Uno de los primeros artículos que escribí para este blog, hace ya bastante tiempo, fue el dedicado a la Sacristía de los Caballeros y el Patio de Moradillo, pertenecientes al conjunto de las Comendadoras de Santiago, que había tenido la suerte de conocer unos meses antes durante la Semana de la Arquitectura 2008. Actualmente hay una novedad interesante, existen visitas guiadas a la Sacristía, todos los primeros lunes de mes a cargo de los propios profesionales que han procedido a su exquisita restauración, por lo que me gustaría volver a este lugar, recomendarlo a quien no lo conozca, y recordar su historia.

El Convento de las Comendadoras y la Parroquia de Santiago el Mayor, situados en la plaza del mismo nombre, constituyen uno de los monumentos más importantes de Madrid, declarado Bien de Interés Cultural en 1970.

Ocupa toda la manzana, rodeada por las calles del Acuerdo, Montserrat, Amaniel, plazuela de las Comendadoras y calle de Quiñones. Su imagen y el ambiente que transmite por un momento te transporta al siglo XVII.

Fue fundado en 1584, aunque la escritura para las obras no se firmó hasta 1667, las cuales fueron encargadas a los arquitectos José del Olmo y su hermano Manuel. En 1650 el rey Felipe IV se hizo cargo del patronato de las Comendadoras y mandó traer monjas de Valladolid, pero murió antes de iniciarse la construcción del monasterio; fue su viuda Mariana de Austria la que por fin dió inicio a las obras. Eran grandes las dificultades económicas que sufría Madrid en esa época, se tardaron casi 30 años, no finalizando la construcción hasta 1697.

En un Madrid poco dado a conservar sus edificios más antiguos, hay que resaltar que es el único monasterio madrileño que se conserva íntegramente, sin que ninguna de sus dependencias haya sido demolida, aunque fue reformado por Sabatini en el siglo XVIII por orden de Carlos III.

En el ángulo noreste del convento se encuentra la Sacristía de los Caballeros, una joya auténtica, construida por Francisco Moradillo entre los años 1746 y 1753, durante el reinado de Fernando VI. Una joya inesperada, oculta, pues no se ve desde la calle, es imposible, carece de fachadas y está construída en el interior del conjunto.

Bellísima, de estilo barroco, era el lugar donde se preparaban para el nombramiento de Caballeros de la Orden de Santiago, ceremonia que luego tendría lugar en la Iglesia. Hace unos años, durante la exposición dedicada a la Colección Madrazo adquirida por la Comunidad de Madrid en 2006, instalada en algunas de las rehabilitadas salas y deambulatorios del convento, se podía vislumbrar, tras el cristal de la puerta cerrada, y con las luces apagadas.

Una magnífica restauración ha permitido recuperar el antiguo esplendor, perdido por el paso del tiempo y las varias reformas sufridas. Ahora ha recobrado su aspecto primero, sus colores originales, pavimento, toda su espectacularidad.

La entrada tiene lugar por la calle del Acuerdo, nada mas traspasarla, a la derecha se encuentra la puerta de acceso a la Sacristía que aparece deslumbrante ante nuestros ojos:

Detalles escultóricos y pictóricos adornan sus muros, hornacinas y la cúpula.

Al fondo, la figura del Apóstol Santiago, flanqueada por dos puertas, la de su izquierda nos lleva a una pequeña estancia con una lujosa pila de mármol en la que se lavaban estos nobles antes de de la ceremonia y de la misa.

El techo, con la cruz de Santiago, y la cúpula decorada con falsas ventanas al trampantojo, recurso pictórico muy utilizado en el Madrid barroco, como sabemos.

La otra puerta nos dirige a un patio delicioso.

El Convento de las Comendadoras de Santiago esconde, además del gran patio central, otros seis patios más pequeños, como se puede apreciar en el detallado plano de Ibáñez de Ibero realizado hacia 1875:

Uno de estos patios se encuentra junto a la Sacristía de los Caballeros -arriba a la derecha del plano-, y también se encontraba en muy mal estado. Es el hoy conocido como Patio de Moradillo.

Al igual que en la Sacristía, los trabajos de restauración han permitido recuperar las pinturas murales primitivas. El deteriorado estado en que se encontraba el pequeño patio se podía apreciar en los paneles explicativos de las distintas fases acometidas por los restauradores que nos mostraron durante aquella primera visita.

Antes

Después

En la decoración primitiva del patio se utilizaron los mismos colores que en el interior, como podemos observar en las fotografías. E igualmente se recurrió al trampantajo, veamos el delicado pañuelito imaginario tendido en una de las falsas ventanas.

La antigua fuente de piedra también ha sido recuperada.

La Iglesia de las Comendadoras permanece cerrada. Sí ha terminado, según se ha publicado recientemente, la restauración del lienzo del gran pintor barroco Lucas Jordán, el Santiago Apóstol en la Batalla de Clavijo, del siglo XVII, que se encuentra a salvo en una de las estancias próximas a la parroquia y volverá a su lugar, el Altar Mayor, una vez terminen las obras de consolidación estructural y restauración de la Iglesia, del Zaguán y las Torres del Convento.

Según estas noticias, podría ser la próxima primavera.

Texto y fotografías por : Mercedes Gómez