En la calle Galileo nº 52, barrio de Gaztambide distrito de Chamberí, visitamos el Centro de Arte Moderno, un lugar estimulante para los amantes de la literatura, el arte y la cultura en general.

Nada más entrar se respira el aroma literario que desprenden las fotografías, los objetos, y por supuesto los libros. Allí está el espíritu de Julio Cortázar, Juan Carlos Onetti, Ramón Gómez de la Serna, Max Aub, Rafael Azcona… y la presencia viva de algunos de nuestros escritores favoritos, Antonio Muñoz Molina, Rosa Montero, Juan Marsé… y tantos otros.

tienda

Procedentes de Argentina, ya hace diez años que Raúl Manrique Girón y Claudio Pérez Míguez llegaron a Madrid y desde entonces han contribuido a enriquecer la actividad cultural madrileña con una preciosa librería, un exquisito sello editorial, galería de arte, presentaciones de libros, conciertos, talleres, etc. Además, este Centro singular guarda el Archivo Onetti, que incluye su biblioteca, cartas y objetos personales.

En su Del Centro Editores publican libros artesanales de ediciones limitadas y numeradas que son verdaderas obras de arte.

La Galería del Centro ofrece muestras de artistas de todas partes del mundo; actualmente expone En lo profundo, quince coloristas libros de artista de la canadiense Alexandra Haeseker, realizados en papel sintético y material plástico reciclado.

A. Haeseker. “Vigilar” 60 x 80 cm. (2014)

A. Haeseker. “Vigilar” 60 x 80 cm. (2014)

La  Librería del Centro está especializada en literatura de autores latinoamericanos y españoles con presencia en América.

Y, entre otras sorpresas, allí se encuentra el Museo del Escritor.

Nació hace cuatro años con pocos objetos, ahora está formado por más de cinco mil de los que solo se expone una parte. Su único punto en común es que pertenecieron a escritores de lengua española.

museo del escritor

A los responsables de este pequeño museo les gusta hablar de objetos afectivos.

No se trata de cosas valiosas en sí mismas, el valor se lo concede el saber a quién han pertenecido, lo que significaron en algún momento, para su dueño, su vida, o su obra, en su relación con otras personas… Es curioso observarlos, si además conocemos su pequeña historia y lo que significaron nos explican también la historia de los países en los que sus dueños vivieron y escribieron, incluso nos cuentan la historia de la literatura y cómo han ido cambiando las costumbres de los escritores y los medios con los que contaban.

escribir a mano

Bellos manuscritos, una pluma y un tintero de cristal junto a disquetes donde los pioneros en el uso del ordenador guardaban sus textos.

disquetes y tintero

Y la máquina de escribir, la gran protagonista.

lettera 32

La cuidadosa disposición en las vitrinas y la forma en que Raúl me cuenta la historia de estos pequeños tesoros, destilan cariño. Es un placer escuchar su relato.

En la medida en que conocemos a los escritores y hemos leído sus novelas, sus cuentos o sus poemas, aún resulta más conmovedor contemplar estos objetos, la mayoría sencillos y cotidianos. Alguno imaginativo, como esa cajita diminuta llena de papelitos con letras que Mercedes Roffé escogía al azar para formar palabras y frases en un ejercicio de creatividad.

Las pipas de Ramón Gómez de la Serna y de Julio Cortázar, los sombreros de Bioy Casares y de Max Aub, gafas, lápices, carteritas… emociona leer la dedicatoria escrita a mano de Mario (Benedetti) a su amigo Juan (Onetti). Y el apunte de un poema en una simple hoja con el membrete de un hotel junto a sus gafas olvidadas en un restaurante de Madrid, que nunca recuperó pues ya enfermo nunca pudo volver a España.

benedetti

Es bonito contemplar estos recuerdos, pero lo mejor es escuchar las explicaciones y anécdotas durante la visita guiada que nos ofrecen. Todo un mundo de ecos literarios y afectivos, para disfrutar.

Por Mercedes Gómez

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Centro de Arte Moderno
Calle Galileo, 52

Visitas guiadas: tel. 91 429 83 63

Más información y fotografías en su página de Facebook. Y en este artículo del diario El País.