La fundición de escultura en bronce es una técnica muy antigua y uno de los trabajos artesanales quizá más desconocidos. El bronce, material artístico por excelencia, llamado a perdurar gracias a su resistencia, está presente en infinidad de obras en los museos y calles madrileñas. Su propia historia es apasionante. Es una aleación metálica compuesta de cobre y, en pequeña proporción, estaño, y fue la primera de importancia descubierta por el hombre, tanta que dio nombre a un periodo de nuestra prehistoria, la Edad del Bronce. Nuestros antepasados mezclaron los minerales en hornos de carbón vegetal, en un principio para la realización de armas y otros utensilios, y descubrieron un arte que se convertiría en milenario.

Entre los procedimientos empleados desde los tiempos más remotos se encuentra la fundición a la cera perdida. El camino es largo y laborioso, desde que el artista esculpe el original en barro hasta llegar a la obra definitiva en bronce. El fundidor hace realidad la idea del escultor. Para comprender el valor y complejidad del proceso os recomiendo leer el artículo de Ramón Puig en su blog ensondeluz.

Son varias las empresas que se dedican a esta tarea en Madrid. Arte 6, nacida en 1994, creadora de obras emblemáticas como El Abrazo, de Juan Genovés, ubicada en la plaza de Antón Martín. Capa Escultura, empresa familiar, fundada en 1958 por Eduardo Capa. Por citar una de sus obras recientes, de sus hornos salió la espectacular Puerta de la Ampliación del Prado, de Cristina Iglesias. Ambas fundiciones se encuentran en Arganda del Rey. La más antigua es la Fundición Codina. Ha cumplido 120 años.

La historia de cinco generaciones de esta familia es la historia de nuestro patrimonio escultórico. Su origen se remonta a la actividad de Federico Masriera y Francesc Vidal en la Barcelona modernista del siglo XIX. En 1891 Federico abrió su propia fundición artística, junto a su sobrino, a la que llamarían Masriera y Campins, en la que recuperaron la técnica de la cera perdida. Al cabo de un tiempo Masriera abandonó la empresa y Campins se asoció con Benito de Codina. Poco después se trasladaron a Madrid y fueron el germen de la actual Fundición Codina Hermanos, cuyos hornos desde la calle Cartagena a la de Albarracín hasta llegar al emplazamiento actual en Paracuellos del Jarama han dado forma a las obras de más de 750 escultores utilizando 12.000 toneladas de bronce fundido.

codina hnos

Con motivo de este aniversario se ha presentado en la Fundación Diario Madrid una maravillosa exposición: Fundición Codina, 120 aniversario. El bronce desde 1892.

La visita es una delicia, por varios motivos, da gusto recorrer la calle de Larra, entrar en el edificio que alberga la Fundación, y por supuesto detenerse en cada detalle de la propia muestra.

La calle de Larra va desde la calle de Barceló, frente al Museo Municipal, hasta la de Sagasta. Los edificios son notables, en el nº 2 se encuentra el antiguo Cine Barceló, obra racionalista de 1930 de Luis Gutiérrez Soto; en la acera de los impares, nº 11 a 21, los bonitos edificios de viviendas proyectados en 1928 por Luciano Delage Villegas para don Juan Castro. Y en el 12 la sede de la Fundación, que hoy día comparte con el Instituto Europeo de Diseño.

Antiguo edificio, talleres y almacén de la revista Nuevo Mundo, su construcción inicial se remonta a los comienzos del siglo XX, proyecto de 1906 de Jesús Carrasco-Muñoz Encina. Como leemos en la placa instalada por el Colegio de Arquitectos de Madrid, “el edificio actual es el resultado de una serie de ampliaciones y reformas de un primer inmueble proyectado para el semanario Nuevo Mundo. En diversas épocas también sirvió de sede a los diarios La Voz, El Sol, Arriba y Marca”. Está adornado con detalles modernistas y cerámicas de Daniel Zuloaga. Su planta rectangular se organiza alrededor de un patio cubierto, hoy convertido en sala de exposiciones. Hasta el próximo día 31 de enero este patio, bajo su bella cubierta de vidriera policromada, acoge una selección de obras de la Fundición, un auténtico lujo. Medallas, esculturas y fotografías nos muestran la historia de los talleres, el proceso artístico, y casi una Historia de la Escultura de los últimos cien años.

patio Diario Madrid

Julio López Hernández, escultor del que hemos hablado aquí hace poco y gran impulsor de esta exposición, es el autor de las medallas que se entregan a los escritores galardonados con el Premio de Literatura en Lengua Castellana Miguel de Cervantes todos los 23 de abril, así como del retrato de cada autor premiado. Se exponen aquí treinta y dos modelos de escayola utilizados para su fundición en bronce, cuya colección completa se encuentra en la Universidad de Alcalá.

retratos Cervantes

En la recepción de la sede han situado el boceto original en escayola del monumento a Indalecio Prieto, de Pablo Serrano, gran escultor al que tanto hemos admirado en este blog. Ya en el interior del patio, perfectamente iluminado, contemplamos bocetos en bronce de grandes obras, como la de Don Quijote y Sancho del monumento a Cervantes en la plaza de España, realizada por Federico Coullaut Valera, hijo de Lorenzo. Asombra la perfección que puede alcanzar en el detalle un material de tanta dureza.

Se muestran algunas joyas, como el monumento a Antonio Machado de Julio López Hernández, formado por un relieve y una escultura, nunca llevado a término, al menos de momento.

Una de las obras más atractivas es el boceto del Ángel de Madrid nuevamente de Federico Coullaut Valera, obra que corona el emblemático Edificio Metrópolis, fundido en bronce recientemente pues el original en yeso tan delicado estaba en peligro.

angel de madrid

Asombra poder contemplar de cerca el molde en resina de poliéster y escayola de la cabeza del caballo del General Martínez Campos, gran obra de Mariano Benlliure instalada en el Retiro en 1907.

caballo Benlliure

Curiosidades como los “monumentos que nunca llegaron a erigirse”, dedicados a Felipe V y Fernando VI. Documentos fotográficos de gran interés, como la carta manuscrita de Pablo Serrano en relación a su Cabeza de Machado enviada al MOMA de Nueva York. Etc. La exposición es un homenaje al arte de la escultura y la fundición, también una llamada para que no se pierda este oficio.

Además de admirar obras de arte hemos aprendido mucho acerca de esta actividad artesanal. El hermoso trabajo desde que el escultor creó el primer modelo, la intervención de vaciadores, moldeadores y fundidores. El horno de cocción es la mufla, donde las obras permanecen entre tres y ocho días a altísimas temperaturas hasta que por fin, el milagro, se produce el vaciado en bronce. La obra resultante aún debe ser cincelada y finalmente, aplicada la pátina, que dará a la escultura su aspecto definitivo.

Por : Mercedes Gómez

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Bibliografía:

Catálogo exposición Fundición Codina, 120 aniversario. El bronce desde 1892.
Fundación Diario Madrid, 2012.

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