La Plaza de la Lealtad se encuentra situada sobre los terrenos del antiguo Prado Alto, a orillas del Paseo por donde en el siglo XVI discurría un arroyo. Era entonces una zona de huertas, junto al Monasterio de los Jerónimos, que en los siglos posteriores se convertiría en un lugar de ocio y diversión.
Pronto surgieron edificaciones de tipo lúdico, como la Torrecilla de Música, que ya se aprecia en el primer plano de Madrid, el plano de Mancelli. Construida en 1613, era una casita muy sencilla donde se colocaban unos músicos que alegraban el paseo, y que también servía como alojería, o quiosco de bebidas, a los que desde siempre parece que hemos sido, y seguimos siendo, muy aficionados los madrileños.
Cerca de la Torrecilla se encontraba la Fuente del Caño Dorado, fuente modesta que abastecía de agua fresquita a los paseantes.
La Torrecilla sobrevivió hasta mediados del siglo XVIII, cuando en tiempos de Carlos III se acometió la gran reforma del Prado. En el plano de Espinosa la zona se representa ya ajardinada.
Después de la Guerra de la Independencia el lugar fue conocido como Campo de la Lealtad, debido a que allí fueron fusilados numerosos madrileños sublevados contra los franceses, decidiéndose la creación de un monumento a estos héroes.
El Obelisco del Dos de Mayo, proyectado por Isidro González Velázquez en 1822, no fue inaugurado hasta 1840.
El Obelisco estaba rodeado de un jardín, que continúa existiendo, rodeado de preciosos árboles, entre los que se encuentra un Madroño centenario, uno de los árboles más singulares de Madrid.
En la segunda mitad del siglo XIX surgieron cafés, circos, teatros, etc. en los alrededores.
Donde antes hubiera un teatro, El Dorado, entre los años 1886-1893 Enrique María Repullés y Vargas construyó el magnífico edificio de la Bolsa de Comercio de Madrid, que esta mañana, asomados a un balcón prestado, contemplamos a nuestra derecha.
A la izquierda, el Hotel Ritz, construido en el siglo XX sobre el terreno de un antiguo Jardín de Recreo, el Tívoli.
Sin duda todo ha cambiado. Por el lugar donde antes hubo un curso de agua ahora circulan demasiados automóviles, la Torrecilla ha sido sustituida por modernos bares o restaurantes; la fuente del Caño Dorado, por la espectacular fuente de Neptuno.
Ahora los edificios de lujosas viviendas y oficinas separan la Plaza de los escasos restos del Palacio del Buen Retiro.
Pero felizmente, tras sus patios y tejados, como testigo de tiempos pasados, allí continúa la Iglesia del antiguo Monasterio de los Jerónimos.
Texto y fotografías : Mercedes Gómez
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ACTUALIZACIÓN 1 de marzo 2013:
La Torrecilla de música se terminó de construir y se comenzó a utilizar en 1613 y no en 1620, como siempre se ha dicho, según ha demostrado J.M. Muñoz de la Nava Chacón y recuerda en su trabajo “Antonio Mancelli: corógrafo, iluminador, pintor y mercader de libros en el Madrid de Cervantes (I)”. Revista Torre de los Lujanes, Nº 57 (2005).
13 comentarios
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11 de septiembre de 2009 a 06:03
mcarmen
Lo que más me gusta de esta plaza son sus árboles, más que en los preciosos, no hay duda, edificios, me fijo siempre en la frondosidad del sitio. Supongo que es porque tenemos, y cada vez más, demasiadas plazas sin ellos ;-(
Buen fin de semana!
11 de septiembre de 2009 a 10:40
anapedraza
¡Menudo sítio! creo que de lo mejor y más bonito de Madrid.
Coincido con MCarmen, las plazas cada vez tienen menos árboles, no entiendo, me parece una moda de arquitectos de poner demasiado granito o piedra y poco verde.
Yo suspiro por un Madrid con menos coches, sería genial.
MIGUEL
11 de septiembre de 2009 a 17:14
Ricardo Márquez
Hola Mercedes. Una duda que tengo al leer el artículo. El arroyo que pasaba por la Castellana era el conocido por Olivar o Castellana. Imagino que habrá otros autores que digan Bajo Abroñigal, pero ¿no será referido a los viajes del agua?
Miguel. Recientemene hablando con un empleado del Museo del Prado sobre los árboles más que centenarios que estan junto a la entrada del Jardín Botánico, y que estan apuntalado y llenos de hongos, me contaba que los árboles son cuidados y mimados por los propios jardineros del Botánico. Que es una pena que se mueran pero que con los años que tienen no pueden hacer más. Imagino que cuando replantan deben de poner un árbol y calcular que un día se hará tan grande como los que cortan, es decir, debe de verse despoblada la zona hasta que el árbol crezca y cubra el hueco que tenía el anterior.
Saludos a tod@s.
11 de septiembre de 2009 a 20:35
artedemadrid
Hola M.Carmen, es verdad, los árboles de la plaza son preciosos, a mi me da un poco de pena el pobre madroño, que es tan “mayor” que se vence, y la han tenido que colocar unas muletas de hierro, pero los cuidadores de Parques y Jardines lo vigilan constantemente y lo cuidan 🙂
buen fin de semana para tí!
11 de septiembre de 2009 a 20:38
artedemadrid
¡Hola Miguel!, yo también opino como vosotros, me parece que hay un proveedor (o más de uno) de losas cuadradas de algo parecido a la piedra que se está forrando… y forrando el suelo de Madrid.
Me gustaría alguna vez entrar en el jardín, pero siempre lo encuentro cerrado, incluso el pasado 2 de mayo fuí hasta allí pensando que ese día estaría abierto, ¡pero no!, en cuanto acaba el acto oficial lo vuelven a cerrar. ¿Alguno de vosotros ha podido entrar y ver el Obelisco de cerca?
11 de septiembre de 2009 a 20:41
artedemadrid
Hola Ricardo, tienes toda la razón. Creo que debería haber hablado del Arroyo del Prado, o simplemente “del arroyo”, que así es mencionado en los documentos más antiguos ¿verdad?. ¡Muchísimas gracias por la corrección! ahora mismo lo arreglo…
12 de septiembre de 2009 a 17:49
carlos osorio
Muy bonito artículo. Efectivamente, se dice que es el madroño más viejo de Madrid. A mí me encantaría conocer la alcantarilla de ladrillo por la que aún circula el arroyo del Prado.
13 de septiembre de 2009 a 12:03
artedemadrid
Gracias Carlos, me alegro mucho de que te guste 🙂
Hace tiempo hicieron en Telemadrid un reportaje sobre el subsuelo madrileño, no se si lo verías, creo que hay que echarle un poco de valor para meterse por ahí.
13 de septiembre de 2009 a 23:55
Dani.mtr
Me encantan estas historias antiguas que nos cuentas.
No entiendo muy bien porque hicieron la construcción ludica en forma de torrecilla, que pena que la quitaran. Ahora este entoeno es precioso pero antes todavia tendría que serlo más
14 de septiembre de 2009 a 19:42
artedemadrid
Gracias Dani, me animas mucho,
No sabría decirte, decidieron hacer dos pisos con su capitel, en el siglo XVII era algo normal, aunque más para las iglesias :-), pero no se si hubo una razón especial, el caso es que debía ser muy bonita.
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[…] – Blog Arte en Madrid: Una Vista de la Plaza de la Lealtad. https://artedemadrid.wordpress.com/2009/09/10/una-vista-de-la-plaza-de-la-lealtad/ -Igone Marrodán. ‘Madrid al fuego’. -María de los Ángeles Pérez Samper. Los recetarios de […]