Las riberas del Manzanares y sus isletas, los sotos y sotillos arbolados junto al río, fueron lugar de ocio, fiestas y romerías desde muy antiguo. Pedro Texeira las dibujó en su plano. Eran los tiempos de Felipe IV.
Aguas abajo, antes de llegar al Puente de Segovia, se hallaban, en la orilla derecha, los Sotos del Corregidor y de Migas Calientes; a la izquierda, la Florida y el Parque de Palacio. El Soto y las Huertas de Migas Calientes estaban junto al Camino del Pardo –en la actualidad allí se encuentran la Planta de Compostaje y el Vivero municipal de Migas Calientes–.
Un poco hacia el sur estaba el Molino Quemado, a la altura de la actual ermita de San Antonio. El Puente Verde –actualmente, el Puente de la Reina– cruzaba el río.
Las fiestas que allí se celebraban eran frecuentadas por nobles, damas y caballeros, en ocasiones al parecer el mismísimo rey Felipe IV, y por el pueblo; así lo reflejaron los literatos del siglo de Oro, Calderón, Lope y Quevedo, entre otros.
Félix Castello (?) pintó estos escenarios en los Baños en el Manzanares en el paraje de Molino Quemado (1636-1637), extraordinaria pintura que se expone en el Museo de Historia de Madrid. Muestra una romería junto al Manzanares, frente a la Casa de Campo. Todas las figuras y el propio paraje están representados de forma minuciosa, los bañistas desnudos, comensales en la pradera, los carruajes, el Molino que luego dibujaría Texeira en su plano, y el paisaje.
Con el paso del tiempo las riberas del río continuaron siendo lugar de encuentro, amoríos y festejos. Junto al Soto del Corregidor, hacia el norte, se ubicó la Pradera de la Fuente de la Teja. La fuente aparece citada desde muy antiguo, al menos ya en 1778 es mencionada su existencia.
A lo largo del siglo XIX son numerosas las referencias a la pradera y a la fuente. En 1861 la noticia fue que se estaba haciendo «un gran plantío de árboles en la pradera del río inmediata a la Fuente de la Teja, con lo que tendrá mayor atractivo aquel espacioso paseo, tan frecuentado para comidas campestres en todas las épocas de año».
En los últimos años del XIX y hasta la guerra civil, la Pradera del Corregidor era una de las zonas de la ribera del Manzanares que contaba con más merenderos. Algunas familias preferían el merendero a la pradera, donde compraban el vino para poder tomar allí asiento y comían lo que habían traído de casa.
En el inicio del siglo XX, los jardines de la Fuente de la Teja y la Pradera del Corregidor formaban parte de una cadena de terrenos arbolados y lavaderos enlazados a lo largo del río.
Antiguo lugar de romerías y verbenas, como hemos visto, la Fuente de la Teja, durante la semana escenario del duro trabajo de las lavanderas, los domingos y festivos se convirtió en habitual lugar de reunión de las clases más modestas, sobre todo niñeras, criadas y soldados.
Además de lavaderos y merenderos la zona se fue ocupando con viviendas. En el Archivo de Villa hay documentos relativos a fincas rústicas que se refieren a las tierras junto a la fuente de la teja, desde 1826 a 1887. Alguna venta, subasta y arrendamiento.
La zona hacia 1910 está bien representada, y la fuente indicada, en el plano de Luciano Delage.
Hoy día quedan huellas de la humilde pero famosa fuente. Nos encontramos en el barrio de Casa de Campo, distrito de Moncloa-Aravaca.
Sobre la Pradera del Corregidor en las proximidades de la Fuente de la Teja, entre el Manzanares y la Casa de Campo, en la segunda mitad de la década de los años 20 fue edificada la Colonia del Manzanares. Su mercado actual recibe el nombre de Fuente de la Teja; y desde 1984 allí se encuentra una fuente de granito instalada en su recuerdo, frente a la calle del Acantilado, cerca del lugar donde se encontraba la original.
Es una fuente homenaje, en recuerdo de las antiguas fuentes de la Teja y del Sopapo, según explica una placa de mármol en la parte posterior, enmarcada en un paisaje que no tiene nada que ver con el pasado…
¿Cómo era la Fuente de la Teja?
Recordemos que en la Memoria de 1931 de la Casa de Campo se mencionan diecinueve fuentes. Una de estas fuentes de la Casa de Campo era la Fuente de la Teja, situada en los terrenos entonces conocidos como Casa Quemada, uno de los diez cuarteles en que en el siglo XX fue dividida la antigua propiedad real.
Una placa, para entonces casi ilegible según informa la prensa de la época, indicaba que se había arreglado en 1864, habilitando un nuevo caño, pero al parecer el agua se estancaba en el pilón, lo cual podía suponer un peligro para la salud, e impedía llegar al caño (*).
La estampa Un domingo en la Fuente de la Teja, propiedad del Museo de Historia, describe la vida en torno a la fuente, un domingo; un grupo de personas bajo un emparrado de alguno de los merenderos. La escena, en la que no faltan las mozas y los militares que frecuentaban la zona, está llena de detalles que merece la pena observar, tanto del lugar como de los personajes; puede desarrollarse a finales del siglo XIX, inicios del XX (el grabador, Arturo Carretero murió en 1903). Era la época del reinado de Alfonso XIII.
Finalmente, nos queda otro recuerdo: hacia 1890 Joaquín Sorolla pintó una escena similar. Hacía un año que el pintor se había instalado con su familia en Madrid.
El cuadro, que pertenece al Museo Sorolla, Fuente de la Teja es un óleo pequeño que representa la escena costumbrista. Leemos en el Catálogo del museo:
«Bajo un toldo, varios soldados conversan ataviados con calzón rojo y chaqueta azul marino. A ambos lados, emparrado, y en la parte derecha, otro soldado sentado. Al fondo, arquitectura recortada sobre cielo azul».
La fuente, construida la pared en recia piedra berroqueña, desapareció durante la guerra.
Por: Mercedes Gómez
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NOTA:
Gracias a David Gutiérrez Pulido, que consiguió que me interesara por la Fuente de la Teja y escribiera este artículo. Me envió, entre otros documentos, la imagen del cuadro de Sorolla, desconocido para mí. David, historiador del arte, es especialista en la obra del pintor. Os recomiendo visitar su web: Sorolla en Jávea
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Bibliografía:
Diario noticioso universal. Nº 36, Madrid, 1778
La Correspondencia de España, 28 dic. 1861
SOTO, Joaquín. “La pradera, la fuente y el río”, Nuevo Mundo, 7 febrero 1930.
Inventario de Secretaría del Archivo de Villa (Tomo 37): Fincas rústicas (1327-1894)
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(*) ACTUALIZACIÓN, 5 nov. 2021:
Queridos amigos:
He eliminado la foto que inicialmente había incluido como “Fuente de la Teja” publicada por el Museo de Historia de Madrid ya que se trataba de un error. Lo siento mucho, este es un ejemplo más de que siempre, siempre hay que comprobar los datos que utilizamos en nuestros trabajos, y no lo hice. Los errores son inevitables a veces, lo importante es corregirlos y aprender. En este caso, gracias a Joaquín Giménez que fue quién se dio cuenta y su comentario nos ha permitido subsanarlo.
Quiero dar las gracias al Museo, mejor dicho a las personas que allí trabajan, siempre dispuestas a ayudar. El Museo de Historia de Madrid, con la amabilidad que le caracteriza, me envía una nota en la que pide disculpas por el error e indica su origen:
La fotografía formó parte de una donación realizada en 1984 por un particular, consistente en 28 negativos antiguos, todos ellos de Madrid salvo uno, que fue consignado escuetamente como “La Fuente de la Teja”, de modo que nadie se cuestionó que se refería a la fuente de la Teja de Madrid, y así ha permanecido “hasta la aparición de tu publicación”. Y añade: “Tras comprobar que, efectivamente, se trata de la fuente de Santa María del patio de los Naranjos de Córdoba, procedemos a corregir los datos en el catálogo del Museo, no sin manifestarte el agradecimiento del Museo por tu fundada advertencia y tu colaboración”.
Gracias a todos
Mercedes
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14 comentarios
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3 de noviembre de 2021 a 22:01
davidguty77
Como me alegra leer este artículo y esta investigación que has realizado, yo solo te piqué para iniciarla, el grueso de todos los datos, el desarrollo, la gran investigación que has hecho y la manera tan cercana de presentarlo es todo tuyo, como siempre, con humildad y pasión y con gran profesionalidad. Un orgullo tener tu amistad a pesar de la distancia. ¡¡Enhorabuena!!
3 de noviembre de 2021 a 22:13
Mercedes
¡Muchas gracias, David! me alegra muchísimo que te guste el artículo, al final se complicó un poco, como siempre estas cosas, tú lo sabes mejor que nadie! pero creo que hay información muy interesante, ¡también gracias al Museo de Historia!
A pesar de tus cambios de ciudades 🙂 hemos conseguido mantener nuestra amistad, contigo es muy fácil, siempre ayudando.
Como siempre decías, ¡besos y abrazos!
4 de noviembre de 2021 a 11:20
Joaquín Giménez
Enhorabuena por el artículo, Mercedes, interesante como todo lo que publicas. Sin embargo, quería hacerte la apreciación de que la foto que publicó el Museo de Historia de Madrid más bien parece el patio de los Naranjos de la Mezquita de Córdoba. Me gustaría mandarte una foto comparativa pero no sé cómo hacerlo por este medio.
4 de noviembre de 2021 a 14:05
Mercedes
Muchas gracias, Joaquín, me alegra que te haya interesado.
Puedes escribirme a: artedemadrid@gmail.com
4 de noviembre de 2021 a 11:40
alrenlle
Buenos días Mercedes: Muchas gracias una vez más por el artículo. Y a David, aunque no le conozca, por impulsarte. Desconocía esta fuente. Esa zona tiene mucho futuro y puede mejorar mucho, incluso como está (la próxima vez que vaya, miraré con tu artículo en la cabeza). Al otro lado del río, siempre fascina ver cómo sería esa Quinta de la Florida… Por cierto, te paso este doc que he visto, seguro que lo conoces y le sacas partido. Un abrazo, Alfonso
4 de noviembre de 2021 a 14:13
Mercedes
¡Hola, Alfonso! muchas gracias a ti, de parte de los dos. Es una fuente muy desconocida sobre todo su imagen, porque referencias en prensa y textos hay muchísimas. La zona es muy «literaria»… me alegro de que te resulte sugerente para futuros paseos. ¿Conoces la escuela de Cerámica? sus jardines son una maravilla.
No he recibido ese doc, enviamelo al correo por favor. Gracias otra vez y un abrazo.
5 de noviembre de 2021 a 21:22
Salvador Quero
Es curiosa la pintura de Félix Castello «Baño en el Molino Quemado», creo que fue con ese título como entró en el Museo de Historia, entonces la pintura estaba muy oscurecida y ahora se aprecia mucho mejor, llama la atención que en pleno siglo XVII la gente se bañaba desnuda.
Te felicito por tu interesante trabajo.
5 de noviembre de 2021 a 22:57
Mercedes
Hola, Salvador, muchas gracias, me alegro de que te haya interesado. Esa pintura es curiosa y muy interesante, con tantos detalles… el siglo XVII puede ser sorprendente.
Te diré que espero que en breve habrá una nueva entrada hablando del cuadro y su autor, complemento a esta historia.
Un abrazo
6 de noviembre de 2021 a 19:47
Patricia Calvo
Hola, Mercedes, un artículo estupendo en el que nos transportas a otras épocas madrileñas… Me ha hecho gracia ver el cuadro de Félix Castello, nos lo puso Paco Juez en un curso sobre Madrid en el arte. Ya entonces me pareció curioso, así que espero que nos cuentes más cosas de él. Muchas gracias!
6 de noviembre de 2021 a 22:40
Mercedes
Hola, Patricia, ¡muchas gracias a ti!, nos encantan estos «viajes» al pasado ¿eh?
Tuvo que ser interesante escuchar a Paco Juez hablando sobre el cuadro, es una pintura muy especial, ¿sabes que lo puedes ver en el Museo de Historia, verdad?
Hablaremos de los baños en Molino Quemado…
13 de noviembre de 2021 a 20:01
Lazaro
Hola Merche ,bonito recuerdo de la fuente donde me llevaron una vez en el 79/80 recién llegado a Madrid, gracias por recuperar éstas historias y gracias al GRAN DAVID que hace que no le veo desdela visita que hicimos con Aparisi al cementerio de la Florida, bss
13 de noviembre de 2021 a 23:08
Mercedes
Hola, Lázaro, me alegro de que te traiga buenos recuerdos la historia. Fuimos varias veces a visitar la Florida, es verdad, una de ellas con Aparisi que nos explicó todo de maravilla, muy cerca de estos parajes…
Gracias y besos
25 de marzo de 2022 a 12:52
Juan Antonio Yanez-Barnuevo
Muchas gracias por la información proporcionada sobre la Fuente de la Teja. Pérez Galdós menciona ese lugar en su episodio nacional «Amadeo I», escrito en 1910: «…¿Y qué se le habrá perdido a esta buena señora en la Fuente de la Teja? Por Caballerizas, Cuesta y Puerta de San Vicente, Puente del Manzanares llegamos al popular sitio de recreo. Hormigueaba en él la descuidada plebe; sonaban en estridente algarabía los organillos, los pregones y el gozoso runrún de los merenderos. Por entre la turbamulta paseamos (…) Llegamos a donde militares y muchachas habían armado el incansable bailoteo…» (Cap. XIV).
25 de marzo de 2022 a 17:03
Mercedes
¡Qué bonito! muchas gracias por la aportación, Juan Antonio, que completa perfectamente el artículo. Galdós no podía faltar.