Hace tiempo, en octubre de 2010, contamos la historia del Estanque de las Campanillas, antiguo Estanque Ochavado, que por entonces se encontraba en obras. Como vimos, aunque muy transformado este estanque es uno de los pocos elementos originales del primitivo Real Sitio del Buen Retiro creado en el siglo XVII.
Gracias a la Asociación Madrid Ciudadanía y Patrimonio hemos conocido los resultados preliminares de la Intervención arqueológica en la Fuente de las Campanillas, en el Parque del Retiro, publicados en las Actas de las X Jornadas Arqueológicas de la Comunidad de Madrid, celebradas el pasado año 2014. Por ello, recordamos la historia y actualizamos el artículo.
Como explicamos entonces, el Jardín Ochavado fue uno de los Jardines del Real Sitio creados para el rey Felipe IV, que se encontraba entre el Palacio y el Estanque Grande.
Era un jardín formado por ocho paseos que se unían en una pequeña plaza central. Una estructura de madera adornada con enredaderas formaba ocho túneles de frondosa vegetación. Unos huecos o ventanas permitían contemplar los árboles y los espacios entre los paseos.
En la esquina noreste, al final de una de las calles, en el punto más alto, se formó una glorieta, también rodeada de madera, donde se instaló un Estanque Pequeño, el Estanque Ochavado, así llamado por su forma polilobulada. Ocho lados semicirculares que constituían el vaso del estanque en el que nadaban patos y otras aves acuáticas y alrededor del cual paseaban el rey, su familia y sus invitados. El Jardín Ochavado era un ejemplo perfecto de jardín barroco de la época de los Austrias en los que se combinaba la jardinería, el agua, la arquitectura, los juegos y la escenografía.
Pedro Texeira, en su plano realizado unos años después que los propios jardines del Buen Retiro, detalla perfectamente los paseos de madera y los árboles entre ellos, así como la torrecilla en el centro del estanque de ocho lados y su puentecillo de acceso.
El jardín mostraba una gran pendiente natural, que en el siglo XVIII fue allanada para la formación del nuevo jardín al estilo francés, el Parterre.
La torrecilla desapareció y en el siglo XIX, en tiempos de Fernando VII, el arquitecto real Isidro González Velázquez en el centro de la fuente instaló un pequeño pabellón o templete chinesco del que colgaban una serie de campanillas que sonaban con la ayuda del viento. Este templete también desapareció en la siguiente gran reforma, siendo instalada en 1911 la rocalla que aún hoy día podemos contemplar.
La necesidad de realizar unas obras de impermeabilización del vaso de la fuente para resolver los problemas de fugas de agua que se habían detectado motivó las obras y la actuación arqueológica.
La hoy llamada Fuente de las Campanillas, como después han confirmado los restos arqueológicos, era en origen un estanque utilizado para el riego de los jardines situados al sur y oeste del mismo.
En una primera fase se realizaron tres sondeos, dos de ellos en el interior del vaso. Uno de los principales objetivos fue documentar la estructura del vaso original.
Después se realizó una zanja perimetral, con el fin de controlar el movimiento de tierras, en la que se documentaron numerosos restos asociados a la fuente de diferentes etapas históricas. Arquetas, canalizaciones, una galería y un pozo de ladrillo. Aún a la espera de un estudio de los materiales, según las autoras, una de las principales conclusiones es que se han hallado elementos de una de las construcciones más antiguas de los Jardines del Palacio del Buen Retiro.
Se trata de vestigios de las tres fases constructivas, la primitiva del siglo XVII, las reformas del siglo XIX, cuando se sustituyó la torre por el remate chinesco, y la última gran reforma en el siglo XX, momento en que se colocó la rocalla que hoy vemos. Estas conclusiones preliminares se basan en los diferentes tipos de ladrillo y argamasa utilizados.
A una primera fase, la época más antigua, corresponde el muro perimetral exterior del vaso y una de las arquetas, de planta rectangular.
A través de las arquetas se distribuía el agua del estanque hacia los jardines. La torrecilla central y la pasarela han desaparecido.
En el siglo XIX, segunda fase, se reforzó el interior del vaso adosando un nuevo muro al antiguo, se sustituyó la antigua arqueta por otra y se construyó una nueva pasarela hacia la figura chinesca.
En el siglo XX se rellenó el vaso, aumentando la cota del suelo; fue entonces cuando el estanque se convirtió en una fuente, se construyó la rocalla y se eliminó la pasarela.
Las tres etapas se aprecian en todos los aspectos. Las tuberías más antiguas son de cerámica, que después fueron sustituidas por otras de hormigón y finalmente por otras de hierro.
A finales de 2013 las obras habían terminado. Los machones o pilares de piedra y la verja habían vuelto a su lugar.
El año pasado 2014, en junio, fue reinaugurada.
Hoy estaba vacía, los encargados de su cuidado la estaban limpiando, lo cual hacen cada tres o cuatro meses según me cuentan. Mañana o pasado habrá vuelto el agua a la fuente.
Según el informe arqueológico, “estas primeras conclusiones serán ampliadas o modificadas al término del estudio que se está llevando a cabo en relación al sistema de canalizaciones, galerías y otros elementos ornamentales de la fuente, como mascarones, machones y barandilla, que, junto con el estudio de materiales completarán los datos”.
Los hallazgos arqueológicos son muy importantes pues, como decíamos al principio, una parte corresponde a la época más antigua del Buen Retiro, datada en 1632. Y los informes técnicos son muy valiosos y agradecemos a Patrimonio Histórico que la versión digital de estas Actas esté disponible para todos. Esperamos con gran interés las anunciadas conclusiones y datos definitivos.
Pero lamentamos una vez más que los hallazgos sean documentados y luego “tapados”, ¿no merecían ser mostrados de alguna manera y explicados a todos los madrileños? El Retiro es uno de nuestros mayores tesoros patrimoniales, no solo un bello jardín al que acudir a pasear y tomar el sol, y el Estanque Ochavado, luego Fuente de las Campanillas, uno de los pocos recuerdos de aquella época de esplendor del Jardín en el siglo XVII.
Por : Mercedes Gómez
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Bibliografía:
ARIZA, Carmen. Buen Retiro. Ed. Doce Calles. Madrid 2001.
DURÁN, Consuelo. Jardines del Buen Retiro. Ed. Doce Calles. Madrid 2002.
GARCÍA GARCÍA-SAAVEDRA, Mª Luisa; MARTÍNEZ GRANERO, Ana Belén. “Intervención arqueológica en la Fuente de las Campanillas, Parque del Retiro, Madrid. Resultados preliminares.” Actas X Jornadas de Patrimonio Arqueológico en la Comunidad de Madrid. Madrid, 2014. Pág. 229-238.
14 comentarios
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6 de May de 2015 a 13:00
Javier López de Lacalle
Como siempre …magnifica…gracias Javier
6 de May de 2015 a 20:16
Mercedes
¡Muchas gracias, Javier!
6 de May de 2015 a 15:46
jose
Esas «estructuras de madera» son las folias o «trellis o treillage»
Se generalizan en toda Europa durante el Renacimiento, pero parece que solo permanecen en algunos jardines históricos, todos fuera de España.
Son paseos cubiertos de una bóveda hecha de listones de madera formando celosías.
Sobre eso podía crecer o no plantas trepadoras.
6 de May de 2015 a 16:03
jose
Cuando con Tierno Galván se «restauró» el mar de la fuente, juraría que se creció el fondo. Estoy seguro que éste era mucho más profundo.
Probablemente serviría de depósito de agua para los jardines que se hallaban dentro del parque.
También hay unos mascarones, en las paredes del vaso, como en la foto publicada se aprecia, y es posible que hubieran servido de surtidores echando agua por sus bocas.
Cada lóbulo que compone el ochavo termina en ocho pilares que sujetan el pretil de hierro; y coronando cada pilar, había ocho bolas (se ven en el plano de Texeira) sobre pequeñas pirámides cóncavas, adorno generalizado en España con Herrera, y que aquí tenía algo especial: puesto que las bases, que sí se conservan (en la foto de arriba es esa especie de pegote piramidal que corona el pila) tienen huellas de una decoración en escamas (describo de memoria), interesante por que es una variación manierista de las bolas introducidas por Herrera.
Creo que de la misma manera que con Tierno Galván, se va a desaprovechar una oportunidad de restaurar esta fuente monumental, que como bien dice el artículo es el único elemento original del Buen Retiro que se conserva.
6 de May de 2015 a 20:26
Mercedes
Gracias por tus comentarios. Los mascarones seguramente servían para llenar el estanque, no pude hacer ninguna foto en que se viera bien la boca, pero seguro por ahí salía el agua. Lo que no se, a ver si nos lo cuentan en el estudio definitivo, es la época a la que pertenecen.
La restauración a la que te refieres debe ser las obras de 1980, según cuentan en el informe, lo que se hizo fue instalar una depuradora para la fuente.
6 de May de 2015 a 16:19
J. Casado
Hola Mercedes. No sabia que ya la habían vuelto a inaugurar. La ultima vez que estuve por allí, aun estaban de obras.
Totalmente de acuerdo contigo, aunque la restauración haya sido ejemplar, es una pena no poder ver las actuaciones anteriores.
Un saludo.
6 de May de 2015 a 20:28
Mercedes
Hola José, sí, funciona desde el verano pasado, tienes que ir a verla 🙂
Gracias por tu comentario y saludos
7 de May de 2015 a 14:37
J. Esetena
Hola Mercedes. Pues creo que estamos ante una muy buena noticia, de ésas que de vez en cuando se producen y que casi pasan inadvertidas de no ser de trabajos como el tuyo. Como bien dices, el Retiro es muy importante desde el punto histórico, su condición de parque (y además muy hermoso) hace que casi nos olvidemos de que estamos ante una auténtica joya de nuestro patrimonio.
Abrazos, Jesús
7 de May de 2015 a 21:49
Mercedes
Gracias por tu comentario, Jesús. Entiendo que te refieres a la buena noticia del informe arqueológico con los hallazgos, hay que agradecérselo a la asociación MCyP, que lo dieron a conocer.
¡El Retiro es una de nuestras joyas!
Abrazos
8 de May de 2015 a 19:24
Antonio Iraizoz
Hola Mercedes. El dibujo de Teixeira es una joya por el detalle que alcanza a esa escala de dibujo y el estar asociado a las folías le imprime un carácter más histórico aún. Por cierto esas folías producían corrientes de aire fresco y el mismo efecto del aire acondicionado para el que pasease por ellas. En fin, un lugar delicioso que vamos recuperando y documentando gracias al buen trabajo de MCyP y a ti misma.
Un abrazo
8 de May de 2015 a 22:42
Mercedes
Hola, Antonio. Los detalles del dibujo de Texeira son una maravilla, casi sentimos ese airecillo que tú describes… es estupendo poder imaginar y recuperar estos jardines. Gracias y abrazos.
12 de May de 2015 a 22:20
eldiariodesensi.wordpress.com
Qué pensaría Felipe IV si viera que su querido jardín es disfrutado hoy en día por todos. El Retiro es un buen ejemplo de cómo el pasado y el presente conviven sin problemas. Como bien dices, es una pena que no seamos conscientes de la historia que encierra el Estanque de las Campanillas.
Gracias por tu artículo, un placer leerte.
12 de May de 2015 a 23:02
Mercedes
Una buena reflexión, Sensi, creo que Felipe IV no saldría de su asombro… también me parece que le sorprendería en lo que se convirtió su jardín antes lleno de recovecos y juegos, ahora muy bonito pero ¡tan distinto!
Eso es lo bueno, vivir el presente valorando el pasado.
¡Gracias a ti por tu comentario!
24 de May de 2015 a 23:48
Bibliotecas en la Casa de Fieras del Retiro | Arte en Madrid
[…] la esquina sureste del Jardín Ochavado, que hemos visitado hace pocos días, se encontraba la pajarera o Jaula de las Aves. Era un […]