El pasado año 2008 comenzaron las obras de remodelación de la Plaza de Isabel II, más conocida como Ópera, así como de la estación del Metro; en noviembre se publicó que se habían hallado importantes restos arqueológicos.

El Ayuntamiento anunció que se habían encontrado “restos de una muralla cristiana de los siglos XI y XII que, como la Fuente histórica de Caños del Peral, se pondrán a disposición del público cuando la Dirección General sepa cómo hacerlo», pero que de momento estaban perfectamente controlados.

No es nada extraño que hayan encontrado restos de la muralla cristiana, que pasaba por allí. Y la Fuente, ya se sabía hace tiempo, se encuentra detrás de una de las paredes de los andenes de la estación. Durante las obras de remodelación en 1990 apareció, entre otras cosas, una estructura de granito que fue identificada como la antiquísima Fuente de los Caños del Peral.

El pasado miércoles noche Telemadrid comenzó a dar noticias, las obras no terminarán hasta dentro de un año, en julio 2010.

¿Habrá llegado el momento de saber cuándo por fin podremos contemplar la histórica fuente?

Pues bien, parece que no han llegado a saber “cómo hacerlo”, al menos de momento, pues el ABC publicaba ayer que “los responsables han declarado que NO van a descubrir los restos” y que el caso está siendo estudiado en la actualidad por Patrimonio.

¿Por qué?

Sería una lástima desaprovechar esta nueva ocasión, ahora que la estación está siendo remodelada completamente, ¿por qué no sacar a la luz la que quizá sea la fuente más antigua de Madrid y por tanto un elemento singular del patrimonio histórico madrileño?

Esperemos mejores noticias en breve.


Imaginar cómo era la plaza de Isabel II, más conocida como Ópera, hace quinientos años no resulta fácil. Aunque si la recorremos con calma y observamos con detenimiento, aún podemos advertir alguna señal del pasado que nos puede ayudar a situarnos en los antiguos arrabales, fuera del recinto amurallado de la villa, en las proximidades de la Puerta de Valnadú, una de las puertas de la antigua muralla medieval.

Allá por los siglos XV y XVI, era zona de abundantes aguas por la que pasaban varios arroyos. El más importante era el Arroyo del Arenal de San Ginés que discurría a lo largo de la actual calle del Arenal, paralelo a la muralla, para después bifurcarse en dos ramas que continuaban hacia el río Manzanares rodeando el antiguo Alcázar, situado aproximadamente donde hoy se encuentra el Palacio Real. Las cercanas calles de Santo Domingo, Escalinata, -entonces calle de los Tintes-, o Arrieta, eran barrancos quizá formados por estos cursos de agua.

El desnivel del terreno por toda la zona era enorme. El barrio que en el siglo XVII recibiera el nombre de Los Caños del Peral, estaba situado en una hondonada, las antiguas «Hontanillas». Actualmente el nivel de la plaza está elevado artificialmente, a base de grandes rellenos de tierras. Fijémonos en las cuestas que la rodean, como la de Santo Domingo, o la de la propia calle de los Caños del Peral, y fijémonos también en el muro al inicio de la calle de la Escalinata, muro necesario para salvar el desnivel ocasionado por el allanamiento. Esto nos ayudará a imaginar cómo donde ahora hay calles y edificios, hace varios siglos había barrancos, arroyuelos, huertas. Huertas como la de Santo Domingo, don Bernardino, o la de la Priora –hoy, plaza de Oriente-. Había por supuesto un estanque para el riego de las huertas. Pilares que eran abrevaderos para los animales, lavaderos. Puentecillos para salvar los cursos de agua. Y fuentes.

Plano de Texeira 1656

Plano de Texeira 1656

La fuente de los Caños del Peral se encontraba en la zona más oriental, aproximadamente en la actual esquina de la plaza con la calle Arenal, en el extremo sudeste.

2009

2009 (Live search maps)

En el siglo XV debía ser muy simple, pero ya importante, la prueba es que en terreno tan escarpado existía un camino que iba desde la Puerta de Valnadú hasta los Caños, y en verdad que no eran fáciles los caminos en los arrabales medievales madrileños.

En 1565, época en la que debido a la llegada de la Corte a Madrid se efectuaron diversas reformas en la Villa, era una fuente muy sencilla, con un caño y su pileta. Posteriormente, y debido a las necesidades que aumentaban con la población, se realizaron otras reformas, como la del año 1569 según diseño del gran arquitecto de Felipe II, Juan Bautista de Toledo. En un principio se añadió otro caño y otra pileta, así como una mayor que recogía el agua de las dos piletas superiores. En 1625 se cubrió la fachada de granito, se sustituyeron las piletas individuales por una única, y se aumentaron los caños a siete, adquiriendo la fuente un aspecto más monumental.

Los restos conservados parecen ser los de la fuente posterior a esta reforma.

Reconstrucción, imagen según M.A.López Marcos.

Recreación, imagen según M.A.López Marcos.

A partir de 1809 toda la zona sufrió grandes transformaciones. Lo que fue el cauce del Arenal fue rellenado con tierras. Todo, absolutamente todo, quedó enterrado por la plaza y el Teatro Real, que fue construido en 1850. Y la fuente de los Caños del Peral quedó tras una de las paredes del andén de la línea 2 del metro, en la estación de Ópera.

Pero ¿qué es exactamente lo que hay, aproximadamente a entre seis y nueve metros de profundidad por debajo del nivel actual del suelo, en el ángulo sudeste de la misma?.

Sección hallazgo 1990

Sección hallazgo 1990, en FDEZ UGALDE, A. y SERRANO, E. “Las murallas de Madrid”.

En 1990, durante las obras de remodelación de dicha estación de metro, aparecieron una serie de estructuras que motivaron una intervención arqueológica de urgencia en junio de ese año. Los sillares de granito descubiertos resultaron pertenecer a una “gran estructura destinada al abastecimiento de agua”, la fuente de los Caños del Peral, concretamente a una parte de su fachada monumental, además de las arcas de distribución interior del agua.

Pero la fuente desenterrada permanece escondida en las instalaciones de la Compañía del Metro de Madrid. ¿No sería posible habilitar la zona de forma que pudiera ser visitable?

Ojalá los madrileños podamos contemplar dentro de poco tiempo los restos de la que posiblemente sea la fuente más antigua de Madrid, La Fuente de Los Caños del Peral.

por Mercedes Gómez

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Nota.
Este texto es un resumen de mi propio escrito «Un tesoro escondido: La Plazuela y la Fuente de los Caños del Peral».
publicado en la Revista Amigos del Foro nº 2, primavera del año 2006.

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Fuentes:

FERNANDEZ UGALDE, A. y SERRANO, E. “Las murallas de Madrid”, en Estudios de Prehistoria y Arqueología madrileñas. Museo de San Isidro. Ayuntamiento de Madrid 1992.

MARIN PERELLÓN, F.J.-ORTEGA VIDAL , J. «La Forma de la Villa». Ayuntamiento de Madrid. 2004