El Palacio de Liria es un gran edificio exento, situado en la calle de la Princesa 20, calle de las Negras 1 y calle Mártires de Alcalá 2, rodeado por un frondoso jardín. El primer proyecto realizado en 1762 fue obra del arquitecto francés Guilbert para don Jacobo Fitz-James Stuart, III duque de Berwick y Liria (1718-1785). En 1771 se hizo cargo Ventura Rodríguez.
Como podemos leer en la lápida situada a la entrada principal en la calle de la Princesa, el palacio es una joya arquitectónica del siglo XVIII, destruido durante la guerra civil, que fue reconstruido por don Jacobo Estuart y Falcó duque de Berwik y de Alba, en 1953. Los arquitectos fueron Edwin Lutyens y Manuel de Cabanyes.
En 1974 fue declarado Bien de Interés Cultural.
El Palacio de Liria es uno de nuestros edificios más notables, así como la extraordinaria colección de arte que alberga, sin duda ambos merecen ser conocidos. Pero no debemos olvidar sus bellísimos jardines, los jardines históricos privados más grandes de Madrid, creados sobre antiguos huertos y tierras muy fértiles regadas por un arroyo.
En el siglo XVII estos terrenos donde luego se levantaría el palacio estaban situados en el extremo noroeste de la Villa, en los límites de la Cerca junto a la Puerta de San Joaquín; de la Puerta partía el Camino de San Bernardino (antes de las Cruces, hoy calle Princesa). La Cerca a su vez estaba rodeada por campo y sembrados. Por ellos fluía el arroyo de las Minillas que bajaba hacia el sur hasta desembocar en el arroyo de Leganitos.
Cuando el III duque de Berwick adquirió esos terrenos eran la casa nº 1 de la manzana 548. La casa nº 2 era el Real Seminario de Niños Nobles. Toda la manzana (casas 1, 2 y 3) había pertenecido a doña Paulina de Chaves.
Una de las muchas solicitudes de exención de cumplir la obligación de Aposento que ocurrieron durante el reinado de Felipe IV, fue la de doña Paulina.
El 30 de enero de 1623 se oyó en la Cámara la petición de Dª Mª Paulina de Chaves, esposa del licenciado D. Juan de Chaves y Mendoza, de la Cámara y Consejo de su Majestad, quien pidió exención de huésped de aposento para poder labrar una huerta y sitios que compró camino de San Bernardino, por bienes del Conde de Nieva… (en el plano de Antonio Mancelli, de esta época, está representada la “Huerta del conde de Nieva”)…
…La Cámara está de acuerdo con la petición y así se lo hace saber al Monarca quien dice: «Désele la exención que pide para lo que está labrado y se fabricare en la huerta y en los suelos que están pegado a ella y tienen 360 pies de delantera y 246 por el lado de la huerta.”
Así, todas estas tierras, futura manzana 548, quedaron libres de carga de aposento o tributo, a cambio de construir y mejorar los sitios y huerta.
Nicolás Chalmandrier dibujó en su plano (1761) junto a la Puerta y al Seminario de Nobles, con el nº 193 unos Jardines particulares.
Aparece representada la Plaza del Duque de Werwick, desaparecida; el solar hoy corresponde al jardín frente a la fachada principal del palacio.
En el plano de Espinosa de 1769 entre los cuarteles simétricos del jardín ya se dibuja una fuente.
No se sabe quién fue el autor del diseño original de los jardines del palacio pero es muy posible que fuera obra del propio Ventura Rodríguez.
El tiempo y los cambios en las modas y estilos fueron modificándolo. En el siglo XVIII debió reflejar el gusto por el jardín francés en el que predominaba la geometría. La llegada del siglo XIX trajo el estilo romántico de los paisajistas ingleses, con sus caminos curvos y vegetación y arbolado más libre y natural. Los planos ilustran estos cambios y muestran cómo pudo ser el jardín a lo largo del tiempo.
Tras sucesivas reformas, el jardín había ido perdiendo su trazado original. En 1916 el XVII duque de Alba encargó al jardinero Forestier la reforma de la parte posterior para que recuperara el estilo primitivo, de acuerdo con el edificio dieciochesco. Es el jardín, al estilo francés, que podemos ver en la actualidad desde los balcones que miran al norte.
En el centro se ubica una sencilla fuente quizá diseñada por el propio Ventura Rodríguez a finales del siglo XVIII.
El jardín frente a la fachada principal conserva el estilo romántico. Espléndidos árboles de distintas especies lo adornan. Hay un granado…
… mimosas, tejos, un castaño…
El Palacio de Liria se puede visitar los viernes previa petición. No olvidemos que es una residencia privada; la lista de espera es tan larga que debemos aguardar muchos meses hasta que llega nuestro turno. Pero merece la pena. En la web de la Fundación Casa de Alba podéis ver los detalles.
Yo ¡por fin! he podido conocerlo, gracias a mi estimado amigo Carlos R. Zapata (que siempre anda por ahí descubriendo lugares para luego contárnoslo en su blog), que me incluyó en su solicitud de visita.
Gracias, Carlos, este artículo está dedicado a ti.
Por : Mercedes Gómez
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Bibliografía:
Vicente Carredano. Los Jardines del Palacio de Liria. En: Revista Villa de Madrid, nº 5. Madrid 1959.
Pedro Navascués. Casas y jardines nobles de Madrid. En: “Jardines clásicos madrileños”. Museo Municipal, Madrid 1981.
José del Corral. Las composiciones de aposento y las casas a la malicia. IEM 1982.
COAM. Guía de Arquitectura. Madrid 2003.
Mónica Luengo. “Jardín”, capítulo 3 El Palacio de Liria. Ed. Atalanta 2012.
19 comentarios
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7 de octubre de 2014 a 00:53
Elena
Hola Mercedes: no sólo me gusta la historia que narras y de las transformaciones que ha sufrido, sino que me parece un auténtico lujo el poderlo ver gracias a los mapas que incluyes. Muchísimas gracias. Me ha encantado la entrada. (¡y yo que pensaba que estos jardines estaban más bien imitando al estilo de los jardines italianos!). Un abrazo.
7 de octubre de 2014 a 21:56
Mercedes
Gracias a ti, Elena, por tu visita. Ya ves que los jardines, como casi todo, están sujetos a los estilos paisajísticos que fueron cambiando a lo largo de los siglos. El jardín italiano también tuvo su momento, en el siglo XVI imperaba el jardín de influencia renacentista, que a Felipe II tanto le gustaba.
Un abrazo
7 de octubre de 2014 a 01:02
Carlos R.Zapata
Para mi sí que fue un placer visitar el palacio contigo y mi familia. Tenemos que repetir más visitas. Un beso y muchas gracias por dedicármelo.
7 de octubre de 2014 a 21:58
Mercedes
Claro que sí, Carlos, me lo pasé muy bien con vosotros, muchas gracias. Dale las gracias también a tu hermano de mi parte, por su sabiduría en cuanto a los árboles tan bonitos, que yo soy incapaz de reconocer, y él tan bien nos «ilustró».
Un beso
7 de octubre de 2014 a 01:37
Isabel Alguacil
Maravilloso post Mercedes, me ha encantado ¡qué buen trabajo!
Un abrazo,
Isabel
7 de octubre de 2014 a 22:01
Mercedes
¡Muchas gracias Isabel! me alegro te haya gustado!
Un abrazo
7 de octubre de 2014 a 08:02
Jose Luis Díaz
Hola Mercedes
Has empezado el curso escolar dejándonos otro de tus magistrales trabajos, y, como siempre, perfectamente documentado. Este palacio siempre me llamó la atención por su majestuoso «porte» y, paradójicamente, su cercanía (Calle Princesa) a los «simples mortales». Todo el conjunto tiene una superficie similar a la cercana Plaza de España, solo que éste es de uso privativo…. Respetémoslo y admirémoslo, máxime ahora que sabemos algo más de él. Un beso muy fuerte Mercedes.
P.D.: Por supuesto ha sido pasado al paredón de fusilamiento.
7 de octubre de 2014 a 22:05
Mercedes
Hola Jose, ¡gracias! y ten cuidado con las balas 😉
Tienes razón, es un edificio muy singular, por sus características y también por su situación. Además, tiene mucha vida, se nota que viven en él… la biblioteca no la pudimos ver porque alguien estaba allí trabajando ese día.
Besos
7 de octubre de 2014 a 09:35
Mariarosa
Una buena sorpresa encontrarme hoy paseando por estos preciosos jardines que rodean un palacio cuajadito de obras de arte…¡y con una espléndida biblioteca!…Una mezcla maravillosa…Es verdad que se tarde mucho tiempo en poder visitarlo e incluso a veces, cuando está ya todo organizado..¡¡se suspenda la visita!!…pero si al fin lo consigues, como también me pasó a mi,se te olvidan las esperas… Estupendo post Mercedes.
7 de octubre de 2014 a 22:07
Mercedes
Gracias María Rosa, qué bien que te haya gustado el paseo por los jardines. Tú que lo conoces, sabes lo que se disfruta la visita. Como le decía a Jose, nosotros no pudimos ver la biblioteca, así que espero volver algún día.
7 de octubre de 2014 a 09:55
Antonio Iraizoz
Hola Mercedes. Una auténtica gozada de artículo y documentación. Una vez vi el jardín posterior desde una ventana del Archivo de la Villa en Conde Duque y ya me quedé alucinado. Me parece muy acertada la decisión que tuvo el XVII duque de recuperar el trazado neoclásico junto a la fachada Norte y mantener el estilo paisajista al Sur. Enhorabuena por el artículo y ¡por la visita!
Un abrazo
7 de octubre de 2014 a 22:10
Mercedes
Hola, Antonio, sí que debiste disfrutar la vista desde el Conde Duque, es realmente sorprendente ese jardín posterior, que yo nunca había visto. Y de acuerdo contigo, fue una buena idea mantener los dos estilos, al fin y al cabo ambos forman parte de su historia.
¡Muchas gracias! y abrazos
7 de octubre de 2014 a 11:19
JOSÉ CASADO
Hola Mercedes. Envidia sana, me da cuando leo tus post, a ver cuando tengo tiempo libre para visitar todas estas maravillas. Me ha gustado el post, por la vista de los distintos mapas, en donde ir viendo la evolución de esta finca.
Un saludo.
7 de octubre de 2014 a 22:12
Mercedes
Hola José, me parece que trabajas demasiado (aunque hoy día eso es una buena noticia)… espero que puedas tener un poquito de tiempo para pasear por Madrid. Y gracias, me alegro de que te haya gustado.
Un saludo
7 de octubre de 2014 a 22:41
Guerra Esetena
Hola Mercedes,
Un artículo completisimo, muy bien documentado y muy ameno. Enhorabuena. La verdad es que en Madrid tenemos mucha suerte con nuestros jardines históricos, tenemos una gran cantidad y además muy valiosos. No hay muchos de titularidad privada, pero éste vale por muchos.
Abrazos, Jesús
8 de octubre de 2014 a 20:27
Mercedes
Muchas gracias, Jesús.
Tienes toda la razón, nuestra riqueza en cuanto a jardines históricos es inmensa. Este es privado pero los públicos son numerosos y podemos disfrutarlos.
Abrazos
8 de octubre de 2014 a 10:02
marta raqassa
¡Buenos días!
Gracias por dar a conocer los arcanos secretos madrileños a los sufridos habitantes de la villa, que, no lo olvidemos, somos los sufragamos en buena parte sus costes. El Palacio de Liria es un Bien de Interés Cultural Inmueble por Decreto del 14 de marzo de 1974, que se lleva dineros públicos para su mantenimiento y conservación y que por lo tanto, está sujeto al derecho a visita para los contribuyentes.
El derecho de visita a un BIC
8 de octubre de 2014 a 20:34
Mercedes
Hola Marta, gracias a ti por tu visita.
La verdad, desconozco si un lugar privado por el mero hecho de ser BIC se lleva dineros públicos… pensaba que no. Lo que sí es cierto es que cuesta trabajo conseguir visitar algunos BIC’s, por no decir que es imposible, lógicamente, cuando se trata de residencias privadas (por ejemplo, restos de muralla). Más grave es cuando se trata de edificios que albergan organismos públicos, y no se puede entrar.
Saludos
29 de marzo de 2015 a 23:06
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