Subiendo por la calle de Goya desde la plaza de Colón, a la derecha, en el número 52, hay un edificio de solo dos plantas que llama la atención, sobre todo porque es distinto a la mayor parte de los que le rodean.
Está bastante deteriorado, parece abandonado, y desentona con los dos edificios de viviendas entre los que se encuentra, mucho más altos, con sus balcones y fachadas decoradas, más típicos del Barrio de Salamanca. Es una construcción de líneas muy simples, carente de ornamentación, algo «industrial».
Se sabe que se trata de un Antiguo Dispensario Antituberculoso de la Seguridad Social, construido entre los años 1926 y 1928 por el arquitecto Amós Salvador Carreras. Y poco más. Pero sí hemos podido descubrir que la historia del solar y del dispensario es más antigua, se remonta al menos a los años finales del siglo XIX.
En el plano de Facundo Cañada, que representa el Madrid de 1900, la manzana -entre las calles de Alcalá, General Pardiñas, Goya y Francisca Moreno-, ya estaba construida (en color rojo), excepto tres de sus esquinas. En la de Alcalá había un jardín, y en las de Goya un solar (en color anaranjado).
La propiedad que nos ocupa tenía doble entrada, por la calle de Goya, y por la calle del General Pardiñas, por donde se accedía al jardín, también representado en el plano.
Por esa época, en la calle de Goya, y en todo el Barrio de Salamanca, aún había muchos solares disponibles, la zona urbanizada era sobre todo la zona próxima al Paseo de la Castellana.
En 1901 el doctor Verdes Montenegro fundó en Madrid el primer dispensario antituberculoso de España, en un “hotel” en la calle del General Pardiñas, 4. Fue el Dispensario Antituberculoso de Madrid, inaugurado por la reina Regente, doña María Cristina, y por el Ministro de la Gobernación, don Antonio Maura, que en 1908 fue cedido al Estado, reformado y ampliado, convirtiéndose en el Real Dispensario Antituberculoso María Cristina, inaugurado el 28 de diciembre de 1908 en la calle Goya, por el rey Alfonso XIII, acompañado de las reinas Victoria Eugenia, su esposa, y María Cristina, su madre. Su padre, Alfonso XII, había muerto de tuberculosis por cierto. Esta enfermedad atacó sobre todo a los pobres, pero no únicamente.
La prensa de la época publicó imágenes de la familia real durante la inauguración, y fotos del interior. Además de las consultas, contaba con sala de espera, sala de lectura, comedor…
Este lugar tuvo su importancia en la historia de Madrid, la sanidad y la educación, pues además de servicios de consulta diaria para los enfermos sirvió como centro de enseñanza, impartiendo durante una época clases a los futuros médicos, siendo el germen de la futura Escuela de Tisiología.
Ante la gravedad que supuso la expansión de la tuberculosis o tisis por las ciudades, en 1924 se creó el Real Patronato Antituberculoso de España para el cual se construyeron una serie de sanatorios y dispensarios en todo el país, también en Madrid.
Por otra parte, en la década de los años 20 en Madrid, junto a la arquitectura tradicional e historicista, surgió una nueva corriente, la Arquitectura Racionalista, seguidora de un movimiento europeo, que llegó a España gracias a Fernando García Mercadal. Consistía básicamente en la edificación desde un punto de vista práctico, funcional, libre de elementos decorativos superfluos.
Bajo estas nuevas ideas fueron construidas viviendas, cines, mercados y varios edificios destinados a la asistencia sanitaria, incluidos algunos nuevos dispensarios antituberculosos, como este de la calle de Goya.
Para entonces la calle ya mostraba la imagen elegante y lujosa que hoy mantiene en gran parte, como una de las vías principales del Ensanche. Ya existían muchos de sus edificios más señoriales, a la altura de Velázquez, Castelló, Príncipe de Vergara, y la propia General Pardiñas. Antonio Palacios ya había construido su obra en el número 41, y ya existía la Iglesia de la Concepción en la esquina con Núñez de Balboa.
En algún momento, los dos solares vacíos en 1900, fueron ocupados por las viviendas que hoy flanquean y encajonan el antiguo edificio racionalista.
En la calle de Andrés Mellado el mismo arquitecto construyó, en las mismas fechas, el Dispensario Victoria Eugenia, cuyo origen también se remonta a los primeros años del siglo. Otro fue construido en la calle de la Cabeza. Constaban de salas para consultas, y estaban dotados con modernas instalaciones de calefacción, agua caliente, desinfección, rayos X, etc. Tengamos en cuenta que en el siglo XIX la salud de los madrileños dependía de los establecimientos de la Beneficiencia, que en el siglo XX fue transformándose en Previsión y Seguridad Social.
En la República nuestro dispensario volvió a cambiar de nombre, cada uno recibió el nombre del barrio al que atendía. El de la calle Cabeza 4, se convirtió en Dispensario del Distrito del Hospital. Se conserva, y hoy alberga los Servicios de Salud Mental del Distrito Centro. El de la calle de Andrés Mellado 37 fue el Dispensario del Distrito de Universidad, actualmente es la Sede Regional de Prevención y Mantenimiento de la Consejería de Salud de la Comunidad de Madrid.
El de la calle Goya recibió el nombre de Dispensario del Distrito de Buenavista, sin uso al parecer desde hace mucho tiempo.
Vecinos de la zona cuentan que hace un par de años fue ocupado, y tuvo que ser desalojado y vigilado durante un tiempo. Tuvieron ocasión de entrar y dicen que su interior está en muy mal estado, las paredes de ladrillo sin la capa de yeso, y sin tabiques.
Ignoro en qué situación se encontrará el proyecto pero, por entonces, en 2008, el edificio figuraba en la lista de inmuebles propiedad de la Comunidad de Madrid que podrían ser rehabilitados, en este caso para centro de salud.
El primitivo jardín sigue existiendo, tras un muro y una verja, en el actual nº 14 de la calle del General Pardiñas.
En su interior la gran altura de los árboles delata su antigüedad. A la izquierda, tras el edificio de la calle Goya, pervive una construcción de ladrillo visto, quizá restos del antiguo dispensario.
De frente, otra, muy curiosa, cuyas puertas y ventanas muestran bonitos arcos de estilo neomudéjar.
También me cuentan que hace aproximadamente un año la tapia fue reconstruida. Antes entraba y salía gente, algún organismo sanitario tenía aquí su sede.
Acaso como herencia del pasado, aquí estuvo la Oficina Regional de Coordinación de Acciones frente al Sida, la enfermedad infecciosa más grave de finales del siglo XX y comienzos del XXI, como antes lo fue la tuberculosis.
Ahora todo parece desocupado, en espera de destino.
El jardín hoy día no posee un césped cuidado, ni flores, pero allí se asoman varios edificios de viviendas, y allí continúan los árboles, tras las puertas de hierro perfectamente pintadas.
Un jardín desconocido, casi escondido, con más de cien años de historia.
Texto y fotografías: Mercedes Gómez
——–
Fuentes:
COAM. Guía de Arquitectura. Madrid 2003.
Blanco y Negro 2 enero 1909. Nuevo Mundo 28 enero 1909. Blanco y Negro 27 enero 1935. (Hemeroteca ABC y BNE).
Diario Sesiones Asamblea de Madrid, nº 241, 10 jun 2008.
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38 comentarios
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28 noviembre 2010 a 03:00
Dani
«y desentona con los dos edificios de viviendas entre los que se encuentra, mucho más altos, con sus balcones y fachadas decoradas, más típicos del Barrio de Salamanca. Es una construcción de líneas muy simples, carente de ornamentación, algo ´industrial”.
Mujer, cómo se te ocurre, ¡si aparte de ser un edificio de arquitectura racionalista tiene ornamentación art decó! Véanse las molduras, y sobre todo el maravilloso diseño de la puerta (que la fachada esté descuidada, sucia y sin pintar como debiese, ese ya es otro cantar).
Para quien esté interesado en este abundante y genial estilo (apenas valorado o catalogado en Madrid), por favor que visite uno de los mejores blogs de la madroñosfera:
http://madrid-art-deco.blogspot.com/
28 noviembre 2010 a 10:15
Paco
Hay que ver, Mercedes, como te pones a tirar del hilo de «cualquier cosa» y nos descubres una historia de lo más intersante.
Yo, lo primero que habría pensado al ver el edificio así es que pertenecería a algún especulador, pero si es propiedad del Estado… no sé a que esperan para darle uso.
Cuidado con el frío 🙂
Besos
28 noviembre 2010 a 19:13
artedemadrid
Hola Dani, la palabra «desentona» no tiene ninguna intención peyorativa, significa que «contrasta», ni por supuesto el resto de la frase.
De hecho, he elegido este edificio singular, en lugar del de al lado (lo que no quiere decir que en otro momento pueda interesarme hacerlo), para darlo a conocer, por su valor, incluso antes de saber todo lo que había detrás, en este caso en un sentido real, no solo figurado. Aparte el COAM, no he encontrado a nadie que hable de él, lo que no quiere decir que no exista, claro.
Efectivamente, tiene detalles «déco», que muestran las dos fotos de la fachada.
Y respecto al blog de David, tienes toda la razón, es estupendo, y hace tiempo que está en mi lista de enlaces.
Gracias por tu comentario, en defensa de un edificio creo que poco conocido, que esperemos sea rehabilitado cuando la Comunidad decida si reune los requisitos necesarios para Centro de Salud, al parecer en ello están.
saludos
19 noviembre 2014 a 10:55
Juanjo
Si este dispensario tiene tanta historia y es tan bonito, con sus jardines y sus arboles, lo normal seria que lo cuidasen, y los ciudadanos del barrio pudieramos aprovechar sus arboles y hacer un jardin en condiciones para disfrute de las personas mayores y los niños.
28 noviembre 2010 a 19:18
artedemadrid
Hola Paco,
pues en este caso si me ha costado bastante encontrar cabos para tirar del hilo 🙂
pero ha sido muy interesante. Aparte el edificio racionalista, origen del post, me ha sorprendido encontrar la historia y sobre todo los pabellones neomudéjares, de los que tampoco he encontrado ninguna información, pero ahí están, y me alegro un montón.
sí, hay que abrigarse, que amenazan con nieve 🙂
besos
28 noviembre 2010 a 21:09
J. J. Guerra Esetena
Hola Mercedes. Parece que nos hemos puesto de acuerdo con la arquitectura racionalista, jeje. Próximamente publico un post dedicado a la gasolinera Porto Pi, de la Calle de Alberto Aguilera. Pero, es verdad, que tu reportaje va mucho más allá de este movimiento arquitectónico, con toda esa historia que nos descubres. Coincido contigo en lo de los pabellones neomudéjares, son de lo más sugerente.
Felicidades. Un abrazo, Jesús
29 noviembre 2010 a 11:19
anapedraza
¡Hola Mercedes!
Estoy descubriendo gracias a ti un Madrid que para mi es totalmente desconocido.
Me da pena lo abandonado que está, y miedo que termine siendo transformado en otra cosa.
Dicen que vuelve la tubercolisis, ¡ay madre!
¡Un besazo!
Miguel
29 noviembre 2010 a 12:05
mcarmen
Gracias por la información sobre este edificio que, efectivamente, no pasa facilmente desapercibido entre los inmuebles de la zona.
Coincido con Jesús, esa construcción neomudejar de la trasera es de lo más llamativa.
Saludos,
29 noviembre 2010 a 19:59
artedemadrid
Hola Jesús, tenemos telepatía bloguera 🙂
gracias
un abrazo
Mercedes
29 noviembre 2010 a 20:02
artedemadrid
Hola Miguel,
pues me alegro un montón de que descubras cosas nuevas, Madrid es inmenso 🙂
No se al final para que lo utilizarán, pero no creo que corra peligro,
un beso grandote para tí
Mercedes
29 noviembre 2010 a 20:06
artedemadrid
Gracias a tí, M.Carmen,
es que Madrid está lleno de edificios interesantes ¿verdad?
saludos
Mercedes
30 noviembre 2010 a 00:36
Maria Rosa
Veinticinco años de mi vida viviendo en ese barrio y paseando bien sus aceras y otros muchos más de visitante asidua y resulta que nunca me hE fijado en este edificio ni en su jardín…Lo cual me confirma en algo que pienso muy a menudo ¡¡que vamos por la calles mirando pero no viendo…!! UNA VEZ MÁS UN MONTÓN DE GRACIAS POR HACERME CONOCER MUCHO MEJOR MADRID
30 noviembre 2010 a 22:33
artedemadrid
Hola María Rosa, yo llevo cerca de quince pasando por ahí y hasta hace poco tampoco me fijé, y el post lo tuve que rehacer porque al principio no me había enterado de lo que había detrás!
Lo bueno es que siempre nos quedan cosas por descubrir 🙂
gracias inmensas a tí por compartir esta afición
1 diciembre 2010 a 09:38
Maria Rosa
Querida Mercedes, ayer tarde no pude resistir la «tentación» y me fui a ver «el dispensario»… coincido contigo en que la fachada desentona por muy art-decó que sean sus molduras…Lo «único» que para mí se salva es el diseño de la puerta….pero lo que es verdaderamente notable es el jardincito y ese pabellón neomudejar tan encantador. Otras vez gracias por tu descubrimiento.
1 diciembre 2010 a 13:09
carlos osorio
Ahí nos llevaban a vacunar en el colegio. Qué bonito el pabellón trasero neomudéjar!
1 diciembre 2010 a 13:46
JOSE CASADO
Hola mercedes. curiosa historia, y final logico, al saber que el edificio pertenece a la Comunidad de Madrid. Todos sabemos que ni hacen, ni dejan. Asi que no contemos con una rehabilitación, ni aplicación a nada.
Que triste!
Mercedes un placer leer tus post. Saludos.
1 diciembre 2010 a 22:03
artedemadrid
¡Hola María Rosa! me encanta que te fueras a ver el dispensario y su jardín, cuando digo que compartimos afición… a mí me emocionó descubrir el pabellón con sus arcos, la pena es no poder verlo mejor.
un beso
Hola Carlos, es verdad, era tu barrio! coincidimos en lo del pabellón, es muy bonito.
Gracias, José, el placer es mío,
desde luego no esperemos mucho a corto plazo.
saludos para tí
gracias a todos
Mercedes
3 diciembre 2010 a 13:45
elena asins
la verdad, mercedes, que eres una cajita de sorpresas.
nunca habia visto el edificio, a pesar de haber pasado
por allí multitud de veces en mi vida.
el edificio me parece magnífico, sobre todo los árboles
son una joya, Dios quiera que no se destruya y se
recupere como lugar sanitario, cultural o cualquier función
clave, para la sociedad.
y sobre todo el magníco jardín con sus árboles
centenearios, perdure para nuevas generaciones y para la
historia de madrid.
gracias por este interesante comentario.
3 diciembre 2010 a 19:53
artedemadrid
Hola Elena,
ya ves que esta historia nos ha sorprendido un poco a todos, a mí la primera,
¡ojalá sea como dices!
y gracias
Mercedes
19 noviembre 2014 a 10:58
Juanjo
Elena hay que intentar que esta Joya de Madrid sea un lugar cultural donde puedan disfrutar de sus jardines los niños y los ancianos, sería un lugar de encuentro en esta zona de Madrid, ojala lo rehabiliten como zona cultural y no lo derriben, seria una pena ahora que tanto se mira por los edificios antiguos.
15 diciembre 2010 a 22:06
Casas de Baños « Arte en Madrid
[…] En la República, dentro de una política de higiene pública que había comenzado en la década anterior, además de los de Embajadores se construyeron otros Baños en la avenida de los Toreros y en Bravo Murillo, bajo las ideas del Racionalismo, tal como estaba ocurriendo en la construcción de Dispensarios antituberculosos. […]
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19 noviembre 2014 a 10:41
Juanjo
QUIEREN DERRIVAR EL ANTIGUO AMBULATORIO, JARDINES Y CONSTRUIR EDIFICIO, QUIEREN ESPECULAR CON ESTA JOYA DE MADRID.
19 noviembre 2014 a 10:52
Juanjo
Lo que deberían de hacer es cuidar el jardin y abrirlos a los ciudadanos, sería un pequeño pulmon de Madrid en el barrio de salamanca, aprovechar sus arboles y poder viistar el dispensario.
19 noviembre 2014 a 11:17
Luis
Hay que evitar que el antiguo dispensario sea derribado, deberian rehabilitarlo y abrirlo a los ciudadanos del barrio, vendría muy bien una zona cultural para disfrute de todos, es impensable que en el siglo XXI quieran especular con esta Joya como dice Elena.
24 agosto 2016 a 09:18
Carlos Alcañiz (@carlosalcaniz)
Hola, en esa casa de estilo mudejar de General Pardiñas vivieron mis abuelos un monton de años, muchos; en ese patio aprendí a montar en bicicleta y todos los domingos comíamos paella en el patio en épocas que el tiempo lo permitia. Mi abuelo trabajaba en el dispensario. Qué buenos recuerdos!
24 agosto 2016 a 21:03
Mercedes
O sea, que era la vivienda de empleados del dispensario… gracias por la información Carlos, y por compartir tus recuerdos.
Saludos
11 septiembre 2016 a 17:42
Carlos Alcañiz (@carlosalcaniz)
Hola Mercedes. Si, mis abuelos vivian en la parte de arriba. Se entraba por la puerta de la derecha, que tiene al abrir una escalera, y todo el piso de arriba era la vivienda donde ellos vivian. No vivia nadie más. Era una pasada tener todo ese patio de General Pardiñas para nosotros. Tengo fotos familiares de ese patio. Fue una época muy bonita.
El dispensario, por lo que se, era para tuberculosos, por expreso deseo de los dueños que donaron el espacio. Con el tiempo, ha habido muchos intereses en el edificio. Creo que la comunidad de Madrid quiso hacer algo pero los herederos querían quedárselo y hay una disputa por el mismo.
Un saludo
12 septiembre 2016 a 18:07
Mercedes
Hola, Carlos, sí debía ser precioso… Creía que ahora era propiedad de la Comunidad. Lo malo es que mientras tanto nadie lo reforma y se va deteriorando. Hay cosas incomprensibles, pues a todos nos obligan a arreglar nuestras casas (lo cual es lógico).
Gracias y un saludo.
3 noviembre 2019 a 18:39
Futuro del antiguo Dispensario de la calle Goya y su pabellón neomudéjar en General Pardiñas 14 | Arte en Madrid
[…] Hace casi nueve años que publiqué el artículo contando la historia del antiguo Dispensario de la calle Goya. […]
25 noviembre 2019 a 02:26
Fernando Escolano
Curiosamente , he pasado en estas ultimas semanas por ahi varias veces y si el edificio me ha chocado por donde esta y porque tiene su belleza y sorprende que este abandonado. Y entre en la varios negocios de la calle a preguntar y en la cafetería Dosaka que esta al lado fue donde mas supe de este inmueble aunque muy escueta la información. Y por suerte a la semana siguiente tu lo sacas aquí , fue una suerte , pero si , somos muy descuidados y abandonados , este tipo de patrimonio no se debería perder bajo ningún concepto. Ahora están con la casa de Vicente Aleixandre , Valentonia , y creo que por fin la salvan , ya era hora. Y gracias Mercedes por que lo tus crónicas están genial y lo del Mapa de Mario , un lujo. Saludos Fernando.
25 noviembre 2019 a 23:55
Mercedes
Mil gracias, Fernando, por tus palabras y tu apoyo.
Lo de la Casa de Vicente Aleixandre, después de tanto tiempo intentándolo, es una gran noticia. Ojalá sea verdad y lo protejan, tuve la suerte de entrar en la casa una vez y es un lugar especial. Esperemos que llegue a convertirse en la Casa de la Poesía.
Saludos
26 noviembre 2019 a 00:57
Fernando Escolano
De nada , gracias a ti que nos alegras un poco la vida y eso es importante , pero me encanto mucho tu información. Y desde luego una privilegiada por poder haber entrado en esa casa tan llena de vida y literatura como es Valentonia. Y ahora te mando «deberes» he leído algo sobre el maravilloso arquitecto Coderch y que tiene cerca de mi casa , Arturo Soria , una de sus obras mas emblemáticas pero que esta abandonada y es muy triste que perdamos esas maravillas arquitectónicas. Yo la he visto en fotos antiguas y sin duda una obra de arte. Así que creo deberías , dicho con toda la humildad del mundo , escribir sobre ella , y quizás sobre Coderech un gran arquitecto que dejo lo mejor de si en Madrid. Un cordial saludo para ti y todos los lectores de tu genial blog.
26 noviembre 2019 a 18:49
Mercedes
Vaya palabras bonitas nos dedicas a mí y al blog, gracias, Fernando.
No he visto la famosa casa de Coderch, y creo que se han publicado cosas sobre ella, pero tomo nota. Intentaré ir a verla.
¡Saludos!
21 julio 2022 a 09:11
mancebo15
Ojalá pudieran hacer un museo para poder disfrutar de tan bonito lugar y conocer bien su historia. Creo que es una reliquia de edifico y además es de interés general.
22 julio 2022 a 18:37
Mercedes
Gracias por tu darnos tu opinión. Desde luego lo que deberían hacer es rehabilitarlo y cuidarlo de una vez.
4 diciembre 2022 a 22:42
Arquitectura industrial en el barrio de Salamanca | Arte en Madrid
[…] Pardiñas 14. Esta es una buena ocasión para recordar el abandono que sufre el conjunto del Antiguo Dispensario Antituberculoso, construido entre los años 1926 y 1928 por el arquitecto Amós Salvador Carreras, y pedir una vez […]