileñas? creo que sería una buena oportunidad para poder ver mejor estas imágenes, ya que a través de las ventanitas que mencionas sólo se puede «adivinar» las obras de arte de su interior.
Muchas gracias por tu post
Un saludo
16 de junio de 2013 a 19:55
Mercedes
Hola Anónimos, la verdad es que no tengo ninguna noticia sobre vuestra pregunta, pero no creo …
¡Gracias a vosotros!
Saludos
16 de junio de 2013 a 22:45
Maríarosa
Soy una más de las personas que se han asomado muchas veces intentando ver el interior de la capillita e intrigada por ella…Ahora ya me has desvelado el misterio…aunque como bien dices queda saber más del Cristo. Me ha encantado la mención a Galdós. Enhorabuena
17 de junio de 2013 a 19:40
Mercedes
Gracias Maríarosa,
además de esta mención al Cristo en «La Fontana», Galdós nombraba el Arco de Santa María en «Napoleón en Chamartín». Una zona que debía conocer muy bien.
16 de junio de 2013 a 22:54
Guerra Esetena
Hola Mercedes:
Todo un alarde de documentación. Por fin, tenemos la historia completa de esta pequeña construcción, de la que no sabíamos mucho. Gracias por este regalo que nos haces.
Me maravillan las obras de arte que se guardan en el interior. Ese Cristo, posiblemente renacentista, es una escultura preciosa. Es una pena que no se pueda ver más a menudo.
Con todo, la pieza que más me llama la atención es el cuadro de la Soledad, dada su similitud con la Virgen de la Paloma, que también, se supone, que es una imagen de la Soledad. Pero no cuadran las fechas: si el lienzo de la Paloma fue encontrado a finales del siglo XVIII -según la tradición- y el cuadro que se conserva en el humilladero podría ser del XVII o anterior, ¿entonces la imagen de la Paloma podría ser una copia de la Soledad de la Calle de Fuencarral? Tendría su lógica, dada la devoción que tenía esta última Virgen.
Enhorabuena. Un abrazo, Jesús
17 de junio de 2013 a 19:52
Mercedes
Hola Jesús, parece ser que esta pintura de la Soledad es una de las muchas que hubo, copias de una escultura de Gaspar Becerra que estaba en el Convento de la Victoria. La de la Paloma no se, dicen que se encontró en el XVIII… entre tantas copias también las habrá de diferente calidad, supongo. Después de tu comentario, mira lo que dice Antonio: hay otra copia mejor en la iglesia de Santiago.
Muchas gracias y abrazos
17 de junio de 2013 a 00:05
Doña Umé
Hola Mercedes.
Yo también cotilleaba a través de la reja siempre que pasaba por allí, hasta que un buen día por la tarde tuve la suerte de encontrarme la capillita abierta, me colé, y estuve sentada un ratito. Es un espacio muy pequeño pero tiene mucha gracia, aunque recuerdo que casi no había objetos y que la talla era muy grande para las proporciones de la capilla. Era lo que mas destacaba.
De haber sabido antes todo lo que nos cuentas, me hubiera fijado más, pero me hizo ilusión poder entrar. Ya ves…
Un beso.
17 de junio de 2013 a 19:57
Mercedes
Hola doña Umé:
¡Qué suerte tuviste!, y es que conoces bien esos barrios, San Onofre está muy cerquita…
Gracias por la visita, un beso.
17 de junio de 2013 a 10:56
Manuel Romo
Hola Mercedes,
Es realmente sorprendente que esta zona, hoy tan de moda, aún no haya arrasado con la capillita. Unos escasos metros cuadrados, pero valiosísimos y muy golosos como para que se modifique o elimine su nivel de protección (casos similares se han visto). Ojalá la Virgen de la Soledad haga honor a su nombre e interceda para que esto no ocurra y siga en soledad, pero siga.
Felicidades y gracias por tu concienzuda investigación.
Besos.
17 de junio de 2013 a 20:02
Mercedes
Hola Manuel, es sorprendente, tanto que parece un milagro. Allí sigue la capillita, primero gracias a la marquesa, que a comienzos de año se debió encontrar muy malita (tenía 59 años) pues antes de morir menos de cuatro meses después, lo arregló todo para que se consevara y se cuidara (a cambio de algunas misas nada más). Y después gracias a la Parroquia, que la cuida bien. Esperemos siga siendo así.
Gracias a ti y besos
17 de junio de 2013 a 12:20
Antonio Iraizoz
Hola Mercedes,
Gracias por desmenuzar, como sólo tu sabes hacer, la historia y el contenido de este humilladero. El Cristo tiene, desde luego, una factura buenísima y todo el conjunto un encanto muy especial. En la sacristía de la iglesia de Santiago hay otra copia de la Soledad más bonita que la de la Paloma y muy parecida a esta.
Un abrazo
17 de junio de 2013 a 20:07
Mercedes
Hola Antonio, ¡muchas gracias!,
es muy interesante lo que nos cuentas, no sabía lo de esa Soledad en la iglesia de Santiago.
Un abrazo
17 de junio de 2013 a 12:22
JuanZevi
Jugoso informe, Mercedes, como todo lo que haces.
Leyendo tus apuntes añoro mis muchas aunque ocasionales estancias en Madrid, cuando difícilmente podía sustraerme del cansancio y el desánimo del trabajo para hacer alguna incursión por el Museo del Prado o husmear tras algunas de las escondidas sorpresas que la capital ofrece a curiosos con ocio y sin negocio.
¡Qué bien me habría venido entonces (eran tiempos pasados en los que, por ofrecer sólo un dato, se entraba gratis al Prado), tener tu blog como guía para disfrutar como un crío de mis obligados viajes a Madrid, escudriñando esquinas y rincones!
Como este humilladero de la calle Fuencarral, que no conocía, o como la capillita del Santo Niño del Remedio, que me llegó a fascinar.
¡Cuánta pequeña historia se encierra en estos recintos!¡Qué lejos están del relumbrón de la Historia con mayúsculas, bendecida por las Academias e ignorada o mal conocida por el pueblo!
¡Y cuánto te debemos, Mercedes!
Leyéndote, envidio a los madrileños.
17 de junio de 2013 a 20:11
Mercedes
Hola Juan, qué cosas tan bonitas dices, ¡muchas gracias!
es verdad que a veces los madrileños no somos conscientes de la belleza que esconde nuestra ciudad.
Ojalá puedas volver a Madrid no por obligación y pasear traquilamente descubriendo rincones nuevos.
Un fuerte abrazo
17 de junio de 2013 a 19:16
Carmen A.
Una gozada leerte siempre, Mercedes. Vivo muy cerca del humilladero, así que si veo que está abierto, ya avisaré por aquí 🙂 He estado buscando porque me pareció haber leído que alrededor de los años 80 intentaron derribarlo, pero los vecinos lo impidieron haciendo una barrera humana, pero no he conseguido encontrar esa información.
Lo que sí he encontrado es que hubo un importante asesinato justo delante:
http://www.somosmalasana.com/el-teniente-castillo-abatido-frente-a-la-ermita-de-fuencarral/
Un abrazo,
Carmen
17 de junio de 2013 a 20:20
Mercedes
¡Hola Carmen! te agradecemos tu aportación, muy interesante.
Sobre la protesta no he leído nada, pero si fue así sería muy bonito. Precisamente en 1982 comenzaron las obras de restauración, que vistas a día de hoy fueron muy positivas.
Un abrazo
18 de junio de 2013 a 17:29
J. Casado
Hola Mercedes. Conocía el sitio, pero nunca había entrado, así que gracias a ti, he podido ver lo que contiene. Cuantas sorpresas mas nos esconderá Madrid?
Un saludo.
18 de junio de 2013 a 20:45
Mercedes
Hola José, creo que Madrid es muy grande, siempre habrá cosas nuevas que nos sorprenderán.
Un saludo
19 de junio de 2013 a 20:03
Mercedes
Hola a todos,
solo comentaros que me confirman en la Parroquia que al menos desde 1979 (de antes tampoco hay noticias) nunca se ha intentado derribar la Capilla, al revés, tal como comentamos ayer, en 1980 comenzaron las restauraciones.
¡Saludos!
20 de junio de 2013 a 11:13
Carmen A.
Muchas gracias por la información. No he conseguido encontrar el artículo que leí, así que quizá no era muy fiable… Supongo que la creí porque no me parecía extraño que se intentara derribar una capilla del siglo XVIII en pleno centro de Madrid.
Un abrazo, Mercedes.
20 de junio de 2013 a 20:16
Mercedes
Hola Carmen,
hay un artículo de ABC del 7 junio de 1978 en que el autor «temía» por su desaparición, pero era más una especulación que otra cosa. Es lo único que he podido leer. Pero como bien dices, no hubiera sido raro que alguien hubiera intentado hacerse con el terreno, por suerte allí sigue la capillita.
Un beso
3 de octubre de 2013 a 23:11
Los Palacios de Ustáriz y de Villagonzalo | Arte en Madrid
[…] que aquí tenía su domicilio oficial la propietaria del Humilladero de la calle Fuencarral, doña María Luisa Maldonado y Salabert, nacida en 1888, hija de don Mariano Maldonado, séptimo […]
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Belén Solidario en el Humilladero de Fuencarral | Arte en Madrid
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31 de May de 2014 a 19:47
javier
Mi nombre es Javier ,no voy a dar mas datos…, pero esa casa,edificio, que era de mi madre y que yo nací en ella , no se situa en Fuencarral 44 sino en el nº 46 y en ella, despues de la guerra ,que quedo medio derruida ,que hubo que restaurar,vivieron personajes del siglo xx…y podria contar muchas mas….jamas se intento derribar…puesto que es monumento historico desde ….bueno …un saludo y gracias por contar parte de la historia…la casa la vendimos hace poco…he vivido muchas cosas…de todas formas he de decir que la parroquia de S Ildefonso no se preocupo nada de esa maravilla…y jamas se procupo de ella…bueno allí he rezado para mis éxamenes..muchas veces antes de ir al Cole de los Agustinos en la C/ Valverde.. Mercedes, si quieres de forma confidencial. te puedo dar mas datos…
1 de junio de 2014 a 18:56
Mercedes
Hola Javier, gracias por tu comentario. Si quieres puedes escribirme al correo artedemadrid@gmail.com
Un saludo cordial
29 de agosto de 2014 a 00:50
Elena
Hola Mercedes: no querría interrumpirte tus vacaciones en esa magnífica región. Solo quería comentarte que ayer fui a ver la Capilla del Humilladero: ¡¡imperdonable no haberlo visto antes!!. (¿o es mejor eso del más vale tarde?). Millones de gracias porque gracias a tu post he tenido información muy valiosa y he podido admirar-a través de los cristales: mejor esta vista que ninguna- esa preciosa capilla. Un abrazo y buena permanencia.
29 de agosto de 2014 a 15:38
Mercedes
Hola Elena, ¡claro que más vale tarde! aunque nunca es tarde para ver cosas nuevas y sobre todo, disfrutarlas, como nos pasa a nosotras. Me alegra mucho que hayas visto el Humilladero, tras los cristales también tiene su encanto, la próxima vez que lo abran podrás entrar.
No me interrumpes nada, encantada de tu visita, además ya estoy en Madrid, dispuesta a seguir descubriendo cosas nuevas para mi y poder contarlas.
Un fuerte abrazo
19 de noviembre de 2014 a 16:37
pacoherrero15@gmail.com
Hola yo tuve la fortuna de estar el pasado año como voluntario de MSDP y disfrute con la gran cantidad de gente sobre todo de la zona que nunca la vieron abierta yo el primero.Este año tendré la oportunidad de volver ya que del 5 de diciembre al 6 de enero estará abierta..Mercedes estupenda información.Paco Herrero.
19 de noviembre de 2014 a 20:20
Mercedes
Muchas gracias por tu comentario y por la información, Paco. Me alegra saber que este año se va a volver a abrir en Navidad, y por ese motivo solidario. ¡Volveremos a visitaros!
24 de octubre de 2016 a 19:59
Paloma
Maravillosa historia y maravilloso recuerdo de mi niñez y de mi madre.
Muchas veces he parado allí a rezar ante la virgen, cuyo nombre llevo.
25 de octubre de 2016 a 16:24
Mercedes
Gracias por tu comentario, Paloma.
23 de diciembre de 2019 a 22:49
Herminia
Actualmente la capillita está abierta todos los días y atendida por Mensajeros de la Paz su entrada es gratuita