A finales del siglo XIX y comienzos del XX una buena parte de la nobleza decidió trasladar su residencia desde el centro de Madrid al Paseo de la Castellana, nueva zona del Ensanche de Madrid, que estaba adquiriendo un gran valor. Sobre antiguas huertas se construyeron palacios, palacetes y mansiones. Muchos de ellos han desaparecido, pero otros permanecen, reconvertidos en su interior, pero felizmente inalterados en su exterior.
Uno de ellos es el Palacete de don Eduardo Adcoch, construido por el arquitecto José López Sallaberry entre 1905 y 1906. Situado en el Paseo de la Castellana 37, esquina a Rafael Calvo con vuelta a Fortuny.
Fue construido siguiendo la moda de la época, al estilo de los “hoteles” franceses, con sus miradores y balcones decorados, aunque también presenta elementos ornamentales del Renacimiento español, como la torre lateral, los remates de la cornisa y la galería de arcos, como nos explica Carlos de San Antonio.
Después de sucesivos usos -de palacete a clínica psiquiátrica- y propietarios, en 1999, al volver el edificio a manos de los herederos, fue vendido a la empresa Ferrovial. Así, el palacete se convirtió en la sede de la Fundación Rafael del Pino. Del Pino fue fundador y poderoso presidente de la famosa constructora. Después de la compra, fue reformado para acoger la sede de la Fundación, aunque el exterior, protegido, fue respetado completamente. El autor de la rehabilitación fue Rafael de La Hoz Castanys.
Rafael de La Hoz, hijo y nieto de arquitectos, es quizá uno de los arquitectos más importantes del momento, y desde luego su obra es una de las más impactantes. Nació en Córdoba en 1955, pero desde que llegó a Madrid a estudiar en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura, su vida ha estado ligada a nuestra ciudad. Aquí tiene su Estudio, aquí ha construido grandes obras, y aquí le esperan grandes proyectos.
Como todos los palacetes, éste tenía un jardín.
Sobre dicho jardín, según proyecto de 2005, el mismo Rafael de La Hoz inició la construcción de la ampliación del edificio que ahora acoge la Fundación, incluyendo el nuevo auditorio, aunque el arquitecto dice que se trata de la “transformación de un jardín en un jardín habitado”. El resultado fue el “Edificio Fortuny”.
Seguro que no de forma caprichosa, la nueva construcción conserva a su alrededor las verjas del antiguo jardín, así como alguno de los edificios anejos al palacete, aunque poco más, entre el antiguo edificio y el nuevo, un pequeño espacio ajardinado, quizá el magnolio junto a la puerta de entrada sea uno de los escasos restos de otros tiempos.
El exterior de cristal muestra un edificio completamente transparente, “abrazado”, o quizá sostenido, por una estructura de acero inspirada en las formas de los árboles, ofreciendo una imagen magnífica.
Observo la similitud de la forma de las ramas de los árboles y las ramas de acero. Ningún elemento parece gratuito. Observo también con curiosidad cómo el antiguo pequeño edificio anejo al palacete halla su continuidad en las líneas de los pisos superiores de la nueva construcción.
Recta la fachada principal de la calle Rafael Calvo, la parte trasera que se asoma al espacio contiguo de la calle Fortuny, recurre a las formas curvas. El último piso acristalado que se asoma a la calle Fortuny me sugiere un moderno torreón que contrasta con la torre de inspiración renacentista en la esquina contraria del solar.
El nuevo edificio de Rafael de La Hoz me gusta mucho, me parece espectacular tanto por fuera como por dentro.
En su interior, sus espacios diáfanos, sin pilares interiores, empleando los materiales más exquisitos, crean un ambiente especial.
El Auditorio, tal como indica la placa allí colocada, fue inaugurado por el Alcalde de Madrid el día 3 de junio de 2008. Rafael del Pino, el fundador, murió solo once días después.
Texto y fotografías: Mercedes Gómez
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Bibliografía:
– Carlos de San Antonio Gómez. “El Madrid del 98. Arquitectura para una crisis 1874-1918”. Biblioteca madrileña de bolsillo nº 4. Comunidad de Madrid 1998.
– COAM. Guía de Arquitectura. Madrid 2003.
6 comentarios
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26 de febrero de 2009 a 14:44
anapedraza
¡Qué interesante! El palacete sí lo conocía, pero no el edificio moderno, el cual me parece soberbio.
Un saludo.
MIGUEL
26 de febrero de 2009 a 18:21
artedemadrid
Hola Miguel, gracias por el comentario, te conozco de leerte en el blog de Matritensis 🙂
saludos y bienvenido!
Mercedes
26 de febrero de 2009 a 23:34
Madrid 2016
Hola! Tienes un blog muy bueno! Te he enlazado al mio, http://www.madrid2m16.blogspot.com
Ánimo y un saludo!
27 de febrero de 2009 a 14:32
artedemadrid
¡Hola Madrid 2016! gracias, me alegro de que te guste. Tu hablas también de Madrid, enlazado quedas.
Los ánimos en los comienzos siempre vienen bien 🙂
saludos
Mercedes
28 de enero de 2014 a 22:37
Jacinto del valle
Creo que se equivoca con la historia de este palacete. Yo he vivido en este palacete
29 de enero de 2014 a 14:17
Mercedes
Hola Jacinto, ¿en qué me equivoco? Si es tan amable de contarnos la verdadera historia, estaría muy agradecida.
Saludos