Hace unos días tuve la suerte de visitar la pequeña, deliciosa exposición Dibujos de Alenza: escenas, costumbres y peligros de Madrid en el Museo Lázaro Galdiano. Un pequeño grupo de miembros del Instituto de Estudios Madrileños, del que tengo el placer de ser colaboradora, fuimos invitados y guiados por su comisario, Juan Antonio Yeves, Jefe de la Biblioteca Lázaro Galdiano. Un regalo.
El objetivo de la exposición es dar a conocer la figura y la obra del artista.
Leonardo Alenza
Leonardo Alenza nació en Madrid el 6 de noviembre de 1807. Su madre María Nieto murió cuando el niño aún era pequeño y en 1817 el padre Valentín se volvió a casar con la joven Micaela Bertrandi. Ambos, de situación modesta, le facilitaron los estudios, y él a cambio, vivió siempre con ellos y les ayudó.
En la muestra del Lázaro Galdiano, junto a las vitrinas que guardan las obras, vemos el retrato de El pintor Leonardo Alenza. La magnífica pintura, atribuida al propio artista, está datada hacia 1824. Pertenece a la colección de José Lázaro, aunque habitualmente no está expuesto, al menos hasta ahora.
El retrato representa al pintor cuando tenía unos 17 años. Viste una levita, al estilo romántico, y bajo el brazo lleva una gran carpeta de dibujo; por entonces estudiaba en la Academia de Bellas Artes de San Fernando, donde llegó a ser académico de mérito, lamentablemente por poco tiempo.
Una placa municipal en la plaza de San Ildefonso nº 4 indica que allí tuvo su estudio. Fue su domicilio, en el que murió, de tuberculosis, el 30 de junio de 1845, con solo 37 años.
Leonardo Alenza en el Museo Lázaro Galdiano
La colección de dibujos de Alenza, adquirida por José Lázaro, consta de más de trescientas piezas de las que se muestran treinta. Formaban parte de la serie que conservaba Micaela Bertrandi, tras la muerte de Leonardo y de su padre, quien ya había vendido muchas obras. Las que quedaban las entregó Micaela a Clemente Villa, cura de la parroquia de San Ildefonso, que también las fue vendiendo. La obra se dispersó. Además de la colección de José Lázaro, adquirida antes de 1913, se conservan obras en otros museos, como el Museo del Romanticismo, el Museo del Prado y la Academia de San Fernando. La Biblioteca Nacional también posee una gran colección de dibujos y grabados.
Alenza fue uno de los seguidores de Goya, quizá, tal como nos cuenta Juan Antonio Yeves, el menos copista, el más creativo de todos, con sus dibujos de gran calidad.
En la primera vitrina contemplamos varios álbumes con sus dibujos, como aquellos, podemos imaginar, que el joven Leonardo guardaría en su carpeta. Dibujos inspirados en los temas de Goya, con extrañas figuras y pesadillas.
Leonardo Alenza trabajó para varias publicaciones ilustradas, como El Semanario Pintoresco Español, de Mesonero Romanos, y Los españoles pintados por sí mismos. En otra vitrina se exponen también algunas estampas conocidas como los caprichos de Alenza, aunque en realidad eran escenas costumbristas.
Finalmente, contemplamos sus dibujos y acuarelas que reflejaron el Madrid que él pudo conocer. Los escenarios que vería cuando iba de caza, como al parecer él mismo decía, a los barrios bajos o a las cercanías del río, pero seguro también los tipos castizos que diariamente se encontraba en la propia plaza de San Ildefonso donde vivía, la Corredera y alrededores. Personajes de las clases más humildes, oficios varios, malhechores, escenas, costumbres y los peligros de Madrid.
Con pocos trazos era capaz de representar las majas, celestinas, charlatanes, aguadores, taberneros… y contar una historia. Con ironía, incluso con humor.
El tirador del dos
Son muchos los temas sugerentes que ofrece la muestra, pero vamos a detenernos en un personaje singular que nos ha descubierto el comisario.
Hoy nos puede resultar desconocido, pero en la época en que vivió Alenza, en la primera mitad del siglo XIX era un término utilizado. De hecho, aparece en el Compendio del diccionario nacional de la lengua española, editado en Madrid en 1852:
Tirador del dos: ratero que roba bolsillos y pañuelos.
El tirador del dos era el último en ese mundo de ladrones y timadores, un raterillo, heredero de los bajamaneros –ladrón ratero, según la RAE– de la novela picaresca del siglo de oro.
Como comentaba Rodríguez Marín en su edición de Rinconete y Cortadillo, de Miguel de Cervantes, era un “ladrón ratero, aprendicillo, vamos al decir, que comienza a deletrear en la cartilla ladronesca”, citando un ejemplo del Guzmán de Alfarache:
“… quien se preciare de ladrón procure serlo con honra, no bajamanero.” O sea, no un simple raterillo, tirador del dos.
Con gran habilidad, solo con dos dedos, los aprendices del robo buscaban en los bolsillos de sus víctimas, como hace este ladronzuelo mientras la mujer, su cómplice, distrae al incauto.
Volvemos a encontrar a nuestro protagonista en otra acuarela, a la derecha hay un personaje que no parece prestar mucha atención al grupo, entretenido, dedicado a lo suyo.
Como en todo, había un escalafón. Así lo refleja una noticia de 1866 en La Época:
“Se ha descubierto… una compañía de ladrones perfectamente organizada y dirigida por un hábil capitán, entre los cuales se hallan de todas las especialidades en el género de latrocinio, desde el simple mechero y tirador del dos, hasta paradores y escaladores de casas”.
El tirador del dos, el que Alenza dibujaba, era el ratero más pobre, en ese Madrid castizo y humilde.
Él mismo murió en la penuria, como tantos artistas, después de su penosa enfermedad, tan joven –como otro gran romántico, Gustavo Adolfo Bécquer, unos años después–.
Solo gracias a la generosidad de sus amigos escritores y artistas se celebró un sencillo funeral en la iglesia parroquial de San Ildefonso, frente a su casa, y pudo ser enterrado.
Por: Mercedes Gómez
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La exposición se puede visitar en el:
Museo Lázaro Galdiano
Calle Serrano, 122
Dibujos de Alenza: escenas, costumbres y peligros de Madrid
Hasta el 11 de agosto.
De martes a sábado: de 10 a 16:30 horas. Domingo hasta las 15 h.
Bibliografía:
MARTÍN-MATEO, Albina. «Algunos dibujos costumbristas de Alenza del Museo Lázaro Galdiano», Revista Villa de Madrid, Madrid, 1976, nº 50-51, pp. 21-25.
OSSORIO y BERNARD, Manuel. Galería biográfica de artistas españoles del siglo XIX. Madrid, 1868.
“Biografía de don Leonardo Alenza”, El Renacimiento, 18 abril 1847.
Real Academia de la Historia
ceres
8 comentarios
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9 de julio de 2019 a 13:06
juancarlosgarciaparedes
Buenos días Mercedes, yo también estuve viendo la exposición de Alenza en el Lázaro Galdiano y me parecío, además de instructiva en cuanto a las costumbres de la época, que Alenza fue un gran dibujante y tuvo mucha inlfuencia de Goya como apuntas. Una gozada.
9 de julio de 2019 a 19:50
Mercedes
Totalmente de acuerdo, Juan Carlos. Una gozada. Sus dibujos son muy buenos, asombra cómo con tan pocos trazos era capaz de crear esas figuras y grupos. Y me gustaron mucho las acuarelas, con ese colorido. No conocía apenas su historia ni su arte y me ha encantado.
9 de julio de 2019 a 15:52
Pablo Jauralde
Hola, Mercedes…. ando lejos, y cada vez me voy a alejar más, hasta setiembre, que iré a Taiwán. Para entonces, ¿me podrías “enseñar” y explicar El Capricho. Acaban de nombrar a Gema Corralón, por lo que sé, que llevaba 20 años llevando el museo de la BNE, para que organice allí…. no sé muy bien qué, pero relacionado con Osuna. ¿Pasarás el verano en Madrid? Muchos recuerdos
9 de julio de 2019 a 19:55
Mercedes
Hola, Pablo, ¿ya te has ido…? claro, cuando vuelvas podemos ir al Capricho, creo que te gustará mucho.
Ese nombramiento imagino será para hacerse cargo del museo de la duquesa de Osuna? veremos qué pasa.
Hasta pronto, besos
18 de julio de 2019 a 15:44
María Paz Ramos Esteve
Muchas gracias por esta información sobre Alenza. Voy a ver esta exposición sin falta antes 11 Agosto. Te agradezco la documentación Un saludo
Enviado desde mi iPhone
18 de julio de 2019 a 19:33
Mercedes
Hola María Paz, no dejes de ir, espero que te guste. Gracias a ti por tu visita, ¡un saludo!
22 de julio de 2019 a 08:45
ensondeluz
Hola Mercedes,
De tu crónica envidiable sobre Alenza (¡siento perderme la exposición!), he de decir que cuando era adolescente vi alguna de sus estupendas acuarelas no sé donde (creo que en un libro de la casa de mis abuelos). De entonces datan mis intentos de dibujar a la acuarela, con logros muy por debajo de mis deseos.
Un abrazo
Ramón
PD: en octubre espero acercarme a Madrid y creo que probaré esa pasarela futurista de la que has hablado. Viví casi dos años a dos pasos del parque de la Fuente del Berro, al que llevaba a mis hijos de paseo.
22 de julio de 2019 a 17:43
Mercedes
Hola, Ramón, qué bonito lo que nos cuentas. No me extraña que te inspiraran las acuarelas de Alenza, a mi es lo que más me ha gustado de la pequeña expo. Tienen un color precioso, que creo es muy difícil en la acuarela. Seguro que las tuyas son buenas…
Siempre merece la pena volver a la Fuente del Berro, si atraviesas la pasarela espero que lo disfrutes y ¡me lo cuentes!
Gracias por tu visita, un abrazo