Como ya hemos comentado alguna vez, Madrid hasta el siglo XVI, cuando Felipe II estableció la Corte en la Villa, uno de sus límites al norte estaba en la plaza de Santo Domingo. Mas allá de la Puerta del mismo nombre sólo había bosques y cursos de agua que regaban los fértiles terrenos. Por entonces comenzaron a aparecer pequeños núcleos de edificaciones fuera de la cerca, llamados pueblas, pero no fue hasta el siglo XVII cuando se produjo un gran crecimiento de población, y bajo el reinado de Felipe IV se construyó una nueva Cerca y se llevó a cabo la urbanización de toda esta zona.
La Puerta de salida de la villa por el norte pasó a situarse en la actual glorieta de San Bernardo, era la Puerta de Fuencarral. Entre ambas puertas, sobre el antiguo camino, surgió la calle de los Convalecientes de San Bernardo, luego calle Ancha de San Bernardo, actual calle de San Bernardo.
En el siglo XVIII la zona, a ambos lados de la vía, fue elegida por numerosos nobles o personajes adinerados para instalar su palacio, de los que se conservan algunos. El paseo merece la pena. Además de otros edificios singulares de diferentes épocas, encontramos el antiguo Palacio de la marquesa de Sonora hoy Ministerio de Justicia en el 45, La Casa-palacio de don Antonio Barradas en el nº 63…
Y el Palacio Bauer en el nº 44, que se ha podido visitar a lo largo de este mes de septiembre gracias al programa de la Comunidad de Madrid Bienvenidos a palacio.
Comienza la explicación de nuestra guía, Elena, con una importante aclaración, que agradecemos:
En algunas publicaciones, en internet o impresas (incluido el folleto oficial que nos entrega antes de la visita), aparece que el Palacio Bauer fue construido en el siglo XVIII “para los marqueses de Guadalcázar”, pero este dato es erróneo. Y aprovecha para recordarnos algo que olvidamos demasiado a menudo: no se deben copiar las informaciones ajenas sin intentar contrastarlas pues a veces ocurre lo que en este caso, un autor copia a otro, éste a otro… y así un error se va transmitiendo infinitamente.
La verdad es que el Palacio que fue propiedad de los marqueses de Guadalcázar no es el que perteneció a los Bauer, en el nº 44, sino el hoy llamado Palacio de Parcent, ubicado en la misma calle de San Bernardo, en el nº 62.
Recurriendo una vez más a la Planimetría General de Madrid, podemos comprobar que el Palacio de Parcent, actualmente ocupado por dependencias del Ministerio de Justicia, en el siglo XVIII era la Casa nº 1 de la manzana 485, propiedad de los marqueses de Mejorada y de la Breña. La marquesa de la Breña fue también marquesa de Guadalcázar, así el palacio pasó a manos de los marqueses de Guadalcázar.
El Marqués que lo reedificó en el siglo XIX ya que se encontraba en muy mal estado, llegó a Madrid en 1865, así nos lo cuenta Virginia Tovar en su libro sobre el Palacio de Parcent. Entonces el Palacio de la marquesa de la Breña pasó a ser el Palacio de Guadalcázar.
No se sabe bien porqué, después de haber realizado grandes obras, la familia de Mejorada-Guadalcázar abandonó el palacio. Don Isidro Alfonso de Sousa Portugal, marqués de Guadalcázar, fue el último propietario de este título.
En el siglo XX fue el hotel de los Iturbe-Scholtz Hermendorff, y luego de los Parcent-Hohenlohe. Finalmente el edificio pasó al Estado, conservando el nombre de Parcent.
En cuanto al Palacio Bauer, era la antigua Casa nº 4 de la manzana 490, actual nº 44 de la calle de San Bernardo, que a mediados del siglo XVIII era propiedad de la Casa Noviciado de la Compañía de Jesús.
En el siglo XIX fue adquirida por el banquero Ignacio Bauer; hacia 1870 su hijo Gustavo Bauer encargó su reforma a Arturo Mélida.
La huella de Arturo Mélida Alinari, gran y polifacético artista, arquitecto, escultor, pintor y decorador, permanece en el magnífico Palacio que fue de los Bauer.
El sencillo exterior no permite imaginar la barroca y lujosa decoración que se esconde en su interior, apenas un recuerdo de lo que debió ser el palacio en su época de esplendor.
Después de varias reformas, cambios de dueños y usos, el palacio está muy transformado aunque conserva las trazas y gran parte de la decoración realizada por Arturo Mélida. Lógicamente cuando los Bauer dejaron de ser sus propietarios se llevaron todo el mobiliario y obras de arte de su propiedad, como nos cuenta nuestra guía, pero se conservan los techos, artesonados o yesos, pinturas al fresco y vidrieras originales del siglo XIX.
El edificio está formado por dos cuerpos, el que da a San Bernardo, esquina calle del Pez, y otro, junto al jardín, a la calle Pozas.
Mélida los reorganizó y comunicó, creó nuevas estancias, entre ellas el espectacular y neo-barroco Salón de Baile, decorado con mármoles, esculturas de bronce, hornacinas de cerámica vidriada y pinturas al fresco.
El arquitecto también creó el saloncito Bauer decorado con bellísimas obras de Mariano Benlliure. Algunas de ellas, pertenecientes a una Colección particular, el Busto de Ignacio Bauer (1895) y el Idilio (1896) pudimos verlas el año pasado 2013 en la exposición celebrada en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.
Otra, que formaba pareja con el Idilio, el Canto de amor (1897), se puede admirar en el Museo del Prado, en la Sala 63. Una maravilla.
En el siglo XX el palacio fue reformado en varias ocasiones. En 1924-25, según proyecto de Pedro Muguruza; poco después la quiebra de los Bauer provocó su abandono del edificio.
Durante la guerra fue ocupado por los milicianos, siendo adquirido y reformado en los años 40 por el Ministerio de Educación Nacional para Real Conservatorio de Música y posteriormente para Escuela de Arte Dramático y Danza. Cuando estos organismos se trasladaron al Teatro Real, en 1970 José Manuel González Valcárcel lo reformó para acoger la Escuela Superior de Canto, que allí continúa. Fue entonces cuando el Salón de Baile fue convertido en Teatro.
En 1972 el antiguo Palacio de los Bauer fue declarado Monumento histórico-artístico.
Durante la visita conocemos algunos de los antiguos salones, el de Tapices, el Salón de los Cueros…
… que solo conservan los techos y el suelo originales. Las pinturas que hoy adornan sus paredes pertenecen al Museo del Prado.
Aunque ya no existen, el palacio, como era usual en el Madrid decimonónico, tenía su Salón árabe y su Salón de fumar.
Otra de las joyas que sí se mantiene es el pequeño Salón de las Cuatro Estaciones, así llamado por las pinturas que lo adornan; en este caso no son frescos, son telas enmarcadas por molduras.
Era como una rotonda del palacio, con cuatro puertas, que comunicaba distintas estancias. Igual que el techo, las puertas de madera en su cara interior, pintadas en la exterior, son una obra de arte.
Una última reforma del edificio fue proyectada por Mª Dolores Artigas, Vicente Patón y Rafael Pina en 1989. Además de las cubiertas y espacios interiores se restauró el Jardín con su fuente central, espacio que originalmente estuvo ocupado por un estanque, del que parten ocho callecitas. El pavimento es moderno, debe ser de esta época.
Aunque actualmente cegado, sí se conserva el antiguo pozo que surtía el agua necesaria, testigo del pasado.
En el teatro, antiguo Salón de Baile, de la hoy Escuela Superior de Canto de vez en cuando se celebran conciertos gratuitos, hasta completar el aforo. Una gran ocasión para escuchar buena música y conocer un bello e histórico palacio. Se puede obtener información en la propia Escuela.
Por : Mercedes Gómez
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Bibliografía:
Planimetría General de Madrid.
BOE. 21 marzo 1972
África Martínez. Palacios madrileños del siglo XVIII. La Librería 2003.
COAM. Guía de Arquitectura. Madrid 2003.
Virgina Tovar y Cristóbal Marín Tovar. Palacio de Parcent. Madrid, 2009.
Bienvenidos a palacio. Palacio Bauer. Comunidad de Madrid 2014.
20 comentarios
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28 septiembre 2014 a 20:22
Carlos R.Zapata
!!Fascinante!!. No tenía ni idea de este palacio y como sigue siendo habitual en ti Mercedes, gracias a tus escritos nos descubres maravillosos edificios y parajes que pasan desconocidos por la mayoría de los mortales.Enhorabuena y gracias.
29 septiembre 2014 a 19:42
Mercedes
Hola Carlos, gracias a ti, por tu comentario y tu visita.
Un abrazo
29 septiembre 2014 a 08:24
Maríarosa
Una de las muchas joyas escondidas de Madrid…La iniciativa de enseñarlas me parece un total acierto …. y contar con personas como tú que nos lo cuenten tan detallada y amenamente es una gran suerte. Estaré al tanto de esos conciertos con acceso libre pues tengo muchísimas ganas de conocer este Palacio…En realidad había conseguido dia y hora de visita pero «por causas ajenas a mi voluntad» he tenido que anularla…claro que llamé para que mi plaza pudiera ser ocupada por otra persona de las muchas que imagino habrían quedado en lista de espera.
29 septiembre 2014 a 19:47
Mercedes
Muchas gracias, María Rosa, espero que puedas conocer el palacio en otra ocasión, ¡te va a encantar!
Ojalá lo amplíen el año que viene, y podamos conocer los otros edificios para los que no hemos conseguido hueco! y más personas puedan disfrutar de esta magnífica iniciativa.
29 septiembre 2014 a 11:27
Guerra Esetena
Hola Mercedes:
Como dice el refrán, «el que tuvo, retuvo». Y, aunque el palacio haya perdido gran parte de su espléndido interior, todavía conserva verdaderos tesoros. Gracias también por esa recomendación que nos haces (a la guía, por supuesto) de contrastar siempre la información que aparece publicada. A veces no nos damos cuenta y pasamos a formar parte de una cadena de errores, que vamos transmitiendo de unos a otros.
Magnífico reportaje, enhorabuena. Abrazos, Jesús
29 septiembre 2014 a 20:01
Mercedes
Es verdad, Jesús, a pesar de todo conserva verdaderos tesoros.
La recomendación es de la guía, que demuestra realizar un gran trabajo, pero yo la suscribo, y me la aplico. A veces es difícil, pero hay que intentarlo, para evitar propagar errores, un riesgo que todos podemos tener.
Y si cometemos un error, tener la suerte de que alguien lo aclare, como Elena ha hecho con este palacio.
¡Muchas gracias!
Abrazos
29 septiembre 2014 a 12:05
Ismael Sanchez
Hola
Queria advertirte de un error en este artículo. Mencionas que en la Calle San Bernardo 14 se encuentra el Palacio del Marqués de la Santa Cruz, cuando en realidad se encuentra en la cercana calle San Bernardino 14
Un saludo. Ismael
29 septiembre 2014 a 20:03
Mercedes
Hola, te agradezco la visita Ismael, pero en este artículo no he hablado del palacio del Marqués de Santa Cruz…
Un saludo
29 septiembre 2014 a 19:46
Antonio Iraizoz
Gracias por el artículo Mercedes, sólo conocía el antiguo salón de baile, no de ir a bailar, sino de haber escuchado un buen concierto, como bien dices. El resto del palacio no se queda atrás. El programa de Bienvenidos a Palacio está muy bien y aún queda mucho y bueno por ver.
Bravo también por la llamada de atención de la guía sobre la poca afición general a contrastar datos.
Un abrazo
29 septiembre 2014 a 20:09
Mercedes
Gracias a ti, Antonio. Así que conoces el Salón de Baile… es precioso ¿verdad? mis fotos son muy malas, y no hacen justicia al salón, por eso hay que ir a verlo.
El Programa es una maravilla, desgraciadamente para mi no he encontrado plaza para los siguientes palacios, por eso espero que se repita, ¡y que alguien nos cuente esas visitas!
Un abrazo
30 septiembre 2014 a 11:43
JOSÉ CASADO
Hola Mercedes. Tengo que reconocer que no tenia ni idea de esa iniciativa de Bienvenidos a palacio, aunque la verdad es que tiempo para ir a ver los sitios, tampoco tengo.
Sorprendente este palacio, que solo conocía por fuera, claro. Un amuestra de lo que hay por ahí, sin conocer por la mayoría de los madrileños.
Excelente trabajo. Un saludo.
30 septiembre 2014 a 22:02
Mercedes
Hola, José, yo tampoco imaginaba todo lo que escondía este bonito palacio, tienes razón, es solo una muestra de lo mucho que guardan los edificios madrileños.
Muchas gracias por tu comentario y un saludo
30 septiembre 2014 a 22:40
Elena
Hola Mercedes: muchas gracias por esta información tan precisa. Me ha servido para recordar mi visita a este precioso Palacio ya que por fuera no parece que tenga tanta historia y riqueza en su interior. La guía, Elena, es muy buena. Y la iniciativa formidable. Y espléndido tu artículo. Un gran saludo.
1 octubre 2014 a 19:48
Mercedes
Hola, Elena, de acuerdo con tu comentario respecto al palacio y la visita estupendamente guiada por tu tocaya, Elena.
En cuanto al artículo me alegra que te haya gustado.
Saludos
1 octubre 2014 a 14:59
Elena Rosado
Hola Mercedes: ya veo que te animaste finalmente a hacer también un post sobre tu visita al palacio Bauer. Me alegra que disfrutase de ella, y que comprobases lo que os comente sobre la residencia de los marqueses de Guadalcázar en la calle de San Bernardo. Espero coincidir contigo en otras actividades. Un saludo.
1 octubre 2014 a 19:52
Mercedes
Muchas gracias por tu comentario, Elena. Disfruté mucho, fue una visita magnífica. Mantengo lo que te comenté sobre Mélida, pero eso me llevará más tiempo 🙂 y esta visita creo que desde luego merecía su crónica.
Ojalá en un futuro pueda escucharte en otras visitas, gracias.
Saludos y bienvenida!
20 noviembre 2015 a 01:48
carlos cremades
El palacio de Gualdalcazar en la Calle Ancha de San Bernardo albergó enfermos excedentes del Hospital General dos o tres meses antes de la inauguración del antiguo Hospital de la Princesa que estaba situado junto a la Puerta de Fuencarral ( en abril de 1857). Ver el periódico «La Esperanza»
(18-9-1856 y 25-9-1856)
20 noviembre 2015 a 19:12
Mercedes
Gracias por el dato. Saludos.
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