El siglo XX español fue tiempo de grandes poetas, uno de ellos, quizá uno de los más importantes, fue Vicente Aleixandre, quien además de crear su obra, acogió y ayudó a todos los demás, a los de su propia generación, y a las posteriores, hasta el momento de su muerte, a los 86 años de edad. Todo ello tuvo como escenario su casa, la Casa de Velintonia, en Madrid.
Vicente Aleixandre nació en Sevilla, el año 1898, fecha que marcó una generación. Al año siguiente, nació su hermana Concepción, Conchita, que le acompañaría toda su vida. Solo un año después, sus padres, Cirilo Aleixandre y Elvira Merlo, junto con sus dos hijos, se trasladaron a vivir a Málaga. Finalmente, en 1909, Vicente era un niño de 11 años, la familia fue a Madrid, ciudad que prácticamente ya nunca abandonaría.
Su padre era ingeniero de ferrocarriles, y él mismo, que se había licenciado en Derecho y conseguido el título de Intendencia Mercantil, en 1921 comenzó a trabajar en las oficinas de los Ferrocarriles Andaluces en Madrid. En 1925 pasó a trabajar en la Compañía de Ferrocarriles del Norte. Pero Vicente había conocido durante un verano a Dámaso Alonso, joven entonces de su misma edad, quien le prestó un libro con poemas de Rubén Darío y despertó su interés por la poesía, también ya para siempre.
En esta década de los años 20, la Compañía Urbanizadora Metropolitana, propietaria del recién nacido Metro de Madrid, construyó una serie de edificaciones en los terrenos que había adquirido en 1919, entre la Glorieta de Cuatro Caminos y la Moncloa. Parte de dichas edificaciones fueron viviendas unifamiliares aisladas, en el llamado Parque Metropolitano Urbanizado, entre la calle de Reina Victoria y el Paseo de Juan XXIII.
Uno de estos hoteles se comenzó a construir en 1921, en la calle de Wellingtonia nº 3, según proyecto de Julián Otamendi, para el Señor Aleixandre, padre de Vicente (*).
En este Parque de viviendas intervinieron distintos arquitectos, no solo los de la propia Urbanizadora, como el propio Julián Otamendi, su hermano Joaquín, Casto Fernández-Shaw y José Salcedo, sino también otros contratados por los propietarios, como Secundino Zuazo, Luis Sainz de los Terreros, Amós Salvador, etc., por lo que se produjo una gran mezcla de estilos, ecléctico, racionalista, regionalista… Actualmente muchas de las construcciones originales han desaparecido o han sido muy transformadas, pero aún se conservan algunos ejemplos interesantes.
En general las viviendas estaban destinadas a clases acomodadas, profesionales y artistas, por lo que se trataba de hoteles de semilujo, aunque hubo alguno inspirado en la arquitectura popular, más sencilla, entre los que se encuentra el edificado para la familia Aleixandre.
En 1927, curiosamente otra fecha importante en la vida de Aleixandre, que da nombre a una generación de poetas, la familia se instaló en esta casa del Parque Metropolitano, en la calle que Vicente llamaba calle de Velintonia.
Nada más traspasar la verja de entrada a la casa, una lápida de la Asociación de Escritores y Artistas españoles colocada en Abril de 1985, un año después de su muerte, recuerda al “Socio de Honor Vicente Aleixandre, Premio Nobel de Literatura”.
Enseguida se accede al jardín por unas escaleritas de ladrillo por las que tantas veces bajara Vicente.
Otro bonito detalle de la sencillez del lugar es el antiguo gallinero allí conservado.
La historia del poeta, y quizá de la Poesía de una época, es la historia de esta casa. Nada más llegar a vivir a ella, Vicente Aleixandre plantó un cedro, hoy convertido en un gran ejemplar que continúa ofreciendo su sombra a la casa y a los visitantes ocasionales.
Excepto los veranos, época que pasaban en Miraflores de la Sierra, la vida del poeta transcurrió entre las paredes del hotelito, y bajo este árbol protector.
Vicente Aleixandre tuvo problemas de salud desde muy joven, lo cual motivó que con el tiempo saliera muy poco de casa, pero él siempre tuvo sus puertas abiertas, y todos le visitaban. Entre sus paredes han conversado los poetas de varias generaciones, tanto de la suya propia, Gerardo Diego, Jorge Guillén, como posteriores, allí acudían todos… Cernuda, García Lorca, Neruda, Miguel Hernández…
Únicamente hubo un paréntesis, durante la guerra, situada en pleno frente, la casa fue casi destruida y perdieron casi todas sus pertenencias. Fue Miguel Hernández, que recordemos se había alistado en el ejército republicano, quien le ayudó a llegar hasta la casa y recobrar algunos libros, pocos.
Su madre había muerto en 1934, y su padre murió al año siguiente de terminar la guerra. El hotel fue reconstruido y los dos hermanos volvieron a instalarse en él.
Para entonces Vicente Aleixandre ya había escrito La destrucción o el amor y obtenido el Premio Nacional de Literatura.
En 1977 se le concedió el Premio Nobel, que no pudo ir a recoger por sus problemas de salud. En diciembre de ese mismo año el Ayuntamiento cambió el nombre de la calle por el de Calle de Vicente Aleixandre, algo que al parecer nunca gustó al poeta, comentaba que podían haberle dedicado cualquier otra calle de Madrid, y mantener el nombre de la que siempre fue su calle, la calle de Velintonia.
Vicente Aleixandre murió en 1984.
Su hermana Conchita murió dos años después. La casa fue alquilada durante un tiempo, desde hace años permanece deshabitada.
Hace unos días hemos tenido la inmensa suerte de poder entrar en la casa ahora vacía.
Las paredes desnudas guardan las huellas del pasado vivido, de las personas, y de los libros y los cuadros que allí estuvieron.
A pesar de la ausencia de muebles y objetos personales, y el mal estado de los muros, un ambiente mágico reina en estas estancias vacías, el recuerdo de sus inquilinos y amigos lo impregna todo.
Pervive su espíritu, y detalles que recuerdan que en el interior de esta casa hubo vida y comodidades, como los huecos de las estanterías que en el pasado ocuparon libros, y el curioso calientaplatos en el radiador del salón.
Resulta conmovedor el modesto lavabo en la esquina del dormitorio.
Desde la biblioteca, y desde la que fuera habitación del escritor se puede contemplar el mismo paisaje y el mismo árbol que le acompañó durante casi toda su vida.
El pasado sábado 14 de Mayo se celebró un emotivo homenaje al también escritor y poeta José Luis Cano -desaparecido en 1999-, con motivo del centenario de su nacimiento, gran amigo de Aleixandre y primer impulsor de la campaña iniciada en 1995 para Salvar la Casa de Velintonia y convertirla en sede de la Fundación Vicente Aleixandre y Casa de la Poesía, o centro de documentación y estudio de la poesía española del siglo XX.
En el jardín por donde paseara y en el que tantos días descansara Vicente Aleixandre, un grupo de amigos, familia del poeta y de José Luis Cano, una vez más bajo el gran cedro, recordaron con emoción la vida de ambos y la de tantos escritores que por allí pasaron.
La familia de Vicente Aleixandre desea vender la casa a las instituciones públicas, con el objetivo de que no desaparezca, pero desde hace más de quince años estas no parecen comprender su valor y las posibilidades que puede ofrecer a Madrid, a la Poesía y a la Cultura en general. De momento, sus descendientes de vez en cuando la abren a todos los amigos y amantes de la poesía, como durante toda su vida hizo Vicente Aleixandre recibiendo a todo aquel que llamó a su puerta.
Salvemos la Casa de Vicente Aleixandre, salvemos la Casa de la Poesía.
Texto y fotografías : Mercedes Gómez
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(*) Actualización 10 junio 2021
Añado Bibliografía: artículo publicado en nov. 2018, años después de la publicación de esta entrada en mi blog, que explica que el arquitecto autor del diseño de la Casa de Vicente Aleixandre fue Lorenzo Gallego Llausás.
BONET, Álvaro: Velintonia. La casa silente de Vicente Aleixandre.
Ver también:
Guía COAM: Parque Urbanizado de la Compañía Urbanizadora Metropolitana
17 comentarios
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18 de May de 2011 a 00:06
ROMO XIII
Hola Mercedes,
Qué bonita y a la vez amarga historia la de D. Vicente y también la de «Velintonia». Ya dije una vez que, “sólo se respeta lo que se ama y sólo se ama lo que se conoce” y, desgraciadamente, Aleixandre es otro más de nuestros reconocidos-desconocidos.
No hay mas que salir a la calle y preguntar por nuestro Nobel, nos sorprendería, o quizá ya no, el porcentaje de ignorancia sobre el tema, incluso entre universitarios.
Buen trabajo, Mercedes, y bonito. Gracias.
Un beso.
18 de May de 2011 a 00:06
José Casado
Mercedes, pasmao, me he quedado pasmao, que diria un castizo. Conozco la zona, y no tenia ni idea de que alli estuviera este magico lugar. Que poquita cultura y sensibilidad demuestran nuestros gobernantes. Dicen que tenemos los gobernantes que nos merecemos, pero yo no creo que sea asi. Nos merecemos personas con un poco de sensibilidad cultural, y no la megalomania que parece que les impregna a todos, pero esto es lo que hay. Que pena!
Espero que alguien tenga una revelación, y convierta la casa en un centro cultural que mantenga la memoria de Aleixandre.
Un saludo.
18 de May de 2011 a 00:12
María Rosa
Mercedes, es un gran mérito en tan poco espacio decir tanto… y algo muy difícil conseguir unas fotografías tan buenas del interior cuando todo estaba, el sábado, lleno de gente…Es un gran trabajo. Enhorabuena y ojalá se consiga salvar la Casa y su Cedro y el espíritu que en ella alienta.
18 de May de 2011 a 10:32
J. J. Guerra Esetena
Un reportaje sensacional. Has conseguido trasladar la magia del lugar a estas páginas electrónicas. ¡Qué placer leerte!
Comparto todas las opiniones vertidas hasta el momento. Resulta increíble que, casi treinta años después de la muerte del poeta, el destino de un escenario tan elocuente y significativo como el que describes no esté claro. Nuestros gobernantes siempre optan por la cultura del espectáculo, de bombo y platillo, por la repercusión mediática que tiene, y eluden actuar sobre lo que no suena y, por tanto, no da votos. Mucho me temo que la casa del poeta se encuentre en este segundo caso.
Por todo ello, la labor de la Asociación de Amigos de Vicente Aleixandre resulta especialmente relevante y meritoria.
Gracias y un abrazo, Jesús
18 de May de 2011 a 12:52
Paco
Hola Mercedes,
Mágnifico post, como siempre. En esta ocasión, lo que más me ha gustado ha sido la historia en sí, como dice uno de los comentarios anteriores «conocido-desconocido». Ahora ya sé, gracias ti, algo más de él.
Lo de las intituciones públicas es algo que queda fuera del alcance de la mayoría, es como si los políticos, cuando llegan a un cargo o tienen una responsabilidad, dejasen de razonar como el resto de personas.
Un beso
18 de May de 2011 a 13:04
antonioiraizoz
Hola Mercedes, impactado, sensacional trabajo, ya no hay palabras.
Me he acordado de la casita y jardín de Cézanne en Aix en Provence y de la gran cultura de ese pais vecino. Alli no ocurriría esto. Algunos políticos deberían salir fuera con más frecuencia para «desasnarse» un poco. Eso si, sin coste al contribuyente.
Abrazos.
18 de May de 2011 a 19:32
Mercedes
Hola Manuel, muy acertada tu frase, para valorar las cosas y las personas hay que conocerlas, por eso nosotros procuramos sacar a la luz lo más desconocido ¿verdad?. Muchas gracias, me alegro un montón de que te haya gustado.
Un beso
Hola José, pues yo al revés, no conocía nada la zona, y sin embargo, desde que leí algo sobre la Casa, hace mucho tiempo que deseaba conocerla, y por fin el sábado pasado pudo ser, no dejes de darte un paseo por allí.
Durante la presentación dijeron que habían invitado a la Comunidad, al Ayuntamiento y a Cultura, y que ninguno de los tres había contestado…
Hola María Rosa, cuánto me alegro de que te haya gustado el post, tu que estuviste allí sabes que realmente pasamos un rato muy agradable, fue un placer compartir esa mañana contigo.
Ya sabes que no se puede estar atento a todo a la vez, pude hacer fotos pero a cambio me perdí las seguro bonitas explicaciones que iban dando.
¡Ojalá se salve la Casa!
18 de May de 2011 a 19:34
elena asins
mercedes, ¡un gran acierto! muy propio de ti, por supuesto. pero este es uno de los que más me ha llegado al alma, como se suele decir.
no tuve la suerte de conocer a vicente aleixandre, pero fue amiga de jorge guillen hasta su muerte. de él su mujer y su hija. frecuenté mucho su piso frente al mar en málaga. escribió sobre mi obra cosas demasiado generosas y bellísimas. solía hablar de su generación y su desdichada suerte. con palabras textuales jorge me dijo en una ocasión : «emigré porque no quería que mis hijos vivieran aquel horror».
cuando hablaba -y era ya muy anciano- su lengua vallisoletana construía el castellano más hermoso que he acertado a oír en mi vida. perdona, pero al hablar de la generación del 27, no puedo por menos de recordar a jorge guillen.
la casa que tú tambien retratas, es preciosa, jamás debería alquilarse a un particular y mucho menos ser destruída. ¡se podrían hacer tantas cosas hermosas en una casa así! se deberían recoger firmas para salvarla, para utilizarla con fines culturales siempre, sin ánimo de lucro.
su construcción racionalista, propia de la bauhaus, me recuerda la colonia del viso, lugar paradisiaco en el centro de madrid.
yo he estado en algunas de ellas, pertenecientes a amigos y por dentro son gloriosamente espaciosas y al tiempo, acogedoras.
mercedes, querida amiga, has hecho un comentario maravilloso de un poeta y eso, en nuestra época, es un milagro. no sabes lo agradecida que te quedo, que creo, que todos te quedamos.
un gran abrazo
elena asins
18 de May de 2011 a 19:41
Mercedes
¡Muchas gracias a tí Jesús!
A ver si conseguimos que nuestros gobernantes demuestren un poco de sensibilidad y que no todo sea, como tu dices, el “bombo y platillo”.
La labor de la Asociación es encomiable, y su web está llena de maravillosa información, no dejéis de visitarla.
un abrazo
Gracias, Paco, me alegro te haya gustado la historia, es bonita, y a la vez triste, como dice Manuel. A ver si conseguimos entre todos concienciar un poquito a los que pueden solucionarlo.
un beso
¡Hola Antonio! siempre te agradezco tus más que amables palabras, pero en este caso me alegro doblemente, por la memoria de Vicente Aleixandre, que se merece un reconocimiento de su país y de Madrid.
Pienso como tu, en cualquier otro lugar ya habrían solucionado el problema hace muchos años, y aprovechado la magnífica ocasión que brinda la Casa, pero en España, sobre todo en Madrid, no hay visión, ni sensibilidad, ni nada … qué rabia me da.
un abrazo
18 de May de 2011 a 20:02
Mercedes
Elena, te agradezco mucho que compartas con nosotros tus recuerdos de Jorge Guilén, un auténtico lujo conocer tus impresiones sobre un poeta del 27.
También tus palabras sobre mi escrito, por supuesto, pero te diría que es mucho más fácil escribir cuando la historia es tan maravillosa como esta, y habiendo estado allí. Sin haber conocido la casa lo que hubiera podido escribir hubiera sido muy distinto…
y con esto quiero decir que la Casa de Velintonia transmite muchas cosas.
Por suerte hay una asociación con personas estupendas que luchan por ella.
besos
21 de May de 2011 a 07:54
todonyc
Sentido y precioso homenaje, el que le has rendido al lugar y con él, al poeta. Ójala los responsables de nuestras instituciones tuvieran un poco de tu sensibilidad para que sitios cómo este no se perdieran en el olvido.
Gracias Mercedes, un placer haber comenzado la mañana, leyéndolo.
Buen fin de semana!
21 de May de 2011 a 15:45
Bélok
Preciosa historia la que nos cuentas y desde luego que todos queremos que la casa se salve y permanezca como recuerdo de Don Vicente en Madrid. Siempre lo mismo, no somos capaces de conservar nada.
21 de May de 2011 a 22:57
Mercedes
Gracias a tí, M.Carmen,
esperemos que el homenaje de todos sirva de algo.
¡Buen fin de semana para tí también!
21 de May de 2011 a 22:59
Mercedes
Siempre lo mismo, Bélok,
¡cuánto nos cuesta!
gracias por tu comentario.
2 de junio de 2011 a 20:32
Vicente Aleixandre, vida | lengua y literatura
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8 de octubre de 2012 a 21:51
Benita Barrionuevo Díaz
Voy a ir a madrid la próxima semana y pensaba visitar la casa de VICENTE ALEIXANDRE. He entrado en internet y me he encontrado con que no está abierta al público y no sólo eso. A mí me encantaría haber tenido la oportunidad de verla. Modestamente, yo también escribo poesía y me siento sensibilizada con el gran poeta. Que se pueda solucionar todo, es lo que deseo, aunque no son ahora buenos tiempos. Estoy segura de que será así más adelante.Usted está haciendo un trabajo estupendo, no se canse. Un saludo afectuoso. Benita Barrionuevo
9 de octubre de 2012 a 20:51
Mercedes
Estimada Benita: muchas gracias por su comentario y sus ánimos.
Siento que no pueda visitar la Casa, pero ya ve cómo están las cosas, lamentablemente, esperemos que en el futuro todo se arregle.
En cualquier caso, espero que disfrute la estancia en Madrid.
Un cordial saludo
Mercedes