En los comienzos de este mes de marzo visitamos el Huerto del Retiro, situado en el extremo sur del parque, junto al Real Observatorio, dentro del conjunto originalmente formado por el Vivero, un Almacén y Talleres; construido a finales del siglo XIX, comienzos del XX, sobre una antiguo plantío de almendros que aparece representado en el Plano de Madrid de 1866, junto al Olivar de Atocha.
Fue creado como zona de servicios separada del parque, rodeada por una tapia de la que se conservan algunos tramos, como ya vimos.
Desde el Huerto se veían algunos de los invernaderos que desde entonces apetecía visitar… este mismo mes de marzo he tenido la suerte y el placer de asistir a las XI Jornadas Viejos Jardines, nuevos Parques, organizadas por La Casa Encendida, dedicadas al viverismo y la producción de plantas. Charlas, reflexiones, debate y visitas a los jardines históricos y los parques urbanos, esos espacios tan bellos como necesarios. Un lujo.
Este año ha sido el turno de El Retiro, el Parque de la Cuña Verde de La Latina, los Jardines del Templo de Debod y el Real Jardín Botánico Juan Carlos I en Alcalá de Henares.
El lunes 16 a las 19,00 h comenzaron las Jornadas. La primera conferencia fue sobre el Vivero de Estufas del Parque de El Retiro, a cargo de Javier Spalla, director de los Viveros municipales.
Conferencia
La conferencia fue una delicia. Para empezar asistimos a un breve recorrido por los viveros europeos y los viveristas más notables. Uno de los más importantes es el Jardín Serres d’Auteuil, en el Bois de Boulogne, París, cuyos invernaderos están en peligro debido a la intención de ampliar las pistas de tenis de Roland Garros a su costa. La prensa francesa se ha ocupado estos días del problema.
En Madrid los primeros promotores fueron en los siglos XVIII y XIX la Casa Real y el Ayuntamiento. Luego hubo personajes, en su mayoría nobles, que impulsaron el viverismo y fueron propietarios de invernaderos (el duque de Fernán Núñez, el marqués de Salamanca, el marqués de Bedmar –recordemos la Quinta de Torre Arias-, los duques de Alba, etc.), así como otros viveros privados, desaparecidos, entre ellos el de la familia Spalla, que estuvo situado en la calle de López de Hoyos.
Y por supuesto, el Real Jardín Botánico, que a lo largo de su historia fue, y sigue siendo, de vital importancia en este arte.
Es obligado mencionar otro de los invernaderos conservados en Madrid, en el propio Parque del Retiro, el Palacio de Cristal, obra maestra de la arquitectura del hierro.
Finalmente Javier Spalla nos habló de su familia, ilustre familia de viveristas. Desde su bisabuelo Alfonso Spalla que llegó a Madrid en 1875 procedente de Italia, luego su abuelo y su tío abuelo continuaron el oficio; su padre Gabriel, y sus tíos Alfonso y Julio Spalla Celemín, lamentablemente fallecidos los tres. Actualmente, además del propio Javier, sus dos hermanos y tres primos siguen dedicándose a la jardinería.
La visita al Vivero
Fue el lunes siguiente día 23, guiada por el mismo Javier Spalla. Hacía frío y llovía, pero todo lo que veíamos y escuchábamos era tan atrayente que, creo, todos disfrutamos mucho.
Son 23 invernaderos de hierro y cristal, la mayor parte de ellos de gran valor histórico y artístico, ubicados en unas instalaciones que ocupan más de 3,5 hectáreas.
Aprendimos muchas cosas sobre las plantas, las tareas que se desarrollan en el vivero, qué eran las orangeries, las estufas, las cajoneras, cómo funcionan hoy día los invernaderos… el objetivo siempre es conseguir el calor o nivel de luz necesario para que las plantas crezcan en un entorno favorable. Qué eran los zarzos, o esteras de paja que colocadas sobre los invernaderos protegían a las plantas del frío. Etc.
El primer invernadero que visitamos, la Estufa nº 1, data probablemente de los comienzos de siglo XX, hoy dedicado al Museo, el museíto, como lo llaman sus creadores, una encantadora y valiosa exposición permanente sobre la Jardinería Tradicional en Madrid.
Cada detalle transmite sencillez, la de las cosas bien hechas, “a mano” y con mucho cariño.
A ambos lados del invernadero, una serie de paneles explican la historia de la jardinería y de los viveros madrileños.
En el centro, objetos que narran la historia de la jardinería y sus jardineros, muchos del propio Retiro, pero no únicamente. Vemos una máquina de los terrenos de labor que servía para triturar y una carretilla de madera, ambas llegadas desde la Quinta de Torre Arias.
Útiles donados por los jardineros o procedentes de otros jardines, como un viejo rastrillo de la Fuente del Berro.
Unas vitrinas de cálida madera guardan herramientas de todo tipo. Cada objeto está identificado por una etiqueta escrita a mano.
El pequeño museo es un canto a los trabajadores de las Estufas y a los jardineros municipales en general, a los que nosotros aquí en este blog ya quisimos rendir nuestro pequeño homenaje.
Ahora hay especialidades diversas, arquitectos paisajistas, jardineros, floristas, empresas de desinfección, viveristas, etc. Como escribe Carlos Sala, “el antiguo jardinero lo hacía todo, ponía sus esquejes, cuidaba los invernaderos, plantaba y cuidaba los jardines, se preparaba sus tierras, luchaba contra los caracoles y pulgones, hacía sus ramos de novia…”
Pero no solo este invernadero, todo el recinto en su conjunto es un Museo, felizmente vivo, de la jardinería tradicional madrileña. Se conservan muchos de los invernaderos más antiguos, algunas cajoneras, calderas, etc.
Aunque aún hay tareas que se siguen realizando a mano, como el laborioso repicado de semilleros; y una buena regadera o carretilla, y sobre todo el esforzado trabajo de los jardineros, siguen siendo necesarios, la verdad es que casi todo ha cambiado. El cristal ha sido sustituido por el plástico, el hierro por el aluminio, el riego a mano por el riego programado, las herramientas manuales por el ordenador… por eso da gusto contemplar todo lo que aquí, sorpresa tras sorpresa, vamos encontrando.
Los invernaderos más antiguos fueron construidos a un agua, dirección este-oeste, adosados al recio muro que los protege del frío del norte en invierno.
Una de las joyas es la Estufa nº 7, del siglo XIX, trasladada aquí en 1956 desde el Jardín trasero del Palacio de Liria, tal vez dañada durante la guerra.
Sus paredes y techo curvo, escaleritas, adornos en las bellas puertas de hierro forjado y caminitos repletos de plantas son encantadores. Y ¡qué bien huele ahí dentro!
Luego se construyeron a dos aguas, en dirección norte-sur, con el fin de que recibieran la luz del sol durante todo el día.
Hacia 1970 se construyeron los más modernos.
Las cajoneras de obra estaban destinadas a plantas pequeñas, situadas al sol. Aún existen. Alguno de los bastidores de cristal que las cubrían permanecen junto a una de ellas.
A finales del siglo XIX la calefacción tanto de los invernaderos como de las cajoneras estaba formada por una serie de tubos de cobre por donde circulaba el agua caliente debajo de los invernaderos comunicados con una caldera calentada con leña o carbón, siempre situada junto a las estufas en cuartitos hundidos.
Se conservan dos de esas calderas que funcionaban por el sistema de Termo-Sifón. Hoy la calefacción funciona gracias a un moderno sistema de gas.
El Vivero de Estufas del Retiro, además de conservar y contar la historia de la Jardinería madrileña, en la actualidad se ocupa de la decoración de dependencias municipales, adornos florales de las calles madrileñas en eventos especiales y otras tareas. Es la Brigada de Adornos.
Nos cuenta Javier Spalla que en las proximidades del Vivero hace unos años había un almacén del Ayuntamiento que alojaba estatuas, restos de fuentes, columnas, etc. Todo fue trasladado al de la Casa de Campo, excepto algunas piezas. Ese es el motivo de que a lo largo del paseo nos encontremos con elementos sorprendentes, rescatados, algunos de los cuales no se sabe a qué lugar o monumento pertenecieron.
Otros sí. Quizá volvamos sobre este tema en otra ocasión, alguno incluso merecería un artículo, pero mencionemos uno que personalmente me pareció emocionante. Allí, junto a un antiguo invernadero, se halla la que los trabajadores del vivero llaman cariñosamente la Plaza de Pompeya, por los restos o ruinas que guarda, en la que se encuentra, entre otras cosas, la antigua noria de la Fábrica de Porcelana. Estaba en tan mal estado que, como sabemos, se reconstruyó, y hoy la podemos ver cerca de la estatua del Ángel Caído. Pero los restos originales se guardaron y aquí reposan, muy cerquita del lugar donde cumplieron su función hace siglos.
El Vivero es un lugar de trabajo y está cerrado al público, pero se puede visitar dentro del programa de actividades organizadas por el Huerto del Retiro, que ya comentamos.
Más información en este folleto.
Por : Mercedes Gómez
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Bibliografía:
Carlos Sala, Javier Spalla y Luciano Labajos. El vivero tradicional. Viveros municipales, Ayuntamiento de Madrid.
Luciano Labajos y Luis Ramón-Laca. Jardinería tradicional en Madrid. Ed. La Librería 2007.
19 comentarios
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30 de marzo de 2015 a 05:47
Andrés
Es curioso, la noria «en mal estado» se conserva en mejor estado que la reconstrucción. Lo cierto es que ahí se gastó mucho dinero en reconstruir pero el mantenimiento ha sido nulo… Es una pena, habría sido bonito verla en movimiento alguna vez.
Tenía entendido que una de las estufas provenía de alguno de los palacios del marqués de Salamanca. ¿Es una leyenda o es así?
Un saludo y felicidades como siempre por el trabajo que haces.
30 de marzo de 2015 a 19:58
Mercedes
Hola Andrés, no es una leyenda, es verdad. El invernadero del marqués fue trasladado al Retiro, estuvo donde hoy está la Rosaleda. Si quieres echarle un vistazo, hablo un poquito de ello en un antiguo post: https://artedemadrid.wordpress.com/2011/03/06/jardin-del-palacio-del-marques-de-salamanca/
Al contrario que el de Liria, que a pesar de los daños después de la guerra fue conservado, el del marqués, no se sabe porqué, desapareció (las malas lenguas dicen que a lo mejor está por ahí… en algún lugar, si no todo, una parte)
Muchas gracias por tu visita y comentario
Saludos
30 de marzo de 2015 a 10:10
Maribel
Gracias Mercedes por descubrirnos este interesante museo de jardinería en Madrid. Justo cuando se acerca la época apropiada para recorrer la cantidad de preciosos jardines históricos que tenemos en nuestra ciudad. Un beso: Maribel
30 de marzo de 2015 a 20:16
Mercedes
Gracias a ti Maribel. Estos días que vienen son estupendos para pasear por los jardines madrileños, tan bonitos. Y este museo merece la pena que sea conocido, me alegro de que te haya gustado.
Un beso
30 de marzo de 2015 a 12:09
J. Esetena
Hola Mercedes:
Es una suerte que podamos conservar todo este patrimonio, especialmente esa estufa del Palacio de Liria, que es una preciosidad. Poder ver las viejas calderas, los tubos originales… es una maravilla y da cuenta del esfuerzo que siempre se ha tenido en Madrid por tener a punto sus jardines. Esperemos que siga siendo así por mucho tiempo.
Abrazos, Jesús
30 de marzo de 2015 a 20:30
Mercedes
Ya lo creo que es una suerte, Jesús. Nuestro patrimonio «jardinero» es una maravilla en efecto, felizmente conservado. Y en este Vivero la riqueza es enorme. Muchas gracias por tu comentario
Abrazos
30 de marzo de 2015 a 14:52
davidguty77
Impresionante los rincones tan maravillosos que tenemos en Madrid y que nos haces descubrir. Me ha encantado Mercedes, enhorabuena!!!!
Besos
30 de marzo de 2015 a 20:38
Mercedes
¡Gracias, David! Nos quedan muchas cosas por descubrir…
Tenemos mucha suerte por disfrutarlas.
Besos
30 de marzo de 2015 a 17:16
Elena
Yo que tuve la inmensa suerte de asistir a escuchar a Javier Spalla y a conocer el Vivero creo que has conseguido relatar de forma muy fidedigna lo escuchado y/o visto, que fue mucho y muy interesante, tal y como lo explicas. Estoy segura de que todos los que se «acerquen» a este magnífico post tendrán la curiosidad de conocer este maravilloso lugar centenario, que tantas bellas cosas encierra. Es una suerte para todos que se mantenga y lo cuiden con tanto esmero y cariño. Un gran saludo.
30 de marzo de 2015 a 20:43
Mercedes
Hola, Elena, qué bien lo pasamos ¿verdad? (aunque nos mojamos un poquito) Yo disfruté mucho de la visita, claro, pero también de las charlas en la Casa Encendida, a quien agradecemos su trabajo.
Me alegra que te haya gustado el post, habiendo acudido las dos tardes a las que me refiero.
Ese es el resumen del Vivero: un lugar cuidado con esmero y cariño.
Abrazos
30 de marzo de 2015 a 19:59
Antonio Iraizoz
Me has dejado con la curiosidad de ir a conocer estos viveros y estufas tan sugerentes y esos restos de monumentos y fuentes de los almacenes municipales. Patrimonio, en definitiva, en varias de sus acepciones, natural, industrial, histórico, artístico y no se cuál más que nadie como tu es capaz de reunir. (Las fotos son una preciosidad)
Gracias y un abrazo.
30 de marzo de 2015 a 22:00
Mercedes
¡Gracias, Antonio! no dejes de ir cuando puedas, merece la pena. Pues efectivamente, además del propio vivero y el museo, el lugar no tiene desperdicio.
Un abrazo
30 de marzo de 2015 a 20:03
Maríarosa
Me has recordado dos mañanas muy felices de hace unos años (¿cinco?) en que hicimos dos visitas guiadas, una a los árboles del Retiro y otra a sus Viveros…Recuerdo sobre todo esta última por las sorpresas que encierra y en especial esa Estufa del Palacio de Liria. Lo cuentas tan bien que me ha parecido volver a estar allí. Las visitas al Parque de Juan Carlos I de Alcalá de Henares ¿se han realizado ya o van a realizarse? Yo lo he visitado pero por mi cuenta y me apuntaría a una guiada pues me pareció un gran parque y un buen Botánico. El de la Cuña Verde de la Latina no tengo ni idea. Enhorabuena por tu post.
30 de marzo de 2015 a 22:24
Mercedes
Hola María Rosa, me alegro de haberte traido buenos recuerdos.
Estas visitas formaron parte de las Jornadas que menciono al principio, lo siento, ya terminaron.
¡Muchas gracias por tu comentario!
11 de abril de 2015 a 13:17
jordidiazcallejo
Reblogueó esto en jardins i patrimoniy comentado:
No he rebloguejat mai, però he trobat molt interessant i aquesta entrada sobre la posta en valor de la jardineria tradicional i la conservació de les «estufas» a Madrid. Molt suggerent!!
21 de abril de 2015 a 15:57
David Pallol
Hola Mercedes, solo unas líneas para felicitarte por tu blog, no sabes la de cosas que me descubres y lo mucho que aprendo con él. Hoy por hoy, además, es una de las fuentes imprescindibles que siempre consulto a la hora de documentarme. Enhorabuena por tu labor!
21 de abril de 2015 a 19:58
Mercedes
Hola, David, ¡muchas gracias! encantada de serte útil, es un placer saber que te ayudo a descubrir cosas de Madrid.
Un afectuoso saludo
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