Estos días de verano los periódicos y los telediarios están llenos de noticias tristes, muertes en la carretera, muertes de jóvenes durante unas vacaciones exóticas… contadas con todo lujo de detalles. Sin embargo, a veces en estos días en que una gran mayoría estamos menos atentos a lo que sucede por el mundo, desaparece alguna persona importante en el más absoluto silencio. Ignoro si se ha publicado en algún medio, pero desconocía la noticia, hasta ayer en que recibí un correo de una lectora del blog: Manuel Montero Vallejo ha muerto.

Los interesados en la Historia del Madrid Medieval le conoceréis, o habréis oído hablar de él. Era aún joven para abandonarnos, quizá se encontraba en la cincuentena, o quizá algo más, no lo se. Le llamaban, le llamábamos, el profesor Montero Vallejo. Además de Doctor en Historia, investigador, escritor, conferenciante, miembro del Instituto de Estudios Madrileños, y Académico correspondiente de Bellas Artes, esa era su profesión, don Manuel era profesor en un instituto de un sencillo barrio de Madrid.

Tuve la suerte y el placer de poder contactar con él hace unos años durante una época en la que tuve ocasión de organizar una serie de conferencias sobre la historia de Madrid. Había oído comentar que era una persona inaccesible, pero le admiraba tanto que decidí intentarlo y pedirle su participación. Desde luego la opinión de que el maestro era una persona inaccesible la pronunció alguien que no le conocía, pues nada más lejos de la realidad.

Pude hablar con él, qué nervios, me parecía mentira estar hablando con don Manuel Montero Vallejo. Se mostró dispuesto a colaborar desde el principio, por supuesto “por amor al arte”. Ante mis halagos, gastó alguna broma, con modestia y sentido del humor. Era accesible y nada presuntuoso.

La conferencia tuvo lugar, y tanto en ésta como en alguna otra charla a la que acudí a escucharle en el Museo de San Isidro, don Manuel siempre “llenaba” y generaba expectación.

6 de octubre de 2005

Sus libros no son de fácil lectura, su objetivo no era entretener sino descubrir cómo fue ese Madrid medieval tan desconocido y sugerente, del que tan pocas huellas quedan, y contarlo de forma rigurosa, sin concesiones. Sus investigaciones han sido la base para otros muchos estudiosos, escritores o meros aficionados.

El Origen de las Calles de Madrid, su Madrid musulmán, cristiano y bajo medieval, El Madrid Medieval, sus artículos, textos de conferencias… mi biblioteca está llena de los trabajos de Manuel Montero Vallejo, algunos llenos de viejos «post-it» testigos de la cantidad de párrafos interesantes que en algún momento encontré en sus libros. Estudios posteriores, en algunos casos realizados por él mismo, han ido descubriendo nuevos puntos de vista y nuevas certezas en algunos de los aspectos que él investigó, pero toda su obra me sigue pareciendo imprescindible.

He sentido mucho su muerte, tan inesperada, por eso he querido rendirle mi modesto homenaje, y recordar que siempre tendremos sus escritos.

Gracias, profesor.

por Mercedes Gómez