Leemos en las crónicas que desde antiguo ha existido en Madrid una gran tradición de veneración a la Virgen María; son numerosas las advocaciones, de las que se conservan algunas imágenes de gran valor histórico y artístico.
La antiquísima Virgen de Atocha; la Madona de Madrid, del siglo XIV, que se encuentra en la clausura del Convento de Santo Domingo en la calle de Claudio Coello, procedente del antiguo Convento en la plaza del mismo nombre; la hermosa Virgen de Loreto y Nuestra Señora del Buen Suceso, de las que hemos hablado en este blog. Por supuesto la patrona de Madrid, la Virgen de la Almudena; sin olvidar a Nuestra Señora de la Soledad. Y Nuestra Señora de Madrid.
En 1923 Antonio Velasco Zazo escribió que la imagen de Nuestra Señora de Madrid era la más bonita de las vírgenes de la ciudad, pero poco visitada y desconocida para la mayoría de los madrileños. Casi cien años después, no se si la más bonita, pero desde luego muy desconocida, y una de las más antiguas. Como en todas las imágenes marianas la historia se mezcla con la leyenda, pero parece claro que su origen se remonta a finales del siglo XVI.
Instalada en la capilla del Hospital General, desde 1582 la imagen salía en procesión todos los años el día 2 de febrero, día de la Candelaria. Entonces el llamado Hospital General y de la Pasión estaba en la carrera de San Jerónimo, en el lugar en que luego se instalaría el Convento de Santa Catalina de Siena. Después se trasladó a Atocha.
La procesión quedó representada en una interesantísima pintura, de autor anónimo, de 1643, a la que también hacía referencia Velasco Zazo en su crónica de 1923.
En 2008 se publicó la noticia del hallazgo del cuadro, “arrumbado en el castillo de Manzanares el Real” y su restauración.
Su gran valor es que muestra el hospital de Atocha y alrededores tal como eran en el siglo XVI-XVII. El hospital anterior al Hospital General de San Carlos que se construiría en el siglo XVIII según proyectos de José de Hermosilla y de Francisco Sabatini.
Frente a la fachada transcurre la procesión. A la izquierda, en la parte superior, vemos la ermita en el Cerrillo de San Blas –donde hoy se encuentra el Observatorio Astronómico–. A la derecha está representada la imagen de la virgen.
A los pies del cuadro en la actualidad hay una cartela que cuenta la historia, probablemente ¿colocada en el siglo XIX tras su restauración? :
La procesión… tuvo principio en 1582… estando el Hospital donde está el convento de dominicas de Santa Catalina de Sena. Desde allí iba al convento de San Felipe hasta que se pasó el hospital a este sitio, y se mudó la procesión a Nuestra Señora de Atocha. Se hizo este cuadro en el año 1643… Restauró este cuadro don Vicente Mayoral y Serrano el mes de marzo de 1865.
El Hospital General tuvo su sede en Atocha hasta 1965 en que fue clausurado. Posteriormente, como sabemos, el edificio rehabilitado se convirtió en el Museo Reina Sofía.
En 1968 fue inaugurada la nueva Ciudad Sanitaria Francisco Franco, entre las calles de Doctor Esquerdo, Ibiza, Máiquez y Doctor Castelo. Hoy es el Hospital General Universitario Gregorio Marañón.
La iglesia del hospital es la Parroquia de San Vicente Ferrer. La Capilla formaba parte del conjunto hospitalario proyecto de Martín José Marcide Odriozola, construido entre 1966-1968.
Allí fue trasladada la imagen, donde continúa, junto al altar mayor.
Ricardo Valladares la describe así :
“Mide 1,30 m. de altura, aproximadamente. Es una especie de maniquí de madera hueca, con los pliegues de las vestiduras tallados en la madera y pintados, simulando ser de paño, con dibujos pequeños…
… Los brazos son de madera maciza y están articulados por encima de las muñecas, viniendo casi a unirse en el centro del cuerpo, un poco por encima de la cintura, para sostener con las dos manos a una imagen pequeña del Niño Jesús vestido con faldón blanco.
La Virgen está cubierta desde la cabeza con una mantilla de encaje blanca, sujeta por la corona y que cae hasta cerca de la rodilla. El rostro de la Virgen está enmarcado por un adorno de tela bordada, en la cabeza tiene una peluca de cabellos negros que caen por la espalda y, como la mantilla, esta sujeta por la corona con su halo, todo ello metálico niquelado”.
La histórica imagen se puede contemplar fácilmente, en la parroquia de San Vicente Ferrer, en la calle de Ibiza.
Pero no he conseguido saber dónde se encuentra el cuadro. ¿Habrá vuelto al Castillo de Manzanares el Real…?
Actualizo la entrada, hoy 5 de febrero, gracias al comentario de Ríozujar que podéis ver más abajo, que responde a mi pregunta:
La pintura efectivamente se encuentra en el interior del Castillo de Manzanares el Real presidiendo uno de sus salones (la Sala Santillana), así lo muestra una foto cuyo enlace se puede ver en dicho comentario.
Por: Mercedes Gómez
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Bibliografía:
VELASCO ZAZO, A. “Nuestra Señora de Madrid”, La Esfera, 24 marzo 1923.
HUARTE, A. Nuestra Señora de Madrid. Ayuntamiento de Madrid, 1925.
“Iglesia Ciudad Sanitaria Francisco Franco”, Informes de la Construcción, oct. 1971.
VALLADARES, R. Hospital Provincial de Madrid. Comunidad de Madrid, 1979.
FRAGUAS, R. “La calle de Atocha en el siglo XVI”, El País, 5 marzo 2008.
15 comentarios
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4 de febrero de 2019 a 22:48
murallareciclada
Mercedes ¿no es esta la estatua recogida por Bernardino Obregón, que servía de reclamo en un burdel de la calle del Carmen? ¿O se trata de una historia irreal?
5 de febrero de 2019 a 19:55
Mercedes
Sí, es la historia del burdel y la calle del Carmen… Lo que ya no se es cuánto hay de verdad o leyenda en toda esa historia que se puede leer con variantes en muchos lugares. Te recomiendo, si no lo has leído ya y te interesa el tema, el trabajo que cito al final, de Amalio Huarte.
4 de febrero de 2019 a 23:20
Pablo jauralde pou
Precisamente la semana pasada firme una queja porque hubieran quitado el nombre al metro de “Atocha” para llamarle con la pedantería de “estación del arte”. El concejal que lo haya promovido, de la Comunidad, desconoce sin duda la historia y tradición del nombre, el lugar, la virgen, el barrio…. de Atocha.
5 de febrero de 2019 a 20:04
Mercedes
Totalmente de acuerdo contigo, Pablo. Es de esas cosas que nos suceden de vez en cuando, que se cambian nombres históricos de forma absurda, al gusto de la autoridad de turno, sin tener en cuenta la historia.
5 de febrero de 2019 a 13:28
Riozujar
Hola Mercedes.
Felicidades por tu blog y por tu estupendo artículo. En esta fotografía de 2016 (Commons-Wikipedia) puede verse el cuadro presidiendo uno de los salones del castillo (se trata de la denominada Sala Santillana):
En distintas informaciones que la Comunidad de Madrid cuelga en Internet puede leerse que la Sala Santillana «(…) es una estancia montada como sala de reuniones y decorada ‘al gusto’ del siglo XVII. Preside el testero norte el cuadro ‘Procesión de la Candelaria’, óleo sobre lienzo de la Escuela Madrileña del siglo XVII (…)»
Saludos y enhorabuena nuevamente.
5 de febrero de 2019 a 20:07
Mercedes
Fantástico, Riozujar. Espero ir a ver esa sala, nunca he visitado el Castillo por dentro, y ver ese cuadro magnífico.
Muchas gracias por tus palabras y la información, ¡actualizaré el final del artículo!
6 de febrero de 2019 a 17:43
Carmen Requejo Sánchez
La próxima vez que tenga que acudir al hospital Gregorio Marañón me acercaré a hacerle una visita a esta desconocida imagen. En cuanto al cuadro, si por casualidad pertenecía al llamado «Prado disperso», quizá haya vuelto a él.
6 de febrero de 2019 a 23:14
Mercedes
No dejes de hacerlo, Carmen, es muy bonita. Y el cuadro, ya nos lo ha aclarado Riozujar en su comentario, volvió restaurado al Castillo de Manzanares. ¡Habrá que ir a a verlo!
Gracias por tu comentario.
6 de febrero de 2019 a 18:33
Marcos
¡Hola Mercedes!
Me ha gustado muchísimo esta entrada y conocer de esa vieja procesión de la Candelaria. Durante algún tiempo confundí la Madona de Madrid con Nuestra Señora de Madrid, pero gracias a trabajos como el tuyo, salí de ese equívoco hace ya bastante tiempo. Es muy interesante el tema de las advocaciones marianas y las ciudades, un fenómeno muy español del que Madrid no escapa, con imágenes muy singulares como las que has citado. Otras ciudades tienen también su propia lista y esto me hace recordar una anécdota. Con 17 años visité por primera vez las Descalzas Reales y coincidí con un grupo de señoras sevillanas, con las que trabé conversación inmediatamente. Ellas me decían que todo era muy bonito, pero como las vírgenes de Sevilla…El guardia que había en ese momento, que parece nos escuchaba con atención, me dijo al salir algo como esto: «..bueno, aunque no sean como las de Sevilla, donde tú eres…, aquí tenemos también cosas bonitas…». Lo más gracioso de todo es que yo no era de Sevilla y ya en ese momento profesaba un gran madrileñismo; pero me sentí tan orgulloso de que me confundiera con un español y de Sevilla (que siempre me fascinó también) que no le aclaré que ni era sevillano, ni español, ni que las cosas de Madrid me gustaban tanto como las de la capital andaluza. En fin, tus textos no solo me sirven para aprender, siempre cosas nuevas, sino también para evocar.
¡Besos y abrazos!
6 de febrero de 2019 a 23:20
Mercedes
jajaja gracias, Marcos, me alegra mucho que te haya gustado, y me encanta cuando nos cuentas recuerdos de tus primeros viajes a Madrid, tan jovencito. Pero… ¿cómo conseguiste disimular tu precioso acento argentino? 😉
Tu amor por Madrid, Sevilla y España en general es maravilloso, y sobre todo tus conocimientos, que siempre compartes, mil gracias y ¡besos!
7 de febrero de 2019 a 17:44
Marcos
No sé cómo hice, Mercedes, jajaja seguramente hablé con mi acento normal, pero probablemente las que llevaban la voz cantante eran las señoras de Sevilla, ponderando sus imágenes, y el guardia tal vez no prestó demasiada atención a mi modo de hablar. Seguro las escuchaba más a ellas. Tengo muchas anécdotas de ese día y tengo muy fresca en la memoria, aquella visita. He ido muchas veces a las Descalzas, es casi uno me mis rincones favoritos de Madrid y hasta recuerdo a l@s guías que me han tocado cada vez. De aquella primera visita tengo muy presente la imagen del actual salón de tapices (antiguo dormitorio de las monjas) que no estaba destinado a esa función, en aquel momento. Era, más bien, una sala de exposición de orfebrería, textiles e imágenes del niño jesús (una selección de las decenas que hay en el convento). Lo que más me llamó la atención de aquel salón, eran dos jarrones de plata y lapislázuli, que según nos dijo la guía eran conocidos como «los abuelos», por se los más antiguos del monasterio (creo que del siglo XV). No he vuelto a verlos en las visitas posteriores. A decir verdad, en cada visita siguiente, he visto siempre menos cosas, aunque una vez, en agosto de 2002, pude ver expuesta la virgen de la dormición, con sus apóstoles, hablando de imágenes singulares de Madrid.
¡Un fuerte abrazo!
7 de febrero de 2019 a 20:54
Mercedes
Qué bueno, Marcos, 🙂 me imagino la escena…
Lo cierto es que hace demasiado tiempo que estuve en las Descalzas, lo he intentado dos veces últimamente pero siempre me encuentro con que no hay plazas, tendré que reservar un día con antelación. Así que aún no he visto las pinturas de la escalera restauradas, esa maravilla. Y no recuerdo esa dormición que comentas. Sí he visto hace menos tiempo los tapices, una Semana Santa, cuando los exponen en el Claustro. Ese monasterio está lleno de joyas, decididamente tengo que ir pronto.
Gracias y ¡abrazos!
12 de febrero de 2019 a 21:11
anarganda
Muchas gracias por la información, yo estuve investigando dónde estaba mucho tiempo, hasta que la encontré. Por cierto, en Marchena ( Sevilla), se conserva una imagen negra de Nuestra Señora del Buen Suceso, llevada en 1600 desde Madrid. Curioso, ¿no?
12 de febrero de 2019 a 23:58
Mercedes
¡Gracias a ti, anarganda! Pues sí que es curioso, y muy interesante, espero que me cuentes más sobre esto.
31 de enero de 2022 a 15:04
Nuestra Señora de Madrid, este año el domingo 6 febrero | Parroquia de San Vicente Ferrer de Madrid
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